POEMAS... SIMPLEMENTE POEMAS, 2002
Poesías de ARNALDO CASTORINO
Ediciones TALLER
Edición al cuidado del autor y JORGE GÓMEZ RODAS
Ilustración y diseño de Portada: HERNÁN MIRANDA
Asunción – Paraguay
Abril, 2002 (122 páginas)
INDICE
Dedicatoria
Prólogo
PRIMERA PARTE:
Un beso te di en la mano
Recuerdo tantas cosas tuyas
Un viejo y una vieja
Hasta siempre mi vida
Quisiera llevarte lejos
Tú la quieres llevar a tu reino celeste, Señor
Esta es la historia real
Adoro tu panza
Yo no quise encontrarte
Noviembre a la siesta
Por el camino de arena
El amor nace en los ojos
Cuando tú mueres
Era caliente la tarde
Un poema para mamá
Puedo escribir mil palabras
Mayo es y hace frío
Hoy que es domingo
Tus cartas blancas
¿Puede un poeta
Un poema para mi perro
Vuelvo a ti
Quise escribirte un poema
SEGUNDA PARTE
Cuando era pequeño recuerdo
Un poema para papá
Cuando pienso en ti
Perdóname amor por este amor
Y el mundo es pequeño
Si es que cada vez... al mirarme
Las flores blancas caían
¿Te acuerdas mi amor
Quiero tu sonrisa
Algunas veces canta conmigo
Contaré las estrellas
Tu nombre es azul
Si llueve y una pena
He matado un gorrión
Te escribo esta carta... aún no sé por qué
Cada tanto
Entonces... te quiero
Otro poema para papá
En nombre de Agustín
Un poema para mis hermanos
Un poema para María
Un poema para mi esposa
Un poema para mis hijos
DEDICATORIA
A mi madre, por todo el amor
que me brindó.
A mi padre en el recuerdo,
¡cómo lo extraño!
A mi esposa, por haberme dado
la alegría, de los hijos.
A mis tres príncipes:
Arnold, Ale y Mauri,
¡los quiero tanto!
A mi princesa María,
¡la locura de su papi!
A mi princesita Victoria,
¡la ternura de su papi!
A mis hermanos
y a mis amigos.
Que Dios los guarde siempre.
PRÓLOGO
Arnaldo (“Tincho” para sus amigos) Castorino tuvo que guardar por mucho tiempo en carpetas y manuscritos un cúmulo de poemas para que alguna vez el percance de la vida le den la luz y emerjan en un libro y emprendan el vuelo cotidiano pero siempre milagroso hasta las manos de un lector que sabrá redescubrir la palabra y el canto.
Desde las primeras páginas de “Poemas... simplemente poemas”, el autor nos invita a hacer un viaje hacia esa caja de resonancia (el corazón) que atesora momentos de dichas y glorias, de ausencias y exilios. Íntimamente nos convoca a recorrer su vida, desde su inocente adolescencia a sus años de madurez. Y somos testigos desaprensivos de sus ocultos secretos que llenaran de escarnio su corazón. Pero también nos enseña a amar sus alegrías y soñar sus páginas plenas de nostalgias y vuelos de palomas al viento.
Se trata, pues, de un viaje que a través del corazón protagoniza el amor, dejando su impronta hasta en los actos más nimios y desencadena una larga caravana de ausencias y regresos. De tiernas estampas y desdichas. Todas teñidas por el amor. La sencilla muerte de un perro; la primera novia en la esquina; el primer desengaño; el regreso de un hermano; la felicidad familiar; un hijo en la panza de la esposa; una visita a la tumba del padre. Casos y cosas de la vida que la perspectiva del camino nos hace contemplar y comprender lo breve de la existencia humana y lo pequeño de nuestro ser ante un universo siempre en expansión. Pero Arnaldo Castorino hace posible que prohijemos al amor y fecundemos el corazón con la esperanza y la fe que hará posible un mañana mejor: el nacimiento de un hombre nuevo.
