GEOLÓGICAS - Óleo de ALICIA PERITO
Texto de VICKY TORRES
GEOLÓGICAS
Alicia Perito se inició pintando densas geometrías en cuadros de pequeño y mediano formato trabajados en acrílico. Ejercicios de estilo. Juegos de perspectiva y de sombras. Juegos de colores. Los planos se cruzaban o se proyectaban hacia el horizonte en un intento inútil por atrapar el infinito, pero, en un plano cercano, había siempre un objeto familiar: una silla. La idea de infinitud se anclaba en lo cotidiano; el ideal, el vuelo del espíritu, en la materia inerte de lo «real». Los cuadros de Alicia Perito eran alegorías de un cierto modo de entender el mundo desde el mundo que nos aproximaban, a los bordes del misterio. Ahí, con los pies junto al abismo, quedábamos también nosotros, deseosos, quizá, de que la artista hubiera osado a más, se hubiera atrevido a dar el paso definitivo.
Alicia Perito no pinta ahora sillas envueltas en las sombras de las densas geometrías que sugieren el infinito. Sus objetos cotidianos están cubiertos por espesas capas de óleo que son estratos que ocultan sus orígenes. La realidad del mundo como geología. Bajo las texturas y los golpes de espátula, la imagen de la roca que debemos perforar para poder arrancarle sus secretos. Los secretos están ahí bajo las capas terrosas, bajo los colores que sugieren tiempos pasados, misterios de la especie. Si densas las geometrías de sus primeros cuadros, no menos densas y espesas estas sugerencias geológicas. La realidad permanece siempre oculta y, a veces, la artista rasga apenas el velo del misterio para que nosotros podamos intuirlo. Jamás conocerlo. El arte no resuelve el misterio; tan sólo lo presenta.
¿Por qué este cambio? ¿Es, realmente, un cambio? El arte no es una simple reiteración de gestos. Ante todo, el arte es un proceso: persigue un fin. Si en sus primeros cuadros Alicia Perito presentaba la «realidad» envuelta en las sombras de la geometría con un fondo que sugería la posibilidad de trascenderla, en esta nueva fase la artista renuncia a dar el paso que nosotros echábamos en falta en un primer momento, porque la artista ha comprendido que no es posible dar ese paso y, que si fuera posible, sería inútil; que el misterio es inasible y que, si acaso se nos presenta alguna vez, lo hará cubierto por la masa informe del tiempo y la materia, los dos elementos con los que, en verdad, trabaja el artista, iluminándolos. Son, en efecto, la luz y el color los instrumentos del arte, y luz y color es lo que Alicia Perito arroja sobre sus telas para que podamos ver más allá de las capas terrosas que sugieren mundos lo que «podamos ver», que será siempre distinto y lo mismo cada vez que lo hagamos. La realidad es, en verdad, un caleidoscopio.
Fuente: ARS LONGA. Por VICKY TORRES
Arandurã Editorial
Asunción-Paraguay 2004 (429 páginas)
Óleo 2009 de Alicia Perito
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