La noche ya sabe que me siento triste,
y el viento ha secado mi llanto al pasar.
Y aquel arroyito que nos viera juntos
calló sus canciones, parece llorar.
Miro a la distancia y siento en mi alma
nostalgia temprana que empieza a brotar,
y este adiós primero que quema mis labios
en dos esperanzas lo quiero guardar.
Esperanza tuya que anhela el regreso,
esperanza mía, fuente de mi amor,
como dos rosales que anudan sus ramas
para darse vida y darse calor.
La vida me llama más allá del monte,
más allá del sueño, más allá de ti.
Y al decirte amado, la prenda de un beso
quisiera dejarte antes de partir.
Guárdala en tus labios como una promesa
de que yo a tu lado pronto volveré
y que tus canciones en ellas se endulcen
y digan al mundo que el amor es fe.