Es necesario redimir al hombre. Sacudir el lastre de pasiones malditas que lo acosan. La hojarasca latente que se arrebuja en el alma debe ser arrancada y lanzada hacia el destierro. Reinventemos el amor, aunque parezca un sueño. Ese es el desafío que nos propone este libro.
¿Será que bastarán sus palabras?
¡Yo todavía creo en el hombre!
JORGE GÓMEZ RODAS
PRIMERA PARTE
UN BESO TE DI EN LA MANO
un beso tierno y suave
era una tarde de verano
plena de sol, llena de aves.
Un beso que fue como un plácido río
que inundó de dicha a mi dolor
pero... era tan chico el beso mío
y mira... ¡es tan grande mi amor!
¡Un beso en tu mano y tanta fue mi alegría!
¡Un beso en tu mano y mi sangre se volvió loca!
¡Qué hubiera pasado pregunto vida mía
si te hubiera besado... en la boca!
22-I-67
UN VIEJO Y UNA VIEJA
tomados de la mano
como dos adolescentes
caminando van sin prisa.
La callada tarde los viste
de tibia melancolía.
¡Cuántos días, cuántos años,
cuántas penas compartidas,
cuántos hijos, cuántos nietos
desparramados al viento!
¡Cuántas luchas sin desmayos
para ganarle a la vida!
Un viejo y una vieja...
tomados de la mano
caminando van sin prisa.
Los gorriones a su paso
ensayan apresurados
una alegre melodía.
13-XI-70
QUISIERA LLEVARTE LEJOS...
a un mundo solitario y extraño
donde no pasen los años
donde no habiten los hombres
y tan sólo mis labios
puedan pronunciar tu nombre.
Quisiera contagiar a tu boca
esta ansiedad palpitante y loca
para sentir y ver temblar
con candorosa tibieza
entre mis manos ardientes
a tu cuerpo de princesa.
Quisiera al fin... amarte
tan sólo amarte
y cansado de amarte
a tus pies rendirme
y feliz de amarte
entre tus brazos... ¡morirme!
2-II-72
ESTA ES LA HISTORIA REAL
y como tal la contaré
de un hombre
no diré su nombre
que engañado fue.
Él era un hombre sincero
y su sendero
ella cruzó
él la amó, ella lo quiso
y un paraíso
formaron los dos.
Fueron sus días
de eternas alegrías
e inmensa paz,
dulcemente se amaban
y ambos juraban
no separarse jamás.
Pero llegó la hora
fatal y traidora
en que él partió
a la lejana capital
para forjarse un ideal
y volver hecho Doctor.
Al partir, ella lloraba
y entre llantos le juraba
esperarlo hasta morir,
pues el tren se fue alejando
y partió dejando
la mitad de su existir.
Pasaron los meses
y miles de veces
él pensó en volver
pero aún en su tristeza
recordaba su promesa
y se sabía contener.
Tres años pasaron
y las cartas llenaron
su desván marrón,
faltaba muy poco
y se volvía loco
pensando en su amor.
Cinco años pasaron
y las cartas dejaron
de golpear su puerta
y mientras pensaba
su corazón temblaba
creyéndola muerta.
A sus amigos escribió
pero nadie contestó
sus cartas ansiosas,
aceptarlo no quería
pero algo le decía
que su amada candorosa
otro amor encontró
y su promesa olvidó
de esperarlo noche y día.
Al fin... resignado
desecho y acongojado
serenamente pensó
terminar su carrera
y volver en primavera
hecho un brillante Doctor.
Pues su sueño se cumplió
y ufano recibió
su título de abogado,
y preparado su equipaje
emprendió el viaje
hacia su pueblo añorado.
En tren veloz corría
pero más veloz aún latía
su sufrido corazón,
las campiñas miraba
y en ellas divisaba
los ojos de su amor.
Recordaba los besos dados
y los paseos por el prado
atrapando mariposas
su blonda cabellera
y las tardecitas de primavera
perfumadas de rosas.
