KUATIA ÑEʼE, 2001
Instalación de LUCY YEGROS
Fotografía: Ángel Yegros
EL PAPEL
Recipiente de la palabra. Esa membrana, esa sustancia liviana y transparente, tersa, fuerte y delicada que los humanos llamaríamos papel y que la naturaleza usó para arropar a sus criaturas. Lucy ha envuelto con esas membranas delicadas el paño suave, tibio y perfumado de la memoria. Ha engarzado sus experiencias con las de otros, ancestros y contemporáneos, para componer esta obra entre lúdica y ritual, cuyos elementos son receptáculos vivenciales de una historia personal y compartida.
Ha elaborado un código completo. Ha ido atando cabos, uniendo con hilos invisibles el cielo y la tierra. Todo en una ceremonia, como la vida. Para este ritual, que emula sus propios usos y costumbres, ha acotado un territorio, un espacio sagrado, un sitio de contornos móviles, de límites precisos pero flexibles, que se contraen y dilatan como el propio corazón. Los elementos reunidos en esta instalación articulan un universo de concepciones humanas sobre lo divino, de rituales terrenales que exhuman anti-guas prácticas religiosas tan afines como distantes, tan diferentes como extremas: las celebraciones mágicas de los avá guaraní y los gestos despojados del budismo zen.
Un alfabeto visual y un diccionario fónico remiten, en visualidad y sonido, al idioma original del Paraguay: el avá ñe’é. Esta curiosa mezcla se coagula, se materializa en expresiones de alto contenido poético. Palabra e imagen se complementan, se fecundan, trabajan como anverso y reverso de un mismo significante, como hábil y oportuno recurso para la comprensión, como reminiscencia de aprendizajes infantiles. Sí, aquí están las palabras, simples y crípticas, connotativas, vueltas sobre sí como la caracola, volutas de lo inexorable, invocaciones de otras latitudes de la existencia, de otras coordenadas del ser, de otras luces y otras sombras. Pero también de ésta, nuestra presencia carnal y esquiva, mientras el rumor del agua, el aire, el fuego y el agua, se humaniza hasta convertirse en respiración, en risa, en canto.
La naturaleza se patentiza en fibras naturales y pigmentos. Lucy comienza y termina el proceso en casa, como una alquimia interior, como si dentro suyo pudiera albergar el ciclo de la vida. Un universo a escala personal, un planeta propio y, sin embargo, sostenido por conexiones infinitas. Siembra, recoge los frutos. Con las semillas del urucú (molidas y hervidas) elabora el color, tal como hacen los ishir y los pai tavytera para sus ritos.
Ésta es una experiencia para los sentidos. Para la mente. Para la emoción. Las yemas de los dedos pueden recorrer, investigar las variadas texturas del papel, desde la fibra primordial hasta su forma de libro, hecho a mano por ella misma o por otros artistas. En ellos, semillas de quebracho, tallos de papiro, totora, hojas de banana: recursos de acumulación del saber y la utopía.
Finalmente, en cada partícula de esta instalación está el Todo y Todo es Uno. Basta un fragmento para reconstruirlo. Como el idioma original, que pervive -visible o secretamente- en la mayoría de los paraguayos.
Catálogo. Presentación de la artista, 49a Bienal de Venecia, junio 2001.
(De: COLECCIÓN PRIVADA escritos sobre artes visuales (en Paraguay) por ADRIANA ALMADA ** © Adriana Almada (Páginas 81 a 83) ** Editada con el apoyo del FONDEC, Asunción-Paraguay 2005)
OTRA OBRA DEL ARTISTA
Óleo sobre tela de 42 x 46 cm. - Año 1981 - Colección Privada
Exposición Homenaje a la Señora Julia Elena Bibolini de Sapena
Directora de la Manzana de la Rivera Años 2001 al 2006
Casa Castelvi del Centro Cultural de la Ciudad
Manzana de la Rivera * Diciembre 2008.
ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA
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