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LEONARDO GONZÁLEZ

  LUZ, 2007 - Poemario de LEONARDO GONZÁLEZ


LUZ, 2007 - Poemario de LEONARDO GONZÁLEZ

LUZ, 2007

Poemario de LEONARDO GONZÁLEZ

Impresión Editora LITOCOLOR S.R.L.

Asunción – Paraguay

2007 (76 páginas)


 

PRÓLOGO


“Es fácil de probar que en estos últimos años, principalmente a partir del gran período romántico, el reino de la poesía –al que apenas se había tocado desde la pérdida definitiva desde las vastas pero inhabitables provincias del poema épico--, ha disminuido gradualmente y se ve en la actualidad reducido a algunos pueblos aislados en la montaña. Allí permanecerá probablemente, vivaz e inexpugnable, y ganará allí en pureza e intensidad lo que en otra parte ha perdido en extensión y en abundancia. Allí se despojará poco a poco de sus varios ornamentos didácticos, descriptivos y narrativos, para no ser pronto más que ella misma, es decir la única voz que pueda revelarnos lo que el silencio nos oculta, lo que la palabra humana ya no dice y lo que la música no expresa todavía”.

Esta cita de Maurice Maeterlinck, premio nobel de literatura de 1911, escrita una centuria atrás, se presenta apropiada para iniciar estos comentarios que me encomendara Leonardo sobre la obra LUZ que da a conocer en estas páginas.

El reino de la poseía, dice Maeterlinck, que es lo mismo que decir el reino de Dios. La poesía, poiesis, creación, y el poeta, poiëtes, el creador, de acuerdo con el sentido etimológico que le son propios, no pueden sino equipararse con lo que es el genuino, el auténtico creador, es decir Dios.

Dios está hablando en todos los lenguajes imaginables. Su reino está manifestándose con una pujanza nunca vista, está llevando todo por delante, está demoliendo toda resistencia que se oponga a su justicia. El lenguaje de Dios es naturalmente extraño y hay que tener oídos para oírlo.

El poema LUZ es percibido como la voz de Dios, no sólo porque el hablante en el poema adopta ese papel sino porque se aprecia en él el sonido del Espíritu que vibra, que se despliega con una sonoridad y una armonía portentosas, se halla revestido de una connotación épica, una trascendencia cósmica que, tal cual lo dice Maurice Maeterlinck, nos va revelando lo que el silencio nos oculta, lo que la palabra humana ya no dice y lo que la música no expresa todavía.

“Todas las artes aspiran a la condición de la música” escribió un autor. La música, el lenguaje universal, es lo que toca con mayor fuerza la sensibilidad del ser humano. Y no puedo sino declarar que el poema LUZ cumple con aquella aspiración, pues cuando lo abordé me hizo entrar en un trance extático que sólo las más bellas melodías son capaces de provocar.

El poema de Leonardo nos lleva en un viaje, con una nave a la que le plugo bautizar con el nombre de LUZ, por universos maravillosos creados al conjuro de la música de las palabras. El ser hecho de luz en que consiste el YO SOY, nos conduce por derroteros de vértigo donde vamos descubriendo paisajes insospechados y exóticos que se revelan fulgurantes y bellos. Un poeta, un “hacedor” (sentido primigenio del vocablo), se nos muestra en estas páginas emulando al Creador original, a Dios, que con la palabra creó el universo. Hágase la luz dijo Él cuando dio nacimiento al mundo, y después nos diría: vosotros sois la luz del mundo. Con esa impronta, a un ritmo trepidante, fantástico, mágico, desde aquel acto originario estamos vibrando (que en última instancia no somos sino eso: una vibración, una variación del único tema: el ser), y he aquí que nuestro poeta, hechura y semejanza de Aquel, nos introduce en su propio ritmo y nos permite deleitarnos con esta obra que brota de las reconditeces del corazón.

La palabra Dios está tan cargada y nos ha hipnotizado tanto que la aceptamos o rechazamos automáticamente desde la prisión de nuestros prejuicios, como lo hace notar Krishnamurti. Empero, si pudiéramos comprender que hemos recalado en este universo con el único y fundamental propósito de alcanzar la conciencia de nuestra propia divinidad, estaríamos en situación de ver la afinidad que tenemos con aquello al que se ha dado en denominar con ese apelativo. Porque Dios somos, o sus hijos, que es lo mismo, ya que se da en este caso la extraña paradoja de que en una sola entidad coinciden el progenitor y su prole.

Cuentan que en cierta ocasión en que le preguntaron a Bernard Shaw si qué pensaba sobre la tesis de que el Espíritu Santo hubiera escrito la Biblia, contestó: “Creo que el Espíritu Santo no sólo ha escrito la Biblia, sino todos los libros”. ¿Es tan difícil comprender que el Espíritu de Dios es el que habla por medio de cada uno de nosotros, por medio de cada ser que puebla el universo, que Él se encuentra intrínseco en todo “lo que es”, y que de no ser así simplemente sería inconcebible la vida o la mera “existencia” de alguna cosa? La “conciencia de Dios” se perfila con nitidez en el poema de Leonardo objeto de este comentario, y si aguzamos la visión podemos encontrar a cada paso la chispa divina, la inspiración del Espíritu que como la Verdad que es, no necesita de justificativos, simplemente va derramándose caudaloso para hacernos disfrutar de su gracia y encanto.

Dios es un geómetra, habría dicho Platón. Dios es un poeta, pudo haber dicho también. Pero no lo dijo. Porque en tal caso debió decir: Dios soy yo. Que se sepa, no llegó a tanto. Siendo como fue un excelso poeta, como todos lo reconocen, no alcanzó empero a desarrollar la conciencia de su divinidad hasta el grado de atreverse a formular esta última afirmación. Por este tiempo, este fenómeno se va manifestando, Dios va siendo todo en todos tal como escribió Pablo de Tarso en 1Corintios, 15, 28.

El reino de la poesía va recuperando territorios, va saliendo de los reductos en que se había refugiado, al decir de Maeterlinck. La poesía es vida, y por ende, en concordancia con su naturaleza, va abriéndose paso de forma incontenible y exuberante, cada vez más rica y variada, nunca vencida, avanzando dentro del proceso que le es inherente, asomándose a lo ignoto, explorando, hurgando, buceando, inventando, jugando, desplegando el aspecto lúdico de la realidad en el intento de proporcionar el goce estético. La poesía de Leonardo transita por estos senderos.

Plagiando a Enoch A. Bennet, que lo dijo de Willian Butler Yeats antes de que adquiriese notoriedad como poeta, me complazco en trasvasar al autor de LUZ estas palabras suyas: Leonardo es uno de los grandes poetas de nuestra era, porque media docena de lectores sabemos que lo es.

Emiliano González Safstrand.


¿ÍNDICE...?

Creación/ Tiempo/ Maestros/ Aprender/ Enfrentar/ Mied/  Nuevo nacimiento/ Camino/ Primer paso/ Humildad y orgullo/ Estudiar/  La vía/ Separación, unión y dolor/  Herencia del Padre/ Hacer y trabajar/ Verdad/ Meditación/ Oración/ Supraconciencia e iluminación/ El adversario/ La atención y el sabio/ Omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia/ Destino/  Juego/ Pruebas/ Tentación/ Renuncia/ Amor, infinito y eternidad.



Dedicatoria:


A mi padre.



Papá:


Vos y mamá me engendraron. Plantaron y regaron, día a día, esta carne, que algún día (esperemos) florezca. Viejo, ¿cómo iba yo a saber? ¿Cómo podía imaginarse, un niñito tonto como yo, la envergadura de tu alma? ¡Y la envergadura de todas las almas! La mies es tanta… y los trabajadores tan pocos

Pero, claro, para luchar estamos. Para vencer a la violencia misma, pero sin sus armas. Para injertarnos en ese vertiginoso pero purísimo arroyo cósmico que es el amor de verdad y a la verdad. ¿Y a cuántos lugares te ha llevado? ¿Y a cuántos lugares nos ha de llevar? ¡Cómo siquiera imaginarse

La esperanza no es una fantasía. El que cree, ya está salvo. Tanto requería, tanto quería, sentía, me afligía, ¿y para qué? No era sino un tarro de cenizas con patas. Y lo sigo siendo, como sabés, pero estas cenizas se están volviendo tizón. ¡Ya veo venir el fuego, papá, y cómo arde! El infierno (una palabra, una mera idea, una sugerencia), es un hielo inerte en comparación con lo que ha de venir. Lekajá, al cielo se van todos, ¡aunque sea a la fuerza!

Y ese poder, yo no conocía; vos sí, mi propio papá. Por eso te digo (y del mundo es la envidia, no de los maestros) que no veo diferencias entre vos, y nuestro papá común, el Padre Celestial. Como aquella piedra magnética, que al acercarle un metal cualquiera lo imanta, yo quedé hechizado por esa energía que hizo surgir el universo, que vino del universo todo, pero concretamente (cual agua que corre irrefrenable por el cauce central apocalíptico, y por los saltitos pedregosos) por vos, che ra´a. Por eso pongo este libro a tus pies. Pequeña ofrenda (despreciable, insignificante, miserable) que nunca, nunca, nunca, jamás podrá retribuir lo que hiciste por mí… y por el mundo, (vos y yo lo sabemos) cuya envidia le corroe como ácido quemante. ¡Ojalá la comprensión llueva sobre la humanidad (de la que nos es imposible desligarnos) como bonanza suave, refrescante y dadora de vida y paz!

