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ANAHÍ SOTO VERA

  LAS GUERRAS DE LA PRIMERA REPÚBLICA - Por ANAHÍ SOTO VERA - Año 2013


LAS GUERRAS DE LA PRIMERA REPÚBLICA - Por ANAHÍ SOTO VERA - Año 2013

LAS GUERRAS DE LA PRIMERA REPÚBLICA

Por ANAHÍ SOTO VERA

COLECCIÓN GUERRAS Y VIOLENCIA POLÍTICA EN EL PARAGUAY

NÚMERO 5

© El Lector (de esta edición)

Director Editorial: Pablo León Burián

Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina

Director de la Colección: Herib Caballero Campos

Diseño de Tapa y Diagramación: Jorge Miranda Estigarribia

Corrección: Rodolfo Insaurralde

I.S.B.N. 978-99953-1-333-3

Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98

Esta edición consta de 15 mil ejemplares

Asunción – Paraguay

Enero 2013 (103 páginas)

 

 

VISIÓN ACTUALIZADA DEL PARAGUAY DEL 1812/62 - ARTÍCULO PUBLICADO EN "ABC COLOR"

“Las guerras de la Primera República” será el quinto título de la colección historiográfica de ABC Color y El Lector, que aparecerá con el ejemplar de nuestro diario el domingo próximo. Esta obra, que abarca la agitada vida del país entre 1812 y 1862, fue escrita por Anahí Soto, una joven historiadora.

El libro consta de cuatro capítulos. En el primero de ellos se analiza el contexto político y social del Paraguay Independiente entre 1812-1862. Posteriormente, se habla de los desafíos para los primeros gobiernos nacionales; en el capítulo tercero la autora desarrolla lo relativo a la defensa y las guerras silenciosas e indios infieles. Por último, el capítulo cuarto apunta a los conflictos e incidentes internacionales y la represión.

Englobando todos los hechos que abarca su análisis, Anahí Soto señala que la lucha por la soberanía nacional era de por sí causa de litigio, ya que los Estados se adjudicaban los derechos territoriales sobre tratados y demarcaciones que, en muchos casos, no estaban claramente señalados en la realidad.

Estos conflictos sumados a los propios de las fronteras, donde las relaciones sociales y económicas tienen sus características propias por el intercambio y la confrontación, hacían de la vida en los fuertes, fortines y presidios mucho más dura y difícil que en el resto de la República.

Las cartas del Dr. Francia a los Delegados de Itapúa, Concepción, Pilar son un ejemplo patente de esto, señala Anahí Soto en su obra.

Destaca asimismo la autora que las relaciones con los pueblos indígenas no sometidos son un tema “que vale la pena visualizar y analizar más detenidamente, ya que los mismos adoptan diferentes posturas –sujeción, resistencia, etc.– en relación al Estado Nacional y sus integrantes”. Mientras algunos indígenas se empleaban como peones en las estancias de la patria o en las milicias, otros intentaban mantenerse en sus antiguos territorios reconstruyendo su forma de vida en torno a los pobladores. Por ejemplo, los mbayas y guaycurúes del Chaco en ocasiones asaltaban poblados para robar ganados, y en otras, negociaban con los pobladores del Norte, ya fueran paraguayos o brasileños, la compra de víveres y armas.

La autora de “Las guerras de la Primera República”, Anahí Soto, nació en Asunción, en 1985. Se graduó en Historia por la Universidad Nacional de Asunción en el 2009 con la investigación “El ascenso al poder de Alfredo Stroessner: Una aproximación histórico-social (1948-1956)”. Concluyó el Máster de Historia del Mundo Hispánico en España.

Fuente: Artículo publicado en ABC COLOR,

en fecha 15 de Enero del 2013

Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY

 

 

 

 

 

CONTENIDO

 

Introducción

Capítulo I.

Contexto político y social del Paraguay Independiente (1812-1862)

Primeros gobiernos independientes (1811-1814)

Congreso Nacional de junio de 1811

La Junta Superior Gubernativa

Congreso de 1813

"Solamente los dos ciudadanos: Fulgencio Yegros y José Gaspar de Francia"

Congreso de 1814

La Dictadura de José Gaspar de Francia

Economía en las primeras décadas de la Independencia

Sociedad paraguaya

Años de anarquía

Congreso Nacional de 1841

De nuevo el Consulado

Congreso del 25 de noviembre de 1842

Congreso de 1844

Ley de Administración política de la República

La República de Carlos Antonio López

Economía y política en el régimen de los López

Sociedad y cultura en el régimen de los López

Francisco Solano López al poder

Capítulo II.

Desafíos para los primeros gobiernos nacionales

Primeros gobiernos (1811-1814): los conflictos y sus consecuencias

Formando un ejército

El Consulado (1813-1814)

Contra los españoles

Una prueba de fuego

Capítulo III.

Defensa, guerras silenciosas e indios infieles

Violencia política

Presiones electorales

La Conspiración del año 20.

Contra los "extranjeros"

La férrea defensa de la soberanía nacional

Artigas conspira contra Francia

Planes de Pueyrredón

Corrientes declara la guerra al Paraguay

Conflictos en la frontera norte

Disputas con Corrientes

Cautiverio de Bonpland y las amenazas de Bolívar

Guerra y hostilidad: Ferré y Francia

Capítulo IV.

Conflictos e incidentes internacionales y represión

Negociaciones frustradas. La expulsión de Pereira Leal

Declaración de guerra a Buenos Aires

Ocupación de las Misiones

Invasión paraguaya a Corrientes. La expedición de Wisner de Morgenstem

Los brasileños son desalojados de Pan de Azúcar

Desalojo de la isla de Apipe

Water Witch y el incidente Hopkins

Conflictos en la Frontera Norte

Conflictos con los Mbayas

Antecedentes del conflicto con Bolivia por el Chaco

Conclusiones

Cronología

Glosario

Bibliografía

La Autora

 

 

 

PRÓLOGO

 

         LAS GUERRAS DE LA PRIMERA REPÚBLICA es una revisión interesante de todos los conflictos que enfrentaron tanto a nivel interno como externo los primeros gobiernos del Paraguay desde la Junta Superior Gubernativa hasta el presidente Carlos Antonio López.

         Este libro ayuda a develar un período en el cual la historia se ha concentrado más en las cuestiones vinculadas a quien ejercía el poder y como lo ejercía y no se ha reparado en analizar otros aspectos como una visión global de los diversos conflictos a los cuales se enfrentó la joven república paraguaya en sus etapas iníciales.

         La autora comienza por contextualizar lo que implicó el proceso de independencia del Paraguay en su doble aspecto, pues se liberó de la metrópoli, España así como de la sub metrópoli Buenos Aires, para reseñar los aspectos del largo proceso de construcción del estado paraguayo.

         Tras la contextualización, la obra describe los aspectos vinculados a la organización de un ejército que garantice el proceso emancipador, posteriormente se ocupa de las disensiones internas en las cuales se observa que la lucha por el poder llega al uso de la violencia, por ambas partes, tanto por el grupo que pretende deponer al doctor Francia y sus partidarios, como éste que desde el gobierno usa todo el rigor que la ley le permitía para eliminar físicamente a sus más poderosos rivales políticos.

         Posteriormente se analizan los diversos conflictos externos comenzando por los escasamente divulgados conflictos en la frontera sur en donde la presencia de las tropas del caudillo Oriental José Gervasio Artigas genera preocupación en el gobierno paraguayo y provocaba tensas relaciones con las autoridades de la provincia de Corrientes. Así mismo se hace relación a lo que Nidia Areces denominó "La Guerra Silenciosa" la que se llevaba a cabo en la frontera norte contra los bravos y aguerridos guerreros mbayáes que eran aprovisionados y armados por las tropas portuguesas del Mato Grosso.

         Así mismo son descriptos la Guerra con Corrientes y el conflicto con Bolívar por el apresamiento del sabio francés Aimée Bonpland, el cual llegó a generar tal tensión que el propio Simón Bolívar planteó la invasión al Paraguay para liberar a su amigo y a los paraguayos del gobierno del doctor Francia.

         El último capítulo se ocupa de aquellos conflictos originados durante el gobierno del Consulado y por sobretodo bajo la presidencia de Carlos Antonio López (1844-1862), en los cuales la política pendular paraguaya hizo que interviniera en la Guerra de Corrientes, y que incluso declarase formalmente la Guerra a Buenos Aires, por negarse el dictador de dicha provincia a reconocer la independencia del Paraguay, así como los conflictos fronterizos con el Imperio del Brasil.

         Finalmente cabe resaltar, lo señalado por la autora que este libro "es una postal de un período de violencia política y conflictos intermitentes que dejaron su sello, no sólo en la población que los vivió de cerca, sino también en la formación de la identidad nacional", proceso que la autora ha logrado reseñar con esmero e inteligencia.

 

         Herib Caballero Campos

         Asunción, enero de 2013

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

         Los primeros cincuenta años de la vida independiente del Paraguay fueron fundamentales para echar las bases del nuevo Estado. Siendo una transición, los cambios se dieron de forma paulatina en casi todos los aspectos. Muchas veces nos hacemos la idea que estos años fueron de tranquilidad y sin muchas sorpresas; muy al contrario, los gobiernos que se sucedieron en ese periodo tuvieron que enfrentar muchos incidentes internos y externos.

