PIONERAS - MUJERES EN LA HISTORIA DE LA TELEVISIÓN PARAGUAYA

Artículo de JAVIER YUBI

Revista dominical del diario ABC COLOR

El 29 de setiembre de 1965 comenzó a transmitir Canal 9 TV Cerro Corá y dio inicio a la historia de la televisión en Paraguay. Inolvidables son aquellas figuras femeninas que dieron rostro y voz a la pantalla chica en sus primeros pasos. A 46 años de la hazaña, Edith Victoria Ruiz Díaz, Susana Ibáñez Rojas y Sylvia Carvallo Croskey desgranan recuerdos.

Un poco más de un mes de transmisiones experimentales sirvieron de antesala a la inauguración oficial de la televisión en Paraguay. Los pocos televisores que existían en el país captaron el 29 de setiembre de 1965 las imágenes oficiales de Canal 9 TV Cerro Corá, que daban inicio a una nueva era. Y fue la voz cálida de Edith Victoria, una señorita de 16 años, la que abrió el telón de la pantalla chica. “Empecé el primer día de emisión. Hice voz en off en la apertura de la transmisión, en compañía de Carlos Morínigo Alcaraz; éramos los dos primeros locutores del canal. Creo que fue ‘Canal 9 Televisión Cerro Corá transmitiendo desde Asunción, República del Paraguay’, lo primero que dije. Estábamos en el décimo piso del edificio del Instituto de Previsión Social (IPS) (Constitución y Pettirossi), en un pasillito que habrá sido de dos metros”, recuerda con emoción la pionera.

EDITH VICTORIA RUIZ DÍAZ

Nació en Fulgencio Yegros hace 62 años y vive en Ciudad del Este. Es ama de casa, comunicadora social jubilada. Conserva imborrables recuerdos de los diez años y seis meses que se mantuvo en pantalla. “En ese tiempo, salíamos en blanco y negro”, subraya. ¿Y cuándo empezó su aparición en cámaras? “Un día, el director de esa época, Alberto Herrera, me dice: ‘Edith, sentate ahí a ver cómo fotografías’. Y como había pocos avisos publicitarios, yo sabía de memoria todos los textos. Me pregunta: ‘¿Cuál de ellos sabés?’. Dije: ‘Televisores Sanyo’, el más corto y el que mejor recordaba. Había sido estaba saliendo al aire en vivo. No me contaron para que no me asustara. Desde esa vez, salía a la calle y los chicos decían: ‘Mamá, mamá, allá va Sanyo’. Me reconocían por la publicidad”.

Edith Victoria señala que, si bien eran pocas las casas que contaban con televisores, en la suya había una de marca Telefunken. “Enorme era, de pura madera”. Sabía ella que inclusive en los barrios se cobraban entradas para asistir a los programas. “No sé si eran cinco o diez guaraníes lo que cobraban a los chicos, porque era la hora del Tele 9 Club que, justamente, fue el primer programa en vivo”.

A los pocos meses de la inauguración, Edith Victoria se inició como conductora del espacio infantil llamado Tele 9 Club. “Pusimos una silla en el pasillito que teníamos y comencé leyendo libros de cuentos y explicando a los niños lo que significaban esos cuentos. Enseguida, los chicos del barrio comenzaron a venir; uno era Manuel Cuenca. Así se fue dando ese programa de cinco a cinco y media de la tarde, de lunes a viernes. Dos años estuve en la conducción, luego caí enferma y me interné. En ese espacio, el canal firmó contrato con R Publicidad. Entonces, el programa pasó a llamarse Tele R Club, que hice un buen tiempo, pero bajamos al noveno piso del IPS. Ahí ya era un estudio, pequeñito, contábamos con auspiciantes y la participación inmensa de chicos”.

La chica de ojos azules y sonrisa cautivante era, según sus propias palabras, la “comodín del canal”. “Yo presentaba a los artistas. Para mí fue un orgullo inmenso presentar a Luis Alberto del Paraná, que actuó en uno de los aniversarios del canal. Después, a muchísimos artistas, porque teníamos un programa pop con Arturo Rubin, que se llamaba El Espectacular, donde actuaban todos los artistas jóvenes, tanto nacionales como extranjeros que venían. Duró tres años”.

¿Cuándo se trasladó a Ciudad del Este? “Yo vine en 1980”. ¿Por qué? “Falleció el padre de mis hijos y yo me quedé muy sola de parte de mi familia con tres chiquitos. Casi todas mis hermanas vivían en Ciudad del Este; por eso vine. Llegué en febrero y para mayo ya estaba trabajando en la empresa Conempa, en el Hospital Área 2, pues estaban abriendo la parte de comunicación y ahí empecé a trabajar”. ¿Y dejó de activar en los medios? “Para nada. También hacía radio en ZP 16 Radio Presidente Stroessner, en FM, lo que ahora es Radio Parque. Animaba festivales, nunca dejé del todo”.

