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ANTONIO L. CUBILLA

  MÉTODOS DE REFORMAS EN LA UNIVERSIDAD: EL CAMBIO COMO UN ACUERDO Y UN PROCESO - Por DR. ANTONIO L. CUBILLA


MÉTODOS DE REFORMAS EN LA UNIVERSIDAD: EL CAMBIO COMO UN ACUERDO Y UN PROCESO - Por DR. ANTONIO L. CUBILLA

MÉTODOS DE REFORMAS EN LA UNIVERSIDAD:

EL CAMBIO COMO UN ACUERDO Y UN PROCESO

Por DR. ANTONIO L. CUBILLA

 

Desde la década del 2000 se habla de la necesidad de cambios en la universidad paraguaya. Se han presentado ponencias, realizado debates, simposios y talleres; escrito enjundiosos documentos y volúmenes con datos diagnósticos de la realidad, así como numerosos proyectos de reforma de ley de educación superior. Hoy, altos referentes bajan a discutir con encono trivialidades jurídicas en la epidermis de la problemática de la educación universitaria no por necesidad filosófica ni sociológica, sino por imperativos políticos o mediáticos.

La realidad es que ha habido mucha proclama y poca acción; mucha cáscara y pocas nueces. Existen varias visiones de cambio o no cambio, todas inadecuadas para la realidad; una, la tradicional, especialmente en las universidades más antiguas, conformes con el sistema actual porque representa la tipología latinoamericana, aunque admiten que está históricamente rezagada. Otra, la visión de nuevas universidades lucrativas que creen representar la tipología de la nueva universidad del desarrollo para el mundo globalizado, donde la educación es un bien privado. Otros, los presuntos reformadores, me incluyo entre ellos, hemos deseado utópicamente una revolución, para imponer una visión de gran universidad moderna para el país y el mundo, desde arriba, ignorando nuestra propia historia de preferencia por la mediocridad. Todo ha resultado en poco o nada. La universidad sigue en crisis aferrada a su ethos escolástico profesionalista y sin adecuarse a las cambiantes necesidades del país y del mundo actual. Busquemos, entonces, otras maneras de hacer.

Identificados los problemas (ver artículo anterior, ABC Color, 20 de mayo - ¿REVOLUCIÓN ACADÉMICA? VISIÓN SISTÉMICA Y TENDENCIAS EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR), llegó la hora de la acción. En todo ambiente, una reforma es problemática y lleva tiempo. Planteemos una reforma en dos partes y al mismo tiempo. Una, la más simple, crear una nueva universidad o instituto amplio de investigación donde la misión sea avanzar el conocimiento, especialmente aquel pertinente a la problemática del país, para lanzarlo al futuro con soberanía científica. Con nuevos alumnos, nuevos profesores, nuevos investigadores. Este cambio sería desde arriba. La otra solución, desde abajo, reformando la universidad desde adentro, con sus propios actores. En este escrito nos ocuparemos de este segundo modelo, más problemático. Una metodología podría inspirarse, guardando las diferencias, en el espíritu del proceso de Bolonia en Europa (Robert Zemsky. Making Reform Work. The case for transforming higher education, 2009). Veamos algunos pasos iniciales para este proceso.

 

 

EL ACUERDO Y EL PROCESO

1- Logremos un acuerdo e iniciemos un proceso de cambios con una máxima participación, desde las autoridades hasta la última institución denominada universitaria.

2- No ofendamos a quienes muestran una visión distinta a la nuestra con ataques y retórica fuerte basada en las creencias u obviedad para los reformistas. No funciona avergonzar a los académicos para que estos cambien. Tampoco presentemos prescripciones no realistas que solo aislaran más a los actores académicos de la posibilidad del cambio.

3- Tratemos de que las demandas de cambios también se produzcan dentro de la academia. Los profesores en general no desean los cambios, pero si se les demuestra amigablemente la manera en que ellos mismos se beneficiarán con los cambios, entonces lo apoyarán. Sin ellos no podrá haber ningún cambio en sus instituciones. Incorporemos a los estudiantes, valiosos por ser agentes de cambio universitario en la tradición latinoamericana.

4- Alguna organización estatal, por ejemplo, el recientemente creado Viceministerio u otra de respeto, como el Consejo de Rectores, o el Conec o, mejor, todos juntos pudieran ser el instrumento que catalice el cambio, mediante su liderazgo, su organización y sus medios para establecer e iniciar el proceso. En nuestro país existe, al mismo tiempo que un escepticismo, una cultura de respeto a la autoridad, sobre todo cuando esta te convoca a colaborar. Todos deseamos ayudar a la autoridad muchas veces sin saber por qué.

