OJITOS NEGROS, 1965 - Poemario de GLADYS CARMAGNOLA
OJITOS NEGROS
(POEMAS A MI SOBRINO)
Obras de GLADYS CARMAGNOLA
Asunción – Paraguay
1965 (58 páginas)
La poesía infantil -ha dicho alguien- es la menos infantil de las poesías. La mejor de ellas es un espejismo. Ningún niño ha escrito nunca poemas y si los escribiera, no se parecería a los que en su nombre se escriben. Entre los labios que han rozado la espada al rojo del dolor y las bocas ungidas de leche de los niños, se abre un abismo insondable que a nadie le es dado llenar.
Esto, claro, se refiere solamente a la poesía "de niños", aquella en que el adulto quiere poner algo que el niño jamás sintió; la nostalgia del paraíso terrenal. Poesía es experiencia vital, y el niño no la tiene. No sucede lo mismo con la poesía que inspira el niño, aquella que suscita en nosotros la visión siempre renovada de la pureza y la inermidad infantiles. Esa poesía tiende un puente milagroso de ternura sobre aquel abismo insalvable y por ella puede, auténtica, transitar nuestra irredenta nostalgia del perdido paraíso.
Estos versos de Gladys Carmagnola son eso: un puente de ternura maravillosamente cristalina, tendido hacia esa isla de pureza que es el niño. Versos espontáneos, fluidos, sin adornos innecesarios ni convencionales puerilidades. Versos brotados del hontanar afectivo más intocado e intocable: el ingénito amor maternal. Quizá estos poemas queden en alguna ocasión demasiado cerca de la surgente misma de la emoción, y sean, más que nada, eso: emoción ferventísima y delicada. Pero nunca son sofisticados. Gladys Carmagnola no hace literatura: el ajuste que en sus poemas hay entre idea y forma es semejante al que el arroyo realiza con su cauce: en ellos un alma clara encuentra su claro nivel.
Hay en estos poemas una delicadeza de sentimiento, un trémulo, irrestañable desborde de ternura que toda mujer, por el solo hecho de serlo, hará suyos.
JOSEFINA PLA
Siento
dulzuras tan extrañas
y tan hondas
vibrando aquí,
en mi alma,
que he de entregar al viento
mi palabra
de amor
y mi plegaria
preñada de esperanzas.
A ti, capullo tierno,
se dirigen,
porque eres
tú
el que despierta en mí
el balbuceo
tímido,
purísimo,
del eterno lenguaje
de las madres.
RUMOR DE ÁNGELES
Tan cerca tu alma,
amor,
se encuentra de la mía,
que puedo,
sin levantar las manos,
sentir tu corazón,
y escuchar
suavísimos arrullos celestiales
en el espacio inmenso:
ya puedo oír tu voz.
Ríe el agua en la fuente
de la aurora
que Dios
me regaló:
es de ángeles
rumor
dulce y sagrado
el que tu madre escucha,
corazón,
y me lo cuenta
trémula y gozosa:
Por eso escucho
yo.
TU PORVENIR
Blanca es
la luna;
blanco el jazmín,
blanca es la estrella
sobre el jardín.
La noche llena de desazones
ya va a morir.
Cantan
la rosa
y el alelí;
cantando
vuela sobre las flores
el colibrí.
Canción de amores
es esta dulce canción
callada
que trae abril.
Es blanco y puro,
es puro
y blanco
tu porvenir.
13 DE ABRIL
Dos angelitos preciosos
quedaron cerca de aquí.
Buscaban sitio seguro
para un tercer querubín..
Dios los mandó hasta la tierra
y de uno a otro confín
volaron buscando un techo
lleno de amor para ti.
Miraron nuestra casita,
contemplaron el jardín,,
y en los ojos de tus padres
vieron un amor sin fin.
Los querubes se miraron,
discutieron entre sí;
hablaron mucho, dijeron
mil cosas que no entendí.
Desde esa mañana hermosa
y tibia del mes de abril,
cuando quieren visitarte,
vuelan del cielo hasta aquí.
CHIQUITITO
Un bultito encarnado
tan chiquitito
que cabe
en una mano
de tan chiquito.
