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DOMINGO M. RIVAROLA

  HISTORIA DEL PENSAMIENTO PARAGUAYO 1811 – 1904 (Obra de DOMINGO RIVAROLA)


HISTORIA DEL PENSAMIENTO PARAGUAYO 1811 – 1904 (Obra de DOMINGO RIVAROLA)

HISTORIA DEL PENSAMIENTO PARAGUAYO

1811 – 1904

Obra de DOMINGO RIVAROLA

 

 

LA REPÚBLICA EN FORMACIÓN: 1811-1865

 

Una junta Superior Gubernativa fue la primera modalidad de gobierno que se instaló al producirse la independencia del Paraguay de España el 14 de mayo de 1811. A partir de esta junta, de corta duración, se abriría un largo período de institucionalización política de la nueva República. En dicho lapso cabe distinguir dos etapas bien diferenciadas. La primera, que corresponde al surgimiento y afirmación de la Dictadura Perpetua de José Gaspar Rodríguez de Francia y que transcurre desde el Congreso de 1814 hasta la muerte del Supremo Dictador en 1840; a esta primera junta le sigue un Triunvirato donde Francia, uno de sus miembros, es el que monopoliza el poder, dado que muy pronto el triunvirato se reduce a un Consulado de dos miembros, en el cual Francia sigue controlando el poder, hasta culminar en un Congreso en 1816 que lo declaró dictador perpetuo. La segunda etapa se inicia con la promulgación de la Constitución de 1844, que consagró a Don Carlos Antonio López a la Presidencia de la República, cargo que no abandonaría hasta su muerte ocurrida el 10 de setiembre de 1862. En esta primera junta de gobierno se produjeron varias confrontaciones y luchas que fueron resueltas militarmente. Lo que siguió fue un Triunvirato en el que Francia ejerció un claro dominio, monopolizando el poder. Prontamente el Triunvirato se reduce a un Consulado de dos miembros, en el que Francia sigue con el firme control del poder hasta culminar en un Congreso que en 1816 lo declaró dictador perpetuo.


LA JUNTA SUPERIOR GUBERNATIVA


A pesar de afrontar un sinnúmero de dificultades, en particular las que amenazaban la sobrevivencia de la nueva República, la preocupación por la educación en general por parte de la Junta Superior Gubernativa fue abierta e insistente. Una señal inequívoca de tal interés quedó claramente expresada en el Bando dado a conocer en enero de 1812, donde se manifestó lo siguiente:

"Asegurada la independencia civil y el establecimiento de fondos para la defensa de los derechos imprescriptibles... lo primero que ha despertado nuestra vigilancia ha sido la mejora de la educación de la juventud. Esta es la base y el manantial de las virtudes morales. Todo depende en el hombre en la instrucción: poder, valor, heroísmo y cuanto puede elevarlo en esta vida sobre el común de los demás mortales. Todo está inspirado, fomentado y promovido por la buena educación... Las escuelas son el taller en que se forman los grandes prelados y magistrados civiles y militares: la instrucción no solamente es adorno, mas también prenda necesaria a los que siguen la gloriosa profesión de las armas. Los jefes políticos y militares, más se sostienen con la autoridad y la buena utilización de los conocimientos científicos que con la fuerza o el poder"

Aun enfrentando serias dificultades económicas y la falta de recursos humanos calificados para cubrir los requerimientos para la docencia, la Junta Superior Gubernativa preparó y difundió una serie de materiales que contenían los principales delineamientos a seguirse en el campo educativo entre los que cabe resaltar un valioso texto denominado Instrucción para el Maestro de Escuela, que fue dado a conocer el 15 de febrero de 1812. Dicho material, además de delinear el perfil que debería tener un maestro de escuela, exponía los principios pedagógicos en los que tendría que sustentarse la enseñanza. En ese sentido, la referencia más directa y clara sobre el papel que le correspondía a la educación y su significado en el proceso de construcción de la República, se aprecia en el siguiente párrafo incluido en el documento mencionado: El lustre de una República, su carácter y gloria se derivan de las primeras escuelas.

Otras iniciativas de la junta fueron la creación de una Academia Militar y una Academia Patriótica Literaria, que no tuvieron el resultado esperado, a pesar de las expectativas optimistas que rodearon tales medidas. Lo mismo ocurrió con el Colegio de San Carlos, cuyo anterior brillo intentaron restituir, aunque sin éxito alguno. Un factor gravitante fue la marcada oposición del que se convertiría con posterioridad en el Dictador Perpetuo, a partir de cuya posición daría un viraje profundo a la vida de la República en general y a la educación en particular.


