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ALEJANDRO NIETO

  HERNANDO ARIAS DE SAAVEDRA - HERNANDARIAS (Por ALEJANDRO NIETO)


HERNANDO ARIAS DE SAAVEDRA - HERNANDARIAS (Por ALEJANDRO NIETO)

HERNANDO ARIAS DE SAAVEDRA

HERNANDARIAS

Por ALEJANDRO NIETO

Galería de Paraguayos Ilustres Nº 10

Editorial Don Bosco

Asunción – Paraguay (14 páginas)

 

 

HERNANDO ARIAS DE SAAVEDRA

HERNANDARIAS

 

 

"A LA CONQUISTA DE LOS CESARES"

 

El joven Hernando Arias de Saavedra, a quien pronto le conociera la Asunción por Hernandarias, había nacido en dicha ciudad en el año 1.561. Era hijo del capitán español Martín Xuárez de Toledo y de la dama extremeña María de Sanabria, hija del tercer adelantado Juan Sanabria y de doña Mencía Calderón, quien luego de enviudar de su primer marido Hernando de Trejo, habíase casado con Martín Xuárez. A Hernando le pusieron el apellido de su abuelo paterno, ilustre correo mayor de Sevilla, tal y como a veces se estilaba en la época.

Era el mes de julio de 1.576 y Hernandarias sólo tenía 15 años, cuando salió de la Asunción para ir a servir al gobernador del Tucumán, Gonzalo de Abrego, que había organizado una expedición para ir a la búsqueda de la ciudad de los Césares.

Apenas salidos rumbo a los valles calchaquíes recibieron aviso que los indios "lules" habían incendiado Tucumán y retornaron apresuradamente a esta población.

Durante varios días combatieron con los "lules" hasta que les dispersaron, luego de lo cual retornaron infructuosamente en busca de la ciudad de los Césares.

En 1.577, Hernandarias pasó al servicio de Hernando de Lerma, a la sazón en Santiago del Estero, y a sus órdenes combatió contra los indios calchaquíes de "casa-huindo" (Región helada).

 

 

"LA ENTRADA AL MAR"

 

Hernandarias arreó los ganados de Garay por tierra hasta más allá de Santa Fé, cuando éste emprendió la fundación de Buenos Aires por segunda vez, llegando poco más tarde al Río de La Plata, para luego emprender con el fundador una entrada hasta el Océano Atlántico.

Cruzaron la pampa de norte a sur, hasta dar con la sierra de los Padres, extremo oriental del sistema del Tandil, luego de cruzar la cual, Garay, Hernandarias y sus veintinueve compañeros, todos ellos paraguayos, llegaron al mar en una costa en la que, según escribiría luego Garay, "había muchos lobos (marinos) e indios que usaban mantas y cientos de miles de caballos y rocas en las que daba el mar, que corría al güeste (en dirección Este-Oeste)".

Vueltos a Buenos Aires, Hernandarias sirvió a Garay como capitán y caudillo de guerra en diversas "corredurías" y combates con los indios guirandes, hasta que en abril o mayo de 1.582, Hernandarias se casó en Santa Fe con doña Jerónima Contreras, hija de Juan de Garay.

 

"EL DUELO"

 

Poco después de arribar a la Asunción, partió Hernandarias al Chaco en una entrada contra los guaicurúes, indios que constantemente hostilizaban a guaraníes y españoles, y combatió varias veces contra ellos, resultando siempre vencedor; hasta que una mañana, al levantar campamento junto a un estero al norte de Asunción, se allegó un guaicurú dando grandes voces, desafiando a duelo a cualquier español que se atreviese con él.

Pese a que se trataba de un guerrero de gran talla, Hernandarias aceptó el desafío, y se batió con él a la vista de ambas huestes, la hispana-guaraní y la guaicurú. A punto estuvo de morir en la lucha, pues el indio le golpeó, aunque no de lleno, con su hacha de piedra en la cara, causándole un terrible dolor que a punto estuvo de desvanecerle; pero Hernandarias se sobrepuso enseguida y, enfurecido, arrolló a su rival, lo mató de súbito, y le cortó la cabeza; la que, cual otro David, levantaría sangrante en alto, agarrada por los cabellos.

Los guaicurúes al verlo huyeron espantados y Hernandarias vio que sus hombres abrían la boca como si gritaran de júbilo; pero ya no los oyó; había quedado sordo para toda la vida. Luego, al acercarse a los suyos, fue viendo que las expresiones jubilosas se helaban al mirarle, con un gesto de consternación. Miróse entonces en una charca y vio que su rostro cubierto de sangre había quedado torcido con una mueca espantable, de la que tampoco se repondría por completo.

