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CIRILO ANTONIO RIVAROLA
 
CIRILO ANTONIO RIVAROLA


Datos biográficos:

RIVAROLA, CIRILO ANTONIO : Primer presidente constitucional del Paraguay. Typychaty ha sido la cuna y casa solariega de los Rivarola, familia de extensa raigambre paraguaya y rioplatense, que a sus glorias bélicas une las de una evidente dinastía intelectual que se prolonga hasta nuestros tiempos.

Allí nació en 1832, según unos, 1833 para otros y 1836 para algunos (sin prueba documental a la vista) don Cirilo Antonio Rivarola, en el hogar del prócer de mayo, capitán don Juan Bautista Rivarola y de doña Felipa Acosta, su cuñada, una vez enviudado de su primera esposa, doña Gregoria Acosta, habiendo tenido en total doce hijos, siete de la primera y cinco de la segunda.

Don Cirilo, de quien se dice que murió célibe, dejó dos hijas naturales: doña Enriqueta y doña Engracia Marecos Rivarola.

En la guerra con la Triple Alianza, a raíz de la delación de un semipariente es recluido en el cuartel de Cerro León desde 1863. Luego de un lustro de cautiverio, en las vísperas de la batalla de Avay se lo incorpora como soldado raso. Se aguanta los siete días de Lomas Valentinas, pero es hecho prisionero. Una noche se escapa y dando un rodeo por Itá se presenta ante el Mariscal, quien lo asciende a sargento.

De Cerro León lo rescata, el 25 de mayo de 1869, una avanzada brasileña. El conde d'Eu lo recomienda a Paranhos y desde entonces comienza una nueva vida. Aparece el 22 de julio integrando la delegación nacional de 21 miembros, que designará un comité elector de cinco, y éste, a su vez, ha de proponer los tres que formarán el triunvirato. Al día siguiente la Junta lo eleva a la presidencia. Así surge el triunvirato, que pasa a denominarse "gobierno provisorio", firmándose el 15 de agosto el acta de instalación. Asume en conjunto los ministerios de Interior, Instrucción Pública y Culto...

No fue poco lo que tuvo que hacer el gobierno "provisorio" mediante la creación de organismos puramente comunales... La habilitación del litoral para la introducción sin restricciones de ganado desde el extranjero, la libre concurrencia a la explotación de bosques y yerbales -que habían sido propiedad del Estado-, la fijación del canon para patentes y aplicación del papel sellado, el socorro a las familias menesterosas -que eran casi la totalidad-; la creación de la administración de Correos y la habilitación del Tribunal Supremo de Justicia, eran medidas inmediatas de carácter oficial, a las que habría que agregar la fundación de la Biblioteca Municipal, el 1° de enero de 1870 (no confundir con la Nacional del 21 de setiembre de 1887) y hasta la aparición del periódico "La Regeneración" el 1 ° de octubre de 1870.

Pero la gran esperanza, el mito resplandeciente, seguía siendo la Constitución, cuyo proyecto fue atribuido a Juan José Decoud...

Realizadas las elecciones, el 3 de julio del 70, la Asamblea Constituyente prolonga durante 81 sesiones su cometido hasta que lo da por terminado el 10 de diciembre. Más previamente ha ocurrido un suceso de proporciones, no muy acorde con la letra de la Carta Magna.

El congresal don Juan Silvano Godoy (más tarde: Juansilvano Godoi) propone que en razón de haberse ido un triunviro (Díaz de Bedoya), estar a consideración la renuncia de otro (Loizaga) y quedando nada más que Rivarola, se imponía que la Asamblea asumiera los plenos poderes.

De tal modo se produce el "coup d'état" del 31 de agosto de 1870, mediante el cual asumía la presidencia provisional el Dr. Facundo Machaín, persona de alto prestigio intelectual y moral...

Don Cirilo Antonio motejó a ese hecho de "revolución" y de "día glorioso" al inmediato, en que ya entre gallos y medianoche habíase producido el defenestramiento del nuevo mandatario y regresado Rivarola a las actividades presidenciales "provisorias".

