Portal Guaraní - INSTITUTOS PARTICULARES DE ENSEÑANZA

Numerosas instituciones privadas, de enseñanza secundaria y profesional, han prestado, en diversas épocas del período que estudiamos, valiosos servicios a la cultura paraguaya.

Merecen citarse entre ellas el "Colegio Politécnico", fundado por Rogelio Panceira, y luego adquirido, organizado y dirigido por ANÍBAL CODAS, con el nombre de "Instituto Politécnico".

El establecimiento educacional de que nos ocupamos se costeaba con las cuotas abonadas por los alumnos y con una subvención del Estado. La dirección del establecimiento instituía, anualmente, algunas becas para alumnos pobres.

Además de las lecciones previstas en el programa oficial, los alumnos del Instituto Politécnico recibían enseñanzas de artes y oficios. Realizáronse varias exposiciones de trabajos hechos por los educandos, los cuales merecieron elogiosos comentarios de la prensa.

Aníbal Codas es oriundo de la Asunción. Nació en el año 1896. Cursó estudios en el Colegio Nacional y en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de dicha ciudad. Desde su juventud ejerció la docencia. Fue profesor de idiomas en el Colegio Nacional de Villarrica, en el Colegio Nacional de la capital paraguaya, en la Escuela Nacional de Comercio y en la Escuela Normal de Profesores. Durante su permanencia en el extranjero enseñó en el Colegio Internacional, de Olivos, en la provincia de Buenos Aires, en 1930; en San Pablo, Brasil, en el Instituto de Tecnología; y en Santa Fe, capital de la provincia homónima, República Argentina, donde fundó y dirigió la "Academia Sarmiento", en 1938.

Aníbal Codas se ha dedicado también a la política y escribe en prosa y verso. Tiene un libro inédito sobre la vida en los yerbales. Ha publicado sus trabajos en diarios y revistas de la Asunción. Fue redactor deRevelación, en 1932, y fue colaborador deLa Vanguardia, en Buenos Aires. Tradujo del guaraní al portuguésRojhechagaú de Marcelino Pérez Martínez, yPanambí Verá, de Ortiz Guerrero. Es de su pluma:

El Colegio Internacional establecióse en la Asunción en el año 1920. Comenzó a funcionar en el mes de marzo de aquel año. El cuerpo docente hallábase integrado por profesores paraguayos y norteamericanos. La dirección del colegio la ejercían estos últimos.

Consta el instituto de una sección de enseñanza primaria y de otra secundaria, en las cuales se desarrollan programas autorizados por el gobierno paraguayo.

Además de las lecciones que entrañan dichos programas, la dirección del Colegio Internacional fija normas generales para el aprendizaje. "La escuela, para ello, debe interesarse en todas las fases de la vida del niño. Para ser verdaderamente educado es preciso el desarrollo de los cuatro aspectos de la vida, el intelectual, el físico, el espiritual o moral y el social. El Colegio Internacional no se satisface con sólo desarrollar el intelecto; trata de ayudar a los padres en la educación de los hijos, de tal manera que lleguen a ser ciudadanos útiles, conscientes, responsables, hombres libres, virtuosos y de carácter positivo. Da mucha atención al desarrollo del amor al estudio, la reflexión, el juicio crítico, la iniciativa, la disciplina, el amor a la verdad, el espíritu de solidaridad y sacrificio, el culto del deber, la perseverancia, la voluntad. Como una institución netamente cristiana, sincera y práctica.

"Los ideales morales de este Colegio se fundamentan en las enseñanzas y la vida ejemplar de Jesús, tales como se presentan en el Nuevo Testamento. La religión se enseña como la manera de vivir, no como una serie de doctrinas y ritos. Así, aunque cada alumno reciba instrucción en los principios bíblicos y puede conversar con el profesor sobre moral y los deberes de cada ser humano, se pone empeño en desarrollar el carácter del niño por medio de todas las actividades escolares. El carácter no se forma con aprender fórmulas, sino más bien con las experiencias diarias. Para que aprendan a gobernarse a sí mismos, no se trata a los niños como autómatas sino como a seres responsables.