5- Seamos serios y no formemos grandes grupos de personalidades o comisiones de expertos gastando su valioso tiempo para un programa que no es sólido ni sustentable y que lo más probable es que no funcione.

6- Determinemos una estrategia para el cambio. No apresurar un juicio expresando el problema y lo fácil que es su solución (por otros, generalmente). Hablemos más bien de un proceso de cambio y de la necesidad de un programa de largo alcance en el tiempo aunando personas e instituciones para establecer definiciones y soluciones comunes.

7- Planteemos una visión sistémica para el cambio, es decir, promover condiciones y circunstancias que influyen para que las instituciones piensen acerca de su misión, sus maneras de hacer las cosas y su producción final.

 

EL CAMBIO ACADÉMICO COMO UN PROCESO

Sabemos que la reforma es posible, porque ha ocurrido en otros ambientes similares al nuestro, pero que es muy difícil. Nos espera una gran tarea que debe basarse en el conocimiento bastante exacto de qué es lo que se quiere y cómo lo haremos. Los reformadores deben ser amigos de lo académico, estar consustanciados con las mismas motivaciones que la mayoría de sus colegas. Asimismo, los cambios propuestos deberían idealmente ser comprendidos por todos como altruistas, un mejoramiento sin segundas intenciones ni económicas ni políticas y que son deseados por la mayoría. En el programa, en lugar de establecer una lista tipo receta de cocina, o formar un comité, entenderlo como un proceso que se debe iniciar en la problemática particular de cada academia y desde acá crecer como un proceso hacia el mejoramiento. Es fundamental que en este programa estén involucrados los responsables académicos y —sobre todo— los financieros de las instituciones porque todo cambio implica nuevas visiones y gastos.

 

UN EJEMPLO DE METODOLOGÍA. EL PROCESO DE BOLONIA

Podría encuadrarse en este enfoque de cambios como un ejemplo, guardando las distancias y diferencias, al proceso (o acuerdo) de Bolonia, donde la gran mayoría de los países europeos firmaron e iniciaron un programa gradual de cambios académicos con el objetivo de elevar los sistemas educativos universitarios de la región. Los propios nombres de este programa indican su naturaleza, PROCESO, en el sentido dinámico de contemplar una serie de acciones que ocurren en el tiempo con un inicio y un final o ACUERDO, donde existe de entrada un compromiso entre todas las partes involucradas. Se inició en 1998, con una reunión de los ministros de Educación de Francia, Alemania, Inglaterra e Italia, en la que firmaron la Declaración de la Sorbona, con el objetivo de lograr una mayor integración europea de la educación superior. Un año más tarde, 26 ministros de Educación firmaron un documento más amplio para incrementar “la competitividad internacional del sistema europeo de educación superior”. Uno de los problemas observados antes de la firma de este consenso era la fragmentación y dependencia educativa de costumbres locales variadas que dificultaban que Europa fuera un continente de universalidad académica y, sobre todo, de ser un partícipe mayor en el gran mercado emergente de la educación superior internacional. Otro objetivo para paliar la diversidad en ese sentido fue el de pretender una mayor comparabilidad entre las instituciones, así como la posibilidad de transferencia de estudiantes y títulos de un país a otro.

Se crearon mecanismos de consulta y cooperación permanente. Cada uno tenía un rol. Cada uno de los miembros era consultado, lo que era consolidado en dos reuniones anuales de ministros de Educación y sus asesores. Reunión tras reunión, comunicado tras comunicado, año a año, las autoridades educativas europeas definieron y luego implementaron los protocolos y los acuerdos que hicieron posible este notorio programa de cooperación multinacional y reforma.

 

INICIEMOS EL PROCESO

Por supuesto, la situación paraguaya no es idéntica a la europea; mostramos el modelo de proceso como un ejemplo en una reforma académica, de una tradición académica diferente y donde los sistemas públicos de educación superior son muy fuertes y donde el impacto de la comercialización educativa es menor que en otros continentes. Además, la diversidad académica europea es diferente a la diversidad académica paraguaya, y no estamos hoy seguros de que nuestra diversidad sea mala intrínsecamente. Pero lo que podemos aprender del proceso de Bolonia es la idea de proceso y de acuerdo, que habrá tiempos de definiciones y de implementación, que se necesita trabajar entre todos, tener el apoyo fuerte de la autoridad nacional educativa y la creencia en la necesidad de un cambio que sea para todos satisfactorio y beneficie al país.