         Las relaciones internacionales fueron una de las preocupaciones que surgieron desde el primer momento para los gobiernos que se sucedieron entre 1811 y 1862. Las cuestiones esenciales para el Paraguay en esos años -al igual que para otros Estados americanos nacientes - fueron: el reconocimiento de la Independencia, la fijación de fronteras y la libre navegación de los ríos. Estas tres cuestiones eran vitales para la construcción de un Estado soberano e independiente. Las alianzas, representaciones diplomáticas, tratados y negociaciones no fueron los únicos escenarios de estas relaciones, eran -muchas veces - apenas el reflejo de los conflictos que diariamente se vivían en fortines y fronteras.

         En la mesa de negociación se reflejaba la premisa: "La percepción de los hechos, a veces, pesa tanto como los hechos mismos". Situaciones que hoy consideramos poco probables, los gobernantes y diplomáticos de aquellos años las consideraban variables posibles tales como la absorción de Paraguay por Buenos Aires, o una invasión a Matto Grosso. Paraguay rechazó la autoridad de Buenos Aires para apoyar a España por un brevísimo tiempo, pero esto fue solo una estrategia para afirmar su propia independencia. Por otro lado, la ambición lusitana por los ricos yerbales no era menos peligrosa; al contrario, la necesidad de clarificar la posición del Imperio con respecto al Paraguay política y territorialmente fue una lucha permanente.

         En tanto, españolistas, porteñistas, carlotistas (quienes pretendían instituir a Carlota Joaquina de Borbón, hermana del rey español Fernando VII y esposa de Juan VI, rey de Portugal, como legítima heredera del monarca preso), nacionalistas y otros sectores que se pasaban de un lado para el otro conforme se iban dando los acontecimientos, intentaban consolidarse en el poder y trataban de apuntalar una política interna entre variados vientos ideológicos.

         La Junta Superior Gubernativa -primer gobierno nacional - lidió con estos dilemas entre 1811 y 1813, problemas que enfrentó el Consulado una vez instituido, hasta la llegada del primer gobierno unipersonal, la Dictadura. El régimen de Francia duró hasta su muerte en 1840, a lo que le sucedieron gobiernos provisorios. En 1841, un segundo Consulado se esforzó por la organización jurídica del Estado paraguayo, a lo que le siguió el régimen de los López. Desde 1844 hasta 1862, Don Carlos Antonio López concentró su gobierno en las negociaciones donde trató las tres cuestiones internacionales, dándole voz en los medios escritos.

         Con la disolución del Imperio Español se inició un proceso que tomó distintos caminos en cada una de las colonias americanas que se emanciparon, en las cuales se formaron nuevos gobiernos. Cuando los antiguos conflictos coloniales pasaron al plano de una pugna entre los nacientes Estados nacionales de la región, todo este escenario desembocó en un conflicto internacional que involucró las preocupaciones e intereses de toda la región del Río de la Plata: la Guerra Grande.

         Los conflictos no se redujeron al plano internacional, sino que las pugnas internas, rencillas, conspiraciones y represiones fueron un elemento casi permanente en éstos años. Demarcar las fronteras no se limitaba al plano territorial, iba más allá, a la construcción de la identidad diferenciadora, un sentido de pertenencia con respecto a los demás pueblos.

         Siguiendo la línea cronológica de estos gobiernos, este libro aborda los acontecimientos relativos a los conflictos internacionales más conocidos de la Primera República. Vamos recorriendo la sinuosa ruta política llena de desconfianzas, amenazas y violencia.

         En el primer capítulo contextualizamos la situación política, social y económica entre 1811 y 1862. El Capítulo 2 aborda los conflictos internos y externos en los dos primeros gobiernos nacionales. Los Capítulos 3 y 4 siguen la misma temática durante la Dictadura del Doctor José Gaspar de Francia y la presidencia de Don Carlos Antonio López, respectivamente.

         Este periodo se caracteriza por la lucha por la soberanía nacional, el reconocimiento de la Independencia, y la organización de las bases del Estado Nacional.

 

 

 

CAPITULO I

 

         CONGRESO NACIONAL DE JUNIO DE 1811

 

         Las villas y poblaciones de la Provincia enviaron sus diputados -alrededor de 300- para representarlos en el primer Congreso presidido por paraguayos, el 17 de junio de 1811. Los tres sectores estaban representados, y tenía la misión de constituir un nuevo Gobierno y definir qué posición tomar con respecto a Buenos Aires. El orador sobresaliente en estos debates fue Mariano Antonio Molas. La propuesta de Molas fue adoptada con pequeños ajustes por la Asamblea, así se inició la administración de la Junta de Gobierno.

 

         CONGRESO DE 1813

 

         En setiembre de 1813, el Congreso Nacional tomó dos decisiones importantes: a) optó por una nueva forma de Gobierno: el Consulado, integrado por Don Fulgencio Yegros y Don José Gaspar de Francia; y b) se adoptó el nombre de República.

         El Consulado duró un año -desde octubre de 1813 hasta octubre de 1814-, hasta la siguiente reunión del Congreso Nacional. La creación del Consulado fue un fenómeno altamente extendido por toda la América Latina en revolución. Cada Cónsul contó con un Batallón de Infantería a su cargo. Según el Reglamento de Gobierno, emanado del Congreso, los cónsules gobernarían alternándose el ejercicio: un periodo Francia, otro periodo Yegros. En el congreso de 1813, la Asamblea declaró: "La providencia interior del tribunal en los términos expresados rolará de aquí adelante alternando los dos cónsules por cuatro meses cada uno".

 

         CONGRESO DE 1814

 

         El Congreso Nacional se volvió a reunir en 1814. La idea de adoptar un gobierno unipersonal estaba en el aire. El Presidente de la Asamblea, el mismísimo Francia, leyó un discurso donde aconsejó un gobierno unipersonal para dar respuesta a la cuestión que se deliberaba sobre el medio de "mejorar el gobierno" -algunos pedían extender el Consulado-, o de "arreglar el Gobierno", basándose en la experiencia de los años trascurridos de independencia. "¿Quién podría oponerse al astro?", dice Chaves sobre la carrera política de Francia en este punto. Siete octavas partes de los mil diputados ungieron a Francia como Dictador Supremo de la República por cinco años.

         Los delegados que representaron en ambos congresos fueron elegidos por sufragio universal, votaban todos los hombres casados y solteros mayores de 23 años. Existían limitaciones para el clero y para los que abiertamente eran "enemigos" del nacionalismo.

 

         CONGRESO NACIONAL DE 1841

 

         Luego de 25 años de silencio, en el templo de San Francisco se volvieron a oír las voces de los representantes de la Asamblea Nacional Constituyente, quienes decidieron volver al Consulado y nombrar a Don Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonso por tres años. La idea de re-adoptar el Consulado fue de López. Pero no fue la única vía que se propuso, ya que el diputado Juan Bautista Rivarola, férreo defensor de las ideas liberales, expuso que era prioritario para el país, redactar una Constitución democrática e implantar un régimen de libertad en el Paraguay. Don Carlos se resistió, diciendo que en vista de las condiciones, era imposible establecer una Constitución liberal y que debía instituirse un gobierno fuerte, enérgico que mantuviese la paz y la tranquilidad pública. Al llevar a votación ambas mociones, la propuesta de López fue aceptada sin muchas replicas.

         Se dispuso que los Cónsules ejercieran la Comandancia de Armas y el Despacho de Gobierno, conjuntamente; los mismos tuvieron bajo su jurisdicción los poderes Ejecutivo y Judicial. Otra medida importante fue que se hizo la distribución de los sueldos que el Supremo dejó para premiar a las tropas de los fortines y fronteras.

 

         CONGRESO DEL 25 DE NOVIEMBRE DE 1842

 

         Una de las deudas de los primeros gobiernos era la cuestión de la declaración oficial y ratificación del Independencia del Paraguay. Aunque era un hecho consumado y anunciado a la Junta de Buenos Aires desde 1811, se carecía de un documento oficial, solemne, como se acostumbraba en los Estados de todo el continente. El Congreso Extraordinario de 1842 zanjó este inconveniente. Cuatrocientos diputados firmaron el Acta Solemne de Independencia del Paraguay. Esa declaración fue comunicada por los medios diplomáticos correspondientes. También se sancionó la Ley de Pabellón Nacional, y se fijó el 25 de diciembre como fiesta solemne en conmemoración a la jura oficial de la Independencia Nacional. El principal destinatario de esta declaración fue el gobierno argentino además de ser uno de los últimos en ratificar diez años después. Este documento fundacional señala en uno de sus párrafos que:

         "Nuestra emancipación e independencia es un hecho solemne e incontestable en el espacio de más de treinta años, que durante este largo tiempo y desde que la república del Paraguay se segregó con sus esfuerzos de la metrópoli española para siempre, también y del mismo modo se separó de hecho de todo poder extranjero queriendo desde entonces con voto uniforme pertenecer a sí misma, y formar como ha formado una nación libre e independiente bajo el sistema republicano sin que aparezca dato alguno que contradiga esta explícita declaración... "

 

         CONGRESO DE 1844

 

         El Congreso de 1844 restableció el gobierno unipersonal en Don Carlo Antonio López. La labor de éste en el Consulado le garantizó ser el heredero del poder y prestigio del Doctor Francia.

