Portal Guaraní - MARITO VS. LES LUTHIERS - Por JESÚS RUIZ NESTOSA

SALAMANCA, España. Lo conté varias veces, pero lo haré de nuevo ya que las circunstancias son las apropiadas para hacerlo. Se trata de un “sketch” que tenían Les Luthiers hace ya varios años. Era un informativo radial que daba a conocer la composición del gabinete del nuevo gobierno formado a partir de un golpe de Estado de los militares. Más o menos decía así: “Ministro de Relaciones Exteriores: general de brigada fulano de tal; ministro del Interior, general de división mengano de tal; ministro de Economía: general fulano de tal; ministro de…”, y así sucesivamente con todas las carteras, ocupadas por generales, hasta que llega a “ministro de Educación y Cultura: sargento tercero de Intendencia, fulanito de tal”.

Siempre sentí una gran admiración por este grupo por su musicalidad y, sobre todo, por su enorme creatividad. Ahora, acabo de descubrir, decepcionado, que no era así. Aquel boletín radiofónico no era una demostración de ingenio y creatividad. No estaban haciendo otra cosa que ponernos frente a las narices, una lacerante realidad. Hoy día podemos decir, sin temor a equivocarnos, que nuestro presidente Abdo Benítez es mucho más creativo que Les Luthiers ya que este grupo exponía sus creaciones desde el escenario de teatros, los mejores teatros, de América y de España. Nuestro primer magistrado hace lo mismo, pero directamente desde el Palacio de Gobierno.

Es sorprendente que nuestro país ha dado educadores sobresalientes. Muchos de ellos han traspasado las fronteras y sus propuestas son estudiadas en diferentes capitales de Latinoamérica. Entre esos nombres, en primer lugar Ramón I. Cardozo, luego Adela Speratti, Ramiro Domínguez, Olga Blinder, Teófilo Osuna S.J., César Alonso de las Heras, Adelita Ruiz, los hermanos Lezcano, Rolando Natalizia, para mencionar nada más que unos pocos que sentaron cátedra en la enseñanza. Hoy día, en medio de este mar de mediocridad en el que nos vamos ahogando lentamente, en un proceso de decadencia imparable, al presidente Mario Abdo Benítez no se le ocurre nada mejor que poner como ministro de Educación a Eduardo Petta, antiguo jefe de la Policía Caminera. Ni a Les Luthiers se les ocurrió algo tan absurdo y descabellado.

El país se vio conmovido por una ola de indignación cuando aparecieron los libros de textos para los niños de la primaria llenos de errores tremendos a lo que el ministro Petta no se le ocurrió algo mejor que reírse y decir que le darían a los niños la tarea de corregir dichos errores. ¿Hace falta alguna palabra más que lo pinte de cuerpo entero a este secretario de Estado?

Como sucede con una frecuencia indeseada, el presidente Abdo Benítez salió a decir que el ministro cuenta con todo su apoyo y confianza y que, por lo tanto, no lo va a cambiar. “Además, dijo, ya pidió disculpas”. Sí, pidió disculpas pero los errores no fueron subsanados. Los libros siguen allí diciéndoles a los niños que se escribe “clace” y no “clase” como figuraba en nuestros diccionarios. Yo tenía un jardinero que gozaba de toda mi confianza a pesar de que planta que tocaba, planta que se secaba. Pero esta certidumbre que tenía en él, no quiere decir que el día de mañana lo propondría como director de la NASA, a ver si en cualquier momento en lugar de poner en órbita un satélite pone una maceta con un croto adentro. Pero claro, después pide disculpas y todo está solucionado. Total, los únicos perjudicados son los niños, que les da una pataleta y después se les pasa cuando se les regala una pelota.

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