LA BOTELLA Y LA MUJER
Poesía de NATALICIO TALAVERA
Disputaban por saber
un pastor y un lechuguino
cuál es el tesoro más fino:
¿la botella o la mujer?
Aquél dijo, a mi entender
es más sabrosa y más bella,
la botella.
**/**
Cuando exhausto de fatiga
bajo un ombú me reclino
de Baco el licor divino
todas mis ansias mitiga:
allí es mi mejor amiga,
mi sol, mi luna, mi estrella,
la botella.
**/**
El que empieza a envejecer
se refocila, imagino
más en dos cuartas de vino
que en seis cuartas de mujer,
porque siempre está en su ser
sin melindres de doncella,
la botella.
**/**
Calla, –dijo el lechuguino–
sólo un hombre sin templanza
puede poner en balanza
a las mujeres y al vino;
¿quién suaviza el cruel destino?,
¿quién da el supremo placer?
la mujer.
**/**
No hay contento comparado
con los goces del amor,
ni otra delicia mayor,
que el amar y ser amado;
es el don más delicado
que Dios quiso al mundo hacer,
la mujer.
**/**
Sin ellas todo sería
caos de inmensa tristeza
porque son de la natura
la más perfecta armonía,
es del hombre la alegría,
consuelo en su padecer,
la mujer.
**/**
No siempre, dijo el pastor,
porque salen camarada
a estocada por cornada
el fastidio y el amor,
mas mi prenda es superior,
no es falaz como aquella,
la botella.
**/**
Cuantos más besos le doy,
más me inflama y me enardece
y cuando aquel desfallece,
yo más animado estoy:
Papa, Rey, Príncipe soy
sin que me cauce querella,
la botella.
**/**
Dama que no pide y da
grata aún después de gozada
cuando la ven más preñada
tanto más virgen está,
sin mujer muy bien me va
porque me suple por ella,
la botella.
**/**
Silenciosa y no profana
un tapón tiene su boca
aunque a celos la provoca
tal vez cierta Dama-Juana
espera su turno ufana
y su rival no atropella,
la botella.
**/**
Mujer, dijo el lechuguino,
bocado de Reyes es,
pues dice el hombre al revés
de los reyes en latín,
mas no conoce un mal sin
de cuanto puede valer,
la mujer.
**/**
A nuestros hijos, que humanos
dan sus cuidados prolijos:
a ver si a ti te dan hijos
botellas de damajuanas;
en sus angustias tiranas
sabe al hombre sostener,
la mujer.
**/**
Tiene el hombre una aflicción,
gime solo . . . y de repente
va a su amada, y luego siente
tas, tas, tas el corazón;
porque innata afección
le dice que es su placer,
la mujer.
**/**
En esto se dejan ver
Baco y Cupido abrazados
y dice: –Callad cuitados
que no nos sabéis entender;
todo puede complacer
tomando en medida bella;
la mujer y la botella
la botella y la mujer.
(De: Romualdo Alarcón Martínez, ed.,
El parnaso guaireño, 1987)
(Fuente: "ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA PARAGUAYA"
3ra. Edición por TERESA MENDEZ-FAITH.
Editorial EL LECTOR, 2004, 480 páginas)
ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA
(Hacer click sobre la imagen)