Portal Guaraní - EL PRESIDENTE DE LOS CLUBS UNIDOS A SUS CIUDADANOS

CÁNDIDO BAREIRO (+)

EL PRESIDENTE DE LOS CLUBS UNIDOS A SUS CIUDADANOS - Discurso de CÁNDIDO BAREIRO

EL PRESIDENTE DE LOS CLUBS UNIDOS A SUS CIUDADANOS

Discurso de CÁNDIDO BAREIRO

El círculo exclusivo que pensó hacerse dueño de la opinión del pueblo, como consiguió hacerse de algunos puestos en la administración y a la ayuda que el generoso Gobierno Provisorio solicitó de ellos al principio de su instalación, se ha levantado traicionando sus propios actos y deliberaciones, y negando que en la noche del 5 de mayo, tuvo lugar la solemne unión de los dos centros de opinión llamados "Gran Club del Pueblo" y "Club del Pueblo".

Esa negación hecha por el mismo Presidente que sancionó el acto, por el mismo hombre que dejó la silla que ocupaba para cedérsela al que el pueblo eligió, significaba el desconocimiento de los derechos del pueblo, y el más grande y atroz insulto a la moral, a la justicia y al propio decoro.

Estos hombres se llaman patriotas; y así mismo, en los solemnes momentos en que la patria exige el concurso de todos sus buenos hijos, para la obra grandiosa de la reconstrucción nacional, enarbolan el roído estandarte del insulto y de la diatriba, befando y escarneciendo los simbólicos colores de la bandera que nos legaron nuestros padres, y que hoy sigue ostentando con orgullo la Nación Paraguaya, merced al digno respeto que ha merecido a la Triple Alianza, que cumpliendo sus compromisos y declaraciones, nos ha garantido la independencia y nuestros sagrados derechos de nacionalidad.

Esos pocos ilusos, esos falsos hermanos, sin opinión, sin prestigio, sin medios de acción, pretenden lanzarnos del seno de la patria, negarnos el agua y el fuego, ellos que no concurrieron jamás al sostén de sus hermanos, ellos, que, en ningún tiempo, lucharon más que por sus intereses particulares. Valiéndose de un arma gastada nos llaman lopiztas, y quieren imponernos su voluntad, cuando no cuentan con otras voluntades que las de vosotros, que en cumplimiento de vuestros deberes vertisteis vuestra generosa sangre, para contribuir a darles la Patria que hoy quieren para ellos solos.

¡Alerta ciudadanos!

Los derechos que os han devuelto los Aliados después de su victoria, no los dejéis arrebatar por los falsos hermanos, que solo pretenden fundar una Patria para ellos, aprovechándose de todas vuestras desgracias, de todos vuestros sacrificios, de toda vuestra abnegación. Dejadlos que nieguen la luz del sol, que a todos alumbra; dejadlos.

La opinión de todo el país está con vosotros, y tenéis en vuestra ayuda, las voluntades de nuestros conciudadanos y de los nobles extranjeros que solo ambicionan la tranquilidad y el progreso del país.

Ellos van a perderse para su país y para el mundo; en cambio vosotros que queréis fundar la Patria para todos, pues que a nadie rechazáis, vais a conquistar las simpatías del mundo civilizado. ¡De pie conciudadanos! y bajo la base del respeto al pueblo, al Gobierno y a la Alianza, no temáis ni a los gritos traidores de los mezquinos y egoístas, ni menos los insultos y amenazas de los que no quieren la unión nacional. Bajo los pliegues de esta bandera, encontrareis siempre dispuesto a daros una leal cooperación, a vuestro compatriota y amigo.

C. Bareiro.

Copia en Héctor Francisco Decoud,

La Convención Nacional Constituyente y tu Carta Magna de la República,

Talleres Gráficos Argentinos L. J. Rosso,

Buenos Aires, 1934, pp. 117-118.

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