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  DEL PARAGUAY PROFUNDO Nš 3 - REVISTA DIGITAL FA-RE-MI


DEL PARAGUAY PROFUNDO Nš 3 - REVISTA DIGITAL FA-RE-MI

DEL PARAGUAY PROFUNDO Nº 3

 

 ÁRBOLES EN VERSOS (x)

 

           por: Jorge Rubiani

 

No hemos podido percibir, como los poetas, la incalculable fecundidad del polen, la tenaz persistencia de semillas y ramajes.

”Alto sobre nosotros (…)!siéntenos parte tuya-rama de tus ramajes- de tal modo que el viento, cuando te toque, toque nuestra maraña invicta de follajes y de sueños!”. El árbol, omnipresente en nuestro ambiente y en nuestra historia, no podía estar fuera de las evocaciones de los poetas. Y tampoco podía ser de otra manera. La poesía –hoy tan devaluada y ausente en las expresiones cotidianas- permite desordenar las frases de tal modo que resulten más precisas y bellas. Y es también porque los poetas se permiten el atrevimiento, como diría Ortiz Guerrero, de sentir y expresar lo que otros no. Tal vez esos ”otros” –nosotros- no han sabido valorar la escasez de lo que sobra. No hemos podido percibir, como los poetas, la incalculable fecundidad del polen, la tenaz persistencia de semillas y ramajes. O porque, siempre fieles a la belleza, los poetas no dejaron de reparar que los árboles alojan –desde siempre- flores y pájaros, trinos y perfumes. No sólo fueron sombra y abrigo, sino también cielo para juramentos, promesas y soledades…

 Elvio Romero, a quien debemos las líneas que encabezan este escrito, es uno de los más reverentes cultores poéticos de la Tierra. En ”!Lástima, lapacho..!”expresa su pena ante la inmóvil apostura del árbol: ”…!Lástima que estés inmóvil! !Lástima que a la rosada ronda de tus flores/ no hurtó ellucero su perfume en fresco/ beso varón de claridad y montes!”.También cantó al quebracho, crecido ”…en las madrugadas, entre trompos y pájaros silvestres”,como Hérib Campos Cervera, versos dedicados a Bruno Guggiari, ”..que plantó árboles y los cuidó hasta que los oyó hablar conel viento, con los pájaros y con la Luna”.A los taladores de árboles sentenció Hérib con este bello poema: ”…huyeron los asesinos/ con sus hachas como espejos. Los pájaros ya no tienen/ dóndecolgar sus canciones”;aunque, más tarde, el mismo poeta redime a los ”asesinos” en otro bello poema: ”Hachero”.

 Y los versos se vuelven canciones y las canciones se tornan en himnos en ”Paraguaype”,de Ortiz Guerrero y José A. Flores: ”…Plaza Uruguaya selva aromada, oh! pajarera de mi canción…”.O en el bello reclamo de la patria ausente, en la composición de Enrique Valiente y Eladio Martínez: ”…Oiméne tajy poty pe ñúre iñapysemba/ oiméne hyakuã porã opárupi ka´aguy.”Y la evocación a la infancia: ”…Yma pako mi ñande/ jahava´erã kañyhápe/ amo taruma´i guype/ñamopotï verapa.”Emiliano R. Fernández se suma al elogio de la selva para  indicarnos: ”…Primavera  oguahë/ ñu ka´aguy oflorecé/ hokypa y verde asy/ palo blanco ha tajy/ mombyryguijahecha.”José-Luis Appleyard no podía quedar fuera de este recuento poético en beneficio del árbol: ”…Mancha de luz verde al borde del camino, jalón del campo y corazón del viento, árbolque tiene para sí el  destino/ de ser primavera en todo tiempo.”

 Y están el canto al ”Yvapurü”,de Ignacio A. Pane; la ”Balada del árbol”,de Néstor Mazó de Pérez; y el infaltable ”Canto Secular”de Eloy Fariña Nuñez: ”La selva, la sagrada y vasta selva, (…) cuando el viento sacúdela en la noche/ y con lento cantar le arrulla el río, tiembla como una liray se estremece.”Y José María Cantilo, un argentino, nos enseña la nieve de azahares en el poema ”En Asunción ha nevado”.

(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 30-31 de Octubre de 1999.

