PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
Sociedad de Escritores del Paraguay SEP

  PREMIO LITERARIO GRUPO GENERAL DE SEGUROS S.A. - PRIMERA EDICIÓN – 2011


PREMIO LITERARIO GRUPO GENERAL DE SEGUROS S.A. - PRIMERA EDICIÓN – 2011

PREMIO LITERARIO GRUPO GENERAL DE SEGUROS S.A.

PRIMERA EDICIÓN – 2011

Editorial SERVILIBRO

Dirección Editorial: VIDALIA SÁNCHEZ

Diseño y diagramación de interior: BERTHA JERUSEWICH

Corrección: MARIBEL BARRETO

Edición al cuidado de la SEP

Asunción – Paraguay

Mayo 2011 (95 páginas)



CONJEJO DIRECTIVO GRUPO GENERAL DE SEGUROS S.A.

PERIODO 2007/2011

 

PRESIDENTE:

Lic. HUGO FERNANDO CAMPERCHIOLI


VICEPRESIDENTE:

Sr. JORGE OBELAR LAMAS


DIRECTORES:

Lic. SILVIA CAMPERCHIOLI DE MARTIN

Dr. REINALDO PENNER

Dr. JOSE ANTONIO MORENO RUFFINELLI

Sra. ROSSANA MARIA BEATRIZ CAMPERCHIOLI

Sra. GRISEL MARIA CAMPERCHIOLI DE OBELAR

Ing. JORGE RODOLFO CAMPERCHIOLI


SINDICO TITULAR:

CP. RAUL SABINO PRONO SERAFINO


SINDICO SUPLENTE:

Lic. VICTOR ZAVALA


GERENTE GENERAL:

Ing. AMERICO GUILLERMO BENITEZ CESPEDES


GERENTE ADMINISTRATIVO:

Dr. CESAR ANGEL VALINOTTI MOLINAS


GERENTE TECNICO:

Líe. EDUARDO DANIEL BARRIOS SANABRIA


GERENTE COMERCIAL:

Abog. EDUARDO HIROHITO NAKAYAMA ROJAS


AUDITORES EXTERNOS:

JC DESCALZO & ASOCIADOS


Avda. España 2210 c/ América

Tel.: 234 000 al 10 - Fax: 234200

E-mail: general_de_seguros@ggeneral.com.py

Website: www.ggeneral.com.py

Asunción - Paraguay



PRÓLOGO

La feliz iniciativa del Grupo General de Seguros de convocar a un concurso literario ha tenido una respuesta magnífica. Las obras presentadas sorprenden, tanto por la cantidad como por la calidad, por lo que la tarea del jurado habrá sido harto difícil. Pero dada su categoría, podemos estar seguros que los premios han sido concedidos a las mejores obras.

¿Por qué la literatura? Es quizá una pregunta que más de uno se habrá formulado. ¿Por qué no economía, política, o alguna otra disciplina más afín con las actividades comerciales o de servicios?

Y la respuesta quizá la tengamos en Emerson cuando decía: “El hombre es solamente la mitad de sí mismo; la otra mitad es su expresión”

En la literatura el hombre da rienda suelta a sus expresiones, que a su vez no son sino el reflejo de sus pensamientos, de sus creencias, de sus creaciones. Pero el escritor escribe porque de esa forma se realiza, y vuelca hacia lo demás todas las intensidades de su ser, que de no ser por la escritura, quedarían secretamente guardadas en su intelecto, y por tanto privarían a la humanidad de ir formando el acervo cultural para trasmitir las vivencias de cada generación a las que sobrevengan.

El escritor nada se guarda para sí. La comunicación que hace a través de la literatura es sencillamente su manera de ver y enfocar la realidad del mundo. Y aun en aquellas obras en la que el absurdo aparece como constante, vemos que en ellas hay mensajes sutiles, difíciles de descubrir, que nos hacen llegar sin embargo a vivencias, situaciones que son descriptas por una vía no convencional, pero que finalmente alcanzan a cumplir lo que el creador piensa y expresa. Porque el creador quiere trasmitir también lo que a él le llega a conmover, es decir trasmite sus sentimientos y emociones, en el sentido que expresaba Henri Bergson cuando decía que: “Creación significa ante todo emoción. Y agregaba: A la emoción creadora debe su existencia la literatura”.

Los géneros elegidos para el concurso son aquellos que conllevan más ingenio en sus creaciones. El cuento, ese pequeño “gran” género que tanto brilló en la pluma de Chejov, de Guy de Maupassant, o más cerca nuestro de Horacio Quiroga, despierta siempre emociones por lo inesperado de su temática y sobre todo de su final. El lector se siente atraído desde el comienzo esperando llegar a un final que a veces lo intuye y otras se le escapa por caminos más impensados.

La poesía es probablemente el más sublime de los géneros literarios. Aquel que conlleva la mayor carga de sentimientos, y de lecturas de la realidad, que son en la pluma del poeta convertidas o en cantos de esperanza, o en lamentos de sueños no cumplidos. Recuerdo a León Felipe, cuando nos da su definición de poeta: “Poeta es aquel hombre - aquella sustancia humana y nacional que en un momento fervorosos de la historia, tiene fuerza suficiente para levantarse ella su pueblo - de lo doméstico a lo épico - de lo contingente a lo esencial, de lo euclidiano a lo místico, de lo sórdido a lo limpiamente ético”

Y finalmente, me complace que se haya llamado también a concurso de ensayos. Este fue tenido por muchos años como un género menor. Sin embargo lo desmienten en forma categórica e irrefutable Ortega y Gasset, Octavio Paz y tantos otros, que hicieron del ensayo un deleite para los sentidos. Deleite porque además de abordar los más diversos temas con altura e inteligencia, hicieron gala de cuidar el idioma, de pulirlo y de enriquecerlo.

Auguro pues a los ganadores de estos premios, una larga vida de creación literaria. Deben pensar que escribir es esencial para quien ama las letras. Que escribir es dejar testimonios del tiempo que nos toca vivir. Y de alguna manera, aunque no a todos, les toca proyectarse hacia una ansiada inmortalidad.

Asunción, 22 de febrero de 2011

José Antonio Moreno Ruffinelli

DIRECTOR

Grupo General de Seguros S.A.



INDICE

Prólogo - 7

Cuentos - 11

Detrás de los parpados - 13

El posadero  - 25

Nuestros Héroes - 33

Poesía - 45

Palabras a la libertad - 47

Te esperamos despiertos - 55

Él nos observa - 61

Ensayo - 69

Rapsodia Guaraní  - 71

Bicentenario de la República del Paraguay, retrospectivas de su patrimonio y cultura - 83

 

 

 

 

 

 

CUENTOS

 

PRIMER PUESTO

DETRÁS DE LOS PARPADOS

Cintia Mariela Cañete Paredes


DETRÁS DE LOS PARPADOS

-Parece que viene una tormenta.