Por tanto, gracias, papá. Sé que te vas a achicar en modestias, aunque al verme a los ojos sepas que el alma es imposible esconder. Ya que la modestia es necesaria para con el mundo envidioso y pecador (como nosotros, que lo habitamos), pero, por otro lado, el que tiene que saber, ya sabe lo que tiene que saber, porque él siempre lo supo todo.

Esto hace de las palabras huecas burbujas que explotan a la más leve eyaculación. La verdad es todas las burbujas, ¡cuántas son las que él sopla y sopla y sopla! Por eso es ella (es él) la que es, la que hace, la que vive. No ya nosotros, ni el resto, no. Nosotros ya estamos muertos, hemos marchito. Como la fruta seca, cuyo jugo esperemos corra en la eternidad.


Tu hijo.





Cuando uno no ve nada más, no oye nada más, no entiende nada más,

eso es el Infinito.

Cuando uno ve algo más, oye algo más, entiende algo más,

eso es el finito.

El Infinito es inmortal, el finito mortal. No hay dicha en nada finito.

Sólo el Infinito es dicha


Chandogya Upanishad.






Yo soy, en el principio

En el presente, yo soy

Yo soy, en el final


Toda teogonía surge de mí

Y mi aliento es el soplo

Que insufló la vida


¿Qué hay en el principio, al inicio?

¿Qué es lo que hay

antes del tiempo?


¿Cómo surgió este sueño

proyectando sus luces y sombras

desde el infinito?


¡Qué lejos parece estar la fuente de luz!

Mas se encuentra escondida

Detrás de los ojos


De un largor inconmensurable

El pasado extiende sus tentáculos

Desde el primer segundo


¿Cómo llegaste a la existencia?

¿Quién perturbó tu

perenne y divino sueño primordial?


¿Qué piensas?

¿Hubo antes que tú (sin que lo supieras)

alguna eternidad oculta?


¿O nada hubo antes de que llegases al mundo

sino títeres y marionetas

polvo de estrellas jugando a la existencia?


La esencia misma ya la tienes

Y no puedes soltarla

Como la mano muerta, perpetuamente aferrada


O sea el presente

El obsequio de incalculable valor

Que se arroja como la basura


El regalo perfecto

Que se rechaza

Momento a momento


Obsérvalo

Conócelo

Sumérgete completamente en él


Y verás cómo

Los que intentan conocer el pasado sin conocer el presente

Construyen ciudadelas sin ladrillos


¡Como el necio queriendo contar los infinitos

con un ábaco

sin saber utilizarlo!


Porque eso mismo que fue en el pasado

Es ahora

Y eso será mañana


No pienses que desde lo pretérito y lo ulterior

Se colige el presente

Porque eso sería como que del vino las uvas surjan


Es en el presente en donde convergen el pasado y el futuro

Así como las muchas frutas proceden

Del mismo árbol


Por eso no puede haber tiempo

Que no haya sido o que será

Sin lo que es


Y habrás aprendido, como el niño, el valor del cero

Que es nulo

Pero que puede representar lo que no alcanzas a concebir


Esta será tu medida

Tu átomo

Con el que construirás galaxias


Lo que fue, déjalo

Lo que será, ¿cómo saberlo?

Mas lo que es: te pertenece


Si el general victorioso en mil batallas

Aún teme la derrota

¿Cómo vencer al tiempo, invencible emperador?


Puesto que peleas con sus armas

Y en su casa

Como contra ti mismo


Tu fracaso ya está cantado

Desde el primer paso

¡Que sólo puede llevar a la tumba!


Mas, si arrebatas, cual astuto ladrón

El presente del tiempo

Habrás ganado la guerra sin resistencia alguna


Venciendo tú sólo

A un ejército de diez mil eones

Con tus propias manos


Y serás monarca absoluto

Sentado en tu trono

De eternidad


Por eso no hablaré

Acerca de aquellos otros

Que ya han ganado esa lucha


Aunque se diga de ellos “maestro”, “iluminado” o “ladrón de corazones”

No los mencionaremos

Para que no te confundas


Porque sería como sumar, multiplicar o dividir

Sin conocer

Los números


Además: si conocieses el ahora

Verías que ellos

Ya están aquí


Disfrutando de su recompensa

Como el que abre un cofre

Aun sabiendo que el tesoro está fuera de él


¿No ves a los miles

arrastrados por la fuerza

de su amor?


Porque cuando alguien sonríe, revela

Su alma vestida

De iluminación


Cuando alguien perdona, se convierte

En el maestro

Crucificado en la omnisciencia


Y cuando alguien alaba

¡Oh, juego del ladrón de corazones!

No se alaba sino a sí mismo


En una flor o en una nube

En una gota de lluvia o en el océano

Se contienen todas sus enseñanzas


Que son las mismas

Puesto que todos

Hablan de mí


Cómo servirme, cómo conocerme

Cómo amarme, cómo alabarme

Y cómo ser yo


Esto es lo único importante

Lo demás es como el desperdicio

Que va por la canaleta


Por eso no apartes tu pensamiento

De lo esencial

Que yo soy


Y podrás hacer mil cosas distintas

Con tu cuerpo y mente

Cual si tuvieres cien manos y pies


Así, teniendo la casa segura

Podrás salir a conquistar

Todo bajo el cielo


No olvides lo primordial

Que ya está aquí

Y no te perderás


Porque, ¿cómo puede perderse

el que camina seguro

con brújula en mano?


Entonces, podrás abocarte

Al estudio

Sin temer extraviarte


Como el que nunca está solo

Porque siempre le acompaña

Su alma


Por eso

El aprendizaje empieza

Por sí mismo


Es decir:

Aprender

A aprender


Este es el primer paso que dieron

Los que circunnavegaron el vasto globo

De la omnisciencia


Por eso no busques fuera de ti

O si no sería como

Echar basura al pozo de agua fresca


Los libros, textos, tratados y miles de volúmenes

No alcanzan a describir ni una pizca de mí

Pero otorgan inconmensurable orgullo


Mas, si buscases intensamente la humildad

Una palabra tuya

Bastará para llenar mil tomos


Fuente siempre renovada de maravillas y asombros

No sabrás nada pero conocerás todo

Como el mar: salado de omnipresencia


Por eso el ignorante parece sabio

Con inútiles retazos de conocimientos

Que no sirven para nada


Y el sabio parece ignorante

Pero su mente aprehende

La ubicuidad


Una vez listo para aprender

Podrás enfrentar al racimo de uvas que es la vida

Y succionarle, como jugo, todas sus lecciones


Al fin y al cabo

¿Para qué, sino

estarías aquí?


Poco a poco

Como las gotas

Ve despacio


Rama a rama, junta

Leña para el fuego

Que devorará la eternidad


Cual nubes agrupadas, una encima de otra

Todo el conocimiento aprendido

Irá a otro lugar de un soplo


¿Para qué molestarse

en lo que dentro de cien años

irá a parar al olvido?


Mas si aferras lo verdadero

Como el viento, aunque parezca moverse

Serás uno y lo mismo en todo lugar


Y verás los inextricables conocimientos

Como motas de polvo

Danzando en la luz


Con la sola saeta de tu discernimiento

Darás infinitas dianas

En el conocimiento


¡Ahora sí estarás listo!

Para ir a la guerra

De la existencia


Porque aunque fueses pusilánime

Luego de un correcto entrenamiento

Tu sola mirada destruirá al dolor mismo


Y cuando la vida

Te dispare sus problemas

Como innumerables flechas


Tú sentirás cosquillas

Y en una gran sacudida

Caerán de una carcajada


Todas tus dificultades, como agudos nudos

Los resolverás todos

Con un golpe de espada


Por eso ve, lánzate a la carga

Sumérgete totalmente en ese ejército

Hecho de fantasmas incorpóreos


¿No ves que son todos imaginarios

y que han de desaparecer

tan pronto como les dejes de dar importancia?


Con tu arremetida cayeron diez mil

Con un zarpazo otros tantos

¡Eres como el león en la batalla!


Tú solo contra un ejército

Un único héroe que hizo

Caer el cielo todo, rebosante de omnipotentes dioses


No voltees tu rostro, entonces

Porque allá no hay sino

Cobardes


Miedosos, timoratos y pusilánimes

Patitiesos por su propia

Quimera


Acomplejados por su ignorancia

Y por su necedad encadenados

A grilletes inamovibles


¡Horroroso y astuto espectro

es el miedo que paraliza

hasta al más musculoso!


Ataca hábilmente

En el punto más débil

Y su fuerza es contundente


Echa por el suelo al gigante

Y del soldado hace brotar lágrimas

Tal es su poder


Imposible de vencer a distancia

El miedo tiembla ante el que lo enfrenta

Cara a cara


¡Qué lejos ha de huir!

Si se lo encara

Valientemente


Hasta un niño será poderoso

Y le aplastará la cabeza

Si se decide


Por eso, tú, que ya has ganado esa batalla

No vuelvas tu rostro

Jamás


Allá hay solamente

Una multitud

Paralizada por aquel fantasma


Unos dicen: “Somos inútiles, estúpidos, nada valemos”

Y se arrojan al despeñadero

De la tristeza y el pesimismo


Desperdiciando mi esencia

Mientras se deslizan

Por la rápida pendiente del abatimiento


¡Qué tonto ciertamente el que llora compungido

mientras su espíritu

salta de alegría desbordada!


¡Parece un niño que, en su cumpleaños, solloza

sentado en una montaña

de regalos!


