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RUBÉN ADOLFO SAPENA BRUGADA (+)

  LA DIFUNTA APARECIDA, 2012 - Novela de RUBÉN SAPENA BRUGADA


LA DIFUNTA APARECIDA, 2012 - Novela de RUBÉN SAPENA BRUGADA

LA DIFUNTA APARECIDA

 

Novela de RUBÉN SAPENA BRUGADA

UNIVERSIDAD DEL NORTE (UNINORTE)

 

CRITERIO EDICIONES

Caballero 270; teléfs.: 496 991 - 449 738 Fax: (595-21) 448 721

Pág. web: www.libreriaintercontinental.com.py

Diseño de tapa: Anibal Caballero

Fotos de tapa: Mulata: sururbana. com (Internet) 

Largo de Boticario: ioinhajoinha (Internet)

Corrección: Pedro Cañete

Asunción – Paraguay

Setiembre 2012 (183 páginas)

 

Mucho celo y técnica fueron empleados en la edición de esta obra. No obstante, pueden ocurrir errores de digitación, impresión o duda conceptual. En cualquiera de las hipótesis, solicitamos la comunicación a nuestra casa central, para que podamos esclarecer o encaminar cualquier duda.

La editora y el autor no asumen responsabilidad alguna por eventuales daños o pérdidas a personas o bienes originados por el uso de esta publicación. Hecho el depósito que marca la Ley N° 1328/98.

ISBN: 978-99967-25-66-1

 

 

 

PREFACIO

 

         De un político del siglo pasado se decía que su madre había manifestado una vez: "si sabía que iba a ser Presidente de la República lo hubiera mandado a la escuela". De mí, yo mismo puedo decir que, si hubiera sabido que iba a ser escritor, hubiese estudiado literatura. Pero no lo hice nunca. Soy un escritor empírico, autodidacta, nunca estudié literatura. Simplemente aprovecho lo mucho que leí en mis años de juventud, principalmente novelas, que fueron sedimentando en mi memoria y formando una base para lo que hago desde hace apenas cuatro años. Aclaro que leía por pura diversión, para mi gozo particular, como evasión de la realidad, identificándome con cada personaje y haciendo mía su ficticia vida. He leído siempre sin sentido crítico ni estudioso. Nunca, nunca me gustó estudiar. No por lo menos en el sentido clásico. Me gusta aprender de lo que leo sin intentar memorizarlo, simplemente asimilando lo principal e internalizando mis conclusiones.

         He leído bastante y muy variado, de Condorito y Patoruzú a Mafalda, de Alejandro Dumas y Cervantes a Roa Bastos y Juan Manuel Marcos, de Agatha Christie y Erle Stanley Gardner a Edgar Alan Poe, de Emilio Salgari y Julio Verne a H. G. Wells, George Orwell y Aldous Huxley, de Gabriel Casaccia a Renée Ferrer y Raquel Saguier, de Scott Fitzgerald y Graham Greene a Milan Kundera, de Wladimir Nabokov y Henry Miller a Shakespeare y Oscar Wilde, de Machado de Assis a Jorge Amado y Érico Verissimo, de Borges y Cortazar a Vargas Llosas y García Márquez. También leo y releo La Biblia en su edición sin comentarios ni interpretaciones, pero la leo sin esa fe del que la cree palabra de Dios, sino con el entusiasmo de quien la sabe obra de seres humanos sabios y experientes.

         Sí, creo que he leído mucho, pero siempre en forma desordenada y asistemática, y ni siquiera conservo los libros que leí. La mayoría se me ha perdido en las más de veinte mudanzas de casa, y a veces hasta de país, que experimenté en los últimos cuarenta o cincuenta años.

         Además, creo que he sido egoísta, porque nunca compartí mis lecturas, nunca las he comentado con nadie. Por eso cuando lancé mi primera novela, "¿Éramos tan felices...?" en 2009, hasta mis familiares se asombraron, pues no sabían que conocía el género y tenía las mínimas condiciones para escribir una novela.

         La única que siempre admiró y elogió mi estilo era Julia Elena, a quien más de una vez ayudé a redactar sus notas e informes cuando dirigía el Centro Cultural de la Ciudad Manzana de la Rivera, en especial cuando ella estaba enferma e imposibilitada de hacerlo personalmente. Pero cuando empecé a escribir mi primera obra, ella ya no estaba en condiciones de salud como para leer mis escritos y comentarlos.

         En esta novela el lector, sobre todo si es paraguayo, va a creer reconocer a varios de mis personajes. Todos son ficticios, aunque inspirados en muchas de las personas que he conocido a lo largo de mi ya dilatada existencia. Por ejemplo, el canciller es una caricatura de varios políticos que nunca fueron ministros de Relaciones Exteriores, pero podrían haberlo sido, en algún ridículo y risible gobierno de los muchos que hemos tenido en esta inconclusa transición. La modelo asesinada podría ser cualquiera de las muchas que han surgido de la nada, empujadas a la fama por los medios de comunicación, ansiosos por contar con ídolos que les produzcan noticias "rankeables". El viejo abogado que reencuentra a su novia de medio siglo atrás es fruto de mi creación, pero tiene el privilegio de vivir algunas de mis propias experiencias, como el haber sido espectador del primer festival de Bossa Nova, así como el cínico sobrino del cónsul, que comparte conmigo alguna que otra aventura o fantasía de mi juventud carioca. A la aristocrática ex novia del viejo abogado le puse el nombre de pila de una también aristocrática ex compañera de facultad, en Rio de Janeiro, que fue mi amor platónico (y el de todos los varones del curso) y luego, cuando vino a vivir durante cinco años en Asunción, con su marido diplomático, al principio despertaba los celos de mi esposa, pero luego hicieron una excelente amistad. Ambas han dejado ya este mundo.

         En cuanto a mi nueva profesión (¡soy escritor!) me pregunto: ¿Soy un fenómeno? ¿Es normal que alguien empiece a escribir a los 68 años como yo lo hice? ¿Lo hago bien...?

         La respuesta la tienen mis lectores, a quienes hoy someto "La difunta Aparecida", novela en la que utilizo los nostálgicos recuerdos de mi juventud vivida en Rio de Janeiro, sumados a las experiencias propias y las de mi familia en el campo de la diplomacia.

 

 

 

CAPÍTULO UNO

         - ¿Y..., Dr. Sánchez? ¿Qué novedades tenemos de Río de Janeiro? ¡Esa llamada de anoche, la del vicecónsul, no me dejó dormir tranquilo de la preocupación! ¡Y pensar que aquí no sabíamos nada todavía!

         - Hasta ahora no tenemos nada nuevo, señor ministro, después de lo que le contó Ovelar, pero son recién las siete de la mañana y en Rio creo que son las ocho, pero ni Cabrera ni Ovelar responden a los e-mails que les enviamos, y no atienden sus celulares; en el Consulado la secretaria dice que le hicieron venir antes de hora al pedo, perdón, no lo dijo así dijo "inútilmente", porque sus jefes no están y que cuando vengan o llamen les dará el mensaje; para más dice que el teléfono de la residencia está mudo y nosotros lo hemos comprobado llamando repetidas veces, parece que lo desconectaron, por lo menos el número que poseemos, y Cabrera y Ovelar tampoco están conectados al Facebook, al Twitter ni a Skype, para intentar una conferencia entre ellos y nosotros.

         - ¡Por favor! No me venga con esas idioteces modernas e inútiles de tuiten, feibus, ni el escai ese, a mí ya me dijeron que no vale la pena que me rompa todo para aprender a usarlas porque ¡me pueden piratear toda la información de mi computadora, como le hicieron a mi pobre hija que le limpiaron todo el disco duro de su computadora, ¡la gran puta! ¡Mándeles faxes, que es mucho más seguro...!