Pues cuando a destino llegó
y ni bien tierra pisó
entre abrazos y cumplidos
un amigo le apartó
y absorto escuchó
lo que tanto había temido.
Pues su amada candorosa
habíase hecho esposa
de un rico comerciante
de una lejana nación
conquistador y galante
que por esas cosas de la vida
pasó por el pueblo un día
y a tu amada enamoró.
Y ya después de desposarla
prometió llevarla
a su país natal
y ella abandonó su humilde hogar.
Y tu amada hecha señora
infiel y traidora
se fue para no volver
entre piedras preciosas
y telas sedosas
yo la vi por última vez.
Perdóname amigo
esta triste confesión
pero Dios me dio el castigo
de herir tu corazón,
perdóname compañero
mi silencio anterior
pero por un amor traicionero
no valía la pena
que tú te amargaras
y tus estudios dejaras
tirados en la arena.
De su mutismo hiriente
él de repente despertó
y como un eco lejano
un “gracias hermano”
su boca repitió.
Al despertar el día
todos vieron que partía
sin saber a qué lugar,
un amigo se acercó
y temeroso preguntó
hermano... ¿adónde vas?
y él respondió lozano
¡A buscarla hermano!
¡Yo sé que la voy a encontrar!
Y sin más que decir
la gente lo vio partir.
Un tiempo largo pasó
y alguien llegarlo vio
pálido y demacrado,
en su andar cansino
se notaba que muchos caminos
había andado.
Después caminando
lentamente iba contando
la odisea que pasó,
escuchen atentamente
que hombres como éste
tal vez no existan dos.
Muchos ríos cruzó
muchos países conoció
hasta llegar donde su amor
que entre fiestas suntuosas
y amistades onerosas
su nuevo hogar fijó.
Compró un clavel rojo
y al salir ella al portal
mirándola fijo a los ojos
con firmeza sin igual
estas palabras sonoras
su boca pronunció:
“Esto es para usted, señora,
que no supo decir adiós”.
Y el clavel le regaló.
Y sin más que decir
ella lo vio partir.
Esta es la historia real
y como tal la conté
de un hombre
no diré su nombre
que engañado fue.
9-VIII-73
YO NO QUISE ENCONTRARTE
o tal vez quería
tal vez durante el tiempo
largo que nos vimos,
cuántos inviernos,
sin saber si volverías
yo pensaba encontrarte,
y cuando te volví a mirar
volvieron en tropel
mis azules recuerdos
a golpear de nuevo
mi memoria adormecida
y de repente tuve ganas
de correr a tu lado
y abrazarte en silencio
sin palabras;
como nos amamos un día
pero tu mirada húmeda
dibujó en el vacío
de mi nostálgica ansiedad
un rechazo sutil
que destruyó mi esperanza.
Fue entonces
cuando lo vi en tus brazos
jugando con tus cabellos
a ese pequeño
que tenía tus ojos
y hasta tu misma sonrisa
y no quise creerlo;
hoy somos amigos
y me duele tanto el alma,
pero en medio de mi tristeza
y mi fracaso de hombre
me has dejado una alegría
me has de recordar siempre
porque a ese hijo tuyo
¡le has puesto mi nombre...!
IV-1978
POR EL CAMINO DE ARENA
bordeado de cocoteros
regresa al rancho Miguel,
viene andando despacito
con la cabeza muy baja,
encaramado a su espalda
parece que su fracaso
viniera andando con él.
Atrás quedó la ciudad
con su humedad y sus luces,
sus prostíbulos oscuros
sus vagabundos del vino
y aquella muchacha de trenzas
a quien contaba sus sueños
cada tarde de Domingo.
Ya levanta la tranquera,
ya desde el rancho lo han visto,
—inconfundible es su paso—
ya se forma una estampida
de risas y pies descalzos
que quita polvo al camino
para abrazar al hermano.
