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ROLANDO BADO

  CUENTOS PARA SEGUIR CRECIENDO - Por ROLANDO BADO


CUENTOS PARA SEGUIR CRECIENDO - Por ROLANDO BADO

CUENTOS PARA SEGUIR CRECIENDO

Por ROLANDO BADO

Unión Cultural del Libro

Diseño de tapa: CARLOS DAHIR

Diagramación: GUSTAVO A. BENÍTEZ

Editorial IMPRESA

Argentina

 


PRÓLOGO

No puedo ocultar que para mí es un insigne e inmerecido honor (ya que no soy literato, ni critico literato) la grata tarea de presentar el cautivante y valioso libro “Cuentos para el crecimiento” del Dr. Rolando Bado.

Me atrevo a hacerlo por tres motivos. En primer lugar, porque soy un lector empedernido y confieso que me ha gratificado y deleitado leer estos magníficos cuentos. Por otra parte, admiro profundamente a los talentos que humilde y silenciosamente nos ayudan con su creatividad a contagiamos con nuevos sueños, utopías y horizontes, para seguir construyendo esta entrañable Patria Paraguaya signada “por el infortunio y la esperanza” al decir de Roa Bastos.

En tercer lugar, porque siendo un apasionado encarnaceno “de corazón” me llena de legitimo e innegable orgullo la emergencia de nuevos escritores y creadores que enriquecen la cultura encarnacena e itapuense.

Como podrán apreciar los lectores, los Cuentos de Rolando Bado, retratan con maestría los hechos extraídos De la realidad, mezclados con la fantasía, la inventiva y la ficción. La lectura de los mismos es sumamente amena y agradable y se vuelve a veces impaciente por la gran riqueza de las palabras bien dichas, la pluralidad de imágenes y un estilo fluido, ágil y transparente.

Pero lo que más impacta, además de la diversidad temática, es la reflexión crítica que subyace y se explícita reiteradamente en los distintos Cuentos y que les otorga una originalidad y singularidad e imitan constantemente a pensar en medio del juego de imágenes y relatos.

El primer eje temático es la preocupación insistente por otorgar significación a la dignidad y la trascendencia de la persona humana La búsqueda de sentido y el descubrimiento de la complejidad y hasta la finitud de la vida humana es enriquecedoramente reiterativa. Como botón de muestra me permito mencionar al azar ciertas expresiones de algunos cuentos; “Todos somos uno solo y si algo se pierde, algo no se recuperara....”, “El gran amor y el gran dolor son en cierta manera casi iguales, dejan traslucir la profundidad de nuestra existencia, quien logra percibirlo comprende el motivo real de su existencia....”, “ el amor que no nació del amor es una opresión...”, “somos solamente seres humanos, nunca seremos dioses...”, “eres solamente un hombre y la respuesta esta en la incógnita....”, “solo una cosa nos mueve por siempre y es el amor eterno....”, “la felicidad radica en comprender las cosas y sobre todo en conocerte a ti mismo.. ..”,“a pesar de la tormenta la vida debe continuar...”.

Otro tema central y vertebral que nos despierta y angustia en medio de la juguetona ficción y de la recreación estética es la vigorosa y valiente denuncia de las contradicciones de nuestra sociedad, de la tremenda hipocresía cotidiana que se ha convertida en sagrada institución, el doble discurso y la doble moral y la dolorosas y desagradables situaciones de injusticia y de permanente agresión a los derechos humanos fundamentales.

En este sentido resulta magistral la creación literaria de la antigua y recordada leyenda del montonero Vigo en las serranías de Itapua, el cruzado de las causas humanitarias y el temible y obsesionado vengador de las injusticias institucionalizadas y consensuadas por una sociedad hipócrita, enferma, alienada y opresiva.

A este respecto, es por demás elocuente el genial autorretratante monologo de Vigo; “he cometido el peor de los pecados, el pecado de pensar, el de querer un mundo diferente, el de soñar con un mundo distinto y no quise solo el amor de los poetas, sino el amor real; soy para el mundo un animal extraño y peligroso, porque puedo poner en peligro la hipocresía y la ambición...”.

Desde luego que esta contribución del escritor Bado es sumamente oportuna y pertinente en esta época de inéditas contradicciones, en que el extraordinario avance científico y tecnológico nos acerca a la inmensidad del cosmos y a la intimidad genética de la célula y donde ya es posible un increíbles bienestar material y el mejoramiento de la calidad de vida, por lo menos para el primer mundo y en el que, simultáneamente, coexiste la pobreza, la miseria, la marginalidad, la exclusión y la opresión de millones de hombres. Estas lacerantes contradicciones nos invitan a reflexionar sobre el hombre y la sociedad de hoy y de mañana.

Las postrimerías del siglo XX y estos años iniciales del siglo XXI, en vez de inyectarnos optimismo y entusiasmo, más bien nos hablan del final de la historia, la muerte de las ideologías y de las utopías y la agonía del hombre y de Dios.

Por tanto, es indispensable retornar a nuestras raíces primogénitas y reencontrarnos con el misterio del hombre, pleno de potenciales y creatividad sin límites, como participe de la inmensidad del cosmos y de la infinitud de Dios. Como afirmara recientemente el gran pensador francés Edgar Morin “estamos en un momento crucial de la historia en que algunas fuerzas y realidades están agonizando y están naciendo nuevas auroras e increíbles horizontes, en el que el hombre podrá ser cada vez más hombre, gracias a su lucida inteligencia, su libertad indomable y su inclaudicable tenacidad....”