 

 

"CORRIENTES"

 

Llegado Juan Torres de Vera y Aragón a la Asunción, en agosto de 1.587, pidió a Hernandarias que capitanease un escuadrón de caballería, y marchara como lugarteniente de Alonso de Vera, en una nueva campaña contra los guaicurúes.

En esta ocasión hicieron una batida muy grande y prolongada por el Chaco, cuyas regiones áridas obligaron a huir a los salvajes, debiendo abandonar las fértiles cercanías del río Paraguay.  Vuelto Hernandarias a la Asunción, Torres de Vera y Aragón le llevó como su lugarteniente hacia el sur, fundando, el 5 de abril de 1.588, la ciudad de "Las Siete Corrientes".

Tres días más tarde partió Torres de Vera y Aragón hacia Santa Fe, dejando al frente de Corrientes a Hernandarias, quien durante un año permaneció, defendiendo la ciudad contra los ataques de indios paranaenses y agaces.

Además de defenderla militarmente, Hernandarias transportó a cargo suyo hombres, caballos, vacas y otros pertrechos; trabajando intensamente durante tres meses para abrir picadas en Corrientes y en Ñeembucú.

 

 

"INCESANTE BATALLAR"

 

En abril de 1.589 retornó a la Asunción. Por el camino, los indios paranaenses y agaces a su servicio se revelaron, apresando treinta españoles y un bergantín. Hernandarias, pese a estar enfermo, logró escapar y llegar a Corrientes. Allí armó ochenta soldados y levantó un fuerte, luego de lo cual, hizo en el mes de julio dos sangrientas entradas de castigo contra agaces y paranaenses, liberando a casi todos los cautivos españoles.

Vuelto a Corrientes, llegó la noticia de que los payaguáes habían matado algunos soldados y mujeres de Concepción. Acudió allá en agosto aniquilando a los payaguáes en otra fiera batalla, en la cual fue herido de flecha en el tórax.

Apenas convalecido en Corrientes, le llegó una carta de Juan de Torres Navarrete, en la que pedía bajar a Buenos Aires porque los querandíes también se habían rebelado. Bajó Hernandarias al Río de la Plata, derrotó a los querandíes en una batalla cerca del río Luxán, donde habían muerto Luxán y Diego de Mendoza, y volvió a Santa Fe, de donde a fines de 1.589, se trasladó con su familia a la Asunción.

 

 

"TENIENTE GOBERNADOR ELECTO"

 

En febrero de 1590, teniendo 29 años, el Cabildo de Asunción eligió a Hernandarias por votación, como Teniente Gobernador.

Emprendió en 1591 otra entrada contra los irreductibles guaicurúes, nuevamente insurrectos, y otra contra los indios del Pasanco, en 1592.

Vuelto de ésta, sorprendió una nueva conspiración guaicurú y, apresando a los caciques, los hizo ajusticiar. Luego cruzó el río y realizó una nueva purga entre los guaicurúes que se habían llegado hasta el río Paraguay, con intención de atacar Asunción en connivencia con los que ya residían en la ciudad so pretexto de mercar.

A principios de 1593, Hernandarias salió con Juan Fernández de Enciso y Víctor Casco de Mendoza a explorar la tierra de los ñuguaras, o nuharas; volviendo a la Asunción a fines de ese año.

Apenas llegado a la Asunción, Hernandarias recibió la visita de Bartolomé de Sandoval, enviado por Fernando de Zárate para pedirle que bajase inmediatamente con tropas a Buenos Aires, pues ésta se hallaba a punto de ser atacada por varios navíos ingleses.

Hernandarias se embarcó enseguida con treinta hombres, y salió hacia el sur en una pequeña barcaza.

Los navíos ingleses habían naufragado frente al Brasil; pero Hernandarias aprovechó el viaje para hacer un escarmiento entre los querandíes, que habían tornado a hostilizar Buenos Aires.

 

 

"TENIENTE GOBERNADOR DE SANTA FE"

 

Tras estas innumerables y gloriosas gestas, Zárate nombró a Hernandarias Teniente Gobernador de Santa Fe, dándose enseguida a la tarea de auxiliar esta población. Una vez en ella; hizo traer canaletas de palmas para aderezar con ellas la iglesia y el monasterio de San Francisco; ocupándose luego en otras mejoras de la ciudad.

