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ROBERTO MAURO DA SILVA FERNANDES

  LAS RELACIONES ENTRE BRASIL Y EL IMPERIO DE GRAN BRETAÑA EN AÑOS 1843-1863 (ROBERTO MAURO DA SILVA)


LAS RELACIONES ENTRE BRASIL Y EL IMPERIO DE GRAN BRETAÑA EN AÑOS 1843-1863 (ROBERTO MAURO DA SILVA)

MI AMIGO ES MI ENEMIGO: LAS RELACIONES ENTRE BRASIL

Y EL IMPERIO DE GRAN BRETAÑA EN AÑOS 1843-1863

ROBERTO MAURO DA SILVA FERNANDES

Traducido del Portugués por JULIO ARIAS y sujeto a revisión.

 

 

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RESUMEN

 

La Intención de este trabajo es demostrar la relación entre Brasil e Inglaterra, en algunos momentos contradictorios del Siglo XIX, el objetivo es el de aclarar algunos aspectos de la participación del Brasil en la Guerra del Paraguay, como un instrumento británico en América del Sur. Se comprobará que el Imperio del Brasil tenía un proyecto autonómico incompatible con las pretensiones económicas inglesas. El estudio de la relación entre los imperios de "amigo - enemigo", entre el Brasil y Gran Bretaña durante el XIX, puede contribuir a minimizar la retórica actual que insiste en inculpar al Imperio Británico del conflicto que desenrolló en la

Cuenca del Plata y que destruyó al Paraguay, cuyas consecuencias aún se sienten en dicho país en la actualidad.

Palabras Claves: Paraguay, Guerra del Paraguay, Integración regional de la Cuenca del Plata.

 

INTRODUCCIÓN

 

Las guerras napoleónicas marcan una etapa de la historia del mundo de extrema importancia para Gran Bretaña, tras este conflicto los británicos impusieron una hegemonía que duró cerca de cien años (1815 - 1914), en los cuales la "fábrica del mundo" Inglaterra seguiría una política deliberada de equilibrio entre las naciones del planeta, garantizándose así el dominio de la balanza del poder mundial. Esa "política" no es un sistema de poder, consistió en tranquilizar y apoyar a los gobiernos absolutistas de la Europa continental organizados en la Santa Alianza, y garantizando que cualquier cambio en el equilibrio de poder se llevaría a cabo con el consentimiento de las grandes potencias (Arrighi, 1996 p. 68).

Se puede incluir en esta nueva política de poder de los británicos, a la derrotada Francia entre las grandes potencias que formaban parte de la Santa Alianza, clasificándola como nación de segundo orden y con el evidente propósito de mantenerla bajo control. Gran Bretaña también se opuso a la intención de la Santa Alianza de intervenir en América Latina, a fin de restablecer la dominación colonial, apoyando a los Estados Unidos en lo que más tarde sería llamada la "Doctrina Monroe" (Arrighi, 1996.p.69). Controlando así a las grandes potencias europeas y sus periferias.

Como consecuencia de estas acciones, los británicos lograron dominar durante todo el siglo XIX, militar, política y económicamente el planeta y, por lo tanto, lograron una gran influencia sobre Portugal y posteriormente sobre el Brasil, que en el apogeo de la guerra ocasionada por Bonaparte, se encontraba en la condición de colonia portuguesa. Las guerras napoleónicas serán de una gran utilidad en la realización de un proceso muy importante para la independencia de Brasil, porque es consecuencia directa del mayor fortalecimiento de las relaciones entre Gran Bretaña y Portugal desde el inicio del siglo XIX, son los británicos quienes acompañan a la familia real portuguesa por el Atlántico en dirección de las tierras brasileñas, ello como consecuencia del "bloqueo continental" de Napoleón, a cuyo propósito Don Juan VI no adhiere y que tendrá como consecuencia la invasión francesa de Portugal a finales de 1807 (AGUIRRE, 2008.p. 09) entonces, este evento facilitará el acercamiento de las relaciones entre el Brasil independiente y los británicos durante el Imperio.

