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Federico Caballero

  RETRATO DE GLORIA ESTRAGÓ - Obra de FEDERICO CABALLERO


RETRATO DE GLORIA ESTRAGÓ - Obra de FEDERICO CABALLERO

RETRATO DE GLORIA ESTRAGÓ

Obra de FEDERICO CABALLERO

Año 2011

 

 

 

GLORIA ESTRAGÓ : Corría el año 1945 cuando en agosto, el 4, nació Gloria Estragó Bieber, hija de Esteban José Joaquín Estragó y María Bieber Kneipp. Ese año había terminado la Segunda Guerra Mundial, hecho que tocaba de cerca al padre de Gloria, pues era europeo, nacido en Cataluña, España, de donde junto con sus padres y sus dos hermanas emigrara en 1912; no obstante, Esteban seguía de cerca los hechos sucedidos en Europa, que fuera escenario de la segunda contienda mundial.

Su madre, María, había nacido en Atyra, departamento de Cordillera, en 1912, y de su unión con Esteban habían nacido cuatro hijos más, además de Gloria: María Margarita, Ana, Blanca Victoria y Esteban.

El padre de Gloria era panadero y comerciante, pero decidió incursionar también en el montaje de salas de cine, llegando a acumular tres: “España”, “Terraza” y “Gloria”. Después de su temprana muerte, en 1963, a los 58 años, la madre quedó como responsable de los negocios. De hecho, la madre de Gloria murió ya longeva, con 93 años, en el año 2005.

La infancia de Gloria transcurrió sin sobresaltos de peso. Cursó sus estudios primarios en la Escuela República Dominicana, de la ciudad de Fernando de la Mora, colindante con Asunción, mientras que la secundaria realizó en uno de los establecimientos más tradicionales del país, el Colegio Santa Teresa de Jesús.

Entre sus compañeras de la secundaria se destacaba de lejos Graciela Stroessner, la hija del temible dictador que presidía el Paraguay desde 1954. Además de ella, también fueron compañeras de Gloria, entre otras, María Luisa Chase Plate, Ester Ávalos y Moni Moscarda. De cualquier manera, Gloria no terminó sus estudios secundarios en ese Colegio; prosiguió en el Andrés Bello y concluyó el último año en el Colegio Doctor Facundo Ynsfrán, de Fernando de la Mora, ocasión en que por su alta calificación se le otorgó la medalla de oro.

Abogada, sus estudios terciarios lo curso en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Diplomáticas de la Universidad Católica de Asunción, compartiendo directamente con personas que vendrían más adelante a destacarse por diversas razones, como Elba Recalde, Teresita Jariton, Raúl Ántola y Julio Lezcano Claude.

Para concluir las referencias biográficas de Gloria en el campo de la formación académica habrá que destacar también que ya después de la caída del general Alfredo Stroessner, realizó un curso de post grado en Ciencias Políticas, que se desarrolló en la sede del Rectorado de la Universidad Nacional de Asunción, ocasión en que tuvo como compañeros de curso a personalidades que desempeñaron, desempeñaban e iban a desempeñar relevantes funciones, como ser el general Aníbal Regis Romero, quien era en ese entonces jefe de la Casa Militar de la Presidencia; Leandro Prieto Yegros, una de las figuras emblemáticas del stronismo; y Nicanor Duarte Frutos, quien más de una década después llegaría a la Presidencia de la República.

Para encerrar las referencias estrictamente personales a Gloria se destaca que además de brillante profesional y combatiente incansable, es madre de dos hijos: Claudia Patricia y José Luís Gerardo.

 

EL PARTIDO COMUNISTA

 

Desafiando todas las prohibiciones dramáticamente vigentes en épocas del stronismo, desde muy joven Gloria dedicó parte importante de su vida a la militancia política, optando conscientemente por la corriente política que con mayor saña se perseguía en ese tiempo, el Partido Comunista Paraguayo, PCP.

Desde comienzos de los años 70, el Partido Comunista Paraguayo conocido como “pro-soviético” estaba tratando de reorganizarse en el país, para lo cual habían ingresado clandestinamente algunas de sus figuras más prominentes, como Miguel Ángel Soler, el Secretario General, y Derlis Villagra, quien ya había estado preso hasta comienzos de 1970.