         Como en el Consulado anterior, López, como cónsul civil, se volcó a las tareas administrativas del Gobierno, y Alonso, a las tareas militares. Tras los tres años de gobierno, se convocó al Congreso para definir el futuro del mismo, que se reunió en el Salón del Congreso. López y Gill (Secretario de Gobierno) redactaron una Constitución que fue propuesta en ese mismo Congreso, y aceptada sin estudio, aunque algunos diputados abogaron por una Constitución Liberal, moción que no tuvo eco. Así fue sancionada la "Ley de Administración política de la República del Paraguay", un expediente provisorio con el objetivo de introducir algún orden en la administración de las cosas públicas. De acuerdo con esta misma Ley, el Congreso nombró a Don Carlos Antonio López Presidente de la República por el periodo de diez años.

 

 

 

CAPÍTULO III

 

DEFENSA, GUERRAS SILENCIOSAS E INDIOS INFIELES

 

         "Los paraguayos son los que entienden... "

 

         Las confrontaciones silenciosas -llamadas por la historiadora Nidia Areces, Guerra no Frontal- son los combates intermitentes y a la vez permanentes que se dan en las fronteras durante el régimen francista. Los conflictos eran distintos en el Norte y en el Sur. Mientras el Norte era asediado por los bandeirantes, y asaltado por los mbayás; el Sur sufría las ocupaciones del ejercito artiguista y de los efectos de los pugnas entre las provincias del interior del Río de la Plata. La defensa de las fronteras fue una prioridad del gobierno de Francia, el cual estableció un rígido sistema de control fronterizo y de todo el Estado. Las cartas y decretos del Supremo reflejan la importancia que le daba a la defensa de la República, controlando cada detalle de la organización de la misma.

         Llegó a hablarse en toda la región, inclusive fuera de ella por los relatos de los viajeros, del "secreto de Francia". Los rumores funcionaban como parte del régimen, uno de ellos, tal vez el más efectivo fue el de un ejército imbatible controlado directamente por Francia.

 

         VIOLENCIA POLÍTICA. PRESIONES ELECTORALES

 

         Los Congresos de 1814 y de 1816 tuvieron muchos aspectos en común.

         Ambos nombraron Dictador Supremo a José Gaspar de Francia y estuvieron basados en un fuerte apoyo del campesinado. El aparato francista se puso en marcha desde los primeros momentos en la campaña. También se ocupó de colocar a jefes incondicionales en el ejército y de alejar a las fronteras a los militares que seguían a Fulgencio Yegros y Pedro Juan Caballero.

         Los asuncenos pensaban que se extendería por dos años más el Consulado, de hecho, se resistían al ascenso personalista de Francia. Era en el interior del país, entre la mayor cantidad de diputados, donde se estaba poniendo en marcha el plan de José Gaspar de Francia para hacerse con el poder absoluto.

         Fulgencio Yegros no estaba demasiado interesado en la vida política, lo que se hizo patente durante sus funciones en el Consulado. Fue así que -aunque Gamarra y Caballero - buscaron dificultar la senda de ascenso al Doctor, no pudieron convencer a Yegros de hacer frente a Francia. Debido a sus intenciones subversivas, Caballero, Juan Manuel Gamarra y don José Teodoro Fernández fueron confinados al interior.

         Mientras se retiraban a sus respectivas estancias, el nuevo Congreso era convocado y se publicaba una instrucción que advertía que no serían convocados ni tendrían voz aquellos considerados o reconocidos opositores a la causa de la libertad. Los mil diputados -ciudadanos de las más variadas actividades - se daban cita en la capital. Se ordenó que las armas todas se depositaran y quedasen a disposición del Congreso. Además, la instrucción de elegir al Dr. Francia como solitario Gobernante Supremo ya estaba en manos -y bocas- de los diputados de la campaña. El discurso era el mismo que Francia defendía en su alejamiento en 1812- 1812: se debían destruir los privilegios y el europeísmo; prohíbe ejercer funciones a cualquiera -en especial - religiosos que no están comprometidos con la revolución.

         ¿Quiénes podrían votar? Todos los nacidos en las provincias del Antiguo Virreinato y afectos a la Independencia del Paraguay. Indecisos, europeístas, porteñistas, sospechosos no tenían cabida en esos congresos. Ninguno que pudiera poner en duda el delicado "equilibrio" nacional. Como señala Chaves: "Radicalismo puro e intransigente". En 1814, las deliberaciones se iniciaron el 4 de octubre y eligieron como Presidente a Francia, por aclamación, y como Secretario a Juan Bautista Rivarola.

         En su discurso Francia señaló el camino que se quería, cuando propuso adoptar un gobierno unipersonal. Dos sectores claramente se alinearon, unos hacia la continuidad del Consulado por tres años más, y otros hacia la elección de un solo gobernante.

         Cuando se optó por el sistema unipersonal, el debate se puso candente y llevó a suspender la sesión. La Iglesia de la Merced -auditoría que recibía a los diputados en deliberación- se encontró rodeada de granaderos al reanudarse la sesión. La compañía de granaderos estaba ahí para rendir honores y ejercer la presión necesaria para definir el asunto en disputa.

         Francisco Wisner de Morgernstern señala que siete octavas partes del Congreso eligieron a Francia, todos votos campesinos. Dos años después se repetiría la fórmula exitosa para confirmar al Supremo en el poder hasta su muerte.

         Para el Congreso de 1816, el Dictador -con el control central en sus manos - colocó en todos los cargos a hombres de confianza. Un mes antes del Congreso inició la propaganda de la Dictadura Perpetua, que estaba revestida por sus obras y virtudes como gobernante.

         El discurso que asociaba nacionalismo a Francia, y todo a sus enemigos como enemigos de la Patria surtía efecto en el pueblo, principalmente entre la gente de la campaña. Acerca de cualquier oposición a Francia, en víspera de las deliberaciones, se publicó una circular para los delegados, que cita el historiador J.C. Chaves: "pues el Gobierno no los admitirá [a los faccionarios de los enemigos] en el Congreso General, y aún cuando llegaran a ser tolerados sería nulo e insubsistente quanto por su siniestra, o depravada influencia se llegase a deliberar".

         En junio de 1816 en la Catedral se reunieron 150 diputados. Un grupo bastante uniforme de delegados que declararon Dictador Perpetuo del Pueblo y del Ejército. Por último, se renunció al poder de representación resolviendo que el congreso General -que se reunía anualmente- tendría lugar cada vez que el Dictador lo halle necesario. Nunca más en su vida el Dr. Francia "halló" necesario convocar el Congreso.

 

         LA CONSPIRACIÓN DEL AÑO 20

 

         Los ecos de resistencia sobrevivieron penosamente en los callejones asuncenos. Una vez nombrado a perpetuidad el Supremo, el descontento se desbordó suavemente en forma de escritos en los muros y pasquines ridiculizando a José Gaspar de Francia. Llegó a tope a principios de 1820.

         Los rumores ganaron fuerza así como el descontento lo que había sido "lo mejor" de la sociedad paraguaya estaba siendo desplazada por la chusma. Los políticos sin posibilidad de ejercer sus actividades; los victoriosos oficiales de la Revolución de Mayo confinados al interior y al silencio; los comerciantes habían caído en desgracia por el aislamiento que impedía el comercio; los religiosos debían ocuparse solamente de cumplir con sus funciones espirituales. La aristocracia estaba acostumbrada a los privilegios sociales y a intervenir en los asuntos políticos, pero el Supremo se ocupó de condenarla al enclaustramiento. La resistencia al régimen fue permanente, en especial por parte de las conocidas como las cien familias. La rebeldía y la resistencia a las autoridades era castigada con duras medidas: fuertes multas, destituciones, entre otras.

         El plan se comenzó a fraguar en enero de 1820. Los sitios de mayor agitación fueron la quinta de Yegros y la casa de Marcos I. Baldovinos en Asunción. Las noticias corrieron rápido. El Dr. Francia hizo venir a Yegros a Asunción debido a las acusaciones de hacer muchas reuniones sin autorización. El plan era asesinar al Dictador en la tarde del Viernes Santo, durante su paseo habitual. El capitán Pedro Montiel era el encargado de disparar contra Francia, desde la casa del correntino Cabral. Una vez acéfalo el gobierno, tenía que asumir Fulgencio Yegros; Caballero y Montiel tomarían el mando de las tropas.

         Para desgracia de los complotados, la conciencia de Juan Bogarín los traicionó. Las reuniones en casa de Baldovinos no pasaban desapercibidas para la policía. Tres días antes del día acordado fueron arrestados Pedro Montiel, Jesús Acosta, Sergio Latorre y Justino Olavarrieta al salir de una de las reuniones. Bogarín logró escabullirse, y en el confesionario del fray Anastasio Gutiérrez descubrió todo el plan. El mismísimo Dr. Francia encabezó la comitiva que salió a apresar -y sembrar el temor- en las calles de Asunción. A la campaña se enviaron partidas de caballería que volvían con decenas de presos que llegaban atados de manos y pies. Yegros, Caballero, Montiel, Acosta, Baldovinos, Aristegui eran algunas de las familias casi enteramente afectadas por la prisión y confiscación de bienes.

