POCOS CIENTÍFICOS Y BAJA PRODUCTIVIDAD
CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN EL PARAGUAY (I)
Por Dr. ANTONIO L. CUBILLA (*)
Los descubrimientos científicos de los últimos cien años superan en número a los de toda la historia de la humanidad. Cultura y poder se asocian a la excelencia de las ciencias y tecnologías practicadas. Un país no puede, no debe, estar al margen de los adelantos científicos. Lastimosamente, la gran mayoría del nuevo conocimiento se produce en pocas instituciones universitarias del mundo, no más de doscientas, según las estadísticas anuales del sistema de la Universidad de Shanghái. Existen una ciencia central y una marginal, en los términos acuñados por el profesor Phillip Albach, experto en educación superior comparada. Paraguay no figura en el ranking.
Tabla. Productividad científica anual en el Paraguay (2011)*
* Estadísticas e Indicadores de Ciencia y Tecnología de Paraguay 2011 (Conacyt, 2012)./ ABC Color
El atractivo de estas instituciones de investigación para los científicos del mundo es magnético, por lo que es común que su plantel esté compuesto de profesionales de países marginales. El tipo de investigaciones que se realizan en países centrales y marginales difiere; en aquellos son estudios de avanzada en el límite del conocimiento y la imaginación, sin relaciones ni ataduras con necesidades inmediatas, y en estos, estudios dirigidos y concretos más ligados a la demografía, la ecología o alguna necesidad social. Esto limita la universalidad y el valor a largo alcance de los descubrimientos, y, por lo tanto, su impacto económico, y aumenta la brecha entre los países ricos con un tipo de investigación, y los pobres sin ella. Es más, se confunde en los países marginales la ciencia con la profesión, la actividad científica con la repetición de experiencias ya realizadas, olvidando que el objetivo de toda investigación es alcanzar un descubrimiento original.
Nuestro país, de ciencia marginal, no es excepción; un buen número de científicos paraguayos estudian y trabajan en universidades de investigación, que predominan en Estados Unidos, Europa, Japón y, ahora, Taiwán. En el Conacyt se prepara un ambicioso programa de repatriación de científicos paraguayos y contratación de científicos extranjeros. Nos ocuparemos en un próximo artículo de explicarlo. Antes, veamos algunos datos sobre el escaso número de científicos y publicaciones de Paraguay en comparación con países centrales y con países vecinos de Latinoamérica.
REZAGO EN NÚMERO DE CIENTÍFICOS Y PUBLICACIONES
Existe una correlación entre el número de científicos, el número de publicaciones y el número de citaciones de los trabajos científicos por país. Los criterios y métodos varían, pero los datos expuestos abajo expresan más o menos la situación comparativa entre algunos países. Las comparaciones se dicen odiosas, pero valen para objetivar nuestra pésima situación en el mundo global de la ciencia.
Científicos:Los países centrales en ciencias y técnicas tienen el mayor número de científicos (Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Japón y Francia, con 17 000 y 3 000 científicos por millón de habitantes). En Latinoamérica, el número de científicos por millón de habitantes es superior en Argentina (1 091), Brasil (704), Uruguay (520) y México (384). En Paraguay, si consideramos los científicos productivos, el número sería 50. Si incluimos a quienes se consideran a sí mismos científicos (aunque no publiquen), sería 160. Para alcanzar las cifras de Uruguay y Argentina, necesitaríamos mil o dos mil nuevos científicos, respectivamente. Nos cuesta creer que en el propio Conacyt exista cierta resistencia al necesario esfuerzo por incrementar el número y la paga de los científicos en el modelo ya establecido del Pronii. No vemos otra salida si el Paraguay de este gobierno desea posicionarse mejor internacionalmente en los campos científico y tecnológico y especular, dentro de los límites metodológicos de la actividad, con algún descubrimiento que haga la diferencia. Como en cualquier otra actividad, sin riesgo no hay futuro.
Publicaciones:Estados Unidos lidera el número de publicaciones anuales con siete millones; le siguen China, Inglaterra, Alemania, Japón y Francia (1 200 000). En Latinoamérica, Brasil tiene 461 000 publicaciones anuales y le siguen México (166 000), Argentina (118 000), Chile (69 000), Colombia (35 000), Uruguay (9 564) y Bolivia (2 564). Paraguay muestra en este modelo (Scimago Rank) 938 publicaciones, aunque una cifra menor de 259 figura en los indicadores bibliométricos del Conacyt para el 2010.
CIENTÍFICOS PRODUCTIVOS Y NO PRODUCTIVOS
Si en una empresa el éxito se mide por el lucro, en la actividad científica la medida son las publicaciones en revistas serias, definidas de acuerdo a la categoría y el rigor de los índices internacionales. Permítaseme resumir los datos sobre publicaciones científicas del Paraguay del importante estudio Estadísticas e Indicadores de C y T en el Paraguay, 2011, del Conacyt, realizado durante la presidencia del doctor Luis Dávalos.
Existirían, de acuerdo a una encuesta, 1 112 «investigadores» en Paraguay en distintas disciplinas científicas y tecnológicas, agrupados en el CVP o plataforma digital de currículos, un sistema que funciona en la institución y que agrupa a científicos que publican desde Paraguay. El modelo incluye a miembros del programa nacional de incentivos a los científicos (Pronii). Llama la atención que en el 2011 solo un 30% de estos profesionales realizaron al menos una publicación por año y que los científicos del CVP (874) fueron mucho más productivos que los categorizados en el Pronii (238) (71 contra 24%). Esto es lógico por el esfuerzo en seleccionar este último grupo de investigadores. Sin embargo, estos trabajos científicos fueron realizados antes del inicio del Pronii. Será interesante medir la producción de estos científicos ya dentro del Pronii al cumplirse tres años de la primera evaluación, lo que se está haciendo ahora. Con los incentivos económicos cabría predecir que su producción aumentará. Si no es así, no se habrán justificado el esfuerzo ni la inversión. Las personas dedicadas a la actividad científica deben comprender que, si no publican, su identidad de científicos está en riesgo. Un profesional que no publica puede ser un genio, pero no es un científico completo. En el caso del Pronii, hubo un creciente aumento de productividad relacionada con los niveles de categorización, de menor a mayor. Hubo muy poca producción comparativa en los candidatos, lo que sugiere que aquellos que no publiquen deben ser reemplazados por quienes lo hacen. Del mismo modo, los científicos más productivos en las categorías I o II deben ser ascendidos a la superior inmediata. Si estos datos se sostienen, se debe reevaluar críticamente la situación de los miembros que no han publicado en este periodo y, sin mayores trámites, dejarlos fuera del sistema, sin importar sus frondosos currículos.
Instituto de Patología e Investigación
Fuente: SUPLEMENTO CULTURAL DEL DIARIO ABC COLOR
Publicación del Domingo, 5 de Enero del 2014
Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY
ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA
(Hacer click sobre la imagen)
