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REVISTA URUTAÚ ELECTRÓNICO

  URUTAÚ ELECTRÓNICO - NÚMERO 03 - AÑO 8 - MARZO 2010


URUTAÚ ELECTRÓNICO - NÚMERO 03 - AÑO 8 - MARZO 2010

URUTAÚ ELECTRÓNICO

Revista


AÑO 8

NÚMERO 03

MARZO 2010

ASOCIACIÓN GUYRA PARAGUAY


 

Foto de Tapa: Banco de Imágenes de Guyra Paraguay

Diseño y diagramación: Andrea Ferreira

Recopilación de textos: Lourdes Aquino

Revisión de Textos:  ALBERTO YANOSKY

 

 GUYRA PARAGUAY

Gaetano Martino 215 esq. Tte Ross

Asunción - Paraguay

( 595921) 229097

www.guyra.org.py


ESPECIE DEL MES

 

CHOPI SA’YJU - (XANTHOPSAR FLAVUS)

 

Texto: Silvia Centrón

Ilustración: César Brítez

Fotografías: Banco de Imágenes de Guyra Paraguay


El chopî sa’yju es una especie que sólo se encuentra en los campos naturales y agrícolas (arroz) de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Es una especie clave para la conservación, debido a que se encuentra amenazada a nivel global (Vulnerable).



AVES DEL NIDO DE GUYRA

Texto: ROB CLAY

 

Fotos: Banco de Imágenes de Guyra Paraguay



El centro de actividad aviar en el nido durante febrero siguió siendo los bebederos (dos), que atrajeron varios individuos de las tres especies más comunes de picaflor.


Al menos siete individuos de mainumby hovyû (Chlorostilbon aureoventris) (dos machos adultos, dos hembras y tres machos inmaduros), cinco individuos de mainumby cola castaña (Hylocharis chrysura) y cinco individuos de mainumby jetapa (Heliomaster furcifer) (tres machos inmaduros y dos hembras) visitaron los bebederos. A pesar de ser la especie más grande, el lugar de ésta última especie en el bebedero es frecuentemente usurpado por individuos de mainumby cola castaña, que resulta ser la especie dominante. De nuevo pudimos seguir los cambios en el plumaje de los machos inmaduros de los picaflores.

El mainumby jetapa que visita con mayor frecuencia (y que en diciembre tenía plumaje de hembra) ya tiene toda la zona de los flancos y el pecho azulado. Los inmaduros de mainumby hovyû (Chlorostilbon aureoventris) ya tiene menos blanco en la cara y ventral, siendo reemplazado por manchas de verde brillante y verde dorado. Una de las hembras de mainumby jetapa tiene la garganta nítidamente marcada de amarillo-naranjado.

Presumimos que se trata de una decoloración por polen, pero es tan bien marcado que cuesta creerlo.

El 12 de febrero apareció una especie nueva para el nido, un macho inmaduro de mainumby zafiro (Thalurania furcata). Seguramente fue atraído por los bebederos, pero no tuvo la oportunidad de acercarse, ya que las dos veces que apareció fue acorralado por un mainumby cola castaña. En rápida sucesión, agregamos otra especie nueva para la lista el 15 de febrero (especie número 108) cuando un vichi vichi parâ o pitogüé rayado (Myiodynastes maculatus) pasó la tarde en el árbol. Otros registros notables durante el mes fueron la reaparición de dos especies anteriormente comunes en el nido, un katatáu (Campylorhynchus turdinus) el 11 de febrero y un ypekû la novia (Melanerpes candidus) el 17 de febrero. Otra nueva adición al nido, fueron dos juveniles de havía tyvyta o pepitero gris (Saltator

coerulescens), al parecer recién salidos del nido. En este plumaje, lo cual es muy oliváceo y bastante estriado en las partes ventrales, parecen más a otra especie de pepitero, el Saltator striatipectus (que no ocurre en Paraguay) que a sus propios padres. Más adelante, en un plumaje juvenil más “desgastado” son muy semejantes al havía tyvyta hovy o pepitero verdoso (Saltator similis), y muchos reportes de esta especie en la ciudad probablemente se tratan de juveniles de S. coerulescens.