         Los calabozos no daban abasto y los herreros trabajaban contra reloj y para hacer unos grillos y cadenas para más de 300 presos en menos de una semana. Las medidas fueron tan extremas que llevaron a la pobreza a muchas familias. Las medidas de vigilancia, control y la seguridad del Supremo se redoblaron. Mientras, en la frontera sur, la amenaza del caudillo entrerriano Francisco "Pancho" Ramírez estaba cerniéndose. Francisco Ramírez era un caudillo que, habiendo sido oficial de Artigas, se volvió en contra del patriota oriental. Ramírez pidió que Artigas -asilado en Paraguay- le fuera entregado. Las presiones de Ramírez hacían de él un grave peligro exterior.

         La amenaza exterior se hizo interior por la coincidencia con la conspiración, por lo cual se inició un proceso judicial que incluía en el interrogatorio preguntas acerca de la relación entre los conspiradores y el entrerriano. Cuando las respuestas no eran satisfactorias los presos eran llevados al "cuarto de la verdad", una verdadera sala de tormentos, donde a punta de azotes se repetía el interrogatorio. La preparación se repetía hasta que se obtenían las respuestas y la firma esperadas.

         La comunicación entre los patricios y el caudillo entrerriano eran poco probables, sin embargo, en julio del 1821 un mensaje de Ramírez dirigido a Pedro Juan Caballero cayó en poder de la policía. La nota pedía a Yegros que estuviera tranquilo porque pronto iban a recibir su ayuda. Resultado de tan aciago descubrimiento, las vidas de Don Fulgencio Yegros, del Dr. Juan Aristegui y de otros cinco terminaron frente a un pelotón de fusilamiento, junto al edificio del Cabildo. Caballero acabó con su propia vida en la prisión.

         Los fusilamientos siguieron en los días siguientes. Julio de 1821 quedó como un hito aciago en el régimen del Supremo. El fantasma de la traición quedaría vagando por los sueños y las calles de la ciudad del férreo defensor de la soberanía nacional por los siguientes 20 años.

 

 

         CONTRA LOS "EXTRANJEROS"

 

         El año 1821 fue la continuación de un capítulo iniciado en 1814. El pregonero llevó el Bando en junio que convocaba a todos los españoles a la plaza en dos horas bajo pena de muerte. Todos los españoles -incluyendo a los más ilustres- se dieron cita en las filas. De la plaza pública fueron llevados a prisión (excepto el ex Gobernador Velasco y el Obispo Panes), de donde no pudieron salir hasta pagar una onerosa multa colectiva. Las medidas "vengativas" se extendieron a los santafesinos. La incautación de armas destinadas al Paraguay fue la causa de un fuerte incidente con el Gobierno de Santa Fe. En el puerto se retuvo la preciosa carga porque no fueron declaradas como armas. La defensa de la soberanía era uno de los pilares del régimen francista. La detención de una carga para el Paraguay, y más aún, armas destinadas a la defensa, fueron motivos suficientes para tomar represalias contra los santafesinos         residentes. Hipólito Quintana (cura), Pedro Ignacio Aguiar, el Doctor Andino (abogado), y un adolescente de 16 años fueron recluidos en míseras condiciones. Cabe señalar que todos eran antiguos y reconocidos vecinos.

         En octubre de 1823 se prohibieron los casamientos de porteños, santafesinos, entrerrianos y correntinos. Un periodo oscuro como este estuvo sembrado de silencios, porque quien emitiese opinión contra el Gobierno podría ser plausible de duros castigos: multas, expulsión, confinamiento, prisión, fusilamiento.

         El "Robespierre" de Sudamérica había construido su propio "régimen del terror", con un mecanismo eficaz para establecer los cambios que consideraba necesarios para consolidar la revolución y afianzar la independencia.

 

         LA FÉRREA DEFENSA DE LA SOBERANÍA NACIONAL

 

         Habiendo sido uno de los pilares del régimen de Francia la defensa de la soberanía del Paraguay política, económica y territorialmente, el Ejército tenía un papel fundamental. Además, todo el control y el poder descansaban en esta institución. El ejército de Francia fue un instrumento que se consolidó como fuerza, pero que no permitió en un cuarto de siglo la formación de un liderazgo en la oficialidad. La idea de igualar la sociedad se hizo patente en el Ejército.

         El ejército estaba bien pagado, contaba con armas y municiones para cumplir con sus funciones y en consecuencia era fiel ejecutor de las órdenes del Dictador, quien instruía personalmente a las tropas.

         La cantidad de hombres que componían las fuerzas es difícil precisar. Mientras Rengger informaba que eran alrededor de 15.000, es más probable que hayan sido unos 3.000 efectivos. Cada batallón de infantería constaba de unos 472 hombres. Los jóvenes de familias distinguidas no podían formar parte, para evitar que las tropas se "contaminen con ideas extrañas".

         Las fronteras y fortines del Norte y Sur, y la Capital eran los puntos con mayor concentración de fuerzas: Asunción, Itapúa, Pilar, Candelaria, Concepción, etc. Los enfrentamientos con Artigas (1815), Ramírez (1821) y Ferré (1833) fueron las amenazas más graves a la paz de la República, además de los conflictos permanentes con los Lusitanos al norte y los Indios infieles al otro lado del Chaco.

 

         ARTIGAS CONSPIRA CONTRA FRANCIA

 

         El Dr. Francia fue el principal obstáculo para lograr la ansiada alianza entre paraguayos y orientales, con su política de no intervención. Hacia 1815 empezaron las tratativas de Artigas para derrocar al régimen francista.

         A principios de 1815, llegó a Asunción una nota de Artigas dirigida a Cavañas, solicitando que Yegros movilizase gente en la costa del Paraná y que Cavañas hiciera lo suyo en las Cordilleras. Las tropas artiguistas planeaban pasar de las Misiones al territorio de la República. Poco se sabe de este plan en particular, ya que no se llevó a cabo y fue descubierto luego de la Conjura de 1820.

         Ante el fracaso de este intento, Artigas se puso en contacto directo con el dictador para "atraerlo hacia su órbita". Inició por mostrarle pruebas de sus victorias y del dominio que tenía en Santa Fe y Córdoba. Su propuesta no tuvo eco ni respuesta, de acuerdo con su política de no intervención. Por su parte Artigas tomó esto como una afrenta y prohibió todo comercio en Paraguay.

         Las hostilidades se iniciaron cuando las tropas de Andresito -hijo adoptivo de Artigas- ocuparon Candelaria. Además, obstaculizaron la navegación del Paraná. Una carga de armas y municiones que los Robertson traían para el Dr. Francia. El Supremo se enojó y protestó contra la retención de la carga, los calificó de "bandoleros, ladrones y engañadores"; además amenazó con declarar la guerra si se le hacía algún daño a la carga. Los Robertson no pudieron convencer a los Cónsules británicos de intervenir en el conflicto, por lo cual fueron expulsados del Paraguay y quedó suspendida toda relación comercial entre Paraguay y Gran Bretaña.

         La ocupación de Candelaria provocó la movilización de las tropas de Infantería y Caballería al Paraná, conformadas por contingentes de Asunción, Paraguarí y Villarrica. Paso de Patria, Cerrito e Itatí eran resguardados, una flota protegía el Paraná. Solo se realizaban incursiones sin importancia. Para febrero, al delegado de Pilar le informaron que Artigas ordenó el retiro de tropas por la amenaza portuguesa.

         El trabajo de las tropas de Andresito Artigas no sé reducía a la invasión. Sino que también tenía como objetivo realizar una intensa propaganda contra el régimen de Francia. La intención era que se formara un movimiento revolucionario interno que Artigas auxiliase. Muchos se unieron a la causa artiguista, viéndola como el emblema del ideal federal que había defendido el propio Supremo al iniciar el proceso en Mayo de 1811. Como ocurrió en ocasiones anteriores los contrarios al régimen fueron asociados con elementos extranjeros en la propaganda oficialista. Haya sido cierto o no el contacto a la formación de un partido artiguista, en 1817 se descubrió correspondencia entre Artigas y un vecino de Caacupé, Hermenegildo Jiménez, quien fue a la prisión por este contacto sospechoso.

 

         PLANES DE PUEYRREDÓN

 

         La guerra civil se disputaba la sangre de los jóvenes rioplatense. En el año 1816 el centralismo porteño era representado por Juan Martín de Pueyrredón y la opción federal, por Artigas. Ambos bandos buscaban el apoyo del Paraguay, es decir, del Dr. Francia. No tuvieron respuesta.

         Pueyrredón pidió a Manuel de Olavarrieta de Paraguay hacia fines de 1816. Olavarrieta refirió que el Paraguay era una "colonia europea", y que Francia era protector de los españoles y simpatizaba con el Imperio Portugal. Por estas razones aconseja que se bloquee al Paraguay y se embarguen las propiedades y productos de sus residentes, todo con la intención de acelerar la planeada caída del Dr. Francia.