Finalmente quisiera poner de resalto que este libro de Cuentos de Rolando Bado representa una relevante contribución al afianzamiento y a la eclosión del arte y la cultura en el interior del país, específicamente de Encarnación, e Itapua, en el que en la mayor parte de los casos no hay apoyo, ni del estado ni de la sociedad civil. Los escritores, los intelectuales y los artistas de tierra adentro siempre están solos, casi abandonados y huérfanos de las políticas estatales y de la consideración y el reconocimiento de la ciudadanía.

Sin embargo, todos sabemos, que la continuidad y la vitalidad de un pueblo residen en su cultura y que la descentralización cultural es el factor esencial del proceso innovador y revolucionario y que la descentralización administrativa, financiera, económica y política del país, por cuya concreción se ha luchado denodada y fervorosamente en Encarnación e Itapua desde tiempo inmemorial.

Por todo ello, es una verdad incuestionable lo que afirma Juan Pablo II al decir que; “La soberanía cultural es anterior a la soberanía económica, política y jurídica. De ahí que la supervivencia del hombre depende del devenir de la cultura”

Gerardo Fogel

Sociólogo



 

EL NIÑO

 

En la puerta de una modesta iglesia cristiana, perdida en una lejanía, perdida del mundo, entre el verde y la pobreza, entre la riqueza de la tierra y la lejanía de dios, en una modesta iglesia cristiana con puertas de madera que cierran sin cerrar, pues dejan pasar el sol y la lluvia, con pupitres de madera, con pisos de tierra alisados. En un pequeño pueblo perdido del mundo, donde vivir es un castigo y una bendición, están sentados seis indios, un hombre viejo, dos mujeres y tres niños de distinta edad, sentados en cuclillas estoicos, comen un mamón que comparten entre todos, se ven cansados, con la piel seca, curtida por el sol, todos descalzos, usan ropa de blancos, su ropa vieja, arrugada y sucia, ropa que visten como un disfraz, porque no es su ropa ni su vestimenta, su piel es cobriza y sus ojos estirados, en sus muñecas usan pulseras de hilos de colores vivos y bien trenzados .

Allí los encontró Pedro, el párroco de la modesta iglesia, él había venido de España, estuvo en la capital, pero sus ideas no eran las de un Obispo y por su discrepancia había ascendido a esa modesta iglesia perdida en la lejanía, para fortificar su fe y encontrarse con sus ideales, que mejor que un lugar donde se practique el socialismo, el socialismo de la pobreza, donde todos comparten, toda el hambre, castigados por el calor, la humedad y las enfermedades, llegaran más pronto al cielo, si su pobreza es de haraganes!!- dice la sociedad.

La espiritualidad de la iglesia esta estratificada, dirigida por una burocracia férrea, cánones indiscutibles, las ordenes están cementadas por una fe que los hace indelebles, las ordenes vienen de arriba y abajo no se discuten.

Allí los encontró Pedro, sentados, comiendo el mamón, con movimientos lentos, como olvidándose del tiempo, levantaron la vista lentamente cuando vieron se acercaba Pedro, el con su sotana negra y con tanto calor por dentro y fuera.

Cruzaron un saludo, los indígenas le explicaron que habían venido a solicitar a la autoridad que les ayude a encontrar un niño, un indiecito con el pelo casi rubio, un indiecito que se perdió en la selva hace tres días, de no más de ocho años pero muy querido, a pesar de buscarlo por todos lados, no lo habían encontrado, temían por el tan pequeño, que estaba solo en medio la selva.

Parecía extraño que cuando ellos conocían la selva mejor que nadie, solicitaren ayuda con pocas esperanzas de respuesta, callados y sumisos parecían resignados.

Yo quiero ayudar a buscarlo- exclamó Pedro, Pedro hablaba poco el idioma de los indios pero estos parecían entenderlos.

Los indígenas no contestaron, terminaron de comer y se levantaron, marcharon lentamente precedidos por el anciano, Pedro no dudó en seguirlos.

Caminaron todo el día, por la tarde abandonaron el camino, se internaron en la selva, solo seguían un sendero de pisadas, en la profundidad de la selva ya no había sendero, Pedro comenzó a preocuparse, estaba cansado, transpiraba mucho, no había comido nada en todo el día y tampoco tomó agua, todo el tiempo marchaban en silencio, ya casi al caer la tarde llegaron a una aldea de pocas chozas, algunos perros flacos vinieron a recibirlos, los niños desnudos estaban en el piso jugando, las mujeres golpeaban algo con unos palos y otras tejían, los recién llegados se sentaron en el piso, los demás adultos completaron un círculo, les ofrecieron agua para que todos tomasen.

En la tribu eran pocos, algunos salieron de cacería sin mucha suerte, solo habían conseguido un pequeño animal para compartir con los integrantes de la tribu, otros buscaron al niño perdido sin encontrar rastros de él, quedaba solo buscarlo hacia el cerro, con pocas ilusiones, el anciano explicó que las autoridades del pueblo no le hicieron caso, es más le habían tratado mal, conversaron de otras cosas y luego quedaron en salir temprano a continuar la búsqueda, le invitaron a Pedro un potaje de mal gusto que comió porque sintió que su cuerpo necesitaba alimentos, luego de haber comido se sintió muy cansado, busco un rincón donde se quedó profundamente dormido a la intemperie.

Le despertó el ladrido de los perros cuando amanecía, vio movimientos y entendió que se aprestaban a partir en la búsqueda, su sotana le había servido de cobija por la noche y estaba muy arrugada, sería poco practicó llevarla puesto así que se ató a la cintura, los indios le dieron un recipiente con un poco de agua y algo de comida para llevar, se marcharon callados por un sendero hacia el cerro.

