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ANÍBAL SAUCEDO RODAS

  EL CAMBIO, COMO FARSA Y COMO TRAGEDIA - NICANOR DUARTE FRUTOS / ANÍBAL SAUCEDO RODAS - Año 2012


EL CAMBIO, COMO FARSA Y COMO TRAGEDIA - NICANOR DUARTE FRUTOS / ANÍBAL SAUCEDO RODAS - Año 2012

EL "CAMBIO", COMO FARSA Y COMO TRAGEDIA

(Compilación de artículos publicados en la página web

www.mpc.com.py-Movimiento Progresista Colorado entre 2009 y 2011)

NICANOR DUARTE FRUTOS/ ANÍBAL SAUCEDO RODAS

Diagramación de interior: GILBERTO RIVEROS ARCE

 Asunción, Paraguay

Diciembre de 2012 (202 páginas)

 

 

NICANOR DUARTE FRUTOS

Nació en Coronel Oviedo el 11 de octubre de 1956. Casado con María Gloria Penayo, tienen seis hijos. Abogado. Licenciado en Filosofía y Posgrado en Ciencias Políticas.

Fue Ministro de Educación en dos gobiernos de la transición democrática; Presidente de la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana (ANR) en dos oportunidades y Presidente de la República (período 2003-2008).

Ejerció el periodismo radial y escrito durante veinte años. Hoy combina la política con la docencia. Es Senador de la Nación por la voluntad soberana del pueblo.

Actual miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Nacional Republicana.

 

ANIBAL SAUCEDO RODAS

Nacido en Pilar (Ñeembucú), el 11 de agosto de 1958.

Casado con Epifanía Estela Zelada y padre de tres hijos: Fátima Leticia. José Aníbal y Rodrigo Vladimir.

Licenciado en Ciencias de la Comunicación y en Filosofía, por la Facultad de Filosofía, de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).

Editor y columnista del diario Ultima Hora, de setiembre de 1979 a octubre de 1992. y editorialista de Noticias El Diario (1998- 1999).

Secretario General Adjunto del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP) - (1987 1989). Vicepresidente del Consejo de Delegados del Movimiento Intersindical de Trabajadores (MIT) - (1988).

Catedrático universitario en el área de Comunicación y ex director de la carrera de Ciencias de la Comunicación, de la Facultad de Filosofía (UNA).

Miembro titular de la Convención Nacional Constituyente, de diciembre de 1991 a junio de 1992.

Del 15 de agosto de 1993 al 15 de agosto de 2008 ocupó varios cargos públicos. Fue, además, consultor del Programa de Mejoramiento de la Calidad de la Enseñanza Secundaria (MECES) Convenio MEC-Banco Mundial (1997-1999).

Miembro titular de la Junta de Gobierno del Partido Colorado, en representación del Departamento de Central (Períodos 2001-2006 y 2006-2011).

Autor de las siguientes publicaciones:

Por qué somos colorados;

Dejo constancia: contra los traidores, renegados y desertores del Partido Colorado;

La línea histórica del Partido Nacional Republicano, tomos I y II:

Asunción 1911. El periodismo como historia, y

Augusto Roa Bastos: autoritarismo, cultura y democracia.

 

 


 

INDICE

A modo de aclaración

El porqué de la obra   

NICANOR DUARTE FRUTOS

Editoriales

- La farsa de la soberanía energética: Lugo y el becerro de oro

- Lugo apuesta al Estado buscando una base política propia

- Cómicas murmuraciones sobre la izquierda paraguaya

- ¿Dónde están los vencedores del 20 de abril? ¿Quiénes son?

- El sultanismo político y la economía

- Otra arremetida fallida de Lugo contra el orden constitucional

Manifiestos

- El terrorismo de Estado amenaza a la nación

- La gran familia luguista y su crítica a la modernidad

- Democracia o barbarie

- A dos años de la gran estafa

Entrevistas

- Nicanor Duarte Frutos: "Con Lugo entramos en la era de las máscaras"

 - Nicanor se confiesa y acusa

Comentarios

-        Lugo o el sueño de una nefasta trilogía

-        Analizando la Convención Colorada: ¿Es posible la autonomía con el poder en las manos?

-        Gobernabilidad de Lugo: De traficante de ilusiones a vendedor de pesimismo y caos

-        Tensión moral en el Estado frente a los secuestros

-        La reforma política y las listas sábanas

-        Secuelas del IRP: Histeria oficialista no construirá mayoría

-        Soberanía popular o fundamentalismo normativo

-        El problema no es Montesquieu sino Pitágoras. La tensión inevitable de lo político y lo jurídico

Comentarios de ANÍBAL SAUCEDO RODAS

-        De Stroessner a Lugo. Los carriles del autoritarismo

- El coloradismo en su laberinto

Apuntes sobre el des-Gobiemo. Mediocre, timorato y sin timón

-        Un grito de autonomía en la Convención colorada

"¡Ay de vosotros, hipócritas!": La Navidad de los "pobres"

-        Sobre el cretinismo racial. Lugo apostó a la teoría de Cecilio Báez... y perdió

-        El Gobierno se sometió a la "intimidación del bandido"

-        Historias de un secuestro (I): Verdades que todos murmuran, pero que nadie se anima a decir

-        Historias de un secuestro (II): "Enemigos del pueblo", pero amigos de Fernando Lugo

-        Historias de un secuestro (III): Se ofrece recompensa: ¿Vivos o muertos...?

- Historias de un secuestro (IV): La conexión "sanguínea"

- Historias de un secuestro (V y final): ¿Qué instrucciones trajo Fidel para Fernando Lugo?

- Semana Santa 2010: Otra vez Judas

- La "fastidiosa" democracia

- Somos un partido de oposición, pero todavía no nos enteramos 

- La náusea política (I). Para algunos, los principios no tienen valor, pero tienen precio

- La náusea política (II). El contraataque de los chamanes (o los hijos overos de la dictadura) 

- La náusea política (III). La miseria como existencia

ANEXOS

-        Declaración de la Junta de Gobierno. La inutilidad de Lugo arrastra al Paraguay hacia el desastre

-        Aníbal Saucedo Rodas: "Hagamos oposición con dignidad"


 

A MODO DE ACLARACIÓN

La presente obra está dividida en dos partes. La primera contiene los escritos (y dos entrevistas) de Nicanor Duarte Frutos; la segunda, a partir de la página 137, los comentarios de Aníbal Saucedo Rodas.


 

EL PORQUÉ DE LA OBRA

Desde tiempos inmemoriales, el hombre siempre sintió la imperiosidad necesidad, una necesidad casi tan vital como su propia existencia, de registrar en gráficos o escritos los acontecimientos más destacados que llamaron su atención en la sociedad en que vive y actúa. De ahí la razón de ser de las crónicas y de los cronistas. Es una tarea tan antigua como persistente contra el olvido y contra la deformación histórica, bastardeada desde el futuro. El incesante bombardeo mediático debilita la memoria y lo último que recuerda es lo que se publicó a la mañana. Por eso, el libro, en sus más innovadores formatos, sigue siendo para el ser humano una herramienta insustituible para recordarle el pasado, cotejarlo con el presente y prevenirle de reincidir en lamentables experiencias.

Quienes no conocen la historia están condenados a repetirla. En nuestro caso específico no empezamos a escribir sobre el pasado, sino desde el presente en un análisis descamado de la realidad que hacía presagiar lo que, al final, ocurrió. El gobierno de Femando Lugo terminó devorado por su propia angurria, por el cinismo, el latrocinio más voraz, la soberbia, la improvisación y la anarquía que trataron de instalar desde el Poder Ejecutivo por las vías de la confrontación y el caos social.

Empezamos a escribir los artículos reunidos en este libro a inicios de 2009. Sin pretender ocultar nuestra visión ideológica de la política, del Estado y de la sociedad, hemos tratado, en lo posible, de ceñimos al marco estricto de los acontecimientos. Lo hicimos no para alardear de que el tiempo iba a darnos la razón, sino para determinar que algunas actitudes, ciertos comportamientos y decisiones tienen como destino un desenlace inevitable y trágico para el país y sus habitantes.

Lo hicimos, también, como una forma de evitar un daño irreparable a la verdad, pues ante el fluir constante de los sucesos diarios, un sector de la clase dirigente paraguaya -los panegiristas de Fernando Lugo- especuló, y sigue especulando, con la memoria debilitada del pueblo para mentir hoy y desdecirse mañana con asombrosa e impúdica facilidad.

Debemos, además, aclarar que este libro tuvo una presentación demorada. Su publicación estaba prevista para mediados de 2010, cuando Fernando Lugo estaba todavía en el ejercicio del poder. La vorágine de las internas partidarias pospuso, repetidamente, su aparición. Los meses que han pasado desde aquella fecha, sin embargo, sirvieron para corroborar que el ex Presidente de la República carecía de suficiente idoneidad para gobernar.

El tiempo, en su condición de juez implacable y de irrebatible veredicto, se encargó de confirmar nuestras opiniones. No nos creemos, en absoluto, reveladores de una verdad futura -de lo que efectivamente terminó ocurriendo-, apenas simples escudriñadores de cuánto va a aconteciendo a nuestro alrededor. Esa paciente tarea de observadores es la que nos permitió confrontar metódicamente las promesas del "cambio" radical con la repetición de los viejos y atávicos vicios en la gestión pública.

No fuimos, tampoco, los únicos en vaticinar, mediante la meticulosa observación de los hechos, lo que podría ocurrir si Lugo persistía en combinar improvisación y menosprecio a la política. Uno de los políticos intelectualmente más lúcidos del país -que no es de nuestro Partido-, el doctor Euclides Acevedo, había declarado en un programa matutino de Radio Ñandutí, el 14 de febrero de 2009, que "si los que están (en el poder) son incompetentes y, por lo tanto, improvisados, y encima de eso agresivos, no estimulando el pacto sino la confrontación, el destino de la República del Paraguay no solamente es incierto, el destino puede ser trágico. Y a eso vamos".