         - Mmmm... esteee.. . (¡Señor, dame paciencia...!) bueno, tenemos el fax, señor ministro, pero casi ya no lo usamos, porque si el destinatario no está frente al aparato y no ve el documento facsimilar recibido, otro cualquiera puede sacarlo, leerlo, destruirlo, ¡qué sé yo!, así que para tener noticias tuvimos que recurrir nomás a Google y bajamos, en la PC del gabinete, esta primera plana del "Jornal O Dia" de esta mañana, pero lógicamente las noticias son de ayer y le entregó el artículo ya impreso en papel, eran como cuatro hojas. El ministro, un señor de unos 60 años, era reacio, como muchos paraguayos de su edad, a usar las nuevas tecnologías de comunicación, por tanto carecía de sentido pasarle el "link" para que abriera la página en la moderna y enorme pantalla LCD de la PC que adornaba inútilmente su escritorio.

         - ¿"Jornal O Día"? ¿Qué mierda de diario es ese, Sánchez? ¡Nunca oí hablar de ese diario!, ¿qué es?, ¡¿un pasquín?! ¡¿Por qué no revisaron "O Globo" o el "Jornal do Brasil"! ¡Esos son diarios serios, Sánchez, para qué andar por las ramas, si podemos ir directo al tronco!

         - Sí que lo hicimos, Excelencia, eso fue lo primero que hicimos, por supuesto, abrir las versiones digitales de esos diarios que usted prefiere, pero traen muy poca información; para ellos, hasta el momento, esto es solamente una noticia policial más, en cambio, este tabloide "O Día" trae la noticia completa, bien desarrollada, aunque tal vez un poco exagerada, porque parece que es un diario bastante sensacionalista, pero para nuestro caso es mejor, porque lo dice todo, sin ocultar nada, por más escandaloso que parezca. No llega a ser tan sangriento como nuestros diarios "Crónica" o "Popular", pero está por ahí cerca nomás.

         - ¡Bueeeno! Veamos qué carajo dice, yo ya me estoy poniendo muy nervioso sin saber bien de qué se trata todo este quilombo, léamelo Ud., por favor, que habla tan bien el portugués y vaya traduciéndomelo...

         - "Quem matou Cidinha?". El titular está en letras rojas de gran tamaño, tipo catástrofe, ocupando las seis columnas, señor ministro, y el artículo continúa así: "Ontem seu corpo sem vida aparecen entre as pedras ...".

         - ¡Traduzca, le dije, carajo, traduzca, no que me lea en portugués! ¡Perdóneme el exabrupto, Sánchez, pero estoy por explotar de los nervios!

         - ¡Sí, Excelencia, sí, señor Canciller, tiene usted razón! ¡Así lo haré! (¡Dios mío, dame un poco más de paciencia!).

         El "Dr." Carlos Sánchez era el jefe de gabinete del ministro y era simplemente abogado, no había hecho ningún doctorado, pero, al igual que todos sus colegas, era llamado por todos con el título de "Doctor" y aunque él no lo ponía en su tarjeta, nunca lo desmentía; paró unos instantes y luego siguió, traduciendo directamente al leer:

         - "¿Quién mató a Cidiña? Ayer, alrededor de las 18 hs., su cuerpo sin vida fue encontrado cerca de la favela del Vidigal...", las favelas son en el Brasil las villas miseria, señor ministro...

         - ¡Ya lo sé! ¿Quién puta no conoce esa palabra? Se usa constantemente como si fuera nuestra, déjese pues de boludear y continúe...

         - Sí, señor ministro, sí, señor Canciller, continúo: "...oculto por las rocas existentes entre la av. Niemeyer, y las aguas del mar, muchos metros más abajo. También se encontró allí cerca el lujoso automóvil de la bella modelo y exitosa empresaria Cida Maravilla, que estaba casada en terceras nupcias con un diplomático extranjero. El automóvil presentaba signos de haber sido despeñado desde la avenida, quedando fuera de la vista de quienes circulaban por esa serpenteante ruta costanera de la zona sur, que corre entre la montaña y el mar. Pero el cadáver de Cidiña estaba afuera, casi oculto bajo una enorme saliente de las rocas, bastante apartado del automóvil, un lujoso y potente Ferrari rojo, modelo de colección, 250 GTO de los que sólo fueron fabricados 39 en los años sesenta, igual al que iba a usar Sterling Moss en Le Mans en 1962, pero sufrió un accidente y no pudo correr esa carrera. Algunos entendidos consultados por este periódico comentaron que ese carro... perdón, automóvil, modelo de colección puede costar desde trescientos mil hasta mucho más de un millón de dólares en una subasta, dependiendo de quién haya sido su propietario original. El automóvil estaba perfectamente restaurado, según testigos que lo vieron en el Consulado antes de su destrucción, y si no lo robaron es probablemente porque es absolutamente único en todo el Brasil, fácilmente reconocible y nadie se arriesgaría a comprarlo, ni siquiera para vender sus piezas sueltas, que no servirían para ningún otro automóvil".

         "El cuerpo estaba oculto entre las rocas y totalmente desnudo, sin rastros de sangre, probablemente lavado por la intensa lluvia caída, que habrá limpiado toda la escena del crimen; lo habían despojado de sus vestidos, sus calzados y sus joyas, que se supone eran muchas y muy caras. Tampoco se encontró el lujoso celular BlackBerry con carcaza de oro macizo e incrustaciones de brillantes, pieza artesanal de joyería hecha sobre pedido, que su marido dijo haberle regalado hace unas pocas semanas, ni la cartera de mano, tipo sobre, de marca Chanel y el pequeño bolso de viaje y el de maquillaje, todos del mismo juego, de cuero de cocodrilo, que llevaba al salir, siempre según su marido, por tanto no tenía identificación ni documentos de ninguna especie. Pero, lógicamente, el cadáver fue reconocido en forma inmediata por los policías que acudieron a un llamado anónimo al 911, por las características del automóvil y por la cantidad de fotos de la mujer que se habían distribuido en los tres días en los que estuvo desaparecida. Su esposo, el diplomático con rango de ministro de primera...". Esto debe ser un error del diario, señor ministro, que usa los rangos diplomáticos del Brasil, nosotros no decimos "de primera" ni "de segunda", él es ministro consejero...

         - ¡¿Pero, la puta madre, cómo carajo no lo voy a saber yo que soy el Canciller?! ¡Déjese pues de joder y continúe de una vez!

         - ¡Sí, señor Canciller, discúlpeme... "y que ejerce como cónsul general paraguayo en Rio de Janeiro, Dr. Ramón Cabrera...", no sé doctor en qué es, señor Canciller, deberían llamarle simplemente señor o don -comentó el caradura sin pensar en su propio uso indebido del título, y rápidamente continuó leyendo antes de un nuevo exabrupto que leyó en el gesto adusto de su jefe-"...Dr. Ramón Cabrera, repito, llamado de urgencia al sitio del hallazgo, la reconoció sin dificultades a pesar de estar muy desfigurada por las balas y los golpes recibidos en la caída, que alteraron terriblemente sus facciones, antes tan bellas, las favoritas de los fotógrafos de celebridades, los "paparazzi".

         "Todo indica, según los forenses, que la mujer fue asesinada a balazos en el interior del automóvil, el que luego fue empujado, aparentemente en el momento de la intensa lluvia caída esa fatídica noche, por varios, muchos hombres, un mínimo de diez o doce por lo menos, dado el peso del rodado, que dejaron las marcas de sus manos sucias y grasientas en la carrocería -tan grasientas que sus manchas resistieron al lavado de la lluvia- hasta lograr que el auto pasara por encima de la barrera y se despeñara hasta donde fue encontrado, como ya dijimos, varios metros más abajo, ya cerca del agua del mar. Se alienta la esperanza de identificar a los ‘malandros’ por las huellas dejadas".

