HISTORIA DE LA CULTURA PARAGUAYA
DÉCADA DE 1960
POESÍA – NARRACIÓN - TEATRO
IGNACIO ROLDÁN MARTÍNEZ y RODRIGO COLMÁN LLANO.
DÉCADA DE 1960
En la década de 1960 continúa la publicación de revistas culturales y literarias, signo como otras iniciativas anteriores, de conciencia generacional y de inquietud creativa. Así, MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ funda en 1960 DIÁLOGO, primera de las revistas de la generación que se conoce por este año. Hasta 1964 salen cuatro números de la revista centrados en la literatura, el arte, la filosofía y el pensamiento político. Las firmas son paraguayas, pero también de más allá de las fronteras: HÉRIB CAMPOS CERVERA, JOSEFINA PLÁ, CARLOS VILLAGRA MARSAL, JUAN SANTIAGO DÁVALOS, ERNESTO SÁBATO, JUAN LISCANO, CARLOS MASTRONARDI y otros.
Además, ligadas a la revista surgen las colecciones de CUADERNOS DE LA PIRIRITA y CUADERNOS DEL COLIBRÍ, en las cuales se publican más de veinte obras poéticas de autores paraguayos y extranjeros; a su vez, con el sello de DIÁLOGO ven la luz diversos ensayos y estudios literarios.
La siguiente revista es PÉNDULO, que dura desde 1964 hasta 1966. Llegan a publicarse ocho números, bajo la dirección de JUAN CARLOS DA COSTA, NELSON ROURA o CARLOS PODESTÁ, según los años. La temática, nuevamente, es variada: desde la literatura al cine o al teatro. Con el mismo sello y con el patrocinio del Instituto Latinoamericano de Relaciones Internacionales (ILARI), NELSON ROURA y JACOBO RAUSKIN ven publicadas sus obras poéticas.
CRITERIO, por su parte, se define como revista universitaria de cultura. Pasa por dos épocas: la primera, de 1966 a 1971, cuenta con diez números; la segunda abarca parte de 1976 y 1977, y cuenta con apenas dos números, dado que el Consejo de Dirección es apresado el 21 de julio de 1977. En su redacción participan principalmente escritores de la generación del 60: RENÉ DÁVALOS, ADOLFO FERREIRO, ROQUE VALLEJOS, MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ, GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ, JORGE CANESE y otros.
Otra de las revistas es ÉPOCA, publicada entre 1.964 y 1969. Son veinticinco los números que ven la luz. Hay que aclarar que el ámbito en el que se sitúan estas revistas es, en cierta medida, común: si bien EMILIO PÉREZ CHAVES codirige ÉPOCA, es a su vez miembro del consejo directivo de CRITERIO; a su vez, PEDRO JOSÉ GAMARRA DOLDÁN llega a la dirección de Época procedente de la Academia Literaria del colegio San José.
En esta década salen a la luz obras de referencia obligada:
*. APUNTES DE HISTORIA CULTURAL DEL PARAGUAY (1963) de EFRAÍM CARDOZO e
*. HISTORIA DE LA CULTURA PARAGUAYA (volúmenes I y II, 1961) de CARLOS R. CENTURIÓN.
El interés por Paraguay lleva a EPIFANIO MÉNDEZ FLEITAS a publicar en el exilio DIAGNOSIS PARAGUAYA (1965), reflexión sobre la realidad nacional.
En un ámbito propiamente literario, JULIO CÉSAR CHAVES saca a la luz UNAMUNO y AMÉRICA (1964) e ITINERARIO DE ANTONIO MACHADO (1968); HUGO RODRÍGUEZ-ALCALÁ, EL ARTE DE JUAN RULFO (1965) y SUGESTIÓN E ILUSIÓN (1967).
Pero la literatura es también la paraguaya. De ahí que TOMÁS MATEO PIGNATARO publique en Madrid, en 1965, el «ENSAYO SOBRE LAS LETRAS PARAGUAYAS» en CUADERNOS; y que PEDRO JOSÉ GAMARRA DOLDÁN escriba el ensayo «EL SURREALISMO EN EL PARAGUAY» (1968).
Por su parte, FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH comienza la que va a ser una de las labores más consistentes de la crítica en el Paraguay con LA POESÍA Y LA NARRATIVA EN EL PARAGUAY (1969), el PEQUEÑO DICCIONARIO DE LITERATURA PARAGUAYA (1964-1969 y 1980) y la BREVE ANTOLOGÍA DEL CUENTO PARAGUAYO (1969).