Pedro seguía a los indios que se separaban y se unían, buscaban rastros, miraban las huellas paro no encontraban las de un ser humano, el seguía caminando detrás, estaba totalmente desorientado, sabía que no era ninguna ayuda, más bien un estorbo, pero nadie parecía hacerle caso, el calor y la humedad le cansaron rápidamente, le faltaba aire, miro hacia arriba y vio el cielo celeste sin nubes, se sintió mareado cuando decidió sentarse prontamente noto que estaba solo y comenzó a sentir miedo.

Pasaron unos minutos no sabía cuantos y decidió continuar pero no sabía hacia donde, no veía el cerro ni tampoco como regresar, solo ruidos extraños, se sintió perdido, camino unos metros y se detuvo, si avanzaba o retrocedía sería igual porque no sabía hacia donde ir.

Algo conocido le llamó la atención, parecían palabras, trato de ubicar de donde venían y avanzo sigilosamente hacia ese lugar, allí lo vio, ese era el niño que buscaban, estaba sucio, sentado en el piso, hablando de no se que cosa, se acerco sorprendido y el niño lo miro como si siempre lo conociera, su mirada era tranquila, no mostraba temor, se sentó a su lado y el niño extendió la mano hacia su pecho, un calor penetro en su corazón, sintió la paz que le trasmitía esa pequeña mano, disfruto de una ternura que nunca sintió.

Se estremeció, apoyo su mano contra la mano de niño que estaba en su pecho y noto que esa pequeña mano estaba helada, toco la frente del niño levantando sus cabellos y noto además que todo el cuerpo del niño estaba frío, se desató la sotana que llevaba en su cintura y arropo al niño, Pedro rápidamente parecía recobrar fuerzas, ese niño debía estar débil no habría comido ni tomado agua desde que se perdió, probablemente deliraba, le ofreció agua y el niño tomó un sorbo, la comida no quiso aceptar.

A pesar de que el niño estaba frío su cuerpo irradiaba calor, sus labios pálidos denotaban una intensa anemia, su mirada como la de cualquier niño era limpia, clara, inocente.

Busco el camino por donde caminan dos gacelas que nunca se encuentran y el tiempo nunca cambia- dijo el niño con una voz muy débil.

Pedro no entendió lo que decía, después de todo era un niño y además luego de tantos días debería estar cansado y confundido.

Todos te buscan en la aldea, desde que te perdiste desean que no le pase nada- dijo Pedro con voz paternal.

Todos somos uno solo y si algo se pierde, algo no se recupera, aunque plantes otra semilla el nuevo brote será más débil.- respondió el niño.

Pedro sintió curiosidad, su niño perdido le respondía claramente en una lengua de la que conocía poco, le alzó en su regazo para abrigarlo mejor, el corazón del niño palpitaba muy rápidamente y al respirar de su pecho salía un sonido extraño, ese niño estaba enfermo, a Pedro le recordaba que cuando era niño también solía estar enfermo y sentía miedo de morir, le abrigaban con mantas, sin embargo su cuerpo tiritaba de un frío interior, su infancia fue feliz y ese niño le traía a la memoria aquel tiempo lejano.

Porque el nuevo brote será más débil? - preguntó Pedro sintiendo una gran curiosidad.

Tenemos un tiempo para sembrar y otro para cosechar, fuera de ese tiempo se perderá el momento - respondió el niño mirando tiernamente

Quién te enseño tantas cosas? Dijo Pedro:

En la aldea somos uno y lo que sabe uno saben todos, solo una cosa nos une por siempre y es el amor eterno. - dijo el niño con voz cansada

Conocés a Dios? - preguntó Pedro

Hay un solo amor que llena el alma y sientes la libertad, tus miedos se pierden y sientes la dicha de vivir, eres solamente un hombre y la respuesta esta en la incógnita - respondió el niño.

Pedro lo miro asombrado, sus miradas se cruzaron, los grandes ojos de niño penetraron en sus pupilas, y lentamente sus párpados se cerraron, el niño durmió profundamente. Pedro lo levanto y camino llevándolo hacia no saber donde, eran dos los perdidos.

Camino durante un largo tiempo, luego se sentó y apoyo al niño en el suelo, quiso comer algo cuando este hablo nuevamente

Habré tu puerta hacia el pasado y deja salir tus sueños, te sentirás mas libre, así podrás ver el paraíso en la naturaleza,- dijo el niño - mientras una pequeña oruga de seis patas delanteras y seis patas traseras jugaba entre sus dedos, su color era verde, el niño le miraba con gusto, Pedro se acerco a la oruga disfruto al verla, la sentía realmente hermosa, parecía jugar entre los dedos, levantaba su cabeza y encogía su cuerpo como un acordeón, al extenderse se desplazaba como un elástico, cuanto tiempo paso de su niñez, a pesar de que Pedro era joven sentía no haber dejado salir al niño que llevaba adentro en muchos años, tal vez nunca, la sociedad lo fue encerrando en la formalidad.

Pedro se sintió feliz, el estaba feliz, estaba con un niño enfermo, débil y ambos perdidos, pero ese niño débil le invitaba a encontrarse consigo, ambos estaban perdidos en la selva, levanto la vista y vio el verde de la vegetación las distintas hojas, los distintos matices, los dibujos que hacen los rayos del sol cuando pasan entre el follaje, los troncos grandes y los mas pequeños, las ramas rotas y la humedad,

Sintió el ruido de un grillo, una rama al romperse, un chillido de monos, algunas aves que vuelan en lo alto, el sonido que produce el viento, el bosque comenzó a tener vida, una vida que nunca había sentido, toda una vida entre los humanos, toda una vida con Cristo, como si el mundo se redujera a los hombres y la religión.

Se puso a llorar, necesitaba llorar, debía dejar salir muchas cosas que tenia dentro, allí solos perdidos, en la inmensidad de su intimidad, lloro solo, por toda la injusticia que había encontrado en la vida, por haber encontrado a su niño, lloro por muchas cosas sobre todo por sentirse niño y verse adulto.