 

 MEMORIA VIVA

         

Una obra rebautizada:

Adiós che yvoty pytã (x)

  por: Mario Rubén Álvarez

   Aunque conocida originalmente como A la Flor de Acahay, con el tiempo cambiaría su denominación y se haría popular.

 Extraños son, a veces, los caminos que recorren las composiciones una vez que salieron del dominio de su autor o autores. Una vez que las obras abandonan sus dominios, divulgación mediante, las mismas ya no les pertenecen. La vida que hay en ellas pasa a tener múltiples vidas en las vidas de otros seres humanos.

 La cultura popular –según define Eduardo Galeano- es un complejo sistema hecho de manifestaciones de la identidad de un pueblo, a lo largo del tiempo, usando los códigos de los que puede echar mano. En ese esquema, las composiciones poético-musicales de los creadores no sólo son interpretadas sino que muchas veces son re-creadas atendiendo a cánones que no son precisos pero que responden a una percepción de la realidad.

 En este contexto, uno de los fenómenos es que alguna veces las obras son re-bautizadas, re-nombradas por el gusto popular. Y es con este cambio de identidad que circulan robustas, desdibujando o perdiéndose sus nombres originales. Con la producción de Emiliano R. Fernández se dan varios de estos casos: Aháma che chína, dedicada a Catalina Gadea, pervive como Che laReina; Kokueréro purahéies actualmente Barcino koli: A una ingratase la conoce como Por quéy Guavirá poty, en realidad, había florecido en Caballero con un nombre más universal: Techaga´urembiapo.

 La lista puede continuar mucho más, con las obras de otros autores que sufrieron idéntico destino. Detengámonos, sin embargo, en una: A la flor de Acahay. Este nombre, para muchos, a esta altura de la globalización (que supone una rápida des-identificación de las sociedades, para volverlas más vulnerables a los dictados de los centros de poder) no significa nada. En cambio, si se la presentara como Adiós che yvoty pytã–su tarjeta de presentación actual-, la cosa varía.Mucho más serán los que logren ubicarla de manera inmediata.

 Esa obra pertenece a Valois Cañete, poeta y músico nacido en Acahay el 20 de noviembre de 1894. Según su hijo Mariano Cañete, el que también es autor de Engaño–probablemente dedicada a su madre, Apolonia Honorato, de ascendencia italiana-, era telegrafista en su comunidad. Los hábitos de hombre sedentario y metódico, sin embargo, no le cuadraban. Por eso, cambió la clave de Morse por los caminos de la bohemia y el arte.

 Según Mariano, su padre escribió esa obra alrededor de 1950. Le es imposible identificar a su destinataria, aunque no  descarta del todo que haya podido ser su madre. ”No hablamos nunca conmamá acerca de ese tema”,confiesa.

 Valois Cañete se trasladó a la Argentina y volvía de vez  en cuando a su tierra. En 1932, al enterarse del inicio de la guerra con Bolivia, trayendo consigo a 30 compatriotas más, se presentó en el frente de combate. En Boquerón recibió una herida que, por ser leve, no le impidió seguir batallando contra la muerte.

 Soltero, con varios hijos, siguió escribiendo y componiendo cuando pararon las metrallas. Vivió muchos años en el Cuartel de la Victoria y el 17 de junio de 1978, en el hospital del Instituto de Previsión Social, IPS, de Asunción, falleció.

 

 

Adiós che yvoty pytã (x) 


Adiós che yvoty pytã

ndehegui ajedespedi

ko vy´a´ÿgui rei

asëreíta aha.

 

Ndekena epyta evy´a

che hegui epytu´u

tasegui tape puku

adiós che yvoty pytã.

 

Ndaikuaái che renonde

avagáta por el mundo

con sentimiento profundo

che mandu´a nderehe.

 

Ndeke upérõ ere

ko´aga aiko piro´ype

ha che siempre tesaype

adiós che yvoty pytã.

 

Mba´éguitepa anichéne

nde py´a hatãiteíva

ne añágui che quebrantáva

reipotágui apadece.

 

Opa promesaetaite

che hegui renegapáva

ha che siempre ro´adoraba

hasta amanoitepeve.

Letra y Música:

Valois Cañete

(x) Su título original fue:

”A la flor de Acahay”.

 

(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 24-25 de Abril de 1999 (Asunción, Paraguay).

