MANICOMIOS MIXTOS
Por JORGE CANESE
La división (y la segregación) más flagrante que se ha dado entre los seres humanos a lo largo de todos los tiempos, no ha sido la tan mentada entre macho y hembra (“machismo” y “feminismo” como erróneamente se fomenta y publicita) ni entre blancos y negros, sino la que se marcó siempre entre (hombres y mujeres) los así llamados “normales” de la masa por un lado y los raros por otro. Más vulgarmente conocidos como los locos sueltos y los locos enjaulados.
Fue tarea infausta de este siempre postergado grupo de “elegidos” el tratar de hacerse valer, de siquiera hacerse oír frente a sus congéneres “normalis”. Y por cierto todo lo que han hecho (¿por ser tan pocos o por ser tan locos como opina la masa?) ha sido siempre bastante poco.
Desde hace tiempo (y no sabemos muy bien por qué) las cosas han cambiado notable y vertiginosamente, al punto de que (impensable hasta hace muy poco tiempo atrás) las Naciones Unidas han llegado a promulgar, no los Derechos Humanos, que era la defensa lógica de las nimiedades de los “normalis”, sino la tan ansiada cuan inesperada Carta Universal de los Derechos Lunares. Verdaderamente –si no la solución- un verdadero alivio para nosotros.
En ella (y con ella) hemos conseguido muchas conquistas elementales, desde el derecho básico –siquiera de vez en cuando- a la palabra, al saludo y a la tolerancia social; hasta espacios y ámbitos especiales para lunáticos inválidos o indigentes y entre ellos, sobre todo (la necesidad más sentida de la raza) la permisión tan postergada de los Manicomios Mixtos.
La historia que ahora les presentaremos no será más que una vulgar aventura de Loco Amor consumado a la luz del día y en el lugar adecuado, gracias a los progresos de la Moderna Ciencia Socio-Cultural de Mercado.
Al final la locura encontró mayor tolerancia y ámbitos para su recreación espontánea, no porque fuera una necesidad o un hecho justo (como querrían creer los ilusos) sino porque a la hora de la verdad terminó siendo un... negocio redondo.
Dado que la humanidad “normalis” ha llegado a tal grado de aburrimiento colectivo (con sus chips, sus dietas y sus viajes espaciales); terminaron resultando “de alto interés turístico” (lo que bien sumado significa: riadas de dólares a la vista) los largamente postergados Manicomios Mixtos Modelo, que por el momento están de última onda. Se pueden contabilizar interminables procesiones de turistas manicomaniáticos de todos los colores y marcas, paseando, recorriendo y hablando inglés o ruso en sudamérica o chino y francés en Africa.
El nuevo género de artística manicomanial moderna ha catapultado a la fama a cientos de parejas de locos, hoy –inevitablemente- célebres. El dice ser el Don-Quijote del Bañado Sur aunque su verdadero nombre no lo conoce nadie. Es culto, conocedor de mundos, insondable, alto, de ojos claros y tiene la edad justa, la edad de la locura masculina perfecta: 40 años.
Ella dice ser una Ninfa Acuática sin nombre. Por eso la gente normal-mala (también hay de los otros pero no abundan) le dicen Cosa o “Cosita” cuando sienten tenerle algo de pena o lástima. Es delgada, rubita e histérica a más no poder y posee –como su acompañante- la edad perfecta de la locura femenina: entre 17 y 23 años.
Un Manicomio Mixto Moderno no llega a ser un zoológico pero se le parece bastante. Como a los locos –por lo general- les importa bastante poco de nada, los “visitantes” no tienen mayores problemas. Hay camineros, pasarelas y observatorios. Otra ventaja que parecen ofrecer los Manicomios Mixtos es el hecho (no siempre valorado en su verdadera dimensión) de que al parecer –por algún oscuro resorte que ni Freud habría sabido explicar bien- da la impresión que a los locos les fascina hacer “como” de actores, o sea tener público.
La arquetípica imagen que dan Cosita y Don-Quijote, aunque irreal, resulta bastante imponente. El, símil hidalgo español, vairo, alelado y puntilloso. Ella, menudita, procaz y deslenguada como una campesina paraguaya del siglo XX. Los contrastes de fogosidad y ternura (con el trasfondo de cultura erótico-heróica y pastoril) es realmente sublime. Nunca visto. Con la incorporación de la nueva dupla el Manicomio Mixto Modelo del Paraguay es un negocio... redondo.
Así hasta uno (que siempre trató de pasar desapercibido a fin de parecer normal y no padecer –o padecer menos- las interdicciones y represiones de la gente normal que siempre tuvo la manija de todo) se tienta realmente de dar rienda suelta a sus instintos y retorcimientos inconscientes largamente retenidos, pegar el salto y pasar a formar parte (y a gozar de los beneficios) del circo. Integrar el elenco estable de los Manicomios Mixtos y dejar de ser un loco suelto. Tener un lugar (y un público) seguro en este mundo. Debe ser cómodo, Y divertido. ¿No?
Documento facilitado por el Autor
Registro en el Portalguarani.com : Julio 2012
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