Estaba parada en la galería de la casa con los pies descalzos. El cabello le flotaba salvaje sobre los hombros. En sus pupilas, se impregnaba el cielo rasgado de jirones de nubes que se arremolinaban furiosas y las ramas de los árboles que se doblaban bajo los nudillos del viento. No había quedado un solo trino de la algazara que duraba todo el día y los perros se habían metido a la cocina.

Sobre el alambrado que rodeaba la casa, vio la ropa que había lavado en la mañana y corrió a buscarla bajando la cabeza para proteger los ojos de la tierra que se levantaba. La piel curtida de sus manos no sentía los rasguños de los alambres que maliciosamente enganchaban las púas a las telas tratando de aprisionarlas. Cuando terminó de arrancarlas de las garras del cercado, formó un gran burujón entre sus brazos y apretó la nariz aspirando el olor a jabón de coco.

Es el olor que la traía de vuelta cuando estaba allá. Soñando.

- O tal vez siempre estuvo soñando acá y allá despertó. Quién sabe.

El tiempo es una cosa extraña. Le encanta torcer rutas, dar vueltas, desteñir cabellos, dar razones, quitarlas y mostrar verdades. Como si en ese circunloquio inagotable desplegara su ejército de sádicos segundos para asegurar la majestad de su imperio.

Huyendo de las primeras gotas gordas que caían, entró a la pieza y depositó sobre la cama su carga para cerrar las puertas y dirigirse a la cocina.

Encendió el brasero y llenó la pava con agua del cántaro que estaba en el rincón. Iba a durar bastante la lluvia, lo sabía porque los perros se habían enroscado como para dormir una eternidad. De un clavo mal puesto en la pared descolgó una tira de cáscara seca de naranja y un poco de hojas de burrito de la rama que entraba por la ventana proveniente de la mata del patio, y las puso sobre la mesa. Mientras dejaba la pava sobre el fuego, fue hasta la alacena enclenque y buscó la lata en donde guardaba la yerba. El mate de palo santo estaba al lado. Lo tomó y fue hasta la mesa.

Sentándose con un suspiro se dispuso a continuar el ritual.

Allá no había hojas de burrito, ni cáscaras de naranja. De hecho no existía ese limbo temporal en donde todo se acompasa para acompañar el tiempo ancestral del silencio.

Había ido de buena gana, seducida por las fantasías gloriosas de quienes volvían. Las manos curtidas y la espalda encorvada de su madre, por tantos años de lavar ropa de otros, la habían decidido.

Con algo parecido a la ternura partió en pedazos la tira de naranja colocando los trozos dentro del mate junto con las hojas de burrito que frotó entre los dedos antes de colocarlas en el fondo.

Se había despedido de su madre, sumida en un violento zollipo, y saliendo a la madrugada de sapos y grillos que se acababa en el hilo rojo del horizonte que empezaba a clarear, caminó hasta la parada donde pasaba el removido que la llevaría hasta

Asunción sentándose con su valija nueva y, los sueños, los miedos y las ansiedades anudándole las tripas.

Sobre el preparado de cascaritas y hojas vertió la yerba y se levantó llevando la silla cerca del brasero. Sacó la pava del fuego y mojó la yerba con un poco de agua tibia para colocar la bombilla. Cebó el primer mate y dejó que Santo Tomás le diera su aprobación perdiendo la mirada en la cortina de aguas lústrales que hacía del paisaje un aguafuerte enmarcado por la puerta.

El viaje en el removido la adormeció. Soñó que estaba en una cama que la quemaba. La despertó el grito del guarda:

-¡Terminal de Asunción!

Con el corazón golpeándole el esternón por lo vivido del sueño y el susto de haberse dormido, se levantó del asiento, buscó su valija y se metió de lleno en la marabunta de la estación para continuar su periplo.

Había llegado temprano al aeropuerto, adonde más podía ir. El papelito con las instrucciones que le dieron decía muy claro que luego de llegar a la terminal tenía que tomar otro colectivo que la dejaría en el aeropuerto. Se sentó en uno de los asientos del área de espera atrincherada tras su valija hasta que oyó los altavoces llamando al embarque.

Se cebó el segundo mate y solazó su alma en el vaho botánico que se desprendía. Era ese acto tan íntimo y silencioso el áncora de sus días. La que no era igual era ella.

El océano era el gran punto y aparte, es una cualidad del agua marcar inicios o finales. Mirando desde la ventanilla del avión esa inmensidad negra supo que no habría forma de volver a lo que dejó atrás. Siempre la vida es un saltar de letra en letra, saber colocar comas y dos puntos y reconocer cuándo es necesario el punto final que nos tirará de bruces contra el papel en blanco, donde andaremos perdidos hasta visualizar la cola de alguna mayúscula que nos catapulte al siguiente capítulo.

Paredes desteñidas y una puerta. Un colchón en el piso con las sábanas revueltas, calientes. El olor acre de mil sudores la asfixia mientras llora con la discreción del que está solo en compañía. Esas lágrimas circunspectas que saben deslizarse en el silencio que quisiera ser un grito desgarrado y se retuerce en las costillas.

Fue hasta la mesa y encendió la radio que estaba encima. Un rumor monótono de cigarra daba las noticias. Volvió a su sitio junto al brasero y continuó con aquel protocolo verde de agua y yerba.

Liberados de la opresión. Dignidad.

Las palabras salían de los parlantes, se metían en sus oídos y quedaban dando vueltas en su cabeza sin saber adónde ir. Uno de los perros se removió en sueños gimiendo. Tal vez algún recuerdo que revivía en la alucinación del letargo.

Caminar con la cabeza gacha y esconderse. Eso había aprendido. También a soportar las befas sin replicar y a tener miedo. Ese miedo que se va pegando en la piel como una lámina hasta hacerse carne y contaminar todos los pensamientos.

Habían rebañado su espíritu desde que puso los pies en aquella inmensa catedral de aviones. Uno tras otro los golpes.

- Muéstreme su pasaje de regreso

- ¿Para qué vino?

- ¿Dónde piensa quedarse?

- ¿Durante cuánto tiempo?

Y luego la calle, el frío y encontrar la dirección del lugar adonde va. Un edificio sucio, de pasillos mal iluminados, en un barrio de la periferia. La puerta, con el número que lleva anotado en su papel, se abre dejando escapar el hedor de los cuerpos hacinados.

En la cocina caldeada por el brasero, entibiaba las manos envolviendo el cáliz de palo santo en tanto el murmullo del locutor seguía zumbando desde la mesa un fárrago que le llegaba inconexo. Festejos. Emancipados. Doscientos años. Afuera, la lluvia seguía lavando los verdes. En la alacena guardaba una chipa que compró a Don Pascacio hacía unos días. Con una mueca se incorporó de su asiento. Seguramente fue esa cantidad que vino de la casa de Doña Adela que había recibido a la familia de Asunción, la misma que recogió del cercado. Avanzó friccionándose la cintura y rebuscó en la repisa. Volviendo a su lugar colocó la rosca endurecida para calentarla cerca del brasero.