También durante febrero apareció un juvenil de había korochire (Turdus amaurochalinus), ya casi sin rastros del plumaje moteado del juvenil.

Una última adición a la lista del nido fue encontrado en la cocina el 4 de marzo, un individuo con alas pero sin plumas. Se trataba de un macho de Artibeus lituratus, una de las especies de murciélago más comunes en Asunción.


 

NOTAS DE INTERÉS


APORTES DE LAS AVES EN LA MEDICINA


En tiempos pasados, la curación y la prevención de las enfermedades entre los tobas posiblemente respondía al difundido modelo chaquense, en donde esta cuestión estuvo de forma prioritaria a cargo del chamán. Este tipo de cuidado de la salud, no obstante se complementaba con un conjunto de tratamientos naturalistas, entre ellos el aporte de una farmacopea, que según todos los datos reunidos, fue reducida (Métraux 1967; Susnik 1973; Arenas 2000b). La farmacopea se conforma prioritariamente por un conjunto de plantas medicinales, junto a la cual siempre figura una materia médica proveniente del reino animal. Esta se constituye con grasas, huesos, plumas, entre otros productos. De momento, poco se conoce sobre este tema entre los tobas de esta zona, aunque contamos con algunas informaciones de Arnott (1934b) y Métraux (1937).

A pesar de la escasez de referencias existentes, podemos adelantar, sobre la base de nuestras observaciones e investigaciones, que el corpus médico toba responde –en efecto- al esquema general chaquense mencionado: una medicina natural donde preponderan los productos de origen vegetal, así como también están presentes elementos de origen animal y mineral. Basados en estos datos podemos referir la presencia de algunos artículos que provienen de las aves. Los datos relevados informan que estos remedios se emplean tanto para las personas como para los animales domésticos. Así para curar dolencias de los “perros” y también de las personas se emplean las plumas del “cuervo” (´poe, Coragyps atratus).

También la “panza” del “suri” sirve como medicamento o en veterinaria. Las plumas de la “calancata” (ta#tas, Aratinga acutícaudata) servía antiguamente en medicina, lo mismo que la carne, cuyo consumo era recomendado no tanto como alimento sino como remedio. Similar es el atributo que se concede a la “palomilla” (nalona ´Gat, Columbina picuí), cuya carne cocida y la sopa resultante gozan de reputación como remedio para facilitar la expulsión de orina, tanto en adultos como en niños. Al tratar las especies se darán los detalles de sus aplicaciones.

Sin atribuir a ninguna especie en particular, se acude a las cualidades hidrófilas de las plumas cuando se introduce agua en los oídos de gente que se zambulle.

En estos casos suelen colocar en el oído alguna pluma disponible para que ésta absorba el agua.

Durante esta investigación se mencionaron con frecuencia diversos medicamentos, especialmente plantas que se usaban para combatir “enfermedades” o “pestes”, sin indicar mayor especificación. La descripción y características de las dolencias eran extremadamente vagas pese a nuestros pedidos aclaratorios. Según se nos menciona, se manifiestan estos males como decaimiento, estado febriles dolores corporales, entre otros, síntomas todos de numerosas dolencias. Pero por sobretodo, en estos relatos resalta una idea de gravedad o angustia que invade al que sufre, por el sentimiento de estar enfermo y por la posibilidad de agravarse. En este sentido se debe tener presente que entre los toba se considera que la enfermedad es siempre motivada por los poderes sobrenaturales o maleficios y es comprensible que el enfermo esté abatido. Los Tobas tuvieron conocimiento de los medicamentos y las prácticas médicas de los blancos a

partir de sus estancias en los ingenios azucareros desde fines del XIX. La llegada de los misioneros anglicanos, que prodigaron desde sus inicios ayuda sanitaria hizo que se fueran habituando a la biomedicina.