Fue un orgullo inmenso presentar a Luis Alberto del Paraná,

que actuó en uno de los aniversarios del canal.

Edith Victoria Ruiz Díaz

MARÍA SUSANA IBÁÑEZ BENÍTEZ

Otra gran e inolvidable figura de TV Cerro Corá es Susana. Era la voz y el rostro emblemático del noticiero Hora 20. “Yo comencé a trabajar en el canal con un microespacio para los Heisecke, promocionando las virtudes de un fármaco. ‘Con Geniol, adiós dolor de cabeza’, decía. Un día, justo estornudé en cámara y dije: ‘Esto no pasa con Geniol’. Al principio, aparecí vestida de enfermera y luego les convencí de que no era necesario para promocionar las virtudes de un analgésico. Ahí empezó la creatividad de la moda. Yo creé mi propia moda; era flaca, muy flaca. Tenía 22 años cuando empecé, madre soltera con una hija que mantener”. ¿Cómo se dio su paso al noticiero? “Parece que ellos grabaron uno de los spots publicitarios, les gustó mi voz, mi dicción y mi naturalidad. Yo temblé, porque hay una gran diferencia entre un spot publicitario y un espacio noticioso. Estudié en la Escuela de Locución y Arte Escénico para ser conductora de radio y televisión, pero se dio que ellos estaban armando ya el esquema de salida de Canal 9; el entonces gerente ejecutivo, Julio Cedano Acosta, me propuso esa tarea”.

Fue en 1966 que Susana Ibáñez Rojas ocupó una silla al lado del recordado Héctor Velázquez en la presentación de Telenoticias BP (tenía ese nombre por ser Biedermann Publicidad el auspiciante principal). “Temblaba como una hoja, al principio”.

Luego se optó por cambiar el nombre del noticiero y pidieron a Susana que haga una lista de opciones. “Yo le puse Hora 20”. ¿Por qué? “Me gustó, era un impacto, porque a las veinte horas, una hora crucial, colocábamos el mundo en la visión y en la mentalidad de los televidentes”. ¿Qué aportó la televisión a nuestro país? “Adelanto”. ¿Por qué? “Con un salario mínimo no te podías pegar un viaje por Europa, por ejemplo. La tele permitía recorrer con los ojos las maravillas de ese continente”. ¿Cuánto tiempo se mantuvo al aire? “Veinticuatro años, hasta 1989”. ¿Por qué dejó el noticiero? “No sé, nadie me explicó nunca el porqué. Me dieron a entender que comenzaba una nueva era”. ¿Qué significó para usted Hora 20? “La otra fase de la televisión, salir del divertimento e introducirme en aquello que sacude al mundo. O que lo alegra. O que lo descubre. O que le llena de emociones. Lo que nosotros tratamos muchísimo con Miguel Ángel Rodríguez, Héctor Velázquez, Carmen Maida, Felicita Mattosch, con mucha gente importante; gente con mucha cultura, mucho talento y mucho sentido de humanidad y sentido de moralidad, era que la televisión no sea una caja boba”. ¿Cómo analiza la diferencia de ayer y hoy en los noticieros? “Que están al momento, al minuto con la información. Pero la diferencia está en la forma de transmitir. Hoy existe mucha morbosidad, mucha inmoralidad”. ¿En su época cómo se manejaba la información? “¡Ah! Con mucha cautela. De pronto tocabas algo que no le gustaba al jeque (Gral. Alfredo Stroessner) y te bajaba con todo la daga”. ¿Se clasificaban las informaciones? “Recuerdo que una vez, ya en mi programa Buenas Tardes Susana, había problemas con Humberto Domínguez Dibb, me censuraron y me cortaron. Le tuve que llamar a decir que no podía venir de invitado. Yo no podía hablar de un Casaccia ni de un Roa Bastos. Esa amplitud cultural, esa libertad de expresión del arte no existía. Había una lista negra, como en la época de Hollywood, de los años 50”.

¿Stroessner era muy riguroso? “¡Riguroso! Y yo se lo dije. Así como estoy sentada contigo, cara a cara, se lo dije en una única y última vez que lo vi así, en forma coloquial. Después, lo vi por segunda vez cuando él me apareció en forma imprevista en el recital de Perla, en el estadio Defensores del Chaco, con toda su plana mayor. Y tuve que salir a saludarle, pero eso no significa que yo fuera colorada ni que aplaudía su obra de gobierno, están muy equivocados. Mi familia sufrió mucho acoso también del estronismo”. ¿Y cómo se dio ese encuentro cara a cara que dice usted? “Siempre Miguel Ángel Rodríguez me traía las novedades del Palacio. Un día, me dijo que el general me admiraba muchísimo; yo temblé. De pronto puede ser que te admire, pero otra sea la intención... ‘No, en él hay una admiración sincera. ¿Sabés que me dijo? Que ojalá en uno de sus hijos haya esa capacidad humana que vos tenés’, me insistió Miguel Ángel. ‘¿En serio?’, le dije yo. ‘Sí’. Y me contaba él que (Stroessner) decía ‘mi rubia doradita’. Tan así es que cuando yo me teñí el pelo de rojo, me mandó decir por Miguel Ángel: ‘Decile a mi rubia que no me gusta’. Cualquiera que escuchara eso diría ‘esta es la amante’... Pero nunca fue. Nunca me propuso nada”.