         Pueyrredón tenía serios planes para subyugar al Paraguay, las posibles opciones eran: la expedición y el movimiento interno. Para Buenos Aires dominar al Paraguay eran un asunto prioritario. El mal ejemplo que daba la "provincia rebelde", la inestabilidad que significaba para los planes centralistas la actitud de Francia, y la idea corriente de que "los paraguayos son los que entienden" eran causas políticas para intervenir en el Paraguay. Así mismo, las arcas del Estado y las riquezas de la tierra eran atractivos para apuntalar este plan. Se dispuso que el Teniente Coronel Baltazar "Balta" Bargas dirigiese la conspiración desde Corrientes. Sobre el destino de esta operación sabemos poco.

 

         CORRIENTES DECLARA LA GUERRA PARAGUAY

 

         El Paraguay ocupaba las Misiones Occidentales de acuerdo al Tratado del 12 de octubre de 1811. El Dictador quería asegurar el libre tránsito de los comerciantes brasileños que venían a Itapúa. Por lo que ordenó en 1832, el reconocimiento de los terrenos hasta la desembocadura del Aguapey en el Uruguay, invocando que hasta allí llegaban los derechos del Paraguay. Pedro Ferré, Gobernador de Corrientes protestó ante Francia alegando que esos territorios eran correntinos y amenazando con represalias en caso de incumplir. Francia, excepcionalmente contestó a Ferré. El Comandante de Pilar del Ñeembucú fue el intermediario que llevó los alegatos de Francia, reafirmando los derechos del Paraguay hasta los pueblos de Yapeyú y La Cruz. Ofrecía ceder estos territorios, si Corrientes se ajustaba a adquirirlos en compra.

         Ferré replicó declarando la guerra y ocupando Candelaria. En una proclama requirió a los pueblos argentinos su ayuda para mantener los derechos y el honor de la República, pero los esfuerzos para obtener la ayuda de las demás provincias fueron vanos. El Supremo ignoró la declaración de guerra. Antes de la declaración se resolvió el abandono del campamento del Salto, que había originado la disputa. Esta decisión obedeció a la falta de jefes militares con experiencia.

         Para diciembre de 1833, las fuerzas paraguayas estaban preparadas, reorganizadas y había re-ocupado Candelaria y el Salto. Ahí establecieron una defensiva bastante numerosa, pero se mantuvieron sin confrontar. Rafael Atienza, nuevo Gobernador de Corrientes, determinó en marzo del siguiente año abandonar Misiones, lo cual comunicó a Buenos Aires, teniendo en cuenta que las fuerzas paraguayas se mantenían pacíficamente. La guerra no prosiguió "en vista de la conducta que constantemente ha guardado el gobierno del Paraguay en todo el período de la revolución". Los eventos dados entre 1833 y 1834 en las Misiones, revelaron claramente la política de no intervención de Francia. Se verificó lo que Atienza señaló: "El Supremo no buscaba conflictos con nadie, pero tampoco amistad".

 

 

         CONFLICTOS EN LA FRONTERA NORTE

 

         El Paraguay es el resultado de la defensa del Imperio hispano de las ambiciones expansionistas del Imperio Portugués. En el Norte las relaciones de comercio y los conflictos de intereses estaban continuamente enfrentando a paraguayos, lusitanos e indios. El conflicto en esa parte del país se volvería una preocupación permanente para los gobernantes de la Primera República. Durante el gobierno de Francia, las principales discrepancias se producían por el atropello de los indios y del pequeño comercio en el Norte. El Dictador y el Delegado de Concepción acusaban a los portugueses de amparar, proteger y negociar con los indios mbayás.

         El delegado portugués, Correa da Cámara, recibió en 1829 una síntesis de los daños y perjuicios por alrededor de 100.000 pesos producidos por los portugueses. En esta incluía las hostilidades de los indios mbayás que eran apoyados por los comandantes de Coímbra y Miranda. Se acusaba directamente a los comandantes de intercambiar con los indios, armas y municiones por animales robados a los concepcioneros, y retazos de telas o aguardiente por cuero de animales silvestres. Inclusive se acusaba a los portugueses de proteger la retirada de los salvajes, luego de atacar los fuertes y poblados del Norte. Inclusive se señalaba que tres estancias del lado brasileño habiendo sido fundados con el ganado robado de los paraguayos.

         Las armas, además de ser provistas por los portugueses, eran reparadas en caso de desarreglarse. El Dictador ocupa gran parte de las instrucciones al Delegado de Concepción en recordarle la importancia de defender esa posición de portugueses e indios, pese a los esfuerzos, desvelos y sacrificios que tuvieran que hacer. El pequeño tráfico era mantenido entre las poblaciones paraguayas y brasileñas del Norte. Pero no era visto con buenos ojos por el Supremo por dos razones: muchos de los negocios se hacían al fiado, y en algunos casos se compraban textiles por oro y plata, que estaba totalmente prohibido extraer del país. En el fondo, consideraba el comercio solo un velo para soslayar los verdaderos intereses de los portugueses de penetrar en territorio paraguayo. Sin embargo todo esto era negociable, lo realmente molesto era que Río de Janeiro se negaba a reconocer la Independencia del Paraguay, y seguía considerándola una provincia de España. Ese mensaje era recordado al Delegado de Concepción repetidamente, por el contacto habitual que tenía con los poblados vecinos. Las relaciones con Brasil quedaron oficialmente cortadas a partir de 1819, pese a que se mantenían contactos entre ambos poblados, debido a que la Corte se negaba a pronunciarse acerca de la soberanía del Paraguay con respecto a España.

         La frontera del Apa era en realidad un trazado difuso más que una línea definida, por la cual los grupos indígenas se movían con cierta libertad. Por lo tanto, las dificultades de convivencia entre pueblos indígenas, portugueses y paraguayos eran permanentes. Esta gran frontera que se extendía a ambos lados del río había sido hasta 1777 territorio mbayá-guaicurú, lo que cambió totalmente con el Tratado de San Idelfonso.

         Los portugueses establecieron la capitanía de Matto Grosso en 1748 como núcleo para la ocupación de las tierras no habitadas por los españoles. En ese sentido se habían fundado los presidios de Coímbra y Albuquerque, así como el de Miranda y Nueva Coímbra para garantizar la libre navegación y proteger los límites de la capitanía. A su vez el Paraguay contaba con el fuerte Borbón, San Carlos del Apa, Villa Real de la Concepción. El establecimiento de Estancias de la Patria de la Región se hizo parte del sistema de defensa de la frontera.

         Desde 1819 el Dictador dispuso la organización de regimientos de milicias de costa arriba (en Ycuamandiyú) y de costa abajo (en Ñeembucú). Pese a todos los esfuerzos de organización las tropas regulares no eran suficientes para cubrir la defensa de las fronteras por lo cual los vecinos siguieron llevando gran parte del peso.

         Concepción era el escenario permanente de una guerra silenciosa, del conflicto por conquistar los espacios fronterizos. Todos los que pasaban y habitaban este espacio estaban involucrados y eran informantes para su respectivo mando. La vida en estas regiones era violenta y llena de carencias, además de ser continuamente afectada por los vaivenes de la política y de la convivencia y conflicto con los pueblos indígenas.

 

 

         DISPUTAS CON CORRIENTES

        

         Las Misiones Orientales fueron por un largo periodo de tiempo causas de disputa. Siendo una zona importante para el Paraguay, tanto política como económicamente, fue el detonante para que se complicaran las relaciones con Corrientes. Las Misiones eran vitales porque, además de contar con ricos yerbales, conformaban un territorio que aseguraba la defensa y la comunicación entre paraguayos y brasileros por el Río Uruguay. Dominar la región hasta el Río Uruguay era capital para la seguridad de la República del Paraguay.

         Los gobiernos de Corrientes y de Entre Ríos temían que Paraguay se aliase con el Gobierno Oriental. En tanto, el caudillo correntino, Pedro Ferré -acostumbrado a utilizar intrigas y ardides para lograr sus objetivos políticos- publicó, engañosamente, que el Gobierno Paraguayo lo iba a auxiliar en caso de que tropas porteñas invadieran Corrientes.

         El Dictador envió una patrulla en el Aguapey y el Rio Uruguay a verificar si había gente blanca recolectando yerba sin su autorización. Estando Ferré en una entrevista a principios de 1832 se le notificó que había gente armada hacia el territorio entre el Aguapey y el Río Uruguay. Para conocer el origen de esta expedición envió a 100 hombres con la orden de matarlos si eran indios, poner a conocimiento de los mismos que era territorio de Corrientes si eran brasileños y guardar relación armónica si eran paraguayos. Ferré se dirigió al Dr. Francia para referirle que las tropas paraguayas andaban por territorio de Corrientes.

         Francia respondió al delegado de Pilar diciéndole que Ferré no tenía que andar con fingimientos ni debía entrometerse en territorios que pertenecían a Paraguay desde la Colonia. Además lo desafiaba a hacer los movimientos que fuesen necesarios, que el Paraguay respondería acorde. Y agregaba que "no vuelva a mandar recados importunos y disparatados con las especies que él sabe forjar"

         Ferré declaró la guerra al Paraguay el 6 de octubre de 1832, junto con una proclama en contra de la crueldad y la indiferencia del Gobierno Paraguayo. Así también pidió auxilio a Buenos Aires.