Y decía más: "Hoy día, la mejor gestión de los llamados anticolorados es perseguir a los colorados, echar a los colorados (de la función pública) y no permitir que entre nadie que no sea de su equipo".

La farsa del cambio estaba consumada, la que sumada a la mediocridad, la corrupción desbordante y la indiferencia hacia los problemas que agobiaban a la sociedad, hacían presagiar la tragedia.

Como confeso de la izquierda, Lugo debería conocer a profundidad el pensamiento de Marx: "La historia es la farsa inseparable de lo trágico".

En cuando al Partido Colorado, tampoco hemos obviado la autocrítica. Y lo hacemos mirando un futuro donde ya no se reincidan en los errores que sentenciaron nuestra caída el 20 de abril de 2008.

Aclaramos, por último, que la mayoría de los escritos reunidos en este libro fueron publicados en el sitio oficial del Movimiento Progresista Colorado (www.mpc.com.py), un espacio abierto ante la infame conjura de silencio con que muchos medios de comunicación trataron de acallar la voz republicana o, peor aún, pretendieron invalidar las críticas de sus líderes por los errores del pasado.

Los artículos aquí presentados son, por tanto, reflexiones que ayudarán a entender a las nuevas generaciones los lamentables episodios que fueron promovidos y alentados desde la misma cúpula de un poder que nunca llegó a comprender lo que significa dirigir los destinos de la República.

Aníbal Saucedo Rodas


 

EDITORIALES

 

LA FARSA DE LA SOBERANÍA ENERGÉTICA

 

Lugo y el becerro de oro

Recientemente, un visitante de nuestra página formulaba su crítica con respecto a la actuación de determinados funcionarios durante el gobierno colorado 2003-2008, así como las relaciones desplegadas con el Brasil en términos del comercio fronterizo e Itaipú.

Afirmaba, tal vez por falta de mejor y mayor información, que no se había logrado absolutamente nada con el Brasil y que primó la desidia. La crítica siempre es importante porque permite al otro presentar los argumentos, refutarla, enriquecerla o negarla totalmente.

Claro que si existe una campaña mediática muy fuerte y negativa, que sólo niega la actuación del Gobierno o del otro distinto, en que la aversión o el odio fuese el motor de las impugnaciones, más que los argumentos serios y demostrables, como había ocurrido con respecto al último gobierno colorado (por ahora), lo que queda en el imaginario social es lo que se repica constantemente en los medios. Y aquí viene aquello que siempre se dice: "Lo que importa en política es la percepción y no la realidad".

Y la democracia, en el fondo, es un régimen de opinión pública. Y ¿quién constituye la opinión pública? Los partidos políticos, la Iglesia, los intelectuales no tienen mucha fuerza persuasiva. Los dispositivos de la comunicación de masa, especialmente la televisión, las radios y los diarios, monopolizan la colonización de las mentes de un gran segmento de la población.

En el 2005, vale la pena recordar que en reunión del MERCOSUR realizada en Montevideo, con la presencia del entonces presidente del Congreso, Carlos Filizzola -hoy flamante escudero del malavenido obispo Lugo-, el Presidente de la República, Nicanor Duarte Frutos, logra modificar la Nota Reversal de 1986, después de veinte años, elevando de 25 millones de dólares por año, por cesión de energía, a los 120 millones de dólares, al tiempo de la entrega del mandato el 15 de agosto de 2008.

El aparente logro del actual gobierno, presentado como una mágica reivindicación de la cacareada soberanía energética, sería 240 millones de dólares más por año, que, de concretarse, sumados a los 120 millones de dólares actuales, recibiríamos 360 millones de dólares por año.

Por qué lo de aparente, porque, hasta ahora, son cartas de buenas intenciones, muchos flashes, mucho autobombo palaciego, muchos versos y poco sonido.

El tema fue derivado al Congreso brasileño, y justo cuando empieza la campaña electoral por la sucesión del Presidente Luiz Inácio Lula Da Silva. Ojalá que todo se concrete por el bien del país. La diferencia con la anterior negociación, 2005, fue que los fondos adicionados el Brasil transfirió sin más trámite a nuestro Tesoro Nacional, sin necesidad de spot de televisión ni de tantas chácharas.

El gobierno colorado 2003-2008 consiguió que los ingresos de las dos binacionales, en carácter de royalties, suban por año de 234 millones de dólares por Itaipú y Yacyretá a 615 millones de dólares a fines del 2007. Datos del 2008 no tenemos, porque el "secretismo de Estado" que la Alianza depredadora prometió terminar, paradójicamente, monseñor Lugo lo convirtió en el candado preferido para tratar de guardar sus perversidades, su ominosa vida como sacerdote y los grandes negociados en perjuicio del pueblo.

Igualmente, por primera vez desde su funcionamiento hace casi treinta años, ampliamos la misión de Itaipú hacia el compromiso social. Los recursos que en el pasado consumían las grandes consultoras en investigaciones o acciones estériles, la plata que se llevaban las tercerizaciones de la compra de bienes y servicios (se tercerizaba hasta la compra de papel higiénico), se destinaron a mitigar la pobreza, a crear menos desigualdad social, aumentando las oportunidades de acceso a la educación, la salud y el empleo.

El asistencialismo no es malo si con ello se pretende empoderar a la gente, darle mayor autonomía política y moral. Es repudiable si con su práctica lo que se quiere es limitar su libertad, someterla políticamente, privarla de condiciones para crecer en dignidad y ciudadanía.

Si la sospecha es de corrupción, justamente la utilización de los fondos sociales está siendo investigada en los tribunales, y si hay responsabilidades penales, por Constitución, cada funcionario-a es responsable personalmente de sus actos.

Lo que da pena es que esos fondos sociales hoy ya no llegan a las comisiones emprendedoras de la sociedad, ya no llegan a los enfermos insolventes, a los cultores de nuestro folclore, a los agricultores de menos recursos, sino a las burocracias municipales y ministeriales, a las ONGs corruptas de los aliados o de los lacayos del nuevo orden, sin control ciudadano y menos de la Contraloría General de la República.

En el 2003 lo primero que el Presidente de la República Duarte Frutos concertó es que el Contralor General sea opositor, y lo fue durante todo su período un liberal. Hoy, lamentablemente, Lugo tiene como Contralor General a un aliado (el inefable Octavio Augusto Airaldi, del Partido Liberal), quien ya fuera el ayudante predilecto de Fretes Ventre, un oscuro personaje que convirtió la Contraloría en un mar de corrupción.

Lugo se desgañita diariamente contra la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General del Estado, el Parlamento Nacional, pero de la Contraloría General ni memoria. Claro, mientras Airaldi no tenga rubor para hacer dictámenes a la hechura, a la medida de los gobernantes de turno y embarrar a los colorados o a cualquiera que haya pasado por la Administración Pública, puede continuar; será el protegido de los nuevos mandamases.

 

 

Acuerdo ANDE-Eletrobrás: durante cinco años la tarifa no se movió

Otro punto que se presentó como una conquista épica. Este acuerdo empezó a practicarse en el 2003 (Gobierno Nicanor) y se formalizó en enero del 2007, y le ha permitido a la ANDE ahorrar en su compra de energía entre los 150 y 180 millones de dólares al año.

Mediante su aplicación, la ANDE pudo salir de su quiebra financiera, con pérdida de 800 mil millones de guaraníes en el 2002, a superávit de 500 mil millones de guaraníes. Entre 2003-2008, este acuerdo le permitió a la ANDE ahorros que oscilan entre 800 y 900 millones de dólares. Si el anterior gobierno colorado no hubiese logrado este acuerdo, las tarifas actuales serían 60% mayor. En los cinco años del último gobierno colorado, la tarifa no tuvo un solo incremento.

 

Supresión de la doble tasa de interés

Tampoco debemos olvidar que, después de arduas negociaciones, el Congreso brasileño resolvió suprimir la doble tasa de interés o el factor de ajuste que se venía aplicando sobre la deuda de Itaipú, lo que permitió a la binacional un ahorro de 8 mil millones de dólares.

El acuerdo que en el 2007 se concretó también contemplaba que los 8 mil millones de dólares liberados tenían que distribuirse ambos países, debiendo corresponder unos 500 millones de dólares por año al Paraguay, por encima de los royalties normales.

Desafortunadamente, el coloradismo perdió y las relaciones con el Brasil hoy están crispadas por la inoperancia de la diplomacia luguista.

El factor de ajuste fue un gran negocio financiero perpetrado en 1996 entre los Gobiernos de Paraguay y Brasil. Se resolvió dolarizar la deuda de Itaipú, con una tasa de interés del 6%, aproximadamente, y una adición de otra tasa conforme a la inflación norteamericana. Un caso curioso porque no se tiene conocimiento de que una deuda pública dolarizada tenga una doble tasa de interés.

Evidentemente que era injusto para nuestro país, que fue un pacto oscuro, de espaldas a los intereses de la nación. De lo contrario, Itamaraty no hubiera retrocedido y el Congreso brasileño no lo habría suprimido. Hay que reconocer que el trabajo del Presidente Lula, un gran gobernante, fue crucial para reparar esta larga injusticia política y financiera.

 

Comercialización de la energía

La comercialización de nuestra energía fue otro supuesto gran logro del actual gobierno, una propaganda más, que terminará en la nada, como la mayoría de los grandes anuncios de "cambio" que penosamente no pasan de ser manotazos desesperados por evitar que el pueblo descubra su crónica incapacidad de gestión, sus grandes mentiras.

La energía nuestra de Itaipú que no consumimos, para un mejor aprovechamiento, requiere de nuestra parte acelerar el proceso de inversión en industrias, que en los últimos cinco años experimentó un inusitado crecimiento, que se refleja en el gran aumento de nuestras exportaciones de productos manufacturados.

Pero, si este gobierno persiste en el caduco modelo de un socialismo perimido, sin protección de la propiedad privada, sin incentivo a la iniciativa privada; si no trabaja por la estabilidad política, la gobernabilidad, el fortalecimiento del pluripartidismo y, en cambio, se alía con o calla el accionar de los grupos retrógrados que promueven la paranoia setentista de los ejércitos populares, la utopía guerrillera de la lucha de clases y los secuestros, no habrá industrialización, menos crecimiento; pero sí tendremos más pobreza y fragmentación social.

