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LUIS A. CAMPOS DORIA (+)

  APUNTES DE HISTORIA ECONÓMICA DEL PARAGUAY. DESARROLLO, AUGE Y DECADENCIA DE UNA ECONOMÍA DE ENCLAVES (LUIS A. CAMPOS DORIA)


APUNTES DE HISTORIA ECONÓMICA DEL PARAGUAY. DESARROLLO, AUGE Y DECADENCIA DE UNA ECONOMÍA DE ENCLAVES (LUIS A. CAMPOS DORIA)

APUNTES DE HISTORIA ECONÓMICA DEL PARAGUAY.

DESARROLLO, AUGE Y DECADENCIA DE UNA ECONOMÍA DE ENCLAVES

© LUIS A. CAMPOS DORIA

© INTERCONTINENTAL EDITORA S. A.

Caballero 270; teléfs.: 496 991 - 449 738

Fax: (595-21) 448 721

Pág. web: www.libreriaintercontinental.com.py

E-mail: agatti@libreriaintercontinental.com.py

Diagramación: GILBERTO RIVEROS ARCE

 

Mucho celo y técnica fueron empleados en la edición de esta obra. No obstante, pueden ocurrir errores de digitación, impresión o duda conceptual. En cualquiera de las hipótesis, solicitamos la comunicación a nuestra Casa Central, para que podamos esclarecer o encaminar cualquier duda.

La Editora y el autor no asumen responsabilidad alguna por eventuales daños o pérdidas a personas o bienes originados por el uso de esta publicación.

 

Hecho el depósito que marca la Ley N° 1328/98.

ISBN: 978-99953-73-55-9

Asunción – Paraguay 2010 (487 páginas)

 

 

CONTENIDO

DEDICATORIA

PRÓLOGO

PRÓLOGO A LA EDICIÓN EN CASTELLANO

INTRODUCCIÓN

PARTE PRIMERA: EL DESARROLLO AGRICOLA DEL PARAGUAY COLONIAL E INDEPENDIENTE

CAPÍTULO I: EL PARAGUAY COLONIAL

1. LA COLONIA

1.1. EL INICIO 1537-1555

12. LA ENCOMIENDA YANACONA Y MITAYA

1.2.1. LA ENCOMIENDA YANACONA O DE "SERVICIO PERSONAL"

1.2.2. LA ENCOMIENDA MITAYA 1.3. EL INICIO DE LA AGRICULTURA Y DE LA GANADERÍA

1.3.1. LOS VIÑEDOS

1.3.2. LOS CEREALES

1.3.3. LA CAÑA DE AZÚCAR

1.3.4. EL ALGODÓN

1.3.5. EL TABACO

1.3.6. LA MADERA

1.3.7. LA GANADERÍA

1.4. LA YERBA MATE

1.5. EL MERCADO REGIONAL HASTA 1620. DECADENCIA DE ASUNCIÓN

2. LOS JESUITAS: LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA MÁS PODEROSA DE LA AMÉRICA DEL SUR

2.1. LA ORGANIZACIÓN INTERNA DEL TRABAJO

2.2. EL COMERCIO EXTERIOR

2.3. DECADENCIA Y FIN

3. FINAL DEL PERÍODO COLONIAL

CAPÍTULO II: EL PARAGUAY INDEPENDIENTE (1811-1870)

1. LA INDEPENDENCIA

2. LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO INDEPENDIENTE

2.1. EL PRESUPUESTO PÚBLICO

2.1.1. LAS FUENTES DE INGRESO DEL ESTADO

2.1.2. EL GASTO PÚBLICO

2.2. LA REFORMA AGRARIA

2.3. EL COMERCIO EXTERIOR

3. LOS LÓPEZ

3.1. LA MODERNIZACIÓN DEL PAÍS

3.1.1. EL INICIO DE LA METALÚRGICA

3.1.2. EL ARSENAL MILITAR Y NAVAL DE ASUNCIÓN

3.1.3. LA PRIMERA EMISIÓN MONETARIA

3.1.4. EL FERROCARRIL

3.1.5. EL TELÉGRAFO

3.2. LA POLÍTICA AGRARIA

3.2.1. EL FOMENTO DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA

3.2.2. LA GANADERÍA     

3.3. LA YERBA MATE

3.4. EL COMERCIO EXTERIOR

4. FRANCISCO SOLANO LÓPEZ Y LA EPOPEYA DE LA TRIPLE ALIANZA

PARTE SEGUNDA: PARAGUAY UNA ECONOMÍA DE ENCLAVES

CAPÍTULO III: LA POSGUERRA: PERÍODO DE TRANSICIÓN (1870-1885)

1. LA REORGANIZACIÓN NACIONAL

2. LA CUESTIÓN AGRARIA

2.1 LA ENAJENACIÓN MODERADA (1871-1883)

2.2 LA ENAJENACIÓN ACELERADA (1883-1885)

3. ESTADO DE LAAGRICULTURA, DE LA GANADERÍA Y DEL

COMERCIO EXTERIOR EN 1886

CAPÍTULO IV: UNA ECONOMÍA DE ENCLAVES

1. LOS ENCLAVES

1.1. EL ENCLAVE TANINERO

1.2. EL ENCLAVE YERBATERO Y MADERERO

1.3. EL ENCLAVE GANADERO

1.3. L. LA SOCIÉTÉ FONCIÉRE DU PARAGUAY

1.3.2. LA LIEBIG'S EXTRACT OF MEAT CO.

1.3.3. LA CENTRAL PRODUCT CORPORATIÓN (CPC)

1.4. LA HACIENDA GANADERA.

1.5. LAS CASAS DE IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN

1.6. LA IMPORTANCIA DE LOS CAPITALES EXTRANJEROS

1.7. LAS CHACRAS AGRÍCOLAS

2. DESARROLLO Y AUGE DE LA ECONOMÍA DE ENCLAVES

2.1. EVOLUCIÓN ECONÓMICA DEL PARAGUAY (1885-1940)

2.1.1. DE 1885 A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

2.1.2. EFECTOS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL SOBRE LA ECONOMÍA PARAGUAYA

2.1.3. PERÍODO ENTRE LAS DOS GUERRAS MUNDIALES

2.2. LA POLÍTICA AGRARIA (1885-1940)

2.2.1. LA LEY DE COLONIZACIÓN Y EL HOGAR (1904)

3.2.2. LAS LEYES DE 1918 Y 1926

328. REFORMAS Y CONTRARREFORMAS ENTRE 1935 Y 1940

2.3. EL COMERCIO EXTERIOR (1885-1940

2.3.1. DE FINES DEL SIGLO XIX A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

2.3.2. ENTRE LAS DOS GUERRAS MUNDIALES

CAPÍTULO V: CRISIS Y DECADENCIA DE LOS ENCLAVES

1.  DIRIGISMO DE ESTADO (1941-1955)

1.1. EL CONTROL DE LAS TRANSACCIONES FINANCIERAS

1.2. FORMACIÓN DEL SECTOR ESTATAL DE LA ECONOMÍA

2. NEO-LIBERALISMO MONETARISTA (1956-1972)

2.1. LA ESTABILIZACIÓN MONETARIA         

2.2. LA CONSTRUCCIÓN DE INFRAESTRUCTURA BÁSICA

3. POLITICA AGRARIA (1940-1970)

3.1. ESTRATEGIA AGRARIA (1940-1950)

3.1.1. ESTRATEGIA AGRARIA (1940-1950)

3.1.2. EL CRÉDITO AGRÍCOLA

3.1.3. LACOLONIZACIÓN AGRARIA

3.1.4. LA INFRAESTRUCTURA AGRÍCOLA ESTATAL

3.1.5. OTROS MECANISMOS ESTATALES DE REGULACIÓN DE LA ACTIVIDAD AGRÍCOLA

3.2. ESTRATEGIA AGRARIA (1950-1961)

3.2.1. LA REFORMA AGRARIA Y EL CONTEXTO INTERNACIONAL

3.2.2. LA REFORMA AGRARIA DURANTE EL ÚLTIMO PERÍODO POPULISTA (1950-1956)

3.2.3. A LA BÚSQUEDA DE UNA "NUEVA" POLÍTICA AGRARIA (1956-1961)

3.3. LA POLÍTICA AGRARIA A PARTIR DE 1961

3.3.1. LA ALIANZA PARA EL PROGRESO

3.3.2. LA "MODERNIZACIÓN" DE LA AGRICULTURA

3.3.3. LA COLONIZACIÓN AGRADA (1965-1972)

3.4. RESULTADOS GLOBALES DEL SECTOR AGRÍCOLA

4. EL COMERCIO EXTERIOR (1941-1972)

5. LA CRISIS Y DECADENCIA DE LOS ENCLAVES

 

CONCLUSIONES

APENDICE I/ APENDICE II/ APENDICE III/ APENDICE IV  

 

REPERTORIO DE MAPAS, GRÁFICOS, CUADROS, FOTOGRAFÍAS Y GRABADOS ANTIGUOS

 

MAPAS:

I.- ASUNCIÓN Y SU REGIÓN AL FINES DEL SIGLO XVI

II. PRINCIPALES RUTAS COMERCIALES DEL PERÍODO COLONIAL (S. XVII-XVIII)

III. LAS MISIONES JESUÍTICAS EN EL PARAGUAY (1609-1768)

IV. LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY EN 1830

V. TERRITORIOSPERDIDOS EN 1870

VI. SUBDIVISÓN DEL CHACO EN 1885          

VII. LOS PRINCIPALES ENCLAVES EN 1920

VIII. LA REGIÓN CENTRAL Y LOS PRINCIPALES DISTRITOS DEL PARAGUAY ORIENTAL A INICIOS DEL SIGLO XX

IX. MAPA PQLÍTICO DEL PARAGUAY (1906-1945)

X. MAPA POLÍTICO DEL PARAGUAY (1945-1973)

XI. PRINCIPALES ZONAS ECONÓMICAS EN 1947

XII. PRINCIPALES RUTAS Y ZONAS DE COLONIZACIÓN (1959-1972)

XIII. PRINCIPALES REGIONES DEL PARAGUAY ORIENTAL (1950-1972)

XIV. PRINCIPALES CORRIENTES MIGRATORIAS (1967-1972)

 

GRÁFICOS:

I.- PRINCIPALES INTERESES EN EL BANCO DE LA REPÚBLICA HACIA 1920

II. EL SINDICATO FARQUHAR EN EL PARAGUAY EN 1908-1918

III. EL CIRCUITO ECONÓMICO NACIONAL EN 1920

IV. DETERMINACIÓN DEL VALOR DE LA MONEDA PARAGUAYA

V. COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES EN 1901

VI. COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES EN 1918

VII. COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES EN 1935

VIII. EVOLUCIÓN DE LA SUPERFICIE CULTIVADA (1863-1972)

IX. COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES EN 1941-1944, 1952-1956 Y 1965-1968

X. EXPORTACIONES DEL PARAGUAY (1792-1853)

XI. SISTEMA DE PRODUCCIÓN Y DE EXTRACCIÓN DEL EXCEDENTE AGRÍCOLA (1885-1950)

XII. SISTEMA DE PRODUCCIÓN Y DE EXTRACCIÓN DEL EXCEDENTE AGRICOLA (A PARTIR DE 1960)

 

CUADROS:

I.- DIEZMOS DE ASUNCIÓN DEL PARAGUAY (1608,1615-1617)

II. DIEZMOS DEL OBISPADO DEL PARAGUAY (1615-1617).

III. SANTA FE: ENTRADA DE YERBA MATE DEL PARAGUAY Y DE LAS MISIONES JESUÍTICAS (1675-1682)

IV. LAS CHACRAS EN 1942-1943

V. EXPORTACIÓN DE YERBA MATE (1880-1920)

VI. PRINCIPALES ARTÍCULOS DE IMPORTACIÓN (1911-1918)

VII. ORIGEN DE LAS IMPORTACIONES (1911-1918)

VIII. VALOR MEDIO DE LAS EXPORTACIONES (1914-1940)

IX. COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES (1918-1935)

X. VALOR DE LAS IMPORTACIONES DE TEXTILES (1911-1937)

XI. VALOR OFICIAL DEL PESO ORO EN RELACION A LAS PRINCIPALES DIVISAS (1929-1943)

XII. VALOR OFICIAL DEL GUARANÍ EN 1943

XIII. RESERVAS INTERNACIONALES (1941-1949)

XIV. PARAGUAY CONSUMO DE CARNE VACUNA (1940-1970)

XV. DEUDA EXTERNA DEL PARAGUAY (1950-1970)

XVI. MONTO DE LOS CRÉDITOS OTORGADOS POR EL CAH EN 1944-1948

XVII. LOTES ENTREGADOS POR EL IRA (1950-1960)

XVIII. RÉGIMEN LEGAL DE TIERRAS AGRÍCOLAS SEGÚN EL CENSO AGROPECUARIO DE 1956

XIX. CRÉDITOS AGROPECUARIOS OTORGADOS POR EL SISTEMA BANCARIO PARAGUAYO (1952-1961)

XX. PRÉSTAMOS BANCARIOS A LAAGRICULTURA (1957-1960)

XXI. LOTES ENTREGADOS POR EL IRA/IBR EN 1961-1972

XXII. PROMEDIO DE LOTES OTORGADOS EN 1950-1972

XXIII. DISPONIBILIDAD DE INSTRUMENTOS AGRÍCOLAS EN LAS COLONIAS REPATRIACIÓN, J. L. MALLORQUÍN Y PASTOREO (1974)

XXIV. TASA DE CRECIMIENTO DE LOS CENTROS URBANOS DE 5.000 A 25.000 HABITANTES, SEGÚN LOS CENSOS DE 1950, 1962 Y 1972

XXV. EXPORTACIÓN DE PRODUCTOS AGRÍCOLAS, EN VOLUMEN, VALOR Y PORCENTAJE DE PARTICIPACIÓN EN LAS EXPORTACIONES TOTALES (1941-1972)