Su mano acaricio los cabellos del niño mientras sus lágrimas caían sobre su sotana negra, quizás lloro por ser feliz en aquel instante.

Alzo al niño contra su pecho y camino, ya no busco un sendero que le conduzca a la aldea, ahora creía saber adonde iba, disfrutaba de toda la naturaleza, de las orquídeas perdidas en las alturas, de los helechos en las zonas húmedas, del intenso parloteo de las cotorras, la fila de hormigas caminando por sus senderos, de las abejas meleras, de los pájaros posados en las ramas.

El mundo que se habría delante suyo, sería un mundo distinto.

Deja la esclavitud de tus pensamientos y toca el mundo con tus sensaciones, nada existe fuera, lo que deseas puede llegar a ti cuando estés alerta a percibirlo - dijo el niño

Pedro entendió que buscar una lógica a esa situación seria despreciar el momento de vivirlo con intensidad, la felicidad relegaba a la razón.

La oscuridad se fue acercando rápido, y la razón volvió, se sentía perdido nuevamente, busco un lugar donde refugiarse pero no encontró, solo la noche le cubrió como un caparazón, parecían encenderse muchos ruidos del bosque, los pájaros disputando las mejores ramas para dormir, los monos chillando, ruidos indescifrables, la oscuridad daba miedo, la humedad y el frío aumentaban el temor.

Pedro vio dos ojos rasgados brillando en la oscuridad y enseguida comprendió que eran las de un felino, se sintió desprotegido, la mano del niño rozó la suya y acaricio su dorso, su piel era delgada y fría.

No tengas miedo a mi hermano el tigre, solo nos quiere proteger. - dijo el niño

Pedro giro hacia el niño asombrado, cuando los ojos de él se cerraron nuevamente, no sin antes transmitirme una indescriptible paz.

Miro nuevamente los ojos allí fijos pero ya no sentía miedo, su corazón estaba en paz, sintió calor, una piel suave y cálida que lo cubría, un corazón que palpitaba cerca suyo le decía que no estaba solo, los ruidos se apagaron y cerró los ojos y durmió con el niño en sus brazos, soñó con su infancia, cuando jugaba con sus hermanos, cuando se protegía entre las piernas de su madre, cuando veía a otros niños ir al colegio y todavía era muy pequeño, su caballo de madera en el cual siempre se hamacaba, voló por todos sus recuerdos, sus sueños le transportaron a la profundidad de su pasado.

Se soñó jugando con el niño que tenía en brazos, él también era niño, las fantasías del sueño idealizaban el placer, corrían por el bosque, extendían las manos y las aves se posaban en ellas, el cielo de nubes muy blancas, nubes que se desplazaban y cambiaban de forma, soñaba que llegaban a un lago de aguas transparentes y se bañaban en esas aguas, hacia tanto tiempo que quería olvidarse del tiempo y del mundo y disfrutar de esos placeres, disfrutar de la felicidad de la inocencia.

No podrás disfrutar del mundo si te aíslas de él- dijo el niño tiernamente.

Pedro acostumbrado a los asombros, asomo la mirada lentamente entre sus párpados y vio los primeros destellos del sol al amanecer, parecían lanzas de oro penetrando en el azul oscuro de la noche, aquella noche que se retiraba hacia sus sombras, nunca vio el crepúsculo tan bello, nunca había visto al sol asomarse tan rápidamente y convertirse en una bola de fuego para después ser el sol brillante que nos da la luz del día.

La felicidad radica en comprender las cosas y sobre todo en conocerte a ti - dijo el niño -

Lentamente Pedro lo miro comprendiendo que aquel niño estaba cada vez más débil, apenas podía moverse, una de las palmas de su mano estaba abierta hacia arriba y una mariposa quería posarse en ella, su cabeza colgaba recostada sobre su camisa mojada por la transpiración, recordó que en esos dos días él no había comido ni sintió sed, había vivido tan intensamente que había pasado por alto lo elemental.

Había amado a ese niño tan tierno y tan enfermo que sentía la necesidad de protegerlo, sentía el impulso de llegar a alguien que pudiera ayudarlo, se estaba muriendo y él no podía hacer nada, lo levanto sacando fuerzas de donde no sabía, caminó, durante casi todo el día sin descanso, miraba al niño, lo tocaba, lo arropaba con su sotana y le hablaba. Quería contarle de Dios, que Dios había realizado milagros, que el predicaba por la salvación del hombre pero hoy probablemente no lo entendería, quería que se pusiera bien para contarle tantas cosas, quería contarle sus desvelos, quería contarle su vida, lo sentía conocer de toda la vida, necesitaba alguien que lo comprendiera y el a pesar de ser solo un niño le había conocido profundamente, le dió una compañía que nunca tuvo, el nunca le pidió nada.

Su mano rozo su frente fría, acaricio su cabeza y dijo suavemente - Te quiero.

El niño respondió con una voz ya muy débil -Yo siento alegría por ti, ya conoces el camino.

Pedro se hinco de rodillas y elevó una plegaria, también se sentía débil, estaba agotado.

Allí lo encontraron, así lo encontraron, hincado de rodillas con la cabeza hundida entre los hombros, con el niño en sus brazos , Pedro dormido profundamente.

Lo despertaron con golpes suaves en la espalda, le pidieron que le entregue al niño pero Pedro se negó, dijo que se sentía bien, quería que le ayuden al niño, no deseaba que se muera, todos miraron a Pedro con una mirada desconcertante, alguien se acercó y muy suavemente le explicó que por la descomposición de cadáver era probable que el niño hubiera muerto hace varios días.