En todo caso, si vamos a vender la energía, necesitamos grandes inversiones en líneas de transmisión, no como muestra la propaganda oficialista, exportando energía en container, como si fuera igual a la soja, a la carne o a confecciones, en un atropello, en una burla a la inteligencia humana.

Por ejemplo, si queremos venderla al Brasil, habría que ver si FURNAS está en condiciones de alquilarnos su línea y tecnología para transportar nuestra energía, conforme a la demanda de la industria brasileña, que consume electricidad de categoría diferente a la nuestra. La nuestra se produce en 50, y ellos consumen de 60, por poner un ejemplo llano. Las películas de ficción, revestidas de patrioterismo de Lugo y sus cortesanos, están hartando sinceramente a nuestro pueblo.

Lo que falta de sus publicistas genios es que nos presenten lo que el Paraguay hubiese sido si los guaraníes conquistaban California y cómo los colorados sabotearon la expedición y destrozaron un futuro espléndido.

 

La farsa luguista de Yacyretá

¿Se acuerdan de que ya el Presidente electo Lugo saca un comunicado en el que condena porque, supuestamente, la cota se elevó a 79 y medio, y amenaza con cárcel a los responsables una vez que él asuma? ¿Qué pasó, señor Presidente? Hoy la cota está a 81, Encarnación está bajo agua y no pasa nada. Otra bravuconada más. Una de sus tantas promesas diluidas en las turbias aguas de los placeres corrompidos frente al becerro de oro. Lugo no sólo que perdió su fe sino que se volvió idólatra de otros dioses, especialmente, del papel con valor de cambio inmediato.

Pero no termina aquí el rosario de dislates. Acaban de anunciar que, en otro paso inédito, renegociarán la deuda de Yacyretá.

Hay que anotar que en el gobierno colorado de Nicanor Duarte Frutos ambos países Paraguay-Argentina aprobaron el denominado Pre-Acuerdo de Yacyretá, que, lamentablemente, por razones de sectarismo político, nuestro Congreso no lo acompañó.

Con aquel Pre-Acuerdo se lograba reducir la deuda de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) en, aproximadamente, 6.200 millones de dólares, se eliminaban los intereses y los reajustes sobre la deuda, y se reducía el precio de la tarifa de energía eléctrica a valores inferiores a 20 dólares por megavatio-hora -hoy cuesta en tomo a los 40 dólares- y, sobre todo, se encaminaba a la EBY hacia una empresa técnica y financieramente sana.

Igualmente, de haberse aprobado aquel documento, se conseguían importantes ingresos para el país por el adelantamiento del pago de todo dinero que le correspondía a Paraguay y que fuera diferido por la nefasta Nota Reversal de 1992, para ser abonado a partir del año 2019.

No se hizo todo, pero se hizo mucho. Todo se sabrá en su tiempo. Como dicen las Escrituras, cada cosa en su momento.

 

 

CÓMICAS MURMURACIONES SOBRE LA IZQUIERDA PARAGUAYA

Por momentos pareciera que el murmullo de las discusiones políticas de nuestro país se expresara de esta manera: “La izquierda paraguaya ha cobrado visibilidad pública y, desde el Estado, se pretende fortalecerla". Uno de los principales referentes del Partido Patria Querida, Daniel Codas, declaraba en el diario ABC Color, unos días atrás: "Lastimosamente, sólo se discute que la izquierda se ve fortalecida con las nuevas designaciones del Presidente de la República, Fernando Lugo, o que un sector del PLRA es más favorecido que otro".

Desde medios digitales latinoamericanos de tendencia "izquierdista" se afirma que "ahora Paraguay ha tenido procesos de elección donde los candidatos progresistas han obtenido mayorías abrumadoras. Las masas no solamente han visto en ellos a la persona que cambiará el rumbo de la situación, sino también a quien transformará radicalmente la sociedad en beneficio de los explotados.

El dirigente de PQ señala acertadamente la tensión que atraviesa al inestable gobierno del clérigo-presidente, pero se equivoca fatalmente al pensarlo en términos de disputas ideológicas, porque no podemos dejar de insistir en que lo que realmente se disputa consiste en algo mucho más acá de lo político, y lejano de las disputas entre cosmovisiones contrapuestas; confundir las riñas por recalentadas porciones de una pizza con la lucha política-ideológica sólo puede ser admisible desde las peores miserias teóricas. Por otra parte, el tono celebratorio del pasquín digital atiborrado de rouge bolivariano, no es sino el eco o la retombée del absoluto desconocimiento histórico de nuestro país, la enunciación sólo posible desde la nefasta utopía bolivariana de una "Patria grande", donde la pluralidad cultural, étnica y social busca ser reducida a la lógica de la homogeneización totalitaria.

El principal problema de ambas afirmaciones es la idea misma que opera de manera implícita acerca de lo que significarían términos como izquierda, ideología y Estado. Ambas posiciones se mueven en el cómodo registro de un sentido común que no cesa de traficar con los sobreentendidos cosificados de la tradición. ¿De qué hablamos cuando hablamos de izquierda? ¿A qué nos referimos cuando decimos ideología, palabra irreductiblemente polisémica, si las hay? ¿Y qué concepción de Estado estamos manejando?

Insistir en estas interrogantes debería ser el punto de partida para una discusión seria, que no se torne restringida por la morada de un saber deificado, que fabrica falsas oposiciones, disputas y enconos. Por lo tanto, la pregunta que surge, desde el espacio político en que militamos, no es otra que: ¿debemos apresuradamente ser hablados (¿?) por el discurso de nuestros adversarios políticos y pasar a reconocerles de forma servil el noble estatuto de "izquierda" o "progresismo", con los que buscan definir sus ambivalentes identidades políticas?

Si tal posición tomáramos, nuestro propio lugar de opositores se volvería imposible, nuestra especificidad de implacables críticos ante un gobierno desmesuradamente inepto perdería toda consistencia. Lejos de ser opositores, seríamos su mero reverso en un teatro donde la funcionalidad y la sumisión serían nuestros libretos a representar, donde sólo la bufonería grotesca podría caracterizarnos.

Que la "izquierda" sueñe con un fortalecimiento desde el aparato estatal no sólo es el índice de las peores aberraciones de sus dirigentes e "intelectuales", de sus pésimas lecturas de Marx y Engels, sino del total desconocimiento de la tradición marxista que excede a sus padres fundadores.

Si una de las definiciones posibles de lo que implicaría ser de izquierda no es otra que la "despiadada crítica de las instituciones que regulan el funcionamiento de un determinado régimen económico, político y social'', difícilmente se podría reclamar el adjetivo de "izquierda" cuando la concepción de fondo que diariamente se sostiene gira en tomo a la religiosa reverencia al Estado, la vieja Estadolatría destrozada por la escuela malthuseriana, el imaginario decadente del Estado como herramienta neutral al servicio voluntarístico de cualquier fin.

Porque, si algo ha caracterizado a las derivas totalitarias de los procesos revolucionarios, ha sido la ingenua creencia en una concepción del Estado desde donde "todo es posible según la bondad o maldad del operador de la maquina"; el olvido de que el Estado porta una determinada estructura que condiciona y habilita determinadas decisiones, al tiempo que inhibe e impide otras. En este olvido radica una de las principales causas de muestra derrota del 20 de abril, y desde este olvido se repiten de manera nefasta las "promesas de cambio", que a esta altura ni los propios hijos del gobernante de tumo creen.

Es ahí donde debemos encontrar la religiosidad ortodoxamente vaticana de los autoproclamados "progresistas", que habitan el presente político paraguayo; no tanto en haber erigido como "líder" a un clérigo sino, más bien, en la abnegada fe y reverencia a un Estado en el que ponen todas sus expectativas a la hora de producir nuevas adhesiones clientelares teñidas del rouge "heroico", como si la lógica del clientelismo fuera otra si sus agentes prefirieran el decorado de sus alcobas pequeño-burguesas con pósters de Guevara, en lugar de los sobrios retratos de Bernardino Caballero que adornan nuestras seccionales.

Lejos de ser la llegada de la Alianza Patriótica para el Cambio, un acontecimiento de ruptura y quiebre histórico en términos de reconfiguraciones sociopolíticas y económicas, se parece mucho más a un seudoacontecimiento bajo el talante de una fase superior (como diría el viejo Lenin) de la lógica clientelar, estatal y colorada, de la que nos hacemos cargo, en las responsabilidades que nos correspondan, y reconocemos la necesidad de su despiadada crítica.

Por lo tanto, concederles a las difusas fuerzas políticas, que pelean señorialmente por rentables parcelas del Estado, el título de "izquierdistas", sería una grave falta de respeto para con un espacio del pensamiento que ha hecho importantes aportes en el análisis de la economía, la política y la cultura; con el que podemos tener innumerables diferencias teóricas y políticas, pero jamás confundir los aportes de sus principales referentes con las murmuraciones tragicómicas de sus autoproclamados seguidores locales.


 

 

 

MANIFIESTOS

 

EL TERRORISMO DE ESTADO AMENAZA A LA NACIÓN

El Movimiento Progresista Colorado (MPC), como espacio interno de nuestro centenario Partido Colorado, partido de irrenunciable vocación política y movilizador de las grandes mayorías populares, expresa su profunda preocupación por estas horas cruciales que atraviesa nuestro país.

Desde este espacio republicano, consideramos una obligación moral y política hacer escuchar nuestra voz a los sectores populares, profesionales y empresariales de nuestro partido, pero, más importante aún, a la entera ciudadanía de nuestra nación.

Horas cruciales vive la democracia paraguaya ante la amenaza oficial del Gobierno en pos de la destrucción de las instituciones democráticas, republicanas y representativas.

Sí, desde el inicio del gobierno del Presidente Lugo, el ataque al Estado de Derecho circulaba como discurso agresivo en los márgenes de los centros de decisión, a partir de ayer se ha vuelto la voz oficial del Estado.