         Candelaria fue ocupada por tropas correntinas, sin que se oponga resistencia. El asustado comandante de Itapúa fue fuertemente reprendido por el Dictador: "Ni salgas con la evasión de guardar órdenes. Todo comando de cualquier rumor o indicio de enemigos tiene la obligación de prevenir las defensas que están a su arbitrio".

         Ante la situación decide emprender los preparativos bélicos pero sin ordenar la reconquista para lograr ganar tiempo. En junio de 1832 se abandonó totalmente el campamento de Salto y lo ocuparon los correntinos.

         Esta ocupación provocó algunas dificultades en el paso de Itapúa. En esta ocasión Francia se lamentó de no tener un militar instruido entre los 2.000 hombres para tomar Corrientes. Varios planes para ocupar Candelaria fracasaron aparatosamente.

         En una de las ocasiones dispuso todos los detalles del plan que se llevó a cabo en noviembre, a pesar de eso la emboscada solo acabó con un paraguayo. En diciembre lograron reocupar las Misiones Orientales y restablecerse en Candelaria, con lo que aseguraron el tránsito de los comerciantes brasileños. Ferré se dirigió a Buenos Aires para denunciar los atropellos de las fuerzas paraguayas y solicitar una marina propia para defender la costa. Ferré es reemplazado por Rafael Atienza, el cual hace la paz con el Paraguay. Las provincias del litoral no respondieron al pedido de auxilio de Corrientes, y pese a los esfuerzos de Ferré de provocar la polémica queda claro finalmente que "el Paraguay no quería paz ni guerra con nadie".

 

         EL CAUTIVERIO DE BONPLAND Y LAS AMENAZAS DE BOLÍVAR

 

         Un incidente sumamente anecdótico fue el cautiverio de Aimé Bonpland. Bonpland, era un famoso científico que había recorrido el norte de Sudamérica recopilando información sobre los recursos y la naturaleza con la ayuda de Francisco Ramírez, caudillo entrerriano, Bonpland organizó una expedición a las Misiones.

         Según su gran amigo Simón Bolívar, al cual ampararon desde Londres en su titánica empresa emancipadora, Humboldt y Bonpland fueron los re-descubridores de América Latina, registraron y describieron tantas especies desconocidas que la visión de ese continente cambió radicalmente después de su mítico viaje.

         Bonpland se introdujo a las Misiones Orientales sin autorización del Supremo, lo que provocó su cautiverio. El sabio estuvo confinado en Santa María en condiciones de privilegio, ejerciendo sus actividades de investigación, comerciales y productivas, pero sin permiso para abandonar el país. Bolívar, gran amigo y admirador del sabio, amenazó con invadir Paraguay para liberar a su amigo. El Dr. Francia fue intimado, amenazado y repudiado por su decisión de no dejar libre a Bonpland.

         Sin embargo, luego de ocho años de permanecer en Paraguay, fue liberado. Cuando ya ninguna voz se alzaba para reclamar por él, el Supremo lo dejo en libertad, aclarando al delegado de Itapúa que el sabio podía partir cuando quisiese, que se tome el tiempo de liquidar sus asuntos antes de irse. La única condición era que no podía llevarse a nadie consigo. Su despedida del país fue bastante emotiva, pues creó vínculos con la gente de la zona que lo admiraba y respetaba como científico, médico, negociante, sabio.

 

         GUERRA Y HOSTILIDAD: FERRÉ Y FRANCIA

 

         La alianza entre Corrientes y Artigas provocó el malestar del Supremo, él temía que Corrientes se convirtiera en una base contra el Paraguay. Los obstáculos impuestos en Corrientes para la libre navegación desde la ocupación de las tropas, ponían en jaque uno de los pilares de la política del Dictador Francia: la defensa de la soberanía paraguaya.

         Hacia el año 1815 Francia insinuó a López comandante de Pilar que Corrientes debía anexarse al Paraguay para asegurar la paz de la República. Pero estos planes solo quedaron en el papel, nunca se concretaron las amenazas a Corrientes debido a la política de la no intervención. A todo esto se agregaba que muchas familias correntinas se habían establecido en territorio paraguayo, hacia el sur.

         En 1826 la Comandancia de Villa del Pilar Ñeembucú se vio estremecida por dos acontecimientos. Una partida correntina llegó hasta Timbó diciendo que traía pliegos del gobierno de Corrientes para el Comandante Juan Tomas Gill. En el mismo día arribó una embarcación, venida desde Salta y capitaneada por un francés, con 25 tripulantes, quienes decían estar camino a Buenos Aires pues creían que el Bermejo desembocaba en Corrientes. Gill, ante los acontecimientos contesto a la partida correntina que volvieran en diez días. Al francés y a sus compañeros les requiso las armas y los puso incomunicados. Un chasque extraordinario partió a Pilar llevando al Supremo las novedades. Los tripulantes de la barca eran estudiosos e investigaban la navegabilidad del Bermejo. Este hecho en sí mismo era una afrenta ya que el Gobierno de Salta pretendía desconocer los derechos del Paraguay al Bermejo.

         La nota que dirigió Francia a Gill revelaba la indignación por el obrar del Gobierno salteño. Para completar el panorama, era sabido que Buenos Aires había encargado esta expedición. Se le ordenó a Gill no recibir ni recoger el pliego enviado por el Gobierno de Corrientes. Sobre los tripulantes, ordeno mantener una rigurosa incomunicación.

         La licencia que llevaba el barco expresaba claramente que su travesía iba por el río Bermejo hasta desaguar en el río Paraguay. Una semana después el Supremo ordenó que los tripulantes del barcos vuelvan por donde vivieron y se si se niegan se les envíe a Asunción. Además Gill debía intimar a que se entregue el Diario de Viaje ya que la ruta se había hecho por territorio Paraguayo sin consentimiento de autoridad alguna. La respuesta del Capitán francés, Soria, fue: "que le digan al excelentísimo Señor Supremo Dictador que es tan fácil volver para atrás corno ir a la luna. Que disponga lo que sea de su agrado..."

         Soria y su tripulación se quedaron en Pilar hasta enero de 1827, cuando fueron confinados a Villa Concepción donde permanecieron cinco años. A principios de año 1827 Ferré se puso en comunicación con Gill por medio del Capitán Solís para solicitarle tratar asuntos relacionados con la República en Paso de Patria.

         Eso disgusto a Francia debido a que Corrientes estaba aliada con Buenos Aires contra Paraguay en ese momento y creía que la reunión seria con respecto a la barca de los salteños. La posibilidad de tener una entrevista con Gill en Paso de Patria tentó a que el Dictador maquinara su apresamiento. Pero apresar a un gobernante que venía pacíficamente a tratar asuntos públicos era una desvergüenza. Al fin se consumó la entrevista en Paso de Patria. El objetivo principal era duda de los porteños quienes con adulaciones y gratificaciones se ganaban a los Diputados del interior, Ferré decía venir en busca o auxilio y amparo para las provincias de Corrientes, Tucumán, Córdoba, Salta, La bajada y Santa fe. El temor era que sean absorbidos por Buenos Aires. Por lo cual Ferré buscaba firmar un Tratado con el Supremo. Francia no vio interés para el Paraguay en la oferta ni elemento alguno que acredite de que este venía en nombre de todas esas Provincias. Finalmente Francia volvió a repetir que el Gobierno no iba a entrometerse en asuntos ajenos, así como no iba permitir intromisiones.

         El 27 de marzo de 1827 Francia se ratifica diciendo: "puedes también decir que sólo Don Quijote andaba metiéndose en querellas ajenas y que no somos aquí tan simples".

 

 

 

CONCLUSIONES

 

         "No somos europeos, no somos indios,

sino una especie media entre los aborígenes y los españoles.

Americanos por nacimiento...

mantenernos en el país que nos vio nacer, contra la oposición."

        

         Simón Bolívar

 

         En la primera mitad del siglo XIX se acunaron los Estados modernos hispanoamericanos. En un contexto de conflictos y definiciones, se construyeron las nuevas identidades de los Estados-nación. Definir soberanías, legitimidades, fronteras, posturas era el desafío de los nuevos gobiernos, mientras el pueblo trataba de embarcarse en una travesía de la que poco comprendía.

         En Paraguay, este periodo conformó todo un sistema de vida y principios de la Primera República, un proceso que se cortó abruptamente a causa de la Guerra de la Triple Alianza. Sin embargo, al observar de forma panorámica los años previos a la Guerra se puede ver con claridad que los conflictos eran permanentes en los puntos de contacto entre distintos pueblos y naciones. También los conflictos eran habituales en los ámbitos políticos, donde se planteaban diferentes modelos institucionales para organizar el estado.

         Algunos puntos que vale la pena señalar a modo de síntesis son:

         La lucha por la soberanía nacional, era de por sí causa de litigio, ya que los Estados se adjudicaban los derechos territoriales sobre tratados y demarcaciones que, en muchos casos, no estaban claramente señalados en la realidad. Estos conflictos sumados a los propios de las fronteras, donde las relaciones sociales y económicas tienen sus características propias por el intercambio y la confrontación, hacían de la vida en los fuertes, fortines y presidios mucho más dura y difícil que en el resto de la República. Las cartas del Dr. Francia a los Delegados de Itapúa, Concepción, Pilar son un ejemplo patente de esto.

