De que el establecimiento MAMOREI, de los esposos BRÍTEZ CABALLERO-ABBATE -conforme relatábamos-, era una copia en miniatura del edén, no cabe la menor duda. Ese pequeño fragmento de cielo ubicado a orillas de Ybycuí había hecho germinar MAMOREI, composición instrumental de MAURICIO CARDOZO OCAMPO.
El agrimensor y músico BABY (LUCIANO) BRÍTEZ CABALLERO, oriundo del lugar, y su esposa LUCHA (LUISA) ABBATE le habían agregado otros dones a ese lugar desde luego ya bendecido con amplia generosidad por la naturaleza. La música y los amigos eran el complemento que habían escogido para cerrar ese raro círculo de la maravilla terrenal.
Los Cardozo Ocampo -don Mauricio, doña Fide y sus hijos Oscar (las veces que venía de Buenos Aires), Amambay, Aníbal yPinchi (Mauricio, hijo)-, eran parte del paisaje de Mamorei. Los músicos del Conjunto Perurimá también. Entre ellos estaba el cantor sampedrano, guitarrista y compositor, JOSÉ MAGNO SOLER.
"Desde el primer día en que pisé Mamorei me encantó el lugar. Ingresando por la avenida de eucaliptos aromados, se llegaba a un sitio, con casas de techo kapi'i, donde el viento venido del cerro cercano soplaba como si viniera del mismo yvága, junto a las flores. Los domingos disfrutábamos de cuanto allí había. La luna asomaba sobre nuestras cabezas", comenta Soler, quien hoy es eje principal de la resurrección del Conjunto Perurimá, de nuevo en plena vigencia.
"Baby fue extraordinario, en todo sentido. Era agrimensor, pero sobre todo artista, intérprete de la guitarra y el bandoneón. Sus colaboradores en las mediciones de tierra, en los más remotos puntos del país, eran tan músicos como él: los hermanos Gregorio y Eligio San-tos, además del arpista Alfonso Giménez", recuerda también el autor de San Pedro del Norte.
"Ese fue el hombre que me inspiró a escribir y componer la polka PURAHÉI "MAMOREI"-PE. Es un homenaje de gratitud al amigo músico, al hombre sensible, amigo del amigo, multifacético. Una gran persona", rememora al hablar de una letra y una música que se gestó en el reino de Mamorei y concluyó en Asunción el 1 de junio de 1991. Así nació este tributo a la amistad, destinado a volar por encima del tiempo que todo lo convierte en ceniza y polvo, en olvido.
La letra, luego de pintar el universo donde se unían en armonía el entorno y el arte de profundas raíces paraguayas, alude a un tal Pablito. "Era el hombre que nos recibía, cordial y atento, el encargado de Mamorei", precisa José Magno.
"Algún tiempo después de concluir la obra -dos o tres años tal vez-, le llevamos una serenata con un quinteto conformado por algunos integrantes de Perurimá. Le gustó la música. Lastimosamente, poco después, fallecía de un infarto", relata Soler.
En el 2000, por primera vez, José Magno Soler grabó PURAHÉI "MAMOREI"-PE, sumándose a la pieza instrumental creada por MAURICIO CARDOZO OCAMPO. En alas de ambas composiciones MAMOREI está en cualquier parte, haciendo honor a su nombre.