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JORGE CANESE

  INDIOS-GO-HOME, 2000 - Por JORGE CANESE


INDIOS-GO-HOME, 2000 - Por JORGE CANESE

INDIOS-GO-HOME

Por JORGE CANESE

EDICIONES DE-ENTRECASA

Proyecto Mini-Micro 2000

 

Volumen No. 8: Primera reedición

 

EDICIONES DE-ENTRECASA

Asunción - Paraguay

 

© Jorge Canese

 

Volumen No. 1: Paloma Blanca Paloma Negra. Jorge Canese. 1997

Volumen No. 2: Amor puro y sincero. Jorge Canese. 1997

Volumen No. 3: Amigos. Hugo Duarte. 1997

Volumen No. 4: Los Halcones Rosados. Jorge Canese. 1998

Volumen No. 5: Accidentes en la vía húmeda. Jorge Canese. 1998

Volumen No. 6: El idioma de los muertos. Jorge Canese. 2000

Volumen No. 7: El peligro de los cuadripléjicos. Jorge Canese. 2000

Volumen No. 8: Indios-go-home. Jorge Canese.2000

Volumen No. 9: Yo también soy paraguayo. Jorge Canese. 2000

 

Proyecto Mini-Micro 2000: (re)impresión de los volúmenes 1, 2, 5, 6, 7, 8 y 9.

50 ejemplares de cada uno.

 

 

 

1. Complicación cruel, esto de levantarse temprano.

2. Aquí estamos: acorralados contra el infinito. Muerto por muerto. En cajitas de cartón. En ataúdes de plástico. En cuotas corridas. Lucy: acudo a tu llamado, aunque al igual que Ulises resistiré a tus cantos de sirena. Encendé el velón de incienso. Que despierten las estatuas de cera y el opio agridulce de tus venas embriague mi sangre. ¿No hay más besos?

3. Saludo al demente de Satanás y a su patota de delincuentes acomplejados. Buscador-a-pija de petróleo. Alcornoque a contramano que ensució los sagrarios de la época porque sí. Porque era un degenerado de esos que transpasan la barrera del sonido sin que se les pare un pelo. Él a sus cosas y los demás que revienten. Me encanta refocilarme con mitos poliédricos, colores estridentes, música fuerte y hacerme la idea de que el imbécil de Satanás soy yo, que mis cuarenta demonios se acercan a la puerta y grito una-vez-más ¡Ábrete Sésamo! Ese mágico salto al vacío: al endiablado infierno de los bolas chatas. ¿Hacia ti, hacia adentro?

4. La muerte sentada en un rincón era un pariente más. Un tío bonachón gozando de la vida.

5. Mientras te miento podrías prepararme un café. Ponéte cómoda. Amanecer amaneció hace tiempo. La vida se acorta. La nostalgia encalla. Cada vez cuesta más ausentarse. El mundo parece sólido. Es nuestra hora Lucy-fer que en la guerra no hay vacilaciones. Habrá que ajustarse los cinturones y atajar la respiración.

6. A lo lejos se ve el faro: la lejana luz del purgatorio. Imposible buscar entre marañas. Mientras rueda la rueda y caigo. Entre peñascos la caída se acelera. Aumenta el ritmo rítmico del vértigo. La última estupidez del salto sin apoyo (y abajo nada). Algunos pensarán que no es sano. Soy el estúpido que desenterró demonios, reestructuró a cabalidad los siete infiernos y coimeó a los ángeles caídos.

7. Confieso que he amado. Hagan juego señores.

8. ¿Quién nos devolverá el dolor de la vagancia y el idiotismo de las cosmovisiones? Horizonte circular con pájaros-peces y navidades incluidos. Carne sobre carne: violín en bolsa. Seamos serios. Escribir libros es un invento de gente pobre. Inútil como el calvario. Esa costumbre arcaica-infantil de poner la pija sobre la mesa.

9. Matémonos con gusto hermana Lucy-fer: ¿a vos no te calienta? Hagámosle un favor a la historia. La fama nos espera. No la vemos pero existe. Matémonos si es posible un vulgar domingo a la tarde cuando ya nadie espera nada. Santa Tita, San Ramón y Santa Úrsula nos saludan. San Pedro y su pelada parecen una postal turística. ¿Cuánto cuesta el pasaje a tus entrañas? Averigüemos condiciones/ precios. Transemos.

