CONOCIENDO A MINOTAURO

Por ALFREDO BOCCIA PAZ

  galiboc@tigo.com.py

Así se hace llamar el nuevo capo mafioso brasileño que se queda con lo más suculento del tráfico ilícito de la frontera amambaiense. Su nombre real es Sergio de Arruda Quintiliano, tiene 32 años y un nutrido pasado delictivo que se inició en su adolescencia, baleando a un coronel de la Policía Militar, lo que le valió su ingreso al Primeiro Comando da Capital.

Estuvo tres años preso luego de que su banda fuera descubierta en una chacra del interior de São Paulo. La cárcel lo transformó en un soldado disciplinado de la organización criminal. Cuando recuperó la libertad, en 2009, fue uno de los jefes del tráfico de cocaína de la zona de Baurú. Allí empezó a enriquecerse y a ostentar un carísimo Porsche Panamera con el que llegaba a las suntuosas cenas que ofrecía a decenas de amigos en restaurantes.

La indiscreta vida del playboy terminó por llamar la atención policial, que ubicó su residencia y la allanó con las primeras luces del sol de un día de agosto de 2012.

Solo que no contaban con la suerte de Minotauro. Esa madrugada, su esposa descubrió una infidelidad y lo expulsó a los gritos de la casa. Fueron apresados tres miembros de su banda y le incautaron una flota de vehículos y una fortuna en billetes. Pero el jefe no estaba, había salido un rato antes en su reluciente BMW y dormía plácido en un hotel.

Hace unos años Minotauro llegó a la región de Pedro Juan Caballero/Ponta Porã, donde fue ganando importancia por la violencia de la creciente estructura que lideraba, dedicada a traer pasta base de cocaína boliviana, procesarla en pequeños laboratorios fronterizos y enviarla al mercado brasileño. Hubiera seguido siendo un narcotraficante común si no fuera por su providencial suerte. Uno a uno, los grandes padrinos fueron saliendo de circulación. Rafaat fue acribillado a mediados de 2016. Jarvis Chimenes Pavão fue extraditado a fines del año siguiente y Galán fue capturado en Río de Janeiro en febrero de este año. En el mundo narco, como en la política, los vacíos de poder se llenan de algún modo rápido.

Minotauro, con ambicioso olfato, se apropió de buena parte del sistema de Rafaat. Es decir, autos blindados, guardaespaldas, contactos y afectos de quien era el indiscutible apaciguador de la mafia regional. Para imponerse necesitaba exterminar al resto de la familia de Jarvis Chimenes, lo que explica la sucesión de atentados de las últimas semanas. La reacción de sus enemigos a punto estuvo de acabar con la vida de Minotauro, pero una vez más, lo salvó su buena suerte. Cuando los sicarios estaban por salir de Ponta Porã para matarlo en la ciudad de enfrente, la Policía Federal apresó a todo el grupo.

Mientras su fama crece, Minotauro es un fantasma para las policías de dos países y es buscado por traficantes de otras facciones. El tiempo dirá si su mítica suerte lo acompañará o seguirá la tradición de jefes narcos con fecha de vencimiento corta.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

www.ultimahora.com

Sección OPINIÓN

Sábado, 15 de Diciembre de 2018

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