FUNDACIÓN DE LA ESCUELA MILITAR
En el año 1916, todavía en tiempos del presidente Eduardo Schaerer, fue fundada la Escuela Militar, designándose al entonces coronel Manlio Schenoni Lugo para dirigirla.
A este jefe del ejército débese la organización del nuevo instituto, destinado, como pudo comprobarse durante la guerra del Chaco, a servir con eficacia en la defensa de la Nación. Los jefes y oficiales que comandaron el ejército de la República en esa campaña, en su gran mayoría, provenían de la Escuela Militar de la Asunción. Entre los profesores que integraron el primer plantel, se hallaban Ernesto Velázquez, Atilio Peña Machaín – en la sección naval –, Luis Escobar, Manuel Bedoya, Manlio Schenoni L. y otros.
A pocos meses de su creación, editóse un periódico, que fue el vocero oficial de la institución, la Revista de la Escuela Militar, fundada por el citado coronel Schenoni. Imprimió éste, a dicho órgano, una orientación definida y firme y supo complementar el seleccionado material de lectura con la sencilla pero severa presentación de su formato.
En 1916, MANLIO SCHENONI LUGO no era un desconocido en las filas del ejército ni en las actividades literarias del Paraguay. Nacido en Santísima Trinidad, en 1879, cursó estudios en el Colegio San Vicente de Paúl y en el Colegio Nacional de la Asunción, en cuyo instituto obtuvo diploma de bachiller, en 1896. Luego ingresó en la Escuela Militar de Santiago de Chile donde se le expidió diploma de ingeniero militar. Fueron sus compañeros, en aquel período de estudios, Albino Jara, Adolfo Chirife, Eugenio A. Garay, Carlos Goiburú, Manuel Rajas A., Pedro Mendoza, Atilio Peña Machaín, Juan R. Nardi y Bonifacio Martínez. Las referencias de Schenoni, llegadas de Chile, fueron óptimas.
Tiempo después de su regreso al Paraguay fue designado director del "Curso Militar". En 1907 integró la misión militar paraguaya que visitó Alemania y que se hallaba presidida por el capitán de navío Manuel J. Duarte. Intervino en casi todos los sucesos político-militares que ocurrieron en el país desde 1904 hasta 1912. Antes de esta fecha fundó y redactó El Memorial del Ejército.
Así, cuando fue designado director de la Escuela Militar de la Asunción, Manlio Schenoni Lugo poseía ya una personalidad propia en las líneas del ejército, en el profesorado y en el periodismo.
Posteriormente desempeñó el Ministerio de Guerra y Marina. En tal carácter hizo uso de la palabra, en repetidas ocasiones, en el Parlamento de la República, revelándose como un orador de dicción sobria y medulosa. Fue, además, comandante en jefe de las fuerzas leales al gobierno durante la campaña revolucionaria de 1922-1923.
El general Manlio Schenoni Lugo, como prosador, posee un estilo sencillo pero severo, muy de acuerdo con el lacónico verbo militar; como profesor ha dado pruebas de conocer, con suficiencia, las materias de su especialidad y de tener condiciones pedagógicas que le habilitan como excelente expositor; y como orador, su palabra es altiva, enjundiosa y cortante. Sus trabajos publicados son numerosos y todos de carácter profesional. Citamos entre éstos, La concepción de la victoria, Asunción, 1915.
ATILIO PEÑA MACHAÍN, marino y político, ha cultivado la oratoria. Nació en la Asunción, en 1878. Ingresó en la Escuela Naval de Chile en donde fue promovido al grado de guardiamarina. De regreso al Paraguay se le designó, en 1905, prefecto general de puertos, después comisionado confidencial del gobierno en Buenos Aires, y, finalmente, profesor de la Escuela Naval del Paraguay. En política, ya retirado de la armada, militó en el Partido Liberal. Ocupó bancas en el Senado y en la Cámara de Diputados de la Nación. En la diplomacia, representó a nuestro país en Chile. Falleció en Mar del Plata, en 1945.
Atilio Peña Machaín ha sobresalido, en el terreno puramente literario, como orador de palabra fácil y llena de galanuras. De voz sonora y ademanes amplios, sabía unir la elegancia de la expresión a la belleza de las ideas.
MANUEL BEDOYA y LUIS ESCOBAR se han dedicado a la cátedra. El primero ha dictado lecciones de derecho; el segundo, se ha especializado en la enseñanza de la física. Ambos son oriundos de la Asunción.
Y no hemos de olvidar a un sacerdote español consagrado a la didáctica en las horas que le dejaban libres los deberes del clero. Nos referimos al padre LORENZO PÉREZ VELLOSO, que integró el plantel de profesores de la Escuela Militar, casi desde su fundación. Llegado al Paraguay hace más de treinta años, comenzó sus actividades docentes cuando desempeñaba el curato del Sagrado Corazón de los antiguos Recoletos. Enseñó latín en el Colegio Nacional y castellano en la Escuela Militar. Su apostólica prestancia era popular y querida en las aulas estudiantiles. Acogido a los beneficios de la jubilación, a que le han dado derecho sus sacrificios de tres décadas, vive hoy en el retiro.
Nombraremos también a FERNANDO CENTURIÓN, virtuoso del violín y profesor de francés. Era un espíritu noble y lleno de señorío. Nacido en la Asunción, en 1886, se educó en Bélgica. Compositor armonioso, representó al Paraguay en conciertos famosos realizados en París, La Habana, Bruselas y otras ciudades. Falleció en la capital paraguaya, en 1939.
Finalmente, recordamos a BLAS MILOSLAVICH, redactor principal de la, "Revista de la Escuela Militar". Era oriundo de Villarrica. Nació en 1890. Cursó estudios en su ciudad natal y en la Asunción. Oficial de actuación sobresaliente, fue poeta y prosador de aquilatados méritos. Falleció en el combate de Yhú, en 1923. Ostentaba entonces el grado de capitán.
