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ALICIA CAMPOS CERVERA

  EN DETALLE (Poemario de ALICIA CAMPOS CERVERA)


EN DETALLE (Poemario de ALICIA CAMPOS CERVERA)

EN DETALLE

Poemario de ALICIA CAMPOS CERVERA

Colección del Corcel Nº 2 (Nº 1 de la serie B)

Editora Corcel

Dibujo de tapa y viñeta: LUIS ALBERTO BOH

Asunción – Paraguay

1982 (55 páginas)

 

 

 

 

ALICIA CAMPOS CERVERA, EN DETALLE.

 

 

Sola, una mujer contempla un mundo. Es joven, muy joven; sentada es una mecedora, con los cabellos empapados de tristeza, mecida ella misma por los aires silenciosos del recuerdo, mira entonces el universo; enfrente, la luz angosta del atardecer en el balcón le deja ver un barrio de gran ciudad y abajo el trajín minucioso de las gentes, a pie o en su máquina, lejanamente empeñadas en salir o regresar de algún sitio, acaso cada cual a la busca insensata de su propia soledad.

Igual que una lenta lluvia, los sueños de esta muchacha empañan los cristales de su balcón; sin embargo, no le impiden darse cuenta que, tal como ella, la multitud esta siempre en el borde preciso de los tiempos, en ese límite filoso que pocos traspasan, porque uno sabe oscuramente que al otro lado se enfrentara consigo mismo. Y así, de pronto (o despacio pues la condición puede ser apreciada de muchos pero el modo debe quedar intimo y callado), un afán más antiguo que la sangre alerta su corazón y le empuja la mano diestra. Alicia Campo Cervera comienza a escribir.

Se preguntaba Luis Cernuda si el poeta experimenta sus emociones con intensidad mayos o parecida a la de su prójimo. No lo sabemos, pero el poeta cobra existencia, con antelación a sus dones esenciales, solo mientras una necesidad rigurosa y urgente le manda comunicar su visión particular del mundo –prodiga o mezquina, tanto da- en una lenguaje que otorgue ¨un sentido más puro a las palabras de la tribu¨, según el verso de Mallarme. Ahora bien, es fuerza que la expresión individual sea familiar a los hombres; lo dicho es un simulacro de paradoja, puesto que el poeta asume lo universal únicamente cuando su voz contiene en un claro acento misterioso, la de todos lo demás.

¿Dónde la universalidad y por tanto la excelencia, de la poesía de Alicia Campos Cervera?

Con los ojos caleidoscópicos y multicolores

Confusa, indecisa, obcecada, laboriosa,

Precariamente cubierta ante la contingencia,

Oscilante entre el pasado y el devenir

Entre el retener y el dejar fluir.

Alicia registra y canta los nudos mínimos que atan, o se sueltan, en nuestro curso cotidiano; La muerte de su gato, un teléfono acechando en la penumbra, el anillo remoto de la infancia, los horóscopos sobre pasados, la transitoria amistad en los brazos de quien debe partir, las preguntas con respuesta infortunadamente conocida, las polvaredas del amor y los pobres desencuentros, las lunas sucesivas, y el obstinado aroma de la ausencia, las flores intocables ¨que el viento hostiga¨, la marejada estelar, la palpitación de las mañanas.

Poesía que se ocupa de los ¨… sorprendentes y maravillosos detalles/ múltiples y curiosos detalles/ algunos redondos, otros cuadrados/ algunos azules, otros grises detalles¨, que trata incluso de recuperar el ¨escondite del pasado¨ - isla de un tesoro hecho de edad y no de espacio, poesía que finalmente se yergue y declara:

con todo mi camino andando y por andar,

todavía

y desde aquel entonces

sigo con mi corazón intacto

De esta manera, sin requerir la apoyadura de su alto nombre, la palabra de Alicia Campos Cervera penetra decidida y limpiamente en el ámbito de la lirica paraguaya de hoy, acompañada solamente del orgullo de sus amigos y del fuego despierto de una vocación que deseamos plena de futuro.

CARLOS VILLAGRA MARSAL

La alcándara, julio de 18982.

 

 

 

INDICE

ALICIA CAMPOS CERVERA EN DETALLES

PRIMERA PARTE

I

II

III

IV

V

SEGUNDA PARTE

EN DETALLE

CARTA POEMA

TELÉFONO

EPÍTOME

EPILOGO.

 

 

I

En recuerdo de Walt Whitman.

