SITUACIÓN ACTUAL DE DEFENSA Y LAS FUERZAS ARMADAS
FFAA: 14 DE SEPTIEMBRE DEL 2009,
Por BERNARDINO CANO RADIL
(Conferencia en el Ministerio de Defensa)
Esta ponencia parte de dos principios que actúan como sus marcos referenciales:
1) No existe ninguna posibilidad que una sociedad política organizada subsista o pueda desarrollar sus fines sin una adecuada política de seguridad interna y externa.
2) Una política de seguridad moderna y eficiente adecuada al nivel de cada sociedad es un factor crucial para lograr progreso y desarrollo en lo económico y social.
Cualquier política exterior y de defensa del Paraguay ensambla con sus FFAA y su historia. Llevando a revisar cuáles eran los objetivos en ambos temas básicos del país.
DESDE 1811 A 1938:
Paraguay tuvo como objetivo el reconocimiento de su independencia y la defensa de su soberanía e integridad territorial. Un periodo, donde hubo dos guerras internacionales con cuatro países de la región, entre ellos, con todos sus limítrofes. Un complementado con la libre navegación de los ríos internacionales.
En este período las FFAA, se podría decir que fueron nacionales, combatieron heroicamente en dos guerras internacionales, en las cuales, la primera fue derrotada junto a un genocidio de todo un pueblo, y en la segunda triunfaron.
DESDE 1938 A 1989:
Se inició el período del militarismo en el Paraguay a partir de febrero de 1936 y que durara, aproximadamente, hasta 1996. 60 años donde tuvimos una FFAA no profesionales. La corporación militar en el poder del Estado no se inicia en 1954, ni en 1947 tras la guerra civil, la quiebra del modelo liberal fue en 1936. Esta inflexión histórica marca el inicio de la intervención corporativa de las FFAA en la práctica política como poder central dentro de la estructura del Estado. Nace el Partido Militar y el militarismo.
El militarismo es un conjunto de costumbres, intereses y pensamientos vinculados a la política y a las armas, trascendiendo lo puramente profesional. Es más, el militarismo en exceso puede llegar a destruir un país, como fue el ejemplo de Japón en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. El militarismo se asigna fines ilimitados, permear toda la sociedad, incluida la industria, la justicia y hasta el arte al plantear la preeminencia del factor militar sobre el político. Es una visión pre-moderna, irracional y no compatible con un Estado democrático. Se basa en el principio de la fuerza, como simiente de cualquier autoridad y ostenta características de casta y fe.
Esta etapa estuvo signada por la irrupción y la confrontación bélica entre las democracias liberales, el fascismo y el comunismo, en dos guerras, una de ellas caliente con millones de muertos y la otra fría; y el Paraguay fue marcado en sus FFAA por estas contiendas.
A partir de entonces, FFAA y política exterior fueron encuadradas dentro del marco de estas contiendas. En un primer momento, en la II Guerra Mundial como observadores neutrales con ciertas simpatías hacia el eje, y a partir de la década del 50 en una visión bipolar del mundo en el conflicto Este-Oeste con su subordinación al denominado consenso de Washington y la doctrina de la seguridad nacional.
Expresiones iniciadas con Estigarribia y su visita a Washington y que trágicamente concluyera el 7 septiembre 1940, con su muerte. Allí se inicia la primera dictadura militar, al principio, solo el partido militar; le sigue una guerra civil donde sale triunfante el Partido Colorado y un modelo que se consolida con la doctrina internacional de la Seguridad Nacional bajo la dictadura de Alfredo Stroessner 1954/1989.
Aclaración: este contexto mundial se mantuvo como inspirador de nuestra doctrina de defensa, a su vez, complementada, con una visión pendular con sus dos principales vecinos Argentina Brasil. Tras la contienda del Chaco, el Paraguay, nunca se expandió hacia Bolivia, es más, su política de defensa y relaciones exteriores fue incrementar vínculos con el Brasil y en menor grado Argentina, porque durante el periodo de Stroessner la política real de defensa fue permitir la proyección estratégica de Brasil y Argentina por todo el territorio nacional, una manera, indirecta, de disuadir cualquier intención boliviana.
Siendo fijado entre 1947 a 1989 a las FFAA la misión de ocupación de control interior, con escasa capacidad operativa para la defensa nacional, y casi nula inversión en armamentos y material bélico moderno. Con los viejos materiales eran suficientes para el control ciudadano, en una perspectiva mas acorde con la seguridad interna y las fronteras ideológicas.
La etapa se agota tras la venida Jimmy Carter, y su nueva visión de la política internacional desde Estados Unidos. Un hecho que principió un debate en el seno de las FFAA sobre su futuro, y a partir de allí, con el tiempo, y la crisis interna del Partido Colorado, comenzó un nuevo modelo de FFAA vinculadas a la democracia a partir del 3 de febrero de 1989.
1989 HASTA LA FECHA:
Una etapa con momentos de crisis y ruptura, lógicamente, como consecuencia de la herencia de décadas de guerra fría, doctrina de la seguridad nacional y la emergencia de unas FFAA enlazadas políticamente al partido Colorado tras la victoria en la guerra civil de 1947. Desde 1989 y avanzando al siglo XXI el periodo crítico de transición a instituciones de la democracia desde instituciones de la dictadura, podríamos aseverar, que las FFAA fueron quienes más se institucionalizaron, perdieron privilegios y acataron las reglas de juego de la democracia.