Este ensayo pretende mostrar la relación entre Brasil e Inglaterra y sus contradicciones, con el objetivo de aclarar algunos aspectos de la participación de Brasil en la guerra del Paraguay como instrumento británico en la América del Sur. Estos "amigos" que tenían intereses distintos para una misma región (Cuenca del Plata y la propia América del Sur), llegará a la cima de su "enemistad" en el año 1863, cuando se rompen las relaciones diplomáticas. Este enfoque contribuye a cuestionar la tesis de que el gobierno británico en el siglo XIX destruyó Paraguay con el Imperio del Brasil como arma de guerra.

Como si el imperio brasileño, aceptase con prontitud las órdenes de Gran Bretaña, sin reparos, y como si el Brasil no tuviese en ese momento pretensiones expansionista típicas de las naciones que poseen intereses geopolíticos y económicos. La verdad es que el Imperio del Brasil emprendió acciones hegemónicas de carácter colonial e imperialista en la Cuenca del Plata, que coincidieron o no con los intereses de Gran Bretaña (BANDERA, 1985, p. 142).

Así analizaremos algunos acontecimientos de orden interno y externo, relacionados con ambos Estados, cuya relación siempre ha estado marcada por razones dudosas, y condicionadas, obviamente, por la situación económica, política y militar en que se encontraba cada uno durante el siglo XIX. Relación que es importante para esclarecer el contexto en el que se encontraban el Brasil e Inglaterra en el conflicto que nos atañe, que afecta no solamente al Paraguay o a la cuenca del Plata, sino a toda América del Sur, en particular por las repercusiones políticas, económicas y sociales, que promovió la guerra Paraguay.

En el inicio del siglo XIX Napoleón Bonaparte promovió una serie de invasiones en la Europa continental, subyugando a las naciones europeas. Evento que influirá directamente en el desarrollo del reino portugués, que sufriría a partir del año 1807 fuertes presiones del gobierno francés para unirse a un sistema de sanciones, creado por ellos, con la intención de asfixiar económicamente a los ingleses, el "Bloqueo Continental"

Sin conseguir dominar a Inglaterra por la fuerza militar, Bonaparte trató de vencerla por la fuerza económica. Para eso, decretó en 1806 el bloqueo continental, por el cual los países del continente europeo deberían cerrar sus puertos al comercio Inglés (Aguirre, 2008, p.08).

Don Juan VI se vio obligado a poner en práctica un viejo plan, ya en el inicio del siglo XVIII, para enviar toda la corte y administración portuguesa al Brasil. Esta acción que se concretó con la invasión de las tropas francesas a Portugal en noviembre de 1807, así la familia real portuguesa, bajo la protección de la flota británica, con todo el aparato gubernamental partió hacia Brasil (CORTEZ, 2004, p.99).

Según Aguirre (2008, p.09) el rey portugués no podía cumplir las órdenes de Napoleón, debido a las largas relaciones entre Portugal e Inglaterra y principalmente, porque los comerciantes portugueses tenían importantes relaciones con los británicos, además más interesante para los lusitanos, la continuidad del protectorado político y militar de los ingleses, antes que iniciar una relación con Napoleón, que tenía intereses explícitos de apresar a la familia real y reemplazarlo con alguien de confianza, como lo había hecho en España (CORTEZ, 2004, p.99).

El hecho es que toda la corte portuguesa había llegado a Brasil, comenzando un nuevo ciclo de las relaciones entre Inglaterra y Portugal. El gobierno británico trató de sacar el máximo provecho de la protección militar que dio al gobierno portugués y, interesado en ampliar el mercado para sus industrias, presionó a Don Juan VI para acabar con el monopolio del comercio colonial. El 28 de enero de 1808, seis días después del desembarco en Brasil, Don Juan ordenó la apertura de los puertos al comercio internacional, es decir, a las "naciones amigas". Con esta medida, el monopolio comercial fue abolido, los comerciantes de la colonia ganaban libertad de comercio y se abría el camino para la emancipación de Brasil (Aguirre, 2008, p.09).

Pero es importante resaltar que Portugal resentía amargamente el hecho de tener que rendir vasallaje a Gran Bretaña, de depender de la protección militar y económica de la misma, pagando un alto precio, como el Tratado de 1810 (que concedía a Gran Bretaña el privilegio de un arancel del 15%, AD VALOREN, privilegio mayor que el concedido a Portugal (16%) y a las demás naciones (24%)), nótese que el interés de los ingleses era obtener ventajas comerciales. Y Don Juan al percibir las potencialidades territoriales, demográficas y políticas del Brasil, eleva a la ex colonia a la posición del Reino Unido, con la intención de poner fin a la incómoda posición de dependencia. De este modo se demuestra que la elevación de Brasil al Reino Unido y Algarves, posee dos motivos inmediatos, las presiones inglesas para el cese del tráfico de esclavos, que luego de 1822 recaerían sobre el Imperio del Brasil (BANDERA, 1985, p. 90).