Ya la mesa está servida,
de la colmena han traído
la más exquisita miel,
hay chipa y queso nuevo
y una botella de vino
para brindar por Miguel.
¡Vengan todos los vecinos!
grita el viejo Don José.
¡Hoy mi rancho está de fiesta,
ha regresado Miguel!
13-XI-78
EL AMOR NACE EN LOS OJOS
crece en el alma
vive en las palabras
y muere en el silencio.
13-VI-68
ERA CALIENTE LA TARDE
el viento dormía en las cansadas calles
que de azul se bañaban,
ya Enero moría y yo te esperaba.
Tú llegaste presurosa
olías a jazmines a florecientes rosas
y te apegaste candorosa
a mi pecho sublimado
empapada de amor y vida
para hacer realidad la cita prometida.
Nos hundimos en el silencio
de aquel cuarto oscuro
y fueron tus besos puros
gotas de miel e incienso,
suspiraste enternecida
bajo mis ojos despiertos
y temblaste estremecida
como hoja fresca de almendro
entre mis brazos abiertos,
gemiste con voz apagada...
y me miraste asustada
y tus manos me apretaron
y dijiste ¡cuántas cosas!
y tus gemidos expiraron
en mi boca temblorosa.
Nos amamos mucho esa tarde
en que Enero moría
y nuestro amor... ¡recién nacía!
2-II-72
PUEDO ESCRIBIR MIL PALABRAS
sólo para ti
y hacerte mi mejor poema,
puedo inventar palabras
para decirte cosas viejas
con palabras nuevas;
pero... ¿por qué preocuparme
en hacerte un poema egoísta
sí aunque la rosa
de oro se vista siempre será rosa?
si el sol es siempre el mismo
aunque salga en abril o en enero
y tú mi pequeña flor
feliz te sientes
y mi amor entiendes
cuando te digo tan solo que... ¡te quiero!
8-IV-71
HOY QUE ES DOMINGO
y es primavera
¿qué estarás haciendo
hoy que es Domingo?
Hoy que es Domingo
y se cumple un año
que nos separamos
¿qué estarás pensando?
Pregúnteme yo...
¿estarás llorando?
Hoy que es Domingo
y es primavera
hoy que es domingo
mis manos te esperan.
25-VI-73
¿PUEDE UN POETA
traspasar su amargura a un poema
tratando de encontrar en él
un amigo sincero
que comparta su desventura?
¿Puede poner en él
su entristecido corazón
y hacer que sus palabras
se tornen borrosas
por un breve momento
como prueba de idéntico dolor?
Pues yo lo hice ayer...
escribí tembloroso un breve poema
lo vestí de amargura
lo bañé con mis lágrimas
y al verme tan pequeño
tan solo y vencido
mi tristeza hizo suya
y como un verdadero amigo
yo sentí que él... ¡lloraba conmigo!
8-X-75
VUELVO A TI...
ha pasado el tiempo
de esta ausencia sin sentido.
Espérame chiquilla
como antes me esperabas
con tus cabellos al viento
y esa sonrisa traviesa que tanto
me gustaba.
Voy a contarte muchas cosas...
te hablaré del camino
vacío e incierto que recorrí
desde aquel día
que de tus manos huí.
Vuelvo a ti con la certeza
de saber que sin ti
chiquilla nunca podré ser feliz.
Vuelvo a ti...
con estas ansias de abrazarte
tanto tiempo contenidas
y esta vieja ilusión
de sentirte mía para toda la vida.
Vuelvo a ti...
vuelvo a la vida.
3-V-75
SEGUNDA PARTE
UN POEMA PARA PAPÁ
Yo sé que es muy tarde ya
y que estoy un poco ebrio esta noche
porque hay una fiesta en casa,
yo sé que al escuchar mi voz
despertarás de tu eterno sueño
y querrás saber qué me pasa.
