LA ÓRBITA DE LOS INDEPENDIENTES
Por ALFREDO BOCCIA PAZ
galiboc@tigo.com
A falta de más emoción, estas elecciones ofrecen la novedad de la proliferación de candidaturas independientes. Las hay de muchos pelajes y todas se ofrecen como alternativa a las listas de los partidos tradicionales, pobladas de impresentables. Sin embargo, una mirada a los nombres que estos pequeños movimientos postulan como senadores revela una fauna variopinta integrada por antiguos protagonistas desplazados de círculos áulicos partidarios, personajes exóticos, improvisados o provenientes de ámbitos alejados de la política. Obviamente, también hay algunos que merecen estar en el Parlamento.
A casi todos los une una autoestima formidable. Están convencidos de que el rechazo ciudadano a votar por listas que albergan nombres tan ligados a la corrupción como Óscar González Daher o Zulma Gómez les permitirá alcanzar los más de 50.000 votos indispensables para convertirlos en senadores. Es muy posible que esto sea cierto para muchos de ellos.
La posibilidad de que varias bancas terminen en manos de este archipiélago de pequeños intereses sin nada programático o ideológico en común –algunos de estos candidatos no saben luego definir lo que es un programa o una ideología– los convierte en un coto de caza interesante para quienes necesitan ampliar su soporte parlamentario.
Horacio Cartes corre un riesgo evidente de que no lo dejen jurar. Los senadores de la ANR pueden tener muchos menos votos que Marito, debido al tóxico luqueño que no lograron desinfectar. Eso se puede compensar con la vieja y confiable porción de liberales siempre dispuesta a venderse al cartismo. Pero quizás ellos no sean suficientes; el llanismo ya no es el de antes.
Por eso, el contingente de "independientes" es cortejado con cariño y, dicen los malpensados, ayudado con fondos para sus campañas. Estos no irían dirigidos a un "fondo perdido" como el de las candidaturas naturalmente afines, encabezadas por militares, policías, oviedistas o gremialistas de origen colorado, pues ninguna de ellas tiene una intención de votos relevante. Son interesantes aquellas que parecen tener mayor proyección. Estas se debaten entre la contradicción de aparentar independencia y disimular su adscripción al proyecto mariocartista.
En algún caso, esto ha producido quiebres, como el ocurrido en el Movimiento Compromiso Ciudadano, donde Carlos Amarilla anunció su apoyo explícito a la ANR, pese a la posición distinta del resto de la lista. En otros, la posición fue deslizada a través de declaraciones de sus líderes, en la que expresaban su "afecto personal" o su sentimiento de "mayor comodidad" con Marito Abdo, tal como lo hicieron Tony Apuril y Arnaldo Giuzzio, respectivamente. Siempre se podrá contar con Hugo Rubin, quien, con oportunos "despistes" termina dando votos claves al oficialismo. El tiempo dirá, pero me parece que en el patio independiente pululan los satélites republicanos.
Fuente: UH - ÚLTIMA HORA (Online)
Sección: OPINIÓN
Sábado, 31 de Marzo de 2018
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