Un comentario malicioso, una mirada ensañada

Son suficientes

Para echar por el suelo al inseguro


Pues no conoce

El verdadero valor

De nada


La inconmensurable masa del miedo

Extiende su maraña gruesa

En las habitaciones traseras de la mente


Desbaratando tu voluntad

Como guerrilleros

Indetectables


Ocúpate, entonces, en resistir

Sus ataques

Sin perseguirles individualmente


Y cuando llegues al dragón de cien mil cabezas

Aséstale un audaz golpe

Cercenando la cabeza más grande


¡Esta cabeza es el miedo a la muerte!

Sin el cual ningún otro miedo

Podría existir


Tala este poderoso árbol

Y habrás derribado

Todo el oscuro bosque de temores


¡Mirad, cuán lóbrego y sombrío

era aquel profundo, profundo bosque

por donde se paseaban libremente miríadas de espantos!


Hoy no es más que tabla rasa y fértil

Que capullos y mariposas

Han de compartir con los cariñosos rayos solares


¿A dónde fue el ejército, a dónde el bosque?

¿Dónde están aquellos soldados timoratos?

En ti, guerrero, están en ti


Mas, ¿qué diremos?

¿Qué has vencido todo por ti solo?

No, hijito, sino que yo lo he hecho con tus manos


Y al haber en ti estado, todas las miedosas

Y cobardes ratas, en invencibles leones se trocaron

Que a ti ayudaron, y ayudarán, sin jamás hacerte de lado


Porque hoy mismo, el día en que hemos luchado

Reforestaremos este bosque, de amor de gruesos tallos

Que se alzarán arriba imparables, haciendo de las nubes ramas estables


Y un nuevo comienzo

Se alza aquí, esperanzadamente

Barriendo al olvido todo lo anterior


¡Cómo se precipita a lo lejos

aquella avalancha

de prejuicios, doctrinas y temores!


Limpio, fresco, libre

Aspiras de nuevo

El aire


Naciendo de nuevo

De ti mismo

Como la mariposa


Engalanada

En los vistosos colores

De la liberación


¡Cómo se lanza lejos

sin volver a pensar jamás

en su agobiante crisálida rota!


¡Volad, mariposita, volad!

Con tu frustrante sueño de larva

Te has ganado la inmensidad de los cielos


Un sinnúmero de posibilidades

Como abanico, se abren

Al que empieza su aprendizaje


Un océano de conocimientos

Espera al sabio que

Admitió su ignorancia


¡Y qué estancado está el necio

en el podrido charco

de su despreciable orgullo intelectual!


Así, recién nacido, te colocarás en la luz

Desconocida y deslumbrante

De la verdad del camino


Habiendo dejado atrás

La falsa seguridad del útero

De tu engañosa y anterior vida


Sin buscar ganar, sino aprender

Sin querer competir, sino crecer

Sin correr, sino caminando


¡Oh viajero, tu sendero se levanta

alto a lo lejos

donde no se puede caminar!


Es el camino invisible

Por donde transitan

Los sabios


La multitud rugiente

Peleando por guijarros inservibles

Jamás podrá notarlo


Sino para burlarse

Acrecentando solamente

Los ulteriores ríos lacrimales que han de soltar


El horizonte en tus manos

La mirada en los astros

Y el impulso del espíritu


¡Lánzate a la aventura

de la vida

sin mirar atrás!


Es cierto, la fantasmagórica multitud

Querrá perturbar la joya de tu nueva tranquilidad

¡No permitas que te la roben!


Tesoros hay por doquiera

En la tierra, en el cielo, en los corazones:

Los irás encontrando todos


Porque ahora ya sabes

Que no existen realmente los obstáculos ni los problemas

Sino simplemente oportunidades para mejorarte


Pequeño primer paso

Que te ha sacado

De los infiernos


Qué lejos está el atolladero

De la estupidez

Autoinflingida


¡Ya no más

el círculo vicioso

del sufrimiento incomprendido!


Sino tónicos agrios y fuertes

Que te harán saborearte

Completamente en la comprensión


Así que no eras perfecto

Después de todo…

¡Hurra, amigo, hurra!


Finalmente ha surgido

El pequeño brotecito

De la humildad


¡Qué ángeles y dioses

te ayuden

a convertirlo en un robusto árbol!


Ahora ves claramente a tus hermanos

Tambaleándose dolientemente

En la borrachera del orgullo


¡Si fuesen gatos

llegarían incluso

a lamerse sus propios culos!


Porque la necedad de la soberbia

Molesto aguijón

Has de luchar por disolver


Día a día

Deberás trabajar duramente

Ganándote el perenne pan, migaja a migaja


¡Ya verás lo delicioso que es

cuando lo engullas

y sientas el sabor de la inmortalidad!


¡Oh, dulcísima pócima

brotando incesantemente

de arroyos opalescentes de alegría incausada!


Nada, nada, nada

Existe que pueda

Comparársele


¡Hermano, la implosión extática

de la verdad en uno

es gozo a borbotones que mana de todas partes!


Si supieses quién soy

Nunca más estarás en la duda

Jamás


Y no sabrás si reír o llorar

Por tus hermanos

Que persiguen alocadamente muñecos de cenizas


Un soplo mío basta

Para hacer regurgitar

A tu ínfima humanidad, placer sin límites


Porque hice al pudiente reventar su panza de manjares podridos

Y al necesitado llené de hambre y esperanzas

¡Sé tú un pudiente de mis caminos y un necesitado de mi amor!


Sencilla, modesta, humildemente

Construye tu fortaleza inexpugnable de iluminación

Cada día de daré un ladrillo


Y, antes de que lo notes

Tú, el que te creías ignorante

¡Serás reverenciado por los buscadores!


“¿Este pobre siervo miserable?

¡No sabe nada de nada!”, dirás

Mientras los ángeles, ante ti su cabeza bajan


A eso lleva la humildad

A mi gracia

A mi morada


Por eso practícala asiduamente

Y úsala como el martillo del herrero

Para forjar la espada que hundirás en el corazón de la muerte


Una vez asido al mástil de la humildad

Estarás listo para recibir mi luz

En la tormentosa mar de la existencia


Con ese mástil en mano, cual si fuere un lápiz

Podrás comenzar a escribir nuevas lecciones

En las páginas de los días


Ávido de instrucciones, estudiante mío

Estarás con el uniforme de tu obediencia

Presto para poner mis enseñanzas en práctica


Sí, porque a través de la oscilación de los siglos

He enviado a mis mensajeros

En todo el mundo


Mis sabios, mis maestros, mis profetas

Que hablan de mí

Y solamente de mí


No caigas en confusiones

Pensando que uno es mejor que otro

Yo soy quien envió a todos ellos


Mis iluminados son lumbreras

En el oscuro universo

Del sectarismo humano


Aprende de ellos

Estudia sus enseñanzas

¡Tú sabes quiénes son!


Que tu corazón te guíe

Para que los descubras

Apartando, cual hormiga, la arena del azúcar


¡Y cuidado con desdeñar a alguno de ellos

porque nadie que me quiera

es mal visto por mí!


Todos tienen parte igual

En mi gloria

Porque lo mismo a todos doy, como padre justo


Sabe diferenciar, por tanto

El que me quiere

Del que solamente se quiere a sí mismo


Lo demás es irrelevante

Porque las distintas voces que cantan

Hacen mi armonía


¡No irás a tirar una fruta

porque no le llaman

fruta!


Si quieres entender mis alabanzas

En los distintos idiomas

Apréndelos con tu mente abierta


Porque si rechazas

Lo que tiene amor

Nada puedo hacer por ti


Y quedarás seco y podrido

Como hoja a merced

Del viento


¡Mi savia corre por todas mis ramas

a mis distintas hojas

verdes de néctar y vida!


Ven y únete al gran banquete

De mi amor

¡Todos están invitados!


No creas jamás

Que he de rechazar a alguien

¡Mi árbol no niega su sombra a nadie!


Todos son libres de venir y refrescarse

Sin ningún tipo de diferenciaciones

¡La puerta está abierta de par en par!


Eso sí:

El amor es un requisito

Indispensable


Usa tu voluntad, tu energía y tu inteligencia

Para crear en ti esa fuente de amor

De la cual yo brotaré


¡Ya verás cómo palabras como raza, credo

idioma, casta, país e innumerables más

son espinas sofocantes que me asfixian!


¡Cuánto todavía debe transitar

el que piensa en esos términos

el desolado camino del dolor!


Por eso atiende

Y no caigas

En confusiones


Parecería incluso

Que algunos de mis santos

Aprueban un solo camino


¡Cómo la muchedumbre pelea

por sus pelos y uñas

antes de practicar sus enseñanzas!


Pero todos cantan alto

Y fuerte, lo que de mí escuchan

¡Si es que tienen suerte!


De que con mi piedra les golpee

¡Oh, hasta el más ignorante

siente el dolor omnipotente que de mí viene!


Y se convierte en el más sabio de todos

Baluarte de mí, y de mi ejército portaestandarte

¡Mirad, a lo lejos, cómo comanda a mis ángeles!


Que hablan, todos ellos, el mismo idioma

Mi idioma

El del corazón


Por eso, si crees que los maestros están separados

Debes saber que solo eres tú el que estás separado

De mí


Nadie separa sino el que está separado

El que disgrega

¡El que no entiende al hermano de al lado!


Se mueve como polilla por los libros

Carcomiendo páginas y páginas

Vomitando oscuridad


Porque no hay contradicción

En mis infinitos idiomas

Así como los muchos colores, son todos luz


¡Mirad a las paradojas

pariéndose

las unas a las otras!