         "No se pudo determinar -sigue el relato, señor ministro- al momento de escribir estas líneas, si quienes sacaron el automóvil de la carretera fueron los mismos asesinos o, más probablemente, oportunistas pobladores de la favela cercana que aprovecharon la situación para robar el dinero, las tarjetas de crédito, las ropas y las joyas, el lujoso reloj, los aros de oreja, los cinco o seis piercings de oro en el lóbulo de la oreja izquierda, en la nariz, en los labios, en los pezones, en el ombligo, y en los labios vaginales y en el clítoris, los anillos, las pulseras de muñeca y de tobillo, los collares y cadenas, etc., todo por valor de más de medio millón de dólares, según su marido, de las que nunca se desprendía la bella modelo asesinada, según comentarios de su doncella. Se especula que lo hicieron para ocultar por horas o días los restos del automóvil y de la mujer, para de ese modo postergar el hallazgo, lo que por cierto consiguieron, y así ganar tiempo para deshacerse de lo robado".

         "Unas tres horas después del hallazgo del cadáver, ya iniciada la investigación por expertos de la Policía, el delegado... "-o sea el comisario, señor ministro-" ...procedió a arrestar al marido de Cida Maravilha, el cónsul general de la hermana nación guaraní, como supuesto principal sospechoso del asesinato, a pesar de sus protestas e invocaciones a su supuesta inmunidad diplomática. La actitud del esposo era sospechosa, según los detectives, pues no demostraba ni sorpresa ni dolor, aunque quienes lo conocen de cerca sostienen que el hombre siempre fue muy poco expresivo. "Nunca se puede saber, por su inexpresividad, lo que piensa o lo que siente ese indio paraguayo, un verdadero ‘cara de pau’, dijo una de las amigas de Cidinha que acudió a las inmediaciones de la residencia consular apenas se difundió la noticia por las emisoras de radio y TV". "Cara de pau" es rostro de madera, literalmente, señor Ministro, pero se suele emplear más bien como equivalente a nuestra expresión "caradura", por lo tanto infiero que esta señora estaba usando doble sentido en sus expresiones, excelencia...

         - ¡Déjese de inferir! ¡Ya le pedí que se limite a traducir la noticia!

         - ¡Nuevamente le pido perdón, excelentísimo señor ministro, perdóneme por favor, mi querido canciller! Y sigo: "Según el fiscal interviniente, quien decidió imputar al cónsul arriesgándose a provocar un tormentoso conflicto diplomático, todos los vecinos de la pareja, que vivía en un enorme y lujosísimo penthouse de la av. Delfim Moreira, en la playa de Leblón, tienen conocimiento de las frecuentes discusiones y peleas violentas del cónsul y su esposa. A veces se escuchaban sus gritos desde dentro del departamento, otras veces brigavam...", - ¡perdón, señor ministro, sin querer me sale el portugués!- "... se peleaban, quiero decir..., en los espacios comunes, como el ‘deck’ de la piscina...".

         - ¡¿El qué carajo de la piscina?! ¡¿No puede traducir mejor, Sánchez?!

         - El "deck", señor ministro, de-e-ce-ka, se escribe, señor canciller, es una palabra inglesa que designa a una especie de tarima, como una terraza, hecha con listones de madera, separados por un pequeño espacio para que se escurra el agua, que se usa alrededor de las piscinas, para acostarse a tomar sol. (¡Qué paciencia debo tener para aguantar al viejo ignorante de mierda este!) Pero continúo, excelencia, dice así: "...se peleaban en los espacios comunes, como el ‘deck’ de la piscina, el salón de fiestas, la terraza con parrilla, o el hall de entrada" -declararon-. "En una oportunidad hace unos cuatro meses, dijeron también los vecinos, encontraron a Cidiña caída en el hall de entrada y la tuvieron que llevar a un hospital donde la trataron por severos golpes en todo el cuerpo. Ella, sin embargo, aseguró haberse caído de las escaleras y no presentó cargos contra su marido. Todos dudan de esta versión, porque el triplex de cobertura..." -un penthouse de tres niveles, señor ministro- "...en el que vivía la pareja, tiene ascensor privado y ella nunca usaba las escaleras. Entre la multitud de curiosos que escuchaban esto en la vereda del edificio, no faltó un vecino irrespetuoso que repitió la famosa frase del fallecido dramaturgo Nelson Rodrigues, ‘Toda mulher gosta de apanhar’... o sea ‘a toda mujer le gusta ser golpeada’...". Nelson Rodrigues fue, señor ministro, un periodista, dramaturgo, escritor del siglo XX que...

         - ¡Yo sé muy bien quién fue Nelson Rodrigues, Sánchez!, no soy tan burro como usted piensa; Nelson Rodrigues era un conocido comentarista de futbol, no hace falta que me lo explique, ¡No pierda más tiempo, la gran puta carajo! ¡Esto es demasiado importante y sumamente urgente, continúe con la traducción de la noticia, eso es lo que nos interesa!

         - ¡Perdón, excelencia, perdón, perdón! (Ay, Dios mío, este burro sólo sabe de futbol, Nelson Rodrigues además de comentarista de futbol era un gran periodista, escritor, dramaturgo, autor de truculentas novelas llevadas al cine y la televisión, como "Bonitinha mas ordinaria"; "Boca de ouro"; "A dama do lotação" "Vestido de noiva" "Toda nudez será castigada" y otras) y continúo, excelentísimo señor ministro: "...Además existe el testimonio del cuidador nocturno del estacionamiento subterráneo del edificio, que sostiene haber visto salir a la mujer, en su automóvil, el Ferrari rojo, la noche del viernes en medio de la lluvia torrencial y pocos minutos después también vio salir al marido en el suyo, un Mercedes Benz Sedán SL 800, motor V8 turbinado de 32 válvulas, de color plateado, carrocería blindada, último modelo, cuyo precio averiguamos y supera los 150 mil dólares en origen, sin el blindaje y los accesorios opcionales, como teléfono celular con cámara y monitor para conferencias y computadora con Internet y GPS, ni el flete, el seguro, los impuestos, etc. En plaza puede llegar a los 370 mil dólares. El guardia mostró a los policías el registro que lleva en un libro de entradas y salidas y ofreció incluso las grabaciones de la cámara de seguridad que filma registrando horario a los vehículos que ingresan o salen del estacionamiento. Sólo él regresó en su Mercedes, unas tres horas después y recién denunció la desaparición de su mujer a la mañana siguiente, pasado ya el mediodía, a la Policía local y a la Dirección de Protocolo de Itamaraty en Brasilia, solicitando apoyo".

         - ¿Llovió mucho esa noche, dice? ¿Cómo una mujer se anima a manejar con lluvia en esas tortuosas rutas? Yo más o menos ubico el lugar, es peligrosísimo por sus curvas muy cerradas.

         - No sé qué la habrá impulsado, pero sí, señor canciller, según he averiguado en Internet, ya más temprano se desató una terrible tormenta y llovió muchísimo y cuando llueve torrencialmente, en el Brasil dicen "está chovendo canivetes", no sé porqué, señor ministro, ya que "canivetes" son los cortaplumas. En inglés se dice "it's raining dogs and cats", o sea, "está lloviendo perros y gatos", ¡qué simpático, ¿verdad, señor canciller?! Esto se pone súper interesante, ¡parece sacado de una novela policial, de Agatha Christie!

         - ¡Otra vez se me desvía del tema, Sánchez! ¡Déjese pues de joder, carajo! Nada de novelas, esto es algo muy serio y merece todo su respeto y su atención. Déjese de hacer sus propios e irrelevantes comentarios, ya se lo dije, limítese a leer el diario sin incluir comentarios de su cosecha, no estamos para perder tiempo, debemos actuar de inmediato, porque el señor Presidente, que está a punto de viajar al Tayikistán, y yo tengo que acompañarlo, ya me llamó dos veces y yo no tenía aún la información. ¡Un papelón, Sánchez, un gran papelón el que estamos haciendo, ya deberíamos tener toda la información disponible para el señor Presidente!