Al quedar sancionada y enseguida promulgada la Constitución aquél pasó a ser mandatario obviamente "constitucional" y autor de un extenso y prolijo manifiesto. El Senado quiere enjuiciar por malversación a su ministro de Hacienda, Juan Bautista Gill; él se opone y disuelve el Congreso, formándose el 8 de diciembre de 1871, otro ad-hoc. (Ínterin había sido fusilado en Pirayú el capitán José María Concha, asesinado el diputado Fulgencio Miltos y creado el Batallón "Guarará", con individuos de indudable calidad carcelaria), Rivarola renuncia por fórmula pero la dimisión le es aceptada el 18 de diciembre de dicho año.

Aparte algunas escaramuzas estuvo en el movimiento de 1874 y en 1877 reinicia sus afanes y tanto con los complotados en el asesinato del presidente Gill (12 de abril). Transcurridos cinco días fracasa otra intentona y él regresa a buscar refugio en sus bosques nativos, por entonces casi impenetrables. Por fin éste, con la garantía de Cándido Bareiro baja a la capital el 24 de diciembre de 1878 y el 31, por la noche, puñales de emponchados acaban con él.

Fuente: FORJADORES DEL PARAGUAY – DICCIONARIO BIOGRÁFICO. Realización y producción gráfica: ARAMÍ GRUPO EMPRESARIAL. Coordinación General: Ricardo Servín Gauto. Dirección de la obra: Oscar del Carmen Quevedo. Tel.: 595-21 373.594 – correo: arami@rieder.net.py– Asunción-Paraguay 2001 (716 páginas).

 

 

CIRILO ANTONIO RIVAROLA : Este gran demócrata inicia la era constitucional del Paraguay y se destaca, en acusados perfiles, entre los ciudadanos de la Convención de 1870 que forjaron la reconstrucción del país después de la guerra de la Triple Alianza. Irreductible en su ideología liberal, su vida fue ejemplo consecuente con la idea y tuvo que caer, así, como una de las primeras víctimas en la hora inicial de las libertades cívicas.

Era uno de los hijos del segundo matrimonio de don Juan Bautista Rivarola con doña Felipa Acosta y había nacido el año 1836 en el pueblo de Barrero Grande, de donde era oriunda su familia paterna. Estudió Derecho y práctica forense en Asunción, con Juan Andrés Gelly y Zenón Rodríguez. El talento natural, el ejercicio de la profesión y su sostenido afán de ilustración hicieron de él un hombre culto. La ideología política de Cirilo Antonio Rivarola, opositora a los gobiernos autocráticos, y esa valiente manifestación de opinión cívica que significó su proyecto de una Constitución liberal, preparada para el Congreso electoral de 1862, le valieron larga y penosa prisión en el campamento militar de Cerro León. Ya desatada la guerra, solicitó un puesto de combatiente que le fue concedido por el mariscal López en 1868.

Apresado por el enemigo durante un patrullaje de reconocimiento, escapó y volvió a presentarse al Cuartel General, donde su valor se vio premiado con las presillas de alférez. Combatió en Avay al lado de su tío Valois Rivarola, "el jinete alado y fiero", y en los siete días heroicos de Lomas Valentinas. En Azcurra cayó nuevamente prisionero de las fuerzas brasileñas. Así pudo regresar, tras la ocupación de la capital paraguaya, para sumarse a los hombres que habrían de trabajar con largo aliento en el esfuerzo reconstructivo de la patria.

El 15 de agosto de 1869, Cirilo Antonio Rivarola integraba el triunvirato provisorio con Carlos Loizaga y José Díaz de Bedoya. La renuncia del segundo y el abandono del cargo del tercero lo dejaron luego solo en el gobierno. Proclamado candidato a la primera magistratura por el Gran Club del Pueblo, salió electo en la convención del 3 de julio de 1870 y, el 25 de noviembre de ese año, se hacía cargo de la presidencia de la República el primer mandatario constitucional. Su obra de gobierno puede ser apreciada a través de los decretos aparecidos en La Regeneración, primer diario de la época. Fue corta pero encomiable desde todo punto de vista. A su iniciativa del primer período provisorio se debe la abolición de la esclavitud en el Paraguay. Como presidente electo vetó el proyecto de ley que declaraba traidor a la patria al mariscal Francisco Solano López ordenando la confiscación de sus bienes y los de su familia; organizó el Poder Judicial; puso especial empeño en el fomento de la enseñanza pública y en el reordenamiento institucional del país desquiciado por la reciente guerra.