Al elevar al Brasil a la condición de reino, Don Juan VI hace renacer las pretensiones expansionistas del imperio Portugués en América Latina, objetivo perseguido desde la época colonial:

La visión geopolítica portuguesa de aquel período se manifestaba en los intentos de establecer los límites atlánticos de su imperio americano, la cuenca del Amazonas al norte y del Plata al sur. Así perseguían los portugueses, el dominio de las dos únicas vías naturales de penetración utilizables de la época, con la ambición de controlar toda la América del Sur (Zugaib, 2006, p.77)

La política expansionista que tuvo inicio con la fundación en 1680 de la Colonia del Sacramento en la margen oriental del Río de la Plata, para asegurarse el dominio de a navegación del Plata y sus afluentes, que representaba la llave de acceso al interior de la parte meridional del continente. Política a la que Don Juan V (1706-1750) dio continuidad, con el objetivo de facilitar a los buques portugueses el comercio y la libre navegación del Río de la Plata, razón por la cual se imponía el control de sui margen oriental (Zugaib, 2006, p. 78).

Obsérvese que la libre navegación de los ríos del plata, ya en los siglos XVII y XVIII, formaba parte las cuestiones geopolíticas dirigidos al comercio y la expansión territorial.

Como epítome de la bandera (1985, p.41-42), Don Juan VI soñaba con la posibilidad de fundar un poderoso imperio en América, reuniendo a los estados de Brasil y a las colonias españolas, que iban totalmente en contra de las pretensiones británicas que buscan una alianza con España, que se había rebelado contra el yugo de Francia. No les convenía a los Ingleses, que Portugal aumentase su influencia en la Cuenca del Plata, el objetivo era hacer de Brasil un gran emporio para las manufacturas británicas destinadas al consumo de toda la América del Sur.

Las contradicciones son evidentes, la complicidad entre Gran Bretaña y Portugal y luego entre ésta y Brasil, luego de su independencia, al parecer, es obvia. Lo que fue perpetuado por muchos historiadores, sobre la relación pasiva del Brasil frente a la política británica (que sirvió como matriz ideológica para explicar la acción del Brasil en la guerra contra Solano López), como mínimo es superficial. Durante el período en que permaneció en Brasil Don Juan VI  (1808-1821), por lo que fue expuesto hasta ahora, no estaba totalmente de acuerdo con la política inglesa y, mucho menos, los británicos concordaban con una autonomía mayor que la permitida por ellos al Reino de Algarves, principalmente cuando la cuestión era la Cuenca del Plata.

Y esta situación de contradicciones será mantenida durante todo el Imperio Brasileño, que con la independencia heredará este "amistad enemiga" y toda la presión por parte de los británicos.

Así las relaciones entre británicos y brasileños, durante el transcurso del siglo XIX, estará condicionada casi siempre por escándalos, teniendo a la esclavitud como un punto de discordia.

 

SI ES PREFERIBLE SER AMADO O TEMIDO

 

Maquiavelo afirma que para el príncipe es mejor ser temido que ser amado por los mismos hombres, en general, sin disimulos, volubles, ingratos, quienes eluden los peligros y salen gananciosos; de esta manera el príncipe debe hacerse temer sin contemplaciones. Pero que tiene que ver las relaciones entre Brasil y Gran Bretaña con la política de miedo a ser adoptado por los príncipes?

Podemos responder a esta cuestión con lo que sucedió en el Imperio del Brasil en 1850, con lo que realmente ocurrió el 4 de septiembre de 1850, la creación de una ley cuya autoría es del ministro de Eusebio de Queiroz, que prohibía el tráfico de esclavos (CORTEZ , 2004, p.137). Sin esta medida el enfrentamiento militar entre Gran Bretaña y el Imperio del Brasil se tornaba inevitable (BANDERA, 1985, p.90), lo que para el imperio no era interesante, ya que Gran Bretaña era económica y militarmente superior al Brasil. De acuerdo con Bethell (1995) se hace constar porqué Gran Bretaña poseía tal superioridad en relación al imperio del Brasil.