         - Tiene razón, señor canciller, discúlpeme Ud., no volveré a hacer bromas al respecto ni incluiré mis comentarios hasta terminar de leer la noticia. Y continúo con mi lectura-traducción: "... A la hora del hallazgo del cadáver habían transcurrido ya casi tres días, en los que el diplomático del país hermano permaneció en su residencia, esperando el regreso de su querida esposa, según afirmó, llamando constantemente a la Policía, a los hospitales y a las amistades de su señora y a las que son comunes a ambos, para saber si alguien la había visto, pues según él, se habían despedido normal y cariñosamente cuando ella salió, casi a las 10 de la noche del viernes, en medio de la lluvia torrencial, para visitar, en carácter de urgencia, a una íntima amiga con la que estaba organizando una cena de gala con desfile de alta moda, a beneficio de una institución de caridad por ella presidida, y pensaba pasar la noche allí o en un hotel cercano, para regresar recién en horas de la mañana, por el peligro de circular sola en esa zona a la noche y con tan fuerte lluvia. Según dicha amiga, doña Angelina Domiciana Ferreyra da Rocha e Fagundes, que vive en el Recreio dos Bandeirantes, bastante más allá de donde se encontró a Cidinha, ésta nunca llegó a su casa esa noche y no contestaba las llamadas a su celular ni al teléfono de su casa, en donde le decían que no se encontraba".

         "El diplomático no pudo presentar un... ¡esteeee... ! un "alibí"..., perdón, señor canciller, un alibí es... esteee... ¡Ah, sí, ahora ya me acuerdo! ¡una coartada!, eso es, excelentísimo señor ministro, es lo mismo que en inglés, un "alibi" es una coartada, lo aprendí leyendo a Agatha Christie y a Perry Mason en su idioma original, inglés...

         - ¡Sánchez... !

         - ¡Perdón, señor canciller, perdón señor ministro!, continúo: "...no pudo presentar una coartada verosímil para la hora supuesta del asesinato, que fue fijada en principio entre las 22:45 hs del viernes y las 05:00 hs del sábado, aunque aseguró que estuvo con una amiga en el departamento de ella hasta el amanecer. Preguntado si con esa amiga, que es una actriz de reparto en camino a convertirse en una estrella, según los periodistas especializados en espectáculos, de la cual omitimos por ahora su nombre, pero desde hace un tiempo se la relaciona con el cónsul y se la cita en los círculos faranduleros como su amante, preguntado, repetimos, si había estado con ella todo el tiempo que pasó desde la desaparición de Cida hasta el regreso de él a la residencia, el cónsul respondió afirmativamente, con una cínica semi sonrisa; según el parte policial" -cita el periodista-. "Según acotó el fiscal interviniente ante este representante de la prensa, los cónsules no gozan de la misma categoría de inmunidad que los embajadores, y aunque así fuera, según la Convención de Viena, la inmunidad no rige para delitos de orden penal y menos cuando cometidos contra ciudadanos del país receptor, etc., y tal... Lo que aquí no se cumplió para adecuarse plenamente a esa Convención es la flagrancia del delito, pero, según expresiones del mismo fiscal, las supuestas evidencias circunstanciales son muchísimas y aplastantes en contra del diplomático guaraní".

         "El presunto sospechoso sólo pasó unas dos o tres horas en la Delegacía..."-Comisaría Policial, señor canciller- "...pues su subordinado inmediato, el vicecónsul Olimpio Ovelar, recurrió a la Dirección de Protocolo de Itamaraty, departamento cuyas funciones incluyen, entre otras, según explicó a este diario un funcionario de esa repartición ministerial, asistir a todos los diplomáticos extranjeros en cualquier situación que signifique un conflicto con las autoridades locales y consiguió que, en honor a su investidura, el ministro de primera, según su categoría en el escalafón diplomático guaraní..." - insisten en el error sobre el rango estos periodistas burros- "...y cónsul general en Rio de Janeiro, Dr. Ramón Cabrera..." - y dale con lo de doctor, él es apenas contador, ¡estos brasileros llaman doctor a todo el mundo !...-.

         - ¡Sánchez, basta de joder...!

         - ¡Perdón, señor ministro!, pero me indigna esta banalización de un título tan honroso y difícil de conseguir: "...fuera confinado a su residencia, con custodia permanente y prohibición de abandonar el edificio. El diplomático insistió, ante la consulta de este periodista, en su absoluta e indiscutible inocencia, porque se encontraba lejos del lugar a la hora de los hechos. Se quejó de la tremenda injusticia de la orden de prisión, aunque sólo sea domiciliaria e insistió también en que su Gobierno, con toda seguridad y a la brevedad posible, elevará una nota de protesta formal al Gobierno brasileño, exigiendo su libertad e incluyendo una denuncia contra la Policía y la Fiscalía, que ilegalmente le impiden ejercer sus importantes funciones, pues no puede salir de su casa para ir a su oficina, a pocas cuadras de allí, sobre la av. Ataulfo de Paiva, para atender los asuntos de rutina de su misión consular...".

         "... El cuerpo de Cidinha presenta dos impactos de bala, según la autopsia realizada en la Morgue de la Policía, con carácter de urgencia por los médicos forenses, uno definitivamente fatal, en la cabeza, con entrada en la mejilla derecha a la altura del maxilar superior, segundo premolar, y sin salida, con trayectoria ascendente, finalmente alojado en el cerebro, como si hubiera sido disparado a quemarropa por el acompañante, con la pistola apoyada en la mejilla de la víctima y ella hubiera estado sentada en el lugar del conductor. El otro proyectil, que aparentemente fue disparado antes y no logró matarla, tiene la misma característica, es decir, a quemarropa, con trayectoria ascendente y sin salida, pero con entrada cercana a la cintura, entre las costillas nueve y diez, atravesando el pulmón derecho y alojándose a pocos centímetros del corazón".

         "Ambas balas fueron disparadas por la misma pistola calibre 9 mm, que, de acuerdo a las estrías detectadas en el laboratorio de Balística, probablemente se trata de una automática belga de marca Browning, producida por la Fabrique Nationele D'Armes de Guerre de Belgique entre los años cincuenta y setenta. La pistola, aunque antigua, sigue siendo la favorita -por su peso bien balanceado, su precisión y la contundencia de sus proyectiles- de muchos militares y policías retirados de Sudamérica. Un vecino del cónsul dijo que una vez lo vio hacer correr, disparando tiros al aire con una pistola de ese tipo...", por lo visto es un experto en armas que...

         - ¡Por Dios, Sánchez! Ya le dije que...

         - ¡Sí, señor canciller!, "...con una pistola de este tipo a unos paparazzi que estaban importunando a su bella esposa al bajarse del Mercedes. Los golpes que presenta el cuerpo de la infortunada mujer son definidos por los forenses como postmortem...", o sea, producidos después de la muerte, señor ministro...

         - ¡Pero la gran puta, cómo no voy a saber lo que es postmortem!

         - ¡Tiene razón, señor canciller! Si usted es abogado como yo, "...con seguridad por haber rodado, dentro del automóvil, en la caída entre las afiladas piedras".

         Ahora sí le pido que pare un momento, Sánchez, la citan siempre como Cidiña o Cida Maravilla, pero me imagino que ese era sólo un apodo o un nombre artístico. ¿Sabe usted cómo se llamaba realmente? Tenemos que poner su nombre verdadero en los avisos fúnebres, que hay que pasar a los diarios antes de las 10 de la noche para que salgan en las ediciones de mañana. Debo participar yo y mi señora, los viceministros y señoras, los directores de departamentos, etc., usted encárguelo a Protocolo, ellos sabrán cómo ponernos y en qué orden.