No hubo bienvenidas. La que le abrió la puerta le mostró el colchón y se marchó. Miró el reloj que se había comprado y pensó que del otro lado del mundo estaría incendiándose el cielo en el carmín del atardecer y su madre estaría regando los jazmines y madreselvas del jardín.

La maleta quedó en un rincón y se acostó. Un recuerdo del futuro viboreaba en sus entrañas. Los estertores que salían de los bultos a su lado no la dejaban dormir. La que se había marchado había dejado las sábanas calientes.

Partió la chipa y se llevó un pedazo a la boca dejando que la mezcla del queso y el almidón funcione. Tomó otro mate más mirando la lluvia que no acababa. Hoy no tendría que regar, pensó recordando que ya no estaba. No pudo despedirse. Había tomado su lugar y ahora era lo mismo que no había querido ser. La lágrima se desplomó de los diques de sus pestañas y resbaló en su rostro hasta mojar sus manos. Manos callosas, endurecidas de trabajo y de intemperie. Iguales a las de ella.

Cerró los ojos para aprisionar el agua salobre que empujaba desde el dolor. Buscó el pañuelo que tenía en su bolsillo y secó el surco que la gota había trazado. El olor a jabón de coco inundó su nariz. En la radio seguía la algarabía. Bicentenario de la Independencia.

Abrió los ojos.

Desapareció la tarde, la lluvia regando los jazmines, los perros, la alquimia de la yerba y el agua perfumada de bosque, el tiempo en silencio, el aroma de coco secado al sol y el locutor que festejaba doscientos años de libertad.

Libertad.

La realidad era el yugo de esa cama febril en donde los fantasmas se turnaban para soñar con sus vidas mientras morían encadenados.

No tenían papeles.

Todos tenían el mismo nombre.

Inmigrante ilegal.

Cintia Marieta Cañete Paredes



SEGUNDO PUESTO

“EL POSADERO”

Gerónimo Codas Zavala


EL POSADERO

Aquella tarde nublada me hospedé en una pequeña posada de un pueblito del interior. El edificio era antiguo. En un principio me pareció abandonado, pero luego vi a alguien en la recepción. Era un hombre pálido. Estaba parado y miraba al frente, inmóvil. Parecía demasiado concentrado en algo. En sus ojos brillaban unas grandes pupilas ausentes. En su rostro un rictus grave.

-¿Le quedan habitaciones libres?

-No hay ninguna ocupada. Puede elegir la que quiera -me respondió de forma pausada, mientras se acomodaba las vendas que le cubrían el cuello.

Me vio tomar una de las llaves que estaban sobre el mostrador.

-Esa llave es de la habitación cinco, señor.

-¿Acaso está fuera de servicio?

-No. En realidad esa es la pieza que está al lado del viejo árbol, del que habla la leyenda... -su tono se volvió aún más grave y misterioso.

-Escuché muchas historias desde que llegué. Pero la verdad, todas me parecen pura superstición.

-Entonces no creo que tenga problemas, señor. No son más que supersticiones...

Comprendí lo que me dijo el hombre, mas no creía esos cuentos. Es sabido que la gente del campo deja volar su imaginación. La guerra grande se había peleado casi una centuria antes en ese lugar. Cada noche de lluvia, los pobladores juraban sentir -y hasta escuchar- los gemidos de los soldados.

Entré en la habitación. Muebles polvorientos. Paredes manchadas de humedad. Olor a viejo. Casi salí asqueado en busca de otro lugar donde dormir, pero recordé con una risa resignada que no había podido encontrar más opción en ese pueblucho.

Volví a la recepción con ánimos de quejarme. No encontré a nadie. El posadero no había dejado a ningún encargado.

Esa noche me dediqué a leer hasta sentir cansancio. Antes de apagar las velas, fui a cerrar las cortinas. Cuando me asomé a la ventana vi el famoso “viejo árbol”. En parte, pude entender a los lugareños. Era muy lúgubre. Recordaba la depresión de la muerte. Algunos objetos pueden absorber las cosas abstractas -como la tristeza- y volver a emitirlas incontables veces, sin límite de tiempo. Hay quien dice que puede cautivarse hasta algo más significativo -como eco, imágenes y a veces hasta espectros de personas-. Ese árbol cargaba sensaciones dolorosas. El tronco gordo estaba cubierto por una corteza áspera y polvorienta. Parecía tener las ramas cansadas, pero estas aún se alzaban fuertes hacia el cielo. Me susurraba frases ininteligibles, tan sólo emitiendo su imagen. Aquel era el lenguaje de las ánimas. No lo soporté y cerré las cortinas de forma abrupta.

La tormenta llegaba al pueblo. Cada tanto, un relámpago iluminaba el cielo, y el viento emitía un murmullo todavía pacífico y relajante. La tempestad sería intensa. De repente, empezó la lluvia.

Pude oír algo. Intentaba distinguir. Eran estallidos graves e irregulares, a la distancia. Parecían disparos. Aun así, sólo con los primeros gritos empecé a preocuparme. El ruido era intenso y atropellado. Se escuchaba cada vez más cerca de la ventana. No. Era sugestión. Me lo estaba imaginando... ¿Me lo imaginaba? Tuvo que pasar una hora para que la batalla cesara.

Aterrado en la cama, tenía la mirada fija en las cortinas. La tempestad había amainado. En medio de la paz climática, percibí sonidos del otro lado de la ventana. Podía ser cualquier cosa; No debía alterarme. El ruido seguía. Era como un sonido de sogas y hombres preparando algo bajo el árbol. Muchas voces se escuchaban, algunas dando órdenes in entendibles. Todos callaron. El trabajo siguió un momento más y luego quedó solo el crujido continuo de una rama. Un relámpago. La silueta de un hombre se agitaba desesperada.

Al día siguiente desperté cansado y con dolor de cabeza. De seguro, la pesadilla se había causado por las pésimas condiciones de la habitación. Reposar en un lugar tan dejado no debe ser bueno para la mente.

Me preparaba para seguir mi camino. Abrí la puerta de la pieza y dejé mi equipaje a un lado del pasillo. Por fin saldría de aquel maldito pueblo. Miré hacia la recepción y vi que el posadero estaba a pocos metros. Sus ojos estaban fijos en mí, de una manera inquietante. Recostado contra la pared, más pálido que nunca.

-Pequeña tormenta la de anoche -me dijo esbozando una leve sonrisa- Parece cansado, no me diga que las supersticiones le afectaron.

Gerónimo Codas Zavala



 

TERCER PUESTO

NUESTROS HÉROES

Orlando Gabriel Cáceres Ramírez


NUESTROS HÉROES

Celebro la aurora que viste sonora al día que nace;

admiro el rocío que al fresco plantío otorga verdor,

elogio el sembrado hijo ponderado de tierras feraces,

alabo al labriego guardián solariego

de nuestro esplendor.

