Asunción – Paraguay (22 pp.)
(Ejemplar, pertenece a la Biblioteca del Portalguarani.com)
Intenté vivir la realidad
Respeté el pensamiento y el corazón.
No tener y tener lo mismo es.
Tiempo de atrás y el que vendrá después
Empeñarse en el grito y resbalar,
avanzar sin saber a donde irá.
Amar o desterrar el loco amar,
Terminar lo que se fué en la voz,
cargar el hombro y hacer feliz y dar.
Disparar la absoluta claridad.
Descuajar en el pan de la orfandad,
reclamar la alegría y el amor.
Lo mismo en el mañana y el después.
¿Cuando sea ciego ya no habrá este soñar?
El pie, la frente, la cintura,
a descansar, a descansar...
Tensa lágrima, las dos infancias;
y ardiente boca del encuentro.
En el tumulto cardinal de otras risas,
sin fronteras de maravillas
con este tímido fragmento
Yo te conozco ritual del vértigo,
demencia, fragua y vacío.
Ala postrera que vá cayendo
y buscando entre las cosas
Precipitando cantos yo clamo lo virginal,
la erguida soldad de metafísica.
Yo clamo por lo insondable
con este paso yerto como péndulo
y un miedo tímido que escondo
con eléctrica mano en un bolsillo.
la mueca, la osadía, el gesto,
volveré a buscar la mariposa.
En la oscura montaña escribiré ventiscas,
la epidermis tendrá otra maravilla.
que en esta dura arcilla se hace la voz
con esta soledad que precipita
el cielo frío de los ojos.
y recuesta en las arterias
el corrosivo ojo que nos mira
al acostarse con la arcilla
en el ardiente tallo de la brisa.
Es nudo beberse el infinito
este vivir ardiendo con palabras
en el ardiente tallo de la brisa...
esclavo de sus constelaciones.
ciego y haciendo claridades,
cuando se irá su inmenso río,
cuando se tumbará su canto,
Y cuándo y dónde y para qué
el poder de la soledad sin resplandores
y lo que crece y asciende en el deseo.
el sol que reconstruye la corteza,
la vibración, la sange y el oxígeno.
la calle, el aire, el salvaje pensamiento
y la ordenación de las arrugas
con los conceptos oscuros que maduran
el mar ocre, negro o verde que sacude
que es piel desnuda y agria de; la tierra.
el cada día de las cosas simples,
puerta y monólogo de la cal y el viento.
al hombre y su creación entera.
la fuerza de comprensión y la ternura
la libertad, el polvo y la madera.
Tengo que arrastrar algún consuelo
que me enreda el silencio
en la sorpresa de las manos.
si encuentro algo que perdura,
siquiera un vengador solitario
que mira mi piedad directamente.
(Alguien que abra el desamparo
Pero tengo que ser alegre.
muera la Pregunta retumbante
Ay, cerrar los ojos y saber
que tiene sentido el hombre
y ser una mujer de espléndida cintura
(nada más que instinto casi ciego)
Arrebatada risa del milagro:
con su escarnio en desafío.
un sombrío temblor en la bravura.
la resistencia de la hoguera.
el sobresalto de la medianoche.
en la esquina ardiente de los campos
la piedad y la resistencia.
Febrero prodigaba su tersura caliente.
Después, fueron los ojos claro puente
y un decir sin crepitar palabras
pensando siempre el nombre perseguido
Verano, esfuerzo, aullido.
Tiemblan; evaporados con el día
innumerables ángeles de cielos
desde la imagen tensa dé los ojos.
Timbal de verde el viento,
en el turbión cansado de este sueño.
y vértigo de corolas y raíces.
Atronamos las voces del sueño
trepará el hueco de las manos.
Pero es eterno el viento,
que nos llena los huesos.
que vestirá la niebla ...
Es un horror hacer una escalera
precipitando saltos enterrados
y escupiendo hacia el tiempo del calvario.
Es duro ser mujer y hacer palabras
y decir la verdad con cae frío
de convertir el vientre en un cuchillo.
Este gesto de amor y mano intacta,
este desparramarse en el vacío
es un manso dolor que viene ahora.
¿Será la voz escaso mediodía
o injerto malogrado de algun sueño?
¿Será de plenitud y amor logrado?
de un dolor extranjero en la epidermis?
MOMENTO EN LA COSTILLA DE DIOS
Es dulce, ser sin dolor mínimo,
(Debe ser dulce al hombre
acostumbrar su cuerpo tercamente
en la antorcha del corazón.
Hay que formar un puente,
en la escalera de la garganta
Para la muerte de cenizas,
... "lloro por el amor y no el amante"...
vuelo siempre insatisfecho,
lloro hasta el puñado de cal
incapaz de retener el sueño
un lirio en la inconciencia?)
que cierra un cielo espeso;
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