Lamentablemente, la sociedad paraguaya, las visualizó como principal sostén de la dictadura y le fue restando espacios de influencia profesional, presupuesto y reconocimiento social. Hasta, acceder a la situación actual, donde no contamos con unas FFAA en condiciones mínimas para enfrentar sus grandes desafíos.
En este proceso recordar y valorar que sufrieron disciplinadamente un proceso de desafiliación partidaria no traumático, eliminación en la práctica del servicio militar obligatorio, sortearon una crisis política militar en abril del 96, no intervinieron ante los fraudes electorales o judiciales posteriores, ni siquiera en la defensa del gobierno constitucional del presidente Cubas. En otras palabras, tuvieron un comportamiento profesional y subordinado al poder político institucional hegemónico de turno. Dejaron de ser partícipes del poder político y no fueron deliberantes. Terminó el Partido Militar, una condición ineludible para unas FFAA nacionales, como la prueba la alternancia pacífica sucedida el 15 de agosto del 2008, bajo la clara disponibilidad institucional de aceptar el veredicto de las urnas.
Hoy podemos afirmar con solvencia que están subordinadas al poder político constitucional y consustanciadas con la democracia. Dispuestas a cumplir a plenitud su mandato de defensa de la integridad territorial y de las autoridades legítimamente constituidas.
UNA PREOCUPACIÓN:
Probablemente, la visión del pueblo paraguayo, en particular de sectores de su élite que no participaron activamente durante el hegemonía militar-colorada haya hecho perder de vista que la misión profesional de las FFAA es crucial para un Estado que se presuma independiente, porque la defensa nacional, la organización de FFAA con tecnología apropiada y capacitación profesional pertinente es una necesidad antropológica de cualquier sociedad política organizada.
En este proceso de transición iniciado en 1989 su subordinación al poder político constitucional no fue correspondido por el sistema democrático, creemos que por dos motivos: 1) porque no hubo transparencia en su manejo económico interno; 2) porque se las percibía muy vinculadas a un sector político determinado. No olvidar, que desde 1993 el Congreso tuvo una mayoría no colorada y en el único periodo donde se contó con mayoría colorada, su canibalismo interno sustituyó al Pte. Cubas por un gobierno de unidad nacional liderado por González Macchi.
Repasando su historia reciente concluimos que es posible y necesario apostar a su modernización, incremento de presupuestos e incorporación de nuevas técnicas y doctrinas disuasivas para la defensa nacional. No son ya un peligro para la democracia, más bien deben fortalecerse porque son parte sistémica de su defensa.
OBJETIVOS:
La sociedad civil y la sociedad política deben interesarse en que la democracia pueda ser defendida por unas FFAA subordinadas, altamente profesional y dotada de los recursos suficientes. Si bien, en lo inmediato, pareciera no haber hipótesis de conflictos, tener presente que cualquier sociedad política puede ser amenazada por enemigos de dentro o de fuera. El siglo XXI se caracteriza por fenómenos como el narcoterrorismo que está en un proceso de expansión.
Tampoco descuidar la posibilidad del peligro de un país hermano como Bolivia que transita no por una crisis de gobierno, sino por una crisis de Estado, que pueda convulsionar y estallar incluso fuera de sus fronteras. Tener en cuenta que la compra histórica de armas de Bolivia desde la década del 70 superar tres o cuatro veces al Paraguay. Y que los últimos 20 años, Paraguay, directamente no renovó, ni actualizo armamentos. La capacidad operativa del Paraguay apenas alcanza al 20% de la boliviana. Una situación, no grave, si Bolivia no estuviera incursa en una crisis de Estado.
IDEAS PARA UNA POLÍTICA DE DEFENSA:
Es conveniente reformular los criterios de reclutamiento, elevando el nivel cualitativo de profesionalización y sustituir definitivamente el reclutamiento obligatorio. (Recuerdo que presente un proyecto de ley de servicio militar voluntario hace como 15 años y nunca pudo ser tratado. Los opositores porque preferían los carnets de excepción con fines políticos populistas y el gobierno porque no querían una reforma profunda. Reformar el currículum y la estructura educativa incluyendo temas que amplíen los contextos de seguridad, la percepción de amenazas y los nuevos modelos de relaciones internacionales. Tienen que incursionar en el campo de las líneas económicas y nuevas tecnologías. En la sociedad del conocimiento, la velocidad y las comunicaciones tenemos que subir al carro.
Creemos en unas FFAA mas dinámicas, móviles (ligeras) y con potencial disuasivo, como son los ejércitos modernos, y distribuidas en nuestras fronteras saliendo de los centros urbanos, explicable por su anterior función de control ciudadano durante la Guerra Fría.
En el mundo turbulento de América Latina donde parece una región estable y segura en conflictos clásicos, también es una zona sumamente violenta debido a factores como la subversión, el terrorismo, la producción y el tráfico de drogas y violencia ciudadana generalizada. Tener paz entre Estados y ser al mismo tiempo una región violenta es una paradoja latinoamericana. En este contexto es crucial definir con precisión cuántos de los escasos recursos disponibles deben destinarse a enfrentar problemas de seguridad que amenazan a la sociedad y a los ciudadanos como los mencionados y los vinculados a la integridad territorial del Estado. Destacando con énfasis la imperiosa necesidad de disponer de inteligencia sólida sobre estos fenómenos, donde en estos años aumentó los gastos militares en América Latina como la pobreza; una situación preocupante y enlazada con la explosión de la violencia ciudadana.
Publicado el 14 de Setiembre del 2009
Fuente en Internet: http://www.canoradil.com
(Extraido de Internet en Setiembre del 2014)
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