10. El genocida fuera del campo. Los muertos atrás.

11. Ella tomaba tereré con los ornitorrincos oligofrénicos que cultivaban la chacra del manicomio. Yo le llevaba maníes verdes (creyéndome el inventor de la agricultura para monos) con la ilusión de que algún día germinarían billetes. ¡Oh el matrimonio! Suele ser el sol o el mediodía como un borracho/ un buscapuchos despistado, la luna deslizando un rayito esquivo en un reservado. La dura cama doble de todos los días.

12. Música de serafines mancos. Desplumados canarios celestiales crecieron en tu cuna. La ceremonia sigue siendo la misma de siempre. Baile de máscaras. Y mientras tanto y mientras sobren monos habrá ruido. Dicen que los cuentos los inventó Mambrú, muy degenerado él que en realidad no fue a la guerra.

13. Agarrate y esperame que te cebo un tereré. Se levanta el telón.

14. Padres sin voz. Curas sin cruces y sin misa. Hoy en día lo que no cueste caro y sea brilloso no tiene ninguna posibilidad de existir. Ni siquiera de vegetar con permiso. O de gozar de una mínima tolerancia de parte de la gente/ el vulgo/ el populacho y sus autoridades sanamente constituídas. ¿A quién reclamar si el daño ya estaba hecho?

15. Un mal paso en el peor de los vientos. Un traspié detrás de la escalera. Un vulgarísimo infarto. Neura recurrente. Monedas. Porque la computadora estuvo equivocada desde siempre y Caín mató al que no debía. Apagá la luz porque es demasiado tarde angelito/ a de mis sueños.

16. La basura conceptual. Hay quienes coleccionan muertos.

17. Lucy-fer desde que es amiga mía dejó de usar su capa roja y sus cuernos. Luce anteojos negros. Juega tenis. Entiende de política/ de fútbol. Adora los tipos casados (¡guau!). No es que la defienda porque es amiga mía. Nada de eso. Y si dudan hojeen el who-is-who o su cuenta bancaria. Tipa solvente y generosa: a sus empleados les suspendió el látigo. Ahora nada más que ocho horas y sí-señora. Lucy-fer es macanuda con sus cuates. Todo el día tomamos tereré juntos para aclimatarnos al fuego de su infierno. Chau angurria.

18. Recomencemos desde el útero y los utensilios. ¡Oh el dolor de las colonias! Viva el negro en su negrura y el blanco en su blancura de espanto. ¡Hurra por los caídos! Viva el mate y las tapitas de latón. La escaramuza y el tedio. El empacho después del atracón. Los retortijones del parto. El cansancio del buen coger. Los lirios del campo. El valle hediondo de los caídos. Y en el fondo (inconstante acaso) un cariño estúpido y absurdo a prueba de balas.

19. Comprame un sandwitch. Es la hora de medir las pulsaciones.

20. Démonos la mano una vez más Lucy-fer tirana. Hermana infiel de mis noches más negras, esas en que juntos masacramos a los muertos. Ensuciémosles hoy su sacrosanta sepultura. Su memoria. Mastiquemos chinchulines podridos-defecantes. Dancemos-trotemos juntos este carnaval dolido y alucinante. Preparando el catafalco y el incienso (como en un amor imprevisto). Guarda con los espejitos y las pijas de plástico. Diente por ojo y ojo por nada.

21. Los genocidios son crisantemos verdes. Cucaracha sin destino. Animal de soga. Coágulo derretido que se consume como helado de crema en manicomio infecto-ajeno. Como esquimal en el desierto. Mono apoltronado en su sepulcro empresarial.. Porque sí. Porque se apagó el cielo. Opama la fiesta. Naufragó el náufrago en su barco. Se atragantó. Se mató el muerto con su bombilla de plata y su reloj de oro.

22. Lo que se dice: un prontuario pobre.

23. Daremos marcha atrás a la pesada maquinaria del infierno. Despertaremos a la bestia, esa sangre india-occidental que sube y se levanta como espuma de mar entre el cogote y la médula. Somos cucaracha y canto. Mierda amontonada en el retrete de los sueños. Con la gula y el opio construiremos catedrales. Atisbo una pequeña luz del otro lado del charco. Una sirenita tetona y peluda despliega sus brazos.