 

 

 

MEMORIA VIVA

CHE RENDA ALAZÁN

El galope de un romance (x)

 
....................................................................Enzo

 

   por: Mario Ruben Álvarez

Andando por esos caminos que lo conducían invariablemente al mismo hogar amado, le fueron creciendo al autor la letra y la melodía.

 Antes de que los cañones empezaran a tronar en el Chaco, en la fiesta de San Miguel, Silvestre Silva (nacido en Isla Tacuara, del distrito de San Miguel, en el Departamento de Misiones) la vio por primera vez. Ella se llamaba Nilda Saturnina Insaurralde y había venido desde su pueblo, Quyquyhó, para la celebración.

 Silvestre, como jinete de ley, tenía un montado acorde a la usanza de la época, con todos sus arreámenes. En medio de la sortija y los giros reiterados, él vio a la dama que, de ahí en más, ocuparía cada milímetro de su corazón. Él frisaba los 39 años, ella apenas los 22.

 Después de las primeras palabras, sin duda algunas piezas compartidas en el baile oficial y acaso alguna visita a Quyquyhó por parte de él, las armas llamaron a los hombres. La pausa en el romance fue inevitable.

Luego del adiós a las armas, se reanudó la historia de amor. Silvestre, cada sábado, salía de San Miguel o de San Juan –donde estudió y se recibió de maestro normal- encima de su alazán rumbo a la tierra de su amada. Debía cruzar, a la altura de Villa Florida, el Tebicuary. El viaje era largo y peligroso. Sin embargo, para él no había barreras. Debía llegar y su corcel adivinaba su apuro por llegar hasta la tranquera de Nilda Saturnina.

 Músico y poeta, discípulo del gran arpista misionero José del Rosario Diarte, andando por esos caminos que lo conducían invariablemente al mismo hogar amado, le fueron creciendo la letra y la melodía de lo que es Che renda alazán.

 ”Y así, al paso, trotando o galopando por esos caminos reales y polvorientos, mi mente y mis manos comenzaron a dibujar en la guitarra los versos y la melodía. De repente pareciera que el pingo entendiera con claridad nuestros pensamientos. Entonces uno apura o detiene el tranco, siempre con la confianza de que vamos a llegar a destino”, decía Silvestre Silva, en una entrevista que obra en el archivo de Aída Lara.

 Pasó el tiempo y la pareja se unió en matrimonio. Cinco hijos alegrarían los amaneceres de la familia Silva Insaurralde. En segunda nupcias se casaría posteriormente Silvestre con Genara Montiel, con quien vivió en Caapucú. En el reportaje confiesa haber tenido 32 hijos en total.

 José del Rosario Diarte le profesaba un cariño particular. Ese talento singular del arpa tenía un carácter difícil, según cuentan. Era delicado y estricto, consigo mismo y con los demás, en el arte de la música. A Silvestre le profesaba un cariño peculiar porque reconocía su talento de intérprete. Por eso permitía que le acompañara con la guitarra. ”Campesino nato y huraño, me dispensó la oportunidad de ser su acompañante en guitarra, porque no a cualquiera le permitía que lo secundara”, relataba Silvestre, recordando al autor de Mamópa reho Josefa, Misiones Ñuy otras composiciones. El autor de Che renda alazán,atento y de buena memoria, aprendió de él algunas lecciones capitales que le permitieron crear y registrar unas 30 obras musicales.

       

 

  CHE RENDA ALAZÁN

 

Al caer la tarde, de un bello día, sábado rory,

ensillé mi pingo y al rancho alegrepe arrumbea

mi guapo alazán, compañero fiel ha ikatupyry,

aunque mombyry roguahëvaerã.

 

Te llevo en el alma chinita linda che yvotymi

y al compás del tranco de mi alazán ndéve apurahéi,

Oh mi idolatrada y milagrosa Tupãsymi

nde causa asufri, ndake porãvéi.

 

Oiméne che china che ra´arõma ohenduvaicha che renda ipyambu

hymba jaguami aipóna oñarõma

aviso ojapóma avápa oñandu.

 

Ha che rendami che py´akuaáva

a más que aguï otrankeave

ontendevaicha la che adeseáva

aguahëseha chína oke mboyve.

 

No existe el mal tiempo ni la distancia para el amor

vuelvo mi chinita con mi alazán roaguantapa

mi madre querida idolatrada hizo su oración

y por su elección nde la che irurã.

