PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
ADELA y CELSA SPERATTI

  DISCURSO PRONUNCIADO POR ADELA SPERATTI EN 1885


DISCURSO PRONUNCIADO POR ADELA SPERATTI EN 1885

DISCURSO PRONUNCIADO POR ADELA SPERATTI EN 1885,

EN CONCEPCIÓN DEL URUGUAY EN EL CERTAMEN

ORGANIZADO POR EL ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN

DEL COLEGIO NACIONAL DE ESA CIUDAD.

 

 

"Señoras y Señores:

Para cumplir un gran deber complaciendo á la dirección y los profesores de la Escuela Normal á quienes debo el don más precioso con que puede engalanarse la mujer, es decir la instrucción, me he decidido a tomar parte en esta fiesta aniversario de la fundación de la Escuela Nacional con poca esperanza de llenar un puesto que esté á la par que brillarán en este torneo de la inteligencia, pues es la primera vez que me presento ante el público á ensayar mis débiles fuerzas, segura que mis deficiencias me han de ser dispensadas é ilustrada concurrencia.

El tema del que me voy á ocupar es vasto y fecundo. Una pluma más hábil que la mía podría tener no solo grandes atractivos, sino el vasto desenvolvimiento que su importancia requiere, yo me limitaré á algunas indicaciones generales cuya aplicación ha de hacer indudablemente vuestro buen sentido.

Importancia de las ciencias naturales en la educación de la mujer

1º. Su necesidad en el hogar.

2º. Su papel en la sociedad.

Las Ciencias Naturales son un vasto campo donde la inteligencia encuentra las causas de tantos fenómenos que descubrir, ya trate de penetrar en los secretos de la Física, en la leyes de la Química; ya viajando con el pensamiento en las profundidades del espacio para contemplar la multitud de astros que la pueblan; ya se dirija hacia el ameno y hermoso campo de la Botánica; por fin ya tienda la vista en la inmensidad de seres que nos rodean por doquiera en la Naturaleza, encontraremos más y indiferentes como admirar las magnificencias del Creador! ¿Cómo ser indiferentes á esas maravillas? ¿Cómo no retemplarnos en las verdades que nos presenta ese estudio? ¿Cómo no interesarían estas ciencias á la que, mañana madre de familia, encontrará en el hogar á cada paso la necesidad las elementales nociones de esta hermosa ciencia?

Indudablemente que la tiene, y para demostrarlo, veamos primero su importancia en el hogar. No puede discutirse que á ella está confiada la educación física del niño. Encargada de dirigir su desarrollo desde que nace y en todo el periodo de su infancia, esta misión requiere conocimientos especiales del organismo humano (Anatomía y Fisiología) para dirigir bien este desarrollo físico.

¿Cuántas madres por carecer de estos conocimientos crían á sus hijos raquíticos, dejándolos a merced de tantos peligros y tantas enfermedades? La higiene es donde más se aplican las Ciencias Naturales, su estudio es indispensable á todos, pues que es la Ciencia de la Salud; pero todavía la mujer necesita observar más detenidamente los preceptos higiénicos en la vida práctica, ella tiene que velar constantemente la vida de sus hijos porque sin sus tiernos cuidados sucumbirán á cada instante, ella le da el alimento, le viste, le proporciona el aire y la luz convenientes á su edad; de modo que para mí, el no enseñarle la Anatomía é Higiene es disponerla á ser el verdugo inconsciente de sus propios hijos.

Las nociones de Química son para la madre de familia un gran recurso para evitar envenenamientos en el seno del hogar. Conociendo las propiedades químicas de las sustancias, evitan que puedan producir sus perniciosos efectos en los usos diarios.

El plomo, por ejemplo, se altera en presencia de los ácidos orgánicos, formando compuestos venenosos y nocivos á la salud; y sin embargo, siendo tan general el uso de vasijas de plomo para la preparación de los alimentos, no será extraño que más de una vez que los niños enflaquecieran y enfermaran, sin que sus madres puedan darse cuenta de este fenómeno de tan sencilla explicación.

Conociendo         el reino animal, esa multitud de seres que pueblan la Tierra, y cuyos caracteres y utilidad varían tanto: ¿Cómo no preservarnos del aire malsano que proviene de la acumulación de las cantáridas, ó destruir inmediatamente el efecto de la picadura del escorpión, de la tarántula, conociendo las sustancias que segregan y depositan en la piel?

En cuanto a la Física, sabiendo que el rayo no es más que la chispa eléctrica, y que ciertos cuerpos, como el hierro, el acero, el agua etc., son buenos conductores de la electricidad, ¿cómo no precaverse de sus efectos, alejándose de estos cuerpos?

Por otra parte, la mujer como guía perseverante e infatigable del niño, si es instruida y educada, halla á cada paso ocasión de instruirle y hacerle amar todo lo bello y lo grande. Un paseo en el campo da ocasión á multitud de enseñanzas, una piedra, una flor insignificante, es el medio para impresionar su curiosidad.

En una tarde serena, la entrada del sol reflejando sus postreros rayos que van á ocultarse en la frondosidad del árbol amenizando sus magníficos colores con el verdor de sus hojas, son maravillas que puede hacerle admirar alejando así su tierno corazón é inteligencia de las debilidades mundanales y engrandeciendo su alma con la admiración de las bellezas de la naturaleza.

Además, la Religión ese sentimiento innato en el hombre, pero que fácilmente puede extraviarse como todo sentimiento humano, ¿no es acaso la madre la que inspira al niño este primer sentimiento, desde que lo mece en la cuna hasta tal vez más allá de su tumba?

Todos conservamos con veneración y respeto los primeros sentimientos cuya semilla depositaron nuestros padres en nuestros corazones, los cuales nos sirvieron de guía en las estrecheces de la vida.

La madre instruida, hasta en el espectáculo que presenta en la Naturaleza en medio de una tempestad, le revela el poder y la sabiduría de Dios.

¿Acaso el estudio de los fenómenos de la Naturaleza no contribuyen á fortificar los sentimientos religiosos?

En fin, sería largo enumerar sus grandes influencias en el hogar, en la vida práctica, pero su importancia en la sociedad es más obvia todavía.

¿Es posible conformarnos en vivir á ciegas acerca de todo lo que nos rodea? ¿Cómo no desear explicarnos las causas de los admirables fenómenos que sucede á nuestro alrededor? El magnetismo, el calor, la luz, la electricidad, el rayo? Nuestra inteligencia se limitaría demasiado, y no alcanzaríamos á formarnos ni la idea más vaga de las magnificencias de la Creación.

¿Está por ventura la mujer destinada en nuestra sociedad actual, en la del porvenir, á desempeñar un papel ten pasivo, que no pueda penetrar los arcanos de las Ciencias Naturales y no la crean capaz de comprender las grandezas que las rodean?

En los tiempos más remotos los antiguos mismos trataban de explicarse la causa de los fenómenos, y como la ignoraban, le atribuían mil supersticiones; así al rayo lo creían la manifestación de la cólera divina: un eclipse o la aparición de un cometa eran funestos presagios de grandes desgracias y tanto más sería con la mujer, cuanto que por su organización más susceptible, é impresionable su ignorancia lo haría tan tendente á las supersticiones.

Estudiando las causas de estos fenómenos, podemos hacer que se sustituyan á las preocupaciones que inspiran á la mujer, ignorantes con esas concepciones de las grandiosas leyes que rigen el universo, desde el vil insecto, el infusorio, que forma el primer eslabón de la escala zoológica, hasta el astro colosal que resplandece en medio este mundo de multitud de planetas.

Si exploramos la Botánica, esa hermosa rama de las Ciencias Naturales, por su amenidad, por las relaciones que establece con la naturaleza animada, nos abre un ancho campo de observación y nos produce un cúmulo de sensaciones desconocidas para el que ignore esta ciencia, sigue con la imaginación de las plantas dicotiledóneas.

En la Zoología un pequeño caracol, un radiolario o un foraminífero que se encuentra en la playa, un significante insecto, el ave que se posa de roca en roca, para la mujer ignorante no tiene significación alguna en la armonía de la Naturaleza, mientras que la mujer instruida ve en los primeros el trabajo de siglos para la formación de la corteza terrestre.

En fin, como conclusión diré que la mujer como elemento altamente civilizador, es la que más contribuye á la cultura de la humanidad, pues educa al hombre en su infancia transmitiendo al niño las primeras impresiones, la primera educación que es la que verdaderamente influye en su carácter para que más tarde sea útil para la sociedad y la patria.

Es pues indispensable, que esta misión tan elevada, que se le confía la cumpla dignamente, si es educada e instruida en todos los ramos del saber humano, es decir, si se encuentra al nivel de los adelantados de su siglo.

Me consideraría muy satisfecha si hubiera conseguido convencer al distinguido auditorio, que con tanta benevolencia me ha escuchado, de la necesidad no solo de la instrucción en general de la mujer, sino especialmente en las Ciencias Naturales, además del débil contingente encaminado a disipar errores por desgracia muy arraigados, podría considerar este modesto trabajo como la primera semilla de mi futuro apostolado de maestra.

He dicho.

ADELA SPERATTI"

 

 

Fuente: ADELA Y CELSA SPERATTI - PIONERAS DEL MAGISTERIO NACIONAL. MARY MONTE DE LÓPEZ MOREIRA - COLECCION PROTAGONISTAS Nº 7 © Editorial El Lector. Asunción – Paraguay 2011

 

 

 

 






Leyenda:
Solo en exposición en museos y galerías
Solo en exposición en la web
Colección privada o del Artista
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
Venta directa
Obra Robada




Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2024
Todos los derechos reservados, Asunción - Paraguay
CEO Eduardo Pratt, Desarollador Ing. Gustavo Lezcano, Contenidos Lic.Rosanna López Vera

Logros y Reconocimientos del Portal
- Declarado de Interés Cultural Nacional
- Declarado de Interés Cultural Municipal
- Doble Ganador del WSA