24. Esclavos: escuchemos la voz de los muertos. El tiempo de las claudicaciones es un vago recuerdo. ¡Venga esa boca! El pecado se suelta y son mamones que la miel germina hacia el sepulcro. Nado en el surco infame de tus lamentos y tus silencios. Son mariposas ciegas como pezones de lechita tibia-cuajada. Festín de ávidos caníbales. Porquerías descartables para monos ¿sabios? sin jardín y sin zoológico.

25. Que calle la manada.

26. La próxima vez estarás contando las letras del otro lado del espejo. Pobre angá. El taladro lo perforó desde temprano. Innecesariamente asciendo hacia el tendal de los milagros. Viento porque voy y canto porque vengo. Los polinomios son verdades de incógnitas preconcebidas. Un entierro de primera adornaría con gusto mi llegada al vacío de tu copa. Infántica criatura prolífica y voraz. Caigo hacia adentro y lecho agrio de espumas me recibe y canta. Nderakore. Seguiré por las dudas la vía húmeda, que la humedad parece ser la variable más constante de la vida.

27. Olor a crenchas, a concha amarga, a crótalos cimbrados. Una luz azul se apagará contra tus pechos y tus nalgas, moradas de tanto trajinar por el álgido tembó/ caminito de la vida. ¿Quién osa interferir la escena? Es el sudor. Resbalo y vamos/ voy entrando/ patinando entre tus pliegues y paredes de manteca. Sendero musgoso de mucosas moqueantes. Un vicio barato como pocos.

28. Hija del cacique. Hembra de especie indefinida. Diosa de caderas fuertes. Maestrazgo de aquel matriarcado ancestral. Tuyo es el don del tembi´ú. La distribución equitativa de los panes y los penes. Musa de las desviaciones. Vos chupá el cilindro sólido y caliente, excrescencia de mis carnes (y las tuyas) sin pensar en porquerías. Que después no habrá enano raquítico ni perro podrido que te tire un meo.

29. Curioso parecer más amputado que valiente. A conchazos se construye el mundo.

30. La entrepierna al frente. La maceta fuerte del pubis. La entrenalga. ¿Bombeando suena feo? Vos traé el pastel: esa colita brutal (y el resto al horno, que como que hay Dios la especie seguirá multiplicándose. La negra empezó a moverse, a sacudirse como loca. Empezó a gemir y a correrle la baba por los cuatro costados. Salto-trepo. Se va se va la lancha y el ding dong se escapa. ¿Terminaste amor? Es tiempo de mujer que dice: ya, o ¡basta exagerado!, es suficiente. Adiós a los números.

31. Son calorías netas, dividendos a la vista que emputecen al más sano. Falta calcular importancia telúrica, propiedades curativas y posibilidades de ampliación de mercado. Un serruchar, que más que polvo es sangre seca.

32. La virilidad es una causa perdida.

33. La hecatombe tiene sus encantos. Las monjitas vomitarán sobre el altar de los sacrificios. Blasfemia gratuita/ sacrilegio innecesario. Yo igual me pierdo en esta cloaca con olor a jazmín. Planeta curubicado por monos-sapiens sabihondos y andrajosos, que más parece una torta sin dueño. Partida en mil pedazos. Retorno a los árboles más que a la selva. Un de-cuatro pausado pero seguro (animal y orgánico). Y el que se crea Dios allá él, que se las vea en su trance tratando de encontrar caminos que nunca se hicieron.

34. Trampa del yacaré vista desde el otro lado de la luna. Epopeyas fabuladas por comentaristas pagos. Payasos. Personal de cuarta que endiosó el robo y la valentía como argumentos válidos. La resaca antropológica. La desidia inmemorial. Porque unos cuervos hambrientos se atragantaron con más alpiste de lo calculado y sus venenos babosos nos inundan/ flotan.

35. Esa maldita costumbre del postre que nos engorda el alma.

36. ¿Cuándo llegué al clima, a los laberintos descompuestos y a los sacudones fuertes? Aquí amanece a mediodía. Imposible sustraerse a este jueguito vertiginoso y cruel. Dimensión cósmica en la que las torturas chinas se transforman en juego de niños. Donde el amor o el orgullo no llegan a ser más que el subterfugio idiota de la testosterona tratando de trascender su propia jeringa. Importar por importar la cosa es más dinero que sustancia. Como dicen los maestros: primero te lo repudian y después te lo reforman.

37. Corremos a gran velocidad. Alguien salta desde atrás y los fantasmas se esparcen. Una gota de sangre me estira, duele y hay olor a plásticos quemados, chirridos de espasticidad, enuresis y ropas blancas. Regreso a la patria irreal de los cocoteros. Presiento las nervaduras, la cercanía del milagro inesperado. Apurate que se me hace tarde, este no es mi negocio ni mi ramo.