De esta década es la ANTOLOGÍA CRÍTICA DE LA POESÍA PARAGUAYA CONTEMPORÁNEA (1968) de ROQUE VALLEJOS, así como un estudio del mismo autor, de consulta obligada desde su publicación: LA LITERATURA PARAGUAYA COMO EXPRESIÓN DE LA REALIDAD NACIONAL (1967).
Por último, la década de 1960 puede considerarse como la de la incorporación definitiva de recursos propios de las vanguardias. Este es un hecho que habla a las claras de cierto anacronismo de la literatura paraguaya, dado que las vanguardias triunfan en el exterior a finales de la Primera Guerra Mundial o en los años inmediatos de la postguerra.
Hay que decir que en torno a 1940, una generación de autores entre los que se encuentran HÉRIB CAMPOS CERVERA, AUGUSTO ROA BASTOS, ELVIO ROMERO, JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO, OSCAR FERREIRO y HUGO RODRÍGUEZ ALCALÁ, recibe la influencia de JOSEFINA PLA y de su aprecio por las vanguardias y la generación del 27 española.
Es seguramente desde estos años que se puede rastrear la presencia frecuente de lo subconsciente en los poetas del Paraguay. El fenómeno se repite en la generación de 1950, esta vez por la influencia del padre CÉSAR ALONSO DE LAS HERAS, conocedor también de los poetas del 27.
Pero es en esta década de 1960 cuando, coincidiendo con una percepción más clara de que la dictadura tiende a perpetuarse, autores como ESTEBAN CABAÑAS, MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ, FRANCISCO PÉREZ MARICEVICH y ROQUE VALLEJOS promueven una poesía con contenido político y vanguardista (por ocultadora y por liberadora del inconsciente) en la forma.
La experimentación propia de las vanguardias sacude a ciertos ámbitos teatrales y narrativos. Sin embargo, la ruptura definitiva con la tradición tiene lugar a partir de 1970. Lo veremos más adelante.
POESÍA
Autores de décadas anteriores siguen publicando en ésta. Así, de ANTONIO ORTIZ MAYANS es TATAINDY NDE PYJHAREPE/ LÁMPARA EN TU NOCHE (1968), obra bilingüe.
Por su parte, GUSTAVO CARLOS GATTI, de la Academia Literaria del colegio de San José y de la Academia Universitaria del Paraguay, dedica en 1967 a su esposa el poemario LIVIA (1967).
De HUGO RODRÍGUEZ-ALCALÁ es LA DICHA APENAS DICHA (1967), y de JOSÉ-LUIS APPLEYARD, ENTONCES ERA SIEMPRE (1963) y EL SAUCE PERMANECE (1965).
Por su parte, SANTIAGO DIMAS ARANDA publica SANGRE DE TIERRA Y LUNA (1960), mientras que de 1967 es HEÑÓIVO TÁVAGUASU de GUMERSINDO AYALA AQUINO, quien en sus versos se retrotrae a la fundación de la ciudad de Asunción; la versión castellana es de NABEL FELIPE NESTRUC.
JOSÉ ANTONIO BILBAO, miembro posteriormente de la Academia Paraguaya de la Lengua Española, perteneciente a la generación poética de 1940 e influenciado por HÉRIB CAMPOS CERVERA, firma CUADERNO DE BITÁCORA (1961) y LA SAETA EN EL ARCO (1968).
Uno de los poetas más prolíficos de la década es RAMIRO DOMÍNGUEZ, miembro de la generación del 50 y Premio Nacional de Literatura en el 2009; suyos son los poemarios ZUMOS (1962), SALMOS A DESHORA (1963), DITIRAMBOS PARA FLAUTA Y CORO (1964), LAS CUATRO FASES DEL LUISÓN (1966), LOS «CASOS» DE PERURIMÁ (1969).
Por su parte, RUBÉN BAREIRO SAGUIER sacude el panorama literario en 1964 con BIOGRAFÍA DE AUSENTE, evocación de la patria contemplada desde el exilio.
OVIDIO BENÍTEZ PEREIRA escribe LA OTRA MITAD DEL SUEÑO en 1966 y ESTEBAN CABAÑAS -seudónimo del artista plástico, pintor, poeta y narrador CARLOS COLOMBINO-, LOS MONSTRUOS VANOS (1964).
De FRANCISCO CRISTALDO, fundador en 1950 de la revista nativista PANAMBÍ, son los versos bilingües de ROSA BRAÑA (1965); y de FÉLIX DE GUARANIA, poeta y escritor principalmente guaraní, PENAS BRUJULARES (1964).
