Portal Guaraní - LA TORMENTA VIENE DEL ESTE - Por ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE

Para los colorados de Ciudad de Este el pronóstico anunció buen tiempo: un domingo soleado, despejado, brisa suave, temperatura agradable. No se veía en el horizonte ninguna posibilidad de que tan buenas señales fueran a revertirse. Ni una nube manchaba el cielo que invitaba –como se hizo– a organizar un paseo tranquilo, sin sobresaltos, como se venía haciendo desde hacía 60 años. Era tan favorable el pronóstico que animó a la gente de Asunción –encabezada por el presidente de la República y un par de ministros– a sumarse al acto que prometía ser muy divertido. Pero...

Entrada la noche, el tiempo cambió. A lo lejos se insinuaban algunos relámpagos que no eran todavía de preocupación. Gran parte del cielo se veía limpio, estrellado. Pero las horas pasaban y los relámpagos se hacían cada vez más frecuentes hasta anunciar amenazadores truenos. El cielo se cubrió de nubes negras en forma de intimidantes olas. Enseguida se desató la inesperada tormenta. A quienes confiaban disfrutar del día se les cayó la cara por el suelo. Pero otras caras se iluminaron de la alegría que da el triunfo esforzadamente obtenido.

Se ensayaron algunas razones para justificar la derrota. Entre ellas, una que llamó la atención: Ulises Quintana, el candidato colorado que de lejos hubiera ganado las elecciones, no estuvo entre los candidatos por un pequeño inconveniente: está preso. ¿Por qué? No es por accidente de tránsito. Está imputado por “tráfico de drogas en carácter de cómplice; tráfico de influencia; asociación criminal; enriquecimiento ilícito y lavado de dinero”. De acuerdo con el ministro del Interior y el vicepresidente de la República, Quintana era el mejor candidato del movimiento colorado “Añetete”. ¿El mejor? Uno se pregunta cómo serían los demás.

A propósito del vicepresidente, Hugo Velázquez dejó en Asunción sus tareas –en el supuesto de que tuviere algunas– para organizar los comicios que permitiesen a un colorado seguir al frente de la Comuna esteña. No le salió. ¿Qué pasó? Que una mayoría ciudadana quería salir de la pesadilla de la corrupción y la prepotencia de una familia que se había adueñado de la ciudad y de su gente. Los Zacarías Irún hartaron a la población y la población le cobró al coloradismo que los tuvo como en un altar.

¿Cuál de los dos acontecimientos es más importante? ¿La estrepitosa caída del Partido Colorado o el triunfo de la oposición? ¿Más de 60 años en el poder que se derrumba o el debut juvenil? El coloradismo no cayó por viejo. Cayó por vivir pegado a la corrupción, por sostener a políticos claramente impresentables. Y no escarmienta. Apenas se hubo consumado la desgracia partidaria, ya se pensó en un recluso para representar a la ANR en las elecciones venideras. Frente a esta situación resalta el triunfo del Movimiento de Conciencia Democrática del Este que postuló a Miguel Prieto, concejal de 30 años de edad, opositor a los desmanes de los Zacarías Irún. Prieto se rodeó de jóvenes, o los jóvenes se rodearon en torno suyo, para instalar un hecho nuevo que necesariamente va a trascender a otras comunidades que sufren las mismas o parecidas calamidades que los esteños padecieron.

La experiencia del domingo pasado servirá –tendrá que servir– para que la Conciencia Democrática se extienda por todo el país y se traduzca en hechos que sepulten a quienes abrazan la política para destruir la política.

El nuevo intendente prometió encabezar una administración honesta y transparente. Suponemos que estará permanentemente vigilado sobre todo por los jóvenes que le dieron su esperanza en el afán de reconstruir la vida moral de Ciudad del Este. Suponemos, también, que Miguel Prieto querrá seguir en el cargo más allá del año y medio que le cabe administrar la comuna. Para que la hazaña del domingo se reitere tendrá que demostrar que es digno de la confianza que le dio una mayoría ilusionada.

Creo que estos dos hechos –la vigilancia de los jóvenes y el posible deseo de Prieto de seguir en el cargo– son la garantía de una buena administración. En menos de dos años completará el período de su antecesora. Es poco tiempo para hacer cuanto hace falta a la ciudad, pero lo suficiente para distanciarse de las anteriores gestiones y justificar que los jóvenes son capaces, cuando se proponen, de abatir una montaña para construir un tiempo nuevo.

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