LA MARCHA DE LA J.O.C.
(Letra y Música, ALEJANDRO CUBILLA)
"LA MARSELLESA"
REVOLUCIÓN DEL 47 Y LA JOC
Pero ese tiempo en el que Alejandro era un prometedor músico, que tocaba muy bien los temas de jazz y adoraba los blues, era también el tiempo del compromiso. Desde muy joven, se había acercado al Partido Revolucionario Febrerista, segúndice, por influencia de su padre, que admiraba mucho al coronel Franco. Se sintió identificado con el ideario de ese partido en aquel momento, y a pesar de su juventud, se afilió al mismo. Esto le costó bastante caro, en tiempos de la Revolución que desangró al país entonces.
La memoria del maestro nos lleva hasta aquel 13 de Enero del 47.
"Recuerdo que el 13 de enero del 47, yo estaba en el Colegio adónde había ido para inscribirme para el segundo año que comenzaría. El Colegio estaba justo en frente de la Iglesia de la Encarnación. Al salir del Colegio, ya todo había cambiado. Había violencia en las calles..... Después de la Primavera política, se terminó todo. Y no pudimos seguir estudiante"
- ¿Usted dejó de estudiar por la Revolución?
- Si. Ocurrió entonces el Golpe de Estado y se levantó Concepción. Entonces no hubo manera de seguir con la vida que uno llevaba .... Además, yo desde los 16 años, estaba afiliado al febrerismo.. .
- ¿Y eso en qué influyó entonces?
- Yo me había afiliado al PRF y militaba. Recuerdo que el febrerismo entonces no tenía una música propia y entonces, yo tocaba en el saxo "La Marsellesa" (el himno de la revolución francesa) . Una señora, hizo unos versos, sobre la marcha que yo tocaba "¡Febreristas a luchar... !" (canta ahora) .
- Y entonces eso le costó caro entonces..
- Si. Yo seguía como aprendiz en la Banda del Ejército y toqué "La Marsellesa". Otro ayudante me escuchó y me preguntó y yo le expliqué que era la música del febrerismo. El fue a contarle al teniente Santiago Gabino Torres, que era pianista y director paraguayo de la Banda, porque el argentino, iba y venía. Entonces, me fui preso...
- ¿Torres lo apresó?
- No sé si fue él o vino la orden de arriba. Lo cierto es que me mandaron detenido junto con otro compañero, José Rodríguez Aquino. Estuvimos en la guardia durante quince días... Incomunicados, durmiendo en el suelo. Me acuerdo de que mi padre, a pesar de estar en la misma fuerza, no pudo verme. Entonces me decían que "En el Ejército no hay ni padres ni hijos...
-¿No lo pudo ver entonces?
- Una vez. Recuerdo que estaba de guardia un teniente que era nuestro amigo, y le permitió a mi padre acercarse a mí para que habláramos. Entonces, mi padre me dijo "Che ra'i...si no es por influencia de otro que vos estás acá. Si es porque a vos te gusta y porque pensás así es que estás acá, yo te apoyo". Entonces yo le dije que nunca , que yo no había hecho nada para estar preso. Me tildaban de comunista... En ésos tiempos de Morínigo como presidente, cualquiera era comunista, aunque no lo fuera...
- Todo eso porque era febrerista?
- Si, claro. Después de eso, nos mandaron al Distrito. Estábamos mejor que en la Guardia, en donde como le dije, dormíamos en el suelo. A los veintidós días de estar ahí, nos mandan a decir que hagamos buscar ropa de civil, porque. nosotros todavía estábamos uniformados. Cuando nos traen nuestra ropa que mandaron a buscar, a los veintidós días, me acuerdo que un oficial sacó una pistola y nos dijo que íbamos a ser trasladados. Nos apuntó hasta que nos subieron a una camionetita y nos llevaron hacia el centro; a la Central de la Policía...
- ¿Los llevaron detenidos como presos comunes?
- Nos llevaron como presos de entonces, un montón de gente presa había en la Central de Policía. Allí nos metieron a nosotros en un altillo. Recuerdo que se empezaba a traer mucha gente
para la Cárcel que entonces estaba donde ahora está la Universidad Católica. Y ahí por lo menos se traían y llevaban unas doscientas personas por noche...
- ¿Y ustedes cómo lo pasaron ahí?