         - Tiene Ud. razón, señor ministro. Me ocuparé inmediatamente de que Protocolo haga bien su trabajo. Yo pensé lo mismo con relación al nombre, parece que leo su mente, excelencia, la busqué en Google y encontré que Cida Maravilha era el nombre artístico de... a ver... lo anoté aquí porque es muy largo... es... o era... María da Conceição Aparecida Calíope de Souza Schmidt, una exótica belleza surgida de la mezcla de razas afro-luso-brasileño-teutónica, dice Wikipedia. De tez morena y ojos profundamente celestes, enormes y brillantes, nariz respingada, evidentemente producto de cirugía estética, aunque ella y su madre siempre lo negaron, facciones finísimas y exóticas por sus pómulos bien marcados. El cabello ya nadie recuerda cuál era su color original, probablemente negro, por sus raíces, pero Cida lo usaba rubio platinado, largo y lacio, salvo unas ondas muy suaves ya cerca de las puntas. Estoy citando lo que leí en Internet, aunque con mis palabras, excelentísimo señor ministro. Las fotos son espectaculares y muy reveladoras, súper sensuales, señor Canciller, pero creo que Ud. la conoció personalmente.

         - Efectivamente, yo la conocí hace unos dos años, era una mujer fascinante, sumamente bella y atractiva, con una sonrisa provocativa y una forma de mirar a los hombres que denotaba su gran afición a las aventuras eróticas. Entiendo muy bien que le haya hecho perder la cabeza a nuestro pobre cónsul, un paraguayito inculto y nuevo rico, muy vivo para los negocios, pero ingenuo en todo lo demás.

         - Le cuento, señor ministro, y perdóneme si hago otro comentario de mi cosecha, que Aparecida es un nombre femenino bastante frecuente en el Brasil, pero casi desconocido fuera de sus fronteras. Yo conocí a varias Aparecida cuando vivía en el Brasil. El 12 de octubre, cuando en España y en sus ex colonias celebramos el día de la raza o de la hispanidad, por recordar el descubrimiento de América, en el Brasil se celebra el día de "Nossa Senhora da Conceição Aparecida, Virgem padroeira do Brasil", o sea la Virgen patrona del Brasil. Las que nacen ese día, y otras muchas más, llevan en su honor ese nombre, pero raras veces se las llama así y generalmente se las apoda Cida, siendo su diminutivo Cidinha, la "ene hache" se pronuncia como nuestra eñe, señor ministro.

         - ¡Eso ya lo sé! Ajústese a los hechos y a las noticias.

         - Sí, señor canciller, pero permítame acotar que es notable que a nuestra María da Conceição Aparecida le hayan agregado, al inscribirla, el nombre de la esposa de Apolo, musa de la poesía épica griega, Calíope (¡Gracias Wikipedia!, pensó Sánchez), no sabía ni ella misma por qué, según comentarios de amigas, citados en una página de chismes; su madre y administradora única de sus bienes hasta hace unas semanas, doña Filomena de Souza, declaró a una revista que su fallecido esposo, señor ministro, el padre de Cida, un alemán típicamente ario, llamado Harold Schmidt, fue el que insistió en ponerle ese nombre, porque era amante de las artes y las tradiciones griegas.

         - ¡Bueno, basta de interrupciones, interpretaciones y disquisiciones, sigamos trabajando que tenemos poco tiempo, no quiero perder el viaje a Tayikistán. Si me demoro, el señor Presidente me deja, tranquilamente, y lleva a otro asesor..., ya me amenazó con hacerlo así. Vaya y vea en Internet, usted que sabe usarlo y confía en esas estrafalarias formas de comunicación, averigüe si hay algo nuevo.

 

 

CAPÍTULO DOS

 

         Sánchez estaba de vuelta y encontró al canciller caminando en círculos por su amplio despacho, en señal de gran preocupación y estrés.

         - Nada. No hay nada nuevo, señor ministro, todo parece indicar que fue nuestro cónsul nomás el que la mató, aunque todavía no hay detalles sobre sus motivos.

         - ¡Dios mío, qué locura Dr. Sánchez! -dijo el ministro a su jefe de Gabinete-. ¡Ojalá que no estemos ante un nuevo caso como el del cónsul Morínigo! Tenemos que movernos rápido, Dr. Sánchez, lo primero que tenemos que hacer, pero ya, ya, inmediatamente, es suspender en sus funciones a Cabrera mientras dure su imputación por el fiscal y un eventual juicio en tribunales brasileños y también nuestro propio sumario, que ahora mismo tengo que ordenar. Que el vicecónsul lo remplace temporalmente en las funciones indispensables. Ordene a Secretaría que preparen con urgencia la resolución, que me la traigan para que la firmemos usted y yo..., nnno.. ., usted no, tiene que ser el director del Departamento Consular, llámele para que se presente inmediatamente, que una vez firmada la resolución envíen una copia al señor Presidente y a nuestro encargado de prensa para su divulgación y comunique usted el contenido por teléfono, lo antes posible, en mi nombre, a Itamaraty. Dígales, además, a los colegas brasileños que el Gobierno paraguayo, a través de esta Cancillería, ni de ningún otro organismo del Estado, no pondrá ninguna traba a la actuación de la justicia brasileña, en la que depositamos toda nuestra confianza. Eso sí, enviaremos a nuestros asesores para observar y aconsejar al cónsul y a la defensa. Eso mismo es lo que vamos a declarar cuando la prensa nos empiece a joder con sus entrevistas, es raro que aún no hayan comenzado a rompernos las bolas, ¡perdón por la expresión! ¡Es que estoy muy nervioso, esto puede tener implicancias muy graves para la Cancillería y para mi permanencia en este cargo, donde estoy ejecutando, modestia aparte, y Ud. lo sabe muy bien, la mejor política exterior del Paraguay de las últimas décadas! ¡Sólo esos periodistas ignorantes al servicio de los burros del Congreso nacional, diputados y senadores imbéciles, corruptos, venales, codiciosos, traidores al mandato de quienes los elegimos, que sólo piensan en sus emolumentos y se auto aumentan a cada rato, no quieren reconocérmelo! ¡Este viaje del señor Presidente a Tayikistán es exclusivamente el resultado de mis exitosas gestiones ante el embajador de ese país en Buenos Aires, cuando nos encontramos este verano en Punta del Este! Ese país, con el que tenemos tantas semejanzas y afinidades, será la llave que nos abrirá las puertas de todos los demás países del Oriente, ávidos de nuestra carne, nuestra soja, nuestro ka'a he'é y otros productos. ¡Seremos recordados por la historia con hache mayúscula, Sánchez, y este imbécil de Cabrera nos quiere arrebatar la gloria matando a su esposa, por celos seguramente!

         Sánchez logró disimular una sonrisa sarcástica y se retiró a su oficina para atender los llamados y contestar e-mails relacionados con el problema de Rio de Janeiro, exclusivamente, ya que todo lo demás pasaba a segundo plano, y luego regresó junto al ministro para continuar con el tema, pero ya más distendido, pues las primeras medidas de emergencia, como la suspensión en sus funciones del cónsul, etc., ya habían sido tomadas.

         Observó atentamente a su jefe y lo vio más relajado y entonces se atrevió a preguntarle:

         - Cuando usted dijo que ojalá no se repitiera el caso, ¿se refería al ex cónsul Mauro González, señor ministro?