¡Cómo caen las refutaciones

una encima de otra

como interminable fila de dominós!


Y las contradicciones

¿No se derrumban estrepitosamente

como edificios demolidos?


Como las ranas en el charco

Los intelectuales compiten insistentemente

En demostrar quién es el más necio


Mirad al burro cargando libros

Resoplando entristecido

¿En qué se diferencia del académico?


Y el licenciado orgulloso de su diploma

Está tan henchido de soberbia

¡Como un sapo resoplado!


Inflados de ego

Cómo revolotean y se chocan

Como globos de fiesta


Envenenados de inteligencia, como están

Sus ojos tienen trabas de acero

Desde donde sólo se distingue la oscuridad


¡Ay, estos hijos míos

nada tienen de mí

salvo mi orgullito!


Inundan con cauce apabullante

Al abrir y cerrar sus mandíbulas parlanchinas

¡Que estallido hará cuando caigan muertos sobre ellas!


Saturan, saturan y saturan

El ambiente con pavadas

¡Y se vuelve sofocante!


Apenas respirando, arrastrándose por el suelo

Se puede escapar de estas torres de jactancia

Que escupen quemante ponzoña


Más que una piara: un ejército de cerdos

Corre suelto

Cuando uno de éstos abre la boca


¡Jamás cometas el desatino de

desplegar tus tesoros

ante ellos!


O serás destrozado

Y tu fe evaporada

Si no tienes cuidado


¿Lo ves?

Nada hay distinto

De mí


Donde vuelva mi mirada

Veo yo soy, yo soy

En ti, en él y en mí mismo


¡Ay, si tengo algún dolor en mi omnipotente e infinito cuerpo

es el de verte, terrible, esforzándote en creerte lejos

y en no saberte cerca!


Hijo, ¿no ves cómo eres simplemente una de mis células?

Teniendo mi vida en ti, de mí te quejas

¡Dolor, que causas en mí, dolor que me aqueja!


Así que, el dolor, nos acerca

Aunque estemos lejos, aunque haya una cerca

Sea quien sea, ¿alguien lo niega?


Conócelo ya, por favor, de una buena vez

El dolor que sientes es el dolor que siento

Porque lo que tienes, yo también tengo


Sólo que yo soy el padre

Y tú el hijo

¡Hijo mío, cómo te quiero!


Y recibirás toda mi herencia

Te lo prometo

Porque lo mereces todo, ¡así lo veo!


Pero, a diferencia de tus padres, morir no puedo

Mi herencia es tuya, y las recibirás sin tenerme muerto

¡Porque estoy siempre vivo, y soy eterno!


La paradoja es ésta: deberás morir tú primero

Para vivir de nuevo

Y mi heredad será tuya, ¡te lo prometo!


¡Y esto se hace extremadamente difícil

cuando compartes el techo (el estrado de mis pies)

con infieles y perversos!


Pero, nada hay que temer

Sino, simplemente enfrentar

Sin cosa alguna querer


Así que, lo que viene después

Consiste en mi voluntad

Hacer


Sí, porque al que cumple con sus funciones

Siguiendo mis indicaciones

¡Lo lleno de bendiciones!


El que dude de esto

¡ Ay, que profundo es el pozo

al que se lanza!


Por tanto, hijo

A cumplir prolijo

Con lo que te he mandado


Que por algo

Has nacido

En donde he ordenado


¡Ahí te he enviado

hijo bueno

hijo amado!


Porque para trabajar

O para mendigar

No hay que salir a buscar


¿O quién crees que te alimentó en el útero

o de tu madre llenó de leche los pechos?

¡Quién sobre tu cunita puso el techo!


¡Contesta si sabes estas cosas!

¿Quién, cuando no podías pararte, de ti cuidaba

o te miraba mientras con tus vecinitos jugabas?


Si crees que fueron tus padres solamente

Dime, ¿quién les proveyó a tus abuelos?

¿Y a los padres de ellos, y a sus padres, y a sus padres?


¿Entiendes?

Nadie puede tomar una bocanada de aire

Sin que yo consienta entrar en él


Ni nadie hiere ni es herido por su hermano

Sin que yo dé mi consentimiento

¿Hijitos míos, sabéis cuán difícil es hacer de juez y parte?


Queriendo ser una compasiva madre y un justo padre

Me veo obligado a mimarles con una mano

Y con la otra castigarles


Pero no al que trabaja

Y al que en mí deposita su confianza

¡Él ya ha pagado su fianza!


Que consiste en amor sin límites

Finamente dosificado

En cantimploras dulces, que se toman una a una, día a día


Porque el trabajo consiste en hacer

Simplemente tu deber

Sin mirar a los lados


A no ser, claro

Que sea para ayudar

Al que está necesitado


¡Cuán fuertes y disciplinadas son las hormigas

que todas en fila caminan, caminan

llevando cada una su terrón que brilla!


Todas pueden llevar diez veces su carga

Y aun así, nadie se queja, se apresura

Ni se queda


No te preocupes

Que el terrón que deberás cargar

Te lo enviaré yo, cada mañana


Sin que necesites cavilar en exceso

Ni preocuparte en demasía

Simplemente estate quieto, ¡sin dejarte llevar por fantasías!


¡Y no te salgas de la fila

mientras llevas tu miga

alegremente con tus amigas!


Que ya llegarán al hormiguero

A depositar el producto de la jornada

¡Para hacer uso de la almohada tan duramente ganada!


Y verán a la gran reina sentada

En su trono, y engalanada

De fina tela, con perlas de sudor comprada


¡Ay, hijo, si tan sólo supieras el valor de estas perlas!

Que no están bajo la mar, no

¡Sino en tus ojos, en tus manos y en ti todo!


Porque si las consigues, como se debe

Ya no vendrán cerdos ni percebes

A pisotearlas o llevarlas, sino a que, con compasión, se las entregues


¿No ves cómo las abejas trabajan por miel

que nunca han de probar?

¡Ojalá también así, trabaje tú para mí!


Y no te preocupes de la recompensa

Sino que, simplemente

En mí piensa


Ya que, si tienes tiempo para pensar

¡No estás usando todas tus energías para trabajar!

¿Cómo entonces, te podría premiar?


Así que, amigo

Haz lo que debes, y trabaja sin miedo

Que soy yo el patrón, ¡y mi sueldo es bueno!


Porque trabajando con alegría

Hay energía para todo el día

Y merecido descanso en la noche


¡Oh, la algarabía que siente el trabajador

al ver, lentamente, el sol ocultarse

luego de una dura y suave jornada de labor!


Porque para el que me tiene en su pecho

Los latigazos no son sino caricias

Y el dolor regocijo exquisito, ¡aunque su cuerpo esté maltrecho!


Ya que, a fin de cuentas, ¿qué esperabas?

Esa bolsita de carne y huesos, de la que tanto te precias

¿No irá sin remedio a la tumba fría, seca y recia?


Como fruta seca y podrida, ese muñequito

Que desde aquí veo tan chiquito, tan chiquito

¡Cuánto lucha inútilmente por perdurar!


Cuando lo que debería hacer es trabajar, trabajar, trabajar

Para ganarse el pan

Terrenal, y aun, ¡el celestial!


Pero con honestidad

Con humildad

Y con verdad


Que es una

Sola

Completa


Absoluta

Perfecta

Eterna


Empero, admite distintos enfoques

Como la luna es reflejada

En los innumerables estanques


¡Oh, hermosas fuentes plateadas

que parecen vibrar

al toque de los rayos de luna!


Oye ahora, a un tonto esclavo

De lo que él creía era la verdad

Necio y estúpido nabo, que quizás resultó ser un santo:


“El que es de la verdad sabe que es de la verdad

Y la verdad brilla en sus ojos, como fuego calcinante

¡Oh, relámpago divino que todo lo alumbras y lo quemas

no dejes sino de mí cenizas resecas!


El que tiene la verdad en los ojos siempre prospera

Y su corazón es correcto

Aunque duerma en las aceras

¡Y con almohada de piedras!


El que tiene la verdad en su corazón

Parece león

Con larga melena

¡Y alma serena!


El que es de la verdad camina erguido y triunfante

Ante viento y marea, ante calumnia y desdén

Con la Sinceridad como estandarte

¡Sin importarle lo que otros ven!


Porque el que conoce la verdad no necesita apoyo alguno

De amigos o parientes ninguno

Sino de Uno

¡Que vive en los cielos y en el corazón de cada uno!


Por eso, el que tiene la verdad, vibra en su alma

Y perdona sonriendo

Aunque le estén muriendo

¡Y apuntando con arma!


Pero el que está en la verdad no teme morir

Sino sufrir, y seguir durmiendo

¡Por eso ha de decidir

perecer por ella, antes que vivir!


El que dice la verdad está a salvo

Cada segundo

En este mundo

¡Y en cualquier otro en el que sea enviado!


El que persigue la verdad

Pierde todo y gana nada

Pero está feliz

Y nadie puede tocarlo


Porque el que sigue la verdad

No se perderá jamás

Sino que será encontrado

¡Aunque hubiese estado perdido por mil años!


Así es que, el que busca la verdad

No cae en confusiones

Y obra, sin saberlo

¡Aportando bendiciones!


Que sacian a los sedientos de verdad

¡Y a los hambrientos de Justicia!

¡Oh, cómo serán devorados los que tienen malicia

por sus propias mentiras, por sus propias mentiras!