 

PROCESO DE CAMBIOS

Es difícil hablar hoy día de reforma universitaria y es preferible hablar de cambios. Porque el país necesita de diversos modelos adecuados a la problemática social y a lo que se espera del futuro. Es probable que se pueda trabajar en dos niveles de cambio; uno más revolucionario, que consistiría en la creación de una nueva institución de educación superior preferentemente de investigación, llámese Universidad de Investigación o Instituto Superior de Investigación. Se puede trabajar con el Conacyt, donde ya existe un trabajo previo diagnóstico de la situación de la investigación en el Paraguay, se conoce el número e identificación de los investigadores y sus instituciones, existen algunos programas de apoyo financiero a los investigadores, proyectos especiales y programas de educación para la investigación. Un pequeño grupo de trabajo será suficiente para este proyecto. En otro escrito nos ocuparemos en más detalle de este posible programa para concentrarnos hoy en el más amplio que comprenda los cambios en todas las instituciones de educación universitaria superior.

Este segundo nivel de cambio sería el más clásico y gradual, desde las universidades y con los directivos, docentes y estudiantes. El grupo de trabajo debe ser amplio y sistémico, de múltiples niveles jerárquicos: se debe involucrar a la autoridad (ministro y Viceministerio de Educación, Concec, la Secretaría de Cultura, Conacyt, Secretaría de Planificación), los rectores y directores de educación o planificación de las universidades públicas y privadas, referentes líderes profesores, referentes educacionales de la sociedad civil, los líderes de estudiantes y algún organismo internacional de peso (como Unesco o alguna universidad internacional de prestigio). Los puntos enumerados abajo se refieren a este programa sistémico de reforma desde adentro.

A- Presentación de los grandes temas: iniciemos el proceso con una gran reunión de todos los autores, liderada por la autoridad educacional y con apoyo presencial del propio presidente de la República. Un planteamiento inicial de los principales y ya conocidos problemas educacionales: la masificación estudiantil, la desigualdad social que resulta en que los jóvenes menos favorecidos o de extracción campesina casi no llegan a la universidad, el problema del acceso masivo, beneficioso y el deterioro subsecuente de la calidad educativa. La escasa financiación de la universidad, la falta de adecuación de las universidades a los métodos modernos pedagógicos, sobre todo la nueva neurociencia y la tecnología de comunicación, la falta o insuficiencia de investigación y la baja inversión país, la confusión en el tema de la extensión universitaria. Estos serán los grandes temas. Evitemos de entrada los temas menores y o controversiales, como los exámenes de ingresos, la universidad gratuita para todos, los pagos a docentes por hora, la proliferación de universidades sin control, el bajo rendimiento académico y profesoral, los profesores taxi, las estériles discusiones ideológicas. En realidad, estos problemas son consecuencia de los grandes temas planteados más arriba, entonces la estrategia es llegar a estos luego de la discusión de aquellos; ello exime de vergüenza a los académicos y será preferible contar con ellos para el gran proceso del cambio sistémico.

B- En el transcurso del año, reunirse con todos los líderes enunciados escuchando sus ideas, instando siempre a un trabajo conjunto para mejorar la educación universitaria del país y que ellos sean parte de los cambios. Luego de seis meses de estas reuniones, que pueden ser con el grupo asesor, se pueden formar grupos de trabajo relacionados con temas afines. Su misión específica será buscar soluciones a los principales problemas arriba enunciados, de común acuerdo y buscar para ello los apoyos políticos y financieros. Se debe iniciar una planificación para el plan propuesto y sobre todo para la implementación del propuesto. Estas actividades pueden consumir uno o dos años adicionales.

C- Cuando finaliza la preparación del plan acordado y las líneas a seguir para su implementación, se está en condiciones de pedir ayuda administrativa y financiera a las autoridades pertinentes, para facilitar las próximas etapas del proceso. Se forma una nueva comisión con los actores políticos y financieros incluidos, que en los próximos dos años podrán delinear los detalles necesarios para implementar las estrategias sugeridas por las anteriores comisiones de discusión. El grupo será público-privado y es fundamental sostener los acuerdos y el consenso hasta el final porque es en esta etapa de implementación cuando los intereses sectoriales aparecerán con fuerza a oponerse a cuestiones ya acordadas. Es fundamental conseguir apoyo de la mayoría o de todos los partidos políticos que pueden apoyar el proceso desde el Poder Ejecutivo y el Parlamento. Se espera que esta etapa pueda durar de dos a cinco años, porque será el momento que los planes y estrategias cobrarán estado público y se los discutirá ampliamente en este nivel de opinión.

 

Fuente: SUPLEMENTO CULTURAL DEL DIARIO ABC COLOR

Publicación del Domingo, 27 de Mayo del 2012

Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY

 

 

 

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