El Presidente Lugo, con su presencia en un acto político convocado desde el absoluto chantaje estatal, ha legitimado el terrorismo discursivo con una espantosa impunidad. Discurso que sin pudor solicitó la quema de seres humanos, la barrida del Congreso, la limpieza de los elementos podridos y el ataque a los medios de comunicación que dignamente mantienen una posición crítica ante los desmanes de este gobierno. Gobierno que parece no tener otras intenciones que la decidida prostitución de los partidos políticos, a cambio de cargos, creación de costosas sinecuras parentales e ilícitas transacciones pagadas con el galopante atraco al erario público.

Estamos convencidos de que el pueblo colorado, en particular, y el pueblo paraguayo, en su totalidad, no aceptará la degradación a la que está siendo sometido, porque el pueblo paraguayo es un pueblo lúcido, inteligente, motor de las potencialidades del progreso; pueblo que ha sobrevivido heroicamente a las grandes batallas épicas, desde su independencia nacional hasta los momentos en que ha habido que defender con la vida la democracia y el Estado de Derecho.

El pueblo paraguayo no será engañado por quienes se autoproclaman "agentes del cambio", pero, desde sus descaradas mentiras, utilizan palabras que pertenecen a los códigos del fascismo: "limpieza, barrida, depuración de lo podrido y quema de personas".

El pueblo paraguayo -estamos convencidos- es consciente de que estas palabras nunca fueron las palabras de los hombres que lucharon por la democracia, el bienestar social y económico de los sectores históricamente postergados.

La propuesta de quemar personas, limpiar cuerpos, destruir instituciones no puede ser evocada como el discurso de un "cambio", porque sólo evoca a las medievales hogueras donde se incineraba a la disidencia. Así como a la oscura época del fascismo donde, desde los intentos de una Solución Final, se buscaba limpiar la podredumbre, la parte maldita, que el delirio de sus líderes consideraba condenada a la desaparición.

El pueblo paraguayo -estamos convencidos- no caerá ante el engaño de quienes buscan presentar una retórica llena de odio y muerte como el "discurso del cambio". La "limpieza" de los que no sienten simpatía hacia el gobierno de tumo, la "quema" de agentes políticos que sostienen un lugar de oposición, la "barrida" de nuestras instituciones democráticas, nunca podrán ser el emblema de los nuevos tiempos, sino sólo el recuerdo de un pasado nefasto que tenemos la obligación de enterrar, para lograr el fortalecimiento de la institucionalidad política, la paz social y la reconciliación del pueblo paraguayo entero.

A los jóvenes, a las mujeres, a los profesionales, a los artistas, a los intelectuales, a los empresarios, a los trabajadores y trabajadoras de nuestra nación, les instamos -desde nuestro humilde espacio político- a no caer en las provocaciones de un gobierno que, luego de perder la credibilidad local y convertirse en el objeto privilegiado de la desvergüenza internacional, comienza a sacarse las máscaras y a mostrar su rostro terriblemente autoritario.

El Movimiento Progresista Colorado (MPC) se niega a hablar en nombre del pueblo colorado, y mucho menos en nombre del pueblo paraguayo.

El Movimiento Progresista Colorado (MPC), simplemente, pide, en primer lugar, lucidez a las autoridades partidarias, a los actores políticos de nuestro partido, y, en segundo lugar, a todos los hombres de nuestra nación comprometidos con la defensa del Estado de Derecho, del respeto a la propiedad privada, de la irrestricta libertad de prensa y del derecho que tienen los sectores populares a no ser avasallados en su dignidad, a no ser subestimados por quienes buscan hablar en nombre del pueblo, cuando no han sido capaces de obtener siquiera el 3% del voto popular.

Creemos que la época de los liderazgos verticalistas, autoritarios y sin vocación autocrítica es un capítulo triste de nuestra historia, contra la cual debemos dar una incansable y fervorosa batalla.

El Movimiento Progresista Colorado (MPC) cree solamente en las glandes y silenciosas mayorías populares, que ya no necesitan líderes convocantes; confía en el espontaneísmo de las masas coloradas y del pueblo paraguayo entero, en su silenciosa y respetuosa actitud de no caer ante las provocaciones de una camarilla abiertamente agresora de los valores eternos de la democracia y la libertad.

De la misma forma, el Movimiento Progresista Colorado (MPC) afirma y reivindica el derecho que tienen los hombres y mujeres de todos los rincones de la patria a ser escuchados, a no renunciar al derecho de ser parte de la palabra pueblo, así como a la manifestación pacifista, espontánea, respetuosa y autoconvocada de los mismos.

El gobierno del Presidente Lugo podrá alquilar a precios irrisorios a los traidores de la memoria de Cecilio Báez y Eusebio Ayala; podrá rentar incluso a miembros de nuestro partido, a cambio de desteñidas monedas; podrá movilizar minorías violentas con el desfalco del erario público; pero jamás podrá contra la voluntad autoconvocante de un pueblo que ya no quiere imposiciones ni voces que arbitrariamente hablen en su nombre, cuando ni siquiera han sabido ganarse su simpatía y mucho menos dar respuesta a sus demandas.

Horas decisivas atraviesa la democracia paraguaya. Por ello, más que nunca, instamos no sólo a la unidad de nuestro partido, sino a la unidad nacional de los sectores que creen en los valores de la representación democrática y en la necesidad de un avance en la calidad institucional de nuestra República.

El gobierno del Presidente Lugo es un gobierno en bancarrota moral, política y económica y, desde su estrepitoso fracaso, no lograrán hacemos retroceder con sus amenazas ni lograrán acallar nuestras voces, que no son otras sino las voces que se encuentran comprometidas con la lucha por la democracia y el Estado de Derecho.


 

ENTREVISTAS


"CON LUGO ENTRAMOS EN LA ERA DE LAS MÁSCARAS"

(Laura Gauto, Revista Cartelera, N° 6, Año 2010).

 

Por primera vez, desde que dejó la Presidencia de la República, Nicanor Duarte Frutos accede a una exclusiva de revista. Nos recibió en su quinta, ubicada en la ciudad de Atyrá, donde pasa días veraniegos en familia, al más tradicional estilo paraguayo: los chicos jugando y la ex primera dama ocupada en la cocina, ultimando el almuerzo de los Duarte-Penayo.

Con la melodía de Emiliano R. Fernández de fondo, lejos del protocolo que lo envolvió un día, vistiendo camiseta y jeans casuales, conversamos con el ex Presidente. Analiza aspectos del acontecer político nacional, desde la perspectiva que le confiere su experiencia. De buen semblante, delgado, cordial y receptivo, no repara en responder a los cuestionamientos que se le plantean. Admite errores estructurales en la ANR, afirma que las deslealtades son normales, pero que aún halla amigos. Lea una conversación más que una entrevista, cuyas respuestas no fueron previamente pautadas.

-¿Las cinco primeras personas que le sugirieron postularse a la presidencia fueron...?

-La candidatura surgió del pueblo: Trabajadores, presidentes de comisiones; don Teófilo y doña María, a quienes conocí recorriendo el país, como ministro de Educación, me alentaron. También estuvo mi vocación.

-¿Siempre soñó con la Jefatura del Estado?

-¡En la escuela ya! Cuando no conseguía seducir a Gloria -Penayo de Duarte-, le decía: "Mire que yo voy a ser Presidente de la República". Ella me decía: "Loco", como me llamó la gente, cuando denunciaba a Lugo de todas las barbaridades, y me trataron de bipolar, diciendo que mi destino era el manicomio. Mis profecías sobre Lugo, lamentablemente, se confirmaron.

-¿Cómo ve a Femando Lugo, persona y gobernante?

-Como persona, evidentemente, siempre fue un gran simulador. Para llegar a obispo, con la vida disipada y disoluta que tuvo, hay que ser un gran artista, un hipócrita. Como gobernante, un fracaso estrepitoso.

-¿Qué opinión política le merecen los grupos de izquierda emergentes en nuestro país?

-La izquierda no está mal. Un país necesita de grupos políticos con mayor compromiso hacia los sectores menos favorecidos, que no crean que la pobreza sea haraganería y pereza, sino que obedece al sistema económico, político y social hegemónico. Lógicamente, no comparto la intención de llegar al poder mediante la violencia, la lucha de clases, la extorsión, el terrorismo, el secuestro. Los grupos autodenominados "de izquierda", prefiriendo atajos que generaron hambre, miseria y luto, no merecen ese estatus. Son criminales.

-¿Qué piensa de la eventual vinculación de actores del oficialismo con el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP)?

-Mi gobierno capturó y la Justicia les condenó a secuestradores como Alcides Oviedo, quien era el comandante del EPP; Carmen Villalba, Osmar Martínez, Aldo Meza, Omar Martínez, Anastasio Mieres, Francisca Andina y otros integrantes de la estructura criminal que secuestró a María Edith Bordón de Debernardi y a Cecilia Cubas. Logramos la extradición de diez integrantes del EPP detenidos en Buenos Aires. Hay que preguntarse, ¿qué hizo este gobierno? Aún no capturaron, y menos procesaron ni condenaron, ni siquiera a uno de este seudoejército. Se entregó el tal Casildo -López, vinculado con el EPP y con órdenes de captura pendientes, vino en un coche VIP, fue puesto en un salón VIP con escolta del (Ministerio del Interior). Después, otro arrepentido, Espínola -Carlos, supuesto adepto del EPP-, en iguales condiciones. Creo que Rafael Filizzola juega a tonto, y no por ingenuo. Quiere luchar contra ellos, pero su institución y los organismos de seguridad tienen agentes infiltrados, puestos por Lugo, amigos y padrinos de dirigentes de esta organización comunista que plantea la lucha armada.

-¿La ley antisecuestros propuesta ayudaría?

-Tal vez, pero no es posible que el régimen no pueda detener a un comprometido con el EPP. Por eso cabe la sospecha de que en este "gobierno del cambio", de la transformación moral, del paraíso terrenal en el país, haya funcionarios sosteniendo a esta camarilla que opera a través del chantaje.

-La entrega de carne, de parte de los Zavala, por indicación del EPP, ¿pudo evitarse?