Entonces, necesariamente, el que cree en la verdad

Es humilde y respeta, y no hecha rabietas

Sino que de su boca sale el fuego

¡Que a los tramposos quema, que a los tramposos quema!


Por lo que, el que en la verdad deposita sus expectativas

Y confía, no sigue dogma ni filosofía

Sino que trabaja, sonríe y alienta

Y espera, espera, espera


¡Oh verdad, tú eres todo!

Y yo, ¡qué pequeñito soy!

Pero, saliendo del lodo

¡A ti voy, a ti voy, a ti voy!


Verdad, ¡disculpa a este tonto!

Que seguirte quiere

Porque, aunque su ignorancia sea grande

¡Su temor, día a día, se empequeñece!


Quedando, poco a poco, nada más que tú, verdad

Tú que lo eres todo, también mis enemigos

Que no son sino amigos

¡De ti disfrazados!


Verdad, no hay en ti mancha

Porque eres perfecta

Pero no en figura ni silueta

Sino fulgor puro, sin tacha


Porque nadie te encuentra, verdad

Sino que tú invades almas

¡Pobre del espíritu afectado

lleno de flamas!


Por eso, el que se quema en la verdad

No desaparece ni perece

Sino que perdura por siempre

¡Por siempre, por siempre!


Finalmente, el que es de la verdad

Es la verdad

Y vive

Eternamente…”


¿Lo ves, hijo?

La verdad es todo

Como aquel tonto santo dijo


Una vez subido al tren de la Verdad

¿Queda algo por hacer?

¡Toda preocupación ha desaparecido!


Porque el destino ya está prefijado

Y los rieles no se desvían

Sentados, tranquilos, ¡qué bello es el paisaje!


¿Quién va a ser tan tonto

como para seguir llevando su carga

mientras corretea de vagón en vagón?


¡No, viajero, no te preocupes más!

La estación no ha de moverse de su lugar

Ni los empleados de sus puestos


El horario ya está dispuesto

Así también los molinetes

¡Sólo faltas tú, bien alto la frente!


El pecho saliente, la risa en el alma

El corazón en la boca

¡Has llegado a la meta!


Que no es sino el punto de partida

Hacia el infinito

El primer paso, el espíritu decidido



Por eso, si eres discípulo de la verdad

No admitirás maestros

Fuera de ella


¿Conoces a estos discípulos?

¿No los ves, a tu lado

mirando el pizarrón de sus propias almas?


Mientras pasan desapercibidos

En su titánica lucha

Por la salvación de la humanidad


¡Cómo los murciélagos de la mentira

vuelan despavoridos

ante este espíritu luminiscente!


Sí, porque mi luz he derramado

En mis soldados

¡Oh, si pudieses ser tú uno de ellos!


La oferta es gratis

Y el método universal

¡Qué venga el que quiere la inmortalidad!


Escucha, entonces

Cómo convertirte

En un titán


Con cuerpo de hormiga

Y espíritu de elefante

Anhelante de batallas:


Desde inmemorial tiempo

Los sabios han recomendado

La observación interna como técnica infalible


Sentado, con la columna perfectamente recta

Cómodo y relajado

¡Listo para saltar a las nubes!


Respirando lenta, profunda y rítmicamente

¡Ensancha tus pulmones

para abarcar el cielo todo!


Y qué insignificantes verás a los otros

Sofocándose en sus bolsas de carne

Diminutos y enfermos, como costras de la tierra


El aire refinado de los altos estados de conciencia

Es tan sutil

Que se necesitan pulmones inmateriales para respirarlo


Desde arriba nada se ve, ni se oye

Ni se toca, ni se piensa

No se percibe sino luz


¡Qué diferencia de los demás

atragantándose con barro

con la cara en el suelo!


¿Cómo podrías siquiera imaginar

la dulzura inexpresable

del nectarino fluir de la vida perenne?


¡Ay, agua viva que descalabras el alma

entrando por los poros haciendo

agujeros de eternidad!


Atendiendo a cada uno de tus pensamientos

Sabrás el origen, propósito

Y el fin de todos ellos


Como aquel legendario general

Que conocía individualmente a cada soldado

De su ejército por su nombre


La desbordada energía de la mente

Estancada como cloaca

Se irá trastocando en cristalina agua fluyente


Siendo una paz deliciosa

El resultado inmediato

De una buena práctica


¡Ay, exquisitez bendita

bienaventurado el que sorbe

tan sólo una gota de ti!


¡Qué charco inmundo se vuelve el mundo

en comparación con la santificada serenidad

que confiere la buena meditación!


Como un mero testigo, un espectador

Verás a las marionetas energéticas

Luchar por la posesión de tu ser


¡Que no es sino yo, buscador!

¿Creerás que te dejaré, tesoro mío

a merced de esos salteadores del camino?


¡Jamás!, puesto que has elegido mi vía

Aunque, claro, ¡también tienes pies!

Con mi mano guiándote, deberás caminar hacia mí


Y la meditación es una buena brújula

Entre muchas

Como así también lo es la oración


Por eso, si quieres dedicarme una plegaria

Sabe que debes cerrar los oídos

Y abrir el corazón


¡Porque no escucho las hipócritas eyaculaciones

de aquellos chismosos

que han convertido mi casa en cueva de ladrones!


Que roban y roban precioso tiempo y energía

En inútiles apoteosis de sus propias

Naturalezas pecaminosas


No, yo no escucho aquellos

Porque un solo día a la semana, o tres o cinco ocasiones al día

No me bastan


¡Hijo, si quieres que te escuche

debes tenerme presente siempre

aglutinando los segundos del universo en tu única y constante recordación!


Así que, si decides orar

Hazlo con el corazón en la mano

¡Mientras lo acuchillas sangrando!


Por eso, que tus rezos sean más constantes

Que el sol y la luna

En su inacabable viaje


Que sean tan poderosos

Que hagan temblar

Las mismas puertas del cielo


Tan apasionados

Que abrasen

El mundo todo


Tan irrefrenables

Que se desborden

Del universo


¡Si rezas así verás

mi rostro atento

en actitud de escucha!


Y, rezando, meditando o simplemente recordándome

Has de ingresar a mis aposentos

¡No te imaginas lo bellos que son!


¡Esta es mi humilde casa

construida en la nada

con ladrillos de eternidad!


Ven, pasa por el pórtico

De ilimitado espacio

¡Y entra aquí y ahora!


¡Mira el jardín de galaxias!

Toma una flor en tus manos

Y aspira la fragancia de su luz


Toma un baño lumínico

En las frescas aguas de mi estanque

¡Nadie jamás se ha saciado de su delicia!


Vamos, entra a mi casa

Sólidamente edificada

Sobre los cimientos irrompibles del silencio


¿Ves esta habitación?

¡No te dejes engañar por sus paredes

hechas de pensamiento!


La fulgurante, maravillosa y gustosísima

Danza de la creación y destrucción

¡Puede marearte como un azucarado cóctel!


Pero no te dejes llevar por la inconciencia, ni por el susto

Ya que este estado se alcanza momentáneamente

Por mi gracia


Así que, si quieres permanecer en él

Tendrás que ser más disciplinado

Que el mejor de los deportistas


Anclándote, poco a poco

Y luego definitivamente

En la ausencia de anhelos


Porque un solo deseo, por más insignificante que sea

Derrumba trillones de universos de bienaventuranza perfecta

Como un castillo de naipes


Esa etapa no es fácil de lograr

¡Y menos aún de mantener!

Paz pura, serenidad que no se resquebraja


La mente siempre pensamientos baraja

Pero eso es solamente paja

Para el fuego infernal


Sal de tu caja

Hecha de carne

Y ponte el sosiego como faja


Mi espíritu enjaulado en tu cuerpo putrefacto

¡Cómo grita por volar

si tú pudieras escuchar!


¡Cállate, amigo, cierra la mente habladora

para abrir la polvorienta caja de música

de mi placer celestial!


Si pudieras oír la melodía exquisita que toca

Serías más creyente

Que todos los infieles juntos


Por eso escucha, toca, ve y ten fe

¡Mundos enteros parecerán fichitas de dama

con los que podrás jugar a placer!


Pero si dejas que caiga una sola gota de duda

Tu clarividencia se desvanecerá

Como un sueño efímero


¡Oh, gigante universal

yérguete por sobre universos

sin olvidar que estoy más allá!


¡Limpia el polvo sideral

aparta las galaxias lejanas

y mírame!


Si yo creé todo

¿No puedo disolverlo todo

a la nada?


De un manotazo aparta cúmulos galácticos

Y con un soplido apaga estrellas

¡Busca, busca, en todo el universo!


¡Valiente, fuerte, ven a mí!

Gusta de mi omnisciencia

¿Puede haber algo más delicioso?


Sé un guerrero temerario

Profundamente inmerso

En el cósmico océano de la paz


Y de la sabiduría haz una hoja de acero

Y del amor una llama

Que perdure


Luego afílalo con la disciplina

Y con la atención haz una empuñadura

Que asirás con el discernimiento


Empuña esa espada flamígera

Y cercena tu propia cabeza

Para verla rodar como una piedra


Después lánzate contra las diez mil cosas

Y hazlas desbandar

Como palomas en el parque


Y con un solo dedo

Partirás en mil el ejército de los perversos

Que huirán como niños despavoridos


Y tu boca será como el cielo

Del cual saldrán relámpagos y truenos

Que infundirán terror en los demonios


Si esto no fuese real

Los antiguos maestros fueron viejos estúpidos

¡Y en la sala de tesoros no hay sino guijarros y escombros!