XXVI. EXPORTACÓÓN DE PRODUCTOS FORESTALES, EN VOLUMEN, VALOR Y PORCENTAJE DE PARTICIPACIÓN EN LAS EXPORTACIONES TOTALES (1941-1972)

XXVII. EXPORTACIÓN DE PRODUCTOS GANADEROS, EN VOLUMEN, VALOR Y PORCENTAJE DE PARTICIPACIÓN EN LAS EXPORTACIONES TOTALES (1941-1972)

XXVIII. TASA DE PARTICIPACIÓN DE LOS PRINCIPALES PRODUCTOS DE EXPORTACIÓN (1941-1972)

XXIX. PRINCIPALES COMPRADORES DE EXPORTACIONES PARAGUAYAS (1941-1972)

XXX. ORIGEN DE LOS PRINCIPALES PRODUCTOS DE IMPORTACIÓN (1941-1972)

 

FOTOGRAFÍAS Y GRABADOS ANTIGUOS:

I.- PRIMERAS MONEDAS DEL RIO DE LA PLATA

II. PLANO DE LA MISIÓN JESUÍTICA DE LA CANDELARIA

III. FUNDICIÓN DE YBYCUÍ

IV. PRIMERA MONEDA PARAGUAYA DE COBRE

V. BILLETES Y MONEDAS DEL PARAGUAY, EMISIÓN 1860

VI. ESTACIÓN DEL FERROCARRIL EN EL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX

VII. MOLINO YERBATERO DE LA INDUSTRIAL PARAGUAYA

VIII. VISTA DEL PUERTO DE ASUNCIÓN A FINES DEL SIGLO XIX

IX.  PUERTO PINASCO

X. RIUS & JORBA

XI. BHERTOMIER & CIA.

XII. BANCO DE LA REPÚBLICA

XIII. EL SERVICIO DE TRANVÍAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

XIV BILLETES EMITIDOS POR LAASUNCION TRAMWAY LIGHT & POWER CO.

XV. PERCIVAL FARQUHAR. A MEDIADOS DE 1913

XVI. BANCO MERCANTIL DEL PARAGUAY

XVII. BANCO DEL PARAGUAY EN LA DÉCADA DE 1950

XVIII. GUARANÍES SOBRE PESOS FUERTES EN 1943

XIX. VISTA DE ASUNCIÓN A PRINCIPIOS DE LA DÉCADA DE 1950   

XX. CINE VICTORIAY BANCO MERCANTIL EN LA DÉCADA DE 1950

 

 

 

 

PRÓLOGO

 

                                   «Nos conviene servir a la historia sólo en tanto

                                   y en cuanto, la historia sirva a la vida" 

                                                                       FRIEDRICH NIETZSCHE

 

            Esta obra no sólo es el resultado de una investigación originada en el seno de una de las instituciones universitarias más antiguas y prestigiosas del mundo occidental. Sino que también  se constituye en una obra que sirve para que los lectores interesados en la construcción de la economía  y la sociedad paraguaya se encuentren con aspectos que le permitirán comprender dicho proceso desde la Ciencia Económica.

            Es por eso que este libro sirve a la vida académica, pero también a la vida como sociedad paraguaya en cuanto aborda desde perspectivas novedosas el complejo tema del Desarrollo Agrícola en el país.

            En primer lugar cabe señalar que este libro no será uno más en la escasa historiografía económica del Paraguay, sino, creemos, que será una obra de consulta obligada para los que están interesados en el proceso de conformación económica del Paraguay desde fines del siglo XIX hasta el siglo XX.

            Será de consulta obligada no sólo por los datos que presenta y por la calidad de los mismos. Calidad que se expresa en la sistematización de la información y por la innovadora utilización de sólidas categorías de análisis que permiten una mirada desde otro ángulo al desarrollo agrícola paraguayo.

            El autor contextualiza el proceso de conformación económica del Paraguay partiendo de la Época Colonial. Con gran solvencia y un lenguaje comprensible, permite al lector no especializado ubicarse en una posición que le facilita comprender, en forma clara y precisa, la tesis principal de la obra. La misma se desarrolla superando la mera enumeración cronológica de datos o el análisis de los procesos económicos exclusivamente en clave política, prevaleciendo las categorías de esta ciencia sobre la Economía.

            La perspectiva novedosa de esta obra le da un aire de frescura intelectual al análisis del pasado económico paraguayo y, por sobre todo, aporta elementos y categorías para la discusión académica que facilita una nueva perspectiva, más actualizada, sobre un área en la cual son contadas las obras publicadas con la rigurosidad que demuestra el doctor Campos a lo largo de su investigación.

            Cabe señalar que a pesar de que la Economía es una ciencia que requiere indefectiblemente de cifras y del análisis de las mismas, el autor tiene la capacidad de amenizar el texto invitando al lector a conocer el desarrollo de los diversos enclaves económicos que caracterizaron al sistema productivo paraguayo durante el período de estudio.

            Una vez identificados los enclaves, el autor analiza las etapas de desarrollo, auge y decadencia, de forma tal que se hace evidente el período de tiempo de mayor o menor incidencia -de cada enclave- en la economía paraguaya.

            Así nos presenta el desarrollo del enclave yerbatero y maderero, del enclave taninero, del enclave ganadero y como cada uno de ellos va configurando una serie de actividades más allá de lo económico en cuanto al relacionamiento de los individuos entre sí y de ellos con el Estado. Dichas relaciones fueron el origen de conflictos sociales de mayor o menor intensidad.

            Destacamos como uno de los principales aportes del libro la información sumamente valiosa en cuanto a la conformación de las redes que constituyeron las poderosas casas comerciales, como Rius & Jorba, Angulo & Cía., entre otras, que no sólo se dedicaban a la importación de productos, sino también al acopio de los productos exportables y, por sobre todo, al control en forma oligopólica del incipiente sistema bancario paraguayo.

            Deja en claro cómo las actividades económicas se van modificando de acuerdo a las demandas del mercado internacional. Por lo tanto, los enclaves van surgiendo y desapareciendo, de acuerdo a la demanda de los productos generados en los mismos o incluso cuando en otros mercados se producen con mejor calidad o a menor precio. En este sentido no descuida la obra ocuparse del aspecto tecnológico fundamental en todo proceso productivo.

            El autor explica y aporta información suficiente para comprender las etapas que caracterizaron el funcionamiento de la economía paraguaya a partir del Estado, vislumbrándose además de la Etapa Colonial (1537-1811), la del Paraguay Independiente (1811-1870), la Etapa Liberal (1870-1940), la Etapa de Dirigismo Estatal (1941-1955) y la Neoliberal (1956-1972). En cada una de ellas se observa cómo se van adaptando las actividades económicas a las modificaciones ideológicas y del mercado internacional en el cual estuvo y está inmerso el Paraguay.

            Para concluir, no cabe más que agradecer al doctor Luis Campos por la magnífica obra que nos brinda, tanto por la rigurosidad de la misma como por las luces que aporta para comprender mejor la compleja realidad económica nacional. 

            Dr. Herib Caballero Campos

            Docente Investigador UNA

 

 

 

PROLOGO A LA

EDICION EN CASTELLANO

 

            Una de las más severas críticas al trabajo: "GRANDES ETAPAS DEL DESARROLLO AGRÍCOLA DEL PARAGUAY. SU INSERCIÓN AL MERCADO REGIONAL Y MUNDIAL", presentado para la obtención del doctorado de tercer ciclo ante la Universidad París III-Sorbonne el 22 de abril de 1985, fue la emitida por un miembro del Jurado encargado de calificar la misma. La crítica apuntaba a la "fuga" hacia un análisis de la economía global, en detrimento de la economía agrícola propiamente dicha, ámbito en el cual estaba conceptualmente circunscripta la tesis.

            Nuestra línea de defensa fue de aceptar la realidad de la "fuga", pero señalando que ante la falta de una historia económica global, sistematizada, difícilmente podríamos demostrar la importancia de la economía agrícola en tanto que tal. De ahí que el desafío fue el de emprender las dos tareas: efectuar una presentación de la evolución económica global, encajando en ella la parte correspondiente a la agricultura. Esta estrategia defensiva tuvo el efecto esperado, ya que el mismo jurado dio su acuerdo al grado de doctor con la mención más elevada.

            Otra observación expresada en la oportunidad por otro miembro del jurado guarda relación con la caracterización del período que se inicia a partir de 1956, que se desarrolla en el Capítulo 5°, como "neo-liberalismo monetarista". El señalamiento -enunciado por el presidente del Jurado, Fréderic Mauro, considerado una autoridad en materia de historia económica en Francia- y que venía expresado en forma de pregunta, era: ¿por qué neo-liberalismo y no simplemente liberalismo? Expresé que el prefijo "neo" (nuevo) unido al adjetivo "liberal", si bien indica similitud, no es idéntico al concepto clásico "liberal". Esta diferencia era la que pretendía señalar, y claramente era observable en el caso paraguayo, al comparar la experiencia de los años 20 y 30 con la iniciada a mediados de los años 50 del siglo XX.

            En 1986, ya en Asunción, en un foro de economistas desarrollado en el Centro Paraguayo de Estudios Económicos, la caracterización de aquel período como "neo-liberal" fue duramente cuestionada. Me percaté que el concepto "neo-liberal" expresado entonces (incluso hasta hoy) en Francia (y por la literatura macroeconómica en otros países de Europa y Estados Unidos) no era el mismo que en Sudamérica. Los postulados de la escuela económica que en los textos europeos y anglosajones se conoce como "neoclásica" -de la cual se nutre esencialmente, por ejemplo, el "Consenso de Washington"- corresponde a la que en nuestros países se conoce como "neo-liberal". El desarrollo conceptual vertido en el Capítulo 5° no tiene ninguna relación con esto último.

            La búsqueda de criterios racionales de periodización de la historia económica paraguaya ha sido uno de los grandes desafíos del presente trabajo en su fase de tesis. Clave para llegar a buen puerto ha sido la articulación de la misma con el mercado regional y el mercado mundial. A veinticinco años de la defensa de la tesis doctoral, y ya desprovisto de la "estrechez" impuesta a un trabajo académico, adoptamos para la presente publicación la denominación: "APUNTES DE HISTORIA ECONÓMICA DEL PARAGUAY DESARROLLO, AUGE Y DECADENCIA DE UNA ECONOMÍA DE ENCLAVES", que, a nuestro criterio, sintetiza mejor el espíritu del trabajo: economía de enclaves, similitudes y diferencias con las plantaciones, la relación entre casas de comercio y la pequeña agricultura campesina, la determinación del valor de la moneda, el rol de la hacienda ganadera, el comercio exterior, etc.

            La presente publicación conserva con gran fidelidad el texto original en francés, si bien en ciertos casos se han precisado mejor algunos conceptos. La estructura del trabajo ha sufrido algunas modificaciones a fin de permitir la incorporación del material gráfico encontrado en el Museo de Numismática y de Joyas del Banco Central del Paraguay.

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

            Originalmente habíamos previsto analizar el llamado proceso de "modernización" de la agricultura paraguaya de los años 60 y especialmente del decenio 1970. Sin embargo, un problema metodológico de importancia -señalado por nuestro director de tesis- constituyó para nosotros la necesidad de caracterizar la situación de la agricultura anterior a 1960, los elementos constitutivos de este proceso, su evolución, su importancia en relación a la economía global y a las exportaciones del país.

            En el curso de la investigación hemos podido determinar que la génesis de la etapa que culmina en 1960-1970 se sitúa en 1885, y en algunos aspectos en 1870. Por otra parte, la inexistencia de una periodización racional de la historia económica de 1870 en adelante, la carencia de investigaciones sistemáticas sobre los principales hechos económicos entre 1870 y 1950, así como sobre la articulación de la economía paraguaya con el mercado internacional durante el período mencionado, nos indujo a cambiar el carácter del trabajo.

            El presente trabajo pretende dar una respuesta de conjunto a esas grandes interrogantes no cubiertas por la historiografía paraguaya. El carácter de la investigación pasó del análisis de las tendencias y de las peculiaridades del desarrollo agrario reciente a un análisis de la evolución económica desde 1870, y del rol de la agricultura en el desarrollo económico y social del país. El trabajo termina prácticamente donde nosotros originalmente pensábamos empezar.         "

            El alcance histórico de la investigación se refuerza ante la inclusión de una síntesis de la historia económica del período colonial y de las primeras décadas de la República (Capítulos I y II). Si bien es preciso señalar que la primera parte del trabajo de ninguna manera debe ser considerada como exhaustiva.

            Especialmente el Capítulo I, en el que se han tomado en cuenta solamente los momentos centrales del proceso de colonización: la expansión de Asunción, su decadencia, el surgimiento y auge de las reducciones jesuíticas, etc., pensamos que contribuye positivamente a la formación de una idea de conjunto del desarrollo económico del país y, por sobre todo, a la comprensión de los acontecimientos posteriores a 1870.