Y no es nada, Papá,
sólo quería charlar contigo
como antes... como amigos
verte dormitar roncando
en tu sillón preferido;
contarte por ejemplo
que tienes dos nietos nuevos
el mayor lleva tu nombre
el otro es Omar Iván
y que parecen, no te miento
dos gemelos de verdad;
sólo quería contarte
que hay una mujer
hermosa y buena en mi vida
y que tal vez (Dios lo quiera)
será mi fiel compañera
por el resto de mis días
y que tendrás
muchos nietecitos más
que alguna vez ya creciditos
preguntarán dulcemente
por el abuelito que ya no está.
¿Ves que no es nada, pá?
¿Qué estoy un poco ebrio esta noche
y que tengo ganas de llorar?
No te preocupes ya.
Sólo quería charlar contigo
era eso... nada más.
Estés donde estés..., buenas noches, Papá.
2-X-82
PERDÓNAME AMOR POR ESTE AMOR
que ha nacido en mí
así tan de repente.
Perdóname... no es culpa tuya
es mi corazón
que en este momento
es un callejón abierto
para el amor.
Perdóname si es que en las noches
cuando me acuesto
me imagine cosas... y te necesite
intensamente
o te escriba poemas... como éste
y que a veces
no quiera mirarte por temor
a que mi corazón se me escape
como un gorrioncillo asustado
y se anide para siempre
en la tibieza de tus manos.
Perdóname... no es culpa tuya
es mi corazón
que de tanto amor
ya está maduro
y de mi pecho se quiere desprender
para caer entre tus labios
como un damasco reventando en miel.
Perdóname... no es culpa tuya
es mi corazón
que en este momento
es un callejón abierto
para tu amor.
16-VII-82
SI ES QUE CADA VEZ... AL MIRARME
tu corazón se abre
como se abren los lirios
al tibio sol de la mañana...
es que me amas.
Si sientes que una parte tuya
se va conmigo cuando me alejo
y te alegras... es que me amas.
Si al despedirnos cierras la puerta
de tu casa y te recuestas por ella
como si te faltara el aire
y tienes ganas de abrirla de nuevo
y llamarme... es que me amas.
Si al acostarte
me imaginas a tu lado
y te abrazas dulcemente a la almohada
es que me amas;
y te duermes sonriente
y sueñas en una alcoba blanca
donde la palabra siempre
cantará en nuestras almas...
es que me amas.
Si es que en cada mañana
al despertarte
sientes que la vida es hermosa
y me nombras... es que me amas
como te amo yo.
20-XI-82
¿TE ACUERDAS MI AMOR...
te preguntaré algún día...
de aquella tarde de mayo
algo triste, un poco fría.
Yo llegaba a tu casa
y desde tu balcón me viste
y como una cascada de perlas
tu sonrisa me ofreciste
mientras secabas tu pelo
dorado como el crepúsculo
al viento gris que pasaba
camino al río, como un susurro.
Y que traspuse tu puerta
presuroso, emocionado
y una caja azul de chocolate
te regalaron mis manos
y que después caminamos
por tu patio florecido
y que al contemplarlo pregunté:
será así también el paraíso?
¿Te acuerdas de esa merienda
aromada de chipitas
que dijiste eran receta
muy secreta de familia?
¿Te acuerdas de esos gatitos
que en tu vereda encontraste
abandonados a su suerte
por unas manos cobardes
que los recogiste en tus brazos
y los escondiste en un altillo
porque a tu padre —dijiste—
no le agradaban los gatitos.
Que te sentiste orgullosa
de cuidar dos huerfanitos
que los alimentaste y les diste
la inmensidad de tu cariño?
Y que en un momento los sentiste
a tus pies, acurrucaditos
y te preocupaste tanto
porque temías, tuvieran frío?
y que llegó la noche y la luna
jugaba a las escondidas
entre un colchón de nubes grises
y tantas cosas decías?
y que mis manos apretujaban
tus manos blancas y tibias
y los gatitos lloraban
y yo te quería y te quería?
