UN PUEBLO “CRETINIZADO”

Por ILDE SILVERO

ilde@abc.com.py

De tanto imaginarnos la patria soñada y no perder la esperanza de un futuro mejor, de pronto caemos en un precipicio al comprobar que estamos mal, como siempre. Hay escraches y manifestaciones de descontento popular, pero en realidad el país anda a los tumbos, los pobres siguen siendo pobres y los líderes políticos continúan robando la plata del pueblo. La pesadilla nunca termina.

Después de un plagueo inútil, pues ya se sabía el resultado de antemano, los diputados rechazaron el pedido de juicio político al Presidente y al Vice porque consideran que no hay pruebas contundentes del delito cometido. Un expresidente, acusado internacionalmente de contrabando masivo de cigarrillos, extendió la mano salvadora y, colorín colorado, el cuentito del juicio se ha acabado.

Somos un país extraño, una sociedad que al mismo tiempo denuncia y consiente su flagelación. Resulta imposible entender por qué desde hace tantos años venimos votando por los mismos políticos que mantienen nuestra nación entre las más atrasadas y pobres del continente.

Miremos las listas de diputados y senadores, evaluemos a quienes están al frente del Poder Ejecutivo, analicemos la calidad profesional de los ministros, echemos un vistazo a los que integran la Corte Suprema de Justicia o quiénes son nuestros fiscales y jueces. La conclusión es decepcionante: salvo honrosas excepciones, la mayoría de estos personajes puede tirarse al tacho de basuras.

Es cierto que no todo está perdido; aún sobran cosas que perder. Resulta penoso ver cómo el sistema educativo es tan mediocre, qué pasa en los hospitales públicos sin suficientes insumos, medicamentos ni personal médico, cómo hay tantas comunidades abandonadas por falta de rutas, cuánta miseria reina en los asentamientos rurales y en los barrios marginales de la periferia urbana.

Es fácil señalar a las autoridades nacionales como las culpables de todo lo que nos pasa. Esa es una media verdad. Existen otras cuotas de responsabilidad en las organizaciones sociales, en los grupos empresariales, en las asociaciones de trabajadores urbanos y rurales, incluso en la gente desempleada que está sentada esperando que caiga el maná del cielo.

Algo hay de podrido en nuestro sistema sociopolítico porque cada cinco años renovamos el mandato a gente comprobadamente vinculada a acciones ilícitas, grupos mafiosos, acusaciones de negociados en instituciones públicas, a personas que jamás trabajaron excepto enchufarse a las tetas del Estado.

Tal vez estos conceptos parezcan muy pesimistas, como si estuviéramos escupiendo al cielo, pero es la dura realidad la que nos inspira a patear el tablero y recordar, una vez más, que así no iremos a ninguna parte. Las más altas autoridades estaban negociando la venta clandestina de la energía de Itaipú a empresarios brasileños y... aquí no pasó nada. Jaha hese he’i ojeroky popóva. Los conspiradores contra los intereses de la patria siguen tan campantes en sus sillones presidenciales.

Por algo Cecilio Báez escribía, al nacer el siglo XX, que “el Paraguay es un pueblo cretinizado por secular despotismo y desmoralizado por tantos años de mal gobierno”.

Fuente: ABC Color

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Sección OPINIÓN

Domingo, 25 de Agosto de 2019

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