La mayoría opositora de la Cámara de Diputados inició ante el Senado juicio político a su ministro de Hacienda Juan Bautista Gill, de preponderante influencia. La actitud del Congreso determinó al primer magistrado a decretar, el 15 de octubre de 1871, la disolución del Parlamento. Las nuevas elecciones, celebradas inmediatamente, llevaron a las Cámaras a un sector que respondía incondicionalmente a Gill, convertido así en árbitro de la confusa situación política. El 18 de diciembre de ese mismo año, el Presidente, consecuente con su civismo, dimitía entregando el mando al vicepresidente Salvador Jovellanos. Posteriormente, en el año 1874, Rivarola se unirá a la revolución organizada por Bernardino Caballero, su adversario ideológico en política, disconforme con los actos del gobierno de Jovellanos. La revolución, triunfante en acción militar, se vio sin embargo enervada por la intervención del representante brasileño Araujo Gondim, quien logró mantener a Jovellanos en el poder mediante un pacto con los revolucionarios.

Cirilo Antonio Rivarola, con poderosos enemigos en la apasionada lidia política de la incipiente democracia, se retiró entonces de la lucha cívica refugiándose en Barrero Grande. La popularidad y el prestigio ganados en aquella jurisdicción le habían permitido crearse un verdadero reducto defendido por decididos partidarios. Pero el presidente Cándido Barreiro, que asumiera el poder en 1878, lo atrajo a la Asunción ofreciéndole garantías de seguridad y respeto. A pesar de esa promesa oficial, Rivarola caía herido de muerto el 31 de diciembre de 1879. El asesinato político se consumó a las nueve de la noche, en la esquina de las actuales calles Independencia y Palma, a la vista de los guardias que custodiaban la cercana casa del Presidente.

BIBLIOGRAFÍA

Gómez Freire Esteves: Historia contemporánea del Paraguay.

Héctor F. Decoud: Cuatro décadas de vida nacional.

R. Antonio Ramos: Juan B. Rivarola, Cirilo A. Rivarola y Eusebio Ayala, tres hijos preclaros de Barrero Grande (Conferencia).

Carlos R, Centurión: Historia de las letras paraguayas.

Juan Bautista y Luis María Rivarola Paoli: Archivo familiar inédito.

Fuente: CIEN VIDAS PARAGUAYAS Por CARLOS ZUBIZARRETA. Prólogo a esta edición CARLOS VILLAGRA MARSAL. Prólogo a la 2ª edición de 1985 ALFREDO M. SEIFERHELD. Comisión Nacional de Conmemoración del Bicentenario de la Independencia del Paraguay. Biblioteca Bicentenario Nº 6. EDITORIAL SERVILIBRO. Asunción – Paraguay. 2011 (240 páginas)

 

 

LA ESQUINA OMINOSA : Luego de varios años de proscripción, el 24 de diciembre de 1878, el expresidente de la República don Cirilo Antonio Rivarola llegó a la capital del país. Se presentó al ministro del Interior general Bernardino Caballero para informarle de su presencia en la capital. Tenía resuelto viajar a Buenos Aires, luego a Río de Janeiro. Pasó a cenar con el cónsul del Brasil señor Totta en la casa de este, en la esquina de las calles Palma y 25 de Noviembre (actual Nuestra Señora de la Asunción). A las 21 salió de la casa de su anfitrión y se dirigió a la del presidente Bareiro, distante una cuadra del lugar. Estuvo con el mandatario “una hora de amable plática”.