         Las relaciones con los pueblos indígenas no sometidos, son un tema que vale la pena visualizar y analizar más detenidamente, ya que los mismos adoptan diferentes posturas -sujeción, resistencia, etc.- en relación al Estado Nacional y sus integrantes. Mientras algunos indígenas se empleaban como peones en las estancias de la Patria o en las milicias, otros intentaban mantenerse en sus antiguos territorios reconstruyendo su forma de vida en torno a los pobladores. Por ejemplo, los mbayás y guaycurúes del Chaco en ocasiones asaltaban poblados para robar ganados, y en otras, negociaban con los pobladores del Norte, ya sean paraguayos o brasileños, la compra de víveres y armas.

         La arena política es un escenario de violencia y agresión continua. Los líderes que lograron afianzarse en el poder -Francia y los López - lo hicieron en base a un sistema eficaz de control y coerción por un lado, y de lealtades y reformas por el otro. La restructuración de la sociedad y la redistribución de la tierra, las medidas económicas para sobreponerse al aislamiento económico en el régimen francista, junto con el descabezamiento y debilitamiento de las elites locales fueron tendientes a este objetivo. Carlos Antonio López, sobre esta misma vía, controló el Estado y mantuvo a sus detractores lejos de sus objetivos con duras sanciones y censuras, aunque algo diferentes a su antecesor.

         Las ambiciones de los Estados de la región sobre el control de los ríos, puertos, rutas, yerbales o posiciones consideradas de seguridad llegaron a situaciones límite al Paraguay en varias ocasiones.

         La política de no intervención de José Gaspar, si bien puede considerarse en algunos casos más bien relacionada con el aislamiento, fue uno de los factores determinantes para mantener la tranquilidad del Paraguay en años de convulsión política regional. Aunque Carlos Antonio López se abrió a las posibilidades diplomáticas y comerciales, no abandonó del todo esta política de no inmiscuirse en los asuntos de política interna ajenos, si no le concerniere o fuese convocado de algún modo: "Con la pluma, no con la espada".

         Los acontecimientos acaecidos entre 1811 y 1872 en Paraguay muestran -de alguna manera - esa tensa calma que antecede a la tormenta, los pequeños enfrentamientos sintomáticos de problemas profundos que estallarían con la Guerra Grande. Esta "calma" que exigía firmeza para defender los derechos e intereses de la República, y a la vez apertura ante el escenario regional y mundial cambiante.

         Si bien este trabajo no pretende ser un acabado análisis, es una postal de un período de violencia política y conflictos intermitentes que dejaron su sello, no sólo en la población que los vivió de cerca, sino también en la formación de la identidad nacional. Por lo general evocamos los recuerdos heroicos y sangrientos de la Guerra Grande como el clímax de nuestra "paraguayidad", olvidando que la misma formó parte de una trama mucho mayor y más compleja que incluía intereses inmediatos y ambiciones de larga data, pugnas sectoriales y planes de conformación nacional.

         Finalmente, cabe decir que algunos conflictos siguen vigentes, principalmente en el ámbito político donde, la vieja arma del Supremo y de los López vuelve a cobrar vida, y la sola acusación de "faccionarios del enemigo" es el justificativo para la intolerancia y la agresión.

 

 

 

CRONOLOGÍA

 

1811

Diciembre. El Dr. Francia se retiró de la junta debido a diferencias con los miembros de la Junta Superior Gubernativa.

 

1812

6 de enero. Se promulgó el Bando de la Junta Superior Gubernativa.

 

1813

Mayo. Llegó a Asunción Nicolás de Herrera con misión de atraer al gobierno del Paraguay a la órbita bonaerense.

 

Octubre. Se reunió el Congreso General que decidió adoptar el Consulado como forma de gobierno, con Fulgencio Yegros y el Dr. José Gaspar de Francia. Se promulgó el Reglamento de Gobierno. Se formó el II Batallón, comandado por el Dr. Francia.

 

1814

03 de enero. Se publicó un bando que prohibía a los españoles hablar del Gobierno, casarse con mujeres blancas y ser padrinos.

 

Octubre. Se reunió el Congreso donde se eligió al Dr. Francia como Dictador Supremo de la República por 5 años.

 

1814-1815

Se enviaron expediciones contra los Mbayas en la frontera Norte.

 

1815

Febrero. El doctor Francia movilizó tropas para la defensa contra la ocupación de las fuerzas orientales de Artigas.

 

02 de julio. Se cortó todo vínculo de dependencia con la Iglesia.

 

10 de julio. Se estableció el servicio personal de los indígenas para la construcción de caminos.

 

Julio. José Gervasio Artigas ocupó Candelaria, y confiscó armas que se enviaban para el Paraguay Corrientes.

 

21 de diciembre. De Arcos y Casajús fueron apartados de sus cargos, debido al Decreto que no permitía a los españoles ocupar oficios públicos.

 

1816

Mayo. Se reunió el Congreso Nacional donde se eligió al Dr. Francia Dictador Perpetuo.

 

1817

Se publicó un bando que prohibía opiniones opuestas al gobierno, bajo pena de prisión y confiscación de bienes.

 

8 de mayo. Carísimo y Mareque fueron apresados y embargados, por desobedecer el Bando que prohibía a los españoles casarse con mujeres blancas o ser padrinos de bodas o niños.

 

17 de junio. Se prohibió las reuniones sin anuencia del gobierno.

 

1818

El Dictador pidió al Imperio de Portugal que no apoyen con armas, municiones o transacciones comerciales a los Mbayas. Debido a que continuaron las transacciones, suspendió el comercio con el norte y exigió al Imperio respetar independencia y soberanía del Paraguay.

 

1819

30 de enero. Se creó el escuadrón de Urbanos de Itauguá.

 

13 de marzo. El servicio de Urbanos sustituyó a los regimientos de Milicias de Costa Arriba y Costa Abajo.

 

7 de junio. Una "copla ofensiva" llevó a proceso judicial a tres reos.

 

Octubre. Dos españoles fueron arrestados por decir que el Doctor Francia estaba loco. José Miguel Ibáñez (comandante de Concepción) fue destituido y arrestado por hablar acerca del creciente despotismo de Francia.

 

1820

Mayo-abril. Se organizó un complot para asesinar al Dr. Francia en viernes Santo de 1820, el plan fue descubierto y duramente castigado.

 

5 de setiembre. El Supremo concedió asilo al caudillo José Gervasio Artigas, quien solicitó al ser vencido por Ramírez.

 

1821

Junio. Fueron apresados todo los españoles del Paraguay. Se exigió una multa de 15.000 pesos fuertes para liberarlos a todos.

 

Julio. A consecuencia de los procesos por el complot de 1820 fueron fusilados: Yegros, Montiel, Aristegui, Baldovinos. Casi medio centenar en total. Cavallero se suicidó en la cárcel. Ramírez decidió invadir Paraguay, y pidió extraditar a Artigas. Francia rechazó el pedido. Se incautaron notas de Ramírez dirigidas a Cavallero y Yegros.

 

Ramírez incautó las armas que venían para el Paraguay. En represalia se apresaron a 18 santafesinos, que quedaron encarcelados hasta 1840. Además, se suspendieron las licencias de exportación.

 

El sabio Aimé Bonpland fue detenido en Santa Ana (Misiones) por fuerzas paraguayas, por ingresar a las Misiones sin autorización del gobierno paraguayo.

 

1823

Octubre. Juan García Cossio fue enviado en representación de Rivadavia. Buenos Aires trataba de establecer relaciones con Paraguay. Cossio no pasó de Corrientes.

 

1824

Woodbine Parish de Gran Bretaña no logró un acuerdo con Dr. Francia, porque pone como condición para el libre comercio, un acuerdo con el Río de la Plata.

 

1825

Manuel Correa da Cámara, cónsul y agente comercial del Imperio de Brasil, vino al Paraguay buscando el apoyo del Dr. Francia en la Guerra contra los orientales.

 

1827-1829

Correa da Cámara esperó en Itapuá -en vano- la aprobación de Francia, de hacer un Tratado. Trajo armas, a pedido de Francia.

1828

8 de julio. Misión de Luis Ruiz (Bolivia) fue rechazada, no pasó de Fuerte Olimpo, por no referirse al gobierno de la República.

 

1832

Corrientes declara Guerra contra el Paraguay, debido a la expedición militar paraguaya del territorio de Aguapey (Río Uruguay). Pero Ferrer, gobernador, protesta.

 

1833

Diciembre. Candelaria y Salto son invadidas por tropas correntinas.

 

1834

Corrientes y Paraguay establecen un status quo. Rafael Atienza abandona territorio de Misiones.

 

1839

Correa da Cámara, como representante de Rio Grande do Sul independiente, solicita ver a Francia. No llega a Asunción.

 

1840

20 de setiembre. Finaliza la Dictadura de Francia con su deceso.

 

24 de setiembre. Se formó una junta de Gobierno.

 

1841

22 de enero. Se estableció el Triunvirato de los Juan José Medina, José Gabriel Benítez y José D. Campos.

 

9 de febrero. Mariano Roque Alonso asumió la Comandancia General de Armas, Carlos A. López la secretaria.