Elpidio Alcaraz Segovia


Fuerzas foráneas amenazan con ennegrecer el futuro de estas tierras. Una nación abandonada y un pueblo unido en el infortunio.

Tales pensamientos gravitaban en la mente de aquellos hombres. Ahora, era preciso que los mismos se conviertan en ideas, y éstas, en hechos que puedan cambiar los derroteros patrios.

Uno de ellos pidió hablar:

“Existe un tiempo preciso para actuar. Siempre ha sido así. Debemos concretar el plan esta noche, antes de que sea tarde”

La conversión era pausada. Se analizaban estrategias, posibilidades, los errores que no podían ser cometidos. La tenue iluminación del candelabro otorgaba un aspecto de sombras a aquellos rostros. Semblantes graves, el parpadeo calculado revelando las miradas de conspiración...

Todos parecían asentir con la afirmación del compañero.

Sí, efectivamente - respondió otra voz - ahora es nuestro tiempo. No podemos aceptar ninguna posible imposición foránea. El gobernador ha olvidado a su pueblo.

La mayoría eran jóvenes, no sobrepasarían los treinta años.

Luego, otra voz, más grave, y con solemnidad, dijo:

-El héroe, ese tenaz guerrero guaraní, parece dormir en el interior de cada paraguayo. Pero cuando ve amenazada su familia, su nación, entonces despertará. Y será en ese momento cuando todo ese cúmulo de valentía surgirá con una potencia extraordinaria-

Fueron las últimas palabras que pude oír. De a poco, las voces se fueron apagando hasta que solo se oía el canto matizado de los grillos.

No tenía idea de cómo presencié aquella escena, tampoco en que momento salí de allí. Lo cierto es que ahora me encontraba frente a la fachada de la casona. Un silencio diluido parecía reptar por los callejones oscuros. La luna menguante transmitía una atmósfera de quietud. Sin embargo, el presagio de un suceso insólito parecía respirarse en al aire.

De pronto, unos hombres salieron raudamente de los corredores de la casa de los Sáenz. Embozados en sus capas, emprendieron camino hacia la Plaza de Armas. Sus pasos eran firmes, sincrónicos.

Traté de seguirles pero se me nublaba la vista. Las esbeltas figuras se volvieron lejanos espectros.

Ahora sólo escuchaba. Escuché las campanadas de la catedral rompiendo el silencio de la noche asuncena. Después todo fue muy confuso. Las personas salían de sus casas, el clima era expectante. Alguien dijo que los cañones se encontraban ya frente a la casa del gobernador. Luego, un silencio largo. Por encima de los tejados se vislumbraban los primeros rayos del sol. Hasta que finalmente estalló la algarabía en la Plaza. Los gritos de los patriotas colmaron toda la ciudad: ¡Viva el Paraguay!, ¡Viva el Paraguay!

Sentí como corría por mis venas un hilo de calor que a la vez era un frío intenso. Un sentimiento de gozo y orgullo.

Sable y bayoneta. Fusiles y cañones por doquier. La sangre se derrama sobre las tierras rojas de Humaitá, Curupayty, Yatay, Cerro Cora...

Cerré los ojos. Imagine nuestro pasado de gloria. La férrea voluntad de nuestros guerreros. Aquí estuvieron ellos- pensé-. Sobre estos campos entregaron sus vidas nuestros héroes...

Abrí los ojos, y los vi. Pude ver a los soldados de la patria. Los defensores de nuestra tierra combatiendo a los enemigos aliados.

El General arengaba a su ejército en medio del fragor de la batalla. Su voz, potente, transmitía todo el vigor que era capaz:

¡Por la patria que nos dio la vida!. Por el Paraguaaay!.

A continuación, parecía escucharse que toda la nación rugía para secundar la proclama de su General.

Mientras, el soldado patrio luchaba con denuedo, a diestra y siniestra con su sable, arremetía a cuanto se interpusiera en su camino. Hasta que pude ver el filo de la bayoneta enemiga penetrando su vientre, el chorro de sangre manchando el ajado uniforme.

El General, continuaba gritando con todas sus fuerzas:

Por el Paraguay! Por el Paraguaaay!

Y el joven soldado vio transcurrir su vida en cámara lenta. Revivió los días calurosos en la chacra, con sus padres y sus hermanos. Luego una explosión muy cerca lo encerró en un silencio agudo. Le pareció saborear de nuevo la comida de su madre mientras contemplaba la última sonrisa de su padre. -Ahora nuestra nación necesita de sus hijos. Lo importante, no sólo es vivir- le había dicho- Sino saber para qué vivimos. Y los recuerdos, y las balas, y el ensordecedor ruido de los cañones desaparecieron de repente. El cuerpo del soldado cayó sobre la tierra con sonido seco.

Una densa neblina me ocultó la visión de aquella gesta histórica. Dentro de mí sonaba música muy triste, una melodía de angustia que parecía interminable...

Las guerras civiles tiñeron de rojo las calles. La codicia socavó los valores patrios.

Se vivía con miedo por la lucha entre sus propios gobernantes, mientras los años transcurrían confusamente.

Hasta que el estallido de otra guerra hizo estremecer de nuevo el corazón de nuestro pueblo. La Guerra del Chaco.

El verde desierto se tiño de sangre. En los campos de batalla nuestros héroes una vez más dieron hasta el último aliento de vida.

También comenzó a surgir otro tipo de guerrero en el Paraguay. Hombres y mujeres que aprendían a utilizar otras armas, con otros fines. Ellos procuraban crear conciencia, infundían ideas de libertad. Fue así que algunos tomaron la pluma y crearon historias. Historias que reflejaban el alma del pueblo sufrido. Otros, quisieron que el alma sea escuchada entonces crearon melodías y versos que cantaban la gloria nacional.

Ellos eran, ahora, nuestros nuevos héroes.

Nadie encontró sus cuerpos. Nadie dio explicación. Las madres lloraban la ausencia de sus hijos. Porque sigilosos personajes colmaron todos los rincones de la nación. Tenían por misión acallar, para siempre, la voz del pueblo que clamaba libertad.

Un anciano, sentado en la explanada de la Catedral, me dijo

-Antes, luchábamos en contra de otras naciones. Pero el tiempo y los gobiernos ya no son los mismos. Ahora debemos luchar acá dentro, en contra de quienes, con terror, dirigen por malos caminos a nuestro país- Porque en esos calabozos oscuros, nadie escuchaba sus voces. No importaba la respuesta que daban a sus verdugos. El destino era siempre incierto. Allí, el dolor era llevado hasta extremos que la mente se negaba a imaginar.

Por eso Juan no dijo nada. Porque sabía muy bien que las órdenes serían cumplidas porque eran eso, órdenes. Por sobre todo, porque quería conservar aquello que verdaderamente lo mantenía vivo. Sus ideales. Su pisoteada dignidad.

