LOS CIENTÍFICOS TAMBIÉN YERRAN
Por ILDE SILVERO
ilde@abc.com.py
El reducido mundo de los hombres y mujeres de la ciencia en nuestro país se encuentra en ebullición. Parece que tanto en la Sociedad Científica del Paraguay como en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) no están todos los que son ni son todos los que están. Bueno, la ciencia también se equivoca y cuando se trata de plata, más aún.
El manejo poco claro de los fondos destinados a la investigación es de antigua data. Hasta hace algunas décadas, el conflicto no existía porque no había presupuesto local para la investigación científica. El problema surgió cuando llegaron fondos de ayuda internacional y se habilitaron algunos rubros en instituciones educativas superiores del país.
Con capital no reembolsable donado por organismos internacionales, se habilitó el rubro de “investigador científico” en las universidades públicas. Como era de prever, los rectores y decanos adjudicaron los rubros a sí mismos, a los amigos y a algunos pocos investigadores de verdad. No era una suma despreciable, pues en promedio el sueldo llegaba a los cinco mil dólares.
Por otra parte, se creó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) con el objetivo principal de impulsar, coordinar y financiar la investigación científica en sus distintas áreas. De inicio, la entidad nació torcida porque tiene una mayoría de representantes de gremios empresariales como la Unión Industrial Paraguaya, la Asociación Rural del Paraguay, la Federación de la Industria, la Producción y el Comercio, y funcionarios vinculados al Gobierno, en tanto los investigadores solo cuentan con una pequeña representación.
El manejo poco académico y más vinculado a intereses de ciertos grupos de poder hizo que uno de los miembros del consejo, el conocido investigador de las ciencias médicas, Dr. Antonio Cubilla, presentase su renuncia al cargo.
En estos días, acaba de presentarse una nueva denuncia contra el Conacyt. La Sociedad Científica del Paraguay, que nuclea a los investigadores locales, acusó al Conacyt de malos manejos administrativos y de someter a humillaciones a los científicos. Aproximadamente unos 200 investigadores publicaron un comunicado donde denuncian que el Conacyt depositó “por error” 1.100 millones de guaraníes en las cuentas de 22 investigadores (50 millones de más para cada uno) que forman parte de un programa de incentivos a investigaciones (PRONII).
La “equivocación” constituye un acto de “desprolijidad y discontinuidad en los desembolsos, basados en la utilización de nuevos argumentos legales para suspender el incentivo, lo que ha traído como consecuencia la confusión en la recepción de los haberes”, afirma el comunicado.
Los investigadores paraguayos se quejan además de una pesada burocracia tanto a la hora de seleccionar los trabajos a ser solventados como en el calendario de pagos regulares cuando el proyecto ya se encuentra en ejecución.
Teniendo en cuenta este panorama, resulta evidente que deben producirse cambios relevantes en el Conacyt, empezando por el perfil profesional de quienes integran su cuerpo directivo y continuando con la aplicación de normas y políticas de funcionamiento acordes a la importancia y necesidad de las investigaciones científicas.
Fuente: ABC Color
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Sección OPINIÓN
Martes, 20 de Agosto de 2019
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