DÍAZ, EL HÉROE SIN PEROS
Por JUAN CARLOS LEZCANO F.
La brillantez del General JOSÉ EDUVIGIS DÍAZ al frente de batalla se vería reflejada particularmente durante la heroica victoria paraguaya en Curupayty. El héroe sin cuestionamientos sería de los pocos recordados e importante incluso después de muerto.
22 de setiembre de 1900. Una multitud de personas formó una marea humana desde las hoy avenidas Brasil y España hasta el Cementerio de la Recoleta. En los años en los que el dolor generaba aún rechazo hacia las figuras de la Guerra contra la Triple Alianza, un hombre había conseguido congregar a miles alrededor de su tumba para recibir homenajes: el General JOSÉ EDUVIGIS DÍAZ.
Conmemoración en torno a la tumba del General JOSÉ EDUVIGIS DÍAZ en el cementerio de la Recoleta en 1900.
La Guerra contra la Triple Alianza dejó a Paraguay convertido en un país devastado y sin posibilidades de recuperarse porque los aliados invasores nunca otorgaron ayuda económica alguna sino que por el contrario asfixiaban al derrotado.
Tras la dolorosa derrota, las miles de muertes y los destrozos que quedaron como consecuencia de la Guerra Grande, el repudio era generalizado contra las figuras que encabezaron la defensa nacional y en particular contra el Mariscal Francisco Solano López y su entorno cercano.
“Tuvo que venir una nueva generación de paraguayos para ver si se podía levantar el espíritu nacional”, cuenta Fabián Chamorro, miembro de la Academia Paraguaya de Historia, en conversación con ABC Color.
Treinta años después del final de la contienda tuvo lugar el primer acto de conmemoración de un acto de la Guerra Grande. Fue el 22 de setiembre de 1900, en el cementerio de la Recoleta y gritó en torno a la figura del General JOSÉ EDUVIGIS DÍAZ.
“Díaz no era atacado ni generaba división como sí pasaba con López”, explica el historiador. Y se optó por el 22 de setiembre al ser el aniversario de la victoria más importante que haya obtenido el ejército paraguayo y precisamente bajo el mando de Díaz.
Con el paso de los años, el significado y la recordación del 22 de setiembre irían en considerable aumento. Sin saber, aquella reunión en la Recoleta sería el inicio del proceso de glorificación de los combatientes del ‘70. “A partir de ahí se hicieron todos los actos. Siempre fue más importante el 22 de setiembre que cualquier otra fecha, se celebraba ese día y no el 1 de marzo, por ejemplo. Se consiguió glorificar las gestas y con ellas a los soldados”, aseguró.
Díaz nació en Pirayú el 17 de octubre de 1833 y se incorporó al ejército como soldado raso en 1852, relata el historiador Martín Insfrán autor del libro “Una hecatombe americana - La Guerra del Paraguay”. Junto al Coronel Hilario Marcó organizó en Asunción el Cuerpo de Policía.
En vísperas de la guerra, sigue Insfrán, organizó el célebre Batallón 40, del que fue su primer comandante. Siendo aún mayor participó en los primeros enfrentamientos de la Campaña de Humaitá, destacándose ya en Tuyutí.
“Era de carácter muy temperamental y disciplina muy ruda, aunque sus soldados lo adoraban. Odiaba su segundo nombre, Eduvigis, por ser femenino y por ello siempre firmaba solo como José Díaz”, recuerda Insfrán.
Fue en Curupayty donde el nombre de Díaz ganó la inmortalidad al ser el encargado de comandar la defensa paraguaya y descalabrar el avance de 20.000 aliados con apenas 5.000 soldados paraguayos. Sería herido mortalmente en enero de 1867 por un cañonazo de la escuadra brasileña, a la que se acercó imprudentemente para observarla. Murió el 7 de febrero de ese año.
Los funerales de Díaz en la Recoleta fueron una auténtica apoteosis y años después incluso sus adversarios seguían visitando su tumba en la capital paraguaya.
El encargado empujar la glorificación de Díaz a inicios del siglo pasado fue el diario La Patria, propiedad de Enrique Solano López, hijo del Mariscal López. Detrás de la figura de Díaz comenzaron a surgir las alabanzas a los veteranos y el discurso apuntaba a que si ellos fueron tan valientes e hicieron tantas proezas no podrían haber tenido un líder cobarde como acusaban de ser a López.
El trabajo de López y La Patria tuvo un efecto positivo pues la crónica hablaba de unos 5.000 asistentes, lo que para la Asunción de la época representaba todo un evento.
“Curupayty es importante no solo por lo que significó en la Guerra sino por lo que representó con el paso de los años. Después aparece Boquerón, pero creo que no tiene el peso de Curupayty en nuestra historia”, sentencia Chamorro.
La batalla de Curupayty le valdría la inmortalidad al nombre del General JOSÉ EDUVIGIS DÍAZ
Fuente: ABC Color
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Jueves, 22 de Setiembre de 2016
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