Pedro se negó a aceptar, repitió una y otra vez que el había hablado ayer y hoy con el niño, que deberían salvarlo, todos permanecieron quietos, lo miraban con estupor, como se mira a alguien que pide algo imposible.

Tendió al niño en el piso, lo inspeccionó, comprendió lentamente que todos tenían razón, el cadáver estaba en mal estado, su mente fue viendo otra realidad, no comprendió que había pasado, solamente sabía que nadie le entendería lo que había pasado por eso decidió guardar esos recuerdos en un cofre muy intimo de su corazón.

Alzó al niño, no lo quiso entregar a nadie, a pesar del cansancio lo llevó hasta la aldea, lentamente depositó al niño a los pies de anciano, todos observaban callados.

Es solo un pequeño brote, acá todos son uno- exclamó Pedro. Sabía que alguien lo entendería.

Subió callado al helicóptero que lo esperaba, el piloto le dijo:

Debes tener buenos contactos padre, cuando te perdiste inmediatamente enviaron equipos de rescate, no a cualquiera le cuidan así.

Desde el aire Pedro miraba aquella sabana verde de la selva, allí quedaron sus recuerdos, sus misterios, una etapa de su vida, allí se despertó en el una nueva ilusión.



SUEÑOS

 

Hoy llego a ustedes a confesar mis culpas, lo que me atormenta día y noche, es una o muchas cosas, es el fracaso de mi vida pero esta debe ser mi redención porque yo al confesar, descargo el mal que tengo adentro, porque la historia se repite como una maldición, con muchas caras, en distintos escenarios pero con el mismo drama de fondo, no me siento distinto al médico que tiene sus manos atadas al no tener la medicación necesaria para salvar a un enfermo, a veces esta obligado a mentir para dar un alivio a la aflicción de su paciente; no me siento distinto al contador que tiene que mentir en los balances porque depende de un patrón que le obliga a traicionar sus votos.

! O... amarga sociedad donde he nacido sin pedirlo!,  ¿ O…  ingrata sociedad que me obligasteis a hacer votos con judas! Me quitasteis la libertad a cambio de mantener mi vida.

Recién recibido de abogado, felicitado por todos mas familiares y amigos, abro mi estudio con las mejores ilusiones, con la frente en alto, con la fantasía de buscar la verdad recordando aquellas tres palabras que llevan un orden estricto; verdad, justicia y paz, ya que sin verdad no hay justicia y sin esta no hay paz. El idealismo de mis días de estudiante quería prolongarlo hasta el final de mis días.

Un día de mis primeros días de estar solo, en mi estudio recién inaugurado, llega una mujer muy pobre, desata un pequeño bulto de varios pañuelos del cual retira unos pocos billetes que los esparce sobre mi escritorio, con el rostro muy angustiado; pide mi ayuda para su hijo, me cuenta que esta preso en una cárcel, el hijo esta enfermo, fue baleado cuando ingreso por la noche a escondidas a una mansión, quedando con la mitad del cuerpo paralizado tras recibir un impacto de bala en la columna; ella la madre no lo puede ver, no la dejan ver, eso le angustia, aumenta sus temores y esa madre llora con facilidad.

Yo rechazo el dinero pues pienso que esa mujer, muy delgada, quizás no tenga nada que comer, pero ella insiste, le digo que veré a su hijo por la mañana y por la tarde podríamos encontrarnos nuevamente, la mujer se retira tan silenciosamente como llegó.

Le trajeron entre dos guardias colgado de los hombros a una pequeña sala; no era una persona, era solo media persona; un olor fétido invadió la habitación, el joven estaba muy agitado, y se lo notaba pálido; yo extendí la mano hacia el y el tendió la suya su mano estaba caliente, ese ser estaba con fiebre; le recordé que teníamos poco tiempo, el me pidió que lo ayudara, que allí se moriría, vivía arrastrado ya que no movía las piernas; tenía lastimaduras en los tobillos, rodillas y en la zona anal no sentía dolor, ya que estaba de la cintura para abajo totalmente paralizado, sus heridas estaban infectadas y de allí provenía el olor, le curaban cada dos días en forma muy precaria, había perdido casi quince quilos y se sentía muy débil, no sentía hambre.

Me sentí tan impactado por la situación que no sabía que hacer. Una situación cruel, ese hombre detenido en una prisión y además preso de su propio cuerpo; me pregunté que pasa en el mundo real, si esto es lo real, si este es el mundo donde nací.

Llorando me relató las circunstancias de hecho, llevaba cuatro meses en la prisión acusado de homicidio y no había sido juzgado aún, pero la muerte le acechaba de muy cerca, la muerte le llevaría a otro mundo tal vez mejor porque en este mundo su vida fue injusta, probó todos los sinsabores, estaba doblemente prisionero y de una de las cárceles no saldría jamás.

Durante toda mi profesión me encontré con casos tristes y circunstancias dramáticas, todas calaron hondamente mi personalidad, tuve que acostumbrarme a mentir creando situaciones falsas que serían defendidas tan tenazmente; tantas mentiras que hasta estas parecían reales, esta justicia de los hombres poco tiene que ver con la verdad, mas en si tiene que ver con las reglas sociales, las costumbres imperantes, y las leyes que imponen orden en la comunidad.

Esta justicia de los hombres que en el fondo último de las causas mas tiene que ver con una cuestión económica; la vida cuesta o vale tanto, un brazo o un ojo tanto, no importa que sea la de un niño o un anciano, si es blanco o negro, hasta los afectos mas intensos se compran y se venden, los sentimientos mas íntimos tienen un valor, el honor del hombre se hace añicos ante el poder del dinero, el dinero que compra, vende y manipula la justicia,! O .. .amarga sociedad donde he nacido sin pedirlo,! O... amarga sociedad donde me quitasteis la libertad a cambio de mantener mi vida y mi vida donde está.