LA DICTADURA FRANCISTA 1813-1840


José Gaspar Rodríguez de Francia se graduó en la célebre Universidad de Córdoba. Su paso por esa casa de estudios, le permitió compartir con destacadas figuras latinoamericanas que con posterioridad tuvieron un importante papel en promover y afianzar la independencia latinoamericana.

Tal como se destacó anteriormente, como miembro de la Junta y en su desempeño en el Consulado, el futuro Dictador se opuso abiertamente a la política educativa promovida por las autoridades de la naciente República y a la vez, impuso una nueva dirección a la educación, lo cual - a más del extremo autoritarismo del régimen político que implantó - continúa suscitando fuertes críticas así como justificaciones. La política de restricción que impuso a la educación paraguaya, afectó gravemente a la educación secundaria y a la superior, en razón a que de hecho determinó su prohibición. Precisamente, una de las mayores críticas a su orientación educativa fue el de disponer el cierre del Colegio de San Carlos en marzo de 1823. En ese marco, lo que subsistió durante su larga y férrea dictadura fue un reducido número de escuelas primarias y unas pocas e intrascendentes cátedras libres. Además del sentido limitante que imprimió a la educación, otros factores incidieron en el fuerte debilitamiento de la actividad educativa durante la dictadura francista. Uno de ellos, de enorme significación, fue el rígido aislamiento a que el gobernante sometió a la nueva República. Esta extrema medida restringió sobremanera las posibilidades de contar con la colaboración de recursos humanos provenientes del exterior. Un ejemplo paradigmático fue el caso del prominente científico alemán Bompland. A este factor negativo debe sumarse el obligado abandono de sus cátedras por parte d los docentes de nacionalidad española, argentina y otras, debido a la persecución que el Supremo desencadenó sobre sus respectivas comunidades, acusadas de conspirar contra la independencia del Paraguay.

La actitud de Francia con relación a la educación fue pasiva en general y deliberadamente represiva e intolerante en otros casos. En ese sentido, una muestra fehaciente es el ya mencionado caso del cierre del Colegio de San Carlos. Por su expresa disposición fueron suprimidos todos los centros educativos, tanto de nivel medio y superior anexos a los conventos de diferentes órdenes religiosas. Por otra parte, en lo que se relaciona con las escuelas primarias, la mayoría de los historiadores coinciden en destacar que si bien no las suprimió, sus indiferencias y abandono hicieron que las pocas unidades escolares que pervivieron funcionarán en condiciones de extrema precariedad.


PERIODO DE DON CARLOS ANTONIO LÓPEZ (1840-1862)


Luego del fallecimiento del Supremo Dictador, se estableció una Junta Militar; posteriormente se produjo un alzamiento militar en 1841, que fue controlado, y tuvo como resultado la integración de un Triunvirato que fue igualmente derrotado, asumiendo finalmente el control del gobierno el comandante Mariano Roque Alonso. Este convocó a un Congreso el 12 de marzo de 1841, una de cuyas decisiones fue la de instalar el Consulado, nombrando como miembros de dicho órgano de gobierno al mismo Alonso, juntamente con Don Carlos Antonio López. Al respecto, el historiador Efraím Cardozo señala lo siguiente: El segundo Consulado determinó cambiar los rumbos de la República para rescatarla de la postración en que la había sumido la Dictadura. Se abrieron las cárceles, se tomaron las primeras medidas para romper el aislamiento, se incentivó el comercio fluvial y se abolieron las restricciones que limitaban a los extranjeros a salir o entrar en el país.

La política educativa fue reorientada y recibió un fuerte impulso en todos sus niveles. En febrero de 1842 se inauguró la Academia Literaria que se constituyó en el primer instituto de carácter laico de enseñanza superior que iniciaba su actividad en el Paraguay. Con posterioridad se reabrió la Escuela de Matemática y la Escuela Normal. Aun cuando esta última tuvo muy corta existencia, al igual que el aula de Filosofía, creada en 1856 y extinguida en 1860, durante todo el período la educación recibió un fuerte impulso tanto del gobierno como de la población.

Las acciones públicas lideradas por Carlos Antonio López suscitaron la confianza y el apoyo público hacia su gestión, lo que le inclinó al gobernante a restablecer el gobierno unipersonal. En cumplimiento de dicho objetivo, se convocó un Congreso para el 13 de marzo de 1844 que, reunido, aprobó una Constitución con la finalidad principal de organizar los poderes del Estado, instituyendo la Presidencia de la República, cuyo ejercicio se extendía por diez años y un Congreso que debía reunirse cada cuatro años. El cargo de Presidente de la República lo asumió Carlos Antonio López.