Por más de un siglo - desde las guerras napoleónicas y, más específicamente, desde los dramáticos acontecimientos de 1807-1808 ocurridos en la Península Ibérica y, que eventualmente provocaron la disolución de los imperios americanos de España y Portugal, hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 - Gran Bretaña fue el agente externo dominante en las cuestiones económicas y, en menor medida, en las cuestiones políticas en América Latina. El siglo XIX fue para América Latina el siglo ingles. No es difícil de explicar este hecho. En primer lugar, Inglaterra había estado presente en el momento de su creación.

Los fundamentos de la supremacía política, comercial y financiera inglesa habían sido firmemente establecidos en el momento de la formación de los estados independientes de América Latina durante la segunda y tercera décadas del siglo XIX. En segundo lugar, desde 1815 hasta 1860 o 1870, Gran Bretaña persigue la hegemonía mundial sin cuestionamientos y, hasta 1914, la supremacía global un poco menos intensa. La marina británica dominaba los mares. En tercer lugar y lo más importante de todo, Inglaterra era la primera nación industrial de Inglaterra, la fábrica del mundo, la mayoría de los bienes manufacturados y de capital iban hacia América Latina. La ciudad de Londres, la principal fuente de capitales del mundo, fue la responsable de la mayoría de los nuevos préstamos a los gobiernos latinoamericanos y de la mayor parte del capital invertido en la infraestructura (especialmente ferrocarriles), la agricultura y la minería en América Latina. Gran Bretaña poseía más de la mitad de la flota mercante de todo el mundo y los buques británicos estaban llevando el grueso de los productos exportados desde América Latina hacia los mercados mundiales. La propia Inglaterra era uno de los más importantes mercados para los productos alimenticios y materias primas de América Latina. En resumen, a lo largo del siglo XIX Gran Bretaña fue el principal socio comercial, el principal inversionista y principal propietario de la deuda pública de América Latina. (Bethell, 1995, p.271)

Tales condiciones ayudan a pensar que la filosofía maquiavélica encaja perfectamente en la situación protagonizada por el Imperio del Brasil y Gran Bretaña en la década de 1850. El conocimiento por parte del Imperio de las potencialidades británicas dirige al parlamento brasileño a aprobar la ley Eusebio de Queiroz, o sea, o se la aprobaba o el Imperio de Brasil tendría que hacer frente a la nación más grande del mundo en el siglo XIX, Ley que según Cortés (2004. P137), ayudó a desarrollar un rápido crecimiento del abolicionismo interno desde entonces.

El temor a Inglaterra se hizo evidente, pero esa política del miedo no refuta el cúmulo de contradicciones que existían en el proceso de las relaciones exteriores entre los brasileños y británicos, por el contrario las intensificaban. La Ley de Eusebio de Queiroz, en el año de 1850 es el resultado de una serie de medidas adoptadas por Brasil y Gran Bretaña respecto de la esclavitud y su comercio.

En 1825 vencieron los tratados firmados entre Portugal e Inglaterra en 1810, para lograr su renovación, Gran Bretaña presiona a Portugal para reconocer la independencia de Brasil (Aguirre, 2008, p. 12). Podemos observar que tales acuerdos eran de fundamental importancia para los británicos, ya que los tratados de 1810 que ofrecían innumerables ventajas arancelarias a las manufacturas británicas, en paralelo a la necesidad de la renovación de los acuerdos estaban las presiones para abolir la esclavitud, la extinción de la esclavitud en el territorio brasileño era importante para la política de utilización de la nueva nación como gran mercado de consumo (CORTEZ, 2004, p.136).

En 1842 expiró el tratado comercial firmado por el Sr. Don Pedro I, y el Imperio brasileño decide no renovarlo, lo que lleva a los ingleses a aplicar innumerables sanciones al azúcar brasileño importado por ellos, obviamente con la intención de obtener ventajas comerciales renovadas y a fin de poner fin a la esclavitud en Brasil. Esta acción afectaba la economía brasileña, ya que las naciones que exportan el mismo producto a Inglaterra y que no utilizan mano de obra esclava pagarían un impuesto por quintal de azúcar en casi un 50% inferior a la de Brasil. Y la situación se agrava cuando, en respuesta a las acciones británicas, el gobierno brasileño creó el arancel Alves Branco en 1844, lo que aumenta el impuesto a los productos británicos en hasta un 60% dependiendo del producto (BANDERA, 1985, p.91).