Aquel joven, el primer caso mío fue el caso mas impactante, me transfirió todo su dolor y sus males, ya nunca fui el mismo, la crudeza de la vida me creó un caparazón defensivo, escuchar los problemas pero no hacerme participe sentimentalmente de los mismos, aquel joven murió antes de la segunda audiencia, el juicio quedo archivado, un juició inconcluso. Un final sin final, nadie ganó ni los buenos, ni los malos, solo la muerte segó una vida de una manera ruin para llevarla a las entrañas de los desconocido.

Una madre desolada lloró la perdida de una rama de su árbol, de una parte de su cuerpo, yo solo mire expectante el drama de las tormentas humanas sintiendo cambios internos tan confusos como tristes.

Hoy me sentí triste como esa madre, que fue parte de mi vida, pasaron muchos años pero la vida no se divide en años, ni días, ni meses, es solo una larga línea, es una sola vida impactada por emociones. Hoy me sentí distinto, me sentí triste y esos recuerdos cubiertos por otros recuerdos afloraron como si fueran a revivir nuevamente, sentí miedo, miedo a lo extraño.

Frente a mi había una cama, en esa cama estaba aquel joven, muerto hace tanto tiempo; estaba allí, vivo, respirando y no despedía ese olor, su cara estaba rosaday tranquila; yo me sentí sorprendido, retrocedí, trate de unir mis recuerdos, no entendía donde estaba, miré a todos lados, arriba, hacia abajo, algo desconcertaba.

Debía ser un sueño, una irrealidad, una fantasía, todo era extraño pero yo era real, si lo real se mezcla con mis fantasías, entonces nada es real, si tu no existes, eres el reflejo de lo que veo, eres la interpretación de mis conocimientos, eres entonces la realidad que yo creo en mi interior.

No había puertas ni ventanas, no había arriba ni abajo, me acerque y tocándolo suavemente con la punta de los dedos sentí algo sólido , no era un fantasma de mi imaginación, no comprendía, no sentía la gravedad en mi cuerpo; parecía flotar, toque con mas fuerza a ese ser tratando de despertarlo, necesitaba saber, obtener más informaciones.

El cuerpo se movió lentamente parecía desperezarse, estiró sus miembros con fuerza, luego torció su columna para un lado y otro, botezó largamente - necesito saber que pasa acá ?, pregunte.

- Tu me conoces, tu me trajiste acá, ahora me preguntas que hago yo, mas bien diría que haces tu ?

- Pero si has muerto, hace muchos años, siempre me conmovió tu recuerdo, dime donde estoy ?, que es todo esto?

- Soy solo un recuerdo que vive en tu mente, soy el espejo de tu pasado, soy lo que nunca se borra, un circuito mas de tu cerebro.

- Me siento confundido, esta situación me desconcierta, tu vives, te mueves, si tal vez me pudieras ayudar.

- Tus preguntas las respondes tu mismo, yo soy parte tuya, lo que tu no sabes no te puedo contestar pero tu mente a creado complicados mecanismos eres uno en el mundo de los hombres pero dentro tuyo en esa intimidad impenetrable para quien no quieres, eres varios espejos pensantes, yo solo soy aquel impacto mas violento de tu pasado.

- Es raro, no siento alegría ni tristeza ni otra emoción, tu pareces ser mi compañero de siempre, tienes razón el día que moriste saltaste a mi mente para recordarme el dolor humano, estoy aquí, no se donde, ni como, pero no siento frío ni calor.

- Si claro, tienes dos mundos: el de afuera, el de las preocupaciones, los compromisos, el de la ambición y este otro que es el tuyo intimo, yo vivo y tu vives mientras sigues viviendo, cuando mueras desaparecemos todos.

- Como, converso conmigo ?

- Todos conversamos con nosotros, somos nuestros mejores amigos, aveces nos castigamos duramente pero siempre hacemos las paces y buscamos la forma de no crearnos traumas, nos mimamos, vemos nuestro lado feo pero en el fondo somos narcisistas, si nuestro cerebro tiene que aguantar el mismo cuerpo toda la vida y sin él no existimos.

- Siempre me sentí disconforme con la profesión mía, viviendo de los problemas, del dolor humano, mintiendo, sobornando; el defendido no existió fue siempre un instrumento, un medio para lucrar.

- El miedo te empujo a esa injusta situación, el miedo justificó tu ambición, sin medios económicos en esta sociedad tu vida no vale, creciste rápido y crecieron tus compromisos a la par, la sociedad no te respalda y sentiste miedo, toda tu vida estuviste descontento contigo.

- Tu eres mi amigo, ese ser asqueroso que conocí en otros tiempos, sentía lastima y misericordia por ti.

- Tratas por todas formas de cortar nuestra conversación. No te debes engañar a ti mismo, es mas difícil conversar y buscar las necesidades de nuestro ser, reconocer nuestros gustos, hacer nuestro pequeño mundo que revisar los pesados archivos de jurisprudencia.

- Si pudiera ser libre de estas ataduras que me impuso la vida, si pudiera elegir libremente conociendo el camino que me impone la vida, y así sabré la felicidad que me impondrá la vida.

- El hombre creó un mundo cruel, estúpidamente cruel, pero vivimos en este mundo y los retazos de felicidad debemos buscarlos en retazos de tiempos que nos quedan.

Desperté transpirado, al abrir los ojos me encontré en mi habitación, mi señora estaba preocupada, había dormido inquieto, transpiraba mucho y decía cosas incoherentes. Me senté en la cama estaba algo mareado, abrieron la ventana, afuera el sol otoñal estaba en su plenitud, en el balcón las plantas comenzaban a reverdecer pronto llegaría la primavera, el ruido de la calle era cotidiano, tan cotidiano que pasaba casi desapercibido.