La Constitución de 1844 dedicó una atención especial a la educación, incluyendo una serie de disposiciones tendientes a la promoción y fortalecimiento de la instrucción pública. En el mensaje de 1844, Carlos Antonio López destacó lo siguiente:

A pesar de las graves atenciones del Gobierno, no ha separado su vista de la enseñanza de la juventud. La ignorancia de la nación ha sido siempre el gran fondo de los díscolos y los ambiciosos. Para combatirla el Gobierno atendió a las escuelas primarias en cuanto fue posible. Estos son los verdaderos monumentos que podemos ofrecer a la libertad nacional. La educación civil y religiosa formará las costumbres de un pueblo que aspira a tener virtudes republicanas.

Un aspecto igualmente importante de este mensaje fue el reconocimiento de que aún estaba pendiente la creación del Colegio Nacional, un mandato del Congreso de 1841. Una de las iniciativas de reconocida trascendencia atribuida al Gobierno de Carlos Antonio López en la búsqueda de promover la educación superior fue la creación, en 1850, de la Escuela de Derecho Civil y Político. Su finalidad fue la de que se constituyera en la base para organizar una universidad, un objetivo latente desde la época colonial. Según Efraín Cardozo, los textos básicos recomendados para la Escuela fueron Las instituciones del Derecho Real de España-de la autoría de José María Álvarez, adicionadas por el Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield y - Elementos del Derecho Político- escrito por Luís Antonio Macarelli, un destacado jurisconsulto francés.

El interés del Congreso se expresó igualmente en el mandato que confirió al Presidente Carlos Antonio López para que brindara los recursos necesarios para cubrir los gastos de contratación de profesores que posibilitaran el mejoramiento de la enseñanza. Por otra parte, en este mismo orden de iniciativas se puso un especial énfasis en el desarrollo tecnológico e industrial. En esa línea, se procedió a la contratación en el exterior de técnicos de alto nivel, quienes permitieron entre otros aportes, la instalación de los astilleros, el ferrocarril y la fundición de hierro en Ybycuí.


LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA


A la muerte de Carlos Antonio López, ocurrida el 10 de setiembre de 1862, le siguió un corto y tumultuoso período que culminó con la reunión de un Congreso en octubre del mismo año que confirió el cargo de Presidente de la República a Francisco Solano López, hijo del mandatario fallecido. En los primeros años de su gobierno, López intentó cambiar la situación de descontento que existía en el país como consecuencia de la larga supervivencia del régimen personalista y autoritario que había caracterizado a la conducción de su padre; asimismo, trató de abrir nuevos caminos para resolver las dificultades que subsistían con la Argentina y el Brasil. Sus esfuerzos fracasaron y el 8 de marzo de 1865, un congreso extraordinario declaró la guerra al gobierno argentino. El 1° de mayo del mismo año, ante la ocupación de Corrientes por tropas paraguayas, Argentina, Brasil y Uruguay suscribieron el Tratado de la Triple Alianza, declarando la guerra al Paraguay.

De acuerdo a las proclamas de los aliados, la guerra sería "corta " y no estaba dirigida "contra el pueblo", sino contra el gobernante del Paraguay, es decir contra Francisco Solano López. Sin embargo, la contienda duró cinco años, devastando al Paraguay dado que diezmó su población y destruyó casi totalmente su economía y su ordenamiento institucional. El carácter de exterminio que caracterizó a esta guerra, frente a la inesperada resistencia que opuso el Paraguay a los invasores, cerró un largo ciclo de la historia paraguaya. A partir de la finalización de la guerra, y en el marco de la ruinosa situación a la que fue reducida la nación, comenzó una larga, penosa y difícil tarea de reconstrucción.