            Las principales cuestiones indagadas en el curso del trabajo -incluso en la primera parte- se refieren a: 1°) al análisis de la estructura productiva y el papel de la agricultura; 2°) la organización social ligada al proceso productivo; 3°) la política agraria; y 4°) la interrelación económica con el mercado regional o mundial. Una atención especial se ha puesto en el análisis de la moneda o de la "cuestión monetaria".

            De una manera general hemos abandonado el tradicional análisis económico por sectores: primario, secundario y terciario, por el de "rama", categoría esta última que “… constituye el lugar operacional en el cual se centra el estudio del «movimiento» del capital y de las fases de su ciclo global" (1).

            Las hipótesis centrales del trabajo son:

            1°) Teniendo en cuenta que el único criterio de periodización generalmente admitido por la historiografía paraguaya es el de las guerras (de la Triple Alianza a la Guerra del Chaco, la guerra civil de 1947, etc.) nosotros planteamos como criterio central de periodización el surgimiento, desarrollo, auge y decadencia de una economía exportadora de tipo plantación/enclave, entre 1885 y 1970, como una etapa del desarrollo capitalista paraguayo.

            2°) Es casi unánimemente aceptado por las ciencias sociales en el Paraguay que la agricultura empieza a tener importancia solo a partir de los años 1970, y esto en relación con un proceso de "modernización" del citado sector. Nosotros avanzamos la idea que ya en el período 1885-1970 el rol económico y social de la agricultura fue de primera importancia.

            3°) Contrariamente a la idea de la débil relación de la economía paraguaya con el mercado internacional hasta la segunda mitad del presente siglo(2) desarrollamos la hipótesis de una relación e interrelación creciente con el mercado regional y mundial, incluido del sector agrícola, ya entre 1885 y la Primera Guerra Mundial.

            Quisiera agradecer en primer lugar al profesor Jacques Chonchol por su orientación, consejos y la gran paciencia que nos demostrara durante la elaboración de esta tesis.

            Agradezco también a la Sra. Dorothée Casalis, quien representara al FIUP en París, por su estímulo y el apoyo financiero que la mencionada institución me otorgara durante algunos años. Así como a la CIMADE y al CCFD, por su ayuda financiera para el relevamiento de fuentes en el Paraguay.

            A María Susana Villagra por su soporte constante, por su colaboración en diferentes fases de la investigación y en particular por la discusión y crítica permanente. A Michel Bohin, quien con sus correcciones de estilo(3) hiciera legible esta tesis.

            También agradezco a todas las personas que me han ayudado en la parte de documentación, especialmente a Juan Carlos Herken, quien me facilitara las fuentes consulares británicas citadas de 1920 a 1950, así como otros materiales.

            Quiero expresar mi reconocimiento a quienes han enriquecido nuestra reflexión mediante la discusión de diversos tópicos tratados en esta tesis, y a los amigos que han colaborado de una u otra manera en la culminación de este trabajo.

            Evidentemente, las limitaciones e insuficiencias son de la única responsabilidad del autor.

 

 

PARTE PRIMERA

 

ELDESARROLLO AGRÍCOLA DEL

PARAGUAY COLONIAL E INDEPENDIENTE

 

 

CAPÍTULO 1 - EL PARAGUAY COLONIAL

 

            1.   LA COLONIA

           

            1.1. EL INICIO 1537-1555

 

            A la llegada de los españoles, los territorios actuales del Paraguay, parte del Brasil, de Bolivia, norte de la Argentina y parte del Uruguay estaban habitados por numerosas comunidades (parcialidades) guaraníes que vivían de la caza, la pesca y de ciertos cultivos. La división del trabajo asignaba al hombre determinadas actividades como la caza, la pesca y sobre todo la guerra. La agricultura era una actividad estrictamente reservada a las mujeres. La abundancia de tierras fértiles hacía que las tribus emigraran hacia otras zonas una vez que la fertilidad del suelo disminuía, es decir, eran seminómadas. El único medio que conocían para mantener la fertilidad de la tierra era el "rosado".

            En un primer momento los españoles trabaron alianza con los indios Carios, parcialidad guaraní que habitaba el lugar conocido hoy como capital del Paraguay. De éstos obtuvieron alimentos, mujeres (mano de obra para el hilado y la agricultura). Gracias a las relaciones de "parentesco" fuertemente impuestas en las costumbres indias (mediante las cuales españoles y varones guaraníes se debían cooperación mutua), los españoles manejaron a los Carios para combatir a otras parcialidades indias hostiles a éstos y a los conquistadores: la de los belicosos Payaguáes, Agaces y Guaycurúes que, por cierto, nunca depusieron las armas contra los invasores. Pronto los nativos comprendieron la trampa y varias sublevaciones fueron ahogadas en sangre.

            Asunción fue la primera capital de la provincia del Paraguay y del Río de la Plata. Hasta 1618 fue sede oficial de los gobernadores y capitanes generales, así como del Obispado de la provincia creado en 1548. Fue el centro de la expansión colonial española en esa parte del continente. De ella salieron las expediciones que fundaron varias ciudades del Rio de la Plata, como: Santa Cruz de la Sierra (1558), Santa Fe (1573), Buenos Aires (1580), Corrientes (1588), etc. Fue parte del Virreinato del Perú hasta 1776, estando sujeta administrativamente a la Audiencia de Charcas desde su creación en 1559.

 

            1.2. LA ENCOMIENDA YANACONA Y MITAYA

 

            Hacia 1555 la rebelión general de todas las parcialidades guaraníes de 50 leguas alrededor de Asunción fue vencida gracias a la superioridad militar de los españoles. Como resultado de ello 27.000 "rebeldes", o sea 100.000 almas (con sus familias), fueron repartidas en encomiendas “conforme a los méritos de los conquistadores...” entre 400 españoles4. De ahí en más el indio guaraní quedó obligado a "servir" a los vencedores a través de la encomienda yanacona o de la mitaya. Así termina el periodo de la conquista y comienza el de la colonización, convirtiéndose el indio guaraní obligatoriamente en “...chacarero, cazador, hachero y vaquero al desarrollarse la cría del ganado”.

 

            1.2.1. LA ENCOMIENDA YANACONA O DE "SERVICIO PERSONAL"

 

            En este servicio fueron incluidos:

            1°) aquellos que entre 1537 y 1555 estaban ya sometidos a los españoles, es decir, las mujeres y los indios obligados, por relaciones de parentesco, a trabajar para los conquistadores, y

            2°) aquellos que luego de 1555 oponían resistencia a la dominación; el "yanacona", muy apreciado por los españoles, residía permanentemente con sus amos. La situación de éstos era próxima a la esclavitud6.

 

            1.2.2. LA ENCOMIENDA MITAYA

 

            La integraban aquellos indios que se entregaban sin resistencia o que capitulaban en las guerras. Así diferentes parcialidades fueron obligadas a fijarse en un lugar, a constituirse en "Pueblos de Indios", respetando la autoridad del cacique nombrado "Corregidor" y a pagar la "tasa de mita" al "encomendero". Todos los varones de 18 a 50 años del pueblo estaban obligados a este servicio, turnándose durante dos meses al año7.

            A pesar de la diferencia (los "yanaconas" habitaban en los establecimientos de sus amos y estaban obligados a servirlos en forma permanente, los "mitayos" habitaban en los Pueblos de Indios y estaban obligados a trabajar "solo" dos meses al año), la extrema avidez de los españoles por acaparar la mayor cantidad posible de brazos guaraníes hacía que en la práctica los "mitayos" fuesen "yanaconizados" mediante la prolongación indefinida del tiempo de servicio de la mita. Como consecuencia de estas prácticas los Pueblos de Indios quedaban sin brazos para el cultivo propio y, por su parte, los yanaconas no disponían de ningún tiempo libre para ocuparse de su propia subsistencia. El primer resultado de todo esto es el descenso vertical de los índices de natalidad guaraníes9.

           

 

            Esta desastrosa política demográfica, teniendo en cuenta que los brazos indios eran la única fuente de aumento de la riqueza, evidentemente desestabilizaba el poder colonial español. Así lo comprendió la corona que a fines del siglo XVI y principios del XVII envía sus personeros a que pongan coto a tanto despilfarro. En efecto, las ordenanzas de 1597, 1603 y 161110 prohíben a los encomenderos ocupar todo el año a los indios “...lo cual redunda notable daño y disminución en los indios naturales...”11

            Se limitan los servicios a cuatro días por semana, para que los restantes días se puedan dedicar a la doctrina cristiana, a " sus haciendas, labores y granjerías"12. Se prohíben los abusos

            “... a cuya causa la mayor parte de los indios de estas dichas provincias se han muerto, consumido y acabado"13.

            El visitador Alfaro incluso abolió la "encomienda de servicio personal" (yanacona), ante la airada protesta de los encomenderos de la provincia14. Lógicamente que en la realidad tanto la encomienda yanacona como la mitaya continuaron en vigencia hasta que en las postrimerías de la dominación colonial española cayó en desuso todo el sistema de encomiendas y fue definitivamente abolido. En cuanto a la aplicación de las citadas ordenanzas, los excesos de los encomenderos españoles y criollos continuaron en tanto existieron las encomiendas. No obstante, las ordenanzas tienen un gran valor en el sentido de confirmarnos una realidad y los intentos, aunque tibios, de la corona por superarlos.

 

            1.3. EL INICIO DE LA AGRICULTURA Y DE LA GANADERÍA

 

            La llegada de los españoles significó, por otra parte, la introducción de nuevas técnicas de producción. Efectivamente, el descubrimiento del "hacha" revolucionó la técnica de destronque de los guaraníes, y fue a tal punto apreciado por éstos que las "cuñas de hierro" a partir de las cuales se confeccionaba dicho instrumento, se constituyó en la primera moneda del Río de la Plata, además proclamada solemnemente como tal por Domingo Martínez de Irala, primer gobernador de dichas provincias17.

            La distribución de tierras a los particulares se fue realizando a medida que los gobernadores emprendían la fundación de las diferentes ciudades y pueblos18. Dichas fundaciones se efectuaron en los lugares en que los conquistadores iban encontrando población india capaz de ser sometida al servicio de encomiendas. Esto nos parece muy evidente por lo menos en el caso de la ciudad de Asunción.

            Los agentes fiscales, primeramente aseguraban el terreno suficiente para los establecimientos públicos, la iglesia y conventos. Las tierras adyacentes eran divididas en CUADRAS de 150 varas (129 metros) 19. Las cuadras eran subdivididas en SOLARES O SITIOS destinados a las habitaciones. Alrededor de este núcleo central se distribuían parcelas de tierra más grandes, de dimensiones variables, denominadas SUERTES DE CHACRAS, destinadas para todo tipo de cultivos. Recibían también el nombre de TIERRAS DE PAN LLEVAR. Aparte de estos emplazamientos, otras tierras eran divididas en lotes mucho más grandes destinados a la ganadería, que recibían el nombre de SUERTES DE ESTANCIAS20.

            Los lotes eran sorteados, de ahí el nombre de suertes, entre los conquistadores, los primeros colonos e incluso algunos indígenas aliados. Las tierras no fueron distribuidas gratuitamente:

            "Muchos imponían condiciones cuyo incumplimiento, luego de cierto plazo, ocasionaba el retorno al Estado del terreno concedido. En fin, muchas propiedades eran poseídas por contrato enfitéutico21, bajo la condición de un canon anual bien bajo" 22.

            El acceso a las tierras ganaderas fue más bien reservado a los conquistadores y todos aquellos socialmente reconocidos como tales:

            "El terreno destinado a la cría de ganado (SUERTES DE ESTANCIAS), dividido primero en lotes de una gran extensión, devino pronto insuficiente debido a la llegada de nuevos colonos; y fue obligatorio restringir las concesiones que, después de esa época, se subdividieron por reparto hereditario o de ventas parciales"23.

            Por el contrario, todo parece indicar que el acceso a las tierras cultivables (SUERTES DE CHACRAS) fue más "liberal", relativamente libre, debido fundamentalmente a la abundancia de tierras fértiles.

            Accedieron a estas tierras en primer lugar los conquistadores (muchos de ellos aparte de la estancia tenían la chacra cerca de Asunción), los mestizos declarados libres, y otros que, a medida que iba avanzando el proceso de descomposición de las encomiendas, engrosaban la población de campesinos libres.

            A los cultivos guaraníes como la mandioca, la batata, el maíz, el zapallo, el maní y el poroto (que continuaron siendo la base alimenticia de los criollos, mestizos e indios), se sumaron los nuevos traídos por los conquistadores. Dichos productos, cultivados en las chacras del encomendero español mediante técnicas europeas de producción (azada y arado de hierro tirado por bueyes cuando se desarrolló la ganadería), y que han jugado un papel socioeconómico muy importante, son:

 

            1.3.1. LOS VIÑEDOS

 

            Una de las primeras preocupaciones de los españoles a resolver en el nuevo mundo fue la de procurarse vino; es así que muy temprano las chacras asuncenas producen este artículo cuya importancia --creciente la podemos observar en el Cuadro N° I: para 1615-17 es el primer producto asunceno y todas las fuentes nos confirman que deviene un producto de exportación tradicional de la provincia.