¿Te acuerdas mi amor?
te preguntaré algún día...
y el tiempo tendrá el olor
de chocolate y chipitas
y volveremos a soñar
en una tarde algo fría
y dos gatitos que lloraban
y yo te quería y te quería.
V-83
ALGUNAS VECES CANTA CONMIGO
una canción muy bonita
que habla de un mundo nuevo
lleno de amor y poesía,
donde los ángeles juegan
con los niños a la ronda
y el sol es un caramelo
y la luna es una pelota.
Otras veces me escucha
con asombro y atención
relatarle las aventuras
de aquel gallito cantor
o el cuento de la paloma
que del sol se enamoró
y hasta el sol llegó volando
y el sol un beso le dio.
Y hecha paloma de fuego
a la tierra retomó.
Algunas noches se duerme
en mi enternecido pecho
entre besos y el susurro
de un arrorró embustero.
Es mi hijo... el hijo que llevo
muy adentro de mi alma
y quiere despertar al mundo
desde tu vientre muchacha.
Es el hijo de mis sueños
de mi ilusión de Padre
que me acompaña en las noches
y ahuyenta mis soledades.
¡Es el hijo que tanto quiero!
y que a veces... muchacha
cuando te necesito tanto
y te siento tan lejana...
llora y llora conmigo
y pronuncia tu nombre... muchacha.
7-VIII-83
TU NOMBRE ES AZUL
cuando lo pronuncio tiene el murmullo
de esos hilillos de agua fresca
que de la montaña descienden
el primer día de primavera
cuando el sol apura entre nubes
el tibio ocaso de la nieve.
Tu nombre es azul
tiene la húmeda dulzura
de la lluvia que en mayo cae
y acaricia gota a gota
la sorprendida intimidad
de los pétalos de rosas.
Tu nombre es azul
como la soledad poética
que con melancólico cariño
suele acunarse en mi alma
alguna callada tarde
de un caluroso domingo.
Tu nombre es azul
—y es sinónimo de Dios—
porque cuando en mi mente resplandece
y en mis labios se hace canción
todo, todo alrededor mío
se viste de amor.
4-XI-84
HE MATADO UN GORRIÓN...
un gorrión desesperado
que buscaba un trozito de pan
en el salvaje y negro asfalto.
He matado un gorrión
un pedacito de canto
he matado un angelito
¡y ni siquiera me detuve a mirarlo!
Apenas he visto
unas cuantas plumas grises
que caían lentamente
como pétalos de rosas
sobre el asfalto caliente.
¿Por qué volaba tan bajo?
¿Por qué venía yo tan apurado?
¿Por qué razón no me detuve
el minuto necesario
para poder levantarlo
y traerlo conmigo a casa
para después enterrarlo
en una fosa pequeñita
hecha con mis propias manos
en la fresca y olorosa tierra
de mi florecido patio?
¡Oh Dios! ¿Por qué somos
tan fríos los seres humanos?
He matado un gorrión
¡y ni siquiera me detuve a mirarlo!
¡Si yo no hubiera estado tan apurado!
¡Si ese inocente gorrión
no hubiera volado tan bajo!
Tal vez en este momento
hubiera formado parte
de esta bandada bulliciosa
que cada mediodía espera
entre las ramas y hojas
de aguacates y lapachos
los trocitos de pan
que caen de mis manos
sobre el húmedo y verde pasto
para que ningún gorrión de mi barrio
muera jamás buscando migajas de pan
¡en el salvaje y negro asfalto!
21-XI-94
CADA TANTO
tu amor como un chiquillo
travieso
vuelve
a pellizcarme el alma
juega con mis horas
solitarias
y tiende de nuevo
sobre mis huecas manos
la sábana blanca
de tus recuerdos amados.
Cada tanto
los pájaros amarillos
de tu recuerdo
que creí emigraron
para siempre
hacia zonas lejanas
remotas, perdidas
vuelven
a posarse melancólicos
y tristes
en el borde sombrío
de tu ausencia
para entonar
su canto dulce, profund
y repetido
“Amor... nunca te olvido”.