38. ¿Quién piensa en salvarse?

39. Remonto una vez más el ingrávido y letal río de la muerte. Me hallo en el valle de los repodridos. En medio del silencio y la placitud del mito. Algún día podrá saberse quién fue el imbécil que intentó desvirgar el misterio del hoyo elemental. Monazos turbios a los que las bananas les entraron por donde no debían. Por donde siempre fue menos necesario. Molinos de viento eran los de antes. No hay pija ni poronga que calce. Un cortocircuito extraño retomará el caminito laberíntico de las venas superficiales y al borde del abismo (del corazón), casi sin aliento te diré: y sí qué sé yo qué puta o así sea.

40. En estas latitudes el al-revés lo revendemos en pastillitas con indicaciones y recetas sin recargo, para que Eva y sus enredos con el Dios de los principios no abra nunca más esa su bocota fatal y otra vez no tengamos más remedio que eludir el compromiso de la manzana-matanza. Criatura en bote: un buen día te atacarán las plagas como divisiones blindadas y en ese Apocalipsis de ausencia te enfrentarás al espejo de la muerte con las manos vacías.

41. Basta de calamidades.

42. ¿Cómo adivinar la clave si el sol levanta rápido entre mangos? El resplandor no espera. Hay que ponerse la corbata. El discurso. ¡Oh las venerables palabras!

43. Éramos marcianos aburridos de leer la historia. Lunáticos adictos al parche. Chupasangres más que chupatintas. Chupacirios. Chupamedias venales. Chupaconchas. Corruptos venidos a menos. Vendidos-regalados en baratijas-anzuelitos y trabucazos. Un collarcito por su hija. Un espejito por su visión del mundo. ¡Qué le parece indio! Negocio redondo. No se me achique. No sea flojo. Esclavos sepultados en su propio ritmo de la guarangada. Caza grotesca y mayor. Si matar indios nunca fue pecado.

44. Las salpicaciones de la mierda. Las canoas sin Noé. Los proletarios sin Rey. Los intelectuales sin Shakespeare. Sin Homero. Carne de presidio. Furor instrumental por el orgasmo y los holocaustos verbales. Voraz como las langostas. Atropellador impenitente. Corrompido por el empacho de una sociedad de consumo sin destino lógico. Ya nadie creerá en nada cuando se lean tardíamente estas notas. Nadie necesitará nada en ese gran sótano de cristal de las generaciones venideras. Póstumas-impermeables. Y no hay más. No nos constan asunciones ni planetas chatos ni universos mejorados.

45. El orden de los factores no alterará el producto.

46.Gotas de sangre de más, gotas de sangre de menos, la escena transcurrió a contracorriente. Algo faltó. Un mínimo percance. Un escándalo. Y volvemos al comienzo, a recorrer al-revés el vía-crucis de los místicos gozosos, sustituyendo rosas por crespones, misas en latín por pecado, mentecato por mantecado y banalidades por el estilo. Una lástima. Aprieto el borrón de retroceso. Tacho lo que sigue. Sorpresivamente la princesita azul se borra del espectro y ya no hay muertos en quienes sepultar la pichadura.

47. Vivos éramos antes los que nunca sabíamos geometría; esos de ahogarse como cocodrilos en charco sin barro. ¿Para qué corres? ¿Para qué ahorras-rebuznas y mueres de muerte natural cada día? Santísima ocurrencia de romperse dos-tres-infinitas veces la misma crisma, la única (que después de todo y a pesar del progreso) no hay repuesto. Morite diablo acurrucado. Mierda oscura sin simiente: que te coman los cuervos. Que tus soretes no sirvan ni para abono. Boleto de tranvía. Indios sin profesión. Cachivache folklórico.

48. Se regala: maquinaria del infierno.

49. Yo te maldigo: diablo insurrecto. Vulgar pajero acomodado. ¿Qué te costaba hacerte el macho, lo que se dice: jugarse las pelotas? Pero no. Se te dio por ser así de prescindente. Basura. Paranoicos insustanciales que después no saben qué hacer con su ignorancia. Maldito el catre que te engendró. Maldito el oro que trocaron tus manos fétidas. Arcángel negro de los caídos. Negro fuiste y negro serás. Indio flojo. Tuya fue la sequía y tuyo será el diluvio.