¿Cómo hablar

de la verdad

sin poesía?


¿Cómo recitar

evitando

lo absoluto?


Esto es

Lo que todos llaman

Iluminación


Esto mismo

Esto

Eres tú


Mas, ¡qué tontos!

Ellos seguirán alabando afuera

Al que tienen dentro


Llorando como en un funeral

Siendo los herederos

Del reino celestial


Por eso río

Y de todos los átomos del universo

Se forman bocas que ríen conmigo


No se puede afirmar haber llegado a la iluminación

Ni puede negarse haberlo hecho

Porque no puede saberse lo que es


Si se afirma

Sería como trillones de orgasmos

Cantando aleluyas


Si se niega

Sería como una gota de lágrima

Que inunda todo el cosmos


Pero si no se sabe

Puede descubrirse lo que es

En este mismo momento


Como un ancla en lo profundo

El despertar yace muy, muy dentro

Y las aguas no podrán sacudirlo


Las titánicas columnas que sostienen el mundo

Se derrumbarían

Con un chasquido de tus dedos


Sumérgete en la paz y conoce todo

Pero si conservas un solo porqué

Arderás por siempre en los infiernos


Así tendrás un cuerpo

Por cuyos poros saldrán, tímidamente

Universos refulgentes


Si llegas a ese estado

Sobreviene la supraconciencia

Que revela lo infinito


Y como el océano en un vaso

La eternidad se aglutinará

En un solo segundo


¡Cómo la vida pasa

en un instante

como bandada de cisnes!


Verás lo que el cuerpo es:

Madera vieja, polvo del polvo

Cenizas rejuntadas


Y cómo el espíritu se yergue

Como un gigante

Luego de su letargo


Mas, ¿qué es este espíritu

que revolotea

como mariposa?


Agua brillante

Reflejo incandescente

Soplo de vida


Por fin, se abrirán tus ojos

Y verás la luz derramarse

Como una cascada de estrellas


¡Oh, luz, luz, luz!

¡Nada más que luz

es lo que veo!


Vías lácteas burbujeantes

Y universos vibrando

Danzando en la masa de luz


Que no es sino un charquito de fotones

Inmerso en el verdadero océano

De mi luz, de mi yo soy


Cual si los océanos fuesen evaporados

No sabrás a dónde

Han ido a parar las tinieblas


¡Oh, tinieblas!, ¿a do han quedado?

Del imparable rayo de mis ojos

¡Nada veo sino fulgor!


¡Ay, hermano, si pudieses algún día

venir aquí, donde no hay espacio

y ahora, donde el tiempo se ha esfumado!


Dejando la inteligencia

Como un saco rotoso colgado en la puerta

Mientras el brillo te devora


Una vez pasado el umbral eterno

La explosión extática desvanece toda duda

¡Yo soy, yo soy, yo soy!


Tu comprensión será como las arenas de la playa

Misterios, revelaciones y doctrinas

Sólo te harán reír


Como retazos de telas sucias

Los polvorosos libros en los que antes tanto confiabas

Serán llevados por esa agua pura y cristalina de mi inspiración siempre creciente


Tendrás diez mil cosas que hacer al mismo tiempo

Y otras tantas manos y pies

Con que hacerlas


Pero estarás completamente saciado

Como si hubieses

Engullido el sol


¡Ay, panza y útero lleno de vida

vida, vida y vida

perfectamente brillante, constante y de gozo inextinguible!


Agua sabrosa, dulce y fulgente

Que mana de mi manantial

Del aquí y ahora, ¡siempre presente!


¡Ay!, ¿cómo expresar

la extinción de la sed

a alguien que no ha llegado aún a ese lugar?


Mis palabras tan sólo harían enredarse

Al más inteligente

Como una serpiente muerta, con un nudo en el medio de su cuerpo


¡La muy estúpida se ató a sí misma

cuando lo único que tenía que hacer era

simplemente arrastrarse y avanzar, avanzar!


Pero este estado

Viene de arriba

Desciende de los cielos


Y no digo que seas serpiente, no

Sino gusano

Arrastrándote por los suelos


Y por el barro

Mientras ayudas a tus hermanos

Mientras les das una mano


Porque él

Es decir, yo, en mi otro papel

Te hará creer que todo es fácil hacer


Te hará pensar que al cielo

Se puede simplemente volar

Pisándole encima a los demás


Por eso nunca olvides que el gusano

No puede flotar ni elevarse

Sino arrastrarse, y trabajar


El camino hacia arriba

Es por abajo

Porque si vas directo arriba, te hundirás


¿Entiendes lo que digo?

Mi poder es de arriba

Pero surge desde abajo


Por eso, si vas directo arriba

¡Sólo iras abajo

porque al cielo no hay ningún atajo!


Ya que a nadie esa energía trajo

Que no haya sido esclavo de ese adversario

Aquel enemigo, ¡que en el fondo no es sino mi hermano!


Sí, porque él es más suave que los pétalos de rosa

¡Pero sus espinas cómo arden!

¡Fuego obliterante que parecía tan poca cosa!


Este adversario, trabaja en las sombras

Haciéndote creer que llevas solo las causas justas

Mientras te lleva atado por varias sogas


Él te pondrá un banquete de exquisitos manjares

Sobre la mesa para hacerte babear

¡Pero si tocas cualquiera de los platos, su veneno te destrozará!


Tus más secretos deseos

Tus fantasías más recónditas

Y tus anhelos más ardientes él sabe


¡Y cómo las usará para extorsionarte!

Como fruta brutalmente exprimida para quitarle su jugo

¡Así te tendrá cual marioneta, chupando tu energía, tirándote su yugo!


¡Cuántos han quedado en el camino, gracias a él!

¡Cuántos de mis discípulos más sabios, inocentes y fuertes

han preferido las mugrientas migajas de él antes que mi eterna gloria!


¡Ay, hijito, tantos de tus hermanos han corrido

tras ese padrastro falso

en vez de quedarse conmigo, su padre justo y bueno!


¡No vendas tú el alma al diablo

por unas pocas monedas!

¡Ya que no se puede hacer usura con la eternidad!


El alma mía es tuya

Pero, ¡ay!, también tienes libertad

¡Úsala bien, hijo, úsala bien!


Por eso, la clave en todo esto es la atención

A tus anhelos y expectativas, que por más loables

¡Sólo serán en sus manos cortantes sables!


No importa cuántas imperfecciones tengas

Ni cuántos impedimentos

Estando conciente de ellas, las tendrás bajo control


¡No que seas perfecto, ni mucho menos!

Sino que, al conocer tus defectos

Te vuelves muy poderoso


Sí, un poderoso león calmado

Pero no domado

¡Oh, fuerte león, guía bien tus zarpazos!


Muévete con la agilidad de la liebre

Con su blancura a quemarropa

Con ternura que perdona


Difícil de comprender esto

Para el orgulloso

¡Oso terco y descontrolado que anda destrozando todo!


Mas tú serás como mariposa con las palomas

Y como el león rabioso frente a las hienas

¡Retrocedan, necios, frente al rey de la selva de las virtudes!


Este temible hombre

Hace temblequear en las piernas

A los que cometen iniquidades


Cien de aquellos jamás podrán hacer

Uno solo de él

¡Así de fuerte es mi soldado!


Su corazón: diamante puro

Que aunque el cielo aplaste a la tierra

Quedará intacto


¡Cómo envidian los pétalos de rosa

la suavidad de este hombre

cuando es amable!


¡Y, oh, mirad al trueno retroceder

ante la furia de mi hijo

cuando defiende a los inocentes!


Andará solo

Como por las praderas el lobo

Persiguiendo a la luna


¡Tal es su determinación!

¡Oh, valiente, avanza, avanza

y que seas la punta de mi lanza!


Sus hermanos lo consideran un dios

O un loco

¡Pero él y yo sabemos que no es cierto!


Mira al hombre común

Agolpado en multitudes

Completamente solo


¡Cómo los sabios vadean

el infinito

río de luz!


Extienden una manta en el suelo

Y se disponen a saborear

El manjar de la inmortalidad


Los necios, incapaces de comprender esto

Arremeterán contra la pacífica sonrisa

De estas flores preciosas que han nacido con ropaje de hombres


Clamarán inútilmente

Como las hormigas

A las nubes


Su enojo será como un

Río de lava

Que va a la fosa


¡Oh, pobres figurillas

angurrientas de deseo

y obliteradas por vuestra propia estupidez!


¿Por qué no siguieron al que sabe?

¿Por qué lo desdeñaron?

¿Por qué lo dañaron?


¡Y pensar que tanto les quiso

y les quiere aún!

Pero ya su luz es tanta, que sólo conmigo puede estar


Y a mi me ha de acompañar

Para, en nuestra infinitud

Poder a todos guiar


Por eso, escuchad

Aún hay oportunidad

De aprender, encontrar y alabar


Porque alguien así

¡Qué difícil es hallar!

¡Más que una aguja en un pajar!


Porque el sabio no se cree tal

Simplemente dialoga con el universo

¡Y todos los seres son beneficiados!


No pretende enseñar

Porque nada dice saber

Pero miles lo reverencian


Alto en la torre de la humildad

No puede ser jamás

Igual a la muchedumbre sufriente


Su ciudadela de virtudes

Es impenetrable

Para las hordas del orgullo


Como un gigante de bondad

Se pasea por la ciudad del mundo

Sin mover nada


Con la batuta de la conciencia siempre presente

Mi dilecto dirige la orquesta de su vida

¡Cómo me gozo de su sinfonía!