 

 

            1.3.2. LOS CEREALES

 

            La cebada, el arroz y por sobre todo el trigo (introducidos por los españoles) son cultivados ampliamente en la región de Asunción, que sin dudas fue el primer "granero" del Río de la Plata (ver Cuadro N° I). No obstante entre los cereales, como ya indicamos, el maíz, por ser uno de los artículos alimentarios principales de la población, ocupa el primer lugar.

 

            1.3.3. LA CAÑA DE AZÚCAR

 

            Introducida del Perú en 154925 tuvo una rápida proliferación: para 1556 ya se enviaron "muestras" de azúcar directamente a España. El Cuadro N° 1 indica en cifras la progresión de este producto a principios del siglo XVII. Sin embargo, su importancia es mayor teniendo en cuenta que, aparte del azúcar, en las mismas chacras se producían miel, dulces, confites y "diacitrones" que tenían gran aceptación en el país y la región, aparte de la producción de aguardiente y licor.

            Todo esto nos revela cierta actividad artesanal en las chacras paraguayas; aunque hay que señalarlo, técnicamente muy rudimentaria. A ello se suma el hecho de que el azúcar, al igual que otros productos agrícolas, sustituyó hacia el último cuarto del siglo XVI al hierro como moneda del país, más conocida como "peso hueco", a diferencia del "peso metálico" español de oro o plata, prácticamente inexistente en el. Paraguay Colonial.

 

            1.3.4. EL ALGODÓN

 

            Los indios conocían el pretejido (tejido sin pala ni peine). Apenas llegados los conquistadores sustituyeron el telar nativo por el español26. Una de las primeras tareas de las mujeres guaraníes de los españoles, aparte de las tareas agrícolas en las chacras de éstos, fue la de tejer. Así, en 1539 los ornamentos de la primera iglesia construida en el Río de la Plata fueron elaborados ya en lienzos de la tierra. El lienzo de algodón les sirvió también para la confección de ropas y fue aplicado desde muy temprano en la construcción naval para las velas de las embarcaciones27.

            Entre los primeros "frutos del Paraguay" enviados al rey en 1556 se cuentan ya 3.786 varas de lienzo de algodón28, que importaron 60.846 cuñas. El algodón fue cultivado abundantemente sobre todo en los pueblos de indios, donde las mujeres se ocupaban del cuidado de "las plantas de algodón y del hilado de las hebras, mientras que el hombre se encargaba del tejido". A partir de 1580 los pagos de la mano de obra indígena -barqueros, marineros, etc.- se realizan en lienzos de algodón29.

 

            1.3.5. EL TABACO

 

            A pesar de que pequeñas partidas de este producto hayan sido exportadas a mediados del siglo XVII, su cultivo fue alentado por la corona a partir del siglo siguiente, y hacia 1751 ordenó establecer una "elaboración" de tabaco retorcido, cuya primera partida de 900 arrobas tuvo buena aceptación. En la segunda mitad del siglo XVIII su cultivo tuvo gran incremento y fue aceptado como moneda del país"30.

 

            1.3.6. LA MADERA

 

            La abundante cantidad de madera ha permitido a los españoles (utilizando brazos indios, evidentemente) desarrollar la construcción naval, la de carretas que eran exportadas luego a todo el Río de la Plata, etc. El fray Juan de Rivadeneyra en su "Relación de las provincias del Río de la Plata (1581)" describía de la siguiente manera el paisaje asunceno:

            "... hay muchos oficiales de todos los oficios, toneleros, calafates, torneros, sogueros o cordoneros, carpinteros de ribera que hacen navíos, arcabuceros, herreros y plateros y de todos los oficios, gran suma de labradores y muchos ingenios de azúcar, aunque ninguno hay fundado que muela de todos, sino que cada uno hace para sí su trapiche, y hay muchos que cogen a quinientas arrobas de miel de caña, que el año pasado se empezó a hacer Azúcar. Hay muchos vinos y frutas nuevas, mucho pan y tocino y vaca; carneros no hay muchos..."31.

 

            1.3.7. LA GANADERÍA

 

            Las primeras cabezas (siete vacas y un toro) fueron introducidas en 1552 desde el Brasil, siendo este el origen de la riqueza y de la fama ganadera de todo el Rio de la Plata. Posteriormente, hacia 1568 es introducido desde el Perú el segundo plantel, más importante que el primero. Sobre la gran "revolución" que implicó la introducción de la ganadería en esos países, Coni, en su "Historia de las Vaquerías del Río de la Plata", lo sintetiza de la siguiente manera:

            “Nos dio primeramente una alimentación fácil de obtener (...) Fue luego el buey el motor de nuestros transportes y de la tracción de la agricultura. Nos proporcionó después su cuero, es decir, un producto de consumo universal (...) Agréguese a todo esto el escaso esfuerzo humano necesario para crear ese valor de cambio... "32.

            Los planteles se reprodujeron rápidamente, las Ordenanzas de fines del siglo XVI de las autoridades coloniales españolas nos confirman este hecho, y también otro: los terribles daños que las encomiendas ganaderas causaban a la economía de los pueblos de indios. En efecto, los animales que pastaban libremente hacían estragos en los cultivos de los citados pueblos y chacras vecinas, lo que empeoraba aún más las condiciones de vida de los guaraníes, población ésta en constante disminución33.

            El Cuadro N° 134 ilustra la evolución de los diezmos pagados a principios del siglo XVII por los productos ganaderos o "cuatropea", consistente en carne, cebo, grasa, cuero, suelas y baquetas.

 

            1.4. LA YERBA MATE

 

            La yerba mate o té paraguayo fue ampliamente utilizada por los guaraníes para sus ritos religiosos. Pronto tuvo una vasta aceptación y difusión entre españoles, criollos y mestizos, independientemente de su posición social. La yerba, cuya clasificación como ILEX PARAGUAYENSIS se la debe a los trabajos científicos de A. de Saint-Hilaire35, es originaría de la región del Mbaracayú (al noreste de Asunción), en cuyos bosques subtropicales la planta se daba en forma silvestre y donde cualquiera podía explotarla.

            Todo el proceso productivo, desde el desfoliaje hasta el enfardado, se efectuaba en plena selva virgen. Luego el producto era transportado hasta el puerto de Mbaracayú sobre el río Jejuí y embarcado a Asunción para su comercialización posterior. Los brazos indígenas utilizados ampliamente en la producción y transporte de la yerba fueron proveídos primeramente por las encomiendas yerbateras: Luego, hacia fines del siglo XVIII, fueron suplantados por los "peones libres" asalariados. En el primer caso, la productividad era de 1.66 arrobas diarias por indio, y en el segundo de 3 arrobas diarias por peón36. La rudeza del trabajo en los yerbales era muy costosa en hombres, lo que agravaba el problema de la disponibilidad de brazos para los encomenderos de Asunción.

            Si bien el Cuadro N° I37 nos muestra la débil incidencia de la yerba frente a los otros productos de la provincia, rápidamente su importancia crece, a tal punto que hacia fines del siglo XVII y hasta el final del período colonial, fue la moneda más usual y corriente en todas las transacciones comerciales, incluso con el mercado regional.

 

            1.5. EL MERCADO REGIONAL HASTA 1620. DECADENCIA DE ASUNCIÓN

 

            A partir de 1580 la producción asuncena comienza a ser comercializada en el mercado del Río de La Plata. Es necesario aclarar que dicho mercado fundamentalmente abastecía en productos a la región minera del Perú (Lima-Potosí). Cuando los comerciantes de Sevilla y Cádiz junto con sus representantes en Lima obtienen el monopolio absoluto del comercio marítimo entre España y el Nuevo Mundo (1594-1595), es decir, el cierre de todos los puertos salvo uno en México y otro en el Perú, la situación de dependencia del Rio de la Plata se agrava. La medida que estuvo en vigor hasta las postrimerías de la era colonial española permitía el tráfico directo de tan solo dos buques anuales al puerto de Buenos Aires. Todo el comercio con la península y Europa debía realizarse a través de Potosí 38.

            Evidentemente, este complicado y absurdo sistema de transporte provocó otro fenómeno: el contrabando, primero con el Brasil y luego con otras potencias europeas de la época, siendo Inglaterra la principal beneficiada de dicho tráfico39.

           

 

            En cuanto a Asunción, su inserción al comercio regional40 se efectúa con el vino y el azúcar. El primero compite inicialmente con los portugueses y luego con los cuyanos y riojanos. El azúcar, con la producción peruana y brasileña; sus derivados: los confites, dulces y "diacitrones", tienen amplia aceptación. El trigo, aunque no en grandes cantidades, fue exportado hasta fines del siglo XVI. El tercer producto más importante es la ganadería, tanto mular como vacuna, así como la de sus subproductos: cuero, cebo, sillas de montar, baquetas, suelas, etc. La yerba mate ocupó un lugar destacado en los primeros intercambios comerciales, aunque recién a partir de 1630 se convertiría en el principal y casi único producto exportable. Su consumo se extendió a Chile, Perú, Ecuador y hasta Panamá, aparte del masivo consumo rioplatense. Algo similar ocurrió con el tabaco aunque su importancia fue menor. El lienzo de algodón se comercializó si bien únicamente en el ámbito del Río de la Plata.

            Una prueba de la pujanza productiva de Asunción hasta principios del siglo XVII puede verse en el cuadro siguiente:

 

 

 

            Las cifras revelan que del total de diezmos pagados en el Obispado del Paraguay, el 50% correspondía a los pagados por Asunción, siendo los de Buenos Aires de tan sólo el 16%.

            Sin embargo, como bien lo advierte Garavaglia42, no es la ciudad de Asunción la que se beneficia del comercio, sino Buenos Aires.

            En efecto, ante el temprano fracaso de los conquistadores en conseguir un acceso directo al Perú por el Chaco, el comercio paraguayo forzosamente debía realizarse por Santa Fe, tanto para llegar a Potosí, a Chile vía Córdoba, como a Buenos Aires.

            En una palabra, Asunción quedó a contramano de las grandes vías de comercio, a saber: la de Potosí-Buenos Aires y la del contrabando con el Brasil. Aparentemente es por esto que a partir de la primera década del siglo XVII los gobernadores ya no residían en la "cabeza de provincia" sino en la ciudad portuaria.

            Así, en 1617-1618 la provincia fue dividida en dos gobernaciones: la de Asunción, comprendida entre los ríos Paraguay y Paraná, y la de Buenos Aires, más al sur; las principales autoridades provinciales quedaron en esta última ciudad. La pérdida de la hegemonía política trae aparejada la decadencia económica de Asunción. En poco tiempo, la mayoría de sus productos serán barridos por la competencia portuguesa (azúcar) y riojana-cuyana (vino). En cuanto a la ganadería, de exportador inicial, pasará a importar de Santa Fe y Corrientes.

            Pero sin dudas no es la competencia la que ocasionará el empobrecimiento del Paraguay, sino las pesadas cargas impositivas que gravaron su comercio.

            Desde 1638 empezó a cobrarse en Santa Fe un derecho a "romana o romaneo", semejante al que se cobraba desde poco antes en Asunción. Asimismo, se gravó el vino, todo el tiempo en que se exportó este producto, con un impuesto denominado "mojón". En 1657 siguió la "alcabala" o impuesto a las ventas43.

            La Real Cédula del 31 de diciembre de 1662 creó el "Puerto Preciso", medida que obligaba a desembarcar todas las mercaderías en Santa Fe y continuar viaje por tierra, hasta Buenos Aires. El monopolio del transporte de carretas se otorgó a santafesinos que, dicho sea de paso, importaban las carretas del Paraguay44.

            Otra Cédula Real, la del 26 de febrero de 1680, tendría consecuencias más funestas para el Paraguay. En efecto, fueron creadas las "sisas" para sostener las fortificaciones de Buenos Aires y Montevideo y consistían en:

            "Seis reales por entrada de cada tercio de yerba. Seis reales por su salida, no siendo para Buenos Aires. Cuatro reales por entrada de cada arroba de tabaco. De este modo por ambos derechos se cobraba seis reales por cada arroba de tabaco para Santa Fe y Buenos Aires, cantidad entonces igual a su precio en el mercado de Asunción. La yerba pagaba, a su vez, 16 reales por cada tercio destinado al Perú o a Tucumán. Un tercio contenía cuatro arrobas, de las que cada una estaba avaluada en 4 reales en el Paraguay. De modo que la yerba se gravaba más o menos en un 60% sobre su valor" 45.

            Como si esto fuera poco, por Cédula Real de 1726, nuevamente se penalizaba a la provincia con otro impuesto, denominado "arbitrio", esta vez para el sostenimiento de la fortificación de Santa Fe:

            "Dos reales por entrada de cada tercio de yerba, dos reales por salida del mismo producto, no siendo para Buenos Aires. Dos reales por entrada de cada arroba de tabaco y de azúcar. Un y medio real por el mismo concepto de cualquier carga de foráneo" 46.

            Entre 1620 y 1632 las acciones de los indómitos indios no reducidos logran dominar el río Jejuí, interrumpiendo por muchos años el transporte fluvial de la yerba, debiendo emplearse la costosísima vía terrestre. El asedio indígena llega hasta las mismas chacras de la región de Asunción; Concepción del Bermejo debe ser abandonada, el ganado cimarrón del Chaco no puede ser explotado.