Si no tienes
pañales
o culeritos,
o si te faltan
batas
y zapatitos,
no has de llorar,
mi bien;
eres
chiquito
te arroparé en mis manos,
mi pequeñito.
CONCIERTO
Mañanita tibia
pura
del mes
de abril
con aroma de azahares,
rosa
y jazmín.
El día ya sus capullos
comienza
a abrir
y en las ramas
a las aves
se oye
reír;
sus dulcísimas notas
-suave
violín-
son el primer concierto
a mi querubín.
Mañanita tibia
y pura
del mes
de abril;
concierto de azahares,
rosa
y jazmín.
OJITOS NEGROS
Ojitos negros
como el carbón;
sonrisa dulce
como un bombón.
Cuando me mira
con sus ojuelos
y me sonríe,
baila contento
mi corazón
tilín - tilón,
y me hace ruidos
dentro del pecho
como un camión
pim-pom - pim-pom.
Sonrisa dulce,
ojitos negros,
¡Ay! ¡Cómo baila
mi corazón!
tilín - tilón.
¡Ay! ¡Me hace ruidos!
pim-pom - pim-pom.
¿QUÉ DICEN?
¿Qué dicen, hijo,
los ángeles
del ignorado mundo
de donde tú
viniste?
¿Qué dicen las espumas?
¿Qué cuentan las estrellas
que mecieron tu cuna
antes de que nosotros
te tuviéramos?
Enséñame a leer
en tu sonrisa
el purísimo idioma
de los ángeles
que sólo tú
conoces.
ARRORRÓ
Arrorró, pequeño,
arrorró, mi amor,
arrorró, mi cielo
y mi corazón.
Arrorró, chiquito
lindo y juguetón,
boquita de fresa,
dulce de mamón.
No llores, pequeño,
no llores, mi amor;
duerme, niño mío,
duérmete, llorón.
¿Quieres un helado
de crema o limón,
quieres un muñeco
grande y barrigón?
¿Quieres un trencito,
un auto, un camión,
o es que te has mojado
ya tu camisón?
Duerme, niño mío,
duérmete, llorón;
si no duermes pronto
te doy un tirón.
Bueno, vida mía;
ya me callo yo.
Tú, llora, si quieres;
llora, corazón.
ARRULLO
Por entre el viento
las hojas
pasan cantando;
a mi vino aún no dormido
van arrullando.
sss
sssss
ssssss
¿El chiquito se ha dormido?
Dos luceritos
están mirando
cómo las hojas
del viento
van escapando.
¡Cuidado!
¡Corre ligero!
¡Te está alcanzando!
Entra por mi ventana.
¡Entra volando!
Entra bajo mi colcha;
(te está buscando)
Pasó;
no tengas miedo.
¡Pasó raspando!
¡Qué alivio!
Con jardines
y plantas
y mil flores
mi niñito dormido
ya está sonando.
LO QUE ME GUSTA
Yo no sé
cómo se llama,
pero
me gusta.
Cuando mami
se agacha
y toma
mi cara
entre sus manos
y aproxima
su boca
a mi mejilla,
me gusta.
Sí;
me gusta.
No sé cómo se llama
pero
me gusta.
¡Ah, mami!
¡Si suplieras
cómo me gusta!
ESA SONRISA PICARA
Esa sonrisa pícara,
pícara
mamá
la conoce;
papá
la conoce;
ya la conoce
toda la familia.
Basta
revisarte
los pañales
para ver
que ya todos
sabemos
qué significa
esa sonrisa
pícara
pícara,
pícara.
SONRÍE
Sonríe,
vida mía;
sonríe.
Para eso tienes
una madre buena
que te adora
y un padre cuyas manos
amasarán
honradamente
tu pan de cada día.
Sonríe;
tus padres penderán de tu sonrisa,
y ella será
su gloria
o su agonía.
Sonríe;
y muéstrame
tu boca niña,
vida mía,
para que yo también
sonría
con la dulce pureza
con que sonríes
tú.
BAÑO INVERNAL
¿Qué son esos gritos
que llenan
la casa?
Mamita y papito
discuten,
discuten,
discuten.
Mi mamita ha dicho:
"El nene está sucio".
Papito contesta:
"Hace mucho frío".
Yo miro a mi mami,
miro a mi papito
y no entiendo
qué pasa.