Eso fue consecuencia de la inoperancia gubernamental, efecto de la incapacidad de los órganos de seguridad y de la aparente combinación entre gentes del Ministerio del Interior y la extrema izquierda en el Paraguay.

-Luego de entregar el cargo, casi no se manifestó públicamente en temas políticos. ¿Por qué?

-La falta de visibilidad mediática no significa que uno no esté operando. Un ex Presidente se toma un tiempo de meditación. Perdimos las elecciones, fui centro de acusaciones, prácticamente, la encarnación del mal y, mientras las pasiones mermaban, tuve que ir a la montaña, so riesgo de no hallar a nadie después. Felizmente, encuentro aún a algunos.

-¿Sólo a algunos?

-Y claro...

-En ese proceso de meditación, ¿halló factores a los que puede atribuir la caída del coloradismo?

-Amerita un debate y un estudio amplio y riguroso. El partido cae por causas complejas. Luego de 60 años de acumulación de poder, no se pierde por error, soberbia o traición de alguien. Hubo hartazgo social, grandes errores estructurales nuestros, incumplimiento de la misión de muchos amigos y una progresiva degeneración de los objetivos.

-¿Cómo ve el futuro inmediato de la ANR?

-Me interesa el futuro del país. Obviamente, también el del partido. Con Lugo, Paraguay se convierte en un territorio indeterminado. A la mañana, habitan los amigos; a la siesta, los timoratos; al anochecer, los enemigos. Las identidades se quiebran, uno es y no es, al mismo tiempo; los índices políticos se borran. Mire, depende de cómo amanezca (Lugo) para que el Ejecutivo tenga, al mismo tiempo, apoyo de la FEPRINCO, de la ARP, de campesinos radicalizados, que, instantáneamente u horas después, pueden borrar con el codo lo que escribieron o negar lo dicho. Vivimos una era de gran confusión; los aliados mutan, los enemigos de ayer confraternizan con sus nuevos consortes. Paraguay, con Lugo, entró en la era de las máscaras. Él llegó con la máscara de la honestidad, del amor a las pobres, el respeto a la familia, a los hijos, pero hace rato que la ha perdido. Pero su verdadero semblante, su rostro real sigue oculto, porque detrás de una que se le cae aparece otra máscara. Su carnaval lo exige para desgracia del país.

“..Lugo dio una patada en el traste al Estado"

-¿Cuál es esa otra máscara?

-No se sabe; el carnaval luguista juega con la incertidumbre, con el lenguaje difuso, polivalente. Aquella "isla rodeada de tierra”, de Roa Bastos, y a la que aludiera Lugo en su discurso inaugural, hoy se fragmenta, convirtiéndose en un gran archipiélago de islas inconexas y un grave deterioro de la confianza social. El coloradismo sostuvo un Estado, aunque precariamente estructurado, pero Lugo le dio una patada en el traste al Estado. Hoy hay una especie de sultanismo político, de discrecionalidad, promiscuidad, ejércitos paralelos, manejo como propios de los fondos estatales, nepotismo perfeccionado, constantes negociados, etc.

-¿Reflejado en...?

-La inoperancia, inmoralidad y discrecionalidad del sultán hace que otros vean al Estado como una despensa propia, con muy pocas excepciones. La mayoría tira al basurero la Ley de Contrataciones, no respetan procesos licitatorios; Lugo, Borda y las tierras de Teixeira (Ulisses Rodrigues.); compra de edificios sobrefacturados; la Industria Nacional del Cemento no rinde cuentas de la compra de fuel oíl en licitaciones fraudulentas; robo escandaloso en Aduanas, ramos generales. Las patologías, que criticaban el malavenido obispo y sus secuaces, no sólo están intactas, se agravaron. Los vicios se multiplicaron. No hay peor enfermedad que la jactancia de salud en medio de la infección generalizada, como pasa con Lugo y los liberales carguistas, que ven al país con gafas de madera.

-¿Qué hace hoy en su día a día?

-Me dedico a cosas particulares. Tengo ganadería en el Chaco, converso mucho con los jóvenes, paso más tiempo con mi familia, y escribo.

-¿Un libro?

-Llamarlo así sería una pretensión exagerada. Recopilo algunas ideas.

-¿Piensa publicarlas?

-No sé, generaría gran revuelo. Favorecería a Lugo, quien ante cada crisis trata de encontrar algo que desvíe la mirada. Estoy recuperando mi vocación de periodista.

-¿Cómo calificaría al electorado colorado hoy?

-Hay que hablar del elector paraguayo que vive un proceso de maduración, de toma de conciencia y mayor autonomía. También ocurre en el coloradismo, que ya no tiene el control ni de aquello que fuera su voto tambeado. Tenemos que trabajar mucho y de modo distinto. El Registro Cívico Permanente informó que el 54% de los nuevos inscriptos no tiene filiación. Crece el partido de los sin-partido, y eso es un gran desafío a los liderazgos. Hay una sociedad electoralmente líquida no sólida: hoy puede votar al colorado; mañana al azul; pasado mañana al verde, sin ningún remordimiento. La etapa de pertenencia sólida y localizable es cosa del pasado y ya no va a volver.

-¿Sintió la deslealtad de correligionarios antes fieles?

-Es normal que se produzcan mutaciones (Risas).

-¿Hubo también mutaciones en su personalidad esos cinco años?

-Me sentí más humano. Fuera del poder soy más amable (se ríe), más cordial; estoy más con mi familia; aprendí mucho de mis errores.

“.. de vez en cuando, alguien que me grita: Presidente, ¿cuándo volvemos?'"

-¿Quiere volver a ser Presidente?

-Ésa es una pregunta bastante difícil. Presidí la República a los 46 años. Todavía trabajo en política. No sé qué pasará; nadie sabe. Lo veo muy difícil; espero que los nuevos líderes vayan surgiendo.

-¿Cree que hay posibilidades reales de que el coloradismo retome el poder en las próximas presidenciales?

-Es lo más probable, si actuamos con inteligencia y cohesión. No necesariamente con Nicanor; yo tengo limitaciones jurídicas, a primera vista.

-¿Otras limitaciones?

-Soy un dirigente venido a menos, el calor de la gente cada día es más difícil conseguir, salvo de manera fortuita. El que siempre me hace fiestas es Facundito (su último hijo, de 4 años), o "Estrellita" (su perrito); algunos buenos compañeros de lucha, así como, de vez en cuando, alguien que me grita: 'Presidente, ¿cuándo volvemos?. No hay que perder la esperanza.

La política no se mueve en un proceso lógico racional. En la historia política de los pueblos y de los líderes casi siempre determinan los imponderables, los azares, los hechos que ocurren encima de cálculos y voluntades.

-¿Cómo llega al poder su generación?

-Por una vía totalmente irracional, ilógica. Se va Oviedo (Lino César), que llegaba para gobernar 20 años. Se produce la muerte de Argaña (Luis M.) y hay un vacío de poder. Disputamos la Presidencia y llegamos. Sin estos hechos totalmente azarosos, probablemente, recién hoy, para el 2013, estaríamos peleando. De lo único que estoy seguro es de que, a largo o medio plazo, todos moriremos, y hay que disfrutar buenamente lo que se puede y tratar de hacer lo mejor (Risas).

-¿Qué opina del episodio de la muerte de Luis María Argaña?

-Fue un acontecimiento fortuito, doloroso.

-¿Qué personalidades políticas extranjeras, que conoció como primer mandatario, lo impresionaron, y por qué?

-Me impresionó por su sabiduría el Presidente Lula (del Brasil). Confirma que la formación académica puede ser muy importante, pero la sabiduría es superior; haber conocido y aprendido de la vida, de las miserabilidades y virtudes humanas. De tornero a Presidente del país subcontinente y reelecto. Desmesurado izquierdista en origen, pacta con la burguesía paulista; llega al poder y se modera, sin descuidar nunca el compromiso social con los pobres y desamparados. Me impactó Ricardo Lagos (mandatario chileno, entre 2000 y 2006) por su gran claridad con conceptual y enorme capacidad de interpretar procesos históricos y anticiparse al devenir. Su salida privó al MERCOSUR y a la región de una voz definitoria. Evo Morales (Presidente boliviano), para mí, es el Mandela de América del Sur. Si el segundo rompió con el Apartheid y reivindicó los derechos de los negros; con Morales, los indígenas en Bolivia ya no caminan mirando al piso, con la cabeza gacha. Ese sector marginado y humillado recuperó su dignidad. Más allá de su ideología, Evo marca una inflexión en América Latina.

-¿Está de acuerdo con el ingreso de Venezuela al MERCOSUR?

-Particularmente, sí, porque la pluralidad es importante. La negación, fundada en dogmas y prejuicios, no fortalece los procesos de democratización; pero mi partido asumió otra posición y la respeto.

-¿Practica ejercicios? ¿Por eso está en forma tan óptima?

-Trato de ser disciplinado, camino, juego al fútbol; creo que llevo una vida ordenada.

-¿Se intentó alguna vez envolverlo en escándalos sexuales?

-El país está tan inestable e incierto, como las constantes reconfiguraciones amatorias del Presidente Lugo. Ahí te dije todo. Fui objeto de mucha infamia durante la campaña electoral, pero fueron cuestiones políticas y mentiras. Mi vida siempre fue bastante mesurada, mis frenos inhibitorios aún funcionan muy bien. Llevo 25 años de matrimonio, tengo seis hijos; creo en Dios, tengo mucha fe; amo a mi país, lo serviré desde cualquier lugar, sea desde la política, la casa, la Academia, y creo en un Paraguay mejor.

 


 

COMENTARIOS


GOBERNABILIDAD DE LUGO DE TRAFICANTE DE ILUSIONES A VENDEDOR DE PESIMISMO Y CAOS

Hay muchas cosas que merecen ser analizadas a fin de año. Pero hay un tema del cual depende, en gran medida, la función eficiente del Estado, en términos de resultados en los diferentes ámbitos, de lo estatal y de lo social.