LUIS MARÍA MARTÍNEZ saca a la luz los poemarios POESÍAS (1960), ARMADURA FLUVIAL (1961), RÁFAGAS DE LA TIERRA (1962), ARDER ES LA PALABRA (1966), EL JAZMÍN AZORADO (1969).
RODRIGO DÍAZ PÉREZ alterna su actividad como médico en Estados Unidos y como poeta y narrador extra-terrado, y compone EL MINUTO DE CRISTAL (1969).
FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH, AXIL (1960), PASO DE HOMBRE (1963).
JACOBO RAUSKIN escribe ODA en 1964, mientras que de MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ son los versos de OSCUROS DÍAS (1960) y A DESTIEMPO (1966). La poesía de este autor, traducida a varios idiomas, se define por compromiso ético. Crítico y estudioso de la literatura y del arte, Fernández centrará su labor profesional en tareas de investigación y docencia universitaria (en especial, en la Universidad Nacional de Asunción). Con el correr de los años, su firma aparecerá en revistas internacionales y estará presente en Congresos y Seminarios más allá de nuestras fronteras.
En 1960 MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ había fundado la revista DIÁLOGO; posteriormente, colabora en CRITERIO. Precisamente en torno a esta revista se aglutina una serie de poetas por los años 1966 a 1971. La mayoría ha nacido entre 1943 y 1950. Son, entre otros, JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ, ADOLFO FERREIRO, JUAN MANUEL MARCOS, EMILIO PÉREZ CHAVES, RENÉ DÁVALOS y NELSON ROURA. Su tema es la reivindicación social, la comunicación y la apertura hacia los demás. La represión de la dictadura causará la dispersión del grupo.
De NELSON ROURA son los versos de POEMAS (1965), y de RENÉ DÁVALOS, los de BUSCAR LA REALIDAD (1966).
Por los mismos años, en concreto en 1967, MARIO HALLEY MORA publica PIEL ADENTRO.
De la misma época de los poetas de CRITERIO y de igual agonía ante los tiempos que les toca vivir son JORGE AGUADÉ, ALICIA CAMPOS CERVERA, JORGE CANESE, VÍCTOR CASARTELLI, AUGUSTO CASOLA, RENÉE FERRER, VÍCTOR-JACINTO FLECHA, PEDRO GAMARRA DOLDÁN, MARÍA EUGENIA GARAY MIRIAM GIANNI, AURELIO GONZÁLEZ CANALE, CUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ, MAURICIO SCHVARTZMAN y otros.
VÍCTOR-JACINTO FLECHA escribe POEMAS DE LA CÁRCEL (1964) y RENÉE FERRER, HAY SURCOS QUE NO SE LLENAN (1965) y VOCES SIN RÉPLICA (1967).
De PEDRO JOSÉ GAMARRA DOLDÁN son los versos de DOS POEMAS (1967); y de AURELIO GONZÁLEZ CANALE, los de CARTA A UN POETA (1967) y GRITO ENTRE LAS VENAS (1968).
GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ, narrador en décadas posteriores, saca a la luz APACIBLE FUEGO (1966), CIUDAD SONÁMBULA (1968) y VIENTO OSCURO (1969).
De JUAN ANDRÉS CARDOZO son los versos de DE PIE FRENTE AL DOLOR (1966); es importante adelantar que, posteriormente, Cardozo se centrará en la producción ensayistica, gran parte de ella, al decir de Luis María Martínez, centrada en la realidad nacional "aparentemente yerta".
De la actividad creativa de ROQUE VALLEJOS en esta década hay que decir que es intensa: PULSO DE SOMBRA (1961), LOS ARCÁNGELES EBRIOS (1964) y POEMAS DEL APOCALIPSIS (1969) son poemarios que se suman a la vertiente crítica ya mencionada.
Capítulo aparte merecería la producción literaria, principalmente poética, de una serie de escritoras que, unas antes, otras desde estas fechas, enriquecen una literatura en la que hasta entonces habían predominado los hombres. Así, a la mencionada RENÉE FERRER hay que añadir una precursora, IDA TALAVERA DE FRACCHIA, cuya obra ESTO DE ANDAR aparece publicada en 1966; entre sus muchas obras inéditas -poemas como «Protesto», «Lámpara en vigilia», «Sin brújula en la noche»- se incluyen versos en guaraní -«Jheruguá Poty», por ejemplo-. Ida Talavera de Fracchia es, para Teresa Méndez-Faith, la surrealista más conocida.