Estuve todo el día en cama, no me sentía en buenas condiciones, recordaba exactamente lo vivido durante el sueño pero no comenté a nadie esa experiencia, recordé que converse conmigo; durante el sueno se liberan las inhibiciones y surgen las cosas que molestan tratando de escaparse de nuestro interior; pensé en ese ser que se instaló en mi mente, con el cual había conversado, lo sentí un amigo muy intimo, me gusto estar con él, a pesar de haber sido un recuerdo desagradable me comprendía, por cierto era yo mismo con quien conversaba, pero la mente es así de compleja.

En los días posteriores me sentí mareado, no podía concentrarme correctamente, decidí por fin ir a un médico que me solicito una serie de estudios, cuando volví con todo lo que me había solicitado, miro detenidamente cada uno de ellos y luego me explicó.

Tienes una pequeña masa tumoral en el cerebro, mas precisamente en la base de cerebro lo cual le hace prácticamente difícil de abordar quirúrgicamente, en el resto de tus exámenes no se detecta nada anormal por lo cual es difícil además precisar el tipo de lección deberíamos  ……-el médico continuó hablando de varias cosas que ya no escuche, todo me había tomado por sorpresa y me negaba a entender mas allá de lo que quería, necesitaba tiempo para reflexionar y sobre todo para tomar decisiones,

Miré los ojos marrones de mi señora y se me cruzaron tantas ideas por la cabeza, tantas cosas no vividas, tantas expectativas frustradas, tantos sueños realizados, sentía necesidad estar solo, me levanté, ella también nos despedimos prometiendo regresar y prontamente estuvimos en la calle, le dije a mi señora que quería estar solo y ella comprendió, con un beso se despidió y rápido se perdió entre la gente.

La mente necesita paz para pensar pero sobre todo necesita seguridad, se había alterado mi mundo interno en poco tiempo, además mi mundo exterior ya no era el mismo. Caminé varias cuadras hasta llegar a un parque, había pocas personas, los grandes árboles perennes cubrían con su tupido follaje los bancos que se encontraban a ambos lados de los caminos; algunos pájaros hacían ruido entre las ramas.

Me senté en uno de los bancos, gire mi columna y apoye la barbilla sobre el antebrazo que tenía apoyado en el respaldo, miraba a la lejanía sin detenerme en nada especial, mas bien trato de concentrarme en mi mismo, miré mis recuerdos, mi adolescencia, mi primer amor, las fiestas, aquella época sin compromisos, sin presiones, en aquella época en la que no dependía de un reloj o un almanaque, aquella época en la que no tenía que correr de un juzgado a otro, en la que no tenía tarjetas de crédito, en las que no tenía que pagar impuestos.

De pronto vi algo que le volvió a la realidad, en la distancia había un cisne nadando tranquilamente en el lago, me llamó la atención la paz de ese animal, me pregunté ¿ porqué nosotros los seres humanos seriamos tan complicados ? en vez de vivir una vida natural buscamos el camino mas difícil para vivir esta misma vida ?; porqué la sociedad nos condiciona tan fuertemente desde un aspecto tan antinatural ?

La imagen de aquel preso paralizado su medio cuerpo saltó a su mente, su olor nauseabundo pareció invadirle el cuerpo su rostro mostraba desesperación, me estoy muriendo !- repetía casi gimiendo, si la justicia de los hombres es tan injusta, reclamo la muerte !, la sociedad me trajo a este mundo, nada me dio pero me exigió mucho, demasiado quería que fuese feliz entre la pobreza, el hambre, el dolor, la injusticia y la falta de cariño !. Mi madre buscó trabajo pero la sociedad la prostituyó, la exilió al mundo de los parias, cada vez que tenía un hijo era una prostituta, acaso ella no tenía derecho a un mendrugo de amor !

La imagen se desvaneció lentamente, el olor ya no estaba, me quede solo en el parque, el cisne tampoco estaba.

Los días pasaron lentamente, llegó la primavera, las flores comenzaban a abrirse y llegaban a ellas las mariposas, las abejas y otros insectos que llenaban de vida la vegetación, yo había decidido a no realizar ningún tratamiento para el tumor que tenía en la cabeza, hasta el momento no me había dado grandes problemas solo dolores y algún vago vértigo, mis fantasmas interiores tampoco volvieron, me sentía bastante bien creí que me había librado de ellos; ellos me causaban miedo, no podía manejarlos.

Un día volvieron, el ser asqueroso estaba en la puerta de mi casa, sentía que el olor invadía toda mi intimidad, se había transformado en algo real, tuve miedo, llamé a mi esposa pero ella parecía no escucharme, aquel ser, se arrastró por el piso hacia el centro de mi casa, mi pequeña hija de cinco años paso caminando cerca de el ignorándolo, retrocedí mientras a gritos le pedí que se fuera, el trato de tocarme, un escalofrío recorrió mi cuerpo, continúe retrocediendo me resbalé y caí al piso sentí su aliento cerca mío, tenía nauseas, retrocedí mas aún, mire hacia arriba vi las nubes negras, cargadas de rayos, se movían rápidamente sin dirección, estaba en las escalinatas del palacio, cientos, miles de gradas, arriba un hombre vestido con la toga negra, repitiendo ! O... amarga sociedad donde he nacido sin pedirlo! O... ingrata sociedad que me obligasteis a hacer votos con judas!, detrás la diosa de la justicia con una mascara de muerte, después el silencio, solo el silencio.