LA POSTGUERRA (1870-1904)


A pesar de la magnitud de la destrucción causada por la cruenta guerra, el cuarto de siglo que siguió a su final se convirtió en un tumultuoso escenario en el que la sociedad paraguaya fue reponiéndose lenta y dificultosamente. En el orden político, el 25 de noviembre de 1870 se juró una nueva Constitución, eligiéndose Presidente de la República a Cirilo Antonio Rivarola. El nuevo gobierno se esforzó en la reconstrucción nacional, organizando una estructura institucional básica tendiente a fomentar y orientar la reactivación de la vida económica, política y cultural del país. La orientación ideológica-institucional apuntó hacía el modelo vigente en la región, cuya inspiración fundamental se sustentaba en el paradigma liberal cuyo emblema estaba representado por la Constitución de los Estados Unidos. Un paso importante en ese orden es que durante los ochenta se fundaron los dos grandes grupos políticos que darían existencia a los partidos políticos históricos del Paraguay: el Partido Liberal (hoy día denominado Partido Liberal Radical Auténtico) y la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado) de firme vigencia hasta nuestros días.

Las preocupaciones apremiantes de la élite surgida en la post-guerra, parte de la misma formada en el Río de La Plata, fue, por un lado, la búsqueda de recursos para reanimar y sostener un Estado quebrado económicamente, la incorporación migratoria para compensar el desequilibrio demográfico ocasionado por la guerra, dotar al país de una capacidad productiva, la consolidación del modelo liberal, uno de cuyos fundamentos centrales reconocidos era el de incentivar la educación de la población. Con esa finalidad y a los efectos de superar la carencia de personal calificado para la enseñanza, tanto a nivel elemental como superior, se procedió a la contratación de docentes extranjeros. Esto aparejó un sesgo muy significativo del modelo educativo hacía las influencias externas, que si bien aportó un importante margen de beneficios, debilitó la atención en torno a las demandas más propias del contexto local.


LOS AVANCES EN LA EDUCACIÓN


En la década del ochenta, se dieron hechos fundamentales en el campo educativo, en el cual resalta la creación de la primera universidad paraguaya. En 1887 se creó el Colegio Nacional a iniciativa de Benjamín Aceval, institución que en muy pocos años más logró convertirse en un sólido centro educativo y sobre cuya base se conformó la primera universidad paraguaya. El Colegio Nacional fue cuna de una generación de intelectuales, políticos, pensadores y dirigentes sociales que tuvo a su cargo la conducción del país por más de medio siglo. Tres años después, se puso de nuevo en funcionamiento el Seminario de San Carlos, en tanto que en 1882 egresaron los primeros bachilleres del Colegio Nacional. El mismo año se dio apertura a la Escuela de Derecho. Asimismo, con el estímulo del ilustre educador argentino, Domingo Faustino Sarmiento, que se había radicado en Asunción, entre los años 1887 y 1888 se promulgó la Ley de Educación Común, se instaló el Consejo Superior de Educación y la Superintendencia de Instrucción Pública. También en 1888 resurgió la Escuela de Derecho que había experimentado una interrupción en sus actividades.

El fuerte impulso dado a la educación por la dirigencia surgida en la postguerra dio como resultado la creación de la universidad nacional en 1889, objetivo postergado desde los fallidos intentos de Hernandarias en pleno período colonial. El proyecto de creación fue de autoría de José Segundo Decoud . La referida propuesta incluía igualmente la puesta en funcionamiento de colegios nacionales en Villarrica, Pilar y Concepción. Al resaltar que llegaba el momento de contar con una ley de enseñanza superior con la finalidad de promover la instrucción general y universitaria, el proyectista argumentó que en ese entones el país solamente contaba con un colegio de segunda enseñanza, donde se costea la ecuación de cien becados, careciendo hasta el presente de una universidad donde los jóvenes puedan ser habilitados para el ejercicio de las profesiones científicas.


LA CREACIÓN DE LA PRIMERA UNIVERSIDAD


Sin dejar de darse algunas dificultades para la aprobación de la iniciativa, el 24 de setiembre de 1889, se determinó como fecha de fundación de la Universidad Nacional de Asunción. Posteriormente, por un decreto fechado el 31 de diciembre de dicho año, se determinó como fecha oficial de inauguración el 1° de marzo de 1890. Tuvo que transcurrir más de doscientos años a partir del primer intento de Hernandarias para que el Paraguay contara con una universidad.