"Los profesores se esfuerzan para que la enseñanza sea lo más práctica posible, reforzada por muchos ejemplos y problemas sacados de la vida diaria. El valor de los conocimientos no se determina por su cantidad, sino por lo que uno sabe aprovecharlos. El Colegio desea despertar o desarrollar el deseo de aprender, de conocer la verdad y no quedar satisfecho con lo poco ya conocido. Es su ideal que los alumnos que salgan de sus aulas no tengan temor de investigar con espíritu científico cualquier teoría o enseñanza". (51)

"En ningún momento de nuestra vida democrática, la mujer paraguaya necesitó tanto de voluntad y de recurso propio para hacer frente a las exigencias de la vida, como en la actualidad. No hay familia que no esté afectada por la guerra en sus intereses morales y económicos. Casi todos los varones han tomado el camino del Chaco para servir a la Patria; no sabemos cuántos hogares quedarán destruidos o desamparados, y cuántos librados a la protección exclusiva de la mujer. La postguerra nos reserva muchos sinsabores, y es urgente que pensemos en contrarrestarlos. Estas son las consideraciones, señor ministro, que nos guiaron para la creación delCurso Libre de Secretariado", decía una nota que, en 1933, se recibió en el Ministerio de Educación y Justicia.

Y así se echaron las bases del instituto que actualmente se denominaSecretariado Paraguayo de Niñas. Primeramente fueron estudios de un año, luego de dos, y, ahora, de tres años, al cabo de los cuales la alumna recibe el título deSecretaria de Comercio. Un cuarto curso completa el ciclo para aquéllas que deseen optar el diploma deSecretaria Superior.

Fueron fundadores del Curso Libre de Secretariado, en 1933, la profesora Beatriz Mernes de Prieto y el profesor Manuel Riquelme. Funcionó esta institución al amparo de la Escuela Normal de Profesores, durante los años 1933 a 1940. En este año, por falta de espacio para seguir ocupando el local de la Escuela Normal de Profesores, tuvo que emigrar. Se le suprimió también la exigua subvención oficial con que contaba. Abandonado por el gobierno, el instituto, con alumnas y profesores, se independizó bajo la denominación de Secretariado Paraguayo de Niñas, el que, con valor y sacrificio, sigue viviendo.

El Secretariado Paraguayo de Niñas actualmente cuenta con un plan de estudios aprobado por el Consejo Directivo de la Enseñanza, está incorporado a las escuelas profesionales, tiene existencia propia y cuenta con ochenta alumnas.

En el presente – 1944 – el cuerpo directivo es el siguiente: directora, Beatriz Mernes de Prieto; vicedirectora, Margarita P. de Díaz de Vivar, y secretaria, Fabia Parodi.

Además del desarrollo del programa referente al plan de estudios para la opción de los títulos de Secretaria de Escritorio y Secretaria Superior, patrocina otras actividades afines, tales como conferencias de extensión cultural e intercambio de correspondencia con alumnos de instituciones similares de otros países.

Es propósito incluir en el plan de estudios de esta escuela la enseñanza de ciertos conocimientos sociales que se organizarán bajo la denominación de "Instrucción Social", basado en el principio siguiente: "La mujer debe sentir, conocer y hacer suyo todo mal que aflige a la humanidad y como tal no rehuir su parte de responsabilidad en la labor de reconstrucción mundial de la postguerra".

BEATRIZ MERNES DE PRIETO, la fundadora y directora de este establecimiento docente, es oriunda de la Asunción. Fue educada en el "Colegio Olton", de Londres. Dictó cátedras en el Liceo Nacional de Niñas de la Asunción y fue presidenta de la Sección Femenina del Instituto Paraguayo. Ha publicado un texto,Inglés Elemental, para uso de sus alumnas del Curso de Secretariado, y ha vertido al español varios libros escritos en inglés.

