COMO EN UN ESPEJO
Por JESÚS RUIZ NESTOSA
jesus.ruiznestosa@gmail.com
SALAMANCA. Si bien se trata de un episodio perteneciente a la política interna de España, el hecho trasciende sus límites para convertirse en un espejo en el cual podríamos mirarnos. No importa la imagen que nos devuelve, sino una imagen de cómo pueden ser las cosas cuando se las hacen bien.
Después de nueve años de investigación, se dieron a conocer las sentencias de la “Trama Gürtel”, considerada la mayor trama de corrupción registrada en la España democrática.
Los tribunales han condenado a 29 de los 37 acusados con penas de cárcel que totalizan 351 años, además de multas de varios millones de euros.
Esta red de corrupción tiene que ver con la financiación ilegal del Partido Popular, actualmente en el gobierno. Para más inri, los jueces que tuvieron a su cargo el caso, llamaron a declarar a Mariano Rajoy, presidente de Gobierno, y pusieron en duda la credibilidad de lo que en su oportunidad declaró.
Las condenas tan duras y a tanta gente se convierten así en más y nuevos clavos en el ataúd no solo del jefe del Ejecutivo, sino también del de su propio partido que ha gobernado desde 1996 a 2004 con José María Aznar, y desde 2011 a hoy por Mariano Rajoy.
El Partido Popular (PP) que hasta hace pocos meses encabezaba todas las encuestas de popularidad ha venido perdiendo fuelle de manera vertiginosa según las últimas encuestas conocidas.
Los dos partidos tradicionales, el PP juntamente con el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), han debido ceder sus primeros puestos a partidos nuevos como Ciudadanos y Podemos. Habrá que esperar la reacción de la gente ante este golpe judicial que no es el último, ya que los tentáculos de la corrupción se extienden a otras comunidades, entre ellas la de Valencia.
Un hecho significativo de estos juicios es que hay casos en que las sentencias alcanzaron a las esposas de los acusados.
Algunas de ellas por haber participado abiertamente en los hechos de corrupción. Tal es el caso de Rosalía Iglesias, condenada a 14 años de cárcel mientras su marido, Luis Bárcena, administrador del PP, a 33 años. Su esposa era la encargada de llevar a Suiza el dinero ilegal obtenido por su marido negociando contratos de obras públicas. Otro es el caso de Ana Mato, que fue ministra de Sanidad, estuvo casada con Jesús Sepúlveda que tiene una condena de 14 años de cárcel.
Mato fue incluida en el juicio “como partícipe a título lucrativo”. Es decir, se benefició con los actos de corrupción de su marido y disfrutó de viajes y celebraciones familiares gracias a los contactos de su esposo.
Cuando declaró, el juez le preguntó si no le extrañó bajar una mañana a la cochera de su casa y encontrarse con un coche Jaguar de altísima gama. Respondió que no sabía que se trataba de un Jaguar y que de todos modos no le extrañó porque a su marido le gustaban los coches de alta gama. Mato no irá a la cárcel pero deberá pagar 27.857 euros (alrededor de 200 millones de guaraníes).
Los partidos de la oposición ya hablan de una moción de censura a Mariano Rajoy, quien reaccionó indignado acusándolos de “debilitar a España”.
De prosperar esta censura, significa que se convocarán elecciones adelantadas y será, con toda seguridad, el final de su carrera política ya que, a esta trama de corrupción que favoreció a su partido, la gente ha sido muy crítica con su manejo de la crisis catalana a la que no pudo darle –ni siquiera lo intentó– una solución política, en lugar de acudir a los tribunales.
Esta historia podría encerrar una enseñanza valiosa para nosotros y ver de qué manera, en un país democrático, actúa la justicia con total independencia de los otros poderes y que los corruptos, no importa cuán alto estén y cuán poderosos sean, terminan dando con sus huesos en la cárcel.
Fuente: ABC Color (Online)
