SÚPLICA, SIN RETORNO TAL VEZ, A UN CAMINO,
NO SOY COMO QUISIERA, BARRERAS, INTENTO.
SÚPLICA
Deja que tu voz sea también una caricia,
que una palabra tuya, un ademán siquiera
mitigue mi amargura;
que pueda recorrerme tus manos con mis labios,
dejándote un capullo de agua y trigo blando
suspendido en la suave expresión de tu carne.
Deja que yo te quiera:
¿qué me importa si después otros labios
lejanos a los míos se encuentran esperando?...
Yo no quiero de nadie la tierra prometida,
no quiero de otros ojos ni siquiera una lágrima;
de otros labios no quiero, confesión sin palabras.
Sólo quiero tu alma, sólo quiero tu carne,
tus ojos, tus angustias, tus ardientes batallas,
quiero beber contigo, si he de beber, amarga.
No quiero morir sola en una cama anónima,
sino en ti,
estirada y desnuda,
con todos los pasos de la angustia ajena
deshaciendo mi carne,
y confundirme contigo.
SIN RETORNO, TAL VEZ
Para mí es como si te fueras para siempre,
desprendiéndote dolorosamente como uno de mis miembros;
como si fuese el fin, sin ecos, sin palabras.
Qué soy en tu vida
sino una hermosa posada de olivos tiernos,
una sombra fresca en el cansancio,
un diminuto volar de aves,
un diálogo de hojas en el viento...
Pienso en la distancia
desplegarse lejana ahogándome,
invulnerable a la queja, a la súplica, a la lágrima.
Sin embargo, no puedo detenerte,
algo dentro de mí me obliga a dejarte partir
sin réplicas,
hasta un regreso incierto,
en el cual tal vez no te espere
o tú no vengas;
de la derrota el agua,
quiero sufrir tus ansias y soñar tus encantos.
Deja que muy despacio tu infinita dulzura
modele mi esperanza,
que ese cariño tuyo del llanto me levante,
despertando en el último recodo de mí misma
una mujer de junco con alma de sendero
que ría tibiamente sin fogatas de sangre.
A UN CAMINO
Para no morir boca arriba después de ayer,
para no morir sola y olvidada,
busqué un camino de tréboles,
angosto y diáfano
con su polvo de pasto y tierra,
olor de andares,
mirar de pasos lentos que retornan.
Te encontré a ti, sendero de entonces,
pequeño amigo taciturno,
largo divagar de yerba lentamente hamacada
por la maraña incomprensible
de mi sentir joven,
y la de todos los que vuelven solos
buscando desesperadamente una caricia
para su ternura defraudada.
Entonces tú,
tú solamente con tu soñar desconocido,
con infinita compasión te extendiste
bajo mis plantas acariciándolas.
pero aún así, debes marcharte,
y si entonces estamos
el uno frente al otro,
mirándonos el alma,
habremos crecido sin separarnos.
NO SOY COMO QUISIERA
Cuando miro mis manos las encuentro diminutas para ti,
pienso que no alcanzarán a llenar el hueco
que deje tu llanto;
cuando abro los ojos me parece
que lo inconmensurable empequeñece
y no miran siquiera, sólo se visten de fijeza.
Cuando mi boca sueña un beso interminable,
la encuentro vacía bajo la tuya
y recuerdo que tus labios estaban cargados
de sabor perfumado.
Cuando veo mis pies los encuentro deformes
para tus caricias
e inseguros para sostenerme a tu lado en la contienda.
Y mis piernas me recuerdan dos caminos sin sombra
que se retuercen sedientos.
Cuando toco mi frente me parece pequeña para tus besos
y apagada de pensamiento,
y mi talle se me hace interminable
hasta tocar mi cintura,
esa cintura que tú apretaste tantas veces con firmeza.
Ya ves, amor, escultor sin nombre,
no soy como quisiera
la esfinge erguida de mirar sereno;
todo mi cuerpo es deforme,
todo en mi ser incompleto.
Es que quiero la perfección para tus manos;
y sueño la belleza máxima para tus ojos;
quiero que cuando vuelvas cansado
encuentres el sabor más expresivo para tus labios,
y en la nostalgia anochecida del retorno, percibas,
la paz infinita del sabio pensamiento.
Busca, amor, busca a la bella
que con su policromía te dará la dicha,
busca a la sencilla de ideales sublimes,
busca a la perfecta, búscala,
mientras mis manos sueñan.
(De HAY SURCOS QUE NO SE LLENAN, 1965)
BARRERAS
¿Quieres escucharme un momento?...
Estoy sola, ¿comprendes?...
Nada puede acercarnos,
estamos solos y ausentes.
¿Porqué será?... A veces,
cuando voy hacia ti,
tú no estás como espero, y
cuando vienes a mi encuentro,
no me hallas como sueñas.
Tal vez nuestros primeros besos
no existan ya; tal vez
todo se ha ido, nada quede...
¿Es que me olvidas, amor?...
¿Es que ya no te recuerdo?...
¿Porqué será?... A veces
cuando no estás,
quisiera levantar tu cara
y decirte silenciosa:
-Estoy sola... ¿comprendes?...
INTENTO
Soy tú, soy tú, soy tú,
si te faltara un pedazo, si algo te hiriera,
no sé...
Y sin embargo yo te he herido,
es que tú también me has herido,
dejando en el sendero una espina parada,
con la punta roja de sangre,
y yo ahí, conteniendo el vacío.
Quiero que te detengas con los ojos cerrados
y lo pienses:
soy tú, soy tú mismo,
con figura de mujer y otra vida
pero en el fondo somos lo mismo ambos
el uno sin el otro, incompletos.
¿Porqué entonces?... No sé.
Yo también fui dura,
dejé en tu corazón un minuto de tristeza,
la noche fría sin mí debe de haberte helado
mi imagen en los ojos ausentes de ternura.
Ahora lo único que quiero es volver a ti,
partir una rosa y bebérnosla,
la mitad tú la mitad yo:
ser un hombre y una mujer comiéndonos siempre
a la mitad de todo,
debemos integrarnos, no dejar de ser,
busquemos amarnos como dos seres humanos,
con caridad,
olvidando que somos nosotros.
(De VOCES SIN RÉPLICA, 1967)
RENÉE FERRER DE ARRELLAGA (1944) : Doctora en Historia, por la Universidad Nacional. De las primeras de su generación en editar, ha publicado también poesía infantil.
TÍTULOS PUBLICADOS:
*. HAY SURCOS QUE NO SE LLENAN, 1965.
*. VOCES SIN RÉPLICA, 1967.
*. CASCARITA DE NUEZ, poesía infantil, 1978.
BIBLIOGRAFÍA:
*. PLA, Josefina. Aportes y logros en la literatura femenina paraguaya.
.
Fuente:
Edición de JOSEFINA PLÁ.
Colección Poesía, 7
© Josefina Plá.
Alcándara Editora.
Se acabó de imprimir el 28 de setiembre de 1982
en los talleres gráficos de Editora Litocolor ,
Asunción, Paraguay (162 pp.).
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