            Simultáneamente los portugueses, llamados Bandeirantes, a la búsqueda permanente de indios para la esclavitud, consiguen desmembrar toda la provincia del Guairá, al este del río Paraná, y extensos territorios del Mato Grosso, al norte. Así se pierden Villa Rica, Ciudad Real y Xerez, incluyendo la mayor parte de los indios (mano de obra) de las encomiendas y de las misiones jesuíticas, ya implantadas en dichas regiones. Una idea del peso económico de dichas ciudades y por lo tanto lo que representan dichas pérdidas se observa en el Cuadro N° 1147. A estos graves perjuicios habría que agregar las exigencias de la defensa que evidentemente restaban brazos a la producción.

            Por último y tal como lo veremos en el parágrafo siguiente, la creciente actividad de los jesuitas sería otra de las amenazas que pesaban sobre los encomenderos de la disminuida Gobernación de Asunción.

 

            2. LOS JESUITAS: LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA MÁS   PODEROSA DE LA AMÉRICA DEL SUR

 

            Los primeros jesuitas llegan a Asunción a fines del siglo XVI, aunque es a partir de 1610 que fundan sus primeros pueblos. Al igual que los españoles tuvieron que enfrentar el problema de la vida seminómada de los guaraníes, creando así sus célebres "reducciones" o pueblos, como forma de fijarlos a la tierra.

            Los jesuitas permanecieron en el Paraguay alrededor de 160 años y llegaron a administrar 33 de dichos pueblos: 5 de ellos ya existentes a su llegada, que les fueron cedidos por las autoridades laicas coloniales; 19 fueron fundados por ellos en los primeros 25 años; y otros 9 en los restantes 112 años.

            La facilidad de los primeros tiempos se debe, y esto es reconocido por el padre Ruiz de Montoya, Superior General de las Misiones de 1620 a 1637 y uno de los arquitectos de la organización jesuítica en el Paraguay, a que los guaraníes:

            "... aún estaban atraídos por la esperanza de no ser molestados por los Españoles y los Portugueses del Brasil, ni de no estar en estado de defenderse de sus antiguos enemigos" 48.

            Los primeros choques entre los padres de la Compañía de Jesús y los encomenderos españoles datan también de esa primera época, siendo el motivo de la discordia la negativa de los padres de entregar sus indios a los españoles para que realicen el servicio de mita, como era de rigor en toda la América española49. Este conflicto se agudiza y en no pocas ocasiones llega a la lucha armada (Revolución Comunera 1721-1735) y dura hasta la expulsión definitiva de la orden, a fines del siglo XVII.

            Tanto por su aspecto como por su organización social y económica, todas las reducciones eran iguales:

            “Quien conoce un pueblo conoce todos, porque todos son igualmente parecidos, en tanto la naturaleza del lugar lo permite (...) A un lado de la plaza una columna designaba la imponente casa del pueblo conteniendo grandes salas, talleres, a veces graneros públicos.

            Los talleres ocupaban un vasto espacio, flanqueados a menudo sobre dos fazadas, galerías a un costado de la plaza, al otro costado sobre patios interiores. Se trabajaba tanto en los patios, bajo las arcadas, como dentro mismo de las salas.

            En San Ignacio Mini, según los planos recuperados por Queirel (...) las ruinas del cuerpo del edificio formado sólo por la casa del pueblo y los talleres se extendían sobre 220 metros (...) El arsenal, el hospicio de extranjeros y las casas particulares ocupaban los otros costados de la plaza. Detrás de la iglesia y el colegio se extendía el jardín de los padres"50.

            La iglesia de San Miguel, construida enteramente en piedra tallada y ricamente decorada, demandó el trabajo de mil hombres durante diez años.

            A la cabeza de cada pueblo se encontraban dos sacerdotes; el que se llamaba cura tenía a su cargo todas las actividades "temporales" del pueblo: administración, organización del trabajo, almacenamiento de los productos, distribución de la producción destinada a la subsistencia, etc. A cargo de toda la actividad "espiritual" se encontraba el otro, jesuita llamado compañero o vice-cura, y subordinado al primero. En Candelaria se encontraba el padre superior de las Misiones, jefe de todas las reducciones, subordinado sólo al padre provincial, residente en Córdoba. Los jesuitas se mantuvieron independientes, tanto de las autoridades religiosas de la provincia (en siglo y medio sólo permitieron 7 visitas episcopales) 51, como de las autoridades coloniales laicas, permitiendo muy rara vez a estos últimos acceso a sus dominios.

            Para el efecto contaban con un ejército propio, disciplinado y sin duda el más numeroso de América del Sur. Cada reducción se encontraba fortificada, los caminos y puntos estratégicos, controlados y no permitían la entrada sin permiso especial de ninguna persona ajena a las misiones.

            La organización jesuita fue perfeccionándose hasta el final, no obstante su forma definitiva la alcanza ya en 163052.

 

            2.1. LA ORGANIZACIÓN INTERNA DEL TRABAJO

 

            "Si lo temporal va bien, lo espiritual va muy bien. Si lo temporal va mal, lo espiritual va muy mal'; escribía el padre Cardiel, jesuita, en 177053, sintetizando el pensamiento que la Compañía de Jesús supo materializar en el Paraguay.

            En los pueblos jesuitas, los indios estaban sometidos a una vida bien disciplinada; todos, sin distinción de sexos, de los 18 a los 50 años debían trabajar, aunque nadie en beneficio propio. Existían tres tipos de tierras destinadas a la agricultura54; el TABAMBAE o perteneciente a la comunidad y cuyos frutos se recolectaban en el almacén de la reducción y eran destinados al sustento general de las reducciones. El TUPAMBAE o tierras de Dios tenía un carácter especial, pues aquí trabajaban los ociosos y  holgazanes bajo un control muy estricto; eran éstas las mejores tierras. Por lo menos nominalmente estas tierras estaban destinadas al sustento de las viudas, huérfanos, enfermos, viejos, caciques y demás empleados, aunque lo cosechado también era centralizado en el almacén del pueblo. Mucho más tarde y debido a las fuertes presiones de la corona, los jesuitas se vieron obligados a distribuir parcelas de tierras y destinar dos días por semana para beneficio personal de cada familia india.

 

 

            Dichas parcelas eran conocidas como ABAMBAE o tierra de los indios. Sin embargo, como estaban prohibidos el dinero y todo comercio, tanto en el interior como de particulares de la reducción hacia el mundo exterior, nada cambió y los indios continuaron dependiendo de los almacenes de los jesuitas.

            Los principales rubros agrícolas eran: el maíz, la mandioca y el algodón; también importantes fueron el trigo, la cebada, el arroz el tabaco, la caña de azúcar y la vid. Los alimentos y vestidos eran distribuidos por los almacenes de los pueblos bajo la estrecha vigilancia del cura encargado de las temporalidades. Los instrumentos de trabajo, así como las bestias de tiro, bueyes, mulas, caballos, etc., pertenecían a la comunidad.

            De una gran importancia fue el hecho de que los jesuitas consiguieron establecer grandes plantaciones artificiales de yerba mate cerca de sus reducciones, produjeron así una variedad de yerba mate nueva, denominada CAAMINI, diferente a la yerba DE PALOS, variedad producida hasta entonces a partir de la materia prima que sólo se daba en los inmensos bosques naturales del Paraguay propiamente dicho y, en consecuencia, explotada exclusivamente por los encomenderos de Asunción y por los pueblos jesuitas próximos a dichos montes. En consecuencia la productividad de los padres fue mayor, y la caaminí, elaborada con mayor cuidado, tuvo gran aceptación en el Rio de la Plata desplazando a la de PALOS57.

            La técnica del cultivo artificial fue guardada con mucho secreto por los padres, tal es así que a la expulsión de éstos, fue imposible continuar cultivando la planta. Recién en el siglo XX esta técnica pudo ser dominada.

            La ganadería alcanzó un gran desarrollo con los jesuitas. Fueron los fundadores en el Paraguay -y hasta podríamos decir en América del Sur- de la unidad de producción hasta hoy conocida como ESTANCIA GANADERA, explotada en forma extensiva y con gran racionalidad para la época, vigente aún -con algunas innovaciones- en pleno siglo XX en el Paraguay, el Uruguay y la Argentina.

            "Las estancias se extendían sobre centenares de hectáreas. Estaban rodeadas de muros, cercos de espinas vivas de cactus o de zanjas. Cada estancia estaba dividida en varios distritos o "rodeos", conteniendo cinco mil a seis mil cabezas de ganado (...) bueyes y ovejas pastaban en libertad dentro de los límites de la estancia. No existían establos ni lugares de ordeñe, se trataba exclusivamente de ganado para carnicería, a mitad salvaje. La producción de leche no era tenida en cuenta. Yapeyú y San Miguel faenaban en promedio cuarenta cabezas por día para el consumo de los habitantes" 58.

            Cada pueblo tenía sus propias estancias, en general con 30 a 40 mil vacunos, aunque el grupo de estancias más importantes se encontraba al sur del río Paraná (Reducciones de Entre Ríos) y en la zona de Paraguarí (en el Paraguay propiamente, dicho). A la expulsión de los jesuitas se encontraron 769.353 cabezas de ganado vacuno, 94.983 de caballar y mular y 221.537 de ovejuno y cabrío59.

            En los amplios talleres de cada pueblo se producían desde sombreros y vajillas hasta los cañones y armas que utilizaban sus ejércitos. Forjaban instrumentos de hierro, acero, bronce, estaño y cobre. Cada reducción se autoabastecía de vestidos, para el efecto contaban con numerosos telares, así sólo el pueblo de Yapeyú contaba con 38. Existían además curtidurias, ladrillerías, fundiciones, aserraderos.

            Se distinguieron en la construcción naval, así como en la de carretas y carretones; existían molinos de viento y de aguas60.

 

            2.2. EL COMERCIO EXTERIOR

 

            Los principales productos de exportación jesuitas fueron los lienzos de algodón, maíz, el tabaco, cantidades menores de trigo, azúcar y vino, así como cueros y subproductos y ganado en pie. Pero sin lugar a dudas el producto que más beneficio dio a la Compañía de Jesús fue la yerba mate. Analicemos el siguiente cuadro en la página 50.

            El total de yerba introducida por los jesuitas a Santa Fe representa alrededor del 16%. Sin embargo, como lo señala Garavaglia, en estas partidas no están incluidos los envíos que los padres efectuaban directamente a Buenos Aires y los mercados del Pacífico, con los cuales la participación de los jesuitas subiría un 25% en el período estudiado. Además, la variedad producida por la Compañía, la CAAMINI, de la que tenía el monopolio absoluto, costaba el doble de la DE PALOS, con lo que los jesuitas se apoderaban de más del 40% del valor total de la yerba comercializada 61.

 

 

            Debemos señalar que la gran expansión de la yerba empieza unos años más tarde.

            A modo de ejemplo recordemos que Angles, en su "informe" (1729)63, calcula -para entonces- en 80 mil arrobas de yerba de PALOS, y entre 30 y 40 mil arrobas de CAAMINI, las exportaciones de los jesuitas.

            Como si fuera poco, los jesuitas estaban exentos de todos los impuestos y cargas: sisa, arbitrio, alcabala, romana, derechos de entrada y salida, al que estaban sujetos, progresivamente desde 1620, todos los productos del Paraguay64. Tampoco estaban obligados al "Puerto Preciso" de Santa Fe, y como disponían además de su propia flota, comerciaban libremente con Buenos Aires. Con todas estas ventajas no es difícil imaginar que ellos tenían el control de los precios de la yerba y arruinados a sus competidores, los productores asuncenos. Los enormes privilegios con que contaban los jesuitas han sido un foco de tensión permanente entre éstos, por un lado, y por el otro los comerciantes de la Gobernación de Asunción.

            Si en 1645 una Cédula Real autorizaba a los jesuitas a enviar, por primera vez, sus indios a "beneficiar" la yerba, es recién a partir de 1664 que consiguen montar una verdadera red comercial desde Buenos Aires y Santa Fe, encargada de la redistribución de las mercancías producidas en las reducciones65.

            Uno de los mecanismos utilizados con frecuencia era el "traslado" de sus productos de una misión a otra, generalmente de otra provincia -por ejemplo, de las del Paraguay al Tucumán-, donde sus tiendas se encargaban de la venta "al menudeo". No obstante, era la venta al "por mayor", encomendada a un número indeterminado de "agentes" en las principales ciudades, y que generalmente eran destacadas personalidades coloniales, la que aseguraba pingües beneficios a la Compañía.

            Uno de estos "agentes" y favorito de los jesuitas era el coronel Baltasar García Ros, quien gracias a los favores de la Compañía fue gobernador del Paraguay en 1705.

            En tanto que tal, propuso al rey la supresión de la licencia de producción de yerba a los comerciantes de Asunción, ya que

            "... tiene tan poco precio, que no se llega ni con mucho apagarse el trabajo de lo que cuesta" y agregando que por la rudeza del trabajo (...) se van acabando los indios mientras los pueblos que administra la Compañía están numerosos de gente y siempre van en aumento, al paso que los demás en gran disminución" 66.

            En 1724, a la cabeza de un ejército de las misiones, García Ros estaba reprimiendo la primera insurrección de los Comuneros.