En el año 1900, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora preparó, en Niza, un nuevo contingente de misioneras destinadas a abrir una casa en el Paraguay. A las cinco religiosas que venían de Europa, sumáronse cuatro del Uruguay, las que, después de pasar un mes en Buenos Aires, se embarcaron hacia su destino. El presidente de la República, Emilio Aceval, quiso costear de su peculio el viaje de las hermanas.

Las autoridades civiles y eclesiásticas de nuestro país las recibieron con muestras de verdadera simpatía, lo mismo que las principales familias de la capital, las cuales, desde un principio, se constituyeron en sus bienhechoras.

La casa en donde fueron albergadas contaba solamente con seis piezas, una de las cuales se habilitó como capilla. La inscripción de alumnas comenzó el 15 de mayo de 1900. A pesar de lo adelantado que estaba el año escolar, las matrículas llegaron a setenta, porque muchas familias, conocedoras del arribo de las hermanas, habían demorado en enviar a sus niñas a la escuela, para favorecer así a la nueva casa de educación. Junto al externado, abrióse un Oratorio Festivo que, en poco tiempo, tomó gran incremento, y más tarde pudo realizarse el deseo constante de las superioras de abrir un internado. Hase realizado, así, el voto de monseñor Bogarín, quien en una ocasión en que visitó el Colegio, impartió su bendición pastoral acompañándola con estas palabras: "Hago votos por que pronto pueda edificarse un hermoso colegio que sea un monumento vivo a la Virgen de Don Bosco en el Paraguay". Hoy puede verse el notable adelanto adquirido, no sólo en la ampliación continua y progresista del edificio, sino en el mayor desarrollo que se ha dado a los planes de enseñanza, suministrándose a las educandas cuanto puede exigir una completa educación femenina.

Funciona la escuela primaria en doble turno, por el gran número de alumnas. La Escuela Normal de Maestras, iniciada en 1940, hoy ya cuenta con más de doscientas alumnas. Los resultados obtenidos al finalizar cada año lectivo llenan de halagüeñas esperanzas.

La sección profesional de corte y confección y de manualidades, dan pruebas de la laboriosidad y competencia de las profesoras en las exhibiciones de los trabajos realizados en las clases.

La preparación de las alumnas que egresan de los cursos comerciales constituye un exponente valioso de la actividad fructuosa desplegada en las aulas.

Es reconocido por todos el influjo eficaz de este centro de educación que funciona desde hace cuarenta y cuatro años en la Asunción.

Actualmente – 1944 – la directora, Rvda. Sor María Bonetto, y su personal docente, competente y activo, realizan el ideal del eximio pedagogo, San Juan Bosco, con las ochocientas setenta alumnas que se educan en sus alegres y claras aulas, distribuidas en diversas secciones: quinientas en las clases primarias; doscientas en los cursos normales; ciento setenta en los de comercio, profesionales y artísticos. Las distintas ramas de enseñanza oficializada se rigen por los programas nacionales, de modo que, al finalizar la carrera, son otorgados los diplomas por las autoridades pertinentes. Además, todos los domingos concurren al oratorio más de trescientas cincuenta alumnas para adquirir el conocimiento religioso-moral, imprescindible para desenvolverse en la vida con el espíritu sereno y la conciencia tranquila y pura.

Apenas habían transcurrido tres años desde el arribo de las primeras misioneras salesianas al Paraguay, cuando ya abrió sus puertas otra casa de Hijas de María Auxiliadora. Esta vez en Concepción.

Cuatro hermanas fueron las fundadoras. Alojadas en un principio en un local de extrema pobreza, fueron habilitándolo para sus nuevos fines, y el 1º de mayo de 1903 pudieron comenzar el año escolar con setenta y tres alumnas.

Adoptóse para los estudios el programa vigente. En cuanto al horario se dispuso el más apropiado a las exigencias del clima tropical.