A eso de las 22, Rivarola salió a la calle con intención de dirigirse a su domicilio, cuando al subir la acera del viejo mercado, en la esquina de las calles Palma e Independencia Nacional, le salieron al encuentro, de entre las sombras de la recova, varios individuos emponchados, que allí mismo le atacaron y le acribillaron a puñaladas. Gritando desesperadamente, Rivarola pidió auxilio, intentando defenderse. Al escucharse los pedidos de auxilio, en vez de acudir a salvar al agredido, varias ventanas se cerraron aparatosamente y un silencio apagó la garganta y los últimos suspiros del finado.

Nadie acudió a defender al desgraciado, aun cuando a treinta pasos de allí había un local policial. Poco más allá, a una cuadra, estaba el Departamento de Policía. Los escoltas de la residencia del presidente ni se dieron por enterados. Las autoridades solo acudieron al lugar media hora después del crimen, permitiendo la huida de los asesinos. Si bien se abrió días después un proceso y fueron puestos en prisión algunos jefes, la mayoría fueron absueltos de culpa y pena. Así terminó sus días un protagonista de aquellos aciagos días de posguerra, don Cirilo Antonio Rivarola, una calurosa noche de diciembre de 1878.

Fuente: Revista dominical del diario ABC COLOR, Domingo, 21 de Octubre del 2012. Artículo de LUIS VERÓN. Fuente digital: www.abc.com.py

 

 

Enlace interno recomendado al espacio: Triunvirato 1869, Constitución de 1870, Presidencia de Carlos Loizaga, Cirilo Antonio Rivarola y José Díaz de Bedoya. Segmento: Historia Política de la República del Paraguay.

 

 

 

CIRILO ANTONIO RIVAROLA (1832/1878) : Nacido en Barrero Grande, actual Eusebio Ayala, Cordillera, Cirilo Antonio Rivarola fue un político prominente, que hizo parte del Triunvirato que gobernó el Paraguay entre 1869 y 1870, desde antes de que terminara la Guerra de la Triple Alianza. El 1° de setiembre de 1870, después de complotarse para deponer al presidente electo por la Convención Constituyente, ocupó la primera magistratura, cargo en el que se le confirmó en noviembre de ese año.

Una maniobra poco feliz hizo que presentara su renuncia, con la intención de que la misma fuese rechazada, pero lo cierto es que se desató contra él una feroz persecución por lo que durante varios años tuvo que refugiarse en los bosques de Barrero Grande. De allí apenas salió cuando se le prometió una suerte de amnistía. Era presidente Cándido Bareiro y Rivarola fue hasta la capital con el propósito declarado de dejar el país por un tiempo, después de las fiestas de final de año.

1878 - 31 de diciembre. Rivarola fue hasta la casa de Cándido Bareiro ya al oscurecer, en parte para agradecerle y en parte para despedirse.

-Pero ¿por qué no se queda a vivir aquí?

-No, definitivamente, creo que debo darme un merecido descanso.

Salió de la casa de Cándido Bareiro muy confiado. Sentía como que una pesada cruz que cargara durante años lo había abandonado por completo y para siempre. Se propuso caminar un poco y para rememorar viejos tiempos fue hasta el viejo mercado, en Palma e Independencia.

A poco de llegar allí, sin embargo, tres hombres enmascarados fueron directamente a su encuentro, y a puñaladas -que se repitieron varias veces y por todos lados- terminaron con la vida del ex presidente.

Delirando, creyó ver a Cándido Bareiro detrás de las capuchas, sonriendo irónicamente. Nunca se supo quién lo mandó asesinar, pero Bareiro soportó una severa depresión con posterioridad, que lo llevaría a la muerte en setiembre de 1880; no vio el fin de su mandato, así como Rivarola no vio el año nuevo de 1879.

Fuente: 200 MUERTES 200 AÑOS. Texto: ROBERTO PAREDES. Ilustración de JUAN DE DIOS VALDÉZ BARBOZA y RAQUEL ROJAS PEÑA. www.portalguarani.com. Correo info@portalguarani.com, Asunción – Paraguay 2011.



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