Yo

llevada como una hoja a derivar

entre los grandes y pequeños acontecimientos

alegre y minúscula entre las piedras

temblorosa ante la vida y la muerte

asombrada

sola

ignorante de las noticias del mundo

alucinada por la lejanía de las montañas

azules del atardecer,

las pequeñas flores de las alturas

que el viento hostiga

el ruido del mar contra las rocas

los juegos de la brisa entre los arboles

las lunas

el bosque

la bruma de la madrugada

la transparencia del atardecer

la respiración de la tierra y del universo

y la de mi propia e insignificante piel.

voluntariamente inmersa en todos los

acontecimientos.

los nacimientos, las uniones, las muertes

la copula de las bestias

la fecundación por el viento

los más mínimos detalles de la gente.

Con los ojos caleidoscopios y multicolores

confusa, indecisa, obcecada, laboriosa,

precariamente cubierta ante la contingencia,

oscilante entre el pasado y el devenir

entre el retener y el dejar fluir,

llena de secretos ingenuos

de inauditas alegrías

de miedos tremendos

de indescriptibles sueños

de vigilias alumbradas

de inocentes ambiciones.

Emociona ante mis manos, mis trabajos,

mis cartas, mi destino.

Metida de bruces en todo lo que inicio

con la voluntad tensada y aflojada

con solo lo imprescindible y menos todavía

pero aun con todo el equipaje.

Con mis músculos, mi ombligo, mi aliento,

mis ideas, mi hígado, mis lunares

y mis intenciones a cuestas

Asimilando cada descubrimiento

con la conmoción inevitable de estos casos,

con mi corazón blanco y negro

con los misterios más adentro de la blusa

y con todos los antagonismos,

con las timideces de siempre,

con la humildad necesaria

con los sentidos expandidos en todas direcciones

y aun sintiendo que todo se me escapa.

Atenta a los horóscopos y los vaticinios,

con la ayuda de mis amigos y de mis muertos

con el amor humano

con los ojos llenos de preguntas

y rodeada de todas las respuestas

esta noche

en silencio

bajo las estrellas palpitantes del infinito

mirando acuclillada desde un recodo de mi misma

con todo mi camino andando y por andar,

todavía

y desde aquel entonces

sigo con mi corazón intacto

 

II

Para Rodrigo Campos Cervera

Invitadme al pan de vuestras manos

dadme ternura

enseñadme de nuevo a ser generosa

porque el dolor de vivir, está permanentemente herida abierta

que sangra y supura,

hizo que olvidara a las gentes

a fuerza de tenerles miedo

No quiero llevarme todo vuestro amor

sin daros poco, aunque más no sea

de este, el mío

para cuando haya de partir

Hacedme más liviano este infinito pero

de la prisa con que corren las horas,

sin que pueda detener las manecillas de los relojes

por mucho que corra para alcanzarlas.

Poco tiempo queda para tomar y dejar algo:

Cubridme, protegedme

Sabéis que tengo frio

y que siempre estuve sola

Queda poco tiempo;

prestadme vuestro esfuerzo para poder recoger

todo el amor que sea posible,

pues será lo único que pueda llevar entre los brazos

para cuando definitivamente me vaya.

 

III

¿Dónde está el escondite del pasado?

¿Dónde han quedado

las mejores cosas de mi vida?

El salero de cristal de la mesa de mi infancia,

mi gata Grisetta,

el perpetuo asombro que solía

agrandar mis ojos,

el sabor de aquel pan remoto

el perfume de violetas robado

a la solitaria hora de la siesta,

el entierro de pájaros y escarabajos

con cruce de palitos,

el nunca saber qué cosas son el frio y el calor

permanente desvelo de la abuela Raquel

que ahora yace nivelada a la tierra,

saldada al fin su deuda

con el eterno polvo insoslayable.

El banco del jardín en unas casa

donde vivieron otros tantos niños que fui

Donde habré perdido aquella aduendada alegría

que brotaba ante minúsculos hallazgos

(lejana argollita de metal herrumbrado

que probé en cada dedo…

maravilloso anillo!)

¿Dónde estará el escondite del pasado?

 

IV

Es una pena

Que no podamos amarnos siempre.

Tú no sabes por qué

yo por qué no puedo.

Es una pena no ver a nuestros hijos juntos.

Es triste no engendrar entre los dos

otros hijos que llenarían mañana

aquellos huecos

que el silencio dejo vacios en el tiempo.

Es una pena

que no podamos amarnos siempre.

Pero hay cosas en ti

Que agradeceré ya sin remedio:

tu ademán

como siempre fuese el primero de la mañana

y tu cuerpo y tu corazón tan sanos,

la ternura de tus brazos seguros

tu amor por la vida

tus semillas que son hijos

en fin.

todo eso

Crecerás aun.

todo lo tuyos irá creciendo

y en alguna parte

algo de ti seguirá germinando

hasta el final del tiempo

Yo

estaré abonando la tierra

Donde harán cantando una ronda

tus nietos.