Vencidas las arduas dificultades del comienzo, puede verse hoy el fruto de los trabajos, no sólo en las trescientas alumnas del floreciente internado, sino, sobre todo, en el trabajo eficiente de las numerosas egresadas.

En el año 1926 se registró en nuestro país una fundación que reviste un carácter especial por estar únicamente destinada al elemento indígena.

Los salesianos que desde hacía algunos años habían establecido un centro de civilización en Puesto Napegue, solicitaron el concurso de las Hijas de María Auxiliadora para atender la parte femenina de la población.

La invitación tenía cuanto puede entusiasmar a un corazón generoso: empresa ardua, trabajo penoso, clima tórrido.

"En marzo de aquel año, la superiora de la inspectoría, Sor Magdalena Aromis, en su doble calidad de madre inspectora, fue a estudiar el nuevo campo de acción abierto a la actividad de sus hijas. Al desembarcar en Puesto Napegue, en un mediodía de fuego, se encontró con que, por un mal entendido, nadie había ido a esperarla, y hubo de hacer a pie, bajo el sol abrasador, tres leguas que la separaban de la misión. Pero pronto se consoló de sus padecimientos. Bastó ver el sagrario alojado en una choza, teniendo por toda morada un pequeño tabernáculo hecho con madera de cajón. Cerca de ahí, dos malas piezas, sin muebles, sin piso, esperaban a la que por amor a la pobreza lo había dejado todo. Indias cubiertas de harapos, macilentas, la rodearon con gran expresión de simpatía y no la abandonaron ni un instante en los tres días que pasó con ellas".

A compartir las miserias de esa vida, a poner luz en esas inteligencias y amor en esos corazones, han ido cinco religiosas, las que, cuando se amplíen los edificios y se aumente las necesidades, se verán acompañadas por mayor número de sus hermanas.

En 1937 tuvieron que trasladarse las misioneras a Puerto Casado. Allí continúan su acción civilizadora y evangelizadora entre las distintas tribus de indios. Es ingente el bien dispensado en aquellas regiones por las heroicas Hijas de María Auxiliadora.

En los comienzos del año 1932, las Hijas de María Auxiliadora fueron llamadas a la capital del Guairá para ejercer su benéfico apostolado entre la niñez y la juventud guaireña. A los once años, la actividad desplegada por las abnegadas religiosas era manifiesta, pues no sólo lograron dedicarse a la escuela primaria sino también a la escuela profesional y artística. Son numerosas las alumnas que año tras año reciben el diploma de corte y confección y manualidades con satisfacción de los padres de familia y de las autoridades docentes.

El Colegio de María Auxiliadora de la Asunción posee un órgano de publicidad, la revistaResonancias. El primer número de la misma apareció en el mes de junio de 1939.

En las páginas deResonancias hallamos a una cultora de la poesía mística, la única conocida hasta hoy en el Paraguay. Vamos a dar su nombre a riesgo de herir la modestia de esta hija de María Auxiliadora que supo renunciar a los halagos de uno de los hogares más distinguidos de la sociedad paraguaya para buscar el claustro, en donde se vive en el anónimo y sólo para hacer el bien a la humanidad. Es SOR FRANCISCA BRUN.

Sus versos no llevan firma. Hemos descubierto a la autora por medios indirectos.

El Colegio de Santa Teresa de Jesús o Colegio Teresiano de María Inmaculada, es de pertenencia, de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, cuyo fundador fue el padre Enrique de Uño Assello, y cuya casa central se halla en San Gervasio, Barcelona. Se estableció en la Asunción en el año 1915.

El arribo de las representantes de dicha congregación al Paraguay se debe a una invitación de la señorita Juana Isabel Zavala, actual secretaria general del instituto. En la congregación su nombre es María Teresa Zavala Villa.

EL Colegio Teresiano de María Inmaculada comenzó a funcionar en la casa de la calle 25 de Mayo esquina Estados Unidos, en la capital paraguaya.