Por otro lado, sus vecinos criollos también llegaron provistos de una rica medicina folk, con una farmacopea nutrida, que amplió entre ellos el espectro de posibilidades para curar sus dolencias. Sin embargo tal como señalamos al tratar el chamanismo, las curaciones realizadas por este medio y otras, realidades en contexto religioso, particularmente en su variante pentecostal, siguen concitando aún una fuerte adhesión. Chamanismo, Iglesia pentecostal, medicina natural y medicina oficial son las opciones con las que cuenta el lugareño para resolver sus problemas de salud.

Y Alberto Yanosky, quien vivió con su familia en Formosa antes de venir al Paraguay, nos comentó que cuando se encontraba aislado y sin acceso a muchos medicamentos, se sorprendió cuando los tobas le curaron un espantoso dolor de oído, quemando plumas de ñandú y echando el humo caliente de las plumas en su oído.

Tomada del libro “Las aves en la vida de los tobas del oeste de la Provincia de Formosa (Argentina)” y gentilmente y con dedicatoria donado a la biblioteca de Guyra Paraguay por Pastor Arenas. De Pastor Arenas – Gustavo Poroni. Pags. 113 y 114.


 

NOTAS DE INTERES

 

HUEVOS Y NIDOS


En algunos animales, un huevo es un cuerpo redondeado, de tamaño y dureza variables, que producen las hembras y sustenta y protege el embrión si el óvulo es fecundado, convirtiéndose así en cigoto.

Los animales ovíparos son aquellos que ponen huevos, con poco o ningún desarrollo dentro de la madre. Esta es la forma de reproducción de todas las aves.

Los huevos de aves están rodeados por un cascarón protector que puede ser flexible o no. El huevo del avestruz, de hasta 1,5 kg, es la mayor célula individual que se conoce, aunque el ya extinto Aepyornis y algunos dinosaurios ponían huevos mayores. El zunzuncito (Mellisuga helenae) produce el menor huevo de ave conocido: pesa medio gramo. Los huevos de algunos reptiles y la mayoría de los peces son menores, y los de los insectos y otros invertebrados tienen todavía menos tamaño.

El estudio de los huevos, particularmente de los de las aves, se llama Oología.

Tras la fecundación, el huevo de las aves es puesto por la hembra y por un tiempo es empollado. Posteriormente un único polluelo eclosiona de cada huevo. El número medio de los huevos se extiende desde 1 (como en los cóndores) hasta aproximadamente 17 (la perdiz pardilla).

 

FORMA

La mayoría de huevos de aves tienen una forma oval característica, con un extremo redondeado y el otro más aguzado. Esta forma ocurre ya que el huevo es forzado a través del oviducto (previamente al paso por el oviducto, y aún con la cáscara blanda la forma suele ser esférica): los músculos contraen el oviducto por detrás del huevo, empujándolo. Como en ese momento la cáscara del huevo todavía es deformable, la parte posterior del huevo adopta su forma puntiaguda.

La forma oval tiene grandes ventajas, ocupa más eficientemente el espacio dentro de un nido (y en un recipiente) que una forma esférica; evita que los vuelcos sean en posiciones muy aleatorias; generalmente el vuelco es lateral y es así suavizada su fuerza por el deslizamiento que posibilita la forma; la misma forma oval también aporta más resistencia de la cáscara a las presiones en los “polos” (por ejemplo la presión del peso del ave que está empollando).

 

EL NIDO

Un nido es un lugar de refugio utilizado por animales para procrear y criar a su descendencia. Los ovíparos (aves, reptiles, insectos, peces) depositan sus huevos y los incuban, mientras que los mamíferos paren en ellos, pero todos crían posteriormente a su prole en los nidos.

Suelen ser generalmente de material orgánico, ramas, hierba y hojas, y pueden estar localizados sobre las ramas o en el hueco de un árbol, en una grieta o entrante de roca, sobre el suelo o entre matorral.