- La verdad es que estábamos en el altillo, como le dije. Nadie nos hacía caso. Entonces, nos dimos cuenta de que entre los detenidos había muchos que tenían uniformes o parte de ellos, de la Marina, de la policía y que muchos de ellos, tenían pegados sobre el mismo, una "V" de la victoria en colorado. Como éramos jóvenes, nos ingeniamos y le mandamos a pedir a nuestras madres que nos mandaran nuestro uniforme militar y que le pegaran una "V". Así lo hicieron y andábamos los dos más o menos tranquilos..
- No estaban incomunicados...
- No. La verdad que no. Mi madre y la de Rodríguez Aquino, nos mandaban todos los días la comida.
- Y así cuánto tiempo estuvieron..
- Ahí estuvimos dos meses por lo menos.
-Dígame don Alejandro ¿Porqué siendo tan joven se había afiliado ya al febrerismo?
- Mi papá había sido músico en la Guerra del Chaco. Como cadete músico y también hizo el trabajo de camillero y fusilero; dependía de las circunstancias. Y entonces, después de terminar la Guerra, ellos regresaron. Y yo tenía un tío por parte de mi madre que también estuvo allí; era iteño. Ellos siempre sejuntaban y hablaban muy bien del Coronel Franco. Entonces, yo que era un chico, escuchaba sólo cosas buenas de Franco y lo empecé a admirar también...
- Entonces eso lo llevó a afiliarse más tarde..
- Si. Pero en el Colegio también tuve influencias. Yo me acuerdo que nos hablaban de distintos partidos y organizaciones en ésos tiempos. Yo hablaba mucho con gente del comunismo, con colorados y también con febreristas. Entonces, los que más me convencían eran los febreristas.
- Eran tiempos de mucha efervescencia política entonces. Los jóvenes se interesaban por la política...
- Si. Hubo una "Primavera política" en la que todos tenían espacio. Recuerdo que los comunistas hacían en la Plaza, sus mitines frente a la Central de Policía ... Eso fue antes de la Revolución del 47. Cada uno trabajaba libremente por lo que pensaba y creía...
- Y eso terminó con la revolución y con usted preso...
- Si. Siguiendo con el tema, como le dije antes, estuvimos allí largos veintidós días. Pero un día, alguien apareció para ayudarnos.
- ¿Un viejo amigo?
- Un conocido. Resulta que éste Sixto Benítez Rojas que me había llevado a la Banda de la Aviación , tenía un pariente, un primo que era el jefe de Policía de entonces, Rogelio Benítez. Sixto le pidió por mí y por mi amigo Rodríguez Aquino.
- ¿Pidió que los dejen libres?
- En realidad, pidió porque tenía que formar una orqueste para acompañar a los colorados en la campaña, en la revolución. Pidió por mí y me preguntó si queríamos. La verdad es que luego de estar tantos días detenidos ahí y sobre todo por las cosas tan feas que vimos ... había mucho maltrato y golpes a mucha gente. Se torturaba mucho y nosotros, que éramos tan chicos, teníamos mucho miedo. Benítez me propuso que me vaya con él, como su secretario y con mi amigo también a la Banda de Música.
- El era colorado
- Si, claro. Era un señor muy bueno, músico. Amigo de mi papá y conocido mío. Creo que encontró la única forma de ayudarnos y así entonces, aceptamos irnos a la Revolución, como ayudantes y músicos.
- Se fueron a muchos lugares?
- Si. Primero a Antequera ; a San Pedro. Estuvimos en Aguaray seco ... Potrero Novillo, Potrero Naranjo ... Nueva Germania...
- ¿Ustedes participaron de las luchas?
- No. Nosotros siempre estuvimos lejos de las luchas, de la violencia. Permanecíamos con la orquesta en el Casino que se armaba en cada lugar.. Igual la pasábamos mal porque dormíamos en la lluvia, a la intemperie. En Arroyito estuvimos mucho tiempo; después fuimos a Tacuati. En Tacuati se mataba mucho a la gente que venía por el río Ypane...Estuvimos así hasta que nos dijeronque teníamos que prepararnos para irnos de allí...
- ¿Recuerda cómo fue eso?
- Si. Recuerdo perfectamente que era el 3 de julio, cuando vino Sixto Benítez Rojas y nos dijo que los de la orquesta nos teníamos que preparar para irnos. Y así lo hicimos. Tomamos el tren hasta Antequera y allí me encontré con un amigo de papá, un capitán de apellido Caballero que tenía en Asunción un restaurante que se llamaba "El Gato Negro". También me encontré con un músico que era concepcionero... Ellos se quedaron ahí todavía más tiempo, pero yo le pedí a Benítez Rojas que me de un salvoconducto para volver a Asunción junto con mi amigo. Y así conseguimos que nos dé el salvoconducto para regresar...