Rabiosos de ira, aquellos hombres se ensañaron con él. Por más de treinta años, Juan no pudo regresar a casa.

Los nuevos tiempos trajeron nuevos vicios. La corrupción y la ignorancia cubrieron con su manto a la nación.

Pero no todo es oscuridad. Día a día, la gloriosa memoria del pueblo va recuperando su origen patriótico.

Aunque la corrupción consume las riquezas de la patria. Aunque la injusticia merme los valores nacionales.

El héroe guaraní yace dormido en lo profundo de cada paraguayo...

Por eso hoy, 15 de mayo de 2011 es el tiempo ideal para su retorno. El tiempo preciso para recuperar lo que cada día se va olvidando. El orgullo y el honor de haber nacido en estas gloriosas tierras.

Deseo con todas mis fuerzas que las palabras del patriota sean ciertas. Quiero ver el renacimiento de este héroe. Y por sobre todo, no quiero que ocurra sólo en un sueño.

Orlando Gabriel Cáceres Ramírez



 

 

 

POESÍA

 

PRIMER PUESTO

PALABRAS A LA LIBERTAD

Brígido Bogado


PALABRAS A LA LIBERTAD

Libertad, que busco

en los sueños cargados de esperanzas.


Libertad, que busco

en el fiel reflejo del Dios Sol

de la mañana.


Libertad, que busco

en el corazón desposeído de egoísmo,

capaz de aceptar y valorar

la vida, el sentir y la cosmovisión del

diferente.


Ansiedad, de una libertad,

la libertad de los sueños libres...

¡Tupidos montes!

Aguas frescas, puras y cristalinas,

que se tornan en mansa lluvia,

regando perfectas y naturales espigas.

Rumbear hacia un sueño,

hacia la tierra sin mal...

como el corazón del guaraní,

que sueña encontrar otros corazones,

corazones fluyendo esencias de bondad...


Tantos sembrados ¿para qué?

¿para erigirse palacios vacíos?

con niños y niñas, huérfanos de cariño?

Vacíos los corazones adultos,

con sentimientos cargados de melancolía.


¿Qué pasó con el amor?

¿Tanto se materializó?

ya ni le afecta, ni le enternece

el dolor, la enfermedad ni la tristeza de los otros.


Solo es fuerte el egoísmo

que cercenó el corazón humano

y no escucha el llanto de la tierra,

el susurro triste de la selva,

las lágrimas pálidas de los arroyos

y de los manantiales contaminados.


La utopía de los sueños compartidos

de almas gemelas que sueñan

en defender a la madre tierra,

con el corazón abierto,

abierto a una esperanza

de ver el arco iris

de un pleno sol de la mañana,

sin el etnocentrismo,

sin el egoísmo que llena silos de alimentos,

mientras mujeres, niños y niñas

mueren con los azotes de la hambruna...


Vengo, buscando un sueño

de encontrar seres con ilusión

de ver siempre los floridos tajy silvestres,

regalando bendiciones con sus colores y aroma.


Vengo, buscando una poesía,

la poesía de los manantiales y arroyos,

ronroneo y serpenteo de la vida

cual alma de niño y niña,

que ansían un futuro,

colmado de risas y de alegrías.


Vengo, buscando una poesía,

poesía en seres sinceros,

amando a la naturaleza...

como los sabios y las sabias,

quienes aman cada planta, cada hormiga,

cada flor,

cada ser y cada cosa,

comprendiendo

con el corazón y el alma,

que todo tiene un porqué, un para qué

y un hacia dónde.


Vengo, buscando la esencia,

la esencia de la poesía verdadera,

que se encarna en los rostros tristes sin esperanzas de los pueblos,

que nunca tuvieron el derecho a la defensa,

que decidieron morirse,

en el silencio de los inocentes,

pero que hoy piden justicia...

porque se les expulsa de sus tierras,

porque se les acaba la selva,

porque se les mueren sus niños, sus niñas,

sus mujeres y sus madres sin motivo aparente,

porque les tomó la “tristeza de los indios”.


Vengo, buscando el rostro de la verdadera poesía,

que entrelaza sus estrofas entre tiernas y

perfectas rimas...

pero sobre todo busco aquella que ame y defienda

la vida

y encuentre la verdadera libertad.


Brígido Bogado



 

SEGUNDO PUESTO

TE ESPERAMOS DESPIERTOS

Gabriela Susana Vásquez

 


TE ESPERAMOS DESPIERTOS

Brotó agua, ardió fuego,

corrió sangre, tinta derramada

al ocaso, la alborada aguarda en vilo

¿Importa? Son años, ya son doscientos

Importa, son dos siglos al viento.


Paraguay libre, ¿cuándo te veremos?

Paraguay libre, te esperamos despiertos.


En el llanto, en la guarania,

en la risa, en el plagueo,

en el pecho, en la muralla,

basta dijo, hizo añicos el cetro,

tejió sueños de hormiguero.


Quedaron los mismos, ¿Quiénes se fueron?

Paraguay libre, te esperamos despiertos.


Esquivando rifles, casi señuelos,

grietas en la frente, al frente violento,

ambas guerras y ambos siglos

murmurando paz en la hierba,

las cadenas merecen descanso eterno.


Después de doscientos, ¿cuándo te tendremos?

aún hay camino, te esperamos despiertos.


Diáfano y oscuro, hecho de tierra y agua,

seguro, a tientas seguro,

erguido burlando el suelo abierto,

atrevidos susurramos, coqueteando una ironía:

independencia no basta, libertad es la utopía.

 

Paraguay libre, te huimos y volvemos

Paraguay libre, te esperamos despiertos.


Presente y custodiando,

un mayo lejano implora significado

no lo conocemos, difícil recordarlo,

cambio en la lengua, no basta pedirlo

queda amarlo, amarlo y realizarlo.


Paraguay libre, te esperamos despiertos,

despiertos, con el basta en el pecho.