Hoy en día también se colocan cajas de madera para favorecer la nidificación de distintas especies. En general, cada especie tiene unos estilos propios de nidos, tanto en ubicación, forma y materiales, aunque existen especies que comparten los mismos nidos e incluso algunas especies roban los nidos de otras.

No todas las aves fabrican nido pues dejan de hacerlo la mayoría de las gallináceas, las zancudas y las palmípedas. El cuclillo, de Europa, se ahorra toda molestia y deposita sus huevos en los nidos de otros pájaros como son las alondras, los papahigos, los tordos, etc.

Algunas aves emplean muy poco arte en su trabajo. Las águilas construyen en el hueco de una roca un nido vasto y descubierto llamado era. Consiste en una plataforma formada de trozos de leña y rodeado de algunas estacas donde deposita a su presa. Los abejarucos se contentan con depositar en el hueco de un árbol algunas plumas y barro.

El avestruz deposita sus huevos en la arena calentada por el sol. Otras aves, por el contrario, construyen sus nidos con sumo cuidado. La urraca dispone el suyo en la cima de los árboles; el jilguero, el pinzón o la curruca, se distinguen por la perfección de sus nidos. El mirlo y la abubilla embadurnan el interior de sus nidos con una ligera capa de mortero y mantienen el calor con borras y musgo. Las golondrinas construyen el suyo con una especie de cemento que fabrican con polvo desleído y enseguida lo modelan con el pico.

Estemos atentos ya que el libro de Nidos y Huevos de Aves del Paraguay pronto estará publicado cuando terminemos de conseguir los auspiciantes, así que esperamos tu aporte para poder sacar esta bella obra de Martín de La Peña con importantes aportes del equipo de Guyra Paraguay.

Recopilado de autores varios de Enciclopedia Wikipedia. On line.

Fotos: Banco de Imágenes de Guyra Paraguay

Ilustraciones: Wikipedia.


 

NOTAS DE INTERES

 

PÁJAROS CARPINTEROS DEL BOSQUE ANDINO-PATAGÓNICO

REPÚBLICA ARGENTINA



Son tres las especies pertenecientes a la familia Picidae, (Orden Piciformes) presentes en el bosque andinopatagónico: el carpintero negro gigante (Campephilus magellanicus), el carpintero pitío (Colaptes pitius), y el carpintero bataraz grande (Picoides lignarius).

Son aves trepadoras de singulares características morfológicas, fáciles de reconocer y sumamente vistosas. Sus tamaños varían desde los 43 cm de longitud (carpintero negro gigante) hasta los 18 cm (bataraz grande). Son de contextura robusta, pico fuerte, patas con uñas también fuertes y plumas, sobre todo las de la cola, muy rígidas, características acordes con su exigente tarea de agujerear troncos para obtener su alimento. Este se compone de insectos xilófagos, sus huevos, larvas y gusanos presentes sobre, debajo o en el interior de la madera de los árboles componentes del bosque, tales como coihues (Nothofagus dombeyi), ñires (N. antarctica) y cipreses (Austrocedrus chilensis).

Existen diferencias cromáticas entre machos y hembras de estas especies, y se basan principalmente en que la cabeza del macho puede ser total o parcialmente de color rojo brillante; en las hembras este color puede estar reducido o faltar por completo. Emiten fuertes vocalizaciones, que incluyen tonos agudos, y gritos sonoros que repiten muchas veces y audibles a gran distancia, como así también es frecuente escuchar los golpeteos de sus picos contra los troncos. Por último, se puede incluir en este grupo a una especie de la Familia Furnariidae (Orden Passeriformes), a pesar de que no es un carpintero, es típico de estos bosques y sus costumbres son similares. El picolezna patagónico (Pygarrhichas albogularis) tiene una longitud de 17 cm aproximadamente, es un ave trepadora y también se alimenta de insectos y sus larvas.

Texto: Sandra Cicchino

Fotos: proveídas por Sandra Cicchino

 

 

(Esperar unos segundos para descarga total en el espacio - Libro digital/ PDF)

 

 

 

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