MAMANAIDES, 1999

Esculturas  Cerámicas, KVD GALERIE, ARTECON·99, DACHAU, ALEMANIA

"Mamanaides, diosas, hijas, dadoras de conocimientos, esplendor, temor..."

Cerámicas de Ofelia Fisman - Serie "La huella de los dioses" * Año 2007

LA CERÁMICA DE LAS MAMANAIDES "MAMANAIDE", es una palabra inventada por la autora, y que denomina tanto a un sujeto y a un lugar a la misma vez. LA TIERRA DE LAS MAMANAIDES, sitio y morada de una raza de mujeres indómitas puede llevarnos a asociaciones míticas y protohistóricas. Este conjunto instalacionista de decenas de obras lleva a considerar una relación con las mujeres neolíticas sudamericanas o universales.

Las piezas escultóricas, representadas a la manera de restos cerámicos, muestran a la civilización matriarcal de las MAMANAIDES junto a sus utensilios, en una ficción arqueológica, recordándonos una disposición funeraria o a una aldea-pueblo femenino teatralmente petrificado.

Son formas abstractizantes de anatomías de una mamífera-humana, trabajadas como caparazones de barro y que confirman la oquedad y el vacío de su interior, como cáscaras, como memoria del otro/a. En el Estado de las MAMANAIDES, y en la tradición cerámica, eran las mujeres las que elaboraban y trabajaban el barro. Las cualidades plásticas de la arcilla habían sido aprovechadas por las hembras, para fabricar recipientes utilitarios, principalmente para contener líquidos; necesidad que está en los mismos orígenes de la vida sedentaria y de la agricultura. Mientras la mujer de los tiempos paleolíticos llevaba una vida penosa, con su prole a cuestas, siguiendo al nómada cazador; es ella quien pasa a decidir y presidir la vida sedentaria.

Las piezas antropomorfas han sido realizadas con el método del "colombín" o "chorizo", que no es otra cosa que la milenaria técnica de unir largas y gruesas tiras de arcilla de forma espiralada, de igual forma como en Paraguay eran elaboradas las piezas cerámicas por las mujeres guaraníes. En las otras obras de Ofelia Fisman se percibe o intuye una obra de mayor resonancia amerindia, evidenciada en el propósito de sus usos. Se trata de cuencos más o menos planos para trasvasar, almacenar, transportar y beber líquidos que están dispuestos en la sala a modo de ofrendas al visitante cansado, como prueba de hospitalidad y nutrición. Los vasos y fuentes guaraníes, llamados de ña e, guardarían cierta memoración con este rito de compartir y alimentar, que aquí también se disponen como muestra de los utensilios de la pseudo-cultura mamanaide. Otros vestigios materiales de esta civilización fantástica de mujeres belicosas son sus armaduras. Imaginaria corsetería y mallas usadas sobre el torso superior, tendrían la finalidad de proteger los órganos mamarios en las beligerancias propias de sus defensas y conquistas.

En este proceso de esquematismo y abstracción plástica, late quizá una voluntad de estilo que ahora, después de Picasso o de las artistas ceramistas de Itá y Tobatí, y de tantas experiencias del arte moderno, estamos en condiciones de comprender y hasta de amar.

FERNANDO MOURE - junio 2001

LAS MAS LINDA MAMANAIDE, colección de la artista