         - ¡Pero nooo, por Dios, Sánchez, qué disparates dice Ud.! ¡Se nota que no lo conoció o no lo conoce a Mauro González!, el pobre tipo no es muy normal que digamos, a mi modo de ver por lo menos, pero que yo sepa no mató nunca a nadie, ni a una mosca. Era o es, si vive todavía, un tipo inofensivo, aunque muy meterete y abusivo. Sólo creó problemas y nos dio una mala imagen cuando se metió en amores, supuestamente, con algunas actrices argentinas de teatro y televisión, entre ellas esa tan chiquitita y hermosa, Adriana Brodsky, la "bebota" de Alberto Olmedo en "No Toca Botón", no sé si llegó a ver algunos capítulos de ese programa. Olmedo era simpatiquísimo, muy expresivo, un cómico genial, no sé si lo recuerda, ya que usted es muy joven, pero tuvo una trágica muerte, al caerse de un balcón, mientras que Mauro era sólo un "figuretti", que se aprovechaba de su condición de corresponsal periodista acreditado por la Subsecretaría de Informaciones y Cultura de la Presidencia de la República para filtrarse en todas partes. Era también diplomático ad honorem con categoría de cónsul, pero sin funciones específicas, nombrado por esta misma Cancillería, pero por expresa orden del presidente Stroessner, que le tenía simpatía y lo consideraba siempre entre sus mejores bufones, sus favoritos, tanto que terminó nombrándole cónsul general efectivo en Buenos Aires. ¡Felizmente yo no estaba en esta posición, en los setenta y ochenta! Pero estaba viviendo en Buenos Aires y sufría la vergüenza ajena, como todos los compatriotas residentes allí en esa época. Lo que nunca se supo es de dónde conseguía Mauro los fondos para esos gastos, los de su vida de "playboy", que no deben haber sido menores. Todos pensábamos que él no llegaba a nada con sus conquistas, a este "rico tipo" sólo le importaba salir en los diarios y revistas como supuesto novio de esas mujeres famosas, a pesar de su notoria fealdad y falta de clase, de cultura, pero ese fue su único pecado. Hace unos pocos años lo solíamos ver, mi señora y yo, en la misa vespertina de los domingos en la parroquia de San José Obrero, muy avejentado ya, juntando las palmas de las manos y elevándolas a la altura de su frente, con los ojos entrecerrados y moviendo velozmente los labios como si estuviera murmurando oraciones, aparentando gran concentración y fe. Pero no, Sánchez, yo me estaba refiriendo al caso del cónsul Waldemar Morínigo.

         - ¿Waldemar Morínigo, señor ministro?, nunca oí hablar de él.

         - ¡Claro! Porque usted en ese entonces ni siquiera había nacido, aunque tiene bastante más años que yo de estar en esta Cancillería, a la que ingresé por méritos propios, después de mi larga y proficua trayectoria académica y mi impecable conducta política, contraria al régimen de Stroessner, siempre coherente y orientada patrióticamente al engrandecimiento de nuestro país por medio del mejoramiento de su imagen en el exterior. Cuando eso sucedió yo era aún un niño, a finales de los cincuenta, pero escuché la historia varias veces, de boca de mis mayores, y además existen documentos en nuestros archivos y en las hemerotecas que acostumbro consultar -yo soy muy estudioso de nuestra historia diplomática- que relatan el suceso. Resulta que el tal Morínigo era cónsul paraguayo en una ciudad de Bélgica, no me acuerdo si en la capital, Bruselas, y mató a balazos a su ex esposa y al amante o nuevo marido de ella, a quienes sorprendió in fraganti, en plena acción sexual. Fue juzgado y condenado a una larga pena, no sé si perpetua, pero estuvo preso sólo unos pocos años, hasta que su majestad el rey Balduino le concedió un indulto especial, a pedido del Gobierno paraguayo, que era el de Stroessner, por supuesto, y de una carta que le fue enviada pidiendo el perdón del asesino, firmada por decenas de miles de compatriotas, producto de una campaña muy bien organizada por la revista Ñandé, que apelaba al sentimiento patriótico de sus lectores. Los firmantes de la carta redactada por los de la revista, aseguraban a su majestad que en nuestro país, por nuestra tradicional cultura machista, el honor de un hombre engañado por su esposa sólo se lava con la sangre de la mujer infiel.

         - ¡Pero me pareció que Ud. me dijo "ex esposa", señor ministro!

         - Sí, mi amigo Sánchez, un pequeño detalle que los redactores y los firmantes de la carta pasaron por alto, probablemente ex profeso; ellos ya estaban separados, pero Waldemar lo mismo se creía con derechos sobre su ex mujer, ya que las leyes paraguayas, no aceptaban el divorcio, que había sido solicitado y conseguido por ella ante la ley belga, porque ella era súbdita de ese reino y allí se habían casado. Y ese argumento, la nulidad en Paraguay del divorcio y la reparación de su mancillado honor, fue el que usó la defensa durante todo el juicio, según los archivos. Cuando el Rey le concedió el indulto y lo expulsó del país, ¡aquí fue recibido como un héroe, Sánchez! Fue una vergüenza, una terrible mancha para esta Cancillería y para nuestro país.

         Posteriormente Sánchez googleó a Waldemar Morínigo y encontró un artículo de Pepa Kostianovsky en http://archivo.abc.com.py/2002-08-25/articulos/8255/de-ataudes-y-condones, en el que dice, en parte: "Recuerdo que por el año 57 ó 58, nuestro entonces cónsul en Bélgica, Waldemar Morínigo, después de sorprender a su esposa en brazos de un amante, los cosió a balazos. La revista Ñandé inició una campaña de recolección de firmas en la cual decenas de miles de paraguayos le pedimos al rey Balduino el perdón para Waldemar, explicándole que "en nuestra cultura el honor sólo podía ser lavado con sangre". No sólo se consiguió el perdón real, sino que Waldemar fue recibido en el aeropuerto de Asunción por una multitud que lo aclamó como a un héroe". A eso se refería el canciller, por lo visto su memoria no es tan mala... pensó.

         - Ojalá -dijo el canciller- que esto no se repita ahora con el caso de Cabrera y su esposa brasileña, si es que verdaderamente fue él quien la mató, pero nosotros tenemos la obligación de asistir legalmente a nuestro funcionario, investigar, llegar a la verdad de lo sucedido y asegurarnos de que se haga justicia. Si es culpable de uxoricidio, ¡paciencia!, quedará preso en el Brasil. Pero si es inocente, en este crimen por lo menos - porque sabemos que tiene otros "pecadillos" que no nos interesa ventilar por el bien de la buena imagen/país- debemos demostrarlo y rehabilitarlo plenamente, aunque lo más seguro es que tengamos que trasladarlo o traerlo a la Cancillería. Actualmente debe estar siendo muy hostigado por las autoridades, por toda la prensa y por todo el pueblo, que tiene una especie de adoración hacia esa increíblemente bella y fascinante mujer, famosa por sus fotos para publicidad, sus entretenidas y sensuales apariciones en programas de TV, que antes estuvo casada con una de las más conocidas y queridas estrellas del fútbol brasileño, cuyo nombre o apodo ahora no me viene a la cabeza.

         - ¿Se refiere a Pelé, señor ministro?

         - ¡Pero claro que nooo, Sánchez, por Dios! ¿Qué es lo que le pasa? ¿Ya no le funciona más la memoria? ¡Esa era Xuxa!

         - ¡Ah! ¡Tiene razón, señor Ministro! Lo que pasa es que yo, como Ud. sabe muy bien, excelencia, por haberme criado en varios países durante mi infancia, siguiendo a mi padre, exiliado errante, un héroe de la resistencia, tanto como usted mismo, soy un paraguayo atípico: no tomo tereré, no hablo guaraní y no me gusta el fútbol, pero todo lo demás que hace a la cultura paraguaya me encanta: nuestra música, nuestra danza, nuestras artes y costumbres, nuestras comidas típicas, y en especial... nuestras mujeres. Ahora la recuerdo muy bien, excelencia. La Xuxa esa, la rubita oxigenada chillona y aniñada, siempre me pareció muy insulsa. Cualquier paraguayita morena es más graciosa y sexy que ella. ¿Será cierto, excelencia, lo que dicen de Stroessner, que en los últimos años se pasaba prendido a la televisión viendo las viejas grabaciones de esa animadora de programas infantiles, que en su juventud, siendo aún casi una adolescente, había posado desnuda como modelo de revistas para hombres? Sólo la alta permisibilidad, por no decir directamente inmoralidad, de la sociedad brasileña puede tolerar y hasta ensalzar o endiosar una situación como esa, una ex actriz porno dirigiendo programas infantiles de TV, poniendo en peligro de caer en terribles vicios incurables a inocentes criaturas ¿No le parece, excelencia?