 

Letra y Música:

Silvestre Silva

 

 

(x) Del diario ÚLTMA HORA (El Correo Semanal), 20-21- de Noviembre de 1999 (Asunción, Paraguay)

(xx) Vuelva a la Página Principal (en Real Audio), y escuche esta canción –con ligera modificación de los versos- en la excelente voz de Adrían Barreto.

(xx) El E-Mail de la periodista Aída Lara, es: aida@mmail.com.py

 

 

 

Introducción -I - CAPÍTULO XV

  FIESTAS (x)

 

por: Paulo de Carvalho Neto (xx)

 Suele decirse que al Paraguay se entra llorando y se sale llorando…Se entra llorando porque nadie quiere ir a vivir en él, debido a varias causas, sobre todo políticas y económicas; se sale llorando, porque nadie quiere dejarlo…Aun hoy me parte el corazón haberlo dejado, quizá para siempre…Los que trabajan en folklore, comprenderán cómo me sentía en Asunción. Era un éxtasis permanente ante la incomensurable riqueza material, una ansia absurda, una inquietud casi obsesiva, una indomable desesperación por registros y más registros, en cualquier momento. Perseguido por la idea de mi traslado involuntario, aprovechaba con arrebato los últimos meses, semanas, horas…No medimos obstáculos ni fatigas. Mis alumnos son mis testigos. Y creo que nuestra obra es prueba irrefutable. Día y noche investigábamos, fichábamos, corregíamos, enseñábamos, orientábamos, dactilografiábamos ! y hasta mimeografiábamos!

 Me perdonarán este confesión emocional, que a nadie interesará. Pero ella  está ligada al capítulo Fiestas. Pues ninguno de los capítulos ya estudiados me causa mayor daño que éste. Haber constatado que el Paraguay es millonario en Magia y Fiestas folklóricas y tener que presentar de dichas especies nada más que simples muestras, es una lástima. Nunca me arrepentiré bastante por no haber podido obtener más y mejores notas, personalmente o a través de mis alumnos. Pero creo que todos hicimos hasta lo humanamente imposible, en dos breves años…-

 Ya proporcionamos  una visión panorámica de las fiestas folklóricas paraguayas por medio del calendario folklórico. De Enero a Diciembre, el Paraguay está de fiesta. Pese a su fragorosa ruina económica, el pueblo se divierte, obediente a la tradición. He aquí el verdadero valor de las fiestas folklóricas paraguayas; son un factor de exaltación individual y grupal y de unidad, haciendo olvidar por unos días los agudos problemas de la lucha por la vida.

 Ellas se desarrollan, principalmente, en ocasión de las celebraciones católicas. Nuestro calendario lo comprueba. La Iglesia determinó los santos patronos y los no patronos. El pueblo aprendió a rendirle los homenajes ortodoxos. Pero, aparte, introdujo su propio sentimiento festivo, su norma profana, su folklore…Las altas esferas sociales también aportaron lo suyo.

 En consecuencia, las actuales fiestas católicas paraguayas, patronales o no-patronales, están caracterizadas, nítidamente, por rasgos religiosos, rasgos folklóricos y rasgos oficiales.

Es necesario observar esta tripartición didáctica a los efectos del estudio.

 

 

 

Capítulo VII

B. Ayala Gauna, a su vez, aporta algunas piezas de Perurimá en el ejército (durante la Guerra de Triple Alianza 1865-70): 

 

PERURIMÁ Y EL PARTE ESCRITO (x)    

  ”El caso es que Perurimá alcanzó el grado de sargento y pronto se hizo notar por su curiosa manera de administrar justicia y sus infaltables ocurrencias. Enviado con una patrulla a un puesto de avanzada, sostuvo con el enemigo una escaramuza en la que hubo algunos muertos y la cual concluyó con la huida de sus adversarios. Envió, enseguida, a uno de los suyos a llevar la noticia al general; pero éste ciñéndose a las reglas militares le ordenó al chasque que se volviera y le dijera al jefe de la posición que enviara un parte escrito.

Al recibir la orden, Perurimá se rascó la cabeza preucupado, ya que  no sabía leer ni escribir. Pero aguzó su entendimiento para salir airosamente de la situación. Lo único que él recordaba era que la O era redonda a fuerza de haber oído tantas veces repetir el dicho común: ”no sabe ni que la O es redonda”. Buscó un papel y trabajosamente trazó sobre él dos círculos: debajo volvió a hacer otros dos y finalmente hizo dos nuevos círculos: los completó satisfecho y llamando a su ordenanza le dijo:

-Toma, llévale el parte escrito al general.