Como el Partido Comunista soportaba la más tenaz persecución por parte de la Policía Política stronista, los trabajos de reorganización eran especialmente lentos, extremándose las medidas de seguridad, orientadas a preservar a los dirigentes y militantes.

De todos modos, Gloria se sumó a los dos dirigentes mencionados, y juntamente con dos prominentes intelectuales igualmente comunistas: Víctor-jacinto Flecha y Mauricio Schvartzman, fueron la parte central del cuerpo de redactores del vocero oficial del partido, el periódico “Adelante”, que circulaba clandestinamente, aunque con cierta regularidad en los años 1974 y 1975.

Los trabajos de reorganización del Partido Comunista, sin embargo, fueron interrumpidos de manera abrupta a finales de 1975, cuando se desató sobre la agrupación una terrible represión, cuya consecuencia más dolorosa fue dada por el vil asesinato de tres de sus principales dirigentes: Miguel Ángel Soler, Derlis Villagra y Octavio Rubén González.

Después de estar meses en el Departamento de Investigaciones, Gloria terminó siendo trasladada al Campo de Concentración de Emboscada, que el Gobierno de Stroessner habilitara después de la represión de abril de 1976, para recluir a más de 500 prisioneros políticos, entre varones, mujeres y niños.

Esos años 70 fueron especialmente duros, pues:

- En 1974 se desarticuló al Ejército Popular Revolucionario, EPR, y al Movimiento Paraguayo de Liberación, MOPAL,

- En 1975 se golpeó con severidad al Partido Comunista Paraguayo, y

- En 1976 la represión desarticuló el Partido Obrero Revolucionario Armado, PORA, y la Organización Primero de Marzo, OPM.

Los calabozos de las comisarías policiales no tenían condiciones de soportar la inmensa cantidad de prisioneros, por lo que el Gobierno decidió concentrarlos en el que fuera Fuerte de Emboscada, a unos 50 kilómetros de la capital. Gloria Estragó y todos los comunistas detenidos en 1975 fueron llevados ahí.

 

PRIMERA DETENCIÓN

 

La reclusión de Gloria Estragó en 1975 no fue la primera, sino de la segunda de las detenciones que soportara. En realidad, años antes, en 1972, ya había estado presa, aunque el hecho se dio en Buenos Aires, Argentina, en ocasión en que ella estaba viajando rumbo a Moscú, Unión Soviética, para estudiar en la llamada “Escuela de Cuadros”. Como la Policía Política porteña carecía de pruebas contra ella, tuvo que ponerla en libertad a los 15 días.

Esos años 70 eran especialmente complicados en la Argentina, pues el país vecino soportaba una fuerte crisis política, con dos componentes esenciales:

Por una parte, el último dictador argentino de ese periodo, el general Agustín Lanusse, soportaba crecientes presiones por democratizar el país, así como por posibilitar el retorno al mismo del influyente caudillo argentino Juan Domingo Perón.

Por otra parte, varios grupos armados de izquierda promovían la realización de una revolución social en el país. De lejos se destacaban dos grupos de los varios que operaban: “Montoneros”, de extracción política peronista, y el “Ejército Revolucionario del Pueblo”, ERP, de inspiración marxista.

Todo lo que resultaba sospechoso se reprimía, sobre todo cuando los involucrados eran jóvenes; habrá que contemplar que Gloria Estragó tenía en ese entonces apenas 28 años. Se encontraba en la plenitud de sus fuerzas renovadoras.

Puesta en libertad, Gloria viajó a la capital de la Unión Soviética, con lo que esperaba cumplir uno de sus más sentidos sueños: ver en directo la sociedad que había ayudado a construir el que ella consideraba había sido el intelectual más completo de su tiempo, Nicolás Lenin.

“Invitación”: Fue en la Unión Soviética, precisamente, que Gloria se vio forzada a soportar una de las experiencias más desagradables de su larga militancia, pues después de un año de presencia en la renombrada escuela de cuadros, fue “invitada” a abandonar el país. ¿Qué había pasado?

Pasó simplemente lo siguiente: si bien Gloria había salido de un país en el que regía un régimen policiaco, de estricto y sistemático control de todo lo que todos hacían, decían y hasta pensaban, su fanatismo por la más amplia libertad era bien definida. No venía de un país con experiencia democrática, por cierto, pero no estaba dispuesta a permitir que restricciones de todo tipo se le impongan de nuevo lejos del Paraguay.