Los hombres como tú

son arboles besando siempre el viento.

 

V

Me pregunto

señores,

si es que no me niegan

(y aunque poco me importa

vuestra autorización)

el porqué de la tan grande consecuencia

del hecho de que Dios

le de pan al que no tiene dientes.

Todo intento de cambiar el rumbo

de los acontecimientos

es pueril y hasta vergonzoso

(pero esto lo aprendemos

solo con el correr de la edad)

Todo intento de amar

(con el perdón de la palabra)

resulta triste

e invariablemente

termina en puro ridículo

Cualquier intento de hablar

de nuestra verdad

suele ser muy mala empresa.

(Se torna en un peligro

para nuestra integridad física:

más de una vez

me han desencajado la mandíbula)

todo intento de explicar algo

inexorablemente

termina en descampado

(El inocente que tuvo tan descarada iniciativa

acaba huyendo, falleciente del miedo.)

Y cuando uno

harto ya de tanto despropósito

decide volverse hacia sí mismo,

aislarse,

abandonar la partida,

pronto uno se percata

de su inocencia imperdonable

(se suponía que ya habíamos aprendido)

 

Pues nada: lo dicho

Señores…

 

 

SEGUNDA PARTE.

 

EN DETALLE.

Esta mañana se murió mi gato,

Hacia diecisiete años que vivíamos juntos.

Me lo regalaron cuando yo era joven

dentro de una cajita de cartón agujereado.

Al abrirla salió la pelotita de pelo suave.

Podría entrar hasta en los más mínimos detalles.

(de la vida de mi gato)

Aunque he de confesar que su muerte

ha sido el más fuerte de sus detalles

Hace cinco años

un bus marca Leyland modelo

1960

me aplasto con su gigantesca

rueda izquierda trasera

el dedo chico de mi también izquierdo pie.

El detalle consistió en que

no me aplastara por los menos

toda la pierna.

Desde entonces cojeo un poco, pero

siempre lo quede agradecida

al destino por el detalles

Oh, sorprendentes y maravillosos detalles,

múltiples y curiosos detalles,

algunos redondos, otros cuadrados

algunos azules, otros grises detalles,

Todos ellos, pequeños y grandes,

mosaicos de la variopinta vida

siempre tan rica en detalles

Abrumada, alguna vez,

ante el descaro de algún que otro detalle

he debido recordarme a mi misma

que lo prudente en ciertos casos es callar.

El descaro esencial de según qué detalles

no es más que la insubordinación

descontrolada,

el alzamiento de armas

de algún sigiloso ejercito enano

que nos envía algo o alguien…

para obsequiarnos con un detalles

Detalles de mi vida…

esperpénticos,

inefables rezagos

grisuras

interminable trasiego detallado.

Me pregunto a veces

Como vendrá a mí el ultimo de mis días,

postrer detalle.

Y solo espero que no me sorprenda

con una mueca demasiado ridícula

La dignidad es algo que siempre se agradece…

como detalle.

 

CARTAPOEMA

 

Inmóvil o saltando

acostada o de pie

dormida o despierta

estoy en este cono sur

y quiero que vengas inmediatamente

Se terminaron las historias

tu eres el hombre de mi vida

y me molesta que camines por los alrededores de

la calle Calabria (Barcelona 15)

con tu flacura que amo

y alguna interminable bufanda.

Quiero que estés aquí ahora mismo.

Como dijo papá Ginsberg

hace demasiado tiempo que me levanto por la mañana

sin nadie que acaricie mi rodilla

aunque yo digo

sin que tú me acaricies lo que sea

Esto hay que arreglarlo ahora mismo

De modo que ya te estas

viniendo

A la sombra de un árbol tropical

te estoy esperando

y ya mi boca tiene gusto a tu presencia.

 

TELEFONO.

 

Esta quieto y mudo como un tigre al acecho

ondula su respiración imperceptible y calla.

Es como si la voz no fuese a salir nunca

por ese tuvo de boca anhelante

insaciable de palabras duras

Este artefacto vivo

que vomitó insultos cruentos y también

delicadas palabras de tu reina de Escocia.

Ese tubo a través del cual nos hemos herido

en caleidoscópicos matices de profundidad

también reconciliado

balbucientes de ternura como pichones puropico,

sorbido los mocos del arrepentimiento,

comentando banalmente sobre la vida de los demás

Ese tubo por el que nos hemos misericordiado

recíprocamente.