Hay un primer dato preocupante. Lugo, luego de haber sido el mejor traficante de ilusiones (esperanzas para otros), se ha convertido -a un año y cinco meses de su gobierno- en el mejor organizador del caos y el pesimismo, no igualado por nadie en los últimos veinte años, por lo menos.

En las últimas semanas se lo vio aparentemente compungido, en seminarios sobre gobernabilidad, suplicando un acompañamiento de los sectores políticos y sociales, a fin de darle al país un consenso mínimo desde la gestión pública.

La gobernabilidad, básicamente, pasa por un entendimiento entre los diversos grupos políticos y sociales sobre los temas prioritarios de la agenda país. No se trata de negar la pluralidad sino de resolverla democráticamente, para lo cual el liderazgo del Ejecutivo, su capacidad de construir acuerdos, transparentar su propósito en lo político y social, son cruciales para evitar la desconfianza y el enfrentamiento estéril.

Sin embargo, crece la desconfianza en los objetivos políticos y sociales de Lugo: primero, por su lenguaje difuso y polivalente y, segundo, por sus veleidades, coqueteando con la izquierda, con el centro, con la derecha. El que pretende estar bien con todos, en política, termina siempre estando mal con todos. El juicio político es, por ello, una suerte de serpiente institucional, a la espera del momento oportuno.

Pero el pecado original, el primer motor de la ingobernabilidad reside en la naturaleza de la denominada Alianza Patriótica para el Cambio que lo llevó al poder. ¿Por qué? Porque tal agrupamiento político tuvo un carácter reactivo, fue una alianza negativa, en tanto que se basó más en la negación del coloradismo que en un plan de gobierno acordado por los múltiples actores (liberales, marxistas, cristianos, ateos militantes, social-demócratas, prohijados de secuestradores, abortistas, no abortistas, libremercadistas a ultranza, estalinistas reciclados, etc., etc.).

La prosaica Alianza Patriótica para el Cambio fue meramente agregativa, matemática, no programática, menos de coincidencias ideológicas sobre un nuevo modelo de Estado que construir. Absolutamente, la esquizofrénica heterogeneidad que la constituyó nunca fue interpelada por nadie a coherentizar su plan de gobierno. Lo importante no era el futuro de la nación ni la discusión de cómo se iban a hacer los cambios que se anunciaban a los cuatro vientos.

En este sentido, lo fundamental consistía en lograr un mínimo sentimiento identitario que, más allá de las grandes diferencias al interior de la Alianza, permita agruparlos en torno al común rechazo del súmmum malo que, con un gran apoyo mediático, se focalizaba en el coloradismo. El punto de unión era la aversión, el rencor, el odio. De ahí proviene hoy toda la incertidumbre, la caída de la economía, el aumento del desempleo, de la pobreza, del miedo al futuro, a la cancelación de vuelta de las libertades y otros hechos siniestros que oscurecen lamentablemente nuestro porvenir.

Más allá de esta infección congénita de la Alianza, que amenaza expandirse y convertir al Estado y la sociedad en un campo de batalla donde sólo habrá perdedores, existe una responsabilidad personal del Presidente Lugo en tres frentes o instancias por el agravamiento de la ingobernabilidad, por ausencia de entendimiento básico, transparencia y eficiencia.

1) El malavenido obispo traducido en Presidente, mientras clama gobernabilidad, excluye a su principal aliado y Vicepresidente de la Republica; no sólo que lo segrega sino que lo ridiculiza en privado y lo degrada en público. En la propia cúspide del poder brilla el ejemplo de la intolerancia y el cinismo. Si no fuese por el Partido Liberal, si dependiera solamente de los votos de Tekojoja y de la anémica izquierda criolla, Lugo ni siquiera llegaba a presidente del comité de sesameros de San Pedro. Pero, aun así, él se presume omnipotente.

II) La segunda instancia es el Gabinete, donde no cesa la puja por definir el grupo hegemónico entre las diversas facciones, siendo, evidentemente, este lugar la gran usina de la ingobernabilidad. Ni siquiera el lavarropas del ejecutivo ha podido arreglar; por lo visto, es insoluble, porque sus ministros se pasan tirándose unos a otros los trapos sucios, a la luz del sol, generando desconcierto y desánimo.

Son frecuentes los reproches, las acusaciones y las recusaciones entre ministros liberales, de éstos con los del PMAS, de aquí con los ministros del Partido País Solidario, extendiéndose la riña a los del Partido Democrático Progresista y Partido Popular Tekojoja, lo que denota una absoluta falta de conducción política y de espíritu de cuerpo, de equipo.

Por sobre todo, revela la incapacidad de Lugo para el disciplinamiento y la cohesión del Gobierno, que se necesitan para construir confianza e inversión.

No se pide conducción autoritaria. Un debate interno es saludable, pero lo que desgasta la autoridad presidencial es que cada facción, aparentemente, se juega por su propio espacio e intereses. Si Lugo no puede poner freno a la confrontación propia por dentro, si no puede regular el lenguaje de su Torre de Babel, bajando líneas que sean acatadas por todo su equipo, por fuera, su situación puede agravarse, como es la tendencia, con actitudes de oposición que se van radicalizando.

III)    Y el tercer escenario de responsabilidad exclusiva del Presidente opera en la sociedad. Primero, su constante menoscabo de los partidos políticos. Es cierto, los partidos tradicionales y nuevos no tienen hoy día mucho crédito, pero, por lo menos, que diga entonces cómo y sobre qué tipo de instituciones quiere organizar la democracia, los procesos electorales, y cuáles van a ser los mecanismos de representación. Que termine con su ambigüedad.

Su obcecada impugnación al sistema de representación no puede disimular, conste que se trata de un buen histriónico. Tampoco está mal que lo impugne. Lo que debe decir es qué tipo de representación prefiere. Si los partidos y el Congreso no sirven, debe tener alguna otra idea; tal vez desea gobernar a través de los Consejos de los Sin-Tierras o de los Consejos de Líderes Sociales, a la hechura de los soviets (consejos, en ruso), que fueron los puntales del asalto al Palacio de Invierno, en San Petersburgo.

Es más, si hoy el Presidente confía más en las organizaciones sociales, hay que preguntar de dónde le viene a sus líderes la facultad delegativa que invocan para hablar en representación de los campesinos, de los obreros, de los sin-tierras. ¿Dónde, cómo y qué tribunal electoral les eligieron? ¿De qué soberanía política surge la representación que dicen tener?

Pero esto, que no es un dato menor, no le interesa a Lugo, que no cuestiona la legitimidad, la representatividad de los viejos dinosaurios de la dirigencia autodenominada social y campesina.

Si hay una dirigencia oligarquizada, entendida como manejo sin sucesión dinámica, casi perpetuo de clanes, de familias, de pequeñas elites rurales y urbanas anquilosadas, una de ellas es la de los estamentos campesinos, sindicales y de seudoproductores. Vean los nombres y desde hace cuánto tiempo se dedican a este "heroico" oficio.

Paralelamente a esta relación que tiene con el Congreso, con los partidos, tampoco se preocupa de construir un clima de cooperación con los sectores productivos, con el mercado, con los dueños del capital, de las tierras. Por el contrario, los agrede permanentemente y, por momentos, los alude, lo que vuelve menos legible, comprensible, su verdadero objetivo político.

Si desde el Gobierno no se apuesta a reformas políticas y económicas graduales en diálogos incluyentes, Lugo carece de fuerza política para la ruptura sistémica. El mito del cambio revolucionario, drástico, con purgas violentas e instituciones a la medida son hoy alucinaciones de una izquierda neurótica. Es imposible salvo a precio de un baño de sangre.

Si la gobernabilidad no empieza a ser construida y testimoniada desde el propio Gobierno, lamentablemente, de nada servirá que el próximo año (2010) mejoren el panorama de la economía global y el precio de los commoditties. Es más, para quien carece de rumbo y apuesta al caos destructor no hay viento a favor, sólo improvisaciones y más pobreza. ¡Dios se apiade de nosotros y que todo sea para bien!


 


COMENTARIOS DE ANIBEL SAUCEDO RODAS


De Stroessner a Lugo

LOS CARRILES DEL AUTORITARISMO

 

El autoritarismo en el Paraguay sólo cambió de carril. Si hace dos décadas transitaba por la derecha, ahora viene disfrazado por la izquierda, pero siempre impregnado de autosuficiencia intransigente, de patológica arrogancia y de discriminación ideológica. A ambos extremos une la misma actitud, que la dirigencia histórica del Partido Nacional Republicano (Partido Colorado) definía como pedantería dogmática. No importan las ideas sino la idea de quién está en el poder. En realidad, quienes en estas condiciones administran el Gobierno no defienden ideas sino posiciones. Lo que los fascistas denominan la doctrina de la acción.

Si el stronismo utilizaba ayer el comunismo como un estigma para deshacerse de sus adversarios políticos, hoy, el luguismo pretende predisponer a la sociedad en contra de todos aquellos que piensan diferente, acusándolos de reaccionarios, derechistas, conspiradores, golpistas o enemigos de un cambio que sólo existe en la mentalidad autocomplacida de sus propagandistas.

Con la petulancia propia de quienes creen que saben, algunas y algunos egresados universitarios -muy distinto a ser graduados- con títulos estridentes, que no sabemos si todos pueden acreditar, hasta emitieron un comunicado donde dividen a la sociedad entre luguistas y bárbaros. Cuando se parte de prejuicios y se pretende transformar las opiniones, simples doxas, en episteme, se atenta contra el corazón mismo de la ciencia. Aquélla fundada en principios, en hechos verificables y certezas que no admiten contradicciones.

Para ellos, quienes cuestionan la patética personalidad de Fernando Lugo -un inmoral enfermizo-, sus actos de corrupción y sus bestialidades conceptuales y éticas, pasan a ubicarse en la fila de los fascistas.

Si entendemos que uno de los pilares del fascismo es la negación de la igualdad y la creencia de una raza superior destinada a dominar, el proyecto luguista es fatalmente fascista, aunque se autoproclame de izquierda para la acción. Sus integrantes se consideran personas providenciales, miembros plenos del "pueblo elegido" que hace décadas estaba aguardando el Paraguay para su redención. La segunda etapa consistirá en la "limpieza étnica", que tendrá como objetivos principales a los partidos políticos tradicionales, puesto que no son "dignos" de sobrevivir en esta tierra, que tendrá a Fernando Lugo como el líder predestinado.