Alguien me llamaba a lo lejos, parecía la voz de mi señora o de mi hija, no podía precisar de donde provenían esas voces, todo parecía una neblina muy densa, las voces a lo lejos que se repetían como ecos, después el silencio, solo el silencio.

Una enfermera gorda que no paraba de hablar me despertó mientras cambiaba un frasco de suero, me miró sonriendo y me dijo que estaba contenta porque me desperté. Yo no sabía cuanto tiempo había transcurrido, había varios aparatos raros en la cabecera de mi cama, el cuarto tenía ventanas y las cortinas estaban corridas, parecía ser de día, quise moverme pero estaba muy débil, cuando la enfermera se fue quede solo escuchando los distintos sonidos que emitían los aparatos, miré a todos lados la habitación era blanca, tuve tiempo de traer a mi memoria los recuerdos de esos estados mentales que tanto me molestaron, aquellos son recuerdos de situaciones que siempre me irritaron y fueron constituyendo una pesada carga que se acumularon en algún lugar de mi cerebro, si pudiera romper con la sociedad y ser simplemente un pintor, o un albañil, si pudiera vivir otra vida, si pudiera elegir nuevamente.

Si pudieras elegir nuevamente, elegirías siempre lo mismo aún que el diablo te conserve la memoria - Me respondió aquel que había muerto hace tiempo y que vivía en mi memoria, sin olor y con el rostro contento - No podrás resolver todos tus problemas - dijo el mismo para nuevamente desaparecer.

Reflexioné profundamente sobre quien soy yo, si no soy el cuerpo que me lleva a todas partes, el cuerpo que cambia, el cuerpo que sufre, el cuerpo que arreglo, que cuido, que protejo, soy acaso esa conciencia que vive entre montañas de neuronas, entre toneladas de circuitos, la conciencia de la alegría, la conciencia de la tristeza, acaso quien soy sino una persona distinta en cada instante, con un cuerpo que me ata y una conciencia que vuela.

La puerta se abrió y entró mi señora con un rostro que mostraba alegría, se sentó a mi lado, tomó mi mano y me miró largamente, con su mano acarició el dorso de mi mano - No sabemos del todo que te sucede, estuviste inconsciente durante varios días, el médico considera que ese estado no es debido al tumor y tampoco se explica como ese tumor a disminuido de tamaño.

Estamos contentos de que te hayas recuperado, se que te sientes débil y ya te pondrás mejor, dice el médico que pronto estarás en casa, - dijo su mujer.

En pocos días me sentí mejor, mas fuerte, pero algo había cambiado en mi interior, ya no era el mismo sentía la necesidad de enfrentar las cosas que siempre me molestaron, me había aferrado a mi familia como medio de escapar a la desprotección social, había visto tantas injusticias cerca mío, no tenía escapatoria de este mundo, aquel cisne simplemente vivía su vida, su mundo, con sus peligros, pero sin temor a ellos, no guardaba como nosotros en su interior tantos traumas y recuerdos ingratos, íntimamente envidiaba al cisne, pero había nacido en el mundo de los seres humanos.

Sentía a mi familia íntimamente al lado mío, como recordándome a esta rama, que se esta separando del viejo tronco, como esta rama que ya dió sus flores y sus frutos, como esta rama que dará otras ramas y cada brote nuevo es una esperanza de vida.

La vida hoy me hizo estremecer por dentro y fuera, como un fuerte vendaval que arrasaba con todo a su paso, tiemblo al encontrarme con mis fantasmas del pasado, tiemblo al encontrarme con la realidad de hoy, hay cosas que no podrá cambiar, grito al encontrarme con esta sociedad injusta como aquel hombre castigado por la vida, porque nunca podré cambiar la sociedad ni el pasado, como una carga llevaré mis recuerdos.

Solo quiero estirar mi mano y sentir la suya, solo quiero escuchar la voz de mi hija, solo quiero jugar con ella y esperar que el tiempo no pase nunca, sentarme a los pies de mi madre y desafiar al mundo.

La sociedad me llama a continuar mi camino, colocarme la mascara y continuar sonriente, ver la injusticia pasar a mi lado, sentirme indiferente, ver la hipocresía y sentirme feliz.

Su tronco era de un verde claro sus ramas contorneaban una imagen de seguridad y sencillez, ese árbol ya no tenia hojas pero de sus ramas caían como racimos cascadas de flores intensamente amarillas que al desprenderse cubrían el piso como una alfombra del mismo color algunos frutos alargados y negros colgaban hacia abajo entre las flores.

El guardia de la puerta me reconoció y casi no tuvo tiempo de evitar que pase cuando abrí la puerta del despacho de juez, aquel juez de aspecto tranquilo con el pelo casi canoso, conversaba con otras personas cuando se sorprendió al verme, tal vez algo le sorprendió de mi rostro, yo tampoco le di tiempo a hablar.

Señor vengo a renunciar a todo lo que en la vida soy, este mundo no es el que quiero ni pretendo, mi felicidad no la encontrare entre los papeles, la vida esta mas allá de la simple verdad, mientras decía esto me saqué la corbata y el saco, todos estaban atónitos, nadie se movía, - quiero otra vida, esta no es la que soñé, repetía mientras me desprendí la camisa y la arrojaba al piso.

Señor abogado - dijo el juez

Señor abogado- inquirió mas fuertemente - por favor compórtese.

Decía esto mientras me sacaba el resto de la ropa.

Guardias, guardias, - Gritaba el juez

Entró el guardia y no sabía que hacer cuando me vió totalmente desnudo retirándome de la habitación, con el brazo le hice correr a un costado y salí a los pasillos del tribunal, todos se corrían cuando yo caminaba entre la multitud, sentí que algunos aplaudían, otros silbaban.

Solamente yo no sabía si estaban mas locos ellos o yo.



 

 

 

 

 

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