            Pero quizás lo más insólito sea la "gestión" de los negocios de los "agentes" por la Compañía, como lo refiere Angles (1729) en su obra anteriormente citada:

            "En unas de las últimas conversaciones que tuve en el Paraguay con el dicho señor obispo Palos, me dixo con grande firmeza, que Don Joseph de Antequera 67 "se había perdido por su culpa, y que había malogrado su buen entendimiento, por no haber imitado a Don Balthasar García Ros cuando fue Gobernador del Paraguay, que en un todo se sujetó a los reverendos padres, y les alivió muy crecida porción de caudal; porque desde que llegó a la ciudad de santa fe entregó al padre procurador de misiones toda la hacienda de género y mercancías que llevaba; y éste los despachaba en las embarcaciones de dicha misiones a aquellas doctrinas, y especialmente a los cuatro pueblos nombrados, que están más inmediatos al Paraguay, y con las demás crecidas porciones de efectos y mercadería que se conducían de cuenta de dicho padres para el tráfico, que tienen con los vecinos de Villa-Rica y la de curuguaiti, embebían también los que pertenecían a dicho Don Balthasar, y cobraban los padres el importe en el mismo efecto de yerba, y demás cosas, y las conducían por su mano, y en sus embarcaciones al Procurador de Misiones del Colegio de Santa Fe; y éste los vendía a plata, y le apartaban a dicho Don Balthasar las cantidades que le correspondían, descontados los costos y gastos, y libraba y disponía de ellas como le parecía; y que todas las remisiones de hacienda y mercaderías para dicha negociación de Don Balthasar, se encaminaban (aun actualmente) por mano, dirección y manejo de dichos Reverendos Padres, y con más especialidad en el tiempo que fue Gobernador de dicha Provincia del Paraguay; y añadió S. Illma. en el poco tiempo que le duro dicho Gobierno, adquirió más caudal por este medio, que si lo hubiera servido muchos años; porque como los Procuradores y Padres Curas de dichas Misiones son tan diestros comerciantes, procuraban, darle mucho aumento a lo que vendían y manejaban de su cuenta; y concluyó s. Illma. diciendo que si Don Joseph de Antequera hubiera hecho lo mismo, tuviera mucho caudal y estimación, y los Padres le hubieran favorecido, y no se viera en los trabajos que padece, por haber caminado por otras líneas y desazonado a dichos Reverendos Padres" 68.

            Algunos documentos confiscados a los jesuitas a su expulsión demuestran el envío en la fragata "La Venus" de 2.908 pesos y un real a Don José Martínez Fontes, gobernador del Paraguay, la misma suma a Don Juan Manuel Campero, gobernador del Tucumán. La propina fue mucho mayor para Don Pedro de Cevallos, gran favorito de los padres, gobernador de Buenos Aires y más tarde virrey del Río de la Plata, registrándose tres remesas de 60.000, de 6.788,60 y de 8.988,4 1/2 pesos (sin contar otros 30.000 pesos anteriormente remitidos). Los giros se efectuaban bajo nombres supuestos “para evitar murmuraciones y chascos” como lo reconoce en una carta confidencial el propio Cevallos69.

            Si bien todo comercio entre los pueblos jesuíticos y españoles estaba prohibido, la Compañía, a fin de favorecer las ventas, estableció mercados en forma más o menos regular, en siete pueblos más próximos de Asunción y Buenos Aires: San Ignacio Guazú, Santa María de Fe, Santiago, Santa Rosa, San Carlos, Yapeyú y San Cosme70. Estas tiendas eran las mejores surtidas no solo de la Gobernación de Asunción, sino también de la de Buenos Aires. Se encontraban en ellas productos de la provincia, así como de otros países; artículos de los más modestos y variados, a los más suntuosos. Los españoles preferían además comprar en estos pueblos por la diferencia de precios, ya que los padres tampoco pagaban impuestos sobre los artículos que importaban 71.

            Garay, que tiene el gran mérito de utilizar documentos originales de los jesuitas, estima en un millón de pesos el rendimiento anual de las doctrinas, y en menos de cien mil, los gastos totales en efectivo, necesarios para el mantenimiento. A pesar de la dificultad de establecer el estado de finanzas real de las misiones, hay evidencias de envíos regulares de fuertes sumas de dinero a la Casa Central de los jesuitas en España. Así, a la expulsión de éstos, se estableció que salieron de Buenos Aires en la fragata "La Venus" para transbordarlos al vapor de guerra "El Magnánimo" 130.030,6 1/2 pesos; en la fragata "La Industria" 17.676,2 pesos, y en el navío de guerra "El Gallardo" 8.998,4 1/2 pesos, totalizando 156.705,5 pesos españoles. Todas estas remesas corresponden al solo año 176772.

 

            2.3. DECADENCIA Y FIN

 

            El tratado de límites firmado entre España y Portugal en 1750 señala el ocaso político de los jesuitas en ambas cortes. En efecto, a cambio de Colonia del Santísimo Sacramento, España debía ceder a Portugal sus territorios al este del río Uruguay, donde los jesuitas poseían siete prósperas reducciones. Estos se negaron a cumplir el tratado y opusieron sus ejércitos a los de España y Portugal, en la famosa guerra guaranítica (1754-1756), que tras los triunfos iniciales, terminó en derrota para los padres.

            Estas acciones desacreditaron profundamente a los jesuitas en Europa. En 1759 fueron expulsados de todos los dominios portugueses, Francia hizo lo mismo en 1763.

            Finalmente Carlos III decretó su expulsión en 1767. Los últimos jesuitas abandonaron el Río de la Plata en 1768, sus misiones contaban con más de 150 mil almas.

            La caracterización de la organización fundada por los jesuitas en el Paraguay está aún por hacerse. No es nuestra intención abordarla ahora.

No obstante, constatamos que representaba a poderosos intereses dentro del complejo y contradictorio sistema colonial español.

            La organización de sus "Temporalidades", explotación de la yerba mate, de la agricultura y de sus estancias ganaderas en gran escala reposaban sobre una formidable organización de la fuerza de trabajo: el trabajo colectivo de miles de indios. Todo estaba previsto para el aprovisionamiento de un mercado a gran escala, la acumulación de capital y la exportación de los beneficios a Europa.

            Luego de la expulsión, 13 pueblos quedaron bajo la jurisdicción de Asunción, y los restantes, bajo la de Buenos Aires. En 1803 todos los pueblos fueron reunidos en una Intendencia aparte y sujetos a la gobernación del Paraguay.

            Finalmente, en la vasta y polémica literatura existente sobre las Misiones en el Paraguay, uno de los únicos puntos en que existe acuerdo prácticamente unánime es que los jesuitas han constituido, sin dudas, el complejo económico más poderoso de la América española durante los siglos XVII y XVIII.

 

            3.         FINAL DEL PERÍODO COLONIAL.

 

            La expulsión de los jesuitas contribuyó a la unidad del país, al eliminarse la dualidad de poderes y al quedar los pueblos misioneros sujetos al poder político asunceno. Los españoles y criollos, una vez libres de sus antiguos competidores, se abalanzaron sobre sus tierras. A la cabeza de cada pueblo fueron colocados administradores españoles que recibían como pago un porcentaje de la producción global del pueblo. Estos personajes insaciables se asociaron con los encomenderos dedicados a la explotación de la yerba o la ganadería. A los primeros les aseguraron por sobre todo brazos, y a los segundos tierras de las comunidades arrendadas a bajo precio73.

            Los encomenderos ganaderos se apropiaron rápidamente del ganado de las comunidades. Así el éxodo de los indios misioneros fue inevitable: huyeron hacia las provincias del sur o hacia otros pueblos del Paraguay, se convirtieron en marineros asalariados, albañiles, carpinteros y artesanos. Encontraron refugio como peones en las encomiendas ganaderas, o se convirtieron en campesinos libres. En pocos años, a pesar de los esfuerzos de la corona, el antiguo esplendor de los pueblos jesuitas desapareció. Baste recordar que para 1772, es decir, cuatro años después de la expulsión de la compañía, el número de ganado vacuno disminuyó a 184.192, equivalentes a cuatro veces menos que en 176874.

            La creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776 y la liberación de las trabas al comercio interprovincial en las colonias españolas (1778) significaron para el Paraguay el fin del Puerto Preciso de Santa Fe y la abolición de gran parte de los abusivos impuestos que prácticamente arruinaron a la provincia. Las exportaciones del Paraguay a Buenos Aires, de 1788 a 1792, en promedio, alcanzaron a 327.646 pesos fuertes, correspondiendo las 3/4 partes a yerba mate 75.

            En el mismo periodo la producción total de yerba (incluidas 20.000 arrobas de consumo interno) alcanza las 216.000 arrobas 76 y en 1800 a 234.783 arrobas77.

            Todo esto nos revela, por un lado, el gran auge de la producción yerbatera durante los últimos años de la colonización española; pero por otra parte, nos revela también el alto grado de dependencia de la provincia, de sus exportaciones de yerba. Este producto, si bien de consumo masivo en América del Sur, jamás llegó al mercado mundial, como el cacao, el café, el tabaco o el caucho.

            La exportación de tabaco cuyo cultivo era alentado con éxito por las autoridades coloniales a partir de 1751 alcanzó a 60.0000 arrobas en 1779. Sin embargo ese mismo año la corona monopolizó el producto, con el fin de asegurarse unas 80.000 arrobas para el consumo interno de España. El proyecto fracasó porque:

            “... no se calculó el número de brazos con que se podía contar; no se tuvo en cuenta que los cultivadores, no siendo esclavos, se harían pagar más caro”78.

            Fracasó además porque los numerosos trámites burocráticos de las oficinas perceptoras desalentaron a los agricultores.

            Este fracaso muestra claramente la magnitud y la importancia de la población de campesinos libres, en las postrimerías del período colonial. El estanco del tabaco significó además un progreso, ya que por primera vez en el Paraguay se pagó al productor agrícola en metálico, lo que modificó profundamente las transacciones comerciales de la provincia79.

            El efecto de más de siglo y medio de trabas aduaneras e impositivas fue prácticamente la ruina del comercio exterior paraguayo. Esto evidentemente desalentó la producción y cualquier intento de perfeccionamiento técnico del proceso productivo. La libertad de comercio puso en evidencia la baja productividad como característica de la producción paraguaya.

            Es el caso del azúcar, cuya exportación en 1781 es de solo 3.145 arrobas, equivalentes a 6.290 pesos fuertes80. Las técnicas de producción están tan rudimentarias como a principios del siglo XVII: "no hay máquina para producir el azúcar en grande como en otras partes... "81.

            Buenos Aires importaba azúcar en gran cantidad de La Habana y Brasil, y solo una ínfima cantidad de Asunción.

            El algodón -salvo pequeñas cantidades- prácticamente desaparece del cuadro de las exportaciones. El instrumental utilizado es el mismo que fue incorporado por los conquistadores:

            "El hilado y los telares son muy imperfectos, porque apenas se conocen la rueca y el torno de hilar (...) El telar, el peine y otros instrumentos del tejedor no son mucho más conocidos" 82.

            Y, por lo tanto, sabemos que los telares jesuitas eran técnicamente más avanzados.

            Asunción fue el primer productor de trigo de todo el Río de la Plata. Si la productividad a principios del siglo XVII era de 30 por 183, a fines del siglo XVIII la producción media anual era en Montevideo de 12 por 1, en Buenos Aires 18 por 1 y en España 8 por 1. La del Paraguay era de solo 4 por 1, con lo cual ni siquiera cubría su consumo interno84.

            Hacia 1602 existían en las chacras asuncenas cerca de 2 millones de pies de viña; para la época que nos ocupa, habían desaparecido por completo 85.

            El mismo fenómeno ocurre con la ganadería; de país productor se convierte en importador. Prácticamente todos los productos manufactureros, tejidos, ponchos, etc., eran también importados.

            El alto grado de mestizaje de la población paraguaya a fines del siglo XVIII, que liberaba brazos del servicio de encomiendas, dificultaba la obtención de mano de obra y obligaba de más en más a los encomenderos a utilizar peones asalariados. Un ejemplo palpable de esto lo encontramos en el fracaso del estanco del tabaco, anteriormente mencionado. Lo mismo sucede con la yerba, si consideramos, tal como se indicara86, que la productividad del peón yerbatero asalariado era doble del indio en encomienda. Las autoridades coloniales no tuvieron en cuenta, o no vieron, la magnitud ni el estado avanzado del proceso de desagregación de las encomiendas, ya en 1779, y esperaron hasta 1803 para abolirla definitivamente.

 

 

NOTAS

1. PALLOIX, Cristian. Las firmas, multinacionales y el proceso de internacionalización. Siglo Veintiuno de España SA, Madrid, 1975, p. 15.

2. SECRETARIA TÉCNICA DE PLANIFICACIÓN, Primer Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social (1965-1966), Tomo II, Asunción, 1965, pp. 51-54.

3. A la edición original en francés. Nota del Autor (en adelante: N. del A.).

4. AGUIRRE, J. F. Discurso Histórico, 1973, Colección Austral, Madrid, 1947, p.102

5. SUSNIK, B., El indio colonial del Paraguay, T. I, Museo Etnográfico, Andrés Barbero, Asunción, 1965, p. 66.

6. AZARA, Félix de. Viajes por la América Meridional, Paris (1808), Colección Austral, Madrid, 1969, p. 251, ver también SUSNIK, B., ob. cit., pp. 20-22 y DUGRATY, Alfred M., La Répubique du Paraguay, Libraire Européene de C. Muquardt, Bruxelles, 1862, pp. 45-46.