Esta política arancelaria sobre los productos importados, que sería utilizado por el Imperio como la principal fuente de ingresos para el sector público durante la segunda mitad del siglo XIX, naturalmente, en el caso de un país cuya principal actividad económica era el principal cultivo de exportación, enseñando a los grandes terratenientes a mantener políticas para proteger el sector agrícola, dado el hecho de que el Estado controla la economía. Coyuntura que contribuyó a los crecientes gastos gubernamentales con subsidios y acumulación de stock, financiado por un aumento en las tarifas arancelarias (Stelling, 2008.p.08), lo que contribuyó a intensificar aún más las complicaciones entre Brasil e Inglaterra, ya que fortalecía el sector de materias primas, el cual utilizaba mano de obra esclava.

La réplica británica fue severa, el Parlamento de Londres aprueba el “Aberdeen Bill ", una ley que permitía a los barcos británicos aboradar, fiscalizar y aprehender los buques sospechosos de tráfico (CORTEZ, 2004, p.137). Bajo Bandera (1985, p.92), entre 1849 y 1851 los cruceros británicos capturaron 90 barcos en aguas jurisdiccionales brasileñas, siendo juzgados y condenados por piratería.

La ley "Aberdeen Bill" explícitamente obliga al gobierno brasileño a hacer algo, hay que señalar que se trataba de las acciones directas del gobierno británico declarando la guerra al Brasil, el resultado de esta etapa será "Eusebio de Queiroz", aprobada con un sabor desagradable para el imperio. Lo interesante es que hasta la promulgación de la ley, se había vuelto evidente que el Imperio del Brasil no estaba de acuerdo con la conducta que Gran Bretaña asumió en relación con el país. No había así una postura títere del gobierno de Brasil en el siglo XIX en relación con Inglaterra, existía un deseo enorme del imperio de liberarse del control político británico, que utilizaba su potencial económico y enorme capacidad de absorción de los mercados para dictar las normas que le convenían.

Debemos resaltar el análisis que el sociólogo Bosque Fernandes hizo sobre la sociedad esclavista del Brasil, cuando se produjo el trasplante de la Familia Real a Brasil, que se producen la apertura de los puertos y los episodios que conducirían a la independencia, el país pasó por un proceso de horizontal expansión económica en el sector primario, la incorporación de nuevas fronteras a la economía de plantación colonial, las capas señoriales y los círculos de los comerciantes urbanos no tenía necesidad de buscar nuevas alternativas económicas.

Esto crea una paradoja entre el sistema capitalista exterior del mundo y el proceso histórico estructural interno que condicionaba al Brasil como nación exportadora de productos primarios, hubo un afianzamiento de las élites nativas para producir y reproducir el trabajo esclavo por el esclavo (Fernandes, 1991 [ 1976], p.238). Esto significa que a pesar de existir una revolución industrial, el capitalismo mundial estaba enfrentado con la estructura social patriarcal que se desarrolló durante el capitalismo mercantil en Brasil y que, por razones de estatus y cultura se mantenía obstinadamente.

Los factores endógenos y exógenos que rodeaba las relaciones entre Brasil e Inglaterra se encaminaron hacia una conclusión a partir de 1863, cuando las dos naciones romper relaciones, según Pomer (1979, p.100-101), las relaciones entre Brasil e Inglaterra se cortaron el 25 de mayo de 1863, como consecuencia del apresamiento de cinco buques mercantes brasileños por una flota de guerra británica, por orden del primer ministro británico, William Christie, quien lo hizo, ya que acusó al gobierno de Brasil de no impedir el saqueo de la fragata inglesa "Príncipe de Gales", que naufragó en las costas de Río Grande do Sul y por el encarcelamiento de oficiales británicos, detenidos por ebriedad y disturbios, la famosa "Cuestión Christie", relatada por la historiografía brasileña. Bandeira (1985, p.93) dice que las relaciones entre los dos países fueron muy turbulentas desde 1843 hasta 1863, cuando se rompen las relaciones diplomáticas, retomándolas sólo en 1865, tras el comienzo de la guerra del Paraguay. Reanudación conveniente porque el Imperio no quería a los británicos como aliados del Paraguay para conveniencia del conflicto.