A esa altura de la vida política de Gloria, ella ya había escuchado hablar de “stalinismo”, pero como la mayoría de sus camaradas sostenía que tal fenómeno se había restringido al “culto a la personalidad”, en vida de José Stalin, ella pensaba que el inconveniente ya se había superado por completo. Grande fue su asombro, de hecho, cuando sintió en carne propia que el “stalinismo”, propiamente, trascendía de lejos el simple “culto a la personalidad”, y ganaba cuerpo en un sistema cerrado y represivo, impuesto por minorías denominadas “burocracias”, que dominaban la política en la Unión Soviética y en los demás países del bloque socialista europeo.

Y más en carne propia al ser “invitada” a salir del país.

La experiencia en cuestión, sin embargo, no le llevó a romper con el Partido Comunista, aunque sí consolidó su opción por un sistema que a la vez sea equitativo y democrático. Gloria prefería el exceso a la falta de libertad.

 

EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN

 

Antes de la apertura del Campo de Concentración, Gloria tuvo la oportunidad de compartir la prisión con varias compañeras obreras, campesinas y estudiantes, incluidas las llamadas “presas antiguas”. Así, estuvo con Petrona Rodríguez, Gilberta Verdun de Talavera, Malena Ashwell –luego deportada a los Estados Unidos– y Saturnina Almada.

Pero como después de la represión a la Organización Primero de Marzo, OPM, los calabozos policiales ya fueron sobrepasados, se trasladó a la inmensa cantidad de los presos al Campo de Concentración de Emboscada.

Allí Gloria satisfizo una de sus más sentidas curiosidades: entrar en contacto directo con los presos políticos más antiguos del continente: Antonio Maidana, Alfredo Alcorta y Julio Rojas, verdaderas leyendas, sobre todo entre los militantes de izquierda.

En un principio las autoridades del Campo de Concentración quisieron imponer condiciones carcelarias muy rigurosas, pues además de obligar a los presos a trabajos forzados, sobre todo a picar piedras, se los mantenía hacinados en los calabozos en los tiempos de descanso, privándolos de toda y cualquier actividad recreativa.

Se desarrolló una fuerte lucha por mejorar las condiciones, entonces, que dividió aguas entre los prisioneros, pues estaban los partidarios del “buen comportamiento”, que se traducía en la práctica en el sometimiento, lisa y llanamente, a los caprichos de los carceleros, y los que llamaban sin temor alguno a la resistencia; obviamente Gloria acompañó esta ó esta última decisión, y paralelamente las “leyendas vivas”, Maidana, Alcorta y Rojas lideraron los combates.

Más adelante –y como directo resultado de las valientes luchas de los presos– las condiciones carcelarias mejoraron, pudiendo los prisioneros:

- realizar actividades culturales varias,

- ser visitados por sus familiares en prolongadas jornadas de casi 8 horas de duración,

- realizar trabajos artesanales varios,

- organizar torneos de diversas modalidades deportivas, y

- dormir con mayor comodidad, no ya dentro de los pequeños calabozos.

Los presos cocinaban sus alimentos, desde el desayuno hasta la cena, y cada final de semana se organizaba una animada peña, con la que los prisioneros entretenían a sus sacrificados familiares.

Gloria Estragó estuvo presa en esa oportunidad por un año y un mes. Luego de recobrar su libertad, se sumó a las diversas luchas que tenían como objetivo central la liberación de todos los presos políticos. Obviamente, soportaría nuevas detenciones en años posteriores, pero nada haría mermar sus convicciones profundamente democráticas y decididamente progresistas.

 

NUEVOS ESPACIOS

 

Gloria Estragó rompió con posterioridad con el Partido Comunista Paraguayo, PCP, pero nunca desistió de sus profundas convicciones doctrinarias, declaradamente marxistas. Sus cuestionamientos fueron otros, más bien se manifestó contra posturas y actitudes sectarias y dogmáticas.

Desde la perspectiva estrictamente política, Gloria pasó a militar en el Movimiento Paraguayo de Liberación Nacional, MOPALI, una organización nacionalista de izquierda que fuera promovida sobre todo por otra leyenda viva de la política paraguaya: Arturo Acosta Mena, abogado y político, que se distanciara definitivamente del Partido Febrerista después de la expulsión de los dirigentes de izquierda.