 

12 de marzo. Se reunió el Congreso Nacional, donde se estableció el Segundo Consulado conformado por Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonso.

 

31 de julio. Tratado de límites, amistad, comercio y navegación con Corrientes.

 

1842

Noviembre. Se reunió de forma extraordinaria el Congreso General Extraordinario, donde se ratificó la Independencia del Paraguay y se redactó la Declaración formal de Independencia.

 

1843

17 de junio. Bolivia reconoce la independencia paraguaya. Rosas niega el reconocimiento de la Independencia Paraguaya.

 

1844

13 de marzo. Se reunió el Congreso Nacional que decidió aprobar la Ley General de Administración de la República, y nombrar a Carlos Antonio López presidente de la República por 10 años.

 

7 de octubre. Se firmó un Tratado de Alianza Defensiva con el Imperio del Brasil.

 

2 de diciembre. Se firmó un Tratado con Corrientes de navegación y contra Rosas.

 

1845

26 de abril. Apareció el primer número del "Paraguayo Independiente", con el objetivo de impulsar el reconocimiento de la Independencia y hacer conocer al Paraguay.

 

14 de junio. Uruguay reconoció la independencia del Paraguay.

 

4 de diciembre. Paraguay declaró la guerra al Gobierno de Buenos Aires para presionar a Rosas a reconocer la independencia. La Flota anglo-francesa venció en "Vuelta de Obligado". Juan Manuel de Rosas fue derrotado, y se liberó el tráfico del Paraná.

 

1846

Enero. El Gral. José María Paz y Francisco Solano López comandaron a 5000 hombres invaden Corrientes.

 

28 de febrero. Motín de tropas paraguayas en Corrientes. Se disuelve la alianza entre Paraguay y Corrientes.

 

15 de julio. Tratado con Alcaraz. Paz con Urquiza.

 

Setiembre. Cesaron las hostilidades entre Paraguay y Corrientes.

 

1847

Juan Andrés Gelly viajó a Rio de Janeiro en misión. Su presencia provocó la protesta de Buenos Aires.

 

1849

Mayo. Se confirmó a Carlos Antonio López en la Presidencia.

 

10 de junio. Ocupación militar de Misiones.

 

27 de junio. Expedición militar del Coronel Wisner Mongestern al Río Uruguay. Misión Juan Andrés Gelly fracasó: Brasil adoptó una nueva posición, rechazó la independencia paraguaya.

 

1850

5 de diciembre. Se firmó un Tratado de mutua asistencia con Brasil. Apoyo la independencia Paraguaya.

 

1851

Urquiza anunció la guerra contra Rosas, e invitó a López a una alianza.

 

Abril. El gobierno exigió la desocupación de la isla Apipé.

 

Octubre. Se iniciaron negociaciones para adherir á Paraguay a la causa de Urquiza.

 

 

13 de octubre

Brasil, aliado de Uruguay, apoyó la independencia del Paraguay, ofreciendo sus buenos oficios para el reconocimiento de la Independencia en los países donde Paraguay no tenía delegaciones.

 

1852

Paraguay se abstuvo de intervenir en las disidencias entre Buenos Aires y la Confederación.

 

17 de julio. Se firma el Tratado de Navegación, comercio y límites con Argentina, un nuevo reconocimiento a la Independencia del Paraguay.

 

1853

4 de marzo. Tratado de reconocimiento de independencia nacional y libre navegación internacional del Río Paraguay.

 

12 de junio. Francisco Solano López procedió a los canjes de las ratificaciones del Tratado con países europeos.

 

10 de agosto. Felipe José Pereira Leal fue expulsado por el Tratado de límites rechazado.

 

1855

Brasil mandó una escuadra al Paraguay por la expulsión de Pereira Leal. Incidente con Mr. Hopkins con el sector empresario y autoridades paraguayas. Hopkins se embarcó en el Water-Witch.

 

1854-1855

La escuadra brasileña llegó a Tres Bocas, se le conminó a quedar fuera de la jurisdicción nacional.

 

1855

1 de febrero. El Water Witch fue cañoneado desde el fuerte de Itapiru, al pretender navegar por el Paraná en Paso de Patria. La expedición vino como consecuencia de la expulsión de Pereira Leal.

 

16 de marzo. El diplomático Ferreira de Oliveira llegó en el vapor Ipiranga a Asunción. Concesiones de Don Carlos Antonio López por el incidente con el gobierno Norteamericano.

 

27 de abril. Tratado de Amistad, comercio y navegación con Brasil.

 

1856

6 de abril. Protocolo Berges-Paranhos, aplazó por 6 años la cuestión de límites.

 

29 de julio. Tratado con Argentina, aplazó cuestión de límites por 6 años.

 

1857

Oposición organizada contra los López desde Buenos Aires.

 

1858

12 de febrero. Se firmó la convención López-Paranhos por la navegación del Río Paraguay.

 

20 de agosto. Se formó la "Sociedad Libertadora del Paraguay".

 

11 de noviembre. Se firmó el acto de San José de Flores, con mediación de Paraguay (Francisco Solano López).

 

1859

Febrero. Se descubrió un complot en Asunción contra el gobierno. Debido al incidente con el Water Witch, se envió una flota de Guerra norteamericana al Paraguay. Urquiza oficia de mediador entre Paraguay y Estados Unidos.

 

1862

10 de setiembre. Murió Carlos Antonio López.

 

 

 

 

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ARTÍCULO PUBLICADO EN EL DIARIO ABC COLOR

 

HISTORIA DE CÓMO EL PAÍS ESTUVO AL BORDE DE UNA GUERRA CON EE.UU.

 

Un libro lleno de novedades es lo que nos promete la historiadora compatriota Anahí Soto con su obra “Las guerras de la Primera República”, que aparecerá mañana domingo. Uno de los tópicos enfocados allí es el relativo a la política de Carlos Antonio López y una guerra contra Estados Unidos que estuvo a punto de producirse.

 

La nave norteamericana Waterwitch, que estuvo a punto de ocasionar una guerra entre el Paraguay

y Estados Unidos en tiempos de Carlos A. López./ ABC Color

 

Capitán Thomas Jefferson Page quien dirigió

la expedición del Waterwich.

 

 

Este será el quinto volumen de la Colección Guerras y violencia política en el Paraguay, de la Editorial El Lector y ABC Color. En la última parte de la entrevista mantenida con ella, Anahí Soto analiza la era de Carlos Antonio López.

–¿Qué cambió con el ascenso al poder de Carlos A. López?

–El gobierno de Carlos Antonio López supuso una ruptura con la política de aislamiento del Dr. Francia. Si bien no se alejó de los pilares que Francia estableció, abordó las cuestiones de forma un tanto diferente.

–¿Cómo?

–Durante su gobierno buscó firmar y ratificar el reconocimiento de la independencia por medio de los Tratados de amistad, comercio y navegación con los países vecinos, Francia y Estados Unidos. Además de demarcar claramente los límites del territorio nacional. Un rasgo importante es que Don Carlos mantiene la neutralidad en asuntos de la región que no le afectan directamente, a diferencia de su hijo Francisco.

–¿Estados Unidos le declaró la guerra al Paraguay o fue una expedición armada en el marco de la “Diplomacia de las Cañoneras”?

–En la segunda mitad del siglo XIX, Estados Unidos multiplicó sus actitudes expansionistas hacia Sudamérica.

–¿Con qué método?

–Envió varias expediciones con fines científicos, comerciales y –obviamente– políticos, como es el caso del buque Waterwitch. Los expedicionarios del Waterwitch –como la mayoría de los estadounidenses– estaban impregnados del ideal del “destino manifiesto”, es con esos expedicionarios que se da el enfrentamiento en Itapiru, donde muere el timonel y quedan heridos algunos marinos.

–¿Qué acarreó eso?

–El Congreso de los Estados Unidos aprobó el envío de una expedición pequeña, que venía con instrucciones de emplear la fuerza en el caso de que las reclamaciones no fueran concedidas por el Gobierno paraguayo. Declaración de guerra como tal, no veo por ningún lado, pero sí esa diplomacia de cañoneras, algo hipócrita si se me permite señalar.

–En los conflictos entre el Paraguay y sus vecinos en este periodo se puede vislumbrar uno de los orígenes de la Guerra Contra la Triple Alianza.

–Al observar de forma panorámica los años previos a la Guerra, se puede ver con claridad que estos conflictos eran permanentes en los puntos de contacto entre los distintos pueblos. En el ámbito político, se planteaban diferentes modelos institucionales para organizar cada uno de los estados, modelos irreconciliables entre sí.

–¿Había muchas diferencias?

–Con la disolución del imperio español se inició un proceso que tomó distintos caminos en cada una de las colonias americanas que se emanciparon, en las cuales se formaron nuevos gobiernos. Cuando los antiguos conflictos coloniales pasaron al plano de una pugna entre los nacientes Estados nacionales de la región, todo ese escenario desembocó en un conflicto internacional que involucró las preocupaciones, intereses y ambiciones de toda la región del Río de la Plata: la Guerra Grande.

Fuente: Artículo publicado en ABC COLOR,

en fecha 19 de Enero del 2013

Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY

 

 

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