Fue su primera directora la Madre Catalina, a la que sustituyeron, sucesivamente, las Madres Cristina de la Parra, Manuela Aldaso y Josefina Guildán. La Madre general es, actualmente – 1944 – María de los Angeles Folch.

El Colegio Teresiano de María Inmaculada, de la Asunción, posee secciones de enseñanza primaria y secundaria, una academia de corte y confección, un conservatorio musical incorporado al Ateneo Paraguayo, un jardín de infantes y una academia de adornos.

El 16 de enero de 1893 fue fundada la "Escuela Alemana", como institución cultural de la colectividad de aquella nacionalidad residente en el Paraguay. La entidad fundadora se denominaba "Sociedad Escolar Alemana", y se hallaba presidida por el señor H. Mangels.

El local de la escuela era el de la iglesia protestante alemana, sita hasta hoy en la calle General Díaz, en la Asunción.

El primer profesor paraguayo que dictó cátedra en la Escuela Alemana fue Manuel Gondra.

En el año 1922 la "Escuela Alemana", separada ya de la iglesia protestante, obtuvo su incorporación oficial. Cuatro años después adquirió un amplio local en la avenida España. Durante la guerra del Chaco éste sirvió para el funcionamiento gratuito del Colegio Nacional de segunda enseñanza, pues el edificio de esta Institución fue habilitado para hospital.

En 1934 el Colegio Alemán, ya así denominado, obtuvo la incorporación oficial de su sección de segunda enseñanza, creada aquel mismo año.

El Colegio Alemán poseía una selecta y nutrida biblioteca y un campo para deportes. Ha otorgado título de bachiller desde 1934 hasta 1944, a ciento ochenta y cinco alumnos.

Fueron directores del establecimiento H. Ewald, desde 1893 hasta 1899; B. Müllsteph, 1900-1907; R. Homer, 1907-1910; A. Roser, 1911-1922; A. Motzkan, 1923-1924; H. Holters, 1925-1930; R. Wunsche, 1931-1934; G. Möller, 1935-1938; y O. Ketterer desde 1939 hasta 1944. Con motivo de la guerra mundial el establecimiento fue nacionalizado. Actualmente se denomina "Colegio Goethe".

El Colegio Benjamín Aceval fue fundado en marzo de 1934 por el profesor Adolfo Ávalos, y comenzó a funcionar en el mismo local que tiene hasta hoy – 1944 –, situado en la esquina de las calles Coronel Bogado e Iturbe, en la Asunción.

Acompañáronle en la organización del colegio dos prestigiosas profesoras normales, Juana Merlo de Jacquet y Wil Carísimo de Ávalos.

El personal directivo, en los primeros años de su funcionamiento, se constituyó en la siguiente forma: sección bachillerato, director, Adolfo Ávalos; vice directora, Juana Merlo de Jacquet; secretaria, Wil Carísimo de Avalos; sub secretaria, Eugenia Vera de Canillas. Sección comercial, director, Adolfo Ávalos; vice-director, Leopoldo Díaz; secretario, José del Pilar Ávalos.

El colegio funcionó siempre con alumnado mixto, y con las dos secciones – bachillerato y comercial – hasta 1940. Posteriormente los cursos del bachillerato, que funcionaban por la mañana, fueron suspendidos temporalmente por el mismo propietario y fundador en ocasión de pasar éste a desempeñar importantes cargos en la dirección de la enseñanza primaria. Pero desde 1944 se han reabierto los cursos del bachillerato, en el turno de la noche, y a cargo de nuevos propietarios del colegio. En cambio, la sección comercial del establecimiento ha funcionado sin discontinuidad, desde el comienzo hasta la fecha, y desde 1939, con el ciclo completo de estudios, esto es, con los seis cursos.

Los primeros egresados del establecimiento fueron veintiún bachilleres y, posteriormente, desde 1939 a 1943, egresaron sesenta y cuatro contadores públicos.