Por eso, cuando las tropas de Solano atacan la provincia de Mato Grosso en diciembre de 1864, hacía un año y siete meses que Brasil e Inglaterra no tenían relaciones diplomáticas. Así que las posibilidades de utilización del Brasil por los ingleses como instrumento de guerra para destruir el Paraguay es mínima, para ser más coherente esa posibilidad sería un tanto refutable.

 

CONSIDERACIONES FINALES

 

No se puede negar que Gran Bretaña estaba directamente involucrada en los asuntos de la Cuenca del Plata, que tenía estrechos vínculos comerciales, políticos y de "amistad" con las naciones platenses. Pero decir que Inglaterra fue la responsable del conflicto, armando al

Brasil, es un poco forzoso, especialmente cuando existen evidencias explícitas de que la relación entre estas dos naciones ha estado siempre impregnada de contradicciones y segundas intenciones desde el proceso que lleva a los británicos a reconocer la independencia de Brasil. Relación que se agrava a partir de 1863, llevando a las dos naciones a romper las relaciones diplomáticas por casi dos años, solamente viniendo a reaproximarse luego del inició de la Guerra del Paraguay.

Lo que intentamos demostrar en este breve artículo es que el Imperio del Brasil tenía un proyecto de autonomía incompatible con las pretensiones económicas inglesas, y que a partir de la década del cuarenta del siglo XIX comienza a ser puesta en práctica, recibiendo enclaves providenciales de Inglaterra.

Queremos dejar bien en claro, de esta forma, que las diferencias entre las dos naciones eran evidentes, y lejos de hacer una defensa de uno u otro, lo que no puede ocurrir es la ocultación de esta página existente en las relaciones económicas y diplomáticas entre Brasil y Gran Bretaña, dada la importancia que el tema tiene para la historia de la Guerra del Paraguay,

América del Sur, el Estado paraguayo, los más dañados por el conflicto y, sobre todo por los esfuerzos actuales que se hacen para aproximar a los países y los pueblos sudamericanos.

Esa corriente "amigo - enemigo" entre los imperios de Brasil y Gran Bretaña durante el siglo XIX contribuirá, a partir de los estudios, para mitigar algunas retóricas modernas que todavía insisten en culpar a los británicos por el conflicto de la Cuenca del Plata y que destruyó al Paraguay, con consecuencias aún sentidas por ese país y que de alguna manera también alimentan los discursos de que el estado actual de Brasil es imperialista.

Y este esbozo consiente que generamos ayuda a destruir suposiciones simplistas como las que ocurrieron en el pasado y que tenemos, por desgracia de la fuerza de los dichos, que pueden ser materializados de forma negativa en un contexto que actualmente vivimos en el continente sudamericano, de aproximaciones entre los estados y principalmente entre sus pueblos.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

ARRIGHI, Giovanni. El largo siglo XX. . Río de Janeiro: Contrapunto, São Paulo: UNESP. 1996 (1994)

AGUIRRE, Eliane. Os procesos de independencia de América Latina. Universidade tono Fundo.2008

BETHELL, Leslie. el imperialismo británico y la guerra Paraguai.In: Estudios Avanzados, 1995

BANDERA, Moniz. El expansionismo brasileño y la formación de los Estados de la Cuenca del Platina: Río de Janeiro.Editora Revan.1985.

CORTEZ, Joaquim Roberto Pinto.Os Maçonaria. São Fundamentos Pablo: Madras.2004

FERNANDES, la sociedad de esclavos en Florestan. A Brasil. In: los científicos sociales Colección de sociologia. Org. IANNI, Octavio. São Paulo: Editora ática.1991

POMER, L. El conflicto de la Cuenca Platina.São Paulo: Editora Brasiliense.1979

STELLING, Webber. Indústria Textiles en Bahía - el apogeo de las tendencias del siglo XIX. 2008

ZUGAIB, Eliana.A hidrovía Paraguay-Paraná y su importancia para la diplomacia estadounidense en el sur de Brasil/ Brasilia: FUNAG de 2006.





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