En el artículo 14 de la Ley aprobada, además de especificarse la misión de la educación superior, quedaron determinadas las unidades académicas que conformarían la universidad y que fueron las siguientes: la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales, Medicina y ramas anexas y Matemáticas. Con relación a las materias y docentes, la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales se organizó en base a las cátedras de Derecho Natural, Economía Política y Estadística, Historia del Derecho Romano y Literatura Española y Americana. El cuerpo de profesores fue integrado por hombres de letras y del derecho que protagonizaron un papel de relevancia en la vida política e intelectual del país, trascendiendo el ámbito universitario. La preeminencia de la Escuela de Derecho en la estructura universitaria se reflejó en el hecho de que su Decano, el Dr. Ramón Zubizarreta, ejerció simultáneamente el cargo interino de Rector de la universidad. La Facultad de Medicina se inició con las cátedras de Anatomía Descriptiva, Anatomía y Disección, Histología Técnica, Química Aplicada a la Medicina y Física. Como Decano fue investido el Dr. Héctor Velázquez. Tanto este último„ como los mencionados anteriormente, eran conocidos y prominentes profesionales, de gran influencia en la vida científica y académica del país.

En cuanto a la Facultad de Matemáticas, a pesar de haberse realizado algunos nombramientos de docentes, el funcionamiento de la misma fue declarado en suspenso a través de una disposición del 5 de marzo de 1890. En cuanto a la Facultad de Medicina, a pesar de un auspicioso inicio tuvo una rápida declinación dejando de funcionar poco después.

Ante esta realidad, la actividad universitaria quedó reducida por un largo período a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. En 1893 se dio la primera promoción de abogados de la Universidad Nacional de Asunción. De acuerdo a Efraím Cardozo, el egreso de los primeros profesionales de esta Universidad, "marcó el fin de una etapa ... La regeneración de la patria, después de una gran catástrofe, daba sus primeros frutos intelectuales. En el acto de entrega de diploma, según el mismo historiador, el más representativo de los egresados, Cecilio Báez, que posteriormente tendría una relevante actuación en la vida académica y política del país , llegando e ejercer el cargo de Rector de la Universidad Nacional de Asunción y el de Presidente de la República, destacó como significativo esencial del acontecimiento nada menos que nuestra independencia intelectual, que era lo que al Paraguay le faltaba para ser una nación verdaderamente autónoma.

Otras importantes iniciativas fueron dándose en los años que siguieron a la creación de la Universidad Nacional de Asunción en 1889. Una de ellas fue la asumida por el Consejo Superior de Educación por la que fueron contratadas las hermanas Adela y Celsa Speratti, educadoras que habían realizado sus estudios en la Escuela Normal de Concepción del Uruguay. Ambas asumieron la conducción de la Escuela Graduada de Niñas, institución de las que egresaron figuras que contribuyeron en gran medida al mejoramiento de la educación paraguaya, tales como Eulogia Ugarriza, Concepción Escobar, Celeida Rivarola, Ramona Ferreira y Serafina Dávalos, esta última pionera en la defensa de los derechos de la mujer.

Otro hito importante cuyas actividades lograrían una profunda influencia en la formación del magisterio paraguayo, fue la Escuela Normal, institución de la cual egresaría una de las más prestigiosas e influyentes figuras de la educación paraguaya: Ramón Indalecio Cardozo en 1889. Al resaltar el significado de esta institución formadora de educadores, Anastasio Riera pondría de resalto su funcionamiento como un ...triunfo que hemos obtenido sobre la ignorancia, con la creación de una escuela graduada bien montada en esta ciudad, que sin duda servirá de base a una normal de maestras.

Sobre esta etapa en especial, una acotación sumamente interesante para lograr una más acabada comprensión del proceso educativo, es la que ofrece Herib Caballero Campos, al señalar que en este período el enfoque educativo estuvo también influenciado por la perspectiva regeneracionista de quienes rechazan por motivos políticos el modelo paternalista y estatista de la Primera República a diferencia de los re-construccionistas quienes tomaban como modelo dicho período de tiempo.


Documento Fuente:

HISTORIA DEL PENSAMIENTO PARAGUAYO

Obra de JOSÉ MANUEL SILVERO, LUIS GALEANO y DOMINGO RIVAROLA

COLECCIÓN LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 18

Editorial El Lector

Director Editorial: Pablo León Burián

Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina

Director de la Colección: Herib Caballero Campos

Diseño de portada: Celeste Prieto

Diseño Gráfico: César Peralta G.

Corrección: Nidia Campos

Portada: Alumnos del Colegio Nacional de la Capital a inicios del siglo XX.

Álbum Gráfico del Paraguay

Fotografías del Álbum Gráfico del Paraguay

Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98

ISBN: 978-99953-1-089-9

El Lector I: 25 de Mayo y Antequera. Tel. 491 966

El Lector II: San Martín c/ Austria.

Tel. 610 639 - 614 258/9

www.ellector.com.py

Esta edición consta de 15 mil ejemplares

Asunción – Paraguay (149 páginas)

 

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