Gabriela Susana Vásquez


 


 

TERCER PUESTO

ÉL NOS OBSERVA

Gabriel Grommeck

 


ÉL NOS OBSERVA

Mientras el caballo espera

Inerte y duro sobre el pedestal

Que salga el sol cada día sin ningún pesar

Un suelo rayado en amarillo

Las luces de sangre rojas en las paredes

Él se sienta

Él espera por encima del río

Mirando por encima a la ciudad

Mientras caen las nubes

En ladrillos sobre la Capital

Ella se encuentra por avanzar

Él se recuesta en su caballo solo para verla pasar

A lo lejos el Río que ha de extrañar

Por no poder despertar de verdad

Y ver su querido Paraguay


 

SE LEVANTARON

Una noche se levantaron

Dejaron en nosotros el recuerdo

El recuerdo de una noche inmortal

Nos movieron lejos en la historia

Y nos hicieron trascender más allá de ella

Nos dieron un recuerdo

El cual no debemos olvidar

Una idea que es como la misma verdad

La cual es vivir en libertad

La independencia del nuevo Paraguay


 

SE HIZO UNO

El fuego se hizo uno

En las manos

De quienes Iluminaron

Por vez primera

La luz de independencia

Una noche lejana

Lejana ya ahora de 1811

 

Y el fuego se quedó en sus manos

Con el recuerdo en los ojos

 

Del futuro con el cual habían soñado

Por el cual debían ser libres

Iban con una luz en mano

Un aullido nocturno

El corazón hecho de metal

 

Y la necesidad de encontrar

Un lugar al cual llamar

Hogar


UNA BARBA DE LEÓN

Él tiene una barba de león

Acostada sobre un pecho lleno de sangre

Un recuerdo de un milenio y medio entero

Con miles de rugidos adentro

Una historia que recordamos hoy

De dos siglos de un recuerdo colonial

Es aquí cuando formamos

El recuerdo de una lucha

Gravada en páginas de la historia

Es hoy cuando recordamos

Los menesteres de nuestro pasado

De próceres de una locura llamada

Independencia

Doscientos años de una lucha
Y hoy descansa la estrella tranquila
Porque el León la cuida


A MI CASA, A SU CAUSA

Son paredes que cuentan historias

Con un techo que las guarda hoy

Sus tejas son testigos de conversaciones

De conspiraciones contra la corona

Con ocho a más sillas

Con velas y faroles

Las palabras salían

Y se encontraban

 

Para darle un nuevo amanecer a la tierra

Un pasillo que pasara a la eternidad

Del recuerdo de la Independencia Nacional


A SALAZAR

Y fue gracias a él

Que hoy no paseo en una tierra de

fantasmas

Sin nombre

Sin lugar

Sin dueño y sin gracia

Y fue gracias a él que hoy

La tierra sobre la cual existo

Existe en letras y en palabras

Y gracias a él

Puedo decir

Donde resido


Gabriel Grommeck



ENSAYO

 

PRIMER PUESTO

RAPSODIA GUARANÍ

Biera Yboty Cubilla Zadovsky


RAPSODIA GUARANÍ

“La República del Paraguay es para siempre de hecho y de derecho una nación libre e independiente de todo poder extraño. ”

Fue lo que Carlos Antonio López, Mariano Roque Alonso y otros cuatrocientos diputados afirmaron y firmaron en el Acta de la Independencia del Paraguay el veinticinco de noviembre de mil ochocientos cuarenta y dos.

Esta declaración hierve la sangre patriota, recordando la grandeza de mi amado país que veía nacer su soberanía después de “tres centurias que un cetro oprimió”.

La bella tierra paradisíaca volvía a su raíz guaraní ya con cierta mezcla que implicaba la existencia del mestizaje de donde la mayoría de los habitantes actuales del país provienen, la Independencia se dio y poco a poco las demás naciones sudamericanas fueron aceptando y apoyando el resplandeciente estatus de República, y sólo quedó el recuerdo y ciertas adquisiciones de la Madre Patria, ya mezcladas con lo autóctono de la tierra americana, desde la polka en la música hasta la vestimenta y el lenguaje latino. El Paraguay estaba recién empezando a resplandecer en el alba que tendría un prematuro ocaso.

El país se vio en manos de grandiosos hombres que lo fueron rigiendo, quedando paulatinamente a cargo el Doctor Gaspar Rodríguez de Francia como Dictador Perpetuo, una de las personalidades quizás mayormente estudiadas de nuestra nación a lo largo y ancho del mundo, quien entre sus ideas, razones y/o conflictos internos, decidió implementar la autarquía en el Paraguay lo que llevó a grandes cambios tanto positivos como negativos, la nación fue rica, estuvo en su apogeo económico pero en el perigeo académico, se encargó de que el pueblo leyera y escribiera pero que no fuera instruido en una educación terciaria para evitar anarquías. Luego de su muerte, al culminar el periodo de la Junta Provisoria, su sucesor Don Carlos Antonio López utilizó los recursos económicos implementándolos en el progreso del país, en la educación, economía, comunicación, y tecnologías de la época que llevarían al poco percibido país, a la vista de los grandes peces del mar...

Se encontraba en su apogeo, no tenía deudas externas, estaba constantemente avanzando, se seguían explotando los recursos naturales ya utilizados por el anterior gobernante y con los nuevos implementos se consiguió la receta perfecta para el país que ascendía rumbo a una nación ideal, condición desfavorable para potencias contemporáneas, ya que la pequeña nueva República se estaba convirtiendo en una nación de acero. Luego de su muerte y la toma de su hijo Francisco Solano López, éste último reestructuró por completo al Paraguay, era comparable a las potencias mundiales de la época, no existía el analfabetismo, y el guaraní era ya valorado como idioma nacional.

Llegó la Guerra Grande, sí, esa que destruyó a la floreciente patria convirtiéndola en nada más que cenizas, al mando del segundo Presidente Constitucional, quien peleó contra tres naciones fuertes, y como bien todo paraguayo sabe, existen dos posturas respecto a este representante, por una parte de la héroe, y por otra la de tirano, pero eso no es lo que importa en esta fecha memorable, a pesar de las pérdidas territoriales, de la abismal disminución demográfica, de la destrucción económica casi permanente, a pesar de las tantas penurias que pasaron las mujeres que quedaron en vano esperando el retorno de sus maridos con un ser viviente desconocido en el vientre, a pesar del hambre, de la masacre, de las enfermedades, de las cicatrices que dejó la guerra en las almas de los sobrevivientes que ya de vivos poco tenían, en medio de tanto caos, de tanto silencio, de tanta desolación, de escombros y polvos, poco a poco hicieron surgir a un reducido Paraguay, que tal vez ya nada tenía, excepto unos cuantos valientes que decidieron enfrentar la realidad con la mirada hacia el frente a pesar de las limitaciones, fue como un renacer del ave fénix, pero fue tan pausado debido a tanta destrucción, que el amado país no volvió a ver el cielo con los mismos ojos de estabilidad y grandeza, aunque es lo único que se merece, sacudirse por fin las cenizas de la Guerra primera, de la Guerra del Chaco, de las deudas externas, de las deudas impuestas, de las traiciones políticas, de la amnesia patriótica...

Este bello país, mi querido Paraguay, sigue teniendo los recursos que poseía doscientos años atrás, tiene sí, menos territorio, pero posee ese suelo fértil que deja en su seno crecer lo que tiernamente se apoye en él, es dueña de abundante agua dulce, no posee playas ni mar, pero sí agua, bebible, tratable, la que saciará la sed aún por más tiempo de lo imaginable. La fertilidad de su suelo provee casi gratuitamente alimentos para los animales, todos los recursos están presentes para ser una tierra rica una vez más.