 El soldado recibió el papel y fue a cumplir su cometido. El general abrió el sobre y miró el papel, llamó a su ayudante y preguntó si había algún código secreto y al ser informado que no, montó en cólera y mandó que se ordenase al sargento Perurimá que se presentase inmediatamente al cuartel general. Después de un rato llegó Perurimá y el general le increpó:

 -Quieres decirme qué burla es ésta ?

-Burla, ninguna: cherubichá, esto nico es el parte escrito como usted quería.

-Escrito…escrito aquí no hay más que unas cuantas ”o” mal hechas…

-Así es, cherubichá.

-Y qué demonio significan tantas O ?

-Pero esta clarito nico cherubichá. Estas dos O quieren decir: ”omanóba, omanó” (el que murió, murió); estas otras dos: ”Ojhobá ojhó”(el que se fue,se fue), y estas dos últimas: ”Opaba, opá” (lo que terminó, terminó).

 El general, entonces, autorizó a Perurimá para que en lo sucesivo enviara partes verbales”. (B81).

(x) Del libro FOLKLORE DEL PARAGUAY , de Paulo de Carvalho Neto (414 pgs.-1996).Editor: EL LECTOR. Oficina: Edificio Círculo Paraguayos de Médicos- 9o.Piso; Cerro Corá y Tacuary . Tlf. OO-595-21-498-384 y: Fax:00-595-21-498-385 (Asunción, Paraguay)

(xx) Más dato sobre el autor, haga click sobre lo subrayado.

 

 

LA MAGDALENA (x)

 

Carta de Pablo Pedro Maldonado al Dr. Juan Max Boettner (xx)

 Cuenta Pablo Pedro Maldonado (237) que existía una polca de autor desconocido, llamada La Magdalena, considerada ”maléfica”, tanto que ningún músico quería tocarla. Refiere lo siguiente nuestro informante:

 

 ”Unos compañeros míos venían de vuelta de tocar en un baile un poco alegre y encontraron en el camino un grupo de cruces y resolvieron darle una serenata a esos seres. Empezaron a tocar ”La Magdalena”; así estaban cuando notaron la presencia de una mujer que venía llorando. Con gran desconsuelo les pidió que fueran a tocar en su  casa, pues se le había muerto su hijito. Ellos accedieron y la mujer caminando adelante los guiaba. Cuando, sin darse cuenta, se encontraron en las puertas del cementerio El Mangrullo. Había desaparecido la mujer. Esto pasó al violinista Isidro Benítez, jurando desde entonces no tocar más La Magdalena”.

 

(xx) Del libro Música y Músicos del Paraguay, del Dr. Juan Max Boettner. Este libro fue editado por primera  vez por Autores Paraguayos Asociados (APA) -1956-; y reeditado por la Revista Paraguaya FA-RE-MI, en l997. Más información sobre el autor haga click sobre lo subrayado.

 

 

                                                                                                            

 

  MEMORIA VIVA

DESCANSA EN PAZ

Homenaje a un amigo (x)

 

 Sus versos resaltan lo inmenso de la pérdida en una patria de duelo, el arte de Paraná expuesto en los más lejanos puertos y el homenaje fraterno para desearle un descanso en paz. 

 

 por: Mario Rubén Álvarez

 

-Sabes, ha muerto en Londres un músico paraguayo cuyo nombre no recuerdo- le anunció a Alberto de Luque (nombre artístico de Vitalino Rodríguez Báez, nacido en Iturbe, Departamento del Guairá, el 12 de marzo de 1938), en el centro nocturno de Tel Aviv, Israel, donde actuaban, una cantante de color. Era el domingo 15 de setiembre de 1974.

 El artista, al dia siguiente, ansioso, quemado por el fuego de querer saber quién era el que había partido a la eternidad, salió a buscar en la ciudad los periódicos londinenses. En la primera plana de un diario, con sorpresa, encontró que el leader voice –como mencionaba la publicación que encontró- de Los Paraguayos, Luis Alberto del Paraná, había muerto en la capital de Inglaterra.