El 6 de noviembre de 1595, Juan Ramírez de Velasco entregó a Hernandarias el nombramiento virreinal de Teniente Gobernador de la Asunción, y el glorioso y batallador sordo se trasladó a principios de 1596 a su ciudad natal, acompañado por Pedro Hurtado. Llegado a ella, supo que los agaces habían matado a Bartolomé de Sandoval y a Iñigo Ramírez de Velasco, y organizó rápidamente más de cien soldados, con los que hizo otro sangriento escarmiento entre los atrevidos nativos.

Al regreso de esa entrada, Hernandarias se ocupó de varias mejoras urbanas y de reedificar los templos de Nuestra Señora de las Mercedes, del "Aventurado" San Blas, del Convento de San Francisco y de la Compañía de Jesús, orden ésta que al parecer, Hernandarias había solicitado para la protección de los indios, quizás inspirado por su hermano de madre, fray Hernando de Trejo y Sanabria.

Como no había maestro de teja en Asunción, Hernandarias reunió a tal efecto setenta mil canales de palma de diez y doce pies de largo, pagando doce mil de su propio bolsillo.

 

"OTRA VEZ AL CHACO"

 

Nuevamente los guaicurúes cruzaron el río Paraguay, depredando las chácaras y rozas cercanas a la Asunción, y matando a algunos españoles y a muchos guaraníes. Una vez más Hernandarias alistó tropas y cruzó el Chaco, llevando a cabo otra matanza de guaicurúes y persiguiéndolos implacablemente.

Mientras vivaqueaba cerca del río Pilcomayo, llegó un emisario a informarle que Alonso de Vera, Teniente Gobernador de Concepción del río Bermejo, había apresado a Diego de Olavarrieta, quien se hallaba en viaje hacia Charcas.

Hernandarias cruzó el Pilcomayo hacia el sur, libró un combate triunfal contra los agaces, y llegó a marchas forzadas a Concepción del Bermejo, en la que obligó al Teniente Gobernador. Alonso de Vera, a que diese inmediata libertad a Diego de Olavarrieta.

 

Este, amigo de Hernandarias que había estado con Garay en la fundación de Buenos Aires, prosiguió su viaje a Charcas, retornando Hernandarias con sus huestes a la Asunción, tan pronto recibió la noticia de la muerte de Juan Ramírez de Velasco.

 

"GOBERNADOR"

 

Los vecinos de Asunción eligieron por voto, Gobernador a Hernandarias, sin saber que ocho días antes ya le había designado con el mismo cargo el virrey Luis de Velasco.

La primera medida de gobierno de Hernandarias fue poner en libertad a los caciques que se hallaban presos en Asunción. La segunda, recorrer rozas y chacras para solucionar diversos pleitos existentes. La tercera, fue ocuparse de la educación pública, para lo cual hizo traer desde la selva a la Asunción a los jóvenes mejor dotados.

Luego Hernandarias emprendió viaje hacia el sur, después de escribir a su hermano Hernando de Trejo y Sanabria, obispo de Tucumán, para encontrarse ambos en Santa Fe.

Hernandarias visitó Concepción y Corrientes, y luego de encontrarse con su hermano obispo, en Santa Fe, donde también recibió pliegos del virrey Velasco con el nombramiento de Gobernador, siguió viaje hacia Buenos Aires en compañía del obispo.

 

"EN BUENOS AIRES"

 

Desde la ciudad del Río de la Plata, Hernandarias solicitó al Virrey del Perú y a la Audiencia de Charcas, que se enviasen los navíos al Plata en vez de hacer ir todos a Panamá, para activar el comercio de Buenos Aires, Santa Fe y Asunción.

Aparte de ello, ordenó que se respetase la Real Cédula que prohibía la entrada de navíos de cualquier país con esclavos negros o de cualquier color.

Luego hizo otra entrada contra los querandíes, buscando someterlos totalmente, y organizó defensas contra posibles ataques piratas.

En noviembre de 1598, el Gobernador y su hermano fray Hernando de Trejo volvieron a la Asunción, donde el obispo ordenó a varios sacerdotes.

A principios de 1599, ya Hernandarias debíó salir nuevamente hacia el Alto Paraná, en una entrada en la que hizo nuevos descubrimientos y combatió contra indios guayaquíes, mbyá y cainguás.

 

"DIEGO RODRIGUEZ DE VALDEZ"

 

En marzo de 1599, estaba el Gobernador preparándose para hacer una entrada en busca de la ciudad de los Césares, cuando le llegó la noticia del arribo a Buenos Aires del nuevo gobernador del Río de la Plata, nombrado por la corona, don Diego Rodríguez de Valdés y de la Vanda.