Ciertamente que él me ha comprendido

Y se pierde entre muchedumbres

¡Escondido entre mis nubes!


Por eso no hace falta llamarle iluminado

Ni despierto o santo

¡Sino loco, ebrio o borracho!


Pero un alcohólico que sorbe mi interminable

Y nectarino fluido espitual

¡Un adicto a mis deliciosas aguas vivas!


Un hombre alado

Que se niega a volar

¡A mi lado!


Porque prefiere luchar y salvar

A sus tontos hermanos

¡Que se resisten como tercos asnos!


¡Cómo el hombre lucha y se rebela!

Sólo para hacer lo que yo

Le mando


Ya que nada hay

Que no sea hecho

Si que medie mi orden


Así es, hijito

Tanto tus átomos, como el del cosmos todo

Vibran por mi mandato


La perfecta sincronía del universo

Lo veas o no

Se mueve en armónica euritmia, gracias a mí


Aun cuando pienses que todo es caos y azar

Dime, ¿quién crees que

juega contigo a los dados?


Así que escucha

Acerca de mis cualidades

¡Que tan poca cosa me parecen!


¡Tantos necios han querido explicar

mis perennes atributos

sin siquiera haberme conocido!


Dando miles de argumentos

Interesantes, plausibles o descabellados

¡Que solamente me hacen cosquillas!


Porque para mí es diversión pura

Verle a los tontos

Intentado explicarme


Y cuando alguien que no intima conmigo

Declara conocerme

¡Cómo disfruto riendo de su necedad!


Por tanto, mis cualidades

Solamente pueden ser conocidas

¡Tendiendo, al menos, un verdadero atisbo de ellas!


Mi omnipotencia

Mi omnisciencia

Y mi omnipresencia


Pequeñas muestras

De mi infinitamente oculto y superpuesto

Poder omniabarcante


Ya que soy omnipotente

Porque es imposible

Que algo me sea imposible


O sea, no soy omnipotente

Porque todo lo puedo

Menos no poder algo


Así que soy omnipotente

Justamente porque no lo soy

¿Lo comprendes?


¿Entiendes, hijo, mi poder?

¡Llámale como quieras!

Pero esta ahí, ¿lo ves?


¡Abre los ojos

o ciérralos

pero mira, mira!


Quédate a ver y no huyas

Hijo, ven aquí

¡No huyas!


¿O te quieres

esconder

de mí?


¿Y a dónde irás?

¿A las nevosas montañas, a las frondosas selvas

a ti mismo?


¿Para qué escalar tan alto

para estar como un insecto

en la punta de mi dedo?


¿Por qué molestar a las fieras

y a los osos, si cada hoja del bosque

me susurra donde estás?


¿Y no sabes, que si cierras los ojos

tus párpados se convierten

en mis ojos?


Yo soy todo

Lo veo todo

Estoy en la ubicuidad


Mi creación no es sino

Trillones de espejos

Reflejando mi omnipresencia


Desde el cielo

Me extiendo

Por todo el espacio


De día veo

Con mi ojo

Luminiscente


De noche te espío

Con mis interminables lumbreras

Desde el abismo sideral


Si intentas correr de mí

Yo soy

Tus piernas


Y si te duele mi fuego

¿Por qué lanzarte a mi

agua?


Vives dañando a los demás

Sin saber que te estás

Golpeando la cabeza por la pared


Mira aquella

Planta

¿No soy yo?


Aquel cachorrito

Meneando la cola

¿No me saluda a mí?


Te lamentas

Desvergonzadamente

Por tus difuntos


Y no ves cómo, de mi espíritu

Hago brotar nuevos seres

Como gotas de lluvia que caen


Tienes dos ojos

Para

Verme


Y crees

Ver

Algo


Pero miras como si todo el mundo

Estuviese profundamente inmerso

En las tinieblas


El sol te parece

Un gran pedazo

De carbón apagado


Yo solamente tengo un ojo

Que se llama

Eternidad


Y con ella veo todo, hijo, ¡veo todo!

¡Ay, si pudieses compartir conmigo esta visión!

Seríamos dos espejos elevados a la infinita potencia en la bienaventuranza


Y sabrías como yo, ¡todo!

Y tu omnisciencia se abarcaría absurdamente a sí misma

Como si dentro de tus ojos estuviese todo el cosmos


¡Oh, recipiente sin medida

pozo sin fondo, espacio sin extensión

verás claramente como la nada contiene el todo!


Y serás como el mendigo que tan poco tenía

Pero al haber renunciado a ese poco

¡Se halló en posesión del mundo!


¿Entiendes, mi omnisciencia, hijo?

Lo que tú sabes, no puedo ignorarlo

¡Pero cómo es posible que tú desconozcas lo que yo sé!


Entrando a mi espejo

Verás a la eternidad haciéndote reverencias

Y al infinito como esclavo


Por tanto, ¡hecha abajo las barreras!

Y lánzate a mí

¡Que no te he de echar fuera!


Y, una vez dentro

Verás que no hay realmente dentro o fuera

Y me conocerás, como verdaderamente soy


Gozo sin fin, alegría sin límites

Placer desbordante, felicidad interminable

¡Explosión constante de infinito amor soy yo!


¿No ves que soy mariposa

cuyas omnipresentes alas

me traen desde la eternidad al ahora?


Me acuesto y descanso

En mi inconmensurable cama

Que se extiende hacia ambos lados del presente


¿Lo crees?

Mi omnipresencia satura por sobre universos

Naturaleza, galaxias y vidas, ¡mi existencia nunca termina!


Así como la tuya, hijito

¡Compréndelo de una buena vez!

¡Deja tus juguetes infantiles y ven a hacerte cargo del negocio de tu padre!


Que no es otro que el ser, conciencia y bienaventuranza

Infinitamente variadas

En el cósmico vestido, cuyas hebras e hilos, están hechas de eternidad


¿Lo ves?

Ya dispuse todo de antemano

Poniéndote como a aquel asno, entre el destino y el libre albedrío


Porque en el útero te ordené

Que crezcas, te desarrolles

Y que salgas a su debido tiempo


De chico

Te mandé a jugar

Con tus amiguitos


De joven, te empujé

Por la colina

De los ardores primaverales


De viejo dispuse que fueses débil

Y limité tu movimiento

Para que estés más calmado


Luego te llamaré

De nuevo a la tierra

Terminando tu ciclo


Lo que yo ordeno

Tú haces

¿No ves que soy irresistible?


Como embrión, como niño, como joven

Como adulto, como anciano, como cadáver

¡No haces sino obedecerme!


Si intentas resistir

¡Qué dulce me es la melodía

de tu inútil agitación!


Al arremeter en contra mía

Te romperás

Cual ramita seca


Desde siempre he sido adorado en el trueno

Y por mi insignificante sol he sido reverenciado por tus ancestros

¡Y tú pretendes prevalecer sobre esto!


¡Qué tonto es el que arremete contra natura!

¿Cómo es posible que no sepas

que si me dañas, sólo te dañas a ti mismo?


Soy irresistible aquí, en la floresta

En lo profundo del mar y en los abismos cosmogónicos

¡Compréndelo!


No te resistas

O mejor: ¡resísteme!

Y verás mejor qué fácil me salgo con la mía


Yo prevalezco eternamente

Por sobre todo

Sin lugar a duda


Sigue mis inamovibles leyes

Y vivirás más

Y mejor


Y darás alimento, albergue y felicidad

A tus hermanos, aunque nada hagas

Como el húmedo y robusto tronco acostado en el bosque


Piénsalo, haciendo nada

Se hace todo

¡Esa es mi manera de obrar!


Por tanto, trabaja conmigo

Vayamos de la mano

¡Caminando por sobre el río de gozo infinito luminiscente!


Aunque, claro, podrás decir que esto no es tan simple

¡Pero de veras lo es!

Simplemente observa, calla, ve


Mejor incluso que decir: “Trabaja”

Debería decir: “Juega”

¡Porque para mí todo es recreación alegre!


Esto es lo que es

¿Lo entiendes?

¡Mira atentamente!


Nadie te puede dar este conocimiento

Salvo tú mismo

Maestros y sabios enmudecen al contemplar ojos que comprenden


Ya que el lago de la humanidad

Refleja el sol de la verdad

Mil veces en el mediodía de la historia


¡Mira cómo los rayos

saltan de una ola a otra

todas únicas, prístinas, irrepetibles!


Que no te encandile

Este danzar

Alegre, juguetón, variado


Observa la totalidad

Brillante

Perfecta


Pero no olvides las burbujas

Que también me contienen

Completa, desbordantemente


Este es mi juego

Hacer que me busques

¡Hasta que te encuentres a ti mismo!


Así, en el desierto de la eternidad

Vas tras este espejismo y aquel

¡Cuando, en cada pisada, me aplastas en cada grano de arena!


Por eso no digas conocer mi desierto

Por haber recogido un puñado

De verdades


Porque si logras comprenderme

Un grano de arena y el desierto

No serán dos


Y para hacerlo acabadamente

Deberás pasar mis exámenes

¡Como estudiante sobresaliente!


Porque no importa si ocupas

Una gruta en fondo

Del abismo


O si te hallas en la cima

De un edificio atiborrado

De personas


Mis pruebas vendrán, lo quieras o no

Y las entenderás

Y te verás en el aprieto de tener que resolverlas


Puesto que estaban

Reservadas exclusivamente para ti

Desde antes de tu nacimiento


Pero no desfallezcas

Ni claudiques

¡Qué mi intención no es matarte!