7. AZARA, F., ob. cit., pp. 251 - 252, y DU GRATY, ob. cit., pp. 45-46.

8. FUENTE: Elaborado a partir de MACHUCA-MARTÍNEZ, Mapas históricos del Paraguay Gigante, Talleres gráficos El Arte, Asunción, 1951, p. 16.

9. SUSNIK, B., ob. cit., p. 61.

10. CHAVES, J. C. Las ordenanzas de Ramírez de Velazco, Hernandarias y Alfaro, en Memoria del Primer Congreso Venezolano de Historia, Academia Nacional de la Historia, Tomo I, Caracas, 1972, pp. 125-138.

11. Ibídem, p. 128.

12. Ídem, p. 128.

13. Ídem, p. 131.

14. Ídem, pp. 130-138.

17. AGUIRRE, J. F., ob. cit., pp. 201-203. Ver Acta de Creación de Monedas del año 1541, en Documento N° I, Apéndice IV, pp. 455-456.

18. DEMERSAY, L. Alfred, Histoire physique, économique et politique du Paraguay et des établissements des Jésuites, Librerie Hachette et Cie, París, T II, 1864, p. 9.

19. Ver Metrologia, Cuadro N° 1, Apéndice I, pp. 387-389.

20. DEMERSAY, L.A., ob. cit., T. II, pp. 9-10.

21. Enfiteusis es la "Cesión perpetua, o por largo plazo, del dominio útil de un inmueble, gracias al pago de un canon anual y de un derecho de lotes y ventas en caso de transmisión del dominio (CASARES, Julio, Diccionario ideológico de la lengua española, Editorial Gustavo Gill SA, 2a edición, Barcelona, 1975, p.131). La enfiteusis ya era practicada en Grecia en el siglo V a. de JC. Tres obligaciones pesaban sobre el enfiteuta: "1º) pagaba un canon anual, sea en dinero o en especie. La tasa de esta renta no es jamás elevada y es sobre todo más baja que en el arrendamiento temporal, y queda invariable durante toda la duración del arriendo; 2°) el arrendatario paga el impuesto inmobiliario; 3°) está obligado a explotar la tierra de manera que antes que pierda valor ella mejore en sus manos" (GUILBAUD, Paul, La grande encyclopedie, vol. 15, Favre, Imprimerie E. Arrault et Cie, Tours, 1964, p. 947).

Ulteriormente, esta institución fue adoptada por el derecho romano por primera vez bajo el nombre de enfiteusis (del griego PLANTAR EN). Las concesiones de tierra de larga duración fueron otorgadas especialmente al Oriente del Imperio para valorizar las tierras inexplotadas de los emperadores o del dominio público (MAY, Gastón, ibídem, p. 948).

Se puede encontrar también la enfiteusis en el antiguo derecho francés, pero con una gran analogía con otras instituciones, especialmente el arriendo en renta inmobiliaria: "Dos vías se abrían (...) a aquel que deseaba desmembrar su derecho sobre un inmueble, aparte de la constitución de una servidumbre: podía conceder a un tercero el dominio útil del inmueble, es decir, un derecho a disfrutar que debía ser ejercido a título de propietario, o más exactamente a titulo de titular de ese derecho sui generis, pero no a título de servidumbre, y reservarse con el dominio directo los otros atributos de la propiedad estipulando en aquel quien era investido del dominio útil el pago de un canon anual, irredimible, constituyendo el reconocimiento del dominio directo. Podía también transferir a un tercero el dominio directo y el dominio útil y reservarse el derecho a un canon anual e irredimible, basado sobre el inmueble constituyente de un derecho real inmobiliario, y pudiendo, luego, ser exigido como detentor de ese inmueble. Se dice en este segundo caso que él disponía de arrendamiento a renta inmobiliaria. El enfiteusis entraba al contrario en la primera categoría de las convenciones indicadas y en las cuales se encontraba igualmente el "arrendamiento a censo". En síntesis, la obligación de mejorar los fondos, expresada formalmente en los contratos de enfiteusis, y el derecho de estipular derechos de lotes y ventas (si se trataba de una enfiteusis a censo) eran las únicas diferencias con el arrendamiento a renta inmobiliaria (NACHFAUR, P, ibídem, p. 949).

Si a la Revolución la palabra enfiteusis fue reemplazada por la de "propiedad reversible" (que conservaba los atributos de bienes enfitéuticos) el actual código civil queda completamente mudo a este respecto. No obstante, la jurisprudencia admite "... la existencia del enfiteusis con todas sus características que no sean contrarias a principios de orden público". Hoy en Francia los bienes enfitéuticos son escasos; en general se los encuentra en las concesiones hechas por el Estado a empresas ferroviarias (NACHBAUR, Paul., ibídem, p. 949).

22. DEMERSAY, L. Alfred. Histoire Physique, économique et politique du Paraguay et des établissements des Jésuites, Librairie Hachette et Cie, T.I, 1860, p. 10.

23. Ibídem, p. 138.

24. Fuente: GARAVAGLIA, J. C. Un capítulo del mercado interno colonial: El Paraguay y su región (1537-1682), Einaudi, Torino, 1978, p. 26.

N. del A.: diezmo = impuesto percibido por la iglesia.

25. FRIEDMANN, E., Historia del Azúcar en el Paraguay, El Arte SA, Asunción, 1966, p.39.

26. GARAVÁGLIA, J. C. Un capítulo del mercado, ob. cit., p. 18.

27. AGUIRRE, J.F. Discurso histórico, ob. cit., p. 73.

28. Ibídem, p. 104.

29. GARAVAGLIA, J. C. Un capítulo del mercado, ob. cit., pp. 42-43.

30. BÁEZ, C. El Paraguay Moderno, Talleres Nacionales de H. Krauss, Asunción, 1915, p. 24, y DEMERSAY, L.A., ob. cit., T. II, p. 330.

31. Citado por ZUBIZARRETA, C. Historia de mi ciudad, Editorial Emasa, Asunción, 1964, p. 114.

32. CONI, E. A. Historia de las vaquerías del Río de la Plata, Editorial Devenir, Buenos Aires, 1956, p. 5.

33. PASTORE, Carlos. La lucha por la tierra en el Paraguay, Editorial Antequera, Montevideo, 1972, pp. 33-44.           

34. Ver Cuadro N° 1, supra, p. 31. (Supra: Remite a una página anterior de este libro. N. del A.).

35. DEMERSAY, L. Alfred, ob. cit., T II, p. 24.

36. GARAVAGLIA, J. C. La production et la commercialisation de la Yerba Mate dans 1'espace péruvien. Thése de troiséme cycle presentes á l’EHESS, Paris,1979, Tome I, p. 35.

37. Ver Cuadro N° I, supra, p. 31.

38. DEMERSAY, L. A., ob. cit., T. II, pp. 180-181.

39. Sobre este punto ver STEIN, S. y STEIN, B., La herencia colonial de América Latina, Siglo veintiuno editores, 11ª. edición, México, 1979.

40. En este tema seguimos a GARAVAGLIA, J. C., Un capítulo del mercado interno colonial, ob. cit., pp. 19-29, FRIEDMANN, E., ob. cit, pp. 47-56 y VELÁZQUEZ, R. E., Navegación Paraguaya de los siglos XVII y XVIII, en Estudios Paraguayos, vol. 1, noviembre, 1973, Asunción, pp. 45-46.

41. CARAVAGLIA, J. C., Un capítulo del mercado..., ob. cit., p. 28.

42. Ibídem, p. 29.

43. VELÁZQUEZ, R. E., ob. cit., pp. 66-67.

44. FRIEDMANN, E., ob. cit., p. 72.

45. MORENO, F. R. Estudio sobre la independencia del Paraguay, Talleres Nacionales de H. Kraus, Asunción, 1911, p. 126.

46. Ibídem, p. 126.

47. Ver Cuadro N° II, supra, p. 39.

48. Citado por LUGÓN, C. La république des Guaranis. Les Jésuites au pouvoir, Foi vivante, Les éditions ouvrieres, Paris, 1970, p. 27. Ver también AZARA, F. de, ob. cit., p. 262.

49. LUGÓN, C., ob. cit., p. 25, y AZARA, F. de, ob. cit., pp. 265-267.

50. Ibídem, pp. 50-53.

51. LUGÓN, C., ob. cit., p. 160.

52. Ibídem, p. 32.

53. Citado por LUGóN, C., ob. cit., p. 153.

54. GARAY, Blas. El comunismo de las misiones, Instituto Colorado de Cultura, Vol. 2, Asunción, 1975, pp. 49-51; también AZARA, F. de., ob. cit., p. 269, y RECLUS, Elisee, Paraguay, Librería y casa editora A. de Uribe y Cía., Asunción, 1896, pp. 54-55.

57. GARAY, Blas, ob. cit., p. 53, y DEMERSAY, L.A., ob. cit., T.11, pp. 29-30.

58. LUGÓN, C., ob, cit., pp. 89-90.

59. GARAY, Blas, ob. cit., p. 61.

60. LUGÓN, C., ob. cit., pp. 93-96 y GARAY, B.,ob. cit., pp. 51-53.

61. GARAVAGLIA, J. C. La production et la commercialisation de la Yerba, ob. cit., T. I, pp. 235-236, y DEMERSAY, L. A., ob. cit., T. II, pp. 45-46.

62. GARAVAGLIA, J. C. La production et la commercialisation de la Yerba, ob. cit., T 1, p. 234.

63. Citado por GARAY, B., ob. cit., p. 55, ver también DEMERSAY, L. A., ob. cit., T. 1, p.46.

64. Supra, pp. 40-41.

65. CARAVAGLIA, J. C. La production en la commercialisation de la yerba, ob. cit., T. I, p.232.

66. GARAY, B., ob. cit., p. 57.

67. Líder de la Revolución Comunera de 1721, ejecutado en Lima a pesar de los disturbios populares en su favor. El anuncio de su muerte provocó el segundo movimiento comunero en el Paraguay, finalmente aplastado por las tropas enviadas por el virrey del Perú en 1735. N. del A.

68. GARAY, B., ob. cit., pp. 68-69.

69. Ibídem, p. 69.

70. LUGON, C., ob. cit., p. 109.

71. GARAY, Blas, ob. cit., p. 65.

72. GARAY, Blas, ob. cit., pp. 66-67.

73. PASTORE, C., ob. cit., p. 71-73.

74. DEMERSAY, L. A., ob. cit., T. I, p. 304.

75. AZARA, F. de, ob. cit., p. 293.

76. Ibídem, p. 293, y DEMERSAY, L. A, ob. cit., T. II, pp. 44-45.

77. WHITE, R. A. La política económica del Paraguay popular (1810-1840). La primera revolución radical de América, Estudios Paraguayos, vol. III, N° 1, octubre 1975, Asunción, p. 98.

78. AZARA, F. de, ob. cit., p. 95, y DEMERSAY, L. A, ob. cit., T. II, p. 63.

79. DEMERSAY, L. A., ob. cit., T. II, p. 66.

80. FRIEDMANN, E., ob. cit., p. 79.

81. AZARA, F. de, ob. cit., p. 95.

82. AZARA, F. de., ob. cit., p. 96.

83. CARAVAGLIA, J. C. La production et la comercialisation de la yerba, ob. cit., p. 15. El autor advierte que la cifra es algo exagerada. N. del A.

84. AZARA, F. de, ob. cit., p. 94.

85. Ibídem, p. 95.

86. Supra, p. 35.

 

BANCO DE LA REPÚBLICA

 

 

------------------APENDICE IV---------------------

 

 

DOCUMENTO N° I

CREACIÓN DE MONEDAS 1058

 

            En el puerto e ciudad de Nuestra Señora de Su Asunción, en tres de octubre de mil quinientos cuarenta y un años, los señores Domingo de Irala, Teniente Gobernador de estas provincias del Río de la Plata por su Majestad, e Garci Venegas, tesorero, e Alfonso Cabrera, veedor, e Carlos Doubrin, factor, oficiales de S.M. de la dicha provincia, en presencia de mi, Juan Valdés de Palenzuela, escribano de su majestad, estando en su acuerdo según lo han de uso y costumbre de se juntar para entender en las cosas tocantes al servicio de Dios Nuestro Señor y de S.M. y para la buena población e pacificación de esta provincia, dijeron que: visto que no hay oro ni plata ni otras cosas en la tierra para poder contratar en manera de moneda, e que por esta causa se dejan de vender e contratar la hacienda de S.M. que en esta tierra se cobra, así cochinos, maíz, frijoles, mandioca y aves y otras cosas que se cobran de los diezmos y quintos a Su Majestad pertenecientes, y no se halla por ello precio ninguno de oro y plata, porque en dicha tierra de presente no hay, e por esto e porque las dichas cosas se ven vendidas al fiado y las deudas no se cobran por no haber moneda con que se puede pagar, y ansimismo el bastimento que hay de su majestad se come de gargojo e se pierde y se espera que cada día valdrá menos, en lo cual la hacienda de Su Majestad padece riesgo de se perder mucha parte de ella, y ansimismo la gente que al presente hay en esta ciudad andan confusos por no haber modo para poder contratar ni tener número de moneda e contratan a esta razón muy ciegamente, e, porque no hay engaño e cada uno sepa cómo contrata e los precios porque compran e venden, habiéndolo bien mirado, dijeron que moderaban y moderaron que de aquí en adelante valga un anzuelo de malla un maravedí, e un anzuelo de rescate valga cinco maravedises, e un escoplo valga diez y seis maravedises, una cuña del ayunque de las que aquí se acostumbran hacer valga cien maravedises 1059. Lo cual dijeron que mandaban e mandaron que todo lo que se vendiese e contratase de aquí en adelante y se debiese de tierra se hiciesen, hasta que haya oro o plata se contrate e pague en las dichas cosas en lugar de moneda, y que ninguno las pueda desechar por los dichos precios, lo cual dijeron e acordaron que sea ansí, por ser muy justa e conveniente que haya moneda, para que la gente contrate; e lo firmaron de sus nombres e mandóse fijar en las puertas de la iglesia de esta dicha ciudad, para que vengan a noticia de todos.