Hernandarias suspendió su entrada y aguardó las órdenes del nuevo gobernador español, a la sazón en Buenos Aires.

A fines de marzo llegó a la Asunción, Francés de Beaumont, lugarteniente dé Rodríguez, y Hernandarias le entregó el mando. Luego de lo cual, Beaumont bajó a Santa Fe, dejando en Asunción por Capitán y Justicia Mayor a Pedro Hurtado.

Con Rodríguez había venido el obispo Vázquez de Liaño, pero falleció en Santa Fe el 28 de diciembre de 1599.

En carta al Rey enviada a comienzos del 1609, Rodríguez de Valdés y de la Vanda escribía:

 

"Acá se tiene por cierto que de los criollos se puede fiar poco y de los mestizos nada, y yo así lo creo por lo que voy viendo por experiencia. Sólo en Hernán Darías ha vencido la virtud, aunque los españoles se quejan porque se inclina más a los criollos y mestizos", es muy honrado, cavallero aunque criollo, porque no hay regla sin ececion".

 

"DE NUEVO GOBERNADOR"

 

En mayo de 1600, Rodríguez de Valdés y de la Vanda trasladóse a Santa Fe, donde murió el 20 de diciembre de ese mismo año.

Por votación fue nuevamente electo gobernador del Río de la Plata Hernandarias y el Procurador General escribió al Rey:

 

"Arias de Saavedra ha de hacer las cosas más grandiosas que se han hecho jamás en estas provincias".

 

Durante su segundo período administrativo, que duró hasta el 22 de diciembre de 1609, Hernandarias visitó todas las ciudades y pueblos del Río de la Plata; recorrió la Banda Oriental; repartió tierras entre los españoles, criollos y mestizos, dictó ordenanzas encaminadas a mejorar la vida común; ayudó a los jesuitas y sus guaraníes, y en especial a los misioneros Roque González de Santa Cruz, del Paraguay, y Ruiz de Montoya del Perú; con el nuevo obispo Martín Ignacio de Loyola proyectó la creación de una universidad ó casa de estudios; examinó escrupulosamente los libros de las rentas públicas, organizando al detalle su contabilidad y los archivos de cabildos y aduanas; fundó hospicios para doncellas huérfanas; elevó a más de 150 el número de alumnos en las escuelas por él creadas en Asunción; se dedicó a reducir a los indios por la persuasión y sin derramar más sangre; encabezó personalmente romerías para cortar maderas en la selva y emplearlas en los edificios asunceños; creó la industria de la teja española en el Paraguay, levantó catedrales en Buenos Aires con su propio esfuerzo; tal como lo había hecho en Asunción impulsó la agricultura; hizo construir molinos de viento; fomentó el comercio con el Brasil; y trató de afianzar la paz.

Su único error, de consecuencias para él imprevistas, fue aconsejar a la corona la división de la gobernación en dos partes: el Paraguay y el Río de la Plata, medida adoptada por Felipe III en 1617.

Al ser electo definitivamente gobernador, y refrendado en tal cargo por la corona de España, Hernandarias prestó especial apoyo a las misiones jesuíticas recorriendo Itapúa en 1615 con el padre Roque González de Santa Cruz, así como gran parte de la Patagonia. En 1616 conferenció en Buenos Aires con el gobernador Céspedes, de esta ciudad y con Roque González, organizando las misiones jesuíticas y franciscanas del río Uruguay, teniendo siempre como mira, la de establecer un puerto español en Santa Catalina.

Luego de ese viaje a Buenos Aires, Hernandarias pensó en retirarse a la vida privada. Tal como lo hizo saber a su amigo Roque González de Santa Cruz diciéndole que al terminar su gobernación pensaba irse a Santa Fe, o Cayastá para dedicarse a su familia y al cultivo de la tierra.

Hernandarias terminó su gobierno en 1618 y se retiró en efecto a Santa Fe, donde murió, rodeado del aprecio de toda la población, en 1634.

Hernandarias había ejercido seis veces el mando, las tres primeras, entre 1590 y 1597, como Gobernador interino. Las otras, entre 1597 y 1618, como Gobernador efectivo.

 

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DOCUMENTO RELACIONADO:

DOMINGO MARTINEZ DE IRALA

Por ALEJANDRO NIETO

Galería de Paraguayos Ilustres Nº 09

Editorial Don Bosco

Asunción – Paraguay (10 páginas)

 

 

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