María Susana Ibáñez Benítez nació en Puerto Pinasco el 24 de enero de 1943 y vive en Ciudad del Este desde 1989. Fue contratada por Nilton Sandonai, entonces gerente de Canal 8 Televisora del Este, donde condujo, con éxito y premios, Los protagonistas hasta 1995. Ahora está al frente de Personalmente Susana, de 13 a 16, por Radio Concierto 89.1 FM. “Mi programa es de variedades, es musical, alegre, divertido. Me olvido que tengo 68 años y ahí se siente a una chica de 18 años... Eso le agradezco a Dios”.

Era riguroso manejar la información.

De pronto tocabas algo que no le gustaba al jeque

(Gral. Alfredo Stroessner) y te bajaba con todo la daga.

Susana Ibáñez Rojas

SYLVIA CARVALLO CROSKEY

Sylvia Carvallo Croskey también marcó un hito en la historia de la televisión paraguaya. Detrás de Menchi Barriocanal, fue una de las primeras mujeres cronistas de deportes. “En mis inicios reemplacé a Menchi en Su Deporte Favorito por Canal 13. Luego pasé a Canal 9 e integré el staff de Deporte Color, con los hermanos Carlos Alberto y Juan Ángel Gómez”. ¿Cuál era su rol? “Hacía notas para los bloques deportivos de los noticieros del mediodía y de la noche con deportes amateurs. El fútbol siempre estaba a cargo de Ricardo Martens García, un capo en eso”. ¿Qué representó ser la única mujer en un territorio exclusivamente masculino? “No me daba cuenta. Yo siempre comento que en mi casa nunca hubo eso de que esto es tarea de hombres y aquello de mujeres. A partir de los 18 años, me empecé a dar cuenta de que el mundo no era como era mi casa; si había que levantar la mesa, se levantaba la mesa; si había que barrer el patio, se barría el patio; había que empujar el auto, se empujaba el auto. No era consciente de que era la primera mujer. Sí veía que eran todos hombres en las coberturas a las que iba. Era la única en una conferencia de prensa de tenis, por ejemplo. No había otra mujer y los colegas decían: ‘Acá viene nuestra reina, nuestra princesa’. Pero siempre me trataron con mucho respeto”.

¿Cómo ve aquello que usted inició y hoy es normal ver a las mujeres en las coberturas deportivas? “Me encanta ver a estas chicas jóvenes, que son comentaristas no solo de deportes en general, sino de fútbol. Hoy veo que en las conferencias de prensa hay tantos hombres como mujeres y no solo con un micrófono en la mano, sino que empuñando una cámara de foto, una cámara de televisión. Las mujeres hemos conquistado espacios en los medios, y forma parte de la evolución”.

Sylvia Carvallo Croskey, nacida 17 de noviembre de 1964, también vive hoy en Ciudad del Este. Llegó en 1997, cuando había una vacancia para corresponsal de Canal 13. “Después, por esas cuestiones de la vida, me fui otra vez a Asunción y luego volví. Acá hice todo lo que no se me había ocurrido que iba a poder hacer, porque yo pensaba que solo servía para hacer televisión, salvo algunos trabajos esporádicos en radio y medios escritos con columnitas. Al venir acá, empecé a trabajar en el diario Vanguardia, en la sección Sociales, y después dirigí la revista dominical. Luego empecé mi propio espacio en el canal de cable, Agenda Abierta, que se mantuvo nueve años al aire. Mi temática era solamente las cosas buenas que hace la gente, cultura, deportes, actividades de los colegios, actividades benéficas y de servicios”.

Desde enero de 2011, Sylvia regresó a Canal 8 Televisora del Este, en la conducción de Buen Día Alto Paraná, de lunes a viernes, de 9:00 a 11:00, junto a Luis Carlos Gavilán. 

No había otra mujer cronista de deportes, entonces, los colegas decían:

‘Acá viene nuestra reina’.

Sylvia Carvallo Croskey



 

FOTO: ABC Color/Malena Olivetti

Fuente digital : www.abc.com.py

Revista dominical de ABC COLOR

Fecha: 25 de Setiembre del 2011

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