         - ¡Qué sé yo, Sánchez! ¡Ahora no estoy para filosofar sobre el tema! Pero creo que cada pueblo tiene sus normas de moral y sus costumbres y hay que respetarlas. En cuanto a lo otro, ¡vaya a saber!, ¡se dicen tantas cosas de Stroessner... y de Xuxa también, ¿Hee?!

         - Volviendo a lo anterior, señor ministro, usted me dice que el caso de Bélgica sucedió en los cincuenta. Hasta parecería que en esa historia se inspiró Pietro Germi para hacer el guión de su famosa película, realizada y premiada en el comienzo de los sesenta, "Divorcio a la italiana".

         - Puede ser, ¿por qué no?, estoy seguro de que la vi hace muchos años en un festival de cine italiano, cuando yo era embajador en Venezuela. Era divertida, pero recuerdo muy poco de ella, porque a mi lado estaba sentado el Nuncio Apostólico, que con sus críticas moralistas a la película no me permitió apreciarla debidamente. Cuénteme Sánchez, ¡parece que usted la recuerda bien!

         - Es que yo la alquilé en DVD hace no mucho tiempo, excelencia, es una genial comedia farsesca, de humor casi negro, en la que un magnífico Marcelo Mastroianni, cuarentón cansado de su esposa ya un poco madura, o sea de su misma generación, y enamorado de una joven sobrina de apenas 16 años, que le corresponde en amores, sabiendo que la sociedad aldeana, católica fundamentalista, en la que viven -creo que transcurre en Sicilia- no admite el divorcio ni la separación, decide deshacerse de "la vieja", haciendo que ésta le sea infiel y matándola para lavar su honor y ser absuelto; pero como ella era muy fiel, honesta y religiosa, tuvo que casi forzarla a que le pusiera los cuernos, acercándola descaradamente a un viejo amor de su juventud, al mismo tiempo en que él se enviaba por correo, a sí mismo, "anónimos" en los que le insultaban como "cornuto", para tener atenuantes ante el Tribunal que seguramente lo juzgaría. En la Italia o en la Sicilia de esa época, también era, señor Ministro, si no explícitamente lícito, por lo menos tolerado, lavar el honor masculino con sangre, y el personaje de Marcelo consigue convencer al tribunal de lo justo de su actuación. Sólo que poco tiempo después, ya absuelto, cuando se casa con su sobrina, esta le ornamenta la testa por propia iniciativa, sin ninguna incitación o intervención de su marido. Un final irónico, sarcástico, muy del cine italiano de la época, señor canciller.

         - Sí, ahora ya la recuerdo mejor, pero no completa, Sánchez, voy a ver si la alquilo, era muy divertida.

         - ¡Desde luego, señor canciller!, era la época de oro del cine italiano, con el neorrealismo de Fellini y sus seguidores, que producían, con escaso presupuesto, verdaderas obras de arte, totalmente diferentes de los que se hacían en Hollywood.

         - Así es, Dr. Sánchez.

         - Pero volviendo a la actualidad, señor ministro -continuó Sánchez- nuestro asesor jurídico, el Prof. Dr. Julio Balbuena Pérez, puede sernos de gran ayuda por su vasta experiencia anterior, pues llegó a ser juez de Segunda Instancia en lo Penal, al volver de su exilio y cuando más joven, allá por los cincuenta o sesenta, porque ya está bastante viejito el pobre, hizo un curso de posgrado de Derecho Penal en el Brasil y por eso conoce sus leyes y habla correctamente el portugués. Pero sólo nos serviría como asesor informal, porque allá el Colegio de Abogados va a exigir que los defensores estén colegiados, registrados y habilitados para ejercer en esa circunscripción del país.

         - ¡Pero por supuesto!, yo también soy abogado como él y como usted, aunque somos de tres generaciones diferentes y yo poco he ejercido, y nunca en lo Penal, sino en lo Civil y en lo Contencioso Administrativo y... ahora que lo pienso usted está en las mismas condiciones, casi no ejerció el Derecho en la vida privada, pero creo que tiene razón, le agradezco la idea, nos va a ser muy útil la presencia inmediata del viejo Balbuena en el lugar de los hechos, para que tengamos una primera aproximación al problema. Y para que contrate al mejor estudio de abogados penales defensores del Brasil. El costo ya se lo cargaremos de alguna manera a Cabrera, que sabemos es multimillonario. El Dr. Balbuena debería estar ya, ya nomás, viajando a Rio.

         - ¡Desde luego, señor ministro! Ahora mismo lo llamo y le transmito su orden y doy aviso a la Dirección Administrativa para que le den el pasaje y los viáticos. -Tomó el teléfono y tardó unos cinco minutos en ocuparse del tema, mientras el ministro tomaba un cafecito y hojeaba el diario, indiferente a los mensajes que aparecían centelleantes en la pantalla de su PC y luego Sánchez siguió hablando-. Por otro lado, señor ministro, yo lo conocí bastante bien a Cabrera, y hasta le tenía una cierta simpatía, fuimos compañeros de trabajo en Lima, hace ya unos años, cuando yo, que era abogado recién recibido, pero había optado por el Derecho Internacional y Diplomático, era tercer secretario y él, apenas contador y despachante de aduanas, ya era primer secretario y cónsul de segunda en el escalafón. Lo recuerdo como un hombre sencillo y jovial, para nada violento, al contrario, era muy amable y servicial.

         - Sí, pero cuando eso era un simple diplomático paraguayo viviendo de su magro sueldo y estaba bien casado, con Irma Ortellado Careaga, excelente y recatada dama que algún parentesco tiene con mi mujer, no recuerdo bien si son primas segundas o tía y sobrina segundas, nada muy cercano desde luego, pero se daban mucho, se trataban como si el parentesco fuera mucho más cercano, yo fui testigo de sus recíprocas simpatías. Después no sé qué le pasó a Cabrera, pero se transformó en una persona totalmente distinta, cuando se separó de ella legalmente y por poder, estando ya en Río, adonde fue trasladado a su propio pedido y gracias a influencias que poseía en los anteriores gobiernos. Antes había estado varios años como cónsul en Paranaguá, permaneciendo incluso después de la caída de Stroessner y sigue como cónsul general en Rio, aun ahora que cayó su partido, el colorado. Yo, a pesar de que simpatizaba con él, lo quise sacar sabiendo lo sinvergüenza que es, pero tiene a la mitad de los políticos, de todos los partidos, en el bolsillo. O los soborna o los chantajea o los hechiza, no sé cómo, pero que lo hace, lo hace. Parece que ésta es la primera vez que se va a tener una acusación seria en su contra. ¡Pero seguro que el Congreso se va a ocupar menos de él que de acusar a esta Cancillería de nombrar a delincuentes en cargos diplomáticos!

         - Ojalá que no, señor ministro, vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para salir bien parados de este lío, sobre todo para conservar incólume su imagen, su gran prestigio, tanto aquí como en el exterior, señor canciller. Eso es importante, no sólo para usted, excelencia, sino para nuestra política exterior, magistralmente dirigida por usted.