Es cierto, hoy se percibe una conjura. Pero es la conjura ciudadana, harta de un facineroso que el azar llevó a la presidencia de la República, y cuyo cinismo sólo es comparable con su incapacidad, y su hipocresía con el absoluto desprecio a la libertad, a la democracia y al Estado de Derecho.

Lo dicho, Stroessner atropellaba por la derecha; Lugo quiere arrollar por la izquierda. Los actores son otros, pero el autoritarismo es el mismo. Por eso la lucha es permanente. Así lo exigen la democracia y los principios fundacionales del Partido Nacional Republicano.

 

 

Sobre el "cretinismo racial"

LUGO APOSTÓ A LA TEORÍA DE CECILIO BÁEZ... Y PERDIÓ

La minicrisis entre dos Poderes del Estado (Judicial y Legislativo), montada y alentada ladinamente por el Ejecutivo, en complicidad con algunos abyectos integrantes de la Corte Suprema de Justicia, procurando debilitar y, luego, disolver el Congreso de la Nación, nació con errores de cálculos de sus progenitores. Femando Lugo mal podría seguir el consejo de Balzac por su opacidad cultural, de lo contrario sabría que "la gloria es un veneno que hay que tomar en pequeña dosis". Quiso embriagarse -como suele hacerlo literalmente- de poder y subestimó la inteligencia de quienes realmente la tienen. Naturalmente, se intoxicó.

El complot -hoy ya fallido- contra la democracia, orquestado con la reincorporación de Bonifacio Ríos Ávalos y Carlos Fernández Gadea como miembros de la Corte Suprema de Justicia, después de haber sido destituidos de sus respectivos cargos por la vía del juicio político, en noviembre de 2003, tiene las huellas dactilares de Fernando Lugo y, aunque más borrosas, las de Antonio Fretes, presidente de la Corte.

El actual Presidente de la República cruzó los Alpes el 20 de abril de 2008, pero, al igual que aquel cartaginés, se detuvo en las puertas de Roma y retrocedió a Capua para disfrutar de sus impúdicas y libertinas delicias. Y hace quince meses que está ahí, holgazaneando en la anarquía. Desde ese sitio quiere manejar al Paraguay con la fastuosidad de los Césares, las locuras sanguinarias de Nerón, aunque el país arda en llamas, y los desmanes, preferentemente lujuriosos, de Calígula. Obnubilado por la suma de estas imágenes y abusos, Fernando Lugo declaradamente está imposibilitado de gobernar la República, puesto que ni siquiera puede gobernarse a sí mismo.

Cometió su primer error -en este caso específico- cuando creyó ciegamente en la teoría del "cretinismo racial" de los paraguayos, sostenida por Cecilio Báez. Sus asesores estaban convencidos, tanto como el mismo Lugo, de que la sociedad se arrodillaría ante la versión del Poder Ejecutivo, como lo hacen los fundamentalistas para adorar al profeta Mahoma. Pero pasó igual que en el "Marzo Paraguayo". El pueblo ya tenía su versión autónoma sobre lo sucedido. Su segundo error se produjo cuando apostó exageradamente a otro mito: nuestra supuesta memoria frágil. Juzgaba, tal vez, Fernando Lugo a partir de su propia y frágil personalidad, que lo hacía reincidir en pecado contra su juramentada castidad.

Existe, es cierto, una historia deliberadamente oculta y forzosamente ignorada, que esta generación tiene la responsabilidad moral de recuperar. Más no es éste el caso.

La tibia posición de Lugo, manifestada a través del asesor jurídico de la Presidencia de la República, Emilio Camacho, confirmó la paternidad del affaire. Ni hace falta retroceder demasiado en el tiempo para encontrar las conexiones que los unen. El citado Camacho, junto con Ríos Ávalos, Hugo López Sanabria y Luis Lezcano Claude, integraban el equipo jurídico que sostenía "la constitucionalidad de la candidatura de Fernando Lugo". Con ese mismo título, y con los nombrados personajes, se organizó un panel-debate, el 2 de agosto de 2007, en uno de los salones del Hotel Armele.

El evento estuvo a cargo de "Fuerza Republicana", liderada en ese momento por Hugo López y Bernardino Méndez Vall, dos que adjuraron públicamente del Partido Colorado. La memoria, a veces, es selectiva: se recuerda lo que se quiere y se olvida lo que no es conveniente para uno o un sector. Por eso, de tanto en tanto, resulta bueno pialarla y traerla del pasado al presente, antes que corra muy lejos.

Bonifacio Ríos Ávalos fue, también, parte del brazo largo con que Fernando Lugo quiso contaminar y someter a la Asociación Nacional Republicana, imponiendo la figura de Osvaldo Domínguez Dibb en la presidencia de la Junta de Gobierno, recurriendo a una resolución judicial tan descabellada como la que estamos condenando ahora. Fue uno de los abogados, con Hugo López, de aquel operativo que pretendió subordinar al Partido Nacional Republicano a los designios de Lugo. Como puede verse, sólo es cuestión de unir las piezas.

Los errores del Presidente de la República tienen hoy dos escenarios inesperados: uno, después del intento de distraer la atención ciudadana con gas lacrimógeno, tendrá que volver a la quebrantada realidad socioeconómica y política del Paraguay, más acuciante que nunca y con un Gobierno absolutamente incapaz de enfrentarla, y, dos, sabe que el juicio político, contrariamente al propósito de su maniobra, es cada vez más posible y está cada vez más cerca.

Lugo jugó fuerte a un bluff. Ahora tendría que pagar las consecuencias. Será la ocasión perfecta para ver quiénes son los diputados y senadores que se sientan a la mesa, con el único afán de esperar una mejor mano, y quiénes son los que verdaderamente apuestan a la democracia.

 

 

HISTORIAS DE UN SECUESTRO (V Y FINAL)

¿QUÉ INSTRUCCIONES TRAJO FIDEL PARA FERNANDO LUGO?

Ningún secuestro se disipa como el humo. El de Fidel Zavala es una historia que todavía no empezó a escribirse. Desde los medios de comunicación sólo se transcribieron los informes oficiales. No hubo siquiera un garabato de conjeturas. Hasta ahora, el Poder Ejecutivo es la verdad revelada para muchos periodistas y comentaristas políticos. Hay un crecido temor de que cualquier inferencia que trasponga las fronteras de lo estrictamente contado pueda ser injuriada y condenada por fascista. Por ello se desecha cualquier observación o indicio que ayude a mostrarnos la posibilidad de desentrañar el lado poco o nulamente explorado de los hechos.

El señor Fidel Zavala, durante sus 94 días de cautiverio, habrá caminado sobre la filosa y delgada hoja que separa la vida de la muerte. Nada justifica lo que le hicieron. Ni la pobreza extrema en que se ahogan miles de compatriotas, tal como intentó vanamente explicar el senador por Tekojoja, Sixto Pereira, el día que se conoció el secuestro del ganadero. Este senador fue el primero en ir a saludar a la familia Zavala la noche que liberaron a esta nueva víctima del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Sabemos que el retorno con vida no tiene precio. Que es un momento de incomparable alegría, en que uno se abraza hasta con el enemigo a quien creía irreconciliable. En este caso, con un enemigo declarado de la democracia, de la libertad y del Estado de Derecho, Femando Lugo. Pero era tiempo de jubileo, de indulgencia plena y de perdón universal. Hasta el periodismo se contagió del aire festivo, que olvidó el "justificativo" con que el senador Pereira "explicó" el secuestro de 94 días atrás.

Más ha llegado el tiempo de la reflexión aguda y de la argumentación racional. El señor Fidel Zavala no puede desconocer hoy que el Presidente de la República, con quien cenó algunos días después de su liberación, "no se había enterado" del secuestro y la muerte de Cecilia Cubas Grau, acción criminal planeada y ejecutada por varios de los discípulos y protegidos de Femando Lugo, quien, por aquellos días, prevaricaba como obispo de la Diócesis de San Pedro. Son los mismos que años después fueron los responsables de su plagio, de Fidel Zavala, se entiende.

El señor Fidel Zavala tampoco debería ignorar que Fernando Lugo, con quien compartió la mesa, tiene conexiones con los secuestradores de María Edith Bordón de Debernardi, quienes disfrutan en el Brasil de la condición de "refugiados": Juan Arrom, Anuncio Martí y Víctor Colmán.

Por sus declaraciones durante la conferencia de prensa del martes 19 de enero pasado, pareciera que el señor Fidel Zavala estaba todavía bajo los efectos del síndrome de Estocolmo. Gastó pocos minutos en sus captores y una enormidad de tiempo en la clase política paraguaya (exonerando, por supuesto, a Fernando Lugo). Curiosamente, sus críticas hacia el EPP no tuvieron la misma virulencia con que estuvieron cargadas sus diatribas contra "la politiquería barata", "las listas sábanas" y "los diputados y senadores que jamás presentaron un proyecto". Incluso, al hilo nomás abogó por la aprobación de la Ley del Impuesto a la Renta Personal, para que lo recaudado en ese concepto sea aplicado en beneficio de los sectores más carenciados. Más de uno, después de escucharlo, empezó a agitar la idea de "¡Fidel Presidente!". Los menos pretenciosos, "¡Fidel Intendente!".

Sin duda alguna, creemos que todas ellas son críticas justas y certeras, pero que no debieran agotarse, únicamente, en la clase política paraguaya. Más aún, a sabiendas de que muchos ganaderos sólo están preocupados en engordar su ganado, mientras miles de compatriotas sufren las indecibles consecuencias del atraso y la miseria en los linderos de sus extensas tierras. En el interior del país es frecuente aquella frase según la cual muchas vacas, especialmente los toros, se alimentan mejor que los peones de estancia. También, ya que estaba en plan de examen social, el señor Fidel Zavala hubiera condenado la despiadada explotación a que son sometidos los obreros, verdaderos esclavos del siglo XXI, en manos de inescrupulosos empresarios que acumulan sus fortunas con el salario robado a los trabajadores. Y la lista podría enriquecerse con la inseguridad -de la que fue víctima el propio Zavala-, la corrupción que acogotó la recaudación fiscal y la permanente incitación del Presidente de la República a la confrontación entre paraguayos.