- ¿Cómo volvieron?
- Salimos en lo primero que encontramos. José dejó de balde su instrumento y vinimos en un barquito que me acuerdo que se llamaba "Jorge I". Yo llegué acá a Asunción el 8 de julio. Me acuerdo bien, porque el 9 era mi cumpleaños .... Y eso es lo que pasó con la revolución. Después me llevaron otra vez a tocar en la Banda de la Caballería, porque justo faltaba un músico ... Lo que pasa es que entonces, todavía no se pedía afiliación al coloradismo para poder trabajar...
- Podemos decir entonces, de acuerdo a lo relatado, que en la Revolución del 47, ser músicos les salvó la vida a usted y su amigo José.
- Y si. Prácticamente. Pero mejor sería decir que el que nos salvó la vida fue un hombre, un militar llamado Sixto Benítez Rojas, que era ante todo, un músico y un amigo. El se jugó por el hijo de un amigo en un momento en que era muy peligroso. Era muy peligroso permanecer en la Policía en donde estábamos detenidos ... ocurrían cosas terribles. Recuerdo que entonces hubo un asalto a la Policía y se le cortó la mano al jefe, a Rogelio Benítez que era el primo de quien nos había ayudado. Sixto nos ayudó a pesar de que sabía bien que yo era febrerista . Puso ante todo la amistad y se arriesgó. Y lo hizo como pudo. Eso se lo agradeceré de por vida... Imagínese que yo ni instrumento tenía. En todo ese tiempo, no toqué ni una vez ... Benítez me tenía como asistente, ayudante...
- Fue un tiempo difícil en el que muchas familias y amigos se separaron y sufrieron mucho..
- ¡Si! ¡Tantas cosas le pasaron a la gente en ese tiempo terrible! Tantos proyectos de vida quedaron truncados ... Muchos jóvenes murieron o no pudieron seguir con su vida normal... Muchas familias destrozadas. No hay nada peor que la guerra civil. Eso desangra a los pueblos ... se pierden muchas cosas buenas. Yo puedo decir que tuve mucha suerte.
- Pero usted no dejó de militar ni de participar en los movimientos políticos y sociales.
- No, para nada. Yo me había bautizado en la Iglesia ele San Roque, la que está cerca de la Plaza Uruguaya. Y nunca dejé de ir a esa Iglesia. Cuando era chico, cantaba en la escuela porque tenía la voz de soprano y también en el coro de la Iglesia ... Siempre estuve muy ligado a la gente de esa iglesia.
- ¿Y eso qué tuvo que ver con el tema de la militancia y el compromiso?
- Mucho. Porque antes del 47, yo ingresé a la "Juventud Obrera Cristiana" (JOC), era "Jocista”: Y continué como militante de ese grupo juvenil. Yo le hice la marcha a la Juventud Obrera Cristiana ... Pero cuando eso, teníamos al frente de la organización, a un padre muy revolucionario, muy comprometido. Era el Pa'i Talavera. Un verdadero luchador que fue echado luego del país, como otros, por ser "comunista". Creo que se asiló en Montevideo, o no sé bien adónde...
- ¿El influyó mucho en ustedes?
- Si. El era un hombre que leía mucho, que estaba informado de todos los movimientos internacionales y hablaba ya en ese tiempo de la necesidad de un cambio en la dominación empresarial contra la gente trabajadora. Siempre nos acompañaba y encabezaba las protestas. Vino el fundador de la JOC acá y lo conocimos. Eso fue después de la revolución ya. Yo estaba antes de la revolución ya en la JOC y luego también. Hasta que se fundó el movimiento sindical paraguayo del que fui también dirigente...
- Era una verdadera novedad para la época, un movimiento sindical ...
- Si. Con mucha gente de la JOC, ex "jocistas" , se fundó luego el Movimiento Sindical Paraguayo, cuya sede estaba en México casi Herrera. Yo estuve ahí como dirigente. Se creó como un movimiento sindicalista contra la explotación de la clase obrera y como una alternativa cristiana a la entonces creciente influencia de las ideas comunistas.
- ¿Formaban un grupo que reivindicaban al cristianismo comprometido con las clases explotadas y no sólo a las ideas nacidas en la revolución bolchevique?