Sin reponerse del impacto que produjo en su afecto de amigo la triste noticia, Alberto se fue a su casa, tomó un cuaderno y un lápiz y se dirigió a orillas del Mediterráneo, para darle el molde verbal a su Descansa en paz. Allí, a oleadas, le llegaron las escenas de los diversos momentos compartidos con Paraná en Alemania (Hamburgo), Grecia, Irán y otros países. Y empezó a escribir desde la emoción de sus recuerdos. Sus versos resaltaron lo inmenso de la pérdida en una patria de duelo, el arte de Paraná expuesto en los más lejanos puertos y el homenaje fraterno del que se había inspirado para desearle un descanso en paz.

 -Vamos al departamento- le dijo a su esposa, que le había acompañado en ese momento de creación.

 Caminaron dos cuadras y arribaron al lugar donde residían temporalmente. Ella preparó un tereré y él tomó la guitarra para ponerle la música a los versos que acababan de nacerle del yvu más hondo de sus sentimientos.

 Cuando la obra estuvo terminada, le llamó por teléfono a uno de los integrantes de Los Amigos –el grupo musical de Alberto, del que formaba también parte su hermano Carlos Agustín-, Miguel Oscar Sabino, de nacionalidad argentina; le cantó lo que había compuesto y le pidió que hiciera los arreglos para 20 instrumentos de la Orquesta de Cámara de Tel Aviv, para grabar el tema de manera urgente.

 Al día siguiente, a la tarde, ya estaban ensayando, ajustando las voces. El 18 de setiembre se hizo la grabación, en la que participó una cantante lírica. Esa misma noche, vía Aerolíneas Argentinas, el autor le envió el máster a su hermano Marciano Rodríguez Báez, en Buenos Aires. Éste, con otras canciones interpretadas por Alberto, armó el disco Descansa en paz, homenaje a Luis Alberto del Paraná.

 El disco estuvo en Asunción antes de la llegada del féretro del intérprete que había llevado la música paraguaya por el mundo. Cuando arribaron los restos de Paraná, la canción desdobló sus alas, desde las radios, tras un recorrido de miles de kilómetros, para estar presente en esa hora de llanto. Era el adiós convertido en melodía.

 

 

 DESCANSA EN PAZ

 

 Enmudeció la lira y el canto de las aves

Se tiñó de tristeza, de inmensa soledad;

Doblaron las campanas con lúgubre tañido,

La patria esta de duelo: ha muerto Paraná.

 

Soldado del folklore, soñador de caminos,

Cultor infatigable del arte y de la amistad,

Descansa en paz hermano en la gloria de los grandes,

Bendice desde el cielo tu patria, tu heredad.

 

Descansa en paz hermano de sueños y esperanzas,

Tu voz y tu guitarra ya nunca callará mientras entone

El ritmo de polcas y guaranias Paraguay en su entraña

Tu imagen guardará; tu nombre es hoy leyenda Alberto del Paraná.

 

Hoy quiero yo cantarte cual tú cantaste siempre

Con voz de paraguayo, oh colega inmortal,

Supiste en cada frase cantar a tu bandera

Y al temple de una raza, de un pueblo sin igual.

 

De luto mi guitarra hoy suena lastimera,

De duelo mi garganta no quiere ya cantar

Mas retoma el sendero que fue tu gloria eterna

Y hoy rezo emocionado: Luis descansa en paz.

 

Letra y Música:

Alberto de Luque

 

 

(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 13-14 de Setiembre de l999 (Asunción

(xx) Más información sobre Luis Alberto del Paraná, haga click sobre lo subrayado.

 

 

 

MEMORIA VIVA 

 

TUS LÁGRIMAS

El milagro de amor de una mujer (x)

 

por: Mario Rubén Álvarez

 Una guarania que perpetúa el instante en que un gesto de amor se convirtió en poesía para siempre, gracias al encuentro de dos creadores.

 Demetrio Ortiz–nacido en Piribebuy el 22 de diciembre de 1916- agonizaba en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Su muerte era inminente. Sólo un milagro le podía devolver el canto al creador de Recuerdos de Ypacaraíy Mis noches sin ti.

 Ben Molar–argentino, amigo de los paraguayos, editor, en Fermata, de sus obras, coautor como letrista de varios de ellos- se enteró de que su amigo estaba en grave estado. Volando llegó al nosocomio donde se hallaba internado. Encontró, como mala señal, que las visitas eran completamente prohibidas por los médicos que se  afanaban por salvar a tan ilustre paciente.

