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JORGE CANESE

  EL PELIGRO DE LOS CUADRIPLÉJICOS, 2000 - Por JORGE CANESE


EL PELIGRO DE LOS CUADRIPLÉJICOS, 2000 - Por JORGE CANESE

EL PELIGRO DE LOS CUADRIPLÉJICOS

Por JORGE CANESE

EDICIONES DE-ENTRECASA

Proyecto Mini-Micro 2000

 

Volumen No. 7: Primera edición

Asunción - Paraguay

 

© Jorge Canese

 

Volumen No. 1: Paloma Blanca Paloma Negra. Jorge Canese. 1997

Volumen No. 2: Amor puro y sincero. Jorge Canese. 1997

Volumen No. 3: Amigos. Hugo Duarte. 1997

Volumen No. 4: Los Halcones Rosados. Jorge Canese. 1998

Volumen No. 5: Accidentes en la vía húmeda. Jorge Canese. 1998

Volumen No. 6: El idioma de los muertos. Jorge Canese. 2000

Volumen No. 7: El peligro de los cuadripléjicos. Jorge Canese. 2000

Volumen No. 8: Indios-go-home. Jorge Canese.2000

Volumen No. 9: Yo también soy paraguayo. Jorge Canese. 2000

 

Proyecto Mini-Micro 2000: (re)impresión de los volúmenes 1,2,5,6,7,8 y 9.

 50 ejemplares de cada uno.

 

 

 

RAZÓN DE SER

 

 

Todo poeta más o menos serio, es un demiurgo más que un demonio, como quiere entender la gente común. Y mi destino por lo tanto es ése. Confundir a la gente. Pero confundirla en el buen sentido. Pues se trata de confundirlos con la verdad. O mediante la verdad. Y la verdad (lo sabe todo el mundo) hace estragos. O milagros.

A-según por dónde se mire. Hace o propicia desastres espirituales en la mente de la gente malévola, pues los impele a interpretar lo escrito por el lado de los tomates. Lo superficial. Lo aparente. O sea –para el caso- por el lado que a él menos le conviene. Lo saca de quicio. Lo desubica. Lo destartala.

Les confieso: mi intención (po´ëtica) no es nunca deliberada. Me sale naturalmente. Suelo ser el primer sorprendido con los estragos mentales que causa mi poesía. Y no puedo menos –a esta altura de los acontecimientos- que recordar el simpático episodio de Paloma Blanca Paloma Negra, librito inocente hasta si se quiere, que me catapultara a la pequeña fama literaria que uno puede adquirir en este país de mierda (esas fueron las palabras mágicas en aquella oportunidad.

Año de 1982. El estronismo era un gobierno fuerte.El malhadado mamotreto fue sentenciado a la hoguera en vivo y en directo –por televisión-, a través del heraldo oficial de la época: el Subsecretario de Información y Cultura de la Presidencia de la República. Hecho insólito, si los hay.

El personaje en cuestión leía y tachaba párrafos subrayados o encerrados en círculos rojos. Subversivo. Apartida. Me trató de todo. Y de paso hizo su antología, que los diarios de la época se encargaron de reproducir in-extenso al día siguiente. El librito secuestrado por la policía y prohibido a través de la cadena nacional de radio y televisión, circuló en infinitas fotocopias que algunos exquisitos conservan.

Trece años después (hace cinco años), con el país transitando por las tortuosas picadas de una seudo-democracia, me ocurrió algo similar. El Peligro de los Cuadripléjicos volvió a difundirse semi-clandestinamente por medio de las satánicas fotocopia por los pasillos y corrillos de Asunción, preferentemente en el ámbito médico.

Resultaba que, a principios de ese año, mi amigo Pepe Filippini, por esas vueltas raras que da la vida, cuadripléjico y en silla de ruedas, es nombrado Vice-Ministro de Salud Pública y Bienestar Social de la República del Paraguay. Cosas de este país. No creo que existan precedentes. Los discapacitados podrán tener mucha fuerza espiritual y hasta protección divina si se quiere, pero asustan-asquean-horrorizan a la gente. Y a Pepe, no se le ocurrió mejor cosa que elegir a un médico-poeta como asesor suyo, para acompañarlo y secundarlo en tan difícil tarea. Así que devine Asesor.