Sino darte vida

¡Sólo que mi soplo

destruye todo lo que se le resiste!


Lo rígido y podrido

Es lanzado por la borda

Para hacer más espacio para lo caritativo


Por eso existe la tentación

Como una exhortación:

“¡Cierra los ojos y ve!”


Porque mi creación

Es como un jardín de paradojas

¡Una flor más bella que la otra!


Todas fragantes, todas preciosas

Coloridas, vistosas y suaves

¡Imposible de comprender para el que no sabe!


Toma las que quieras

¡Pero cuidado con las emponzoñadas

que corroen como ácido obliterante!


Sí, porque yo en mis papeles de padre bueno

Y padrastro falso

¡He plantado este jardín de luces!


Ya que, ¿qué sentido tendría lo dulce

sin un toquecito de amargo?

¡Lo salobre se discierne gracias a lo azucarado!


Así es como he dispuesto mis caminos

Flores y canciones por doquier

Así como trampas y redes estratégicamente dispuestas


Es decir, mis premios y regalos celestiales

Junto con mis bombas calcinantes

De pecado y sufrimiento


Ambas tendientes a la infinitud

Ambas reaccionantes

Ambas libres y dispuestas a servirte


Porque, ¿qué es la tentación

sino un cristal finamente pulido

por el cual vas a chocar de cara?


Estaba puesto claramente frente a ti

Mas a tu acelerado paso

Arremetes contra su invisible solidez


¡Espera un poco!

No corras tanto

Y ve a tu alrededor


Observa atentamente

Y mide tus pasos

¡Si corres ciegamente tropezarás!


La tentación es como un borracho

Alto en la cuerda floja

Equilibrándose


Una irresistible trampa

A la cual te lanzas

Sin pensar dos veces


¡Ay!, si supieras que necesitas

Y no necesitas de las tentaciones

¡Podrías cumplir tus obligaciones y pasar las pruebas sin mirar atrás!


Mas, decir eso sería

Como que la flor nazca del fuego

O las chispas del agua surjan


Tanto a ti como a tus hermanos

Se les pone a prueba

¡Nadie que respire está exento!


Si tan sólo todos se solidarizasen

Con su vecino

¡En pocos días este planeta sería un edén!


Que los mismos ángeles envidiarían

Y los dioses aprobarían

¡Un lugar santo en el cual yo mismo viviría!


Todos serían maestros

Y el aire sería perfumado

Por la melodiosa voz de sus de sus enseñanzas


Los sabios acariciarían

La tierra

Con sus venerables pies


Y la naturaleza estaría presta

Para servir y proveer

Cada capricho, por más fútil que fuera


Cada página o trazo de información

Serían deliciosas gotas de miel

Que sorberían las generaciones en los siglos


Pero, ¡ay!, ¡qué distintas son las cosas!

Mis etéreas lágrimas derraman mi melancolía

Que inspira divinamente a mis pocos elegidos


¡El mundo en el que tienen que vivir mis hijitos!

Es cierto, el basural que es dado en llamarse tierra

Les ayuda a mejorarse y llenarse de mi luz


Que brilla por sobre vapores etéreos

¡Ay, pequeña uva pasa marchita

colgando distante en el universo!


¡Cómo tus habitantes se dedican a juegos infantiles y egoístas

peleándose como perros en la calle

mientras se destrozan entre sí!


Imposible tirarles siquiera un hueso

O mil, o diez mil

¡Cuánta rabia ha de surgir todavía de su egoísmo!


Tan impredecibles, estos chicos malcriados son

Como el azaroso clima, cuando está furioso

Que no pregunta ni ve para hacer daño


El jardín que he plantado con tanto amor

Se ha convertido en un fétido cloacal

Donde corre, como agua putrefacta, toda la inimaginable maldad de corazones negros


¡Ay, reguero de pólvora que explota

en violencia y más violencia!

¡Si tan sólo pudiesen escucharme!


El universo, es cierto

Es una masa ardiente

De deseo


Que perentoriamente espera ser satisfecho

Pero con suavidad, amor y humildad

¡No con violencia, no con violencia!


Si escuchases mi voz

Y me poseyeses, como yo te poseo a ti

¡No habría más deseos en ningún lugar!


Y el fin del universo sería cumplido

Completándose los infinitos

En sus respectivas infinitudes


Pero, ¿quién sabe esto?

¡Renuncia a tus deseos, hijo

renuncia a todo!


¡Y ven a mí!

¡Ven a mí

que tanto te quiero!


¿No lo ves?

Yo ya tengo todo

Porque soy infinito y eternidad


Mas, si puede decirse que me falta algo

¡Es tu amor, hijo amado

es tu amor!


Porque soy impotente e incapaz de hacerte amarme

¿Lo entiendes?

Tú debes quererme, y algún día me tendrás


Teniendo así, como yo, todo

¡Este es el fin absoluto

de nuestra existencia!


¿Lo ves?

Yo, aun siendo infinito, sin ti estoy incompleto

En cierta forma


Así también tú, hijo

Por tanto, ¡ven a mí, retoño

ven a mí!


Y ya nada podrá molestarnos

Ni preocuparnos

Para al fin descansar y disfrutar de la eternidad


Seremos uno

Como ha sido

Desde el principio


Así que, sobórname con tu amor

¡Ya que nada más quiero

sino que me ames!


Rézame, háblame, cántame

Búscame, quiéreme, ¡ámame!

Y estaremos juntos para siempre


Porque cuando te dé mi regalo celestial

La inmortalidad te parecerá

Un baladí


Sí, hijo mío

Cuando recibas este amor divino

¡Lo querrás sorber frenéticamente como el borracho su vino!


Y, lo mejor de todo, será que

¡Hay suficiente para todos!

La botella que te daré es mágica y siempre rebosante


Tu amor brotará de tus poros

Haciendo de ti un océano

Con tu corazón como isla continental


Serás un átomo ermitaño

Por cuyas órbitas girarán

¡Miles de universos incandescentes, saludándote!


Solo, pero con la humanidad

Junto conmigo

Disfrutarás de la paradójica y paradisíaca bienaventuranza siempre desbordante


¡Oh, viajero que la legendaria copa

tus labios tocan

volviéndose indestructibles, indestructibles!


Grial ardiente, cáliz de suave fuego eternizado

¡Quema por siempre, por siempre

quema por sobre eternidades, infinitamente!


El amor divino, hijo, es un abismo

Por el cual, una vez precipitado

¡Explotarías de infinitos y eternidades burbujeantes!


Arroyo celestial siempre puro

Siempre fluyente y creciente

Refrescante y saturante de armonía y paz


En ese estado, hijo

Nada más hay que ver o sentir

Sino lo que está más allá de ver y sentir


Océano sin agua, nube sin cielo

Espacio sin nada, música sin sonido

¡Mente sin pensamientos!


Paz total, vida sin muerte

Amor omniabarcante, sin una pizca de odio

Ternura y calor infinitamente creativos


Todo esto y mucho más soy yo

¿Lo ves?

¡Veme, hijo, veme!


Pero arráncate los ojos

Y usando tu corazón

¡Ardiente de sangre hirviendo en devoción!


Y podrás percibir el infinito

¡Lo que siempre fui desde el principio!

¡Espejos y luces derramándose a borbotones!


En el cauce de eternidad

Que conforma mi cuerpo siempre expansivo

De luz, luz y más luz, por sobre los pequeños retazos de sombras


Tan cerca y tan lejos, hijo, hermano mío

¡Que ahora mismo esto está sucediendo

frente a tus ojos!


Sí, porque te veo a ti y a mi

En esta danza interminable

Mientras eternidades se agolpan y caen como gotas de lluvia


¡Mirad los cosmos siendo llevados de aquí a allá

como en desértica tormenta

vuelan arremolinados los granitos de arena!


Aquí y ahora

Todo ya está, hermano

¡En nuestro corazón, en nuestro corazón!


Juntos por siempre hemos estado

¡La aparente separación no es sino un juego más

de la infinita diversión que nos espera!


Y verás, al fin

Lo que eres

Lo que yo soy


Para, afirmar, con el coro de dioses

Que ya no saben qué alabar

De tantas cosas hermosas creadas:


“Yo soy, en el principio

En el presente, yo soy

Yo soy, en el final”


Aunque agregando

A este cántico celestial

Que sólo los tontos ignoran:


“Porque somos uno

único, indiviso, completo, eterno

sin comienzo, ni medio, ni final”


Mientras, de nuestras infinitudes

Surgen otros como nosotros

Infinitos y resplandecientes, rebosantes de luz


¡Que con tanto ahínco han de luchar

por unirse a nuestro cántico

celestial y eterno!


¡Gritad, seres luminiscentes!

¡Gritad por sobre eternidades!

¡Gritad por sobre infinitos!


¡Que nadie quede fuera

de este banquete luminiscente

tan ansiado por todos!


¡La inmortalidad rebosará desde las azoteas

hacia los bajos y valles

dando luz y verdad a millones!


¡Oh, luz buena y perfecta

cuánto has de dar, cuánto regalar

cuánto perdonar!


Juntos por siempre

Separados nunca más

¡Tanto por hacer, tanto por hacer!


Haciendo todo crecer

Con nuestro amor

Con nuestro amor


¡Con nuestro amor!

 

 

 

 

El documento fue facilitado por el Autor

Registro en Portalguarani: Julio 2012






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