Estamos hoy aquí, los más de seis millones de paraguayos, sin importar en el lugar del país donde vivamos, tenemos el privilegio de vivir en este año conmemorativo, no solamente del cumplimiento de doscientos años de la Independencia del Reino Español, sino doscientos años de historia, de esfuerzos, de logros y grandes desempeños, de hombres y mujeres que sin dudar un solo segundo hubieran dado y dieron su vida por defender su nación, esa nación libre y soberana, que a pesar del pozo en el que cayó tan profundamente, no tiene nada que envidiar a otras; la realidad es que cada uno, como en un año sabático, o como un año navideño, o uno que llene el alma de amor incondicional a esta, pequeña en tamaño pero no en corazón, tierra de ensueños que nos vio nacer, que nos regaló tantos sentimientos, tantos conocimientos que ningún colegio jamás enseñó, que nos dio paisajes naturales que ningún artista logró imitar en su obra maestra...

No tendremos mucho poder adquisitivo actualmente, pero todos sabemos que somos más ricos de lo que creemos, al salir al patio o a la calle tropezamos con frutas exóticas que en el mundo pagan elevados precios por saborear cada tanto, nuestras casas están gratuitamente perfumadas con distintas plantas, flores, y no necesitamos valernos de químicos para aromatizarlas, no necesitamos calendarios, el clima nos dice en qué mes nos encontramos y por los aromas y los sabores y los colores diferenciamos las estaciones.

Vivimos en el paraíso en el que comprar vegetales no es un lujo de una vez al mes, donde lo que comemos tiene sabor en cada mordisco, donde los vecinos son familia y compañeros y no desconocidos sin nombres, donde hasta hace pocos años sentarse en la vereda a tomar tereré era una forma de poner los pies descalzos en la tierra para conectarnos con ella, para sentir su energía y para devolverle la nuestra, vivimos aún sin saberlo en el país de la abundancia, que con su particular magia nos encanta incluso en la distancia y nos llena de nostalgia, nos hace amarla y valorarla más que nunca. Tenemos en el suelo las medicinas para casi todo tipo de enfermedad y dolencia, y cada uno de esos millones como yo, en esta fecha tan especial, tenemos el privilegio de habitarla, de amarla y de valorarla, quizás no lo suficiente como deberíamos...

Existen actualmente tantos problemas en el mundo que nos llevan a buscar refugio en el seno de nuestra madre guaraní, pero ya no hay cobijo en sus brazos que se vieron constante a permanentemente corrompidos no sólo por políticos como cada habitante juzga, sino por cada individuo que respira en el Paraguay. No podría dar una solución realista que sea instantánea, pero podría ir por una idealista, no sé si la solución sería un gobernante como el Doctor Francia que decida por cada uno de nosotros porque simplemente no sabemos qué hacer con nuestras facultades y adquisiciones, hasta dejar de lado las deudas y volver al civismo impuesto so pena de muerte, y quizás pasar por un Don Carlos a continuación que sepa utilizar correctamente los recursos económicos y traiga progreso e instrucción para el avance del país, mientras que cada paraguayo sea vea agradecido por lo que tiene y aprenda una vez más a vivir como se debe... Lo que sí sé es que debemos dejar de quejarnos en el día a día de nuestras penurias cuando en realidad con nuestras acciones propiciamos un progreso estancado, que separa familias, que trae limitaciones a las comodidades del hogar, que acarrea más hambre, frío y desolación que una discordia bélica, porque la guerra de la corrupción, nepotismo, crueldad a costas de quien sea y el menoscabo patriótico no se vence con armas, con muertes, ni en uno ni en cinco años, no se vence con un ejército armado ni con masacres, pero sus consecuencias son deplorables y acarrean dolor y sufrimiento a las generaciones ulteriores, y si no tomamos el mástil de la tricolor bandera del rojo, del blanco y del azul que flamea bajo el cielo guaraní en nuestras manos hoy, estaremos simplemente sentados esperando ver hundirse en las cenizas a ese ñandutí de sueños que tantos entretejieron con sus propios dedos a lo largo de la historia y de la vida de esta maravillosa República que con orgullo nos llevar a ensanchar nuestros pechos y gritar a viva voz:


¡Paraguayos, república o muerte!

Nuestro brío nos dio libertad;

Ni opresores, ni siervos alientan

Donde reina unión e igualdad.

Biera Yboty Cubilla Zadovsky


 

 

SEGUNDO PUESTO

BICENTENARIO DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY, RETROSPECTIVAS DE SU PATRIMONIO Y CULTURA

Lourdes Rojas


Cultura: “Conjunto de conocimientos adquiridos, saber. Conjunto de estructuras sociales, religiosas, etc.,

de manifestaciones intelectuales, artísticas, etc., que caracterizan a una sociedad”.


 

BICENTENARIO DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY, RETROSPECTIVAS DE SU PATRIMONIO Y CULTURA.

Históricamente, siempre es importante recordar que Paraguay es un país mediterráneo, que limita geográficamente al Norte Bolivia, al Oeste y Sur con Argentina y al Nordeste con Brasil.

Los protagonistas sobresalientes y anónimos que pueblan este país, considerado soberano, se caracterizan algunas veces, por sus desmemorias y olvido de los valores genuinos como la cultura, alma de la Nación y Estado.

Así como el viento encubre de aire fresco, abrimos las páginas del recuerdo, con el objeto de valorizar y trascender el patrimonio cultural, visto que es impostergable su evolución en todo pueblo civilizado.

En 1785 en base a ciertos hechos, los padrones de las parroquias y los censos de los tava guaraní, indican una población censada del Paraguay de 107.278 habitantes.

El siglo XVIII, América como Europa sobresale por una serie de acontecimientos que inquietaron al mundo. Las rebeliones, revoluciones, desobediencias, cambios significativos, dan lugar al nacimiento de ideas de libertad en las colonias españolas en América Latina, entre ellas el Paraguay. Los hechos anteceden a la posterior independencia.

La gesta independentista: el pueblo paraguayo, decidió sacudirse de la denominación española por sus abusos, y dijo ¡basta!

Con el sombrío despertar de la madrugada del 15 de mayo de 1811, cuando el alférez Iturbe fue informado de que el gobernador Velazco estaba en conocimiento de los planes.

Rápidamente, Caballero y Francia ocuparon el Cuartel de la infantería, Caballero intimó a Velazco a capitular.

La primera época cultural 1814-1840: la Junta Superior Gubernativa demostró interesantes esfuerzos por la cultura, viéndose quizás obstaculizado por la dificultad de la situación política y económica de la época.

El desarrollo de la educación y cultura son procesos inseparables. Se destaca la reapertura del Colegio Carolino, la adquisición de libros, la creación de la Sociedad Patriótica Literaria que debía realizar las funciones de ateneo.

La política de la Dictadura del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia se traduce en la palabra aislamiento, circunstancia que propicia un significativo retraso cultural.