Mamá lagrimea:
"El nene está sucio,
muy
sucio".
Mi papá concede:
"Solo la colita".
¿Qué pasa?
No entiendo
qué pasa.
¡Ay, mamita,
es cierto
que hace mucho
frrríiioo!
¿POR QUÉ LLORAS?
¿Por qué lloras,
negrito?
Me destrozas el alma
con tus gritos.
¿No sabes tú, tesoro,
que te queremos
mucho
todos?
No.
No lo sabes.
Eres muy chiquitito
para ver
que, cuando tú no ríes,
toda la casa
llora.
No quieres el chupete;
y tu amigo,
el conejo amarillo de goma,
está tan triste,
que,
si tuviera lágrimas,
también él lloraría.
¿Qué te duele, mi vida?
¿Por qué lloras?
Es cierto;
no está mami,
pero estás con tu tía
que te adora
y para quien tú eres
todo su mundo
¿Por qué lloras?
¡Ah! Si pudieras decírmelo
yo te daría
todo cuanto quisieras
porque pudiera ver
brillar
en tu carita
esa dulce sonrisa
desdentada
eternamente.
FIESTA
Estamos de fiesta;
rataplán-plán-plán.
Al rey de la casa
lo bautizarán.
Hay cortinas nuevas
que volando están
y chicas alegres
que vienen y van.
La mamá rezonga
"Lo despertarán.
¡Silencio! ¡Mi niño
las escuchará!"
Nadie escucha nada.
¡Qué van a escuchar
si limpian y friegan
y vienen y van!
Una limpia el polvo,
sacude el sofá,
repasa las sillas,
suspira y se va.
Otra riega el césped
y poda el rosal;
la tercera lava
y seca el cristal.
Otra los pañales
ha de preparar,
y la ropa nueva
le terminará.
La cocina vuela
de tanto manjar:
¡Qué dulces! ¡Qué pollos
rellenos! ¡Qué flan!
Los trajo la abuela,
que ha llegado ya
y ahora la mesa
preparando está.
Las tías la miran;
un descuido y ... ¡zas!
se llevan un pollo
y ¡ah! ¡qué rico está!
El tío las sigue:
"¿Me convidarán?"
"Sí. Si no, seguro
nos descubrirás".
El papá se enoja:
"¡Qué barbaridad!
Si comen y comen
todo acabará".
El abuelo ríe,
ríe sin parar
"¡Qué ruidos, Dios santo!
¿Van a terminar?"
Nadie escucha nada.
¡Qué van a escuchar
si cantan y ríen
y vienen y van!
Ríen, parlotean,
hablan sin cesar,
y cantan y ríen
y vuelven a hablar.
La mamá protesta:
"¡Lo despertarán!"
y piensa entretanto:
"¿Qué le traerán?"
"¿Un auto, un trencito,
un lindo alazán,
una mamadera
o un blanco misal?
¿Unos zonajeros,
o algún port-enfant
en caja de seda
o azul celofán?"
El niño sonríe,
mira a la mamá,
mira a la abuelita
y empieza a llorar.
"No llores, mi cielo.
¡Qué vas a llorar!
Dentro de unas horas
te bautizaran".
El niño se calla,
mira a la mamá,
sonríe a la abuela
que a su lado está.
"¡Qué leche más rica!
¡Qué sabrosa está!
¡Tendrá un caramelo
o azúcar tendrá?"
De pronto unas gotas
mojan su pañal.
Abuelita llora.
"¿Por qué llorará?"
Mamita la abraza.
"No llores, mamá".
Ambas ríen y lloran"
"¿Porqué lloraran?"
Nadie ha visto nada.
¡Qué van a mirar
si cantan y ríen
y vienen y van!
CUATRO MESES
Cuatro meses,
mi vida,
que alegra nuestra vida
tu existencia;
que orientan nuestra senda
el puro resplandor
de tu sonrisa
y el límpido fulgor
de tu mirada.
Son cuatro meses ya
éstos de dicha plena,
inigualable,
en que tu corazón
latió cerca del nuestro
y lo purificó,
haciéndolo
más niño
a su contacto.