Y por esas travesura de la vida, sufriendo los rigores de la política menuda, se dio el caso –que precipitó mi inspiración- de que el nivel alevoso de irrespetuosidad del que sólamente un paraguayo puede ser capaz, y que no pararon en mientes antes de agredir sin remilgos de ninguna laya a una siempre respetable silla de ruedas, desencadenó el desenfreno. Y la concomitante confusión. Igualito que Paloma Blanca.

La ironía es in arte difícil. De pergeñar. Y de interpretar. Pues cree (o quiere creer) el ladrón que todos son de su condición. Así dice el refrán y así mismo ocurrió. Y eso –obviamente- dejó un tendal de envenenados, que se mordieron su propia lengua. Y que hasta hoy me evitan el saludo.

Además, conociéndome y conociendo el género –por eso mismo-, siempre traté de evitar este tipo de escritos: tipo panfletos, pues se prestan para ser caústicos, estado del alma que en mí no necesita incentivos. Paciencia. Mi función como poeta y asesor, no era la cuidar a las fieras ni controlar a los demonios. La poesía tiene su función y su destino, y yo construyo con ella el mío. Y trato de ayudar a los demás –de paso- a entender alguito más el suyo.

¿Una mancha más al tigre? A mi frondoso prontuario po´ëtiko. ¡Versos satánicos! Cosas veredes Sancho.

 

 

 

 

 

EL PELIGRO DE LOS CUADRIPLÉJICOS

 

 

1.

 

Lo que tengo que contarles hoy, tiene ese carácter de urgencia y peligrosidad en todo similar a lo que se puede ver y sentir, solamente en las pesadillas o en esas películas terroríficas de invasiones extraterrestres.

Para los que no los ubican bien aún, aclaremos: ¿qué es un cuadripléjico? A los fines prácticos definiremos a un cuadripléjico como un ser visceralmente peligroso, distinto a los demás mortales que caminamos sobre dos patas, que después de haber padecido un desnucamiento (generalmente accidental), sobrevive, casi por milagro, al episodio. Se lo observa sentado en una silla de ruedas en el mejor de los casos, si no postrado en su lecho –esperando santamente la hora de su muerte-, que es donde debería estar.

Pero el problema se presenta así: dado el avance de la tecnología moderna, hoy por hoy, hasta los cuadripléjicos resultan reciclables, recuperables, y he ahí el quid de dónde les viene esa tan temida peligrosidad que poseen. Pues, dado que no tienen otra cosa que hacer, devienen cráneos sobre ruedas o en términos más vulgares: verdaderos cerebros ambulantes.

Y para peor, es bien conocido desde la más remota antigüedad, que nuestro buen Dios, simpatiza –no atinamos a adivinar por qué- con estas peligrosas y desagradables criaturas. Por fin entiendo a los espartanos, que ya en el siglo cuarto antes de Cristo, implementaron la sabia medicina de eliminarlos elegantemente, despeñándolos como-dios-manda, antes de tener que seguir conviviendo con ellos. ¡Quién es capaz de soportarlos! Todo el tiempo meta pensando y pensando. Ahí está ese físico inglés sobre ruedas, enloqueciendo a los filósofos de nuestra floreciente humanidad.

Ni soñemos con serruchar esas malditas sillas de ruedas, pues como en las pesadillas de Walt Disney, ellas se multiplican, nos incriminan y nos persiguen mucho más, cuanto más tratamos de contrarrestarlas, de maldecirlas, de contrariarlas, de pincharles las gomas.

 

 

2.

 

Mi amigo Pepe es uno de ellos. Con él, he aprendido a conocer a este tipo de espécimen con más y mejores detalles. Son una raza especial. Grosso modo, me atrevo a decir, que sienten con la cabeza y hablan con el cuerpo. Por ejemplo, hasta la libido sexual, se expresa en ellos de una manera totalmente estrambótica. No se calientan por nada.