De MARÍA LUISA ARTECONA DE THOMPSON, de la generación del 50, sale a la luz VIAJE AL PAÍS DE LAS CAMPANAS (1960), EL SUEÑO HEROICO (1963), CANCIÓN PARA DORMIR UNA ROSA (1964) y CARTAS AL SEÑOR SOL (1966).
ELSA WIEZELL, «Premio García Lorca» otorgado por «Amigos del Arte» en 1967, «Mención de honor» de la Asociación de Escritores Guaraníes por PUENTE SOBRE EL TAPÉ CUÉ (1968) y «Premio Integración Regional» en 1992, es autora de veintinueve poemarios, entre los que destacan: POEMAS DE UN MUNDO EN BRUMAS (1950), su primer libro de poemas, BARRO DE ESTRELLAS (1951), ÓRBITA DE VISIONES (1962), TIEMPO DE AMOR (1965), TEMBLOR DE ACACIAS (1966), MENSAJE PARA HOMBRES NUEVOS (1966), PALABRAS PARA OTRO PLANETA (1967).
ESTER DE IZAGUIRRE, emigrada a la Argentina con apenas cinco años, publica TRÉMOLO (1960), EL PAÍS QUE LLAMAN VIDA (1964; Premio Fondo Nacional de las Artes) y NO ESTÁ VEDADO EL GRITO (1967).
Por último, GLADYS CARMAGNOLA escribe los poemarios OJITOS NEGROS (1965) y NAVIDAD (1966).
A comienzos de la década (1960) se reúnen en Alma guaraní las estampas folklóricas de FORTUNATO TORANZOS BARDEL, dispersas hasta entonces en páginas periodísticas salidas a la luz desde comienzos del siglo XX.
De HIPÓLITO SÁNCHEZ QUELL son las bellas imágenes de POR CALLES DE PARÍS Y TIERRAS DE SOL (1966).
NARRACIÓN
Entre los autores que publican en esta década, hay algunos que consolidan su producción. Así, JOSEFINA PLÁ saca a la luz la colección de cuentos LA MANO EN LA TIERRA (1963).
GABRIEL CASACCIA publica en Argentina LA LLAGA (1963) y LOS EXILIADOS (1966), ambas ganadoras en concursos internacionales.
AUGUSTO ROA BASTOS sorprende con su novela HIJO DE HOMBRE (1960), ganadora del Concurso Internacional de Novelas de la Editorial Losada (1959), por la maestría en la imbricación de numerosas historias en el marco de un relato global, polifónico, urdido por un narrador dual o múltiple, inestable. El que será años después Premio Cervantes firma también colecciones de cuentos como EL BALDÍO (1966), LOS PIES SOBRE EL AGUA (1967), MADERA QUEMADA (1967) y MORIENCIA (1969).
De JOSÉ-LUIS APPLEYARD, miembro de la promoción de 1950 y de la Academia Universitaria del Paraguay, es la novela IMÁGENES SIN TIERRA (1965).
CARLOS ZUBIZARRETA escribe HISTORIA DE MI CIUDAD (1965), CIEN VIDAS PARAGUAYAS (1961), la colección de cuentos LOS GRILLOS DE LA DUDA (1966) y CRÓNICA Y ENSAYO (1969); y
ANTONIO ORTIZ MAYANS, EVOCACIONES DE LA ASUNCIÓN (1915-1930) (1967), colección de relatos centrados en la capital de nuestro país.
MARIELA DE ADLER, rusa de nacimiento, publica en 1966 el libro de cuentos LA ENDEMONIADA: HISTORIAS DE AMOR, FANTASMAS Y CURAS; la segunda colección sale a la luz en 1968: DE OTRO MODO: HISTORIAS EN VOZ BAJA, de interés por contener una aproximación a la interiorización del discurso de los personajes.
ANA IRIS CHAVES DE FERREIRO saca a la luz CRÓNICA DE UNA FAMILIA (1966); mientras que MARIO HALLEY MORA se centra en la novela en LA QUEMA DE JUDAS (1965), premiada en el concurso de novelas del periódico La Tribuna.
Con YO SOY EL TIEMPO, publicada en 1973, gana ESTER DE IZAGUIRRE el Primer Premio Municipal 1968.
En 1966, la novela corta MANCUELLO Y LA PERDIZ (1965), de CARLOS VILLAGRA MARSAL, alcanza el primer premio otorgado por el diario La Tribuna para obras narrativas.
FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH escribe «EL CORONEL MIENTRAS AGONIZO», relato con el que gana en 1966 un concurso promovido por Cuadernos (del Congreso por la Libertad de la Cultura) para elegir el mejor cuento paraguayo, con vistas a incluirlo en una antología hispanoamericana. JORGE R. RITTER es autor de la novela EL PECHO Y LA ESPALDA (1962), centrada en la vida del hombre del campo, y de LA HOSTIA Y LOS JINETES (1969), análoga a la primera.
MARÍA LUISA ARTECONA DE THOMPSON obtiene en 1965 el Premio Doncel de Narrativa Infantil.
Del mismo año son los primeros cuentos de LITA PÉREZ CÁCERES, muchos de ellos aparecidos en suplementos culturales de los diarios del país.
Con LOS PRINCIPIOS Y EL SÍMBOLO, su primera novela, RAQUEL SAGUIER se convierte en finalista del concurso de novelas del diario La Tribuna (1965).
Por su parte, BENIGNO DE JESÚS VILLA OCAMPO aúna diversos géneros en HISTORIAS, ANÉCDOTAS Y CASOS (1968).
TEATRO
JOSÉ ARTURO ALSINA aún estrena LA CIUDAD SOÑADA en 1968.
Antes, CARLOS GARCETE recibe el reconocimiento del público francés por LA CAJA DE FÓSFOROS (1964; traducción al francés: LA BOÎTE D'ALLUMETTES), y del bonaerense por ISIDORO RODRÍGUEZ S.R.L.
De JOSEFINA PLÁ son LA COCINA DE LAS SOMBRAS, HISTORIA DE UN NÚMERO (1969), mientras que ANTONIO ORTIZ MAYANS es autor de dos comedias: AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS y NUESTRA VIEJA CASA.
Diversos galardones animan la actividad teatral en esta década. Así, JOSÉ-LUIS APPLEYARD gana en 1961 el Premio Municipal de Teatro con AQUEL 1811, drama poético sobre la independencia del Paraguay. Autor también de otras piezas breves, casi toda su producción teatral permanece inédita.
Por su parte, OVIDIO BENÍTEZ PEREIRA se inicia en el teatro (aunque ya había adaptado LA BABOSA de CASACCIA) con COMO LA VOZ DE MUCHAS AGUAS, con la que en 1964 obtiene el Primer Premio del Concurso Teatral de Radio Cáritas.
LUCY MENDONÇA DE SPINZI consigue con LOS DESARRAIGADOS el Primer Premio de Radio Cáritas de 1965.
A su vez, entre las obras de JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO destaca, según Josefina Plá, "el más logrado intento realizado hasta la fecha [1970] en pieza estrenada, para elevar la temática local al plano del interés universal": EL FIN DE CHIPÍ GONZÁLEZ (1965; estrenada en Asunción en 1956); es también autor de la obra de teatro LA CABRA Y LA FLOR (1965), galardonada por Radio Cáritas.
RUDI TORGA es actor y director de obras dramáticas, además de poeta en español y guaraní, y periodista. Tiene en su haber el haberse desempeñado como actor y director del TEATRO POPULAR DE VANGUARDIA (TPV). Es autor de la obra de teatro ESTA TIERRA SOY YO.
ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE estrena PROCESADOS DEL 70 en 1967.
Por su parte, la chispa e inventiva de MARIO HALLEY MORA confirma su capacidad para mayores empresas con EL ÚLTIMO CAUDILLO, 1966, MAGDALENA SERVÍN, 1967 y LA MADAMA, 1974.
Fuente:
HISTORIA DE LA CULTURA PARAGUAYA – 2ª PARTE
FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH , IGNACIO ROLDÁN MARTÍNEZ ,
RODRIGO COLMÁN LLANO , CARLOS SOSA RABITO y AMALIA RUIZ DIAZ
COLECCIÓN : LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 17
© Editorial El Lector
Director Editorial: Pablo León Burián
Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina
Director de la Colección: Herib Caballero Campos
Diseño de portada: Celeste Prieto
Diseño Gráfico: César Peralta G.
Corrección: Nidia Campos
Portada: Gabinete de Pintura de Héctor Daponte.
Colección del Ateneo Paraguayo.
Fotografías de los Autores.
El Lector I: 25 de Mayo y Antequera. Tel. 491 966
El Lector II: San Martín c/ Austria. Tel. 610 639 - 614 258/9
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Esta edición consta de 15 mil ejemplares
Asunción – Paraguay (162 páginas)
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