14-II-85
OTRO POEMA PARA PAPÁ
HE VENIDO A VISITARTE.
Necesitaba estar contigo
hace rato no lo hacía
siempre estás tan solo, papá
¡tan solito!
Te traje unas flores
del patio de casa
tanto te gustaban
las rosas, los lapachos
¿te acuerdas, papá?
Yo era muy niño
y me arrodillaba cerca de ti
mientras removías la tierra
olorosa y fresca.
Y juntos, muy juntos
éramos felices
¡cultivando flores!
Hoy vine solito
para estar contigo
mis tres pequeñitos
se han quedado en casa,
no quise traerlos
saben de qué existes
que tienen abuelo
y que Jesucito te llevó
hacia el cielo
¡porque eras muy bueno!
Además no quise
que me vieran triste
llorando en silencio
porque aún recuerdo
que tú me decías
que cuando lloran los hombres
lloran en silencio
¡pero yo no puedo!
Perdóname, viejo,
si lloro en voz alta
si rompí en pedazos
tu eterno silencio
es que me haces falta
hoy, mañana y siempre.
Nada más hoy vine
a decirte cosas
que cuando era hijo
no supe decirte
y hoy que Dios me ha
dado
la dulce alegría
de sentirme padre
te ruego me ayudes
me cuides, me guíes
para ser tan bueno
como tú lo fuiste
con todos tus hijos
y mi voz retumbe
Y llegue hasta el cielo
en un solo grito
gigante de besos
de ansias de verte
de abrazarte fuerte
y decirte, padre,
¡oh, cuánto te quiero!
X-1992
UN POEMA PARA MIS HERMANOS
¿TE ACUERDAS HERMANO
de los primeros años
cuando éramos tan niños
y soñábamos volar
igual que una pandorga
regalando paz
y alcanzar el cielo, azul por demás
hasta atrapar la cola
de una estrella fugaz?
¿Te acuerdas hermano
de aquellos domingos
de los tallarines que
hacía mamá
y en Semana Santa
de aquel bacalao
sabroso y caliente
que hacía papá?
¡Qué lejos, hermano,
qué lejos están! Aquellos momentos
ya no volverán
nos ganó el olvido, la comodidad
apenas nos vemos
¡qué pena me da!
A veces quisiera llegar
a tu casa y darte un abrazo
pleno de hermandad
recordar contigo los tiempos
felices, cuando la aventura
era ir a pescar
a cualquier arroyo
¡qué felicidad!
¡Qué rara es la vida!
Cuando pasa el tiempo
el amor de hermano
se eleva, se va
como un barco extraño
¡solito en el mar!
¡Qué ganas de verte
de escuchar tu voz
de abrazarte tanto
al punto de oír
los fuertes latidos
de tu corazón
y llorar contigo
esta lejanía, infame
y cobarde
de nuestra hermandad
y volver como antes
a correr muy juntos
detrás de un cometa
y su libertad!
¡Qué ganas tengo, hermano,
de verte!
¡De hablarte de cosas
de saber que estás
que cuento contigo
con sinceridad
que cuentas conmigo
por siempre jamás!
¡Ven hermano ahora
y dame un abrazo lleno
de ternura, de amor
y bondad
que esta noche sea
una noche mágica
noche de reencuentro
noche de hermandad!
¡Ven hermano… ahora!
¡No importa si tienes
ganas de llorar!
¡Ven, hermano mío…
yo también llorando
te voy a abrazar!
III-1999
UN POEMA PARA MI ESPOSA
QUINCE AÑOS... ¡QUIÉN DIRÍA!
y estamos juntos todavía
Quince años... ¡cuántos hijos!
y aún me copa el regocijo
de tenerte aquí a mi lado
y sentirme enamorado
como cuando éramos novios
y contarte mis agobios
y saber que soy tu amigo
aunque a veces... tu enemigo.
Quince años... ¡quién diría!
¡y aún te quiero... esposa mía!
VIII-2001