FORTALEZA. 2005
Galvanizada y foto digital sobre madera
Obra de JORGE OCAMPOS
Medida: 100 x 100 cms.
COMENTARIO
JAVY’A MBA’E (1993)
Galeria El Patio Espacio Creativo
“Lo que está haciendo (Jorge Ocampos) lo enfrenta a un gran riesgo que él tendrá que resolver: la lucha entre la anécdota y la pintura.
Parecería que a momentos vence una pero pronto la otra se recupera y se vuelve a establecer un momentáneo equilibrio, que dura poco porque esa lucha es seguramente el eterno peligro que acosa al pintor figurativo. En este caso, felizmente, el gusto por la materia que usa, que investiga, que experimenta y prueba le salva de caer en la pura anécdota. Además un sentido personal de la composición - formal y cromática - da también a estos cuadros una característica especial."-
OLGA BLINDER- Octubre de 1993.
SIX YOUNG ARTISTS FROM PARAGUAY (1995)
Open Window Art Gallery. Pretoria, Sudáfrica
"La estética de Ocampos se funda en la fuerza, en la violencia con que desnuda sus interiores, en la furia con la que urga en sus raíces. El suyo es un viaje a la semilla, feérico y cerrado, una inmersión en los claustros más oscuros y profundos de la conciencia, un viaje dramático acentuado por la estridencia intencional de formas y colores. Ocampos postula el desnudo como denuncia, la carne como vehículo del alma."
VICKY TORRES
Si hay algo realmente marcante en esta joven realidad de la plástica paraguaya es el sentido directo de su discurso y la sinceridad de sus propuestas. El se entrega. Su pintura es él mismo. Cada cuadro suyo es, en cierto modo, una confesión de parte al observador, un desnudo espiritual y apasionado. Cada hombre es él y él es todos los hombres. Los terribles perfiles subrayados por la violencia de las formas y los colores, el rescate de viejos símbolos iconográficos, de paleocriptografias prehispánicas con la que subraya el sentido último de sus obras, las nuevas profundidades logradas basado en planos superpuestos, los veteados en rojo y amarillo, los azules, la pureza, en fin, de sus colores y la aparente simplicidad de sus formas son parte de ese modo que tiene el pintor de confesarnos su preocupación por el hombre y, sobre todo, su identificación con todos los hombres. Es como si lo gritara. Ocampos nos propone el grito como estética, el desnudo como denuncia y, como alguna vez dijéramos, la carne como vehículo del alma.
VICKY TORRES
Imagen gentileza de ARTEMARCO GALERÍA
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