         - Se dice, o mejor dicho se sabe, que en Paranaguá -prosiguió el ministro sin hacer caso a los halagos de su interlocutor-, en sociedad con el administrador del puerto franco paraguayo y de algunos capos de Aduanas, aquí en la capital, en Ciudad del Este y Pedro Juan Caballero, se hizo de una gran fortuna, no sabemos cómo, o sí lo sabemos, pero no podemos hablar de eso, es un tema tabú que prácticamente no hace a la Cancillería, felizmente, sino más bien a Aduanas y a Hacienda, ya que la recaudación consular va directamente a ellos, ni pasa por Cancillería, salvo el valor de las estampillas consulares, que es mínimo. En Río él se volvió loco con la tal Cidinha, quince o hasta veinte años menor que él, que sigue siendo una hermosa y terriblemente atractiva mujer; yo, como le dije, la conocí en un viaje que hice hace unos dos años, ella era muy solicitada por la prensa social y farandulera. Al casamiento, realizado hace unos cinco años, fue el canciller de la época, yo todavía no estaba en el país, no había podido aún volver a vivir aquí después del largo exilio, ya que sólo estuve aquí unos pocos días cuando el cambio de gobierno y fui asimilado a la carrera y enviado al exterior. Cuando me dieron a elegir el destino, opté, por supuesto, por Buenos Aires, en donde ya vivía toda mi familia. Allí fui, muy joven aún, ministro consejero hasta que me dieron otros destinos, como ese cargo de embajador en la Venezuela pre chavista.

         - Fue el mismo Cabrera -siguió diciendo el ministro- quien hace ya casi seis años pidió, gestionó y consiguió su traslado, para alegría de... (y citó el nombre de un sobrino político del Presidente de aquel entonces), que desde hacía tiempo estaba aspirando a ocupar el apetecible cargo que dejaría nuestro hombre en Paranaguá. Cabrera ya se había enriquecido lo suficiente como para abandonar su "mina de oro" y vivir de rentas, y se instaló en Río, dejó a Irma, como ya le dije, y realizó por poderes los trámites del divorcio por mutuo consentimiento. Se queja Irma de que él le pasa una apenas razonable pensión a ella y ya nada a sus hijos, que ahora ya son mayores, aunque aún dependen de la pobre madre para solventar sus estudios universitarios. Parece que él se ajusta estrictamente a la ley y a la sentencia judicial y le remite sólo el porcentaje legal de su sueldo, obviando todo lo que percibe por sus inversiones escondidas. Empezó, ya antes de finiquitado el divorcio, a cortejar a la brasileña. Usó todos los medios a su alcance para conquistarla, invitaciones a actos oficiales y obsequios que sabemos que un cónsul paraguayo no puede costear con su salario normal, y finalmente se casó con ella. Apeló a todas sus influencias para que la Cancillería del Brasil acepte la nueva unión legal sin retirarle el exequátur, ya que, como usted debe saber muy bien, la Convención de Viena no permite, como norma general, que un diplomático o un cónsul de carrera esté casado con una ciudadana natural del país en el que sirve.

         El canciller, siempre que podía, citaba esa y otras convenciones diplomáticas, recién aprendidas por él cuando fue nombrado canciller, ya que no era egresado de la Academia Diplomática, sino nombrado mediante un acuerdo político.

         - Pero él consiguió una excepción - continuó relatándole el canciller a Sánchez- a pesar de que la Cancillería le ofreció, según consta en su legajo, trasladarlo a un destino mejor, en Europa, con ascenso y aumento de remuneración, pero parece que ella, su nueva mujer, no quería dejar su Cidade Maravilhosa, quería seguir teniéndola como base, brillando en su ambiente propio y viajando todos los meses a Miami o a Europa, para desesperación del celoso de su marido, que por el cargo no podía seguirla a todas partes. Por otro lado, a él sólo le interesaba seguir con ella, el aumento de sueldo sería insignificante para su nivel económico y además en Rio él es jefe de Misión Consular, con todo el prestigio que eso significa y en el nuevo destino habría estado por debajo de un embajador. Y si bien Rio dejó de ser la capital del Brasil, es la capital del Estado de Rio de Janeiro, uno de los más importantes, y continúa teniendo aires de capital federal, hay organismos del Gobierno central que siguen funcionando en Rio. Y su cálido clima, sus fabulosas playas sobre el Atlántico, su privilegiada naturaleza, y sus montañas, modeladas y embellecidas por los mejores arquitectos y urbanistas del mundo, aliada a su extraordinaria infraestructura turística y su famoso carnaval, la hacen una de las ciudades más hermosas de América y uno de los destinos más codiciados por los diplomáticos de todo el mundo. (¡Híjole! Habría que contratarlo como asesor de viajes o como guía turístico, pensó Sánchez) También tenemos noticias de que él no es muy fiel como marido, hasta sus empleadas locales se quejan de vez en cuando de sus acosos sexuales, parece que tiene una obsesión por las brasileñas, especialmente por las mulatas.

         - Sí, señor ministro, también me han llegado esos indiscretos - casi dijo sabrosos, como en realidad pensó- comentarios. Yo conozco bien Río de Janeiro, donde viví unos estupendos años de mi juventud -cambió oportunamente de tema- y seria para mí un honor que me designe usted, señor ministro, además del asesor jurídico, como una especie de enviado especial mientras dure el sumario que seguro abriremos enseguida. Yo le daría apoyo al doctor Balbuena que es un gran profesor en la materia, pero, insisto, está muy viejo y necesitará el concurso de sangre joven y de conocimientos actualizados, como los míos, para llevar a cabo su delicada misión -aprovechó Sánchez para ir creando camino propicio a sus aspiraciones.

         - Bueno Sánchez, ya veremos si corresponde y si conviene, porque aquí usted me es demasiado útil, manejando la informática para que yo pueda estar al tanto de las cosas, por tanto, no le digo aún ni que sí ni que no; mientras tanto preparémonos, antes que hacer valijas, para enfrentar grandes líos legales y diplomáticos. Aunque... veamos... este... ahora que lo pienso mejor, creo que lo nombraré a usted como asistente del doctor Balbuena, que por su cargo tiene que ser el juez instructor del sumario, y lo mandaré a usted por la confianza que le tengo y porque conozco sus aptitudes y su honestidad -lo sé de buena fuente, de usted mismo, casi lo dijo porque era lo que pensaba-, sé que será imparcial a pesar de su anterior amistad con el acusado. Además será importante para que lo controle y apoye al doctor Balbuena, que no se si quedó bien después del infarto cerebral que tuvo. Los médicos insisten en que está en uso de todas sus facultades mentales, pero yo no confió mucho en eso y espero que usted, bajo sus consejos, pueda hacer un buen trabajo, pero, por favor, manténgame en todo momento informado de todos los detalles, envíeme a mi dirección de mail, pero antes infórmele a mi secretario privado la contraseña, para que yo, por mi lado, informe al señor Presidente, ya que este es un caso demasiado importante y difícil para nuestras relaciones bilaterales con el Brasil y para nuestra imagen en todo el mundo. La prensa es igual en todas partes y este tipo de casos son explotados sin ninguna piedad y en desmedro de cualquier otra noticia positiva o favorable para nuestro país. Para desviar la atención deberíamos llegar por lo menos a una semifinal en la Copa del Mundo, pero no hay ninguna cerca hasta la del 2014, en el mismo Brasil y, si clasificamos en las eliminatorias, seguro que no pasamos de octavos, como casi siempre.

         - Si soy designado asistente del juez instructor del sumario, señor ministro, apenas termine mi misión volveré al Gabinete para seguir apoyándole a usted, excelencia, se lo aseguro, y le agradezco desde ya su confianza; como asistente principal del juez instructor del sumario - dijo con la más amplia sonrisa de satisfacción que se puede tener- seré totalmente justo e imparcial, absolutamente fiel a mi país, a mi Gobierno y a esta Cancillería.

         Inmediatamente llamó de nuevo a la Dirección Administrativa y pidió reserva de vuelo a Rio, pasaje con vuelta abierta y viáticos por una semana, para él también.

 

 

 

 

 

 

 

 

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