Los días han pasado,
y seguirán pasando
muchos otros
llenos de amor,
porque tú estás aquí,
porque
tú
en tu sonrisa
dices amarnos
tanto como nosotros te adoramos.
Cuatro meses, mi bien,
y pareciera
que hubiéramos pasado
cuatro siglos
contemplando
tus puros ojos,
tu mirar dulcísimo
y la celeste bendición
de tu sonrisa.
Cuatro meses,
cuatro años,
cuatro
siglos;
¿qué diferencia
hay
si
tú
estás con nosotros?
TU DEFECTO
Eres hermoso
y bueno,
eres flor
pura,
mas...
tienes un defecto,
Sí.
Ya no hay duda.
Tienes una carita
toda ternura,
y tus ojos me miran
con tal dulzura,
que, si tengo una pena,
ella se cura
y se vuelve
al instante
mar
de ventura.
Mas...
tienes un defecto.
¡Estoy segura!
Un defecto
tremendo.
No tiene cura.
Yo
no soy
tu mamá.
¡Oh!
¡Qué amargura!
Ya ves
que tu defecto
no tiene cura.
ÍNDICE
A Carlos Eulalio Aquino Carmagnola
Rumor de ángeles
Tu porvenir
13 de abril
Chiquitito
Concierto
Ojitos negros
¿Qué dicen?
Arrorró
Arrullo
Lo que me gusta
Esa sonrisa pícara
Sonríe
Baño invernal
¿Por qué lloras?
Fiesta
Cuatro meses
Tu defecto
Yo no soy tu mamá
Manecitas
Ya sé cómo se llanca
Si
A la luna gorda
La primera pelota
Pasitos
Cofrecillo
Es
My dearest little boy
¿Quién eres?
Ratoncito
Por obra de Dios
Con mi corazón
Caminitos
Oración
Poema para el hombre que hay en ti
CUANDO es un niño quien inspira un poema, éste debe liberarse de toda otra carga ajena a la propia ternura del poeta, proyectada hacia quien detenta con exclusividad la pureza humana en su total dimensión.
Gladys Carmagnola cumple con este requisito y a través de composiciones que conforman un libro, llega plena hasta la entraña del canto y obtiene de él la nota sin concesiones, sencilla y luminosa, tierna y profunda, que es esencia de la auténtica poesía infantil.
Su voz se proyecta en el actual quehacer poético paraguayo con la claridad necesaria como para ahondar en el espíritu de quienes aún conciben la poesía como la gracia de la palabra plena de contenido y sin halagos a la moda, siempre traicionera por lo fugaz. Ella canta a la esperanza en el niño por nacer y canta a la realidad del niño hecho carne en cumplimiento de la rígida norma del ciclo. Busca en el niño ese tiempo olvidado de la infancia y lo recrea, a través de sus versos, con perfiles de nítida y simple sinceridad. Surgen entonces los momentos repetidos que jalonan el primer año de vida. Motivos que, sobre todo en nuestro medio, siempre esperan verse reflejados en otros ojos a los cuales el paso de los años no les ha restado la transparencia imprescindible. Gladys Carmagnola sutilmente se adentra en ese tiempo y desde él nos hace llegar su mensaje que presenta la frágil contextura de la materia con que trabaja. Materia sutil –mayúscula miniada de libro de oraciones o marfil incoloro hecho arte en lo diminuto- que vuelve a adquirir la neta textura de la niñez. Y comprendernos que su poesía es, por fin, poesía infantil. Poesía difícil por lo sencilla y llena de riesgos por la limpidez que exige de quienes la frecuentan. Poesía que no admite otra norma que aquella que surge del propio tema. Poesía, en definitiva, pura.
"OJITOS NEGROS" nace pues a la luz de una sinceridad que se advierte en cada uno de sus poemas. Nace bajo el signo de lo auténtico, de aquello que surge directamente del corazón sin represas que coarten el libre fluir de la verdad. Y esta verdad tan cara y tan ajena, muchas veces, al arte, es la que avala suficientemente la calidad de un poemario, que por íntimo y auténtico, se vuelve propiedad de quien lo lee. Porque el amor y la belleza son valores intasables que pertenecen simplemente a todos quienes puedan acreditar ante sí mismos que tienen corazón.
José - Luís Appleyard
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