PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
Ida De Los Ríos

  RECUERDOS DE UNA LLORADA CASA ASUNCENA (PARTE II) - Por Toni Roberto - Domingo, 10 de Mayo de 2020


RECUERDOS DE UNA LLORADA CASA ASUNCENA (PARTE II) - Por Toni Roberto - Domingo, 10 de Mayo de 2020

RECUERDOS DE UNA LLORADA CASA ASUNCENA

Parte II

 

  Por Toni Roberto


tonirobertogodoy@gmail.com

La memoria, con ayuda de Ida de los Ríos, recorre la casona asuncena más añorada, donde funcionaba la Facultad de Arquitectura.

Recuerdos borrosos que van y vienen como una vieja película de 1900, una desteñida foto de 1913 en las escaleras de la legendaria Casa Peña, devenida luego en Facultad de Arquitectura y que irónicamente fuera demolida con “noventosas picotas”, largas charlas de café –previas a la pandemia– con “Yito” Morra y Magela Gatti sobre los inicios de la Facultad de Arquitectura de Asunción, un torrente de recuerdos de muchas generaciones de estudiantes que pasaron por sus aulas y hoy especialmente los relatos de Ida de los Ríos hacen este segundo viaje por una “llorada casa asuncena” de otros tiempos.

RECUERDOS DE IDA

“Acuartelada” en una de estas siestas en cuarentena desde su casa del barrio Recoleta, Ida de los Ríos “retrata” para “Cuadernos de barrio” sus recuerdos de esa “llorada casona”, que empieza así:

“La antigua casona del siglo XIX, que muchos arquitectos recordamos sobre la calle España y Perú, tenía una escalera de acceso majestuosa, pero por algún extraño motivo, los más de mil estudiantes preferíamos entrar y salir por una puertita de servicio de no más de 80 cm sobre la calle De Las Residentas, en franca contradicción con la Biblia de los estudiantes de arquitectura de aquel tiempo que era el libro de Neufert, que marcaba 1,20 m para el paso de dos personas. La escalera se usaba para sentarse a conversar, tomar tereré o para sacar fotos de grupo.

La nuestra fue una formación en la que se puso mucho acento en los valores funcionales de la arquitectura. Esa casa, sin embargo, estaba muy lejos de cumplir con tales rigores. Al baño grande de la residencia –alguna vez lujoso– le retiraron la bañera, lo dividieron con una mampara de madera de 1,80 de altura y le colocaron un letrero que decía: “baño ambidextro”. Como carecía de tranca interior, había que entrar de a dos, uno que usaba el baño y otro que atajaba la puerta. Además había que llevar una cartulina para tapar la ventana que se exponía a las vistas indiscretas desde el porche de la secretaría. La Biblioteca era un mueble del tamaño de un roperito de dos cuerpos con una encargada siempre malhumorada. Pero eso sí, los pocos libros que contenía los leíamos, y el de Lewis Mumford tenía 1.200 páginas, el de Gideon 800 y el Benévolo y el de Bruno Zevi, otras tantas. La cantina era una ventana de 60 x 80 cm, custodiada por un loro que desde su aro imitaba la voz de su encargado, el célebre Coco, cuyo humor variaba con el viento norte. Cuando el calor se hacía insoportable dentro de las aulas, la sombra del mangal se convertía en techo verde durante las clases de dibujo de Alfaro”.

Sigue diciendo Ida: “Recuerdo especialmente los galpones calurosos de verano y helados en invierno, que se construyeron contiguos a la casa para albergar a los cientos de ingresantes que se sumaban cada año. De más está decir que esas espantosas construcciones agredían la majestuosidad de esa villa rodeada de jardines que conocieron tiempos mejores. Aun así, con sus baldosas gastadas, sus aberturas en proceso de deterioro y la falta de mantenimiento de sus paredes y cubiertas, la casa demostraba que la decadencia física no le resta majestuosidad a lo que en otro tiempo tuvo dignidad y belleza”.

“En síntesis, el local era lo menos apropiado para dar clases, pero esa casa contaba con un elemento que no figura en ningún libro como requisito esencial de la buena arquitectura: ¡tenía magia! Y eso hizo que todos los que pasamos por allí alguna vez recordáramos ese espacio con tanto afecto”, termina diciendo nuestra entrevistada.

Y yo hoy, sin más palabras, me despido hasta el próximo domingo con esta histórica foto de Theodore Roosevelt y Pedro P. Peña en esas escaleras de esta “llorada casona asuncena de otros tiempos”.



 

Fuente: www.lanacion.com.py

Domingo, 10 de Mayo de 2020
















ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

EL IDIOMA GUARANÍ, BIBLIOTECA VIRTUAL en PORTALGUARANI.COM

(Hacer click sobre la imagen)

 

 

 

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)

 

 

 

 

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)

 

Como se vería esta obra en tu Sala?

Selecciona un color de la pared:

RECUERDOS DE UNA LLORADA CASA ASUNCENA (PARTE II) - Por Toni Roberto - Domingo, 10 de Mayo de 2020










Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2024
Todos los derechos reservados, Asunción - Paraguay
CEO Eduardo Pratt, Desarollador Ing. Gustavo Lezcano, Contenidos Lic.Rosanna López Vera

Logros y Reconocimientos del Portal
- Declarado de Interés Cultural Nacional
- Declarado de Interés Cultural Municipal
- Doble Ganador del WSA