Portal Guaraní - ENTRE GALLOS Y ZORZALES - Por LUIS VERÓN

Es linda nuestra tierra cuando el sol surgiendo va/ y anuncia la mañana en el canto del zorzal..., dice una canción que hasta hace poco era muy popular. Pero ¿a qué viene todo esto? A que hoy trataremos sobre el arte y la técnica de anunciar, sus orígenes y parte de su historia.

Una de las actividades humanas permanentemente presente en la vida cotidiana moderna es la publicidad. Tan antigua es esta labor como el comercio, con el que va muy unido y como vimos en parte de la estrofa de la canción mencionada arriba, hasta los hechos más cotidianos son anunciados y tienen sus anunciadores. El gallo, que desde la madrugada ya empieza a comunicar la proximidad del alba, y el zorzal, que con su dulce trino anuncia la aparición del sol.

La figura del anunciador es muy antigua. Por ejemplo, en la antigua Roma se los conocía como pregoneros —una palabra castellanizada, lógicamente—. Dicho nombre proviene de la contracción de la palabra praecino (prae), a la que se le añadió cantare. O sea, prae cantare = pregonero.

Por definición tenemos que el pregonero es la persona que va delante (praecino) cantando (cantare); el que va delante de una persona o cosa anunciando sus excelencias, dándole la entonación correcta y pertinente, de tal forma que sus palabras fueran escuchadas por la mayor cantidad de gente y a suficiente distancia.

Antiquísima actividad

La tarea de anunciar, de publicitar es tan antigua y, según los países, a los encargados de realizarla se les daba diferentes nombres: en España se les llamaba pregoneros; en Inglaterra, town criers; en Francia, crier public; en Alemania, ausrufer; en Italia, banditore o gridatore, etcétera.

Otro nombre que se les daba a los encargados de transmitir los mensajes era el de heraldos. Los heraldos constituían la expresión más antigua de la actividad publicitaria, eso sin contar el popular boca en boca.

Anunciadores oficiales

Con el paso del tiempo, los heraldos o pregoneros fueron los encargados exclusivos para propalar información oficial, pues eran los encargados de transmitir y difundir informaciones que las autoridades hacían saber al público en la vía pública por medio de los bandos (Este término proviene del latín bandir y este, a su vez, del alemán bandu, que quiere decir pregonar). Esta tarea, cuando era oficial, estaba rodeada de las formalidades de rigor. Los bandos pregonados por los profesionales de dicha actividad eran los edictos o mandatos que representaban, finalmente, el símbolo de la soberanía estatal.

No solo en la antigua Roma podían encontrarse vestigios de esta actividad. Su ejercicio ya era conocido —y han llegado testimonios de ello— entre los asirios; y era practicada para que nadie alegara desconocer las medidas adoptadas por las autoridades.

En nuestro país, testimonios de esta actividad se pueden ver en los bandos oficiales emanados de los gobiernos y que eran pregonados en los lugares públicos —plazas, iglesias— trasladados a lejanas poblaciones, para ser pregonados por los profesionales de esta actividad o colocados en las puertas o los atrios de las iglesias.

Inclusive, en las actas de las asambleas de la época de la Independencia quedaron registrados los nombres de varios pregoneros.

Su vigencia a través del tiempo

Este sistema de comunicación fue instaurado por las diversas civilizaciones ante el elevado analfabetismo imperante en la población, pues la lectura y escritura eran privativas de las clases nobles y sacerdotes.

Como era un eficiente método de comunicación, después, otros estamentos de la sociedad también se sumaron al ejercicio de esta modalidad, como el caso de los comerciantes, quienes, aparte de esforzarse en saber leer para controlar sus intereses, vieron en el pregón un eficiente sistema de comunicar a la gente acerca de las bondades de sus productos.

Y no solo eso, fueron los primeros que utilizaron la escritura —que luego era pasada a los pregoneros— para comunicar las ventajas de sus productos en venta. De esa manera, fue naciendo una actividad hoy tan en boga y a través de los más diversos medios: la publicidad.

Cómo se pregonaba

Para la difusión de las informaciones, los más diversos soportes, como la piedra, madera, tablillas de arcilla, papiros, pergaminos, papeles, etc., que eran trasladados por los mensajeros y anunciados a la población por los pregoneros.

En la antigua Grecia o el Imperio romano, la presencia de los pregoneros era muy común en las ágoras o plazas. Una crátera o vasija conservada en el Museo del Louvre muestra la figura de un personaje que lleva la mano a la boca para hacerse oír y porta el símbolo de Hermes (Mercurio), el dios mensajero.

Tipos de pregoneros

En la antigüedad existían varios tipos de mensajeros encargados de pregonar. Estaban los heraldos sagrados de los misterios eleusinianos; los que convocaban a los juegos públicos y anunciaban a los competidores y ganadores; los que supervisaban procesiones religiosas, los que anunciaban mercaderías en los mercados y daban noticias sobre niños perdidos o fuga de esclavos, los que citaban a los miembros de concejos y recitaban una fórmula solemne antes de abrir tales reuniones; y aquellos que trabajaban para la justicia, citando a las partes y anunciando fechas de los juicios.

De esa manera, por medio de estos mensajeros y anunciadores, nació la publicidad y creció juntamente con el desarrollo e historia del comercio. Son pues, por así decirlo, hermanos gemelos y ninguno de los dos —el comercio y la publicidad— puede prescindir el uno del otro.

En breve síntesis, esta es una reseña de la manera en la que se anunciaban las informaciones y, si alguna vez, ya de madrugada, escuchamos el tokoro’o de algún gallito cantor, veremos que nos anuncia que en pocas horas más despuntará el amanecer de un nuevo día.

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

EL IDIOMA GUARANÍ, BIBLIOTECA VIRTUAL en PORTALGUARANI.COM

(Hacer click sobre la imagen)