 

1058. AGUIRRE, J. E, ob. cit., pp. 201-203.

1059. Esta es el hacha cuña que tanto se estimó y estima en el Paraguay, pero son mayores en el día. Son como escoplos aplicados para el referido uso. Esta nota aclaratoria pertenece al autor, es decir, Juan Francisco de Aguirre. (N. del A.)

 

 

DOCUMENTO Nº II

CONTRATO PARA LA ACUÑACIÓN DE LA PRIMERA

MONEDA DE COBRE, AGOSTO 31 DE 1844 1060

 

            "Contrato entre el Señor Comisionado Especial de la República del Paraguay, Don Esteban Cordal y el ciudadano norteamericano Don Enrique Gilbert, ambos residentes en la ciudad de Buenos Aires".

            Art. 1° Don Enrique Gilbert ciudadano Norteamericano residente en esta Ciudad de Buenos Aires se obliga formalmente a hacer acuñar conforme al diseño que se le ha remitido anteriormente por el Excmo. Gobierno del Paraguay la cantidad de treinta mil pesos moneda de cobre.

            Art. 2° El valor de cada peso de plata será dividido en noventa y seis partes iguales, que naturalmente darán al fin de la amonedación el peso neto de libras sin error de cálculo hasta el completo integro de los treinta mil pesos cobre, que es el verdadero resultado sin más pormenores.

            Art. 3° Será de obligación, cuenta y riesgo de dicho Gilbert, entregar en tierra dicha moneda, bien acondicionada en cuñetes o cajones, libre de fletes, u otro gasto en la Villa del Pilar del Paraguay, a la persona o personas que fueren comisionadas por el Gobierno al efecto.

            Art. 4° En pago de dicha cantidad de moneda de cobre, el Excmo. Gobierno de la República del Paraguay mandará entregar al Señor Gilbert o a la persona que él autoriza al efecto cantidad de treinta mil arrobas de yerba mate puesto a bordo, libre de derechos u Otro gravamen en la misma Villa del Pilar.

            Art. 5º  Es de la obligación de dicho Gilbert cuidar que el cobre de que se fabrica la dicha moneda sea cobre puro, y del mismo modo el Excmo. Gobierno de la República del Paraguay cuidará que la yerba mate sea selecta, esto es de la mejor calidad.

            Art. 6° El Señor Gilbert hará la entrega de dicha moneda cobre en cinco entregas cuando más, pero ninguna bajará de seis mil pesos en cobre y todas las cinco entregas se verificarán en el plazo de diez y ocho meses contados desde la primera entrega en el puerto del Pilar, de manera que en todo este plazo se haya recibido en dicho puerto del Pilar el total de treinta mil pesos moneda cobre, salvo un contratiempo imprevisto y justificado.

            Art. 7º Se declara que en la misma razón que se vaya entregando la moneda de cobre en el Puerto antes expresado, se irá allí entregando yerba mate hasta el total de treinta mil arrobas.

            Art. 8° Es de obligación del Señor Gilbert poner en poder del Excmo. Gobierno del Paraguay con la última entrega del cobre todo cuño, estampo, o diseño de que se hubiere hecho uso para dicha amonedación.

 

            Buenos Aires, Agosto 31 de 1844

            Esteban Cordal           Enrique Gilbert

 

 

1060. BENÍTEZ CIOTTI, RAMÓN, Presentación del libro "LA PRIMERA MONEDA PARAGUAYA", Banco Central del Paraguay, Asunción, 2002.

 

 

DOCUMENTO Nº III

DECRETO N° 152 DEL 10 DE MARZO DE 1936 1061

 

            Considerando: (...) "Que la magnitud del cambio de situación consumado, a la vista de estos antecedentes excusa de toda tarea de interpretación por cuanto evidentemente impuso soluciones históricas intergiversables, que demuestran que el advenimiento de la Revolución Libertadora en el Paraguay reviste la misma índole de las transformaciones sociales totalitarias de la Europa contemporánea, en el sentido de que la Revolución Libertadora y el Estado son ya una misma e idéntica cosa (... )

 

(...) DECRETA:

 

            Art. 1° - Declárase identificada la Revolución Libertadora del 17 de Febrero de 1936 con el Estado de la República del Paraguay.

            Art. 2° - La Revolución Libertadora del 17 de Febrero de 1936 identificada con el Estado, movilizará desde la fecha el concurso voluntario de todos los ciudadanos de la República a los efectos de la realización integral de sus fines permanentes, directamente por órganos del Estado.

            Art. 3° - Toda actividad de carácter político, de organización partidista, sindical o de intereses creados o por crear, de naturaleza política dentro de la Nación, que no emane explícitamente del Estado o de la Revolución identificada con el Estado, se prohíbe, por el término de un año.

            Art. 4° - Quedan bajo la jurisdicción del Ministerio del Interior todas las cuestiones relacionadas con la política social del Estado identificado con la Revolución Libertadora, comprendiéndose en ellas las relaciones y conflictos entre el trabajo y el capital, las organizaciones y necesidades de obreros y trabajadores, como igualmente los patronos, en forma definitiva (...)

 

            Fdo.: Rafael Franco - Gomes Freire Esteves - Juan Stefanich - L. Freire Esteves -A. Jóver Peralta - B. Caballero.

 

 

1061. ARTAZA POLICARPO, AYALA, ESTIGARRIBIA Y EL PARTIDO LIBERAL, pp. 155-157. Buenos Aires. Editorial Ayacucho, 1946.

 

 

 

DOCUMENTO N° IV

EL ACUERDO S.T.I.C.A.

 

            EL GOBIERNO DEL PARAGUAY CONVIENE CON EL INSTITUTO DE ASUNTOS INTERAMERICANOS EN FORMAR EN EL MINISTERIO DE AGRICULTURA, COMERCIO E INDUSTRIAS UN SERVICIO QUE SERÁ DENOMINADO "SERVICIO TÉCNICO INTERAMERICANO DE COOPERACIÓN AGRÍCOLA"

 

            El Gobierno del Paraguay conviene con el Instituto de Asuntos Inter -Americanos en formar en el Ministerio de Agricultura, Comercio e Industrias un Servicio que será denominado "Servicio Técnico Inter-Americano de Cooperación Agrícola," que actuará como un organismo de cooperación entre el Gobierno del Paraguay y el Instituto de Asuntos Inter - Americanos. El Servicio Técnico Inter-Americano de Cooperación Agrícola funcionará como una entidad especial, directamente subordinada al Ministerio de Agricultura, Comercio e Industrias. El Servicio trabajará con las diversas reparticiones administrativas del Gobierno relacionadas con los problemas agrarios y agrícolas y con los problemas industriales correspondientes. Entre estas reparticiones administrativas se encuentran el Departamento de Agricultura, el Departamento de Ganadería, la Dirección General de Enseñanza Agrícola, el Banco Agrícola del Paraguay, el Departamento de Tierras y Colonización, y el Laboratorio Central.

            El servicio tendrá como Director a un administrador elegido por el Instituto de Asuntos Inter-Americanos, que será aprobado por el Ministerio de Agricultura, Comercio e Industrias del Gobierno del Paraguay.

            Los sueldos y gastos incluyendo los gastos de viaje, del personal del Instituto de Asuntos Inter-Americanos seleccionado por el Director del Servicio para ayudarlo en los trabajos del Servicio, serán paga dos por el Instituto de Asuntos Inter-Americanos de fondos aparte de aquellos asignados al Servicio. Los sueldos y gastos, incluyendo los gastos de viaje, de todo otro personal seleccionado por el Director de Servicio, serán pagados por los fondos del Servicio. Todos los empleados del Servicio serán contratados y despedidos por el Director de Servicio, quién será árbitro final de sus calificaciones, todo de acuerdo a normas generales convenidas de antemano entre el Ministerio de Agricultura, Comercio e Industrias y el Director del Servicio.

            El Servicio trabajará con y por intermedio de reparticiones del Gobierno y existentes o de reciente creación o podrá llevar adelante ciertos proyectos por su propia iniciativa cuando el Ministerio de Agricultura, Comercio e Industrias y el Director del Servicio determinen que tal es el modo más eficiente de implementar el programa del Gobierno del Paraguay en este campo. Sin embargo, en todo momento, el propósito del Servicio será el de cooperar en la formación permanente, dentro del Gobierno del Paraguay, del personal y de la organización necesarios para llevar adelante programas agrícolas, agrarios y derivados.

            El Servicio será financiado en parte con fondos contribuidos por el Instituto de Asuntos Inter-Americanos, hasta una suma de $ 250.000 (doscientos cincuenta mil dólares americanos). El Gobierno del Paraguay conviene en ayudar al Servicio en el planeamiento y desarrollo de proyectos en los campos de la agricultura, los mercados, las cooperativas y las industrias, y en asignar la suma de $ 50.000 (cincuenta mil dólares americanos) para ser utilizada en la realización de los trabajos del Servicio.

            Antes de la expiración de este convenio, el Gobierno del Paraguay conviene considerar con el instituto de Asuntos Inter-Americanos el establecimiento del Servicio como una organización permanente del Gobierno Paraguayo financiada con fondos asignados por el Gobierno Paraguayo.

            El Servicio podrá también someter a la consideración del Gobierno del Paraguay los proyectos que han de ser financiados con otros fondos, tales como los que están a disposición del Gobierno Paraguayo de acuerdo al contrato existente actualmente con el Export-Import Bank de Washington.

            Los fondos del Servicio serán administrados y asignados por el Director del Servicio de acuerdo a un programa y a planes generales convenidos de antemano entre el Ministerio de Agricultura, Comercio e Industrias y el Director del Servicio.

            El trabajo del Servicio se realizará mediante programas trazados con el fin de aumentar la suficiencia propia del país dentro de los siguientes campos:

            1. La educación y entrenamiento de los técnicos paraguayos y del personal de operación necesarios para llevar a cabo los programas agrícolas, agrarios y derivados del país. En este campo el Servicio apoyará y ayudará al mejor desarrollo de las instituciones y organizaciones existentes para tales propósitos. Dicha ayuda puede ser en la forma de asistencia técnica, proyectos especiales, entrenamiento práctico, becas o cualquier otro medio necesario para afrontar las necesidades inmediatas y futuras de este importante sector.

            2. El aumento en la producción de ciertos alimentos para consumo interno que actualmente se importan en su totalidad o parcialmente, pero que podrán ser eficiente y razonablemente producidos y manejados en el Paraguay. Entre estos alimentos se encuentran la leche, el queso, la manteca, las papas, las cebollas y el trigo. La producción y el manejo apropiado de estos alimentos, evitará la salida de moneda sana, proporcionará una entrada adicional a los agricultores, facilitará la atención de las necesidades de nutrición en la producción proceso y manejo de las cosechas alimenticias.   

            3. El mayor desarrollo de cosechas para la venta y la exportación. El trabajo en este sector no se limitará a la producción y la colocación de los productos, sino que también prestará atención al posible aumento de la manufactura interna de las cosechas, tales como las del tung y del algodón, para ponerlas en condiciones de ser usadas para el consumo interno y para la exportación. Se reconoce que este es un sector importante que requiere cuidadosa investigación. En este sector se dará preferente atención a la ayuda a los pequeños agricultores en cuanto a la producción y colocación de nuevos cultivos destinados para la venta interna o para la exportación.

            En caso que el Gobierno del Paraguay, en cooperación con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, llegare a inaugurar una estación experimental en el Paraguay, se entiende que los trabajos descriptos en el párrafo anterior serían coordinados con el programa de tal estación experimental.

            4. La investigación de algunos de los problemas agrarios básicos del país. (Existe mala distribución de la población de recursos; esta mala distribución es causa de producción deficiente, de recursos in adecuados para muchos agricultores y en ciertos casos de mala nutrición y salud deficiente; es también causa de la pérdida de las mismas). El trabajo en este sector puede incluir mayor ayuda en la colonización de nuevas áreas para aliviar la presión existente en las viejas áreas, y para fomentar el desarrollo de las industrias internas que proveerán de trabajo a los que no tienen tierras. Se trabajará también para aumentar la fertilidad de tierras desgastadas y para afrontar otros problemas de la zona central en lo que se refiere a recursos exhaustos.

            Se conviene que el programa delineado más arriba indica la naturaleza del trabajo a realizarse y los métodos generales que se propone adoptar al Servicio para afrontar los problemas básicos de alimentación y agricultura del país.

            El presente convenio será por dos años, a contar desde la fecha de su ratificación, y puede ser renovado a opción de las partes contratantes.

 

            Asunción, 24 de Diciembre de 1942

 

 

 

 

 

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