El martes 19 de enero, Fidel Zavala adquirió estatus de ciudadano. Antes, lo tenía anulado por el silencio. Ahora tiene que ejercerlo permanentemente, aunque no lo haga en el campo político partidario. Por eso sería interesante conocer su visión sobre la actividad que Fernando Lugo protagonizó al día siguiente, miércoles 20, cuando en medio de vivas a Hugo Chávez e improperios contra "la prensa oligarca" -a la que Zavala agradeció un día antes-, anunció que "los partidos progresistas (P-MAS, Tekojoja y otros) marcarán el futuro de nuestro país ", al tiempo de declarar la defunción de los "partidos tradicionales que hoy lloran por la leche derramada” (¿?).

Días después, Lugo materializa su amenaza, destituyendo al liberal Carlos Mateo Balmelli de la Dirección General de Itaipú y colocando en su lugar a un hombre que se manifiesta como "militante de la izquierda democrática", Gustavo Codas Friedmann. En Yacyretá nombra a una fiel partidaria, aunque con la membresía liberal. La decisión del Presidente es constitucional. Ciertamente, en el primer caso, Mateo Balmelli estuvo en el cargo más tiempo de lo que su estrechez mental y limitación intelectual le podían haber permitido, aunque le han sobrado maldad y cizaña para perseguir y ensañarse con el funcionariado que no tenía "protección o bendición" política. No hay sesgo maniqueo en nuestro análisis. Sólo pretendemos exponer un discurrir afinado y reflexivo, en que la mezcla de palabras y hechos, y el tiempo en que se pronunciaron y materializaron esas palabras y esos hechos, marquen el inicio de otra historia, la que ahora está inmersa en la inquietante nebulosa de aquellas cosas que se cuentan a medias.

¿Qué instrucciones trajo Fidel Zavala, del EPP, para Fernando Lugo?. El tiempo, las palabras y los procedimientos parecen tener la respuesta. Nada es oculto a los ojos de Dios ni permanece eternamente sepultado al conocimiento humano. Como, por ejemplo, la vida libertina de Fernando Lugo.

Asunción, 3 de febrero de 2010


 

ANEXOS


DECLARACIÓN DE LA JUNTA DE GOBIERNO

LA INUTILIDAD DE LUGO ARRASTRA AL PARAGUAY HACIA EL DESASTRE

 

El documento titulado "Análisis de la realidad nacional", elaborado por el miembro titular de la Junta de Gobierno del Partido Colorado, Aníbal Saucedo Rodas, finalmente fue adoptado, por unanimidad y a moción del senador Julio César Velázquez, como una declaración oficial de la Asociación Nacional Republicana. En él se demuestra, con pruebas contundentes, que el colapso de la red energética nacional y del sistema de provisión de agua sanitaria es de absoluta responsabilidad del gobierno incompetente, ineficiente y mediocre de Fernando Lugo. "Si hoy la población está condenada a vivir en condiciones infrahumanas no es por culpa del Partido Colorado, o de anteriores gobiernos, sino por la absoluta incapacidad de Femando Lugo, cuya bestialidad asnal sólo es comparable con su angurria. Los insondables límites de su ignorancia van de la mano con su inclinación compulsiva al latrocinio", sostuvo Saucedo Rodas durante la presentación del escrito. Se trascribe a continuación el texto íntegro:

 

Declaración de la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana Partido Colorado

Análisis de la realidad nacional

La desesperante incompetencia del Gobierno de Femando Lugo arrastró al colapso a una de las empresas públicas más eficientes de los últimos años, la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), llevó a su punto más crítico al sistema de distribución de agua sanitaria y condenó a toda población a vivir en condiciones infrahumanas. La historia de Mburuvicha Róga anotará por primera vez en sus registros la presencia, en sus portones, de varias familias que reclamaron utilizar las duchas presidenciales para asearse, después de sufrir las penurias de carecer de agua durante cinco días. El hecho no puede ser considerado anecdótico sino trágico. La imagen de gente corriendo con baldes detrás del vital líquido y las casas sumidas en la oscuridad, algunas en penumbras, escasamente iluminadas con velas, sólo es comparable con aquellas provenientes de países que han sufrido cataclismos naturales o de naciones que todavía no logaron trasponer los umbrales de la modernidad. En nuestro caso, el desorden, el desastre y el derrumbe de algunas instituciones son provocados por personas incapaces, ineficientes y mediocres que no tienen la más elemental noción para administrar el Estado.

La competencia es uno de los pilares de la idoneidad. Es conocer y saber hacer lo que una función demanda. Su contrario es la incompetencia, impericia o ineptitud. Desde el 15 de agosto de 2008 el Poder Ejecutivo improvisa en cargos estratégicos para el desarrollo de nuestro país. Y la justificación a esa incompetencia presente, dieciocho meses después de asumir sus cargos, Lugo y sus cortesanos mediocres y adulones siguen buscando en el pasado. Con un cinismo de hierro -que sería admirable si fuera una virtud- derrochan millones de dólares, que al pueblo le hacen falta con urgencia, para promocionar lo que no hacen. Como por ejemplo la soberanía energética que hoy, en las circunstancias que estamos sufriendo, se suma a la lista de embustes del mayor farsante de la política nacional de las últimas décadas: Femando Lugo. La ciudadanía, que exige el cumplimiento de las promesas electorales, está hastiada de recibir como respuesta acusaciones a "gobiernos anteriores".

Nosotros nunca hemos evadido nuestra responsabilidad histórica como Partido. Asumimos el coloradismo sin beneficios de inventario. Por lo tanto, el gobierno de Lugo ni con una tonelada de propaganda pagada con dinero del contribuyente podrá sepultar los aportes de nuestra colectividad política -muy diferente a un conglomerado de gente- al fortalecimiento de la democracia, al crecimiento económico, a la paz social y a la tenaz lucha por reestructurar el mapa de las desigualdades sociales en el Paraguay. Nada de lo mucho positivo que hemos conquistado son capaces de continuar. La consigna pareciera ser al revés, parafraseando a Ignacio A. Pane: porque algunas cosas hicimos mal, los luguistas deben hacerlo peor. ¡Y lo consiguen con una pasmosa facilidad! Y siguiendo con Pane, diríamos que han preferido perfeccionar y multiplicar los vicios, y no la emulación de las virtudes.

La falta de autoridad moral y de un rumbo definido del Poder Ejecutivo, a estas alturas, ya es un padecimiento con diagnóstico terminal. En el caso específico de la crisis energética, en espacios pagados en los medios de comunicación, se asegura que es el resultado de años de desidia de gobiernos anteriores -una muletilla que ya nadie cree-, para proclamar al final, con énfasis mesiánico, que la solución ya está en marcha. Pero, inmediatamente después, el nuevo presidente de la ANDE nos anuncia que lo peor está por venir.

El anterior gobierno colorado no sólo entregó el poder ordenada y democráticamente, sino que, además, proporcionó al Equipo de Transición la radiografía financiera y técnica de todas las instituciones del Estado. Ya tuvieron suficiente tiempo para corregir lo que detectaron como falencias para el perfecto andamiaje del aparato estatal.

Pero la verdad sea dicha. Un estudio de la Administración Nacional de Electricidad, elaborado por un equipo de expertos de nuestro Partido, nos indica que obras y proyectos ya iniciados por gobiernos colorados fueron postergados o dejados de lado bajo argumentos que sólo denotan mezquindad, imprevisión y falta de visión para encarar políticas de Estado en sectores vitales para la sociedad y la economía.

La administración de Fernando Lugo recibió una empresa financieramente saneada, y disponía de recursos para hacer frente a adquisiciones de equipos estratégicos, pero hubo obstáculos extrainstitucionales, como la publicitada "guerra de los transformadores" que imposibilitaron su compra. ¿Qué tiene que ver el Partido Colorado con la perversa intención de una de las empresas oferentes, manejada por socios de farra y recaudadores de Fernando Lugo, que a toda costa quisieron amañar la licitación?

¿Cuál es la responsabilidad del Partido Colorado o de gobiernos colorados en el atraso de la construcción de la línea de transmisión, de doble circuito, entre la Subestación Acaray y la Subestación Coronel Oviedo?

Esta obra debiera haber estar en pleno servicio a finales del mes de noviembre de 2009, sin embargo, actualmente, se supone su terminación para mayo de 2010. Este emprendimiento fue financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y contrapartida de la ANDE, y ya se encontraba en construcción antes de que asumiera el gobierno actual.

Es inexplicable que en 18 meses de gestión no hayan podido concretar la compra de transformadores de distribución, que son los equipos que permiten que la energía llegue a las casas en baja tensión.

La Junta de Gobierno de la Asociación Nacional República publicara en los próximos días el texto íntegro de un esclarecedor documento que, por un lado, registra la verdad histórica, demostrable, de la acción colorada en el ejercicio del poder, y, por el otro, las mentiras difundas por el gobierno de Fernando Lugo tratando de ocultar su absoluta incapacidad para administrar los destinos de la República.

El Partido Colorado condena la incompetencia del actual Gobierno -a la que hoy se suma el manejo discrecional de fondos especiales para enfrentar una crisis generada a partir de su propia inoperancia- y el despilfarro para promocionar la figura de un Presidente de la República que ya perdió toda credibilidad ciudadana, al tiempo de repudiar los intentos por amordazar la libertad de expresión y el derecho del pueblo a estar informado, tratando de amedrentar con querellas criminales a quienes le recuerdan su conexión con el Ejército del Pueblo Paraguayo. Por ello, nos reafirmamos en que Fernando Lugo es cómplice y encubridor de secuestradores. Esta, y no otra, es la realidad que al pueblo paraguayo le toca sufrir.

 

Asunción, 17 de febrero de 2010

 

 






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