En enero de 1944 el colegio fue adquirido en compra por un grupo de contadores y profesores normales, quienes constituyeron el personal directivo en la siguiente forma: director, Jorge Cáceres; secretaria, Leonilda Bittar Jiménez; subsecretaria, Asir A. Ruiz.

Actualmente – 1944 – el colegio cuenta con doscientos cincuenta alumnos de ambos sexos, inscriptos en la sección comercial diurna y nocturna, y con noventa en el bachillerato nocturno.

El Colegio Fulgencio Yegros fue fundado el 1º de marzo de 1922 con el nombre del poeta paraguayo Natalicio Talavera. Este nombre fue sustituido por el del prócer de la revolución de mayo, Fulgencio Yegros, en el año 1935.

El fundador y director de dicho colegio asunceno, FEDERICO CÁCERES, es oriundo de la capital paraguaya. Nació en el año 1892 y se educó en la Escuela Normal de dicha ciudad, donde obtuvo diploma de profesor.

El Colegio Fulgencio Yegros, actualmente – 1944– cuenta con más de novecientos alumnos.

Es una institución de sólidos prestigios por su organización y disciplina y por la calidad de su personal docente, integrado por conocidos profesores.

Está incorporado a la enseñanza oficial en sus tres secciones: la primaria, con los cinco grados, dirigidos por profesores normales; la secundaria, con ciclo completo; y la tercera sección, la comercial, diurna y nocturna, del primero al sexto curso.

Centenares de bachilleres y contadores que hoy actúan con eficacia en la vida pública han egresado de este centro de enseñanza.

El Colegio Presidente Franco, de la Asunción, registra tres épocas de funcionamiento. La primera abarca desde su fundación por el profesor IGNACIO FRETES, en 1921, con aplicación exclusiva a la enseñanza primaria, hasta 1925. Ese año amplió aquélla, incorporando la enseñanza secundaria y comercial. En estas condiciones se desenvolvió hasta el mes de julio de 1932, fecha en que suspendió sus tareas a causa de la guerra con Bolivia.

La segunda época comienza en 1933, bajo la misma dirección. Reanudó su funcionamiento con la enseñanza secundaria – comercial y del bachillerato –, abandonando la primaria para aplicarse de lleno a las dos secciones mencionadas.

En 1938 volvió a interrumpir su funcionamiento por razones de fuerza mayor. Finalmente, el tercer período se inicia en enero de 1941, bajo la dirección de Pastor Jiménez. Sus cursos son siempre de segunda enseñanza, vale decir, de comercio y bachillerato.

Prosigue sus tareas en el presente – 1944 –, en estado de franca prosperidad. Cuenta con la colaboración de una veintena de profesores. Durante el año académico de 1943, cursaron sus estudios en el establecimiento, quinientos alumnos de ambos sexos.

Este establecimiento educacional abrió sus puertas en 1942. Hállase incorporado a la enseñanza oficial.

En el año 1944 inscribió doscientos cuarenta alumnos para los seis cursos que integran el ciclo de la enseñanza comercial.

Funciona en dos turnos – tarde y noche – bajo la dirección de su propietario, el profesor normal y contador público CARLOS G. BUSTAMANTE, y cuenta con un competente plantel de profesores.

Debe agregarse a los citados institutos, además del Colegio Italiano, ya desaparecido, el Instituto Salesiano de Concepción; las escuelas de comercio de Paraguarí, San Lorenzo del Campo Grande, Encarnación, Pilar y Eusebio Ayala; el "Colegio Manuel Domínguez", de Luque, fundado y dirigido por Oscar Centurión, y el "Colegio Secundario, Normal y Comercial" de Ypacaraí, incorporado por el Consejo Directivo de la Enseñanza. Son, en total, diez colegios secundarios, doce colegios comerciales y ciento veinte escuelas profesionales los incorporados, hasta 1944, por resolución de la autoridad superior de la enseñanza.

EPOCA AUTONÓMICA. EDITORIAL AYACUCHO S.R.L. BUENOS AIRES-ARGENTINA (1951), 500 pp.

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