 ”En un arranque de inspiración, le explico la situación a un médico y me presta su chaqueta. Me la ingenio para hacerme pasar por un galeno interesado en la salud de Demetrio. Llego a la sala donde estaba. Le acompaña solamente su esposa Élida, que llora sobre su rostro. Sus lágrimas caen en la cara de ese gran músico y compositor. Hago tripa de corazón para no llorar yo también. No sé de dónde saqué fuerzas para  hacerme el gracioso en ese momento tan dramático. Le dije a Demetrio: ”Si vos esta semana no venís a verme, nunca más voy a hacer una sola guarania contigo. Tenés que levantarte, curarte, volver a ser como eras antes. Te necesitamos. Millones te necesitan. Andáte sin falta junto a mí; si no, ya sabés.” Salí. Afuera lloré porque pensé que Demetrio se iba, sin remedio”, cuenta Ben Molar, nacido en Buenos Aires el 3  de octubre de 1915.

 Al día  siguiente, Élida le llama y le cuenta que su marido está mucho mejor, que el milagro se produjo. Que en los próximos días iban a regresar a casa. Que todo estaba mucho mejor. Que la vida había regresado.

 Ese instante  en que las lágrimas caían sobre el rostro del amado, sirvió de inspiración a Demetrio y a Ben Molar para crear Tus lágrimas. Los dos atribuyeron a esas gotas de cariño la curación del artista moribundo.

 ”Fue como un regreso de la muerte a la vida. Algo que parecía poco menos que increíble. Lo cierto es que al poco tiempo –habrá sido en la década del 60- nos  encontrábamos trabajando juntos en la nueva composición. Para entonces, aquella ingrata enfermedad era sólo un recuerdo. Lo que  quedó de ella fue esa composición que hace alusión a ese mágico momento en que las lágrimas le devuelven la vida al ser amado. Así lo entendió Demetrio al despertar de su largo sueño. Le di un sentido amoroso al episodio, porque la escena allí vivida era eso para mí”, comenta Ben Molar, quien compuso también con Demetrio Ortiz Recuerdos del Paraguay.

De este modo nació la guarania que perpetúa aquel instante que en un gesto de amor se convirtió en poesía para siempre, gracias al encuentro de dos creadores que supieron unir sus talentos para  expresar aquello que, de no haber sido así, hubiera quedado apenas como un episodio empolvado ya, a esta altura, por el olvido.

    

 

 

 

TUS LÁGRIMAS

 Vencido por el destino,

vencido y sin esperanza,

anduve por mil caminos

buscando el ansia de un corazón.

 

Qué triste fue mi sendero

en las noches sin olvido

y fue tu llanto sincero

milagro pleno de amor y fe.

 

Tus lágrimas me salvaron,

por eso bebí tu llanto,

por eso te quiero tanto,

que hoy río y canto, pues soy feliz.

 

Tus lágrimas me salvaron

y en besos se convirtieron,

que nuestros labios unieron

con gran amor.

 

Sembraste con aquel llanto

el más puro y dulce sueño,

forjando un amor eterno

en mi corazón.

 Letra: Ben Molar

Música: Demetrio Ortiz

 

(X) Del diario ULTIMA HORA (El Correo Semanal), 13-14 de Noviembre de 1999 (Asunción-Paraguay)

 


 

 


MEMORIA VIVA


ALONSO GARCÍA:
Historias con finales diferentes (x)

por: Mario Rubén Álvarez

 


Como ocurre casi siempre entre los frecuentadores de este género que viene de romances españoles, al final hay una reflexión sobre el hecho.



La cultura popular es una fuente de permanentes sorpresas. En particular la oratura -todo lo que pertenece a la oralidad, lo que circula de boca en boca, de memoria a memoria- tiene joyas con las que, andando con las antenas alertas, uno de pronto se encuentra.

En el Festival del Ykua Ka´aguy, de San José de los Arroyos, apareció un trío que con su sencillez característica le dio sabor de pueblo a la noche del Polideportivo de esa comunidad. El dúo integrado por Federico Lelis Jara e Isabelino Giménez Ríos -ambos de la compañia Costa Pucú, jurisdicción de San José-, acompañados por la guitarra de Julio Franco, trajo a la concurrencia el inconfundible aire de los compuestos.