50. ¡Hambre! grita el soldado. ¡Peste! Contesta el viento. Y ¡muerte tres veces muerte! Le contestaré yo que estoy enterrado en el lenguaje. Eres un ser humano como yo. Inútil a la hora de los recuentos y las bajas. Tu nombre cabe en una guía telefónica.

51. Oscuro ritual de antropofagias. La poesía no es más que un oráculo sin eco. Esa putísima palabrita idiota que falta, salta y se pierde como un querubín calentón, un sátiro volátil. Y a los que les moleste: que se jodan, que se callen, que demuestren lo contrario. El futuro llegará despacio y nos verá desnudos (último tembó-reí). Y los que quieran demostrar lo contrario que se peguen un tiro.

52. Bienaventurados los que orinan las paredes porque ellos no conocerán la inteligencia.

53. De golpe: se acabó la tinta o el papel higiénico y son otros los colores que reinician la reencarnación azulverde de la carne. Otros los ojos-manos que corregirán la lápida. Letra muerta de un epitafio que nadie leerá. A veces me da igual limonada que café cortado. El abismo está a la vista y todos marchamos contentos con la cicuta en la mano. Casi cantando. No hay límites ni Dios que puedan detener este raquítico progreso.

54. ¿Pinchar la consciencia del planeta con una ceja de puto? Necesito algún veneno psicodélico para colmar mi voracidad de martirio. Alguien para claudicar, para matarnos juntos. No corras Lucy. No te me escapes tan rápido. Podrían ser dos palabritas más o un decir al menos que vas a extrañarme cuando me mate. Un domingo de madrugada cualquiera o un martes rosado de carnaval.

55. Que los pastores del pasado cierren el telón.

56. Hubiera preferido limpiarme el culo en el espejo del tiempo. Manga de inútiles incrédulos. Satanás será mi esclavo y Herodes mi lacayo. Hay que remar y remo. Qué me importa si Dios está conmigo. Qué me importa si ya debo estar llegando y un dolor increíble me empuja. Aquel de barba debe ser Dios-padre en persona y esa pléyade de empelotadas: las musas del Edén. ¿Lucy, dónde carajo te metiste justo ahora que estábamos llegando?

57. Podríamos al menos intentarlo. Matarse no debe ser una cosa tan triste. Embarcarnos en la nube más cercana y remar contra la corriente como hicimos siempre hasta que llegue el asqueroso momento de las poluciones cavernarias. Añarakopeguaré. Por lo visto me equivoqué de época/ de andamio. Se me fue la mano/ me salí del mapa. Paciencia: lo hice por tu bien. Porque no había otra cosa que se pudiera hacer sino pararse y decir: viva la joda muera fulano te quiero o sale el sol sale el sol y después callarse.

58. Hay cosas que salen mal. Es una espuma de siglos.

 

Moraleja: Criar europeos con leche de camello de la mejor raza (ambos). faenar a-lo-bestia. mezclar con grasa de jabalí en celo y esperma liofilizado de ballena de buena procedencia (para darle cuerpo). Hervir la mezcla durante cinco siglos para que el nivel de ignorancia (in-crescendo) sea máximo. Venderle el engendro por toneladas a los yankis, a precio de mercado (no hay por qué robar). De no prosperar el negocio, derramar el menjunje en el río Paraguay para joderle a los kurepas. O en último caso, regalarle el embarque completo a los indios para que se empeden como-dios-manda y nos dejen de joder con la historia de que América es de ellos.

 

 

Otras obras de J.C.

 

Más poesía (1977)

Esperando el viento (1981)

Paloma blanca, Paloma negra (1982)

Ahata ajú (1984)

De gua´u (La gente no cambia) (1986)

¿Así-no-vale? (1987)

Kantos del Akantilado (1987)

Stroessner roto (1989)

Alegrías del purgatorio (1989)

Papeles de Lucy-fer (1992)

Indios-go-home (1994)

Accidentes en la vía húmeda (1994)

En el país de las Mujeres (1995)

Apología a una silla de ruedas (1995)

Amor puro y sin-cero (1997)

Los Halcones Rosados (1998)

El idioma de los muertos (2000)

El peligro de los cuadripléjicos (2000)

Yo también soy paraguayo (2000)

 

Documento facilitado por el Autor

Registrado en Portalguarani.com : Julio 2012

 

 

 

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