- Si. Nuestra línea de pensamiento era cristiana. Se sumó el Movimiento Sindical Paraguayo, el MSP. Y entonces se formó la Confederación Cristiana de Trabajadores, CCT, que hasta ahora existe. Yo ya no entré más ahí, sino que participaba más en el MSP. Allí se hacían muchas conferencias importantes, muy interesantes sobre la situación de los trabajadores y sus luchas. Era muy interesante. Se hablaba de la lucha por la reivindicación social.
- ¿Qué es lo que lo impulsaba a usted, siendo entonces tan joven, a interesarse por las reivindicaciones sociales de los más desposeídos?
- Y, por la pobreza que nosotros habíamos vivido. Por lo que vimos en casa, donde mi papá y mi mamá trabajaban tan durmiente. El sufrimiento de tanta gente de nuestro alrededor ... Había mucha gente marginada. Nos criamos en ese ambiente, lustrando zapatos y vendiendo diarios. No hacía falta que nadie nos contara lo que es el sufrimiento, por eso, la vida sindical, la militancia, era natural para nosotros en ese barrio.
- ¿Y gremialismo como músico? ¿No se interesó por eso?
- ¡Claro que sí! Yo fui socio fundador de la Asociación de Músicos del Paraguay. Por tres períodos fui vicepresidente de la Asociación, porque cuando eso, no podía ser presidente porque no tenía afiliación colorada. Uno de ésos períodos, fui el vicepresidente cuando Lorenzo Álvarez era presidente. Para ser presidente, había que estar afiliado al partido colorado. Mi padre, además, fue fundador de APA. Yo llegué a ser miembro titular, por tres periodos también en APA.
- Regresando al momento de se regreso a Asunción, después de la Revolución ¿ Usted vuelve a la Banda de la Caballería?
- Yo estuve en la Banda desde 1948 hasta 1951. Al mismo tiempo, actué con una orquesta que se llamaba "Continental típica y jazz" que tenía una trompeta y yo tocaba el saxo. Tocamos ahí. Juan Fariña era el director; un contrabajista ya fallecido. Tocábamos en muchos lugares, en Tinidad, Luque, etc. En Continental actué hasta 1950. En 1951, pasé a tocar con la "Orquesta Nobel" de Alfredo Riquelme.
- Siempre tocando el saxo..
- Siempre tocando el saxo y estando en la Caballería al mismo tiempo. Hasta que me encontré con un instrumento que cambió las cosas....
LA MARCHA DE LA J.O.C
De aquellos tiempos en que participó activamente en la Juventud Obrera Cristiana (J.O.C), además de los recuerdos, Alejandro Cubilla , compuso una canción, una marcha. Sus versos, hablan de la tarea que los "Jocistas" hacían bajo la orientación de sus mentores, especialmente del Pa'i Talavera.
J.O.C.
Cu ñande himno ipuramo guaicha
Mano a la visera ya jhupipami
Ñamboviva mi juventud obrera
Jha entero jocista ya yuacjhu pami
La J.O.C. jhera ña jhenduvo
Ña ne acá mbytegui tove ta jheñoi
Verso guaraní to jhendú obrero Ñandeicha guaité ndaipori mocoi
Ñandeicha guaite ndaipori mocoi.
Ña mombo pami mboca vaietá
Cocuejhe ve ara ña empuña va ecué.
Jha ya yagarra arado herramienta
Jha ya Sapucai viva chococué
Entero jocistape a yerure
Doctrina de Cristo tomo sarambí
Naipojhano mi cuejheveguare
Mba asy i ñaña ya cuerá jhagua
J.O.C gua entero ñaimeva
Pe ñande bandera ya jhupi ybaté
Ñambo vy a bebo la clase obrera
Viva la pre joc entero veté
Ñande ru guazú Roma pe oiva
Tove Toby a Ñande rejhevé
To jhecha aveí co ape ahíja
Asesores cuera pyapy mbareté.
(Letra y Música, Alejandro Cubilla)
Fuente:
ALEJANDRO CUBILLA – BIOGRAFÍA
(EL SAXO DE LA LIBERTAD – LIBRE COMO EL VIENTO).
Colección Homenaje a SALEMMA a notables artistas del Paraguay,
Tomo Nº 5. Por MARYCRUZ NAJLE.
Salemma Editorial.
Asunción – Paraguay 2009 (174 páginas)