Uno de ellos, el Alonso García, llamó la atención. Tiene el esquema típico de los compuestos de ocho versos, con medidas de versos desiguales y rimas sin ordenamiento parejo. Es el relato de un episodio en el que el Alonsito -conocido también como el hornero-, al que con ingenio apellidan García (tal vez para ilustrar con ese título cómo la historia del animal se mezcla con la humana, o viversa), desde el dictado de su cariño, construye con su amada un redondo hogar en la rama de un samu´ü (palo borracho), para vivir una romance fuera del alcance del viento y la lluvia. Ella, sin embargo, apenas se aleja él , permite que otro se cobije a su lado, disfrutando sin esfuerzo del techo cálido del que, para colmo, era su amigo.

Las estrofas, dispuestas en ocho versos, sin embargo, van contando una historia paralela que es la del autor -o, al menos, del que narra en primera persona- y su compañera. Los finales, sin embargo, son diferentes: mientras Alonsito, como venganza por su traición, tapia y encierra en el hornito a su amada, él opta por cortar la historia compartida, antes de que la terrible evidencia se presente ante sus ojos como dato inapelable de la realidad.

Como ocurre casi siempre entre los frecuentadores de este género que viene de los romances españoles y ancla, con diversos nombres pero un mismo espíritu, en América, al final hay una reflexión sobre el hecho. Es la visión del mundo del poeta, opinable por cierto.

Federico Lelis Jara, al preguntársele el origen del compuesto, relató que Felipe Ríos, un músico del lugar, andariego, de viajes frecuentes al Brasil, trajo de uno de sus viajes su versión en portugués, con un ritmo que parecía un corrido, sin conocer el nombre de su autor o autores. A Federico le gustó, por lo que, con la ayuda del intérprete bohemio, tradujo pacientemente la poesía. Le puso, después, ritmo de polca. Esto ocurrió hace unos diez años.

"Felipe Ríos era mi primo hermano", afirma Isabelino Giménez Ríos, agregando que su pariente había muerto asesinado.
Al transcribir el texto, que ofrecemos aquí, se respeta lo más fielmente posible la versión que canta el dúo Jara-Giménez.


 

ALONSO GARCÍA

Peteï Alonso García
oikoségui che aikoháicha
oheka en su prisa marcha
peteï la iñirürã
isuérte ha otopa
otra linda alonsita
ha osëva koïnguemícha
ohekávo haityrã

ijurúpe ogueroja
he´ete na´ikane´öiva
oipotáguima la hóga
tujumiguigua opa
Quince diahápe orremata
su hornito colorado
peteï samu´ü gajo
oreko la ipy renda.

Opapeve haitymi
omba´apo la pareja
como albañil de floresta
ndohechaukái kane´ö
iñakãme oguereko
ojapóvo alguna fiesta
al final de su cosecha
heropy inauguración.

Hembirekópe ohayhúgui
oipotágui opytu´u
ha´eñóntema ogueru
ikehaguã kapi´i
opyta la kuña´i
ha´eño hóga pyahúpe
la iména poriahúpe
ojere omyakãratï.

Ko múndopope ko ivai
jajepillárö ñoiténte
el alonso de repente
la ikotýpe ou oike
ha ojuhu oñondive
como si fuera una amada
la promesa ojuráva
ohotaha oñondive

Ha upégui osë oveve
el amigo traicionero
ohechágui upe reniego
alonsito operere
ha upégui orreselve
a su esposa amada
repytáma postergada
che ambotýma che roke

Refallágui chendive
repyta sin esperanza
péva la ley de venganza
remanóta neñoite
che aháta águi rire
ahekávo otro amada
ha nde katu balsamada
tahãtã nderetekue

Voi niko japilla
la kuña huguy kangýva
la hogar omerece´ÿva
ñaformarö hendive
pero che apilla mboyve
amboty la che rokë
ndaha´éi apilla rire
che rupápe oñondive

Pehendúma enterove
la envidia naiporãi
alonsito ou okái
oikoségui cheichaite
ajeve agradece
Ñandejára ha is´ype
apilla mboyve che kotýpe
che irümi ohova´ekue.

Traducción: Felipe Ríos
Música: Federico Lelis Jara





Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 4-5- de Diciembre de 1999 (Asunción, Paraguay).

 



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