Esta allí.

Siento sus latidos que golpean, inflaman

las venas de mi frente

delatándolo como a un miserable mercader

de odios y alegrías

No vuelvas a llamar nunca.

Romperé a dentelladas ese cable-cordón umbilical

porque no quiero oírte

Solo quiero verte

con unos ojos que no tengo.

 

EPÍTOME.

 

Quisiera petrificarme en este instante

sentada en esta mecedora

a la triste luz del balcón

mirando el barrio gótico,

por solo no pensar en nada

por solo poder olvidar

y salirme del fuego cruel de los contrastes.

Quisiera quedarme aquí para siempre

porque mi corazón amo en un tiempo la vida

porque mi cuerpo amo

en algún momento ya olvidado

el frágil calor del sol de invierno,

el viento oloroso a tierra mojada

Que traía una remota proximidad de primavera,

el esbozado canto de humilde pájaro que no se pregunta nada

Quisiera quedarme aquí

solo mirando las particular de polvo del aire

suspendidas en el haz de claridad

que atraviesa los cristales

y que al despecho del dolor humano

continúan rotando en formas espiraladas

con esa natural crueldad de objeto,

con esa tozudez,

ignorando las ganas de morir de los hombres.

Todo el amor que se me dio

resulto no ser mío.

Todo cuando alguna vez creí resulto ser falso.

Las cuatro estaciones no pudieron

consolarme de tan duros golpes.

Quisiera poder entrar en la nada

Por esa diminuta ranura

En la cual no cabe ni siquiera

Este pequeño y enclenque poema.

 

 

 

EPILOGO

Entre los versos escritos desde antes de los veinte años, Alicia Campos Cervera, viajera incesante, rescata de su fuga continua –todo viajero es un fugitivo- estos pocos poemas en los que se prolonga como puente entre dos orillas imposibles, la estirpe del poeta de tantos amado por su angustia irredenta y su irredimible pasión. Hérib Campos Cervera.

Debemos inclinarnos una vez más, ante la vulgar noción, el poeta nace. Pero contrariamente a la segunda parte del aforismo, la vida lo hace. Que esto se ha dicho también muchas veces? Cierto. Pero más veces se ha dicho ¨nació, vivió y murió¨ ; y sin embargo esta obvia y cotidiana realidad no pierde por eso su vigencia de enigma.

Tal vez la poesía este en los genes. Y se herede. En todo caso, aquí esta Alicia para demostrar ambas cosas. Que el poeta nace, es decir, trae consigo sus atalayas; pero la herencia de los genes no significa la herencia de una visión del mundo; esta puede ser coincidencia, frutos de las circunstancias, inclusive puede heredarse en el sentido de temperamento o disposición de ánimo, pero no más.

 En otras palabras; la poesía de Alicia destila una angustia existencial pareja quizás a la poesía paterna; congoja idéntica ante la desmesura hombre-destino; el mismo sabor a la última ceniza que es vuestra única verdad redimida (y también nuestra verdad indecible). Esa congoja y este sabor no pudieron sin embargo venirle del padre a quien apenas tuvo tiempo de conocer.

El progenitor pudo transmitirle sensibilidad y temperamento pero fue la vida, la gran transmisora de los virus de la angustia, la maestra. Y la vida no puede imitarse. Se la vive.

Alicia es la hija de su tiempo, y su tiempo, que es el de una humanidad en desesperanza y rebeldía, le impone también sus claves, sus ritmos oraculares. Treinta años la separa del padre poeta, separan su poesía de la de él. Años suficientes para que la humanidad mudase como las serpientes, su piel. La poesía mas consanguínea, como no cambiaria?

Y la poesía de Alicia deja un sabor amargo que la del padre no alcanzo a dejar ni en los momentos de mayos desesperanza. Amargura e ironía son sus tónicas aunque en algún momento la juventud se imponga y entre la oscuridad se introduzca una titilante y errátil luciérnaga de ternura, o un emotivo temblor de rama estremecida por la lluvia.

Estos poemas escritos por Alicia (dos nomas se publicaron en trece años) se reúnen hoy en un rescate que será sin duda apreciado por lo que reclaman una poesía de mujer que remonte –aquí y donde quiera- de una vez las preocupaciones de su condición femenina y en sus aspectos más epidérmicos, más inmediatos o tópicos. Quizá la misma Alicia encuentre en la publicación de sus poemas adolescentes un aliciente para desenrejar su oculta vida lirica y resolverse de una vez a obedecer una vocación.

JOSEFINA PLA.






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