Escrutan, huelen, insidian y consiguen –ayudita divina mediante- lo que se les da la santísima gana. No hay derecho. A nosotros los “normalis”, que tanto nos cuesta todo y que nos esforzamos infinitamente para conseguir lo que nos corresponde, ¡nada!, y a ellos les son dadas todas las cosas por gracia divina, o sea prácticamente gratis.

Los bañan, les dan de comer, los visten, hablan hasta por los codas y –el colmo- todo el mundo está obligado a tenerles lástima. ¡Quién es capaz de interrumpirlos! El sexo no les incomoda. Ellos están más allá de las urgencias cotidianas y hasta parecería que se burlan de nosotros, que nos enfermamos detrás de unas nalgas de mujer o el sex-apeal de un tipo.

Por algo se habrá hecho la Revolución Francesa. Libertad. Igualdad. Fraternidad. Con ellos no es posible la democracia. Sus votos y sus gestiones parecen valer más que las nuestras. Y a pesar de que supuestamente están destinados a morirse antes... ¡araca!, parecen (¡son!) más resistentes que las cucarachas.

Pensemos la enormidad de las libertades y facilidades con que cuentan estos degenerados. ¿Alguno de ustedes sería capaz de imaginar un cuadripléjico en prisión? No. Les puedo asegurar que esa miserable inmunidad de que gozan los hace petulantes, impertinentes, soberbios y pretenciosos. Definitivamente insoportables.

¿Matarlos? Tampoco es posible, si ni siquiera les importa el seguir viviendo como a nosotros. Protegidos de Dios, se creen inmortales.

 

 

3.

 

Seguramente ninguno de mis lectores creyó –ab initio- en la enormidad de mis afirmaciones. Ahora empezarán a caer en cuenta de la peligrosidad real de estos seres. ¿Se imaginan ustedes a una futura humanidad dirigida –manipulada sería mejor decir- por una claque peligrosísima de estos seres impunes? ¿Quién sería capaz de atajarlos?

Les decía que Pepe es amigo mío, y como ustedes bien pensarán, el susodicho (yo), me hice amigo de él, obviamente por interés, a fin de sentirme protegido frente a los avatares del destino. Uno nunca sabe. Hay que tener estómago, pero –en fin- al final se recogerán los frutos. La humillación es un requisito clave para la sobrevivencia.

Así es que: no se amilane amigo lector. En vista de que no queda otro remedio, no corra, no se desespere. La desesperación sólo puede empeorar las cosas. Ajústese el cinturón y actúe, pues mañana será tarde. Los de la claque sobre sillas de rueda, no perdonan.

La solución es bien simple: protéjase, planee su futuro, admita su inferioridad. No desoiga mi sano consejo. Arrodíllese si es necesario. Trague sin pestañear esa bilis amarga que a todos se nos atraganta entre el cogote y la médula cuando tenemos que convivir con estos monstruos motorizados y (paciencia, sonrisita y resignación) hágase amigo de un cuadripléjico, como yo.

 

 

Otras obras de J.C.

 

Más poesía (1977)

Esperando el viento (1981)

Paloma blanca, Paloma negra (1982)

Ahata ajú (1984)

De gua´u (La gente no cambia) (1986)

¿Así-no-vale? (1987)

Kantos del Akantilado (1987)

Stroessner roto (1989)

Alegrías del purgatorio (1989)

Papeles de Lucy-fer (1992)

Indios-go-home (1994)

Accidentes en la vía húmeda (1994)

En el país de las Mujeres (1995)

Apología a una silla de ruedas (1995)

Amor puro y sin-cero (1997)

Los Halcones Rosados (1998)

El idioma de los muertos (2000)

El peligro de los cuadripléjicos (2000)

Yo también soy paraguayo (2000)

 

 

Documento facilitado por el Autor

Registro: Julio 2012

 

 

 

 

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