El esplendor cultural con la presencia de Don Carlos Antonio López 1844-1862: un hombre ilustre, como un artista ordenado a modelar un naciente país. Destacándose sus obras como la adquisición de una moderna imprenta para difundir los acontecimientos oficiales, crea la cátedra de filosofía y el próspero fomento a la educación, la Academia Literaria, la Escuela de Dibujo, Música; la fundación del Cabildo que actualmente funciona como Centro Cultural de la República.

La tradición menciona que Ramón César, el dibujante llegado con el español Azara, realizó una serie de obras entre las que figuraba un plano de la ciudad que es el único que se conserva y se piensa que intervino en la construcción del edificio del Cabildo.

El título es bonito entre “cielitos y cantos musicales”, expresado en uno de las tantos escritos, rememora las imágenes tradicionales de la época de López con las veladas del pasado eterno, escuchamos con el alma el son de los instrumentos musicales de viento, las parejas danzan con los primeros bailes nacionales, como el célebre Cielito Chopí, la Palomita, el Lancero, las cuadrillas o la dulce Golondrina.

El acontecer cultural con Don Francisco Solano de López 1862-1870: Un presidente que se vio obligado a tener que enfrentar una guerra, para muchos injusta, que robo las ilusiones de engrandecer la patria.

Protagonizó una activa gestión como la construcción del palacio de gobierno, el Oratorio de la Virgen de la Asunción y el nuevo teatro. Sigue de cerca la labor de las escuelas públicas y se planifica la apertura de la Biblioteca Nacional.

La cultura de la posguerra 1865-1870: Alguna vez el hombre debe comprender que el camino de la vida es la paz.

Muerte, dolor, miseria ocasionó una cruel guerra. El país devastado, con recursos económicos perdidos, y la población de 1.300.000 habitantes reducida a 300.000 según un historiador de Argentina, otros mencionan una población menor. En una ocasión más prevalece el histórico espíritu para la reconstrucción del territorio durante un largo tiempo gris.

En 1882/86 se crea la Escuela de Derecho, fundación de escuelas en el interior, surge el Ateneo Paraguayo. Posteriormente con más fuerza la cultura y la educación recibieron importantes estímulos.

En los 80 años de vida emancipada la actividad pictórica había sido desconocida, según algunos. En este tiempo aparecen las señales claves de cierta actividad artística, recordemos a Félix de Rosetti (Italiano) y al arquitecto Alejandro Ravizza.

El siglo XX, las letras y el teatro: Precede características como la inestabilidad política y de las revoluciones. Con gran auge emerge la producción literaria fundamentalmente en el siglo XX, el patrimonio cultural es enriquecido con la presencia de destacados escritores, ensayistas y poetas.

En los últimos 40 años de este siglo se destacan ensayistas filosóficos y auténticos políticos. La historia y la política nacional han afectado tal vez en la producción del género de la narrativa. Recién en la década del 50 la narrativa adquiere importancia internacional. Entre los años 60 y principios de 80 nacieron los relatos como la crónica costumbrista a la crítica explicativa.

La guerra del Chaco 1932-1935: Las estaciones han sido largas; con pasajes de sacrificio y gloria. El estado cae una vez más en una crisis social y política acrecentado por la guerra y el tratado de paz que trae la finalización del conflicto chaqueño.

Con Don José Félix Estigarribia 1939- 1940 se inician las obras necesarias para la recuperación de la nación con los ideales nobles de orden, armonía. Con brevedad se cita la relevancia de la creación de la Universidad Nacional, la creación de nuevos periódicos; el florecimiento del saber nacional.

Las razones históricas, políticas, económicas y sociales, son las causas posibles para que el teatro sea el género menos fecundo.

El Paraguay Contemporáneo: los descubrimientos, las conquistas, las guerras, la redención de la patria, etapas siempre enriquecidas por la cultura y el arte.

Todo ciudadano tendría el placer y el encanto de conocer el Museo del Barro con piezas de arte popular, indígena y urbano, Museo Juan Sinforiano Bogarín con muestras del arte jesuítico y franciscano, Museo de la Música con exposición de instrumentos musicales, partituras, condecoraciones, premios, fotografías, documentos, Museo del Cine con equipos, objetos, fotografías, Museo Guido Boggiani un espacio de colecciones etnográficas, arqueológicas, la Biblioteca con obras paraguayas que incluyen cuentos, ensayos, poesías, artículos, fábulas y textos de obras paraguayas.

Un mundo menos conocido es el aprendizaje de las destrezas de personas portadoras de discapacidad. Ellos también conmemoran el Camino al Bicentenario, esmerándose con los bailes como contradanza, Coronel Martínez, Alonsito, Chiperita. Otros escenarios serán matizados con el canto, el teatro, la expresión plástica y otras formas primorosas que se manifiestan con las artes especiales al son de una cultura de paz.

A más de un Bicentenario de la República, se ha escuchado y se seguirá sintiendo, porque es anécdota de nuestra cultura, los famosos pregones “Alfajores, pan, masitas” para las pequeñitas pregonaba el panadero; cuando alrededor vuelven a repicar los sonidos de libertad, soberanía ayer y hoy. Ahora somos 6. 273. 103 paraguayos.

Son de gran caudal los creadores, hombres y mujeres que demostraron su fe y talento para la sabiduría nacional. Es difícil no recordar a Gabriel Casaccia, Augusto Roa Bastos y Josefina Plá, escritores; los poetas Herib Campos Cervera y Elvio Romero; músicos como Agustín Pió Barrios, José Asunción Flores y Herminio Giménez y grandes educadores como Ramón Indalecio Cardozo, Juan Ramón Dahlquist.

Las últimas líneas contienen un mensaje fundamental “La deuda nacional de mayor asignación presupuestaria, la revalorización del conocimiento y tradiciones, una política cultural nacional justa para todas las causas”. Esa es nuestra dificultad o compromiso cultural. Que así sea para bien.

Lourdes Rojas


 


 

Para compra del libro debe contactar:

Editorial Servilibro.

25 de Mayo Esq. México Telefax: (595-21) 444 770

E-mail: servilibro@gmail.com

www.servilibro.com.py  

Plaza Uruguaya - Asunción - Paraguay

 

 

Enlace al espacio de la EDITORIAL SERVILIBRO

en PORTALGUARANI.COM

(Hacer click sobre la imagen)

 





Bibliotecas Virtuales donde se incluyó el Documento:
LIBROS,
LIBROS, ENSAYOS y ANTOLOGÍAS DE LITERATURA PA
EDITORIAL
EDITORIAL SERVILIBRO



Leyenda:
Solo en exposición en museos y galerías
Solo en exposición en la web
Colección privada o del Artista
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
Venta directa
Obra Robada




Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2024
Todos los derechos reservados, Asunción - Paraguay
CEO Eduardo Pratt, Desarollador Ing. Gustavo Lezcano, Contenidos Lic.Rosanna López Vera

Logros y Reconocimientos del Portal
- Declarado de Interés Cultural Nacional
- Declarado de Interés Cultural Municipal
- Doble Ganador del WSA