PRESENTAR LA OBRA DE SARA LEOZ NO ES FÁCIL.
Por ADRIANA ALMADA
Tampoco contemplarla. Exige disposición de ánimo. Su invitación suena a ironía. Nadie puede sentirse cómodo frente a semejante dosis de sinceridad, frente a la carne viva del hastío, frente a la larva del dolor hecha mariposa nocturna. La obra de Sara Leoz no nos da tregua, ni un respiro siquiera. Hasta el rosa aparentemente inocente de algunas pinturas se torna mórbido. La casa, la infancia, las presiones familiares, el castigo siempre prometido, la angustiante, pretérita soledad, estructuran la despiadada confesión de un ser humano vuelto sobre sí mismo para lidiar con sus propios espectros, seres de anverso y reverso, violentos o taciturnos. Hay elementos de lectura obvia. Sin embargo, tal obviedad, lejos de menoscabar el contenido, termina subrayándolo. La dimensión catártica se impone a cualquier otra consideración posible. Sara expele, sin mediación, un clima dramático acaso emparentado con algunas obras de Basquiat, o bien articula escenas donde lo trivial asume rasgos de sordidez o de tragedia, donde la exhibición hasta morbosa de la propia intimidad recuerda, en este sentido, el espíritu de Frida Kahlo.
TETA, LECHE Y ROCK&ROLL
Técnica mixta sobre cartón
Año 2004
Foto: Juan Carlos Meza, Archivo privado
Sara abre la puerta. Nos deja dentro, nos encierra con sus fantasmas y después nos dice "póngase cómodo", como si esto fuera posible con estos seres casi esperpénticos, aveces frágiles, que pueden asumir formas diferentes, para finalmente desenmascararse y mostrar su verdadero rostro. Pero la historia personal, de la cual se nutre toda la obra, queda trascendida. Con mordacidad de enfant terrible ha retratado el perfil banal y cruel de nuestra sociedad, y con fidelidad a su condición expresiva, ha decidido exponer, sin seleccionar, todo cuanto ha producido en un lapso temporal acotado en base a designios propios. Un lapso de tiempo "almático", un período sólo mensurable por el propio corazón. Nada puede dejar de estar aquí. Póngase cómodo.
Catálogo Manzana de la Rivera,
Asunción, agosto 2001. Reescrito en 2004.
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COLECCIÓN PRIVADA
ESCRITOS SOBRE ARTES VISUALES (EN PARAGUAY)
Por ADRIANA ALMADA
© ADRIANA ALMADA
Editado con el apoyo del FONDEC,
Asunción-Paraguay
2005 (325 páginas)