Cuestionamientos varios, sin embargo, la distanciaron del MOPALI y como era una persona que siempre necesitaba estar formalmente vinculada a alguna organización, terminó militando en el Partido Revolucionario Febrerista.

Paralelamente, Gloria desarrolló acciones al interior de movimientos feministas, como el Frente Amplio de Mujeres y viajó al exterior (clandestinamente) para participar de varios encuentros. No podía eludir ese compromiso, ya que la situación de las mujeres en el Paraguay era marcadamente precaria y los reclamos de igualdad le llenaban por completo.

Nuevas detenciones: Al igual que otras mujeres que ya habían estado en prisión, el activismo de Gloria Estragó estaba siempre en la mira de los represores. Así, durante los años 1982, 1984, 1987 fue de nuevo detenida por 4 a 10 días, siendo recluida en el Departamento de Investigaciones. Los años 80 fueron conocidos como de “Dictablanda”, pues la dictadura de Stroessner había perdido la capacidad para reprimir con violencia extrema, por lo que las detenciones eran más bien pasajeras.

Por lo general, las detenciones de Gloria Estragó en los años 80 tenían como causa explicitada el haber principalmente de Congresos Internacionales o Talleres de Solidaridad con el Paraguay. En ese tiempo una de las pugnas se dio en la arena internacional, pues mientras la oposición democrática y progresista se empeñaba por aislar internacionalmente al stronismo, este apostaba a revertir la mala imagen dominante sobre el régimen, fuera del país.

 

TESTIMONIOS CLAVES

 

Gloria recuerda la prisión de 1975 con mucha emoción: “Estuve por 1 año y 1 mes presa, sufriendo torturas físicas y sicológicas”.

“Posteriormente y ya trasladadas al Campo de Concentración de Emboscada nos encontramos con cientos de compañeros como Antonio Maidana, Julio Rojas y Alfredo Alcorta, los presos políticos más antiguos del continente en aquel entonces. Compartí también los días de encierro con Ananías Maidana, Emilio Barreto, Idalina Gaona, Celsa Ramírez, Nenena Kannonikoff, Martín Almada, Carlos Fontclara, Miguel López Perito, la Dra. Gladys Saneman, Alfonso Silva, Basilica Espínola, Melquíades Alonso, Santiago Rolón y tantos otros”.

“Éramos cientos y dándonos fuerzas y coraje los unos a los otros. Sobrevivimos casi sin agua, prefiriendo darles a los 17 niños y 2 niñas nacidas en prisión, los que nos daban alegría y ternura. Los sábados por la tarde nos concedían un corto permiso para realizar encuentros culturales, como teatro, danza y música. Compartimos la mala comida y cada día luchábamos por mantenernos vivos y esperanzados en una patria liberada”.

Desencanto: Después de la salida de los presos antiguos, a finales de los años 70, el Partido Comunista Paraguayo se reorganizó y en el marco de esa reestructuración se tomaron algunas medidas que resultaron como mínimo cuestionables para muchos. Se procedió a expulsar del partido a varios militantes y dirigentes, algunos sin explicación sólida alguna.

Antes que entrar a evaluar los alcances de esta medida, apenas deberíamos limitarnos a reproducir el testimonio de Gloria sobre esta cuestión puntual:

“Tuve la desgracia de ser perseguida por un lado, la dictadura de Stroessner con sus métodos de persecución, prisiones, torturas, amedrentamientos, etc., y por el otro lado, por el estalinismo que se había instalado en el Partido Comunista Paraguayo, PCP, y después de 8 años me entero que me habían expulsado del partido, sin derecho a la defensa ni a la réplica por no haberme subordinado a ellos”.

“He llegado a temer por mi vida, en particular cuando encabecé el Grupo de los Autoconvocados con Timoteo Ojeda, Federico Santos y otros”.

“La frase que me identifica es “No hay Victoria sin Lucha”.

 

Fuente : REBELDES POR LA PATRIA, por ROBERTO PAREDES . SECRETARÍA DE LA MUJER DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA ( www.mujer.gov.py ). Comité de género de la ITAIPU BINACIONAL. COLECCIÓN KUÑA REKO. Editorial SERVILIBRO. E-mail: servilibro@gmail.com / Web: